Un encuentro peligroso [Santhiago Morel] +18

por **Ingrid Chassier** Jue Mayo 10, 2012 8:09 pm

F L A S H B A C K

Me es tan insoportable,
tan insufrible, dominante,
exasperante, inquietante,
que me encanta.

Rapidez era lo que necesitaba en las manos, estaba buscando las joyas de la anfitriona de la fiesta con inquietante desesperación. ¿Dónde diantres las tenía la maldita? Ya había buscado en los lugares más comunes y no, ahora lo más difícil radicaba en hacerlo en los insospechados y eso sí que le llevaría tiempo. Lo bueno es que pretextando ir al sanitario, tenía aún oportunidad. Así que se quedó pensando, si ella fuera esa gorda, patética, llena de poca gracia y maloliente mujer ¿Dónde dejaría las joyas? Buscó abajo de la cama, no, dentro de un ropero, menos. En el lugar donde guardaba sus asquerosos zapatos. No. Y miró un cajón con repulsión. No, por piedad, no... abrió la única gaveta que no se había atrevido a hurgar y con uno de su cuchillos buscó entre la ropa interior...

Maldita vieja, ahí estaban las joyas, qué asco ¿A quién se le ocurría? Chasqueó la lengua y se preparó para tomarlas con rapidez, olvidándose de la asquerosa mujer. Una vez alhajas en los bolsillos se preparó para irse, pero un sonido la hizo arrepentirse. ¿Sería que...? Fue a pegar el oídio a la pared y rió bajito al escuchar cómo se deshacía la mujer entre gemidos y berridos. ¿Tan bueno era el hombre que tenía entre las piernas? Pues por la forma que la otra gritaba, seguro que sí. Ingrid rió sofocando los sonidos con la boca. Nunca fue vouyerista, pero ahora mismo le estaban dando unas ganas enormes de ir a investigar y ver quién era tan espléndido amante. Sin embargo, un mal movimiento la hizo gemir de espanto al tiempo que intentaba controlar con las manos lo inevitable.

El florero cayó con rapidez y su sonido al romperse se oyó hasta, estaba segura, Roma. La descubrirían, pero si salía de ahí todos sabrían que había sido ella la que se había robado las joyas, así que optó por lo más prudente: se encerró en el cuarto utilizado normalmente para cambiarse de ropas, dejando una rendija pequeña para ver quiénes entraban y, sobre todo, ver la oportunidad de escapar. En caso contrario, ese lugar tenía justo una rendija por la cual entraba el aire para que no se oliera a humedad. De todas formas, mantuvo sus ojos fijos en la puerta rogando porque nada pasara, porque se fueran y la dejaran el tiempo justo para colarse de ahí con la serenidad suficiente e integrarse a la fiesta.

Ojalá tuviera esa suerte...

por **Santhiago Morel** Jue Mayo 17, 2012 8:48 pm

El lobo aúlla
La luna lo escucha
El cielo cubre
Lo que en llamas le hacer arder

Las fiestas españolas son las más exquisitas de todo el viejo continente, no por los anfitriones estirados y sin gracia, sino por las sus retoños primaverales, aquellos inocentes capullos que juegan con el fuego prohibido deseando ser consumidas por el dejándose abrir en una sola noche, con un toque que las violente y las haga olvidar todo lo que aprendieron para quedar marcadas por aquella sensación de lujuria por el control que nadie les haría sentir en sus finas pieles.

Liberty suena como golpes en el suelo, el inseparable amigo del ser oscuro que busca romper aquellas florecillas, toca el suelo con su bastón, aunque lo que deseaba tocar eran las firmes piernas joviales que aquellos vestidos ocultaban…su sonrisa siniestra, su mirada tierna, sus ojos dulces y amables ocultan a la bestia que espera con ansias salir y devorar a su primera víctima, que para sorpresa de él, es la hija de la anfitriona, siendo lo opuesto de su madre, de aquella gorda estrafalaria y de mal gusto, la joven en cambio, tenía un brillo jovial en sus labios rosados, sus mejillas rosadas, su cuerpo fino de pocas curvas acentuadas significado de su pureza.

Cual lobo en cacería se acerca a la dama, tomando su mano dejando un frío beso en su dorso, y durante toda la velada la misma jovencita había decidido quedarse cera del ser que será lo último que recuerde; una pieza de baile entre ambos le da la oportunidad para invitarla al segundo piso a un baile más íntimo, el cual no fue rechazado más bien fue aceptado, sube la dama, sube la sombra.

