Mihail Kharalian Balcêscu

por **Mihail Kharalian Balcêscu** Mar Oct 11, 2011 3:25 am

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Mihail Kharalian Balcêscu

▲EDAD▲

19 Años

▲ESPECIE▲

Humano

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Realeza Rumana

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Homoflexible

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Transilvania, Rumania

DESCRIPCIÓN FÍSICA

Muchas cosas en París no son lo que parecen, y ese jovencito al que llamaban Kharalian no fue la excepción a aquello, porque esa fachada marcada por ropas desgastadas y una inocencia infantil escondía lo que pudo haber sido un perfecto ejemplo del galgo digno de alguien de la realeza. Pero el caprichoso destino no lo quiso de ese modo, ocultando bajo esos míseros ropajes el cuerpo esbelto de un saludable joven formado por la extrema austeridad y por el duro trabajo que tuvo que realizar para sobrevivir, motivo por el cual si bien tiene una figura relativamente marcada, no llega a ser tan musculosa.

Llega casi al metro ochenta de estatura, con una piel otrora tostada por los embates de los trabajos al aire libre, pero que hoy se ha ido suavizando hasta dejar una palidez que solo sus siestas al aire libre han evitado se volviese fantasmagórica. Esa misma piel guarda también varias magulladuras, que le provocaron cuando él apenas era un niño, y unos par de tatuajes que tenían la horrible finalidad de identificarlo como si fuese ganado, con su fecha de nacimiento, o dejarle un eterno recordatorio de los pecados de su familia, con una cruz en su brazo.

Tiene un cabello castaño que solía llevar desordenado y largo, pero que ahora se esfuerza por llevar debidamente arreglado. Ello adornando un rostro con unas facciones relativamente finas, que le dan ese aire infantil tan típico de él y que le hacen parecer un adolescente jugando a ser un adulto. Mismo motivo por el que cambio esa postura ligeramente desgarbada a una de constante tensión en sus hombros y espalda para mantenerse erigido por completo, postura que aun no se vuelve por completo natural en él.

Por último, lo que más destaca en su rostro son sus ojos, tanto por su intenso tono de un castaño y miel que acaba por difuminarse en el mismo verde que los de su madre, como por la transparencia que demuestran, más ahora que ha aprendido a sostenerle la mirada a las personas pese a estar nervioso o intimidado, bueno, casi.

Spoiler:

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DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

A pesar del color de sus ojos, estos son por completo transparentes en lo que respecta a sus emociones, ya que aquella ingenuidad infantil que aún conserva no da lugar a intenciones o sentimientos ocultos, los cuales se muestran con la misma claridad con que bullen en su interior. Aquello tiene sus consecuencias. Por un lado lo convierte en una persona realmente honesta y confiable, con una nobleza que lo hace incapaz de romper una promesa. Pero que tiene como contrapartida una actitud confiada, y por lo tanto haciendo de él una persona voluntariosa de la cual fácilmente podrían aprovecharse, y que aun notándolo no tomaría represalias al respecto. Como si la justicia fuese importante, pero cuando se trata de él no acabase por aplicar completamente, más cuando se cubre con tintes de venganza, quizás porque él ya ha tenido suficiente de ello, siendo más de lo que cree merecer después de todo lo que hizo.

Considerando las traumáticas experiencias que vivió cuando pequeño, se podría pensar que es un joven desencantado de la vida cuya sonrisa no fuese más que una quimera. Pero no es así, ya que para bien o para mal aquel pasado en Rumania y la mayor parte de los recuerdos relacionados con su madre quedaron ocultos en su memoria por casi diecisiete años, haciendo que ese chico sin pasado viviese cada día con una sonrisa creando nuevos recuerdos para coleccionar, forjando una personalidad que luego le permitiría sobrellevar la verdad sobre esa infancia temprana.

Pocas veces se le ve triste, al menos en público, y esas contadas ocasiones casi siempre están conectadas con la culpa que guarda en su consciencia y con la encrucijada sobre el lado del que estar frente a la forma en que deben sobrevivir los seres nocturnos, porque para Kharalian todas esas son vidas igual de importantes ¿Pero que hay de sus seres queridos? A veces, y solo a veces, hubiese preferido no recuperar la memoria. Bueno, y por lo de aquella persona.

Pese a haberse vuelto a descubrir y a estar recibiendo una educación más que privilegiada por los últimos dos años, que incluye el arte de las relaciones sociales, no ha podido quitarse de encima esa tierna timidez que se manifiesta sobre todo al momento de conocer a personas nuevas, e incluso en el trato a personas con quienes ya existe confianza. Finalmente, aunque él parezca una persona independiente desde el punto de vista de su autosuficiencia, la gran carencia de afecto que sufrió le hace encariñarse con rapidez, incluso siendo capaz de pasar por alto malos tratos y desprecios, al tiempo que se vuelve dependiente de las personas que quizás sean las menos indicadas, lo que se ha vuelto un círculo vicioso a lo largo de su vida.

