Lealtad justificada ~.Privado.~

Aqui está... el hombre que os habia llamado -Aetos cuando estaba en el palacio parecia un hombre distinto pues le obligaban a vestir de gala a no ser en contadas ocasiones que ignoraba las peticiones de la etiqueta y caminaba como quería por el palacio, hoy, llevaba una camisa holgada propia de los espadachines que insinuaba su piel libremente por la transparencia y el escote que rozaba su piel consiguiendo la mirada traviesa de alguna de las mujeres que estaban allí, de igual modo algunos hombres especialmente primerizos se sonrojaban al mirarle. Unos pantalones apegados por la zona de la cintura por un cinturón dejando la tela holgada igual que la camisa finalizando con unos zapatos que a pesar de su apariencia no emitían ni un solo ruido cuando caminaba dejando atrás el molesto "toc toc toc" que generaban muchas ocasiones los mismos- Monsieur -Era un joven atractivo el que tenía en frente pero su posicion alta indicaba que tendria enemigos y esos enemigos habian encontrado a alguien con quien no podían luchar, ese era el brujo especialista en proteger las cabezas de cualquier noble que habitase en aquel sitio.

Se acercó a aquel hombre tomandole de la mano aun cuando pecase de confianza, queria sentir la piel que habitaba, se sorprendio ante la suavidad, aunque no le sorprendio pues del pais donde provenia las mujeres eran de una piel excesivamente suave tal era el cao que hasta las parisinas las envidiaban, los hombres gozaban de un atractivo sin duda insuperable igual que sus mujeres la piel de que hombre era suave. Notaba la tension del guardia que le habia acompañado pues se suponia que debia de ir todo recpecto al protocolo, en primer lugar debia de ser guiado hacia aquel hombre, despues arrodillarse, despues escuchar todo el discurso de los titulos nobiliarios que poseyera y despues el tipico saludo frio y distante que empleaba la aristocracia-

Os podeis marchar ya-Despues de haber hecho aquel gesto descortés, miró al guardia friamente para que les dejaran solos, él, al principio reticente dudó pero más tarde se marchó dejando las puertas cerradas seguramente iría a hablar con sus superiores sabiendo estos de quien se trataba habrían hasta aconsejado al guardia que no volviera a dudar de una orden que el brujo diese directamente-

-Escuchó callado cuando aquel hombre se estaba presentando, ¿no le molestaba su actitud? Su rostro era indiferente aunque en su interior reprimia una suave sonrisa que quería salir al exterior, que se hubiera criado con los sirvientes daba de por si un cierto abandono pero no conocía muy bien el pasado de aquel muchacho con tal responsabilidad a sus espaldas y pensándolo bien no era que quisiera saberla. No metia las narices en la historia de las personas como hacían muchos que conocía, siempre procuraba no cruzarse con personas que actuaban de esa manera metiendo las narices donde no tenían que hacerlo pues había rechazado muchos clientes solamente por eso- Entendido

-Muchos le podrían decir que era seco pero solia no hablar demasiado hasta que conocía o examinaba de primera mano quien iba a ser su “patrón” en este caso aquel joven había pagado una gran suma por sus servicios consiguiendo pues la presencia del brujo. Se sentó en un cómodo sillón, mullido tanto en la zona de la espalda como en los apoyabrazos haciendo de él un lugar comodo para pasar el tiempo pues el respaldo no era demasiado recto y permitia que el cuello girase sin tener que forzarlo, de paso contribuía a la vigilancia indirecta que aquella sala y su acompañante- Suelo hacer bien mi trabajo, nunca he fallado, no creo que tenga la delicadeza de fallar…y respecto a la edad creo que vos sois más joven que yo si no me equivoco

-¿Joven? Se consideraba aquello un halago pues la edad de Aetos rondaba cerca de los 30 años sin llegar a pisarlos, su apariencia le decían muchos era demasiado joven para la edad en la que se encontraba donde muchas personas suelen fijarse en su aspecto, quizás eso de lidiar con la muerte le había convertido en un atrasado de la edad aspectos que no tenían verdadera importancia, ¿Estaba cansado? Podía seguro que hechaba de menos el lugar donde había nacido su Rusia, era más agradable que Paris pero incluso más atestada y demasiado ruido, había ido una vez allí por tema de un viaje y sabia que aun cuando había parajes deshabitados la población era especialmente rica, la pobreza parecía haberse disimulado con un golpe de escoba- Cuenteme de su problema se que me han contado lo suficiente en una carta pero deseo saberlo de primera mano

