AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Baño de la luna {Privado}
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Baño de la luna {Privado}
Apenas comenzaba este sendero donde ni más ni menos el camino era el burdel, oscuro siniestro se encontraba en los callejones, gemidos a sueltos me hacían espiar en las ventanas para saborear un poco de esa delicia ajena, volar como la sombra que era sin que nadie le viera, sin que nadie lo mirase solo podía sentir escalofríos de los demás torturante pero acogedor, al entrar la puerta fue abierta, el viento hizo que todos se quedaran sorprendidos ante la llegada de Monsieur D`Lenfent , ya era conocido por esos lugares al menos murmuraban bien que era un extraño enloquecido por la noche…Mientras reía por dentro y se adentraba al lugar de repente su mente fue despejada aquel cuerpo que ya lo veía desnudo, si ella supiera lo que su mente observaba de ella, quizás se asombraría de saber lo que el vampiro quiere, sentir su piel, rozar su aliento, mientras sus benditas manos esperan sentir su cuerpo desnudo siempre susurrándole palabras a su oído, diciéndole: ¡Te deseo, te necesito! Oír que le encanta mi cuerpo, mientras sus manos despacio recorren sus pechos, dibujando despacio su esbelto cuerpo, mientras sus labios se encuentran en un beso, candente éxito sin sentir el tiempo como me sentía despertando apasionadamente, careciendo de sentimientos para hacer el amor y fundirse en un solo cuerpo hasta sentir el juego del amor en lo más ¡excelso!
Le miraba y pareciera tener los ojos de porcelana, un rubio intenso en la mirada, mientras le acaricio me excito, le aprieto y no se explico porque suenas a otoño, ¿Por qué le siento en mi entera? Sus dedos surcan su cuerpo mientras siente que vibran a cientos, su voz le acompaña en la aurora, es ella la indicada esta noche.
Decidido por el tiempo por el cuerpo, se encaminaba en donde se encontraba sentada como una muñeca esperando su primer beso para deshacer el hechizo que le ha dejado en todas las noches, ¡Acaso es la princesa del sexo! Que sea así, el será su caballero, ella aun desinteresada de él demostraba un mezquino placer por verle, y es ahí cuando el vampiro le miro justamente enfrente de su territorio, de su jardín salvaje convertido ya en un terrorífico lugar. Tan solo con su presencia se demostraba todo oscuro como la pasión que nace de la nada.
Regalando mil sonrisas descaradas de cordial saludos, gestos hermosos que hacen temblar del susto, jugando a ser el caballero de esta noche. Pero lo más importante ¿Sera necesario? Bajarle las estrellas, ofrecerle el mundo entero con tal que esta sea suya…No, se contradecía es hora de empezar…
Se inclino para mirarle a los ojos tomando aquel delicado rostro entre sus manos para que le mirase ya que esta se negaba a hacerlo, haciendo que esta desee besarlo para que al llegar el momento se aleje y la deje con tan deseo.
Le miraba y pareciera tener los ojos de porcelana, un rubio intenso en la mirada, mientras le acaricio me excito, le aprieto y no se explico porque suenas a otoño, ¿Por qué le siento en mi entera? Sus dedos surcan su cuerpo mientras siente que vibran a cientos, su voz le acompaña en la aurora, es ella la indicada esta noche.
Decidido por el tiempo por el cuerpo, se encaminaba en donde se encontraba sentada como una muñeca esperando su primer beso para deshacer el hechizo que le ha dejado en todas las noches, ¡Acaso es la princesa del sexo! Que sea así, el será su caballero, ella aun desinteresada de él demostraba un mezquino placer por verle, y es ahí cuando el vampiro le miro justamente enfrente de su territorio, de su jardín salvaje convertido ya en un terrorífico lugar. Tan solo con su presencia se demostraba todo oscuro como la pasión que nace de la nada.
Regalando mil sonrisas descaradas de cordial saludos, gestos hermosos que hacen temblar del susto, jugando a ser el caballero de esta noche. Pero lo más importante ¿Sera necesario? Bajarle las estrellas, ofrecerle el mundo entero con tal que esta sea suya…No, se contradecía es hora de empezar…
Se inclino para mirarle a los ojos tomando aquel delicado rostro entre sus manos para que le mirase ya que esta se negaba a hacerlo, haciendo que esta desee besarlo para que al llegar el momento se aleje y la deje con tan deseo.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Fecha de inscripción : 23/11/2010
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Re: Baño de la luna {Privado}
La noche estaba movidita, se estaba terminando de arreglar porque sus compañeras no se daban abasto. Un vestido blanco (una irracional elección, porque normalmente no vestía de ese color, no era pura, no lo sería más, esa etapa se había perdido), encima del liguero rosa, las medias largas y los tacones en un tono rosado, como los adornos de su vestimenta. Se había cepillado el cabello, haciéndose un complicado moño que podría seducir a un hombre de soltarlo lentamente haciéndose de su olor y sedosidad. El maquillaje era muy natural, pero con unos labios rosados y una mirada enfatizada por las sombras que hacían brillar intensamente sus ojos.
Escucha las voces de la madame, no parece contenta porque las chicas estuvieran perdiendo el tiempo, así que se toma la libertad de tomar un poco de perfume y colocárselo en cuello, escote, detrás de las orejas, muñecas, corvas y un poco, sólo unas gotas, en su entrepierna, sonriendo coqueta al espejo, aspirando y cerrando los ojos, dejando atrás el pasado, volviendo al presente, al futuro y atravesó el umbral, para mirar a su alrededor.
Hombres ricos guapos y otros no tanto podían verse, siendo atendidos en las habitaciones o bien, con alguna de sus compañeras en las piernas mientras degustan una botella de licor o bien, juegan a las cartas. Es cuando recuerda y regresa con prontitud, a tomar su pulsera y volver al burdel, sonriendo a los hombres, asintiendo ante sus compañeras, caminando y luciendo su cuerpo, con ese vestido escotado que tan bien le va, pegadito a la figura, dejando sus caderas incitantes, su cintura abrazable... buscando a algún varón desocupado y alzando una ceja al no encontrarlo. Esa noche necesitaba de los brazos de algún osado, algo delicioso al pensar y magnífico al experimentar. Se sentía irracionalmente excitada, lo que no entendía, porque no era normal en sí.
Un hombre la atajó y le sonrió prometiéndole una noche deliciosa, pero más embriagado no podía estar... ella sonrió y le tomó la cintura, hablándole al oído con ese tono tan sexy que excitaba a los varones... los perdía, no les permtía detectar el peligro y caían en sus redes. Tan fácil y al mismo tiempo tan denigrante en ellos. Porque podía conseguir lo que quisiera tan rápido. Lo cual la aburría y la frustraba, por eso prefería a los hombres que conquistaban, que la hacían anhelar. Una mirada a la madame y asintió, llevando al hombre a la habitación donde algunas de sus compañeras le complacerían y desfalcarían sin duda.
Chasqueó la lengua y al regresar al salón, fue a sentarse en una mesa, apenas había tomado asiento sobre la silla, cuando los vellos de la nuca se le erizaron deliciosamente... Tenía ese don para detectar cuando alguien la miraba con intención de más... mucho más... sintió la satisfacción recorrerla, la examinaban, la desnudaban... y eso le agradaba. Tenía valor. Mucho.
Su cuerpo tembló levemente ante las sensaciones de anticipación, de anhelo por sentirse rozada por las manos y los labios del, rogaba, hombre, sí, eso deseaba, un varón que no sólo la tomara para sí, como la mayoría de los estúpidos que ahí llegaban, si no que se tomara el tiempo para conquistarla, para dominarla y luego, llevarla a la cama para hacerla mucho más feliz de lo que era con el estómago hecho un enorme hueco.
Sintió unas manos gélidas tomarle el tibio y suave rostro, voltearla hacia él, para que sus ojos azules miraran los pardos que la observaban a su vez... sus pupilas se dilataron lenta, pero irremediablemente, mientras lo admiraba, lo olía y se sentía sin dudar, excitada... anhelante de algo más con él... sus labios se curvaron en una sonrisa coqueta y sus labios cual fresas, fueron profanados por unas perlas blancas, que apretaron para morderlo de una forma sexy... sus ojos mostraban la complacencia de ver algo que gusta, algo que interesa...
El femenino aroma a nardos y un delicioso toque desconocido siempre embargaba la nariz, profanando y azuzando el deseo, el erotismo, mientras su carita dulce tornaba a sexy y anhelante. Con un hermoso cuello que mostraba el pasar de la saliva hacia el cuerpo, la niña ansiaba y deseaba... entreabrió los labios en una invitación silenciosa, sin tocarlo siquiera, disfrutando del roce de manos cuales témpanos, que acariciaban su rostro, una carita que se movió contra ellas, rozándolas, un inicio a la sensualidad...
- Messié... - dijo sonriendo, con esa voz ronca, sexy, deliciosa al oído, cuales cuerdas bien afinadas de un violín tocadas de forma armoniosa - ¿Va a mirar o va a conquistar... - aspiró su aroma - lo que puede ser suyo...? - sonrió ladinamente, entre una mirada coqueta y una más traviesa, se puso en pie y fue a sentarse en otra silla, dejándole la suya al caballero, esperando, rogando, porque fuera capaz de ser hábil en las palabras, en la conquista y sobre todo... en la cama...
Escucha las voces de la madame, no parece contenta porque las chicas estuvieran perdiendo el tiempo, así que se toma la libertad de tomar un poco de perfume y colocárselo en cuello, escote, detrás de las orejas, muñecas, corvas y un poco, sólo unas gotas, en su entrepierna, sonriendo coqueta al espejo, aspirando y cerrando los ojos, dejando atrás el pasado, volviendo al presente, al futuro y atravesó el umbral, para mirar a su alrededor.
Hombres ricos guapos y otros no tanto podían verse, siendo atendidos en las habitaciones o bien, con alguna de sus compañeras en las piernas mientras degustan una botella de licor o bien, juegan a las cartas. Es cuando recuerda y regresa con prontitud, a tomar su pulsera y volver al burdel, sonriendo a los hombres, asintiendo ante sus compañeras, caminando y luciendo su cuerpo, con ese vestido escotado que tan bien le va, pegadito a la figura, dejando sus caderas incitantes, su cintura abrazable... buscando a algún varón desocupado y alzando una ceja al no encontrarlo. Esa noche necesitaba de los brazos de algún osado, algo delicioso al pensar y magnífico al experimentar. Se sentía irracionalmente excitada, lo que no entendía, porque no era normal en sí.