En lo alto, Santhiago tomó a la jovencita de su cintura pegándola a la pared cerca al cuarto de su madre, sus dedos tocaban toda la dimensión de sus piernas hasta tocar el punto más privado de ella haciéndola gemir, sus piernas se ciernen a la espalda de él, y sus manos quitan su chaqueta pero son sus labios los que toman aquella parte del vestido que no cubre su piel, rasgando con sus colmillos aquella prenda y dejando libre sus pechos los cuales fueron atendidos con suma presteza, la ropa íntima se retiraba, el pantalón abierto y los gritos del placer doloroso de la dama se hacían presentes el calor del cuerpo femenino seguía subiendo más y más como cada empuje y va y ven de caderas, pero ¿qué es eso?, justo cuando el Santhiago se disponía a ejercer toda su fuerza y control en la joven, un florero se había caído, con los gritos de la joven y la música en el salón, no lo escucharían pero su oído agudo sí lo hizo.

-Vete, vete ahora a tu habitación y espera a que en la noche venga por ti a hacerte gritar, corre- una nalgada en aquel firme trasero mando a la joven que rápido y con algo de dolor fue a su habitación, mientras que él se arreglaba el pantalón y con bastón en mano se dirigió a la habitación principal…su bastón ingresa primero y el aroma de una mujer llega a su persona, un aroma dulce y excitante, el aroma mezclado con el sudor de la adrenalina.

El sonar de sus zapatos se dirigen a la ventana y la cierra, ya que gracias a aquella mujer, su noche se había interrumpido, así que la cobraría como fuera, sus pasos ahora se dirigen a la puerta para cerrarla metiéndose la llave en su bolsillo izquierda interno de su chaqueta, y así se recuesta sobre la cama jugando con su fiel amigo.

-Que no vas a salir, o jugamos al gato y al ratón, mmm si me lo pones así no te aseguró que el ratón quede con vida, después de que este manso gato le encuentre- una sonrisa algo falsa pero segura de sí mismo, mientras su mirada iba directo a aquel cuarto como si pudiera ver a través de él a la dama que se ocultaba.

-El pecado se limpia con más pecado, pequeña- sonríe quitándose la chaqueta y alzando las mangas de su camisa para estarse más cómodo.

Juegos macabros, juegos bilaterales, juegos penosos que ambas personas habían o iban a comenzar…

por **Ingrid Chassier** Sáb Mayo 26, 2012 4:34 pm

Imposible, detestable,
ególatra, hedonista, arrogante,
engreído y... y...
¡No me mires, que me olvido
de tus demás virtudes!

Atrapada cual ratón, eso pensó en cuanto vio que él no sólo entraba si no que cerraba la ventana y después, la puerta. Sus ojos volvieron a la ventila que en este instante se le antojó lo mejor del mundo. No se dedicó a esperar qué más hacía el sujeto, colocó pronto y en silencio un banquito y calculó la distancia entrecerrando los ojos. No, todavía le faltaba algo para llegar hasta allá. El hombre hablaba fuera, tenía que reconocerle que la voz era realmente agradable y sexy al oído, incitaba, aparte de que proponía ideas si recordaba los gritazos de la mujer que seguramente él atendía y que ahora quizá estuviera enfurruñada por perder sus caricias. Buscó con la mirada y encontró un banquito extra, de seguro para que alguna amiga o la hija de la señora de la casa se sentara a la vez.

Tenía experiencia en los escapes extremos, desde una cuerda con una viga de equilibrio, hasta correr por las azoteas saltando grandes distancias, hundirse en los canales de Venecia con poco aire para cubrir distancias grandes. Sí, podía con una problemática de este tipo. No es que el sujeto fuera tan bueno y si lo era, para cuando se diera cuenta de lo que pasaba, sería imposible atraparla. Esa ventila parecía perfecta para Ingrid, pero no para aquél que ella había espiado. Tenía anchas espaldas, un trasero de esos que le gustaba quedarse horas y horas admirando aunque pareciera que estuviera observando otra cosa completamente diferente. Y esa forma de andar, de conducirse, qué macho. Una pena que no pudiera quedarse más tiempo. Aunque si fueran otras las circunstancias definitivamente habría salido y en esa cama.

¿Sería tan resistente para semejante pasión varonil? Ya los gritos de la mujer auguraban chispas en ese lecho y tras que Ingrid había iniciado su vida sexual con la Princesa de los Países Bajos, pues no le caería nada mal hacer lo propio con un hombre. Un amante que le desvirgara. Aunque eso era un mero requisito, el que lo hiciera un varón porque Louise le enseñó tantas cosas y le hizo muchas más que Ingrid ya no era virgen se le viera como fuera. Y claro que no se arrepentía más que de haberse ido de los brazos de la vampiresa y llegar a España, pero habían estado tan cerca de atraparla en aquélla ocasión. Como ahora este hombre, así que manos a la obra.