-Cruzó los brazos por su pecho dejando que la piel de su torso se expusiera aún incluso más de lo que ya lo hacía, no sabia si aquella muestra de piel sería algo grosero delante de aquel muchacho, las mujeres siempre se sonrosaban cuando venia presentado de ese modo en cambio aquel apuesto muchacho solo le había indicado que era atractivo, sonrió de medio labio apartando algunos mechones del rostro para que su rostro pudiera ser observado- Estaré con usted lo suficiente para que se sienta seguro incluso más, pues…-Sonrio con provocación- he de aprovechar que mi protegido igualmente es demasiado atractivo.

-su respuesta se tradujo en dos simples palabras- Lo entiendo – habia seguido impasible mientras estaba hablando su interlocutor ya que si lo pagaban por algo era para escuchar lo que debia de decir sus protegidos, tenia más orgullo que miedo lo cual era algo ya para Aetos como una sorpresa como indicarlo, se habia encontrado a mil personas en este oficio tanto extranjeros como parisinos pero muchos le habian respondido entre lágrimas, cuando los hombres se iban se arrodillaban delante de Aetos pidiendo que le protegiesen él a menudo no guardaba respeto con las personas como las que se arrodillaban a pesar de su estatus porque tenian miedo de la muerte, en cambio ese muchacho era distinto, más que miedo por la muerte lo que estaba haciendo era refrenarse, saber que si él caia muchos de los suyos también lo harian.

No era temor lo que reflejaba su mirada. Cuando vinieron a preparar el te, el brujo tomó con elegancia su propia taza callandose entonces que no le gustaba precisamente como le llamaba y que solo necesitaba que se dirigiera a él por “aetos” pero él no era quien ponia las reglas ahí. Tomó un sorbo cálido de te sin dejar que sus ojos dejaran de mirarle- Sois fuerte, sois atrevido, sois atractivo, sois provocador pero ante todo sois de la realeza – se levantó una vez más mirando el interior de la sala, con los labios le indicó que tuviera cuidado al hablar pues tanteaba con sigilo la habitación. Uno de sus espiritus le habia informado que estaban siendo espiados- mi trabajo es simple, podría llegar a dormir con usted solamente para protegerle por la noche ¿deberia de temerme más que respetarme?

-Indicó distraido cuando se acercó a valentín, con descaro le tomó por la cintura apegándole al cuerpo- sh...-dijo en su oido mientras cogia uno de los cojines tomando una grabadora. Estaba bien escondida pero el sonido “bzzzz” era sin duda señal de que los habian grabado para que nada mas dejar la habitacion ir ellos a escuchar la conversación, paró la grabadora y la colocó en frente de la mesa, soltó el cuerpo del hombre volviendo a sentarse en un sillón con una sonrisa en los labios, si hubiera estado alli alguien más que ellos lo más probable era que ya estuvieran pendientes de cortarle la cabeza a Aetos pero no se dejaria fácilmente.no era como los demás pensaban, un perro que se arrastraba por dinero, seria eso por lo que le habian contratado-

Bien, por lo que he comprobado es una persona muy solícita, quienes le siguen conocen bastante de usted o por lo menos lo que habran escuchado ¿tiene idea si le han grabado en alguna otra ocasión? -Tomó la taza nuevamente y dió otro sorbo, admitiendo que el poder tomar le cuerpo de aquel muchacho habia sido mucho más placentero de lo que habia pensado, claramente eso quedaria en su interior pues nunca lo confesaria. En el exterior los ojos de Aetos seguian centrados en los de su interlocutor esperando sus respuestas-

Soy la forma de vivir que me seduce

-realmente le irritaba aunque también habia sido en parte culpa de él pues siempre habituaba a apostar a uno de sus guardianes para que viera la habitación incluso un dia o dos antes y asi ahorrarse esas preocupaciones pero la habia bajado completamente por primera vez, los clientes que le tocaban a aetos no eran verdaderamente personas que estaban siendo seguidas mas bien todo lo contrario pues muchos empezaban gritando que tenian mal de ojo y que alguien les seguia ( algunas veces era cierto otras no ) incluso los que se habian quejado de algun complot habia sido producto de una imaginación bastante productiva... era cierto que al estar en ese mundo un dia de estos podian apuntarte con una pistola y decir "ahora eres mio" pero en este caso parecia que el acosador o quien fuese se tomaba muchas molestias. Alzó la mano, aunque Valentin no lo viera una mujer con un aura cálida bajó para escuchar los deseos de su amo, era una de las damas de la corte que habian muerto ahorcada por un motivo de traicion, un crimen pasional aquellos que tan de moda estaban ultimamente, no necesito más palabras y desapareció para buscar quien habia sido-