Un hombre la atajó y le sonrió prometiéndole una noche deliciosa, pero más embriagado no podía estar... ella sonrió y le tomó la cintura, hablándole al oído con ese tono tan sexy que excitaba a los varones... los perdía, no les permtía detectar el peligro y caían en sus redes. Tan fácil y al mismo tiempo tan denigrante en ellos. Porque podía conseguir lo que quisiera tan rápido. Lo cual la aburría y la frustraba, por eso prefería a los hombres que conquistaban, que la hacían anhelar. Una mirada a la madame y asintió, llevando al hombre a la habitación donde algunas de sus compañeras le complacerían y desfalcarían sin duda.
Chasqueó la lengua y al regresar al salón, fue a sentarse en una mesa, apenas había tomado asiento sobre la silla, cuando los vellos de la nuca se le erizaron deliciosamente... Tenía ese don para detectar cuando alguien la miraba con intención de más... mucho más... sintió la satisfacción recorrerla, la examinaban, la desnudaban... y eso le agradaba. Tenía valor. Mucho.
Su cuerpo tembló levemente ante las sensaciones de anticipación, de anhelo por sentirse rozada por las manos y los labios del, rogaba, hombre, sí, eso deseaba, un varón que no sólo la tomara para sí, como la mayoría de los estúpidos que ahí llegaban, si no que se tomara el tiempo para conquistarla, para dominarla y luego, llevarla a la cama para hacerla mucho más feliz de lo que era con el estómago hecho un enorme hueco.
Sintió unas manos gélidas tomarle el tibio y suave rostro, voltearla hacia él, para que sus ojos azules miraran los pardos que la observaban a su vez... sus pupilas se dilataron lenta, pero irremediablemente, mientras lo admiraba, lo olía y se sentía sin dudar, excitada... anhelante de algo más con él... sus labios se curvaron en una sonrisa coqueta y sus labios cual fresas, fueron profanados por unas perlas blancas, que apretaron para morderlo de una forma sexy... sus ojos mostraban la complacencia de ver algo que gusta, algo que interesa...
El femenino aroma a nardos y un delicioso toque desconocido siempre embargaba la nariz, profanando y azuzando el deseo, el erotismo, mientras su carita dulce tornaba a sexy y anhelante. Con un hermoso cuello que mostraba el pasar de la saliva hacia el cuerpo, la niña ansiaba y deseaba... entreabrió los labios en una invitación silenciosa, sin tocarlo siquiera, disfrutando del roce de manos cuales témpanos, que acariciaban su rostro, una carita que se movió contra ellas, rozándolas, un inicio a la sensualidad...
- Messié... - dijo sonriendo, con esa voz ronca, sexy, deliciosa al oído, cuales cuerdas bien afinadas de un violín tocadas de forma armoniosa - ¿Va a mirar o va a conquistar... - aspiró su aroma - lo que puede ser suyo...? - sonrió ladinamente, entre una mirada coqueta y una más traviesa, se puso en pie y fue a sentarse en otra silla, dejándole la suya al caballero, esperando, rogando, porque fuera capaz de ser hábil en las palabras, en la conquista y sobre todo... en la cama...
Ingrid Chassier- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 30/09/2011
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Re: Baño de la luna {Privado}
Como tal vampiro deseaba jugar solo deseaba que rechazara ante sus encantos que le hiciera torturar por un momento, deseaba que fuese más fuerte y resistente ante sus palabras ¡Una más! Que esperaba que terminara como todas, sensibles y frágiles dejándose llevar los deseos escondidos, le miraba y veía en ella una fortaleza que deslumbrara solo era cuestiones de esperar a su partida.
Que no os dejáis seducir, no hay retorno alguno que remover, la noche esta en las puertas, ya hay viento nocturno, no vendrá otra noche como esta ¡Es hora o nunca! No te dejes engañar con que la vida es arrebatada con un sueño perdido, su tiempo no es mucho, se está tardando en responder.
¡Alma desnuda! Me siento un alma desnuda estando a su lado, ciento una angustia al verla, una soledad al mirarle, veo que deja sus pétalos dispersos. Eres una amapola, puedes ser un lirio, una violeta, un peñasco o una selva de ola.
Su cabello vaga inquieto, rogando que le acaricie, durmiendo dulcemente acomodado en su piel tersa y suave. Contradicciones venían en su mente, su alma deseaba que le rechazara pero su cuerpo se negaba a tal idea, soñaba su cuerpo al estar entrelazando sus dedos mientras su piel se mezcla con la suya perdiéndose entre caricias y pasiones.
Complacido podría estar al mirarle, ya estaba satisfecho deseaba su musa para inspirarse y ahora era ella la que deseaba algo mas…Era fascinante poder leer su mente, excitante me sentía tan solo al oírle, una maravilla de mujer pero que se podría decir ese era su trabajo.
¡Trabajo! Sera eso lo que el alma me dicta que solo busca dinero el cual necesita de una ambición incontrolable, será ella una más de las que solo espera complacer al cliente y ellas permanezcan duras t secas al momento de unirnos, se veía dulce y frágil, toda una belleza.
Su rostro angelical de una niña apenas nacida entre la humanidad perdida y sola en busca de un camino donde las rosas se le ofrezcan, regalos se le sedan por la llegada de la primavera en sus ojos, los arboles bailarines estarán a su favor por su cabellera esplendida.
Gélidas manos incontrolables, seducían su piel fría y sin sentir alguna excitación, pero esta vez fue diferente, podía sentir la frescura en sus manos, su dulce miel de allano…Jugosa era, labios tal cual deseosos de presionar con un solo beso mortal ante su movimiento.
Esplendidas melodías de sus labios pronunciaban perturbaciones al oírle, perfecta era y se mostraba ante mis caderas una mujer lujuriosa. Sus labios abriéndose lentamente con ademan de sensualidad se fueron acercando a su oído donde le susurro.-Deséalo-termino y le modio su hélix el cual sonrió maliciosamente y su mano se fue deslizando en su pierna…Solo es cuestión de tortúrarla y dejar que esta desee que le toque…
Que no os dejáis seducir, no hay retorno alguno que remover, la noche esta en las puertas, ya hay viento nocturno, no vendrá otra noche como esta ¡Es hora o nunca! No te dejes engañar con que la vida es arrebatada con un sueño perdido, su tiempo no es mucho, se está tardando en responder.
¡Alma desnuda! Me siento un alma desnuda estando a su lado, ciento una angustia al verla, una soledad al mirarle, veo que deja sus pétalos dispersos. Eres una amapola, puedes ser un lirio, una violeta, un peñasco o una selva de ola.
Su cabello vaga inquieto, rogando que le acaricie, durmiendo dulcemente acomodado en su piel tersa y suave. Contradicciones venían en su mente, su alma deseaba que le rechazara pero su cuerpo se negaba a tal idea, soñaba su cuerpo al estar entrelazando sus dedos mientras su piel se mezcla con la suya perdiéndose entre caricias y pasiones.
Complacido podría estar al mirarle, ya estaba satisfecho deseaba su musa para inspirarse y ahora era ella la que deseaba algo mas…Era fascinante poder leer su mente, excitante me sentía tan solo al oírle, una maravilla de mujer pero que se podría decir ese era su trabajo.
¡Trabajo! Sera eso lo que el alma me dicta que solo busca dinero el cual necesita de una ambición incontrolable, será ella una más de las que solo espera complacer al cliente y ellas permanezcan duras t secas al momento de unirnos, se veía dulce y frágil, toda una belleza.
Su rostro angelical de una niña apenas nacida entre la humanidad perdida y sola en busca de un camino donde las rosas se le ofrezcan, regalos se le sedan por la llegada de la primavera en sus ojos, los arboles bailarines estarán a su favor por su cabellera esplendida.
Gélidas manos incontrolables, seducían su piel fría y sin sentir alguna excitación, pero esta vez fue diferente, podía sentir la frescura en sus manos, su dulce miel de allano…Jugosa era, labios tal cual deseosos de presionar con un solo beso mortal ante su movimiento.
Esplendidas melodías de sus labios pronunciaban perturbaciones al oírle, perfecta era y se mostraba ante mis caderas una mujer lujuriosa. Sus labios abriéndose lentamente con ademan de sensualidad se fueron acercando a su oído donde le susurro.-Deséalo-termino y le modio su hélix el cual sonrió maliciosamente y su mano se fue deslizando en su pierna…Solo es cuestión de tortúrarla y dejar que esta desee que le toque…
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Baño de la luna {Privado}
La noche se estaba transformando en algo realmente interesante, mientras que por un lado deseaba, anhelaba un contacto más íntimo, más satisfactorio, por el otro, lo único de lo que era capaz, era de darle largas, provocarlo y hacerle ver que no sería tan fácil para él el conquistarla. Porque había algo en su mirada...
En esos profundos ojos que la hipnotizaban, que querían arrebatarle sus secretos más profundos, más acuciantes... donde una pequeña de cuatro años había sido alejada de ella, donde jamás podría alargar la mano y acariciarla de nuevo. Cerró los ojos impidiéndole entrar más en lo profundo de su mente, no quería que nadie le arrebatara eso.
Era mucho más importante que su cuerpo, que su mente tomada durante el tiempo que el hombre pudiera costear. Donde las risas falsas y la mezquindad de lo que la rodeaba no podía llegar. A salvo, entre recuerdos dulces y que la hacían levantarse día con día, buscando la fuerza y la forma para recuperarlos de nuevo, para tenerlos a diario y que no fueran sólo pasado.
- Messié - dijo sonriendo - llega, coquetea, pero no me hace sudar - rió divertida y se aguantó el suspiro cuando él hizo su maniobra - no quiero un hombre de cuento, quiero alguien que me intoxique, si no puede hacerlo con un roce, con palabras y besos, entonces buscaré en otro lugar, porque de momento, no lo está logrando.
Se puso en pie, una maniobra, sabía que debía interesarle más, enloquecerlo y al mismo tiempo, conquistarlo para que le correspondiera. Toma y daca. Uno por otro. No podía exigir sin dar nada a cambio. Se subió a la silla con facilidad, de ahí a la mesa y tras una palmada y el atraer la atención de la banda que tocaba. empezó a bailar al compás de la música.
Pura pasión, movimientos fluidos y constantes, mientras que las sonrisas incitaba. Manos yendo y viniendo, mientras que los ojos seducían. Contoneos acompañados de sabor, de intensidad, de erotismo, mientras que las expresiones cautivaban. Si él iba a ser su pareja de la noche, que peleara, que demostrara por qué lo iba a hacer.
Ahora mismo, la taberna estaba incitada, por el bailecito sobre la mesa de la cortesana, con algunos pases y movimientos de manos que dejaban ver los zapatitos, las bien torneadas pantorrillas y alguna que otra vez, más generosa, más malvada, dejando ver las rodillas y los muslos torneados, acariciables... con un liguero que endurecía virilidades y dejaba que la mente viajara por lugares intransitables.