Colocó el uno sobre el otro y los probó... se tambaleaban un poco, pero si tenía el cuidado necesario... escuchó algo de que el pecado se limpiaba con más pecado. Para él sería así, ella tenía la coartada perfecta, si es que salía de ahí, claro. Subió ambos pies al primer mueble y sí, era estable. Tragó saliva y cerró los ojos para colocar el pie derecho en el segundo asiento que estaba sobre el primero. Se tambaleó un poco y aspiró aire en silencio. Afianzó mejor el pie y no, seguía moviéndose, tendría que hacer equilibrio. Que el cielo la cuidara. Se trepó buscando el punto de equilibrio, pero esa cosa no lo tenía.

Saltó al piso dando quizá el peor de los indicios a su captor desconocedora de su fino oído, colocó el mueble de otra manera y ahora sí, logró que no se moviera tanto. Subió al primero, todo bien. Al segundo colocó un pie y fue perfecto, así que luego el otro y se encontró en posición horizontal haciendo equilibrio, buscó quitar la puerta de la ventila sonriendo con satisfacción al ver que era perfecta para que entrara. La dejó caer entre la ropa para que se apagara el sonido, una vez el camino libre, se preparó y saltó para sostenerse de la orilla y a base de fuerza, subir para deslizarse dentro...

Claro, ese era el plan...

por **Santhiago Morel** Miér Jun 27, 2012 2:47 am

El ratón al queso se déjà atrapar
Como la mosca de la araña se déjà matar
Así en mi vida entraste dispuesta a cambiar
Lo que la muerte y los siglos acaban de crear…

Pequeños ruidos, diminutos e imperceptibles para cualquier humano menos para un inmortal como el que estaba en la cama arreglando los puños de su camisa, con un gesto y un sonrisa siniestra se levanta del letargo de las sabanas con el bastón en su diestra y con una sonrisa más afilada mostrando aquellos colmillos pasando su lengua por estos catando el ambiente y aroma de la mujer, todo asustado pero arriesgado.

Sus pasos ligeros como el tocar de una pluma de las alas angelicales de los protectores humanos acercándose a la puerta su rostro acercaba a dicho obstáculo catando más el aroma nervioso de la damita escuchando el colocar de objetos y como se resbalaba haciéndole sonreír, con habilidad tomo la perilla de la puerta cerrando los ojos mirando entre a medio abrir no a la joven de por sí, no, la mirada del vampiro se fueron a sus piernas finas haciéndole sonreír más lobunamente, ya que sabía que esas piernas firmes y cuidadas las tenían las putas del burdel que frecuentaba. Sus pasos sigilosos cual cazador ante la presa ingreso al cuarto de baño cerrando tras de sí con la llavecita de está dejándola en su chaqueta en el bolsillo interno derecho mirando de pies a cabeza como subía por la improvisada escalera de escape acercándose a ella mirando hacia arriba.

-Si fuera usted mademoiselle no haría esto, se quedaría a la mitad del camino atascada y no es para ofender su figura puesto es de más hermosa y exquisita que excitaría a cualquiera al que usted mueva sus caderas con su andar, de eso no hay duda-

Sus manos rápidamente tocaron las piernas joviales notando el correr de su sangre y la excitación que su vitae causaba a cualquier hombre y quizás a uno que otro sobrenatural, ya que al parecer era de esas sangres calientes, lo que le hizo recordar sus viajes por el nuevo mundo y las victimas que tomaba de ahí y el frescor de su vida

-No sería mejor salir en vez como una ratita por un agujero, sería mejor la puerta, oh valla me olvidaba yo estaba cerca, pero porque alarmarse pequeña, no te iba a “comer” por pasar por el lugar, o quizás sí, pero no creo que si te comía te hubiese molestado, creo que hasta lo hubieses disfrutado-

Dio unos pasos hacia el lavamanos con la mano pasando por su mentón como si calculara o planeara algo, una risa algo fingida, para aquel que ya no conoce de esas emociones ni como representarlas mejor ya de ello no conocía, pero si conocía el arte de fingirlas, y su porte militar le ayudaba en ciertas ocasiones, pero su deseo inacabado con la dulce anfitriona lo iba a cobrar en la nueva mujer cueste lo que cueste y a todo sentir, lo iba a pagar por su interrupción, pero antes el lobo no se presenta como tal para no alarma a la hora de tomar aquellas cosas que tanto deseaba...Sangre, sexo, pasión y desenfreno.