No me molesta, he de estar con vosotros hago un trabajo bien hecho y como dije suelo presumir que mis trabajos se llevan a cabo eficientemente. Estaré encantado de asistir a esas reuniones con usted- Seria lo mismo de siempre, personas que estaban en el poder aferrándose al dinero como la sangre a las entrañas, el corazon no palpitaba cuando no tenia un collar de diamantes alrededor o un buen puro que a saber con que materiales estaba hecho, El brujo habia sido invitado en varias ocasiones pero habia rechazado de buen grado la mayoria de ellas, ya tenia suficiente hipocresia en su tienda o en el día a día como aguantar un poco más de ella. Finalizó su discurso mental examinando el objeto, no estaba mal debia de dar sus respetos a quien lo hubiera colocado...el grosor de los labios de Aetos se veía humedecido cuando pasó la lengua por los labios para prevenir de la sequedad y después ladeo el rostro con una suave sonrisa -

En fin... ¿a donde tiene que ir primero?-Depositó la grabadora en su bolsillo, no era muy adepto a esto de la tecnologia pues él se dedicaba a ser curandero de antiguas tradiciones, brujo que conocia todo en su campo e incluso notaba que sus poderes aumentaban pero aun seguia usando viejas tradiciones mientras que la juventud se afanaba en el cambio Aetos gustaba de la monotonia donde él podía manejarla como quisiera y no al revés. Se acomodó el traje con la sensualidad que siempre predisponia, su figura atlética no pasaba desapercibida o ese toque que sus cabellos no demasiado peinados le daban dejaban una imagen atractiva de Aetos que sonrió de costado esperando a valentin- Seré su sombra pero al mismo tiempo no haré nada que le moleste - recordaba exhasperado como tuvo que proteger a un don juan que obviamente no queria que otro hombre estuviera delante mientras se llevaba a una mujer a la cama, al brujo le importaba dicho burlescamente, una mierda a quien llevaba bajo sus sábanas mientras le dejase hacer su trabajo-

Entendido -Respondió casi de inmediato cuando le habia comentado lo de las tres reuniones, el brujo no era un hombre acostumbrado a quejarse del trabajo viendo en muchos instantes cuando otros guardaespaldas se dedicaban a fornicar o a beber antes de estar en reuniones aburridas de sus protegidos mientras que para el brujo eso era indispensable, hasta seguiría a Valentin en el baño si el otro se lo permitía, las mentes de los espías iban un paso por delante de los que se dedicaban a detenerles pero eso hacia que siempre los hombres escarmentaran estudiando bien los objetos que tenian en su poder para que nunca más le volviesen a tomar el pelo por eso se guardó aquel objeto en su bolsillo para examinarlo en cuando tuviera ocasión.

Solo se vieron interrumpidos por unos momentos agradeciendo que solo fueran minutos, aprovechó tambien para observar hacia la puerta mirando fijamente al exterior, alguien les estaba vigilando. Con un movimiento mandó a uno de sus espíritus Valentin seguramente no notase más que una bajada de la temperatura pero nada más en cambio aetos podia divisar al espiritu de una mujer moverse digilosamente mirando fijamente hacia la puerta, se extrañó cuando la mujer parecia mover los labios para hablar con alguien volviendo su atención despues a Valentin escuchando sus palabras- Carruaje -Podia imponer uno de los hechizos de proteccion para que no pudieran dañar al carruaje- Permitame

-Abrió la puerta mirando el espíritu de la mujer, ella miró a su amo encogiendo los hombros- No me ocultes información -Sus dedos se movieron causando en la mujer un estridente sonido de dolor ¿quien era? debia de ser alguien que manejase también a los espíritus dado que solo alguien con ese poder podia haber convencido a esa mujer que guardase silencio. El espiritu finalmente asintio pidiendole clemencia a Aetos...quien vaciló sus orbes hacia valentin, su protegido solo veria a Aetos sisear pero nada más- Habla -comentó después-