HISTORIA

Muchas personas se arrepienten de sus pasados, de sus historias o sus acciones, pero nunca piensan en lo horrible que es no tener un pasado del que poder arrepentirse, de tener aquel sentimiento de pertenencia a un momento y lugar determinado. Esto es lo que le arrebataron al pequeño Mihail Kharalian Balcêscu cuando apenas tenía ocho años de edad, víctima de guerras banales y asesinatos en nombre de un dios que no escuchó las plegarias de un niño inocente que perdía a su familia.

No siempre vivió con lo justo para sobrevivir día a día, hubo una época en que sus preocupaciones se reducían a jugar y recoger flores para su madre en aquella suntuosa mansión el Rumania perteneciente al padre del niño, que poseía el título de Barón. Fue la época en que se forjaron aquellos recuerdos que luego quedaron relegados a un rincón inaccesible de su memoria, el día en que el último golpe acabó por arrebatarle todo.

Nunca se llevó especialmente bien con su padre y cuando lo hacía era exclusivamente para aplicarle el rigor de la crianza que contrastaba con los cariños que le daba su madre. Era incapaz de odiarlo, dependió siempre de su aprobación y de sus palabras de felicitaciones cuando hacía las cosas buenas que estaban al alcance de alguien de su edad. Pero todo comenzó a ir mal en día en que sus padres fueron atacados, ocasión en que su padre fue asesinado y su madre convertida en un ser nocturno a los que tanto se le temía en una ciudad tan llena de supersticiones como lo era su natal Transilvania.

Fue en ese entonces, en que a pesar de su corta edad le fue heredado el título de Barón de una de Casas de Rumania, título de que poco le servía para ayudar a su madre, la cual había rechazado sus visitas por encontrarse enferma, haciendo que el pequeño se volviera introvertido y algo asustadizo. Hasta que un día no pudo soportarlo, entrando a hurtadillas al lugar en que su madre se escondía de él durante las horas de sol, y acurrucándose a su lado, asustado por el frío tacto de su piel y por las manchas de sangre que adornaban las sábanas de su cama. Ese día su madre, con su sagrada paciencia, trato de explicarle que estaba enferma, que por eso no podía estar bajo el sol y que tal cual algunos animales solo podían comer pasto, ella solo podía alimentarse de sangre.

Eso no revertía demasiadas dificultades, pero las cosas comenzaron a cambiar un par de años más tarde cuando enviados del Vaticano comenzaron a encauzar bajo sus mandatos la Iglesia Ortodoxa Rumana, empezando también la caza de esos temidos seres que llamaban vampiros. Razón por la que su madre no pudo salir a alimentarse con regularidad, haciendo que Kharalian en toda su inocencia, comenzara a llevarle animales, pero con el tiempo aquello dejó de ser suficiente, llevándolo a una desesperación tal que acabó atrayendo a trabajadores de la mansión y sectores cercanos con las más variadas excusas para que visitaran a su madre, quien luego le ayudaba a deshacerse de los cadáveres.

La decadencia en que se sumió la residencia, sumada a los rumores de los asesinatos por parte de uno de esos despreciables seres, alertaron a las autoridades eclesiásticas de la ciudad, quienes irrumpieron durante las horas del día a su hogar, encontrándose con el nefasto panorama de la madre alimentándose de un cuerpo casi sin vida mientras el pequeño se ocultaba bajo la cama. Lo que ocurrió luego fue lo que selló aquel pasado en su memoria.

Sacaron a su madre entre varios hombres a la luz del sol, amarrándola a ella a un poste con su hijo en brazos hasta que su cuerpo se convirtió en cenizas, para cerciorarse en caso de que ambos fuesen vampiros. El niño no dejaba de llorar y gritar, hasta que ya no pudo resistirlo, cayendo en un profundo pero febril sueño, donde llamaba en vano a su madre para que lo rescatara.

Pasó los siguientes años en uno de los orfanatos de la iglesia, donde se le excluía y trataba como a un hereje, razón por la que se le tatuó cruelmente una cruz en su antebrazo derecho, para que así recordara siempre el pecado de su madre para que algún día pudiese ser expiado por ello. Pero ya no servía de nada, porque el pequeño no podía recordar nada de lo ocurrido antes del día en que se encontró por primera vez en aquel sucio orfanato.

Sus bienes y propiedades habían sido expropiados para pasar a estar a cargo de la misma iglesia que había asesinado a su madre. Por lo que ahora se había convertido simplemente en un pobre huérfano. Eso hasta que cumplió los trece años. Edad que quedaba en evidencia debido a aquel tatuaje con su fecha de nacimiento, del seis de agosto de 1781, que le fue grabado en uno de sus hombros, muy cerca de la base del cuello. Ese mismo día lo expulsaron del lugar, abandonándolo a su suerte, ya que según ellos contaba con la edad suficiente para valérselas por sí mismo.