Aún a gusto o en contra de la voluntad ajena, porque al final era solo eso ¿o no?

por **Ingrid Chassier** Dom Jul 08, 2012 10:56 pm

Me desesperas, me enervas,
me provocas, me sulfuras,
me... me... ¿Ah? O_O Ah sí...

Me excitas... >_<

Estaba llegando, logrando la libertad al meterse en el que sería su escape a la vida real cuando escuchó a sus espaldas una voz que no esperaba que llegara tan rápido. Oh-oh. ¿Qué hacer ahora? Y fue su lado cobarde el que acudió intentando trepar más rápido, sin éxito alguno claro. Esas manos alrededor de sus piernas sosteniéndola le hicieron notar que en primera, sí que ra un hombre grande porque semejantes manos la rodeaban de una forma que la hizo estremecerse de puro antojo y anhelo. En segunda, que tenía una fuerza envidiable porque la sostenía sin que sus manos apretaran en demasía su piel. En tercera, que le causaba un escalofrío de pura excitación pensar que él podría hacerla hacia sí y tomarla quizá como a la otra mujer que gemía y jadeaba de esa forma que le hizo morderse el labio inferior. ¡Qué calor hacía de pronto!

Aunque era un atrevido, mira que tocarla tan confianzudamente, sin tomar en cuenta que quería ¿Ayudarla? A salir del atolladero en el que se había metido, pero es que Ingrid no quería que le ayudara a ello, más bien se encontró deseando que le auxiliara de formas diferentes en las que fueran pieza fundamental sus alientos entremezclados, sus cuerpos entrelazados y sus sexos unidos. Se sonrojó de sólo pensarlo porque a pesar de no ser virgen, cierto era que jamás se había acostado con un hombre. Ni siquiera los Tremere se atrevieron a tanto. Se removió inquieta intentando soltarse, pero pronto entendió que si no se dejaba bajar iba a darse un golpe de santo y señor mío que no se le quitaría la dolencia ni con hierbas medicinales.

Casi gruñó cuando se alejó, casi porque tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para caer de pie en la habitación y voltear a ver a su interlocutor y el dueño de esas manos que... y ese sexo que... tragó saliva antojada, pero ¡Es que aquélla gritaba tanto que se antojaba! Le miró y se quedó sorprendida por esa innegable aura de sofisticación aunada a una total y salvaje pose que la hicieron pensar en quitarle la sonrisa de los labios con algún beso, pero a pesar de los derroteros de su mente, logró mantenerse estoica. No iba a caer con tal facilidad, así que metió las manos a los bolsillos de su falda y alzó la barbilla en una franca posición de desacato a su autoridad. Si tenía que pagar por su osadía, lo haría, pero ante la justicia, no ante él porque capaz de que le pedía que saldaran cuentas en la cama, el sofá, la mesa, el diván, bah, había tantos lugares y tan deliciosas las formas de tener sexo y perderse en las profundidades del otro… hasta el suelo por Dios era perfecto para estos menesteres que el hombre estaba para chuparse los dedos...

Aunque ella preferiría chupar... ejem... dejémoslo así…

por **Santhiago Morel** Sáb Jul 14, 2012 3:40 am

El sexo es el remedio
Para situar a tu cuerpo bajo el mío
Sometiéndolo a una entera lucha
Donde los gritos darán el orgasmo
De tu cuerpo entregando su vida al mío…

Que cuerpo, realmente que cuerpo, sus piernas firmes y apetecibles…despertando los deseos de levantar esas faldas y lamer, sus piernas hasta llegar al punto donde una lamida, una caricia haría que todo el lugar ardiera en llamas, que todo fuera destruido, y no, no estaba hablando de sus muslos solamente, sino de su sexo, el cual se le antojaba al vampiro que con sus manos sintió el correr de la electricidad en el cuerpo femenino, aunque deseaba sentir otro correr más cálido y placentero, oh si, el deseaba llegar a más a menos que la dama no deseara, pero bah, si a él no le importaba lo que ella quería sino lo que deseaba el mismo.

Sus manos subieron por sus caderas, delineando su cintura lentamente hasta tocar el borde de sus senos, perfectos y turgentes, como dos hermosas frutas lista para tomar entre besos y caricias, para lamer su centro y ponerlo más duro que una piedra pero a la vez delicado como lo que eran aquel néctar rojizo que podría alimentar a cuanto vástago del infierno viniera por ella.

-los cuerpos juntos quemando el lugar, pero sin las joyas que en su bolsillo se hayan- palabras fugases que no tendrían significado para otros, pero no necesitaba hondar en la mente ajena, más sus acciones le rebelaban lo que escondía, ni tampoco le bastaba ser brujo para saberlo, el aroma de su cuero le delataba completamente, su sudor era más que evidente, algo que le hizo sonreír, pues el sexo estaba a flor de piel y no se tardaría en llegar.