¿Conoce a alguien llamado Davichi? -colocó la mano en la puerta- Cojea de un pie es algo corpulento y tiene un ojo siempre tapado con un parche -No comentó nada acerca de que parecia un rival dificil de tratar. El espiritu desaparecio con un hálito de vergüenza por haber fallado a su amo aunque Aetos se sonreia de costado ese espiritu era bastante debil de convencer si hubiera sacado a sus espiritus guardianes habian matado al humano antes de que éste hubiera intentado hablarles siquiera. Tomó con caballerosidad la mano de Valentin indicándole que podían salir esperando escuchar noticias acerca de ese tal davichi y si conocia a su protegido-

Deudas -Formuló paseandose los dedos en el mentón, era la mejor excusa para lo que estaban haciendo pero debia de haber algo mas, por unas simples deudas era extraño que alguien hoy dia fuese demasiado elaborado, otras ocasiones bastaba con hacer chantaje, pedir dinero, robar asi que lo que le llegaba a confundir era precisamente eso, que no diese la cara pero sin embargo hiciera todas aquellas tonterias elaboradas, sentía los baches de la carretera o como los caballos que eran sin duda de pura raza estaban quejándose en algunas ocasiones, la libertad era lo que necesitaban pero se habian hecho tanto a la vida con los humanos que no dudarían demasiado-

Entiendo -Incluso llegó a clavar una de sus uñas en el mentón enrojeciendo aquella parte de su piel mientras tramaba en su mente algunos planes, consistía en sobre todo ponerse en la piel de aquella otra persona ¿que habría hecho o cual sería su segundo paso? si lo que busco es dinero primero debo de medir la ambición ¿Cuanta ambición alberga una persona? eso sería como medir el mar con los pies, el ser humano posee una ambición tremenda, claro, si primero quiere un poco después querrá más pero como decía una pregunta, para que conformarse con tan poco pudiendo tener recursos para cuando lo desee, un chantaje sería demasiado arriesgado hay que saber donde cavar y no se desea que el nombre sea ensuciado, contratar a alguien, conseguir mi objetivo, ser elaborado-

Creo que alguien va más por su riqueza que por vos, ¿intentó seduciros? podría haberlo intentado después al ver que no precisamente tenia mucho éxito su recurso fué otro el que ahora nos enfrentamos - Su voz era suave, hablaba con tanta suavidad como si estuviera arrullando a un niño pequeño, mostraba los dientes como si estuviera en sus propios dominios gruñendo a alguien que habia puesto un simple pie en ellos, su respiración parecía nula mientras sus pupilas se perdían en el interior del carruaje hacia la nada, en verdad pensaba, algo que no fuese chantaje para tener acceso al dinero, aunque fuese por los propios medios, que no se sospechase tampoco que era él, quizás algo de lo que debiese enterarse, saber a donde iba, que era lo que hacía-

Nos lo encontraremos -Con seguridad colocó la mano en su rodilla aprentando los dedos abandonando la pose tensa para relajarse, ya indagaría más en el asunto pero al menos sabía un poco de lo que pasaba por la cabeza de la otra persona aunque Aetos lo que habria hecho es hacerse amigo de esa persona, saber todos sus secretos de modo que le arruinase lentamente, le daría el dinero para volver a alzarse pero después cuando fuese el hombre de confianza llevarse todo incluidos los beneficios, era un plan cruel elaborado y que desgraciadamente necesitaba mucho tiempo pero no dudaba que no pararía en ningún momento, los humanos son los mejores actores de todos, los que mienten día a día carecían de escrupulos o de algo que se llamaba amistad, Aetos al mismo tiempo no tenía amistad o simpatía por nadie, ahora sabia que lo que no quería era la vida de Valentin, o si...otro problema sería si lo que quiere es matarle a solas y despues poder llevarse su dinero de manera silenciosa como si no hubiese muerto, pensó entonces en esa posibilidad, era seguramente la más peligrosa pero no por ello la menos elaborada-

-Nada más bajar de aquel carruaje sintió nauseas de aquella vida, el que todas las personas se acercasen vigilando los pasos de uno no era agradable, por eso por muchas riquezas que tuviese seguiría viviendo solo ¿para que necesitaba a todas las personas a su lado deseándole mal contando el dinero que traía solo con afán de ver cuanto le dejaban? habia personas que no medían sus actos que solo deseaban acercarse para convertirse ellos en los principales aseguradores, en los primeros que tuvieran acceso al dinero...odiaba esa vida, odiaba tener que acercarse al palacio siempre que podía pero el dinero como siempre era una buena opción para hacerlo. Podían decirle que no tenía escrúpulos pero de qué servían cuando él tenía un modo de ser que muchos rechazaban, solo deseaba sexo nada de amor, le gustaba pedir algo a cambio porque la humanidad no le había dado nada cuando lo necesitaba y él por su parte tampoco tenía que dejar nada a las personas.