Ingrid reía, sintiéndose libre ante cada paso, sabiendo qué hacer y cómo hacerlo, un movimiento, una sonrisa, una mirada, el pasar la lengua por los labios. Dejando sacar a la mujer, a las pasiones, a las sensaciones, olvidándose de la mente, de los sentimientos. Dejando fluir todo y siendo una con el río embravecido. Riendo y siendo feliz.
Coqueteando y dejando que la conquistaran. Hasta se atrevió a llevar el dedo índice y besarlo para soplar contra él, como si dejara volar el beso en dirección a Nicolás...
Tras la música, aplaudió una vez y bajó con facilidad, haciendo gala de una sensualidad maravillosa y miro a Nicolás...
- ¿Cómo dijo?... - pensó - ah sí... Deséalo - rió iluminando su bello rostro esperando que realmente no se dejara vencer, que atacara...
Que la atacara...
En esos profundos ojos que la hipnotizaban, que querían arrebatarle sus secretos más profundos, más acuciantes... donde una pequeña de cuatro años había sido alejada de ella, donde jamás podría alargar la mano y acariciarla de nuevo. Cerró los ojos impidiéndole entrar más en lo profundo de su mente, no quería que nadie le arrebatara eso.
Era mucho más importante que su cuerpo, que su mente tomada durante el tiempo que el hombre pudiera costear. Donde las risas falsas y la mezquindad de lo que la rodeaba no podía llegar. A salvo, entre recuerdos dulces y que la hacían levantarse día con día, buscando la fuerza y la forma para recuperarlos de nuevo, para tenerlos a diario y que no fueran sólo pasado.
- Messié - dijo sonriendo - llega, coquetea, pero no me hace sudar - rió divertida y se aguantó el suspiro cuando él hizo su maniobra - no quiero un hombre de cuento, quiero alguien que me intoxique, si no puede hacerlo con un roce, con palabras y besos, entonces buscaré en otro lugar, porque de momento, no lo está logrando.
Se puso en pie, una maniobra, sabía que debía interesarle más, enloquecerlo y al mismo tiempo, conquistarlo para que le correspondiera. Toma y daca. Uno por otro. No podía exigir sin dar nada a cambio. Se subió a la silla con facilidad, de ahí a la mesa y tras una palmada y el atraer la atención de la banda que tocaba. empezó a bailar al compás de la música.
Pura pasión, movimientos fluidos y constantes, mientras que las sonrisas incitaba. Manos yendo y viniendo, mientras que los ojos seducían. Contoneos acompañados de sabor, de intensidad, de erotismo, mientras que las expresiones cautivaban. Si él iba a ser su pareja de la noche, que peleara, que demostrara por qué lo iba a hacer.
Ahora mismo, la taberna estaba incitada, por el bailecito sobre la mesa de la cortesana, con algunos pases y movimientos de manos que dejaban ver los zapatitos, las bien torneadas pantorrillas y alguna que otra vez, más generosa, más malvada, dejando ver las rodillas y los muslos torneados, acariciables... con un liguero que endurecía virilidades y dejaba que la mente viajara por lugares intransitables.
Ingrid reía, sintiéndose libre ante cada paso, sabiendo qué hacer y cómo hacerlo, un movimiento, una sonrisa, una mirada, el pasar la lengua por los labios. Dejando sacar a la mujer, a las pasiones, a las sensaciones, olvidándose de la mente, de los sentimientos. Dejando fluir todo y siendo una con el río embravecido. Riendo y siendo feliz.
Coqueteando y dejando que la conquistaran. Hasta se atrevió a llevar el dedo índice y besarlo para soplar contra él, como si dejara volar el beso en dirección a Nicolás...
Tras la música, aplaudió una vez y bajó con facilidad, haciendo gala de una sensualidad maravillosa y miro a Nicolás...
- ¿Cómo dijo?... - pensó - ah sí... Deséalo - rió iluminando su bello rostro esperando que realmente no se dejara vencer, que atacara...
Que la atacara...
Ingrid Chassier- Mensajes : 102
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Re: Baño de la luna {Privado}
¡Simple! La transparencia, el fluido de su fragancia, que era lo que tenia, deseaba saber hasta dónde llegaría la dama, provocarla, sacarle esa mujer que le apasiona que no se deja tan fácilmente. El papel de “Caballero” Le venía bien pero como siempre era una buena forma para saber hasta qué punto podría llegar una mujer, y valla que ahora al verle, esa frialdad que se podía distinguir, la razón por la cual mi piel se unía a la de ella tan deseosa de sentirle.
Esa farola de pensamientos, un poco testarudo al oírle pero era lo que quería sacar de ella. Este papel era más interesante cuando mas profundizaba cada dialogo, cada movimiento. Esta maldita idea de comenzar una obra en un Burdel alado de una cortesana. Demostrar que no solo la muerte regala pasiones, que no hay necesidad de tal romanticismo. Mi ideología estaba en lo cierto, el mundo había sufrido una transformación con el paso de los años, la misma vida ha hecho que todo cambie a cierta irrealidad. Pero quién diría que el demente violinista estaba haciendo un perfecto ensayo que aun no se ha escrito.
Su mente era lo que deseaba, sus palabras eran exactamente las esperadas. Hacer que crea que yo soy el interesado en ella, Demostrar que la maldad, el salvajismo era todo lo que necesitaba para un orgasmo sin penetrarle.
El escenario era perfecto, los actores eran más que la magia, pero la ilusión daría todo, este divino poder que aun no era necesidad de utilizarlo en ella. Que inocente pequeña, aun no sabe lo que dice.
Seguía demostrándose como tal caballero dulce, como el príncipe que soñaba las mujeres, dulce y muy cariñoso. Pero quien conociese al violinista ya sabe a lo que se atiende. Indagar en el mundo del arte, sueños que uno no piensa tenerlos. Maravillas enteras por las cuales pasan tan solo con una palabra perfecta que profundiza el alma misma.
Laberintos por todos lados, sus labios aun seguían en la piel ajena e inerte, excitación entera podía percibir al descifrar mentalmente sus sueños que aun no deseaba que los revelara. ¡Calla! Aun no hay necesidad de retroceder el tiempo, aun falta mucho que hacer no hables mas, guárdate los secretos aun. Así, sigue así, el espejo está a punto de romperse y todo saldrá a la luz a su debido tiempo.
Este maldito templo tomaba una metamorfosis de delirio, si seguía así enloquecería y perdería el control de su estado, podía llenar este lugar en el infierno y daría a todo aquel un trago de su repugnante sangre. Las manos mas divinas acariciaban como si fuese el cielo, un cielo lleno de estrellas y diamantes que al sentir se deshacen con un roce suave.
¡Basta! Apago esa llama que se pudo sentir el crepúsculo en sus manos, saboreaba ya el olor de su sangre, la oscuridad de sus ojos se penetraron mas y mas a las profundidades. Esta estaba jugando también lo cual sintió el masoquismo en sus manos y le miro siguiéndola, tomando una posición de desinterés, ignorando su movimiento, cruzando los brazos como si ya nada pasaría. No dejaban de verle eso le molestaba. Y eso era todo, sonrió con tal malicia, pues ha caído el arcángel en sus manos. Tan sencillo fue que no pensó en que esto sería más fácil de lo que parecía.
Sigue, sigue como vas, eso era todo, no le respondió solo la burla estaba dentro de el, que le brillaron los ojos al saber que ha ganado esta obra. Sus piernas una amenaza mortal para cualquier humano pero para este vampiro solo era un juguete mas además de otras partes de su cuerpo. Negando con el rostro al saber su acción, que idea más absurda, ella era feliz pero no podía compartirla conmigo, podrá ganarse a toda audiencia pero lo más importante era ganarme y no yo ganarme a ella.
¡Un beso! Aun negó con el rostro con la misma posición de antes. Todo finalizo y nada había cambiado aun, nada de pasión podía ver en su baile.-Te has excitado pero no siento tal excitación en mí….Le miro dejando que pensara lo que deseaba, pero ahora no había controlado nada de ella. Se le acerco sin algún interés y le susurro sin tocarle.- Se perdio el deseo por ti…-Finalizo y se dirigió hacia la mesa privada donde le apartaban para él cuando se le ocurría asistir. Sabía que eso le provocaría, se enfadara que así solo pueda sentir tal excitación. Ahora solo era cuestión de esperar pero al verme posado en la silla, la dueña rápidamente me mando a otra mujer, sin decir nada ya que las palabras salían sobrando y mi mirada se centro en la mujer de antes donde discretamente le veía. La segunda mujer hacia bien su trabajo pero ya había puesto ojos en la otra así que nadie podrá sacarme de mi mente a ella por esta noche…
La mujer parecía gemir al besarme y posarse entre mis piernas, mis manos estaban colgando y ella las tomo colocándolas en su cadera y la otra la llevo a su intimidad donde hizo que le apretara. No respondía a sus movimientos solo quería que se enfadara la anterior mas ya que siendo una mujer de aquí su pensamiento siempre será “Soy más mujer que ella” –Basta-Me estaba tratando de masturbar pero la detuve antes de que iniciara. Se fue la mujer indignada y pedí una copa de vino ahora solo disfrutando del licor más exquisito.
Esa farola de pensamientos, un poco testarudo al oírle pero era lo que quería sacar de ella. Este papel era más interesante cuando mas profundizaba cada dialogo, cada movimiento. Esta maldita idea de comenzar una obra en un Burdel alado de una cortesana. Demostrar que no solo la muerte regala pasiones, que no hay necesidad de tal romanticismo. Mi ideología estaba en lo cierto, el mundo había sufrido una transformación con el paso de los años, la misma vida ha hecho que todo cambie a cierta irrealidad. Pero quién diría que el demente violinista estaba haciendo un perfecto ensayo que aun no se ha escrito.
Su mente era lo que deseaba, sus palabras eran exactamente las esperadas. Hacer que crea que yo soy el interesado en ella, Demostrar que la maldad, el salvajismo era todo lo que necesitaba para un orgasmo sin penetrarle.
El escenario era perfecto, los actores eran más que la magia, pero la ilusión daría todo, este divino poder que aun no era necesidad de utilizarlo en ella. Que inocente pequeña, aun no sabe lo que dice.
Seguía demostrándose como tal caballero dulce, como el príncipe que soñaba las mujeres, dulce y muy cariñoso. Pero quien conociese al violinista ya sabe a lo que se atiende. Indagar en el mundo del arte, sueños que uno no piensa tenerlos. Maravillas enteras por las cuales pasan tan solo con una palabra perfecta que profundiza el alma misma.