Salió del tocador dirigiéndose y recostándose al filo de la cama con su camisa a medio abrir, sus ojos no dejaban de ver los pechos y las caderas femeninas, pues el juego había empezado entre “iguales” por así decirlo, en donde cada paso debía ser medido…claro, claro él quería medir la profundidad de algo y no solo con la mirada sino con otras cosas que podían caber y hacer el deleite más grande

-su mirada suya dice todo lo que usted desea, porque hace esperar a sus deseos- un juego peligroso comenzó con esas palabras, pues estaban llenas de dos o más sentidos que sería difícil para cual ira realmente dirigido…y sobre todo cual respuesta esperaba tener…

-Dejemos que los deseos se hagan realidad hasta la fantasía más reprimida a fin de cuentas no vendrán en un muy buen rato, tendremos esta lugar hasta el amanecer prácticamente-

Una sonrisa afilada y unos ojos negros que desvestían y tomaban a la fuerza a ese cuerpo entre carnes suculentas llenas de pasión y desenfreno lujurioso done su lengua deseaba reposar entre mares cálidos y calientes junto a sus dedos tocando el botón que encienda los gritos de más...

por **Ingrid Chassier** Mar Jul 24, 2012 10:16 pm

¡¡Si no compra, no mayugue!!

¡Oh yeah! Sus caricias por su cuerpo nada más despertaron a la bestia. Sí, ya estaba avivada, pero con semejantes roces que... Maldito por antojársele, por darle lo que quería, por tratarla como debía, por... ¿Y si le robaba un besito? Sólo uno en esos labios que se le antojaban más que un buen vino o una fruta madura aunque no hay nada más próximo a estar listo que ese sexo masculino. Alzó una ceja mirándole sin disimulo alguno ¿Dónde había quedado el decoro? De seguro bajo su zapato y por si las dudas bajó la cabeza para hacerse a un lado y no, no se veía. Quizá él se lo llevara de paseo o fuera tal el papel que la lujuria quería desempeñar, que lo había enterrado seis metros bajo tierra y boca abajo, por si quería salir, que se fuera más profundo. Y ese pensamiento la hizo soltar una risita. ¡Ay Dios, tanta carne y ella con hambre!

Para su fortuna él caminó de nuevo a la habitación dejando sola a Ingrid unos instantes que aprovechó para sacar el abanico y echarse aire. Mira que la frialdad del cuerpo masculino no ayudó en nada a bajar la calor de su cuerpo. Sí, caliente, necesitada, urgida. Gruñó y fue a sentarse unos instantes en el silloncito más cercano para cerrar los ojos y recuperar la poca cordura que le quedaba. Tuvo que arrejuntarla con enjundia cuando el maldito pervertidor de inocentes se sentó en la cama donde ella sólo tenía que abrir los ojos para mirar el espectáculo libre a esa abertura en la camisa masculina que... bufff... se echó más aire con el abanico y rabió. ¿Por qué tenía que hacerlo tan difícil? Qué deleznablemente antojable se veía y ella con ganas de salir de ahí de inmediato. Bueno, podría ser que se tomara unos minutitos... un rapidín...

Se puso en pie y se acercó a él con el abanico en la mano alzando una ceja con autosuficiencia, dos podían jugar a ello y aunque se quemara estaba segura que sería más que placentero, que por fin perdería esa virtud respecto de los varones que provocaba enfermedades e incluso la muerte decían en algunos círculos a los que quizá él no perteneciera. Placer con gotas de sangre, eso haría. Aunque no sabía cuán cercanas serían esas palabras, llegó hasta él para colocar una rodilla a su derecha sobre la cama y luego la otra a su izquierda montándolo para sentarse sobre sus caderas y moverse de forma tal que se rozaran las caderas en tanto le miraba a los ojos y con el abanico, un tanto bruta, le golpeaba el hombro para que callara cualquier frase que saliera de esa brillante cabecita en tanto sus labios se dirigían a la comisura de la boca masculina y su lengua emergía para saborear con sensualidad no exenta de picardía la piel en tanto la otra mano se metía en el interior de la camisa, ronroneando al sentir la musculatura. Puro macho, tanto que se mojaba toda. Otro golpe con el abanico cuando intentó moverse y negó con la cabeza sonriendo. Quietecito se veía más sexy...

Porque las cosas se harían a la Chassier o no se harían. ¡Oh yeah!

por **Santhiago Morel** Lun Ago 20, 2012 4:35 pm

El que con fuego se mete a jugar….a la larga se ha de quemar.