No mencionó nada mientras entraba a aquel sitio, si hubiera sido una persona normal se habría centrado en la arquitectura, el diseño tan ricamente adornado o los colores tan bellos, el arte extranjero era sumamente más interesante que el de París pero eso pensaban todos los que vivían lejos. Se cansaban de ver y de nacer en los mismos sitios que al contemplar otros lugares extranjeros aunque fuera solo una sutil diferencia parecían mucho más bellos, pero se guardó su opinión siempre siguiendo a Valentín, era todo un caballero con las mujeres especialmente la mujer que se acercó a ellos con aquella sonrisa bonachona.

Aetos no tenía nada en contra de las ancianas es más muchas le habían pedido ayuda ciegamente, para hablar con sus seres queridos mientras que otras siempre se reservaban para morir con sus joyas. Examinó sus orbes para ver si había alguna señal de maldad pero lo que encontró era una excesiva interpretación dramática- Estoy aquí, siempre que necesiteis Monsieur Vólkova -Asintió cuando la mujer afirmó que no se alejaría de su protegido, no lo haría pero siempre dejando ese espacio que cada humano necesitaba como siempre una cosa era profesionalidad pero otra cosa era acoso pero con aquellas palabras quería exponer indirectamente al joven que no se fiase de aquella mujer, las mujeres eran las que más miedo daban cuando de fingir se trataban, podían ser más crueles que los hombres porque ellos eran más directos te podían escupir con tranquilidad mientras que ellas siempre planeaban cosas que ningún hombre podía soportar.

Acarició con lentitud la mano de Valentin, en señal de confianza mientras nuevamente colocó las manos trás la espalda, observando fijamente a aquel hombre que era el nieto de la anciana, parecía incómodo y molesto al mismo tiempo tanto por una presencia como por otra. Rechazó el tomar te aun cuando era evidente que no estaría envenenado sería bastante tonto hacerlo en presencia de todos los criados o en una sala que en momentos podía estar abarrotada, si lo hacían el propio aetos sería testigo así que no podían arriesgarse. Una vez más se repitió mentalmente que aquella vida de reuniones era una idiotez, pero los altos cargos no eran tan sencillos como solo tener dinero- Espero que no se alargue -habló claramente, no tuvo que subir la voz era suficiente con su tono para que se escuchase-

Debemos de ir a otro lugar, no tenemos mucho tiempo -El hombre y la anciana parecían haber dejado por unos segundos de fingir mirando a Aetos como si éste hubiera insultado a alguien, era cierto que el tiempo era lo que se decía de oro de hecho para un rico el que una persona dijera en una reunión que tenía mucha prisa era una falta de respeto, al ser invitados debían de tener los horarios que los otros dispusieran, no pasó por alto como la anciana volvió a sonreir después de haber dicho eso. "Le quieren hacer desconfiar de todo el mundo, habrán implantado ellos mismos los rumores...quieren que solo confíen en ellos por eso se muestran tan amables". La anciana mientras colocaba las manos en su regazo escuchando como una sirvienta traía una taza de te para valentin con mirada escrutadora preguntaba por el nombre del brujo-

Aetos -Sonrió de forma fría, el hombre que antes le miraba con recelo pareció temblar por unos segundos, después se recompuso igual que la anciana...¿serían los peones? de ningún modo si hubieran planeado esto ellos solos serían capaces de temblar de ese modo, una persona esperaría a que no estuviera cerca la persona de su odio para mostrarlo. Sonrió pues cuando finalmente tomó asiento al lado de Valentin cruzando los brazos por encima de su pecho, la anciana parecía querer hablar y no querer hablar marchándose por unos instantes, que Aetos aprovechó para descaradamente susurrar en el oido de su protegido en voz baja solo para él- Estará tan orgulloso de mi trabajo, monsieur -Se alejó con ese toque sensual que desprendía cruzando las piernas mirando ya silenciosamente al hombre como si él también formase parte de aquella reunión-