Laberintos por todos lados, sus labios aun seguían en la piel ajena e inerte, excitación entera podía percibir al descifrar mentalmente sus sueños que aun no deseaba que los revelara. ¡Calla! Aun no hay necesidad de retroceder el tiempo, aun falta mucho que hacer no hables mas, guárdate los secretos aun. Así, sigue así, el espejo está a punto de romperse y todo saldrá a la luz a su debido tiempo.
Este maldito templo tomaba una metamorfosis de delirio, si seguía así enloquecería y perdería el control de su estado, podía llenar este lugar en el infierno y daría a todo aquel un trago de su repugnante sangre. Las manos mas divinas acariciaban como si fuese el cielo, un cielo lleno de estrellas y diamantes que al sentir se deshacen con un roce suave.
¡Basta! Apago esa llama que se pudo sentir el crepúsculo en sus manos, saboreaba ya el olor de su sangre, la oscuridad de sus ojos se penetraron mas y mas a las profundidades. Esta estaba jugando también lo cual sintió el masoquismo en sus manos y le miro siguiéndola, tomando una posición de desinterés, ignorando su movimiento, cruzando los brazos como si ya nada pasaría. No dejaban de verle eso le molestaba. Y eso era todo, sonrió con tal malicia, pues ha caído el arcángel en sus manos. Tan sencillo fue que no pensó en que esto sería más fácil de lo que parecía.
Sigue, sigue como vas, eso era todo, no le respondió solo la burla estaba dentro de el, que le brillaron los ojos al saber que ha ganado esta obra. Sus piernas una amenaza mortal para cualquier humano pero para este vampiro solo era un juguete mas además de otras partes de su cuerpo. Negando con el rostro al saber su acción, que idea más absurda, ella era feliz pero no podía compartirla conmigo, podrá ganarse a toda audiencia pero lo más importante era ganarme y no yo ganarme a ella.
¡Un beso! Aun negó con el rostro con la misma posición de antes. Todo finalizo y nada había cambiado aun, nada de pasión podía ver en su baile.-Te has excitado pero no siento tal excitación en mí….Le miro dejando que pensara lo que deseaba, pero ahora no había controlado nada de ella. Se le acerco sin algún interés y le susurro sin tocarle.- Se perdio el deseo por ti…-Finalizo y se dirigió hacia la mesa privada donde le apartaban para él cuando se le ocurría asistir. Sabía que eso le provocaría, se enfadara que así solo pueda sentir tal excitación. Ahora solo era cuestión de esperar pero al verme posado en la silla, la dueña rápidamente me mando a otra mujer, sin decir nada ya que las palabras salían sobrando y mi mirada se centro en la mujer de antes donde discretamente le veía. La segunda mujer hacia bien su trabajo pero ya había puesto ojos en la otra así que nadie podrá sacarme de mi mente a ella por esta noche…
La mujer parecía gemir al besarme y posarse entre mis piernas, mis manos estaban colgando y ella las tomo colocándolas en su cadera y la otra la llevo a su intimidad donde hizo que le apretara. No respondía a sus movimientos solo quería que se enfadara la anterior mas ya que siendo una mujer de aquí su pensamiento siempre será “Soy más mujer que ella” –Basta-Me estaba tratando de masturbar pero la detuve antes de que iniciara. Se fue la mujer indignada y pedí una copa de vino ahora solo disfrutando del licor más exquisito.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Baño de la luna {Privado}
No sabía qué salió mal, cualquier hombre sucumbiría con la exhibición de baile en el que se esmeró, pero parecía que él no. Así que el susodicho la dejó ahí, para irse a donde otra mesa y de inmediato la madame le envió a otra compañera, sellando su destino respecto a él. Tras una mirada de Ingrid hacia la jefa, supo que debía ir a otro lado, con otro hombre, así que sonrió y eligió tras el baile, donde dejó a más de uno anhelante de ella...
Le molestaba la situación, tanto que trabajó para nada, no entendía qué era lo que deseaba entonces, primero la provocaba y luego la dejaba a solas. Bah, él se lo perdía, sus ojos miraron de nuevo a su alrededor, eligiendo, viendo quién quizá pudiera con sus caprichos y anhelos en la cama o al menos, a quién le gustaría desvestir.
Se acercó paso a pasito, aún bailando hacia un chico bastante atractivo, riendo le hizo un baile bastante picante, rozándose incluso contra él, su busto contra su tórax, las caderas femeninas contra la virilidad, los labios que incitaban a tomarlos en un beso que jamás llegaría. Eso no daba, no si no pagaban antes y tras lo acontecido con el anterior cliente, prefería tener bien seguro al hombre.
Toda una pena con el anterior, porque era bastante interesante y atractivo, aunque su cabecita no pareciera ser del todo lúcida o bien, saliera rarito. De pronto, se encontró pensando en él, en desnudarlo, en besarle el cuerpo hasta que ambos perdieran el control y empezara la pasión en toda su expresión. Chasqueó la lengua con un mohín de molestia, para luego, recomponerse y disimular ante el cliente actual, no debía pensar más en el anterior...
Dejó que su ahora cliente le tomara la cintura, que le acariciara la espalda, sin poder creer que fuera el elegido de tal portento de sensualidad y erotismo, le sonreía, le buscaba los labios y ella dejaba que los besos cayeran en su cuello, con un olor delicioso a manzana con canela, intoxicante y que levantaba el líbido. Rió cuando le susurró al oído que deseaba una noche con ella, que tenía el dinero suficiente y tras una señal a la madame, le tomó la mano y le guió con ella, entre las mesas, directa a su habitación.
Intentó olvidarse del otro cliente, pero en medio camino, de reojo le vio solon y negó con la cabeza. Algunos no sabían lo que querían realmente, pero este cliente nuevo que traía, sí.
Mientras ella obtuviera dinero...
Que el otro se fuera al infierno.
OFF: ya sé que no está tan inspirado, pero es que no me dejaste mucho y para como es Ingrid... bufff
Le molestaba la situación, tanto que trabajó para nada, no entendía qué era lo que deseaba entonces, primero la provocaba y luego la dejaba a solas. Bah, él se lo perdía, sus ojos miraron de nuevo a su alrededor, eligiendo, viendo quién quizá pudiera con sus caprichos y anhelos en la cama o al menos, a quién le gustaría desvestir.
Se acercó paso a pasito, aún bailando hacia un chico bastante atractivo, riendo le hizo un baile bastante picante, rozándose incluso contra él, su busto contra su tórax, las caderas femeninas contra la virilidad, los labios que incitaban a tomarlos en un beso que jamás llegaría. Eso no daba, no si no pagaban antes y tras lo acontecido con el anterior cliente, prefería tener bien seguro al hombre.
Toda una pena con el anterior, porque era bastante interesante y atractivo, aunque su cabecita no pareciera ser del todo lúcida o bien, saliera rarito. De pronto, se encontró pensando en él, en desnudarlo, en besarle el cuerpo hasta que ambos perdieran el control y empezara la pasión en toda su expresión. Chasqueó la lengua con un mohín de molestia, para luego, recomponerse y disimular ante el cliente actual, no debía pensar más en el anterior...
Dejó que su ahora cliente le tomara la cintura, que le acariciara la espalda, sin poder creer que fuera el elegido de tal portento de sensualidad y erotismo, le sonreía, le buscaba los labios y ella dejaba que los besos cayeran en su cuello, con un olor delicioso a manzana con canela, intoxicante y que levantaba el líbido. Rió cuando le susurró al oído que deseaba una noche con ella, que tenía el dinero suficiente y tras una señal a la madame, le tomó la mano y le guió con ella, entre las mesas, directa a su habitación.
Intentó olvidarse del otro cliente, pero en medio camino, de reojo le vio solon y negó con la cabeza. Algunos no sabían lo que querían realmente, pero este cliente nuevo que traía, sí.
Mientras ella obtuviera dinero...
Que el otro se fuera al infierno.
OFF: ya sé que no está tan inspirado, pero es que no me dejaste mucho y para como es Ingrid... bufff
Ingrid Chassier- Mensajes : 102
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Re: Baño de la luna {Privado}
Es hora de que la locura cambie de rumbo
Un sinfín de delirios se presentan en un abrir y cerrar de ojos
¡Pero! ¿Qué sucede con el deseo?
Se ha muerto porque no llega al éxtasis
Y solo desea hacerlo con el enfado y el odio
De aquella mujer que no deja de bailar dentro de esos ojos.
Nicolas D’ Lenfent
Un sinfín de delirios se presentan en un abrir y cerrar de ojos
¡Pero! ¿Qué sucede con el deseo?
Se ha muerto porque no llega al éxtasis
Y solo desea hacerlo con el enfado y el odio
De aquella mujer que no deja de bailar dentro de esos ojos.
Nicolas D’ Lenfent
Las gotas de un vino tinto exquisito le recorrían el vacio de ese cuerpo que reposaba tan inerte y sin remedio de alguna vida. ¿Qué era lo que le había pasado? Que fue ese placer callado, al tocarle parecía haberse tocado a sí mismo. No sentía nada todo estaba tal y cual lo había predicho. Pero no había nadie quien le entienda ese maldito placer silencioso. Podía ofrecer gemidos ahogados sin producir algún movimiento de esos labios o tan solo oír la voz cantarina de sus melodías. Pero nada, nada había hasta que le dejo, hasta que vio su cuerpo confundido y su mirada tan indiferente.
¡La indiferencia! Eso era lo que le provocaba, esos deseos renacieron de repente por ella pero no en tomarle, ni en hacerle suya en cuanto a penetrarle, ni un sexo con ambos cuerpos tocándose mutuamente, ni mordiéndose mientras uno gime y el otro enloquece mas con ese baile sexual sino mas bien se diría que si pasaría pero el vampiro solo sabría la realidad. La verdad de hacerla sufrir con la mente. Hacer que se excite hasta el borde de la muerte, del cuerpo ya muerto en ella, mostrarle que puede cambiarle el rostro con varios vaivenes alucinados, hacerle que desee como al principio le decía, solo era cuestión de mirarle e iniciar lo que esta buscaba, solo dar sexo y recibir su dinero.
Así se tenía que tratar a una de ellas ¿Por qué? Porque tendrá el maldito violinista que cambiar la tinta del papel para transcribir lo que se ha hecho, y lo que se hará. Desde un principio todo estaba claro no serviría para nada, un mar de poemas, un autentico caballero que las envuelve tan solo con miradas y frases mezcladas con pasión. Un coquetismo esplendido, aquel príncipe que todas anhelaban pero el demente ha olvidado que ese lugar de mala vida era un burdel. Solo por la locura de sentir que pasaría al tomar el papel de ese príncipe y conquistar a una mujer de ese lugar para después burlarse de ella como todo animal que era. Sera con otra pero a esta le hará el amor sin tocarle.