Con las llamas de infierno la pequeña dama estaba jugando, si quería provocar una reaccione en el miembro viril de aquel que se encontraba sobre la cama…lo había conseguido, pues este se puso presto a notarse cuando la fémina se coloco sobre su pelvis rozando ambos sexos, el de ella húmedo y apetitoso al tacto y al paladar, el de el duro y rígido buscando esa humedad excitante.

Aquellos labios rosados buscaban abrir el primer infierno de orgias que tenia aquel vampiro dentro de si, si quería jugar…jugarían pero ¿a qué costo?...al costo que el decida porque no iba a dejar que la joven tomara todo el crédito…solo le haría pensar aquello, mejor pensar que actuar oh no…la miro con sutileza cuando sus labios tocaron la comisura de sus labios, sus manos fieras y rudas tomaron los glúteos de la mujer moviendo su cuerpo para adelante y atrás que se excitara más y más…que dejara su humedad en la tela de su pantalón, apretujo sus trasero aun sobre aquella tela molestosa ya. Sus ojos buscaron los ajenos…pero Hey que esas manos traviesas de ella también había tocado su piel, así que estaban a mano…al menos por el momento…pero la seducción seguía…asi que a jugar, pero a jugar su juego, sus reglas su disposición…aquella mujer quería quemarse, bien se quemara en el primer infierno…le haría ponerse tanto que se corriera solo con lo que vería y disfrutaría, ya fuera en sus manos o en otro lado pero aquella noche seria de pagas y descuentos.

Con una mano retiro el pecho femenino del suyo la miro de pies a cabeza con algo de indiferencia como si dijera “ya eso es toda tu fatalidad, vamos que he visto mejores” una mirada de esas a cualquier mujer la pone a rabiar y ahora era de ver que tanto la ponía a ella…con su mano derecha tumbo a la mujer junto a él, al otro lado de la cama, sentándose el al pie cerrando su camisa como si aquella batalla se hubiera acabado , pero no…aun quedaban muchas más por librar y ella las vería las sentiría, las gritaría y regodearía en ella…temblando de pura emoción al sentir uno tras otro y tras otro.

Con pose de indiferencia la miro, junto a la cama, tomo sus muslos, que muslos…los tomo con sus manos y la apego con fuerza a su pelvis, si como una fuerza de coito que sintiera y deseara su vagina que fuera ya tomada por su miembro, pero no solo la pego y con las piernas abiertas y el en medio la miro desafiante, recorrió con sus ojos aquel par de montañas que tenia como senos…ese pecho que subía y bajaba respirando fuertemente ¿excitada? Oh si, claro que lo estaba y mucho, su mano izquierda subió por su piel interna llegando a donde quería llegar al punto que lo unía a sus braguitas tocando parte de la tela que cubría aquella entrada, la acaricio, mojada…dejé que mis labios marcaran una sonrisa algo complacido por aquel regalo…pero quería mas, aquel par de dedos los lleve a mi boca lamiendo aquel néctar mirando a sus ojos penetrante…moviendo mi pelvis contra su intimidad para dejar que aquello se pusiera más chispeante a la hora de catar.

¿Cuándo seria aquello? Cuando el primer gemido de placer salga de aquellos labios que escupían veneno, de aquellos labios que buscaban tentar y pedían ser tentados, y no solo los labios superiores sino también los inferiores.

Off: disculpame la vida por la tardanza amor mio...espero esto lo compense

por **Ingrid Chassier** Mar Ago 21, 2012 10:08 pm

Me ama, no me ama, me ama...
¿A quién le importa?
Con que folle bien,
¡¡Se le pasa todo!!

¿Indiferencia? Sí, lo detectó e hizo una mueca para ser acostada en la cama en tanto él se abotonaba la camisa. ¿Qué le pasaba a este tipo? ¿Quién se creía primero incitando y ahora dándoselas de gran señor? Entornó los ojos pensando en una salida aparte de las pocas que tenía en estos momentos. Además, no es que fuera una experta en sexo como él parecía necesitar o esperar. Sus experiencias sólo habían sido con una mujer en los Países Bajos y nada más. Era virgen en cuanto a hombres se refería y si este malnacido creía que iba a ganarle, estaba muy equivocado. Hizo el amago de querer levantarse o más bien, intentó hacerlo, pero él la detuvo tomándola de los muslos y pegándola a sus caderas. Ella tragó saliva al sentirle, algo que jamás había hecho con ningún otro hombre. Le temblaron durante un instante los labios y se mordió el inferior nerviosa. Aspiró aire profundo para darse fuerzas, ánimos. ¿Seguiría adelante después de lo que le había hecho, de su desplante?

