Seducción de medianoche ( Santhiago Morel)

por Invitado Miér Oct 05, 2011 8:50 am

Cuenta una leyenda que si quieres encontrarte con una gitana tienes que ir de noche a una plaza con árboles frondozos, donde la magia de la naturaleza y la belleza extrema de Oriente se juntan en un sólo cuerpo.

El viento soplaba con fuerza mi cabello, tanto que detrás de mí, una cortina de cabellos solares me seguía pisándome los talones. Seguía corriendo, no podía dejarme atrapar por aquella sombra que me quería devuelta en Rumania, sería presa de mis temores más profundos, presa por siempre, mis lamentos se escucharían en cada sonar de una pandereta.
Mi corazón comenzó a tranquilizarse, había perdido la cuenta de cúanto había corrido pero había llegado a una plaza de gigantescos árboles,la luna le daba un brillo fantaseoso, se asemejaba más a un sueño que a la cruel realidad, pero si entendemos que la vida es sueño, estaba viva y por vez primera me sentía en casa, no en el campamento que me había echado cruelmente, por vez primera me sentía una gitana, tenia tantas ganas de danzar y cantar que esperaría la medianoche para hacerlo.
Seguí caminando por un sendero tan suave como parecieran ser las nubes, los ojos de las damas y los caballeros que pasaban por este se clavaban en mí, al principio me sentí halagada, pero después se tornó molesto, como si fuera un ser extraño. A lo lejos, un hombre de cabello cano, capa azul y sombrero me miraba sonriente, entendí que era producto de mi alocada y poco sútil imaginación, tintineando mis monedas que había puesto en mi pollera multicolor seguí caminando.
Llegué a un círculo limitado por árboles de todo tipo, no había luz artificial sólo la luz desprendida por la luna, la madre del misterio.
Moví lentamente mi pandereta, su sonido me llegaba al alma. Cuando ésta comenzó a sonar arriba de mi cabeza, tomé con mi otra mano, la que está llena de pulseras, un extremo de la pollera que volaba conforme giraba, estaba feliz.
De repente sentí como si alguien estuviera espiando por las ramas de los árboles, quizá era mi paranoía. Así con ese prensentimiento seguí danzando, ésta vez mezclando la danza arabesca de las gitanas de oriente medio. Hacía unos años atrás, un grupo de gitanos árabes había llegado a nuestro campamento, las jóvenes nos enseñaron a nosotras su cultura, sobre todo su danza. Desde aquel momento si precisamos ayuda, podemos comunicarnos con ellos, o tal vez buscar refugio en su campamento. De todas formas, estaba en París por una decisión mía, quería conocer el mundo, o por lo menos parte de el.

por **Santhiago Morel** Miér Oct 19, 2011 12:48 am

La noche, la bella noche, poco a poco miraba aquel hombre como los rayos de sol desaparecían y la frescura de la noche se colaba por la casa de aquel ser de piel blanca, junto a su familia se disponía a marchar para otra presa deborar, tal vez una jovencita que calme los más bajos instintintos del Vampiro, tal vez una mujer madura con quien chalar para luego de ella su sed saciar.

Aquel despreciable ser no gasto mucho tomó su bastón y su sombrero como era de lo habitual para el, llevar aquel bastón que aunque no lo necesitase siempre siempre esta a su lado no habia diía ni momento que lo dejase apartado de su lado, como si fuera parte de él, inlcuso aquel anillo rojo con el grabado del escudo de su familia en su mano zurda.

Subio a su coche raudo y veloz sin mirar a su cochero ni a su empleado André, solo subio con ojos cerrados descansando su mente y dejandose envolver por los sonidos de la ciuadad parisina, aquellos sonidos que transportaban al hombre cuando era un niño y más cuando se volvió vampiro, aquellas voces en su interior que le recordaban el paso de los siglos, de los milenios, casí al borde de los callejones, aquel ser pidió al cochero parar y dejarse en el centro, lugar concurrido por buenas "presas" segun el nocturno.

Un pensamiento un rayo de luz de luna paso a su rostro y ojos negros como la noche -pilote dentente maintenant, laissez-moi ici et rentrer à la maison- las unicas palabras, el cochero paró el andar del carruaje dejando a aquel nocturno en la entrada de la plaza, lugar en donde solo su mente podría decifrar lo que pasaría, un ruido lo hizo despertar de su ensimismamiento, y algo curioso se deja llevar por aquel ritmo, sonido como cascabeles o algo más, lo siguio sin abrir los ojos hasta que detras de unos árboles a una joven gitana dislumbra su ropa lo decía todo y sus movimeintos más.

Se acerca como perro sigiloso hacia la nueva presa solo caminando muy despacio casi imperceptible a los oídos humanos su andar -Boo- un sutillo para la joven -Madame debo decirle que la luna no necesita ese sonido para venir- una sonrisa malevola se dibuja en su pálido rostro una manó fría toma la mano cálida de la joven y un beso sin vida le deja en su dorso -Bonne nuit Madame, Sir Santhiago Morel para servirla- aquella sonrisa fingida de interés poco común en habia salido y dibujado en sus labios -Espero no asustarla Madame, me gustaría saber su nombre para tenerla en mis recuerdo- mentiras y más mentiras, solo eso se veía en los ojos del vampiro.

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