¡Risas irónicas! Se escapaban dentro de el, su rostro aun estaba sublime con la soledad acompañado de la belleza absoluta. –Esto será más sencillo de lo que me imagine- La soledad ha musitado sin que nadie le escuche, el tenue brillo de sus ojos mostraron la maldad que se avecinaba, le ha escuchado sus pensamientos y no se imagina de lo que le espera entre sus ojos.
Los nuevos amantes caminaban a su encuentro para revolcarse en la cama y este le seguía con la mirada sin perderse ningún movimiento entre ellos, solo basto con un momento que ambos ojos se posaron por un instante con la misma mirada, él le miraba penetrante y al ver que esta desviaba la mirada hacia el camino, apareció como la sombra que es detrás de ellos, siguiéndoles, fingiendo ser la sombra de ambos.
El pasillo de la habitación se encontraba a oscuras, era escasa la luz que se reflejaba ahí, al ver que la cortesana tomaba la perilla de la puerta y la giraba le miro con morbosidad esperando que se adentrara al cuarto asignado y ahí jalo al hombre quedando frente a frente y con perfecta habilidad se apodero de su mente donde le hizo creer que ya había pasado todo lo que quería, jugaba con su mente mediante con la ilusión. Y le ordeno que se largara de ahí sin decir nada.
El imbécil humano se fue, era sencillo ya que utilizo la escena donde la mujer masturbaba a su marido y le hacía de todo como toda una cortesana. El perverso violinista empezó a adentrarse a la habitación, aun las luces estaban apagadas así que cerró la puerta con delicadeza, y ahí se encontraba acercándose a ella, dando inicio acariciándole el cuerpo al tomarle de las caderas y besarle el cuello. Le tomaba de la mano para que no prendiera la luz manteniéndola ocupada en el cuerpo tan frio para que lo tocara de igual manera y le besaba con furia mordiéndole agresivamente el labio inferior donde le lamia saboreando aquella sangre hirviente y exquisita solo era eso lo que tenia de exquisito.
¡La indiferencia! Eso era lo que le provocaba, esos deseos renacieron de repente por ella pero no en tomarle, ni en hacerle suya en cuanto a penetrarle, ni un sexo con ambos cuerpos tocándose mutuamente, ni mordiéndose mientras uno gime y el otro enloquece mas con ese baile sexual sino mas bien se diría que si pasaría pero el vampiro solo sabría la realidad. La verdad de hacerla sufrir con la mente. Hacer que se excite hasta el borde de la muerte, del cuerpo ya muerto en ella, mostrarle que puede cambiarle el rostro con varios vaivenes alucinados, hacerle que desee como al principio le decía, solo era cuestión de mirarle e iniciar lo que esta buscaba, solo dar sexo y recibir su dinero.
Así se tenía que tratar a una de ellas ¿Por qué? Porque tendrá el maldito violinista que cambiar la tinta del papel para transcribir lo que se ha hecho, y lo que se hará. Desde un principio todo estaba claro no serviría para nada, un mar de poemas, un autentico caballero que las envuelve tan solo con miradas y frases mezcladas con pasión. Un coquetismo esplendido, aquel príncipe que todas anhelaban pero el demente ha olvidado que ese lugar de mala vida era un burdel. Solo por la locura de sentir que pasaría al tomar el papel de ese príncipe y conquistar a una mujer de ese lugar para después burlarse de ella como todo animal que era. Sera con otra pero a esta le hará el amor sin tocarle.
¡Risas irónicas! Se escapaban dentro de el, su rostro aun estaba sublime con la soledad acompañado de la belleza absoluta. –Esto será más sencillo de lo que me imagine- La soledad ha musitado sin que nadie le escuche, el tenue brillo de sus ojos mostraron la maldad que se avecinaba, le ha escuchado sus pensamientos y no se imagina de lo que le espera entre sus ojos.
Los nuevos amantes caminaban a su encuentro para revolcarse en la cama y este le seguía con la mirada sin perderse ningún movimiento entre ellos, solo basto con un momento que ambos ojos se posaron por un instante con la misma mirada, él le miraba penetrante y al ver que esta desviaba la mirada hacia el camino, apareció como la sombra que es detrás de ellos, siguiéndoles, fingiendo ser la sombra de ambos.
El pasillo de la habitación se encontraba a oscuras, era escasa la luz que se reflejaba ahí, al ver que la cortesana tomaba la perilla de la puerta y la giraba le miro con morbosidad esperando que se adentrara al cuarto asignado y ahí jalo al hombre quedando frente a frente y con perfecta habilidad se apodero de su mente donde le hizo creer que ya había pasado todo lo que quería, jugaba con su mente mediante con la ilusión. Y le ordeno que se largara de ahí sin decir nada.
El imbécil humano se fue, era sencillo ya que utilizo la escena donde la mujer masturbaba a su marido y le hacía de todo como toda una cortesana. El perverso violinista empezó a adentrarse a la habitación, aun las luces estaban apagadas así que cerró la puerta con delicadeza, y ahí se encontraba acercándose a ella, dando inicio acariciándole el cuerpo al tomarle de las caderas y besarle el cuello. Le tomaba de la mano para que no prendiera la luz manteniéndola ocupada en el cuerpo tan frio para que lo tocara de igual manera y le besaba con furia mordiéndole agresivamente el labio inferior donde le lamia saboreando aquella sangre hirviente y exquisita solo era eso lo que tenia de exquisito.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Baño de la luna {Privado}
¿Jugar? Claro que sí
desde ahora hasta el amanecer si quieres,
sólo asegúrate, mon cherrié
que cuando te vayas, lleves todos tus bienes...
desde ahora hasta el amanecer si quieres,
sólo asegúrate, mon cherrié
que cuando te vayas, lleves todos tus bienes...
¿Que si se dió cuenta de que le seguían? Claro que sí. Estaba acostumbrada a vigilarse las espaldas en todo momento, por lo que no fue difícil percibir que los pasos de ellos venían acompañados por otros. Mucho más tenues, pero que la obligaron a tensar el cuerpo. ¿Qué quería ahora? Cerró su mente y no pensó en nada, sólo actuó. Lo hizo al tiempo que abría la puerta y entraba, dándose cuenta de los segundos que su acompañante se tomaba en tanto ella penetraba en la habitación dispuesta de forma especial para sus clientes.
Ésta no era grande, pero sí tenía espacio más que suficiente para una cama de tamaño considerable para retozar en ella como el hombre lo deseara... porque a pesar de que le gustaran las mujeres, nunca había tenido un encuentro con una de ellas. Lo deseaba, pero la oportunidad no se había dado aún. A la derecha, un mueble con sus prendas muy organizadas. Una pequeña mesa de arrimo que tenía algunas velas que podían encenderse para la ocasión.
A la izquierda, la ventana batiente de apertura exterior que permitía la entrada de la luz de la luna, puesto que sus cortinas estaban descorridas. Si uno se postraba ante ella, podría ver parte de la Catedral de Notre Dame y la ciudad que iba lentamente apagándose al tiempo que sus habitantes buscaban dormir. Otro pequeño mueble bajo la ventana, pero colocado de forma estratégica para no impedir que uno pudiera apoyarse en el alféizar con suma comodidad.
Ella dio dos pasos más, echándose hacia atrás el cabello para voltear hacia su cliente al tiempo que a su fino olfato llegaba una esencia que la hizo parpadear. Su mente de inmediato la procesó e identificó. No estaba ahí por simple placer, no era una puta por que quisiera, si no porque estaba obligada a tener un bajo perfil, siempre atenta a aquéllos que daño le querían hacer. Escuchó el sonido característico de la perilla al volverse a cerrar y supo que, si él tenía intenciones non gratas, no tendría forma de huir.
Aún así, alzó la barbilla con femenina rebeldía esperando a ver qué hacía este sujeto, qué se le ofrecía aunque por un insignificante segundo no pudo entenderlo. Primero la provocaba, luego la rechazaba y ahora... la tomaba de las caderas, la acercaba a él y besaba sus labios. Fue consciente de las sensaciones que provocaba con el simple ósculo en su cuello. Sabía cómo tratar a una mujer, pero parecía que Ingrid tenía la desdicha de conocer su parte oscura. De ser la elegida esa noche para contener su rabia, su desprecio, su desdén.
El cuerpo de la fémina no sólo era firme, la piel no sólo era suave, su olor no sólo rememoraba a la manzana con canela si no que tenía un sex appeal que era imposible pasar por alto. La mano de la mujer fue conducida por el hombre, para que tocara su cuerpo frío, una señal innequívoca de ante quién estaba. Un vampiro sin duda alguna. Esos dedos fueron con rapidez acariciando hasta instalarse en su pecho, cerrando los ojos para concentrarse en el latido de un corazón inexistente, por lo que sólo escuchó el sonido, no sintió más que los movimientos del hombre.
El beso fue recibido con ciertas expectativas y no la defraudó: rabia pura que chocó contra su labio haciéndole sangre, el vampiro sobre ella lamiéndola y deleitándose en su líquido vital. No gimió, ni siquiera expresó dolor, dejó que él continuara mientras sus manos continuaban sobre su pecho, hasta que al separarse, los ojos de la fémina se fijaron en los suyos, leyendo en ellos, su frustración, la franca disposición a no buscar de ella más que su vitae.
- ¿A gusto monsieur, ya obtuvo lo que deseaba? ¿O quizá quiera que le ofrezca algo más ya que muy amablemente el otro cliente ha pagado? - sus palabras resonaron cuales susurros en la habitación en tanto se alejaba de él sin darle oportunidad de retenerla dirigiéndose a la mesita de arrimo, para con un cerillo encender las velas una tras otra, con movimientos que denotaban que no tenía la menor prisa en hacerlo. Lento y dedicado, tranquilo y pausado. Volteó a verlo en medio de la semi iluminación que ahora daban las velas ladeando la cabeza - no entiendo, creí que no le interesaba y sin embargo irrumpe de forma quizá grosera en mis habitaciones impidiendo, ya veo, que mi cliente desquite el dinero que ha pagado por mí.
Sus pasos eran sensuales, al tiempo que llegó a la cama y se recostó lánguidamente en ella, había sido a pesar de todo un duro día y su cabello dorado resaltaba contra el cubrecama de color rojo, como la misma sangre. Las almohadas elevaban la cabeza unos cuantos centímetros, la fémina tenía su mano derecha sobre el almohadón y la izquierda sobre su vientre, las piernas recogidas y orientadas hacia la mesa de arrimo... estaba relajada a pesar de todo y esperaba ver qué era lo que este sujeto quería.