Por Dios que sí, lo necesitaba, el deshacerse de esa virginidad que sólo estorbaba y qué mejor que con este hombre que le gustaba. Sí, le encantaba, le fascinaba, mejor con él que con cualquier otro hijo de vecina. Rogaba porque le gustara, pero no estaba tan segura de ello. Su mano la acarició en su intimidad y ella se sonrojó, pero no sólo de timidez, si no de deseo. Le anhelaba, le quería para ella, que la hiciera llegar al orgasmo que tanto se contaba entre las mujeres de la calle. Ese que pocas tenían porque los hombres no eran capaces de contener su ansiedad para hacerles el amor y no sólo tener sexo así porque sí. Quedó boquiabierta al ver cómo llevaba esos dedos a su boca, cómo los probaba, porque era lo que fluía de su vagina. Algo que con aquélla mujer en la cama, había aprendido a no tener asco, todo lo contrario. Él lo hacía y ella tragaba saliva expectante, esperando ver qué más le ofrendaría. Mas sin embargo, él se quedó sólo golpeando su sexo con el suyo.

No negaba que le causaba estremecimientos cada uno de sus movimientos, pero no se comparaba a lo que Louise le había enseñado. En absoluto. El placer que ella le ofreció fue generoso, fue potente, fue increíble. Y en eso mismo empezó a pensar, a recordar cerrando los ojos, ningún efecto que él provocara, aspiró y soltó el aire moviendo las caderas a un ritmo por completo diferente del que él marcaba. Sólo su mente estaba ocupada en recordar a Louise, sus caderas le buscaban en consecuencia olvidándose de las masculinas. Para ella, no había nada más excitante que Louise, ni siquiera este macho que tenía la oportunidad de tocarla o cualquier otro. La mujer había dejado en Ingrid su esencia, su poder, su experiencia y eso mismo era lo que Ingrid reconocía como placer. Gimió lento, pero de su boca salió un nombre que quizá no fuera lo que él esperaba...

Susurró el nombre de "Louise"

por **Santhiago Morel** Vie Ago 24, 2012 11:30 pm

Se la come el lob feroz
No, no se la come, se la va a follar
La Follara, no la va a hacer sufrir
Sufrirá, no solo se correrá de tanto placer que sus gritos nadie oirá…

Un nombre, solo un nombre le dio un suspiro no de olvido sino de recuerdos…y que recuerdos, un bar, una orgia, un sexo desenfrenado que solo pudo soltar un poco de aire…si bufo por los recuerdos, aquella mujer que le hizo hacer una orgia solo para ella., una orgia que termino con una desenfreno total del sexo…aquellas vistas nunca las dejo ver a nadie, aquellas habilidades y cada vez que movía su pelvis contra la de aquella mujer sentía la humedad de su sexo mojar su pantalón.

Sus ojos se abrieron lentamente y miró aquellos senos, senos que le recordaron a aquella mujer en los callejones, aquella que le dejo un recuerdo muy rudo e inolvidable que solo se puede quitar con la muerte, ni con ella pues su perfume queda en tus huesos y en tus cenizas, es casi imposible olvidar esa presencia…y que presencia era aquella…tanto la recordó que movió su pelvis contra la de la mujer con algo de fuerza tomando sus piernas con esa posesión que sintió contra aquella vampira.

Subió mas su mirada y aquel sonrojo no solo le trajo un recuerdo, si un le hizo revivir aquella situación en aquel lugar cuando destruyó a aquella flor dejándole solo dolor y tortura a su ser, ummm que recuerdos… su dolor y su sufrimiento fue un manjar que disfruto al máximo, incluso se dejo llevar a mas moviendo con más fuerza y más sentido su pelvis contra la de ella como si la estuviera follando en ese momento, como si disfrutara de su sexo con su miembro.

No había motivo, no había razón…deseaba a aquella mujer, aquella que llamo a un nombre, nombre que no se le hizo desconocido pues la mujer de aquel nombre también la había conocido y habían compartido una noche muy provechosa en aquel bar de mala muerte, donde las copas solo fueron un segundo plano, donde el primer plano fue lo que lograron crear entre ambos seres de la noche.

La miro soltando sus piernas…subiendo nuevamente hasta colocar su mano por completo sobre su sexo presionando su mano contra este dejando que el dedo del corazón tocara aquella entrada húmeda…la miro desafiante, pero con el lívido en sus pupilas negras, metió su mano entre aquellas braguitas tocando más su piel mojada, sus dedos se deleitaron con su clítoris, con aquellos labios inferiores, tanto se dejo llevar por ese manjar que su dedo del medio comenzó a acariciar aquel punto sensible, pero aquella prenda le coartaba la libertad de manosearla más y más, así que con su otro mano tiró de aquella prenda rompiéndola mostrando esa piel mas y más.