- ¿Qué quiere todo vampiro si no es la sangre de su presa? ¿A eso me ha limitado y orillado? ¿A ser sólo una presa de la cual extirpar cada gota de vitae hasta que no quede nada? - era versada sobre los asuntos de vampiros, no por nada huía de su propia familia, la mayoría encontrándose en esta situación sobrenatural - Le diré algo... Déjese de juegos porque si no, yo también me animaré a retozar con usted y le puedo prometer que los míos tampoco son nada agradables...
Este hombre le estaba cansando, ¿Quería retozar con ella? Adelante, tenía el resto de la noche libre gracias a la paga del que ya estuviera yéndose a casa. ¿Quería pelea? Podría dársela, no se dejaría tomar o matar así como así. No por nada tenía años sobreviviendo a su familia. ¿Quería desdeñarla y sentirse grande? Ahí sí no. Eso la aburría mortalmente. Mejor que buscara a otra de sus compañeras para jugar a ello. Ingrid tenía siempre mejores cosas que hacer... como guardar el reloj que le quitara a su cliente anterior y al propio vampiro que ahora tenía ante sus ojos y que ocultaba ya bajo la almohada...
A finales de cuentas, era una ladrona consumada...
Ingrid Chassier- Mensajes : 102
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Re: Baño de la luna {Privado}
Vete, retrocede, desaparece; vuela rápidamente y huye de esa prisión que te ciega, sus labios has probado y sabes que deseas mas de ella ¿Por qué ella? Le esta tentando con su indiferencia, le atrae la frialdad como la sequedad de su mirada. Su dote enciende llamas que le queman; al tocarle, al besarle y sentirla; su piel disfrutaba de su tacto, sus labios muertos revivían a gritos que no se atreviera a separarse de ellos, su estasis se acompasaba con los latidos del corazón que le seducía. Esta siendo atormentado por el laberinto de su templo, perdía la vista en ella, con ella se hacía nocivo y se obsesiona al poseerle. Quiere hacerle el amor desesperadamente, desea arrebatarle su encantadora flor y nombrarla con su lengua. Quiere acariciarle, conocer la rabia, el desprecio y el desdén de ella que le hiciera ese hermoso cantico de gemidos con sequedad y asesinar todo aquello para convertirla en una mujer de pasiones, que sienta cada roce, cada lamida, cada palabra, quiere que caiga en un heaven donde solo piense en este violinista que ha interpretado sus deseos silenciosos. –No, aun no, ofréceme más, quiero tomar todo lo que puedas darme- Sintiendo la dulzura de sus palabras finadas, tan gentil y despiadada a la vez, ¡Ah! Como le encanta oírla.
Verla caminar, sus curvas balanceándose de un lado a otro con delicadeza, el color de su cabello tan lleno de vida, luciente y eternamente encantador. Cada gesto, cada movimiento que realizaba la adoraba, lo que más le hizo embozar una sonrisa en su interior sin que la mirase su acompañante fueron las luces desprendidas de la velas, estaba siendo provocado bellamente.
La sed, el deseo de beber su sangre mientras le copula. Pierde en ella las fuerzas, le esta tentando demasiado que eso le hace caminar entre esas cuatro paredes, observaba el lugar y aun así no se podía sacar entre sus pensamientos la belleza que posee, esa sensualidad que desconocía de una mujer, solo ella era la que estaba presente en su mente que ni prestaba atención a los adornos que habitaban el lugar. ¡Cierra los ojos, desaparece su figura, toma las fuerzas que te arrebata y no caigas en la tentación, conviértela en un juego, has que te desee más de lo que tú la deseas! Seguía caminando, un espacio diminuto que solo pudo centrarse en la ventana que reflejaba la luz de la luna ¡Acércate a ella, ve la luna y olvida la belleza que has descubierto! Hace un momento la había seducido, ella despertó el coqueteo de su mirada, de sus ojos que encendieron brillo transcendente de su ímpetu, y la misma forma él se negaba, rechazaba su existencia, la desdeña por haberse metido en su vacio, por haber despertado descontroladamente la excitación, peleaba consigo mismo a la misma vez que enloquecía por seguir esa escaramuza entre su anhelar.
Deteniéndose, posándose en el pequeño mueble sin perderla de vista, con el mirar profundo…-¿Y qué es lo que le dicen mis ojos? Acaso no ve la seducción que desprende en ellos-¡Tu mismo lo sabes, no demuestras ni una mínima insignia de tus sentimientos, de lo que sientes, te ves como a una roca que guarda muy en el fondo su evocación! Ni un parpado, no desea cerrar los ojos, la sigue mirando como un malsano, ve como su piel es deslizada en el tálamo y permanece en el mismo lugar sin moverse. –Y si así fuese, no me complacería beber su última gota-Su voz sensual y atractiva siempre era, una de sus manos se ha elevado para acariciar su propio cabello…Como le he dicho, quiero que me de todo-Llevando en seguida su mano hacia su cuello donde lo hizo girar en medio circulo- Vamos, muéstreme como es retozar a su lado-123 y ya se localizaba alado de ella, la suavidad de las sabanas no se comparaban con su piel, y sus manos cogieron su mentón acercándola a ella para besarle, entrelazando su lengua en la de ella con ese profundo beso donde el que cerrara los ojos era el perdedor ante el encanto que provocaría.
Desafiándola que le dará cada segmento, cada sequedad, cada laberinto descubrirá y la hará suya una y otra vez hasta que solloce gozándolo y le pida que no cese, que se aprisione a él y sea su jaula este vampiro.
Verla caminar, sus curvas balanceándose de un lado a otro con delicadeza, el color de su cabello tan lleno de vida, luciente y eternamente encantador. Cada gesto, cada movimiento que realizaba la adoraba, lo que más le hizo embozar una sonrisa en su interior sin que la mirase su acompañante fueron las luces desprendidas de la velas, estaba siendo provocado bellamente.
La sed, el deseo de beber su sangre mientras le copula. Pierde en ella las fuerzas, le esta tentando demasiado que eso le hace caminar entre esas cuatro paredes, observaba el lugar y aun así no se podía sacar entre sus pensamientos la belleza que posee, esa sensualidad que desconocía de una mujer, solo ella era la que estaba presente en su mente que ni prestaba atención a los adornos que habitaban el lugar. ¡Cierra los ojos, desaparece su figura, toma las fuerzas que te arrebata y no caigas en la tentación, conviértela en un juego, has que te desee más de lo que tú la deseas! Seguía caminando, un espacio diminuto que solo pudo centrarse en la ventana que reflejaba la luz de la luna ¡Acércate a ella, ve la luna y olvida la belleza que has descubierto! Hace un momento la había seducido, ella despertó el coqueteo de su mirada, de sus ojos que encendieron brillo transcendente de su ímpetu, y la misma forma él se negaba, rechazaba su existencia, la desdeña por haberse metido en su vacio, por haber despertado descontroladamente la excitación, peleaba consigo mismo a la misma vez que enloquecía por seguir esa escaramuza entre su anhelar.
Deteniéndose, posándose en el pequeño mueble sin perderla de vista, con el mirar profundo…-¿Y qué es lo que le dicen mis ojos? Acaso no ve la seducción que desprende en ellos-¡Tu mismo lo sabes, no demuestras ni una mínima insignia de tus sentimientos, de lo que sientes, te ves como a una roca que guarda muy en el fondo su evocación! Ni un parpado, no desea cerrar los ojos, la sigue mirando como un malsano, ve como su piel es deslizada en el tálamo y permanece en el mismo lugar sin moverse. –Y si así fuese, no me complacería beber su última gota-Su voz sensual y atractiva siempre era, una de sus manos se ha elevado para acariciar su propio cabello…Como le he dicho, quiero que me de todo-Llevando en seguida su mano hacia su cuello donde lo hizo girar en medio circulo- Vamos, muéstreme como es retozar a su lado-123 y ya se localizaba alado de ella, la suavidad de las sabanas no se comparaban con su piel, y sus manos cogieron su mentón acercándola a ella para besarle, entrelazando su lengua en la de ella con ese profundo beso donde el que cerrara los ojos era el perdedor ante el encanto que provocaría.
Desafiándola que le dará cada segmento, cada sequedad, cada laberinto descubrirá y la hará suya una y otra vez hasta que solloce gozándolo y le pida que no cese, que se aprisione a él y sea su jaula este vampiro.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Baño de la luna {Privado}
¿Perdón?
Vete antes de que agotes mi paciencia,
ni siquiera eres interesante, mucho menos
importante...
Vete antes de que agotes mi paciencia,
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Alzó una ceja sorprendida por la arrogancia de ese vampiro, todos parecían cortados por la misma tijera, se creían los amos del mundo o del universo. Querían las cosas como siempre las habían pensado, soñado, imaginado y todos los que le rodeaban no eran más que muñequitos insípidos e insulsos que complacían hasta el más mínimo capricho. Sólo que este sujeto tenía un problema muy grande: Ingrid no era así. Y tras su experiencia con su familia lo último que esperaba era justamente complacer a un descolorido vampiro con aires de arrogancia y prepotencia. Mucho le había soportado, pero ya era lo último que haría. Alzó la barbilla recostándose entre las almohadas, con el cabello desperdigado ocultando sus hombros, ¿Qué hacer? Si algo se descontrolaba, tendría a ese vampiro encima suyo bebiendo hasta la última gota de su sangre. Había grandes probabilidades que Ingrid fuera justo su cena, pasara lo que pasara, pero no se lo dejaría fácil.
Aunque sus palabras lo único que provocaban era a la bestia que habitaba en su interior, aquélla que se tornaba cada vez más arisca y menos complaciente, la que desaba tenerlo bajo sus pies y que suplicara por la atención que ahora se daba el lujo de no entregar, pero algo en él fue captado por esa oscuridad que habitaba en lo profundo de la cortesana, una que no pasó por alto que el vampiro parecía fingir, que no era tan inmune a sus encantos como lo aparentaba en primera instancia. Y su celeridad al estar a su lado lo confirmó. Está tan perdido por ella como la propia Ingrid por descubrir realmente quién es él. La efigie de hielo perenne, inmune al fuego. O la estatua de carne y hueso que podía regresar a la vida con un solo soplo del aliento femenino. Olores a manzana y canela inundaban los sentidos, ese aroma propio de la mujer que ahora era aspirado para agradar y obsesionar a los hombres. Su beso no era más que la ambrosía vuelta líquido, en la unión de sus lenguas el olvido de las mentes que no cedían y testigo de ello eran los ojos que buscaban someter al otro con un solo cerrar de párpados, pero imposible de llevar a cabo. Lucha de Egos, de Voluntades emanó de ambas figuras cuyas bocas se deleitaban en la otra. Ingrid contuvo el gemido que iba a soltar, para alejarse de él, dejando ver sus labios lubricados por la saliva masculina o quizá la suya propia, una invitación a la perdición.
Succionó la uña de su dedo anular derecho en un mohín sensual como incitante, mirándole con pereza o quizá aburrimiento, pero es que se lo provocaba, todo él con sus actitudes como si de sólo desearlo Ingrid fuera a desnudársele y a darle lo que deseaba. O... ¿Por qué no? Se sentó y lentamente llevó las manos a los broches de su vestido y con más languidez abrió botón por botón dejando a la vista el corsé negro con adornos rojos y el sostén que mantenía su busto quieto de un color blanco en contraste con la primera prenda. Sólo hizo a un lado el vestido, para hincarse en la cama e irse desprendiendo de él, las mangas hasta dejar en libertad sus brazos permitiendo la vista de sus senos en movimiento, redondeándose o bien, tensándose. Tan blancos como la propia leche, tan firmes como naranjas maduras, con un aroma mucho más potente e identificable, no sólo manzana y canela si no también un toque de clavo y de laurel. En esencias tan deliciosas como obsesivas. Ella a pocos centímetros de él, retándolo con la mirada a no tocarla, a dejarla así, impoluta. El vestido cayó y ella misma se puso en pie alejándose de la cama para que la prenda llegara a sus pies, de espaldas al vampiro permitiendo que la visión de su cuerpo le causara estragos. La espalda femenina tan sedosa como tersa, cubierta por el corsé y los hombros por el sostén... las pantaletas blancas tan pequeñas que rodeaban a duras penas los glúteos redondos y firmes, un trasero que se antojaba palmear. De reojo, le miró y sonrió alzando una ceja, como retándolo a hacer lo que ella sabía que haría: tocarla. Aunque quizá él no lo lograra...
- ¿Quién dice que se me antoja meterme a la cama con usted? Preferiría al hombre borracho que no atinaba a tomar la mano de mi compañera o a aquél drogado que sólo habla sobre las nubes azules que hay en su recámara. Usted, me aburre con sus banales conversaciones sobre lo mismo: te deseo o no, provócame y luego te abandono para ir a por tí y decirte al final que no me revolcaré contigo. Yo sí seré sincera, quiero que se largue de mi recámara de una vez por todas y me deje en paz - abrió la puerta de par en par, para mirarle con rebeldía y reto en lo profundo de sus ojos. ¿Qué haría el vampiro? ¿Realmente se iría? Si fuera así, se sentiría muy decepcionada, a finales de cuentas ésto era un juego y vencer tan rápido, un aburrimiento.
Ingrid Chassier- Mensajes : 102
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Re: Baño de la luna {Privado}
Que delirio se goza en su boca ¡Porque…..porque! Su saliva contradice sus palabras y esa lengua que le muestra su verdadera debilidad. En ese instante deseaba que no guardara aquello que solo podría producirle un orgasmo total, debía eclipsar para saber qué tan radiante podría ser su cuerpo alado de un diamante que sangra de belleza eternal. Pero ah! ¡Maldita sea, porque es una orgullosa que traslucen sus ojos brillantes con poder, el poder supremo de ella misma relucen donde quiera que le vean, se ve que cree dominar con su cuerpo, con sus encantos, con sus palabras y sus fragancias, cree que todo eso podría ser lo único con lo que cree que podría dominar. ¡Valla!
Sonriendo veleidosamente al saber que este juego será su propio féretro de obsesiones, reconoce que será una inclemencia lo que desatara si seguía con esto, ella toda un leviatán que sabe jugar y eso es lo más cautivador. Ella con su orgullo y este mismo con el suyo, hasta donde será capaz de resistir, tan pronto como se clava la espina en la piel sin saber si tendrá una la rosa, caerá, caerá porque siempre tiene que ganar el propio creador de la metamorfosis y este juego es solo para este vampiro.
Ese beso fue muestra de un comienzo que tal vez no habría un fin, pero, ella se alejó no deseo seguir alabando estos labios deseosos, los ojos ardientes le miraban, aun las esencias más asombrosas de un humano recorrían por todas partes el aurora, nada se podría comparar con el olor de la vida, todo lo que era bello era su vida, su corazón, su sangre que embellece ese cuerpo. Si algo tendría que seducir a este loco vampiro era solo la figura de una sangre sensual.
Mientras tanto sigue mirándole, no se mueve de donde está, quiere seguir nocivamente sus figuras ¿Qué hace? Ella está tentando a su propio belcebú, ve el peligro que corre y aun así lo incita. Que trastorno más furtivo, dulce y suave como el sabor de sus labios y ahora tras sus movimientos desprende un jardín lujurioso y pecaminoso, incitándolo a buscarle más esencias, deslizando la mirada en ella, todo un inmundo por dentro al verle. Toda una mujer que se desnuda lentamente y se puede ver el alma de igual forma, su cuerpo al verle dice: “Nunca la poseerás entera sin poseer su corazón, esta mujer será tuya si entrega mas que su cuerpo, como un secreto que nadie la revela, no pienses que eres su dueño, es misterio si no te entrega su cuerpo, debes conquistar su alma y después podrás disfrutar de su cuerpo”. Tras seguirle mirando, al ver como se desnudaba lentamente es como ir deshojando rosas, cada pétalo de rosa se aproxima hasta su esencia, hasta su caudal vida que le hace tan divina, es esa miel que provoca la pasión con su presencia. Toda una coima, su espalda como un manantial sereno, y esos senos como cerezos que a simple vista florecían, coger esta flor y hacerla más bella era lo que podía brindarle.
Solo el cuerpo se alteraba con sus propios deseos, sin escucharla, sin pensar se acercó a ella, permaneciendo pegado a ella, insinuándole su extremidad entre sus posaderas mientras poseyendo un seno en una mano, presionándolo con ganas y con la otra apretujo su entre pierna muy cerca de su feminidad entre esas suaves telas que le cubrían la dulzura fresca.-Quiero el cáliz de su cuerpo, deseo beber de el hasta estrujarlo para que el jugo fluya…-la palma de su mano se posó en su intimidad para sostenerle de ahí mientras le cargaba aventándola en la cama, toda rosa era tentadora, pero tentar era lo que el hacía…-Vamos, con tu indiferencia menguaremos, ódiame si eso deseas, maltrátame con tus palabras, haz que sienta cada desprecio que sientas…-le susurraba con erotismo, excitación, locura envuelta-Toca, mira como me pones…-tomo su mano deslizándola en su miembro donde rígido estaba con su contacto.-acarícialo-decía con ardor en la voz, pegándose a su rostro donde aparentaba besarle, abriendo su boca incitándola a que uniera la suya con la de el.
Sonriendo veleidosamente al saber que este juego será su propio féretro de obsesiones, reconoce que será una inclemencia lo que desatara si seguía con esto, ella toda un leviatán que sabe jugar y eso es lo más cautivador. Ella con su orgullo y este mismo con el suyo, hasta donde será capaz de resistir, tan pronto como se clava la espina en la piel sin saber si tendrá una la rosa, caerá, caerá porque siempre tiene que ganar el propio creador de la metamorfosis y este juego es solo para este vampiro.
Ese beso fue muestra de un comienzo que tal vez no habría un fin, pero, ella se alejó no deseo seguir alabando estos labios deseosos, los ojos ardientes le miraban, aun las esencias más asombrosas de un humano recorrían por todas partes el aurora, nada se podría comparar con el olor de la vida, todo lo que era bello era su vida, su corazón, su sangre que embellece ese cuerpo. Si algo tendría que seducir a este loco vampiro era solo la figura de una sangre sensual.
Mientras tanto sigue mirándole, no se mueve de donde está, quiere seguir nocivamente sus figuras ¿Qué hace? Ella está tentando a su propio belcebú, ve el peligro que corre y aun así lo incita. Que trastorno más furtivo, dulce y suave como el sabor de sus labios y ahora tras sus movimientos desprende un jardín lujurioso y pecaminoso, incitándolo a buscarle más esencias, deslizando la mirada en ella, todo un inmundo por dentro al verle. Toda una mujer que se desnuda lentamente y se puede ver el alma de igual forma, su cuerpo al verle dice: “Nunca la poseerás entera sin poseer su corazón, esta mujer será tuya si entrega mas que su cuerpo, como un secreto que nadie la revela, no pienses que eres su dueño, es misterio si no te entrega su cuerpo, debes conquistar su alma y después podrás disfrutar de su cuerpo”. Tras seguirle mirando, al ver como se desnudaba lentamente es como ir deshojando rosas, cada pétalo de rosa se aproxima hasta su esencia, hasta su caudal vida que le hace tan divina, es esa miel que provoca la pasión con su presencia. Toda una coima, su espalda como un manantial sereno, y esos senos como cerezos que a simple vista florecían, coger esta flor y hacerla más bella era lo que podía brindarle.
Solo el cuerpo se alteraba con sus propios deseos, sin escucharla, sin pensar se acercó a ella, permaneciendo pegado a ella, insinuándole su extremidad entre sus posaderas mientras poseyendo un seno en una mano, presionándolo con ganas y con la otra apretujo su entre pierna muy cerca de su feminidad entre esas suaves telas que le cubrían la dulzura fresca.-Quiero el cáliz de su cuerpo, deseo beber de el hasta estrujarlo para que el jugo fluya…-la palma de su mano se posó en su intimidad para sostenerle de ahí mientras le cargaba aventándola en la cama, toda rosa era tentadora, pero tentar era lo que el hacía…-Vamos, con tu indiferencia menguaremos, ódiame si eso deseas, maltrátame con tus palabras, haz que sienta cada desprecio que sientas…-le susurraba con erotismo, excitación, locura envuelta-Toca, mira como me pones…-tomo su mano deslizándola en su miembro donde rígido estaba con su contacto.-acarícialo-decía con ardor en la voz, pegándose a su rostro donde aparentaba besarle, abriendo su boca incitándola a que uniera la suya con la de el.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Baño de la luna {Privado}
*Mirada demoníaca*
La próxima vez fíjate a quién le estás dando tus tesoros...
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Tentación en formas tan sublimes como embriagadoras a los sentidos. El vampiro era un ente que por naturaleza estaba ligado a los conceptos de sensualidad, erotismo, sexo y una completa obsesión de todas aquellas féminas quienes tenían la fortuna de encontrarlo aún a sabiendas de que era un depredador sin límites, sin compasión al que sólo le importaba la sangre, ese líquido carmesí que era su único sustento y por el que mataba en caso de ser necesario y sobre todo, a los que evitaban que pudiera tener para sí semejante elixir. Era pues, Ingrid una de las que estaban en la cuerda floja, donde la propia cuerda era la única que le evitaba caer al fondo, a esos brazos donde perdería más que una noche de pasión, si no el alma, la vida, la sangre. Aspiró profundo cuando él se hizo de su cuerpo haciéndola cerrar los ojos. Estremecimientos la recorrían cuando él paseaba sus manos por su tórax, por ese seno que respondía poniéndose duro, el pezón erecto. Un sonrojo por la piel, erizada toda ésta en tanto se lame los labios sintiendo el cuerpo masculino pegado al suyo.