Admiró su sexo y dejó que su pulgar ahora jugara con aquel pedazo de piel que se estremecía y hacia que la mujer gimiera, la miro con una sonrisa lujuriosa y lasciva, su dedo del medio jugaba con sus labios inferiores acariciándolos hasta que no se contuvo y de un solo tirón penetro con dos dedos el sexo de la mujer…sus ojos se cerraron de golpe soltando el aire que tenía de excitación al sentir su vagina húmeda, caliente y sobre todo poder sentir aquellos fluidos en su mano correr, no se detuvo si no que comenzó a penetrarla acercando sus labios a aquel escote que mostraba aquellos atributos redondos a los cuales le apetecía corromper con una y mil formas para ponérselos duros y apetitosos…quería verlos saltar de tanto que le haría.

por **Ingrid Chassier** Dom Ago 26, 2012 9:36 pm

Puedes jugar con fuego,
sólo no te quejes si te quema.

¿Por qué decir que eres virgen cuando estuviste con tantos hombres? Porque nunca fue tu decisión. No quisiste hacerlo, no lo deseabas. Ingrid tenía eso a cuestas, pero durante mucho tiempo lo mantuvo oculto, bloqueado, pero ahora el fantasma iba emergiendo de su mente, lento como una congregación de humo iba saliendo hasta tomar forma ante ella, mostrarle una cara distorsionada de la realidad, haciéndola abrir los ojos como platos y tragar saliva. Empezó muy lento, desde esa apertura de sus orbes, el paso de la saliva por segunda y tercera vez hasta que le lastimó la garganta. El temblor de sus manos que se le pusieron frías y húmedas. Su frente empezando a perlarse de sudor, el castañeo muy lento de sus dientes. Cerró los ojos, tenía que hacerlo, pero sentía un hueco por estómago y una náusea que no parecía abandonarla.

Se pasó muy lento la lengua por el labio, desde la comisura hasta el centro y luego, la otra comisura. Se dejó los pliegues brillantes y sus ojos empezaron a generar algunas pequeñas acumulaciones que sólo terminaron en una lágrima que resbaló por el rabillo del ojo, hasta su sien y más abajo. Tembló luego de ello, sobre todo cuando él la penetró con los dedos, toda la excitación que había sentido se tornó hielo. Tensión, estress... un engarrotamiento desde la cabeza hasta la punta de los pies. Apretó los dientes, las quijadas se tensaron demasiado y se puso muy tirante. Su cuerpo dejó de contestarle a pesar de que él estuviera penetrándola y besando sus senos. Su corazón generó una arrítmia en tanto ella desviaba la cabeza cerrando fuerte los párpados rogando porque fuera rápido, le metiera eso y saliera ya.

¿Cuántas veces no estuvo así entre su familia? Muchas, la cuenta ya no la tenía, se perdió en el pasado, en la bruma que ella no quería recuperar. ¿Para qué? Sólo era sufrimiento tras otro. Dolor, una espada abriéndole las entrañas de forma contínua. Con Louis no fue así, pero porque era una mujer, porque siempre la vampiresa se afanó en mantener la mente de Ingrid embotada, en un mar de sensaciones y palabras que le permitieron estar sexualmente y disfrutar de la experiencia. Porque con ella sí tuvo la confianza de confesarse, pero ¿Con él? Este hombre apenas lo había conocido y si bien con Louise fue igual, él tenía las de perder: era un varón y como tal, ella les tenía miedo cuando llegaban a un punto como el de ahora.

Intentó zafarse una sola vez, pero fue imposible, él aún estaba sobre ella y otra lágrima recorrió su mejilla. Negó e intentó alejarse, pero su cuerpo no le respondió. Miró intentando encontrar algo que pudiera ayudarla, abrió la boca, pero nada salió de ella, el miedo la paralizaba, la enmudecía. Le dolería, como siempre con ellos. Le haría un daño no sólo físico, sino psicológico, emocional. No quería estar con él, así no. Ya no. Creyó que iba a ser igual que con Louise con quien sólo había disfrutado, pero no fue así. Él, Santhiago, sin saberlo, era el primer hombre con el que estaría tras esos episodios llenos de violencia y sadismo. No quería que su vagina doliera por días y días y sangrara profusamente tras las penetraciones, esos vaivenes que sólo la hacían gritar de dolor. De miedo. De pavor... Su cabeza intenta moverse sin éxito. Lo único que logra es desviar el rostro y llorar... otra vez no... rogaba... otra vez... no.

Fácil no es, olvidarte de tu pasado con un simple pase de manos.

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