Tentación de nuevo. Como al inicio de todo, incitante, aunque el movimiento brusco la hizo tensar el cuerpo al tiempo que era elevada por los aires cayendo al lecho con sorpresa. Sabía de la fuerza de los vampiros, la había experimentado en propio cuerpo, pero no la esperaba ahora mismo. Las velas a su alrededor le daban un brillo extraño a esos ojos de aquél que estuviera vivo y que ahora sólo era un muerto viviente. ¿Entregaría su cuerpo? No a un vampiro, quizá a una pareja como Santhiago, pero jamás a un hombre que sólo buscaba su vitae. No, a él no. Sus palabras le dieron lo que necesitaba, la armaban sin que él se diera cuenta. Así que era lo que buscaba, lo que necesitaba para sentirse realizado. Negó con la cabeza, pobre vampiro, ahora sí que estaba perdido.
- ¿Crees que te odiaré, que te maltrataré o despreciaré? Para eso necesitas importarme. No eres más interesante que una vela de las que iluminan mi habitación ahora mismo. Sirven por ahora, pero una vez que se apaguen, no existirán más en mi mente - dejó que colocara su mano en el falo, pero no la movió ni lo rodeó. Éste fue cayendo por su mano, una que no tenía la intención de hacer nada - Me aburres - miró sus labios tan cerca de los suyos y su aliento a menta llegó hasta la nariz masculina. Había perdido el toque, ese constante ir y venir, desear y rechazarlo la hastió. Sus ojos reflejaron el aburrimiento, la forma en que no sabía cómo quitárselo de encima.
Así que deslizó las piernas por las sábanas, los pies se acariciaron contra las mantas disfrutando de las sensaciones, en tanto alzaba las manos para tomar el cabezal obligando a su figura a alargarse, verse mucho más delgada de lo que es, las piernas se entrelazaron la una contra la otra y sus senos se elevaron dejando ver una marcada redondez encima del corsé. El cabello siguió diseminado en la almohada y por sobre sus hombros. Estaba tan cómoda en sus habitaciones y le miraba buscando algo que le interesara sin encontrarlo. Le hastiaba eso de jalar y soltar, ese jueguito era horrible para ella y la aburría bien rápido. Prefería un hombre que sabía lo que quería y lo tomaba. En eso él llevaba la desventaja. Bostezó sin cubrirse la boca dejando a la vista las piezas dentales y la lengua que descansaba tranquila, arrugando la nariz y formando líneas de expresión en la frente. Cerró la boca y se talló los ojos un poco, intentando que el maquillaje no se perdiera.
- ¿Ya terminó de estar ahí parado o es que tengo que dormir con usted presente? Si es lo último, le recomiendo que cierre bien la puerta, las ventanas y por cierto, aquí amanece a las 5:30-5:50 para que tenga cuidado y el sol no lo haga cenizas - tomó las mantas para cubrirse dándole la espalda sin dudarlo un solo segundo. Ojalá entendiera que por ella ya estaba todo terminado, aunque quizá picándole así el orgullo reaccionara de otra forma. Quisiera Dios que no fuera mordiéndola o algo así porque las cosas se pondrían negras... Muy negras...
*Gracias por votarme y espero te guste xDDD dedicado a Nico tal cual quedamos: tentarlo, pero no darle nada *
Ingrid Chassier- Mensajes : 102
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Re: Baño de la luna {Privado}
“Con la marca de la sinceridad deseo castigarla, hallarle el dolor, con su claridad bajarle volumen en la oscuridad, mostrándole lo que dice con sus movimientos artísticos que flotan como un vuelo sin fin” Miradas eróticas, cuerpo que seduce, una venenosa mariposa que vuela rápidamente y sus alas se despliegan solo desbordando pasión y mas pasión que deban consumir al que la sienta. Pero, como podrá ser si es un vampiro que solo engatusa lo que le conviene para si mismo y este juego era solo lo que le estaba atando a sus alas, estar sujetado de ella como una obsesión, amaestrarla, serla suya era solo la incitación.
Detallándose una perfecta satisfacción, una victoria que sabia que la obtendría con una de sus plumas que caen, tras cerrar sus ojos, le mostro cada expresión de sus caricias, la debilidad era algo que un humano siempre demostraría y ahí era ella, era la debilidad del toque de su cuerpo, esa sensorial atracción, gozo que le provoca deseo, sentía sobre sus manos lo subterráneo del fuego cuyas llamas suben y bajan cíclicamente.
-Le esta dando demasiada importancia ¿no cree?, una meretriz vive solo del momento, no del pasado, ni del presente, entonces, aunque la luz se apague siempre el recuerdo de ella estará en su mente, podrá haber otras luces que le hagan recordarla y ¿donde quedo el olvido?¿ la extinguida llama?-El aliento que desprendía era recorrido por la piel de la mujer, sus movimientos, el roce con el falo al principio era tentador pero con su mirada hacia que solo fuera una simple caricia que no produciría nada, aunque esa prolongada y elevación de su cuerpo hizo que le observara, que viera como su piel tensada luciera delicada. Atrevido pareciese que era todo, era inevitable admirara esos senos que laten ante sus ojos como concreciones llenas de vida.-Aburrimiento no se marca en su rostro al contrario creo que usted es una falaz, que se niega a aceptar su sometimiento…-con audaz se mostraba, girándola para que no le diera la espalda, de esa forma podía devorarla y eso no quería, así que de nuevo haciéndole una jaula con su propio cuerpo, descubriéndola de aquella suavidad de seda, esa sabana tan frágil como la piel de ella. Tomándola de sus caderas para deslizarla hacia él, y estar de nuevo en la misma posición, encima de ella como las cadenas que se mostraban las alas del cuervo…-No temo morir calcinado.-le mordió los labios agrestemente…-Deseas saber que es lo que en verdad sientes y que lo callas…-decía teniéndola como prisionera..-sutiles caricias que te encantan sentir, unas caricias obscenas…-conforme sus palabras resonaban sus manos lo hacían, le acariciaban con extrema vehemencia…-dicen que las palabras tienen magia y cobran vida dentro de alguien provocándose, guardando murmullos que deleiten su excitación…El alma, el corazón provocan una belleza sensación que detonan exaltaciones sin esperarlo.-Sus manos se dirigieron hacia la figura de sus senos, desnudándolos ambos con provocación, todo lo que hacia era para provocarla, exaltarla de ella misma, su boca se entre abrió para adentrar uno de esos senos, rozando la humedad de su lengua en el pezón, con la extremidad de la lengua le rozaba, le envolvía hasta presionarlo y sonreír al sentir su dureza…Mientras la travesía de su lengua proseguían sus manos que se iban bajando lentamente hacia su suavidad adentrando unos cuantos dedos sobre su braga…-Tomémonos uno al otro, solo hay que deleitarnos….-de nuevo sus labios hicieron que le abriera los ajenos para besarle…-me gusta esa severidad.-había susurrado antes que el beso se hiciera mas desenfrenado. ”Así que el que desea ser interesante siempre tiene que provocar las máximas mentes para llegar a buscar el espasmo total”
Disculpa la demora, por cierto lo de rojo es lo que piensa y blanco lo que dice…No me gusto u.u siento que me falto algo..Detallándose una perfecta satisfacción, una victoria que sabia que la obtendría con una de sus plumas que caen, tras cerrar sus ojos, le mostro cada expresión de sus caricias, la debilidad era algo que un humano siempre demostraría y ahí era ella, era la debilidad del toque de su cuerpo, esa sensorial atracción, gozo que le provoca deseo, sentía sobre sus manos lo subterráneo del fuego cuyas llamas suben y bajan cíclicamente.
-Le esta dando demasiada importancia ¿no cree?, una meretriz vive solo del momento, no del pasado, ni del presente, entonces, aunque la luz se apague siempre el recuerdo de ella estará en su mente, podrá haber otras luces que le hagan recordarla y ¿donde quedo el olvido?¿ la extinguida llama?-El aliento que desprendía era recorrido por la piel de la mujer, sus movimientos, el roce con el falo al principio era tentador pero con su mirada hacia que solo fuera una simple caricia que no produciría nada, aunque esa prolongada y elevación de su cuerpo hizo que le observara, que viera como su piel tensada luciera delicada. Atrevido pareciese que era todo, era inevitable admirara esos senos que laten ante sus ojos como concreciones llenas de vida.-Aburrimiento no se marca en su rostro al contrario creo que usted es una falaz, que se niega a aceptar su sometimiento…-con audaz se mostraba, girándola para que no le diera la espalda, de esa forma podía devorarla y eso no quería, así que de nuevo haciéndole una jaula con su propio cuerpo, descubriéndola de aquella suavidad de seda, esa sabana tan frágil como la piel de ella. Tomándola de sus caderas para deslizarla hacia él, y estar de nuevo en la misma posición, encima de ella como las cadenas que se mostraban las alas del cuervo…-No temo morir calcinado.-le mordió los labios agrestemente…-Deseas saber que es lo que en verdad sientes y que lo callas…-decía teniéndola como prisionera..-sutiles caricias que te encantan sentir, unas caricias obscenas…-conforme sus palabras resonaban sus manos lo hacían, le acariciaban con extrema vehemencia…-dicen que las palabras tienen magia y cobran vida dentro de alguien provocándose, guardando murmullos que deleiten su excitación…El alma, el corazón provocan una belleza sensación que detonan exaltaciones sin esperarlo.-Sus manos se dirigieron hacia la figura de sus senos, desnudándolos ambos con provocación, todo lo que hacia era para provocarla, exaltarla de ella misma, su boca se entre abrió para adentrar uno de esos senos, rozando la humedad de su lengua en el pezón, con la extremidad de la lengua le rozaba, le envolvía hasta presionarlo y sonreír al sentir su dureza…Mientras la travesía de su lengua proseguían sus manos que se iban bajando lentamente hacia su suavidad adentrando unos cuantos dedos sobre su braga…-Tomémonos uno al otro, solo hay que deleitarnos….-de nuevo sus labios hicieron que le abriera los ajenos para besarle…-me gusta esa severidad.-había susurrado antes que el beso se hiciera mas desenfrenado. ”Así que el que desea ser interesante siempre tiene que provocar las máximas mentes para llegar a buscar el espasmo total”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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