Así fue como llegó a las calles por primera vez, viviendo de las limosnas y de lo pocas sobras de comida que conseguía. Hasta que un día un extraño sujeto le ofreció unas cuantas monedas de plata si le ayudaba a realizar un trabajo, y el pobre, famélico, se vio en la obligación de aceptarlo. El trabajo no pintaba bien, ya que consistía principalmente en estafas callejeras, y el trato hacia el chico era por lo menos abusivo, pero continuaron en ello hasta que el sujeto reunió una cantidad suficiente como para escapar de la ciudad, tras lo cual Kharalian, que era como se acostumbró a que le llamaran desde su época en el orfanato, le rogó que lo llevase con él. ¿El motivo? Era obvio que solo no duraría mucho, y no con relación a la comida y el techo, sino que al hecho de que no sabía cómo sobrellevar la soledad de calles. El sujeto en un acto de lástima lo trajo con él a París, pero luego al ver que el chico era más bien una carga, lo abandonó nuevamente a su suerte en una ciudad completamente desconocida para él.

Pasó frío y hambre, hasta que de algún lugar en su interior consiguió sacar fuerzas para buscar pequeños trabajos que le permitirían comprar comida y lo básico para pasar el día. Fue durante esos años que comenzó a vivir con más alegría, siempre pensando que las cosas mejorarían si trabaja y se esforzaba todos los días.

Así fue al menos hasta que cumplió los diecisiete años, cuando un inesperado encuentro con la fuente de todas y cada una de sus desgracias puso su vida en aquel antiguo riel del que se había salido hace casi una década. Aun no entiende muy bien cómo fue que salió vivo ese día, pero con tantas cosas más importantes agolpándose en su cabeza esa era la menor de sus preocupaciones. Y como si su destino estuviese ligado a esas criaturas, fue una de ellas la que acabó por desenredar esa historia que parecía enmarañar los cuentos para niños de la Cenicienta y la Bella Durmiente. La Reina de aquel lugar del que apenas y tenía conocimiento, lo tomó bajo su tutela con la finalidad de que reivindicara su nombre y todo lo que con justo derecho le perteneciera.

Aquello no era algo que importaba necesariamente que cambiara su residencia a su tierra natal, pero hubo algo, más bien alguien, que hizo que su mecenas le recomendara pasar allá una temporada. El motivo era bastante claro a ojos de la Reina, y aunque el muchacho no acabase por comprenderlo aceptó volver a lo que fue su casa paterna.

Los siguientes dos años fueron más ajetreados e intensos que todos los días de trabajo que había tenido en su vida. Juntos. Se vio rodeado de tutores e institutrices, deberes, obligaciones y compromisos sociales, siendo paradójico que en una ciudad donde no tenía a nadie, no tuviese tampoco tiempo para extrañar a nadie. Ni siquiera a él. Porque esa cruzada por recuperar su vida involucraba una lucha que iba mucho más allá de los bienes materiales expropiados por la iglesia rumana, del título nobiliario y de la jurisdicción sobre un trozo de tierra. Quería evitar que volvieran a existir más chicos como él. Huérfanos. Fuese a causa de la fuerza eclesiástica o de los colmillos de una criatura nocturna.

No obstante la nobleza con que estaba encaminando sus acciones, Transilvania era una tierra sumida en las supersticiones y la alienación, donde era imposible de separar la historia real de los rumores. Y a pesar de toda el agua que había pasado bajo el puente, había quienes aun le temían a su apellido, incluso corría la historia de que él era como su madre, uno de esos seres que años atrás le había estado arrebatado la vida a los campesinos y trabajadores de la región. Esas personas eran pocas, pero el saberse odiado le afectó lo suficiente como hacerle decidir tomarse un tiempo fuera de Rumania. Viajo un poco mientras una residencia era preparada para él en París, lugar en donde esperaría que las cosas se calmaran, al tiempo que le serviría para respirar del proceso de recuperar el sentimiento de pertenencia. Pero quién sabe, quizás las cosas no se calmarán nunca.

DATOS EXTRA

₪ Durante muchos años, a pesar de que técnicamente aún poseía el título nobiliario de Barón de Rumania, desconoció aquello y todo lo referente a su pasado, viviendo como un joven de clase baja hasta que la Reina de Países Bajos se hizo cargo de él.

₪ Tiene un tatuaje con su fecha de nacimiento en el hombro, cerca del cuello, y otro con la forma de una cruz en su brazo derecho.

₪ Le gusta practicar la lectura a la que le tomó el gusto en aquel orfanato en Rumania donde vagamente se le enseñó a leer y escribir, pero a causa de la lectura nocturna con poco más que una vela como fuente de luz, provocó que hoy en día deba usar gafas para leer.

₪ Le encantan los animales, especialmente los felinos, pero al mismo tiempo le provocan algo de pena, aunque desconoce el motivo.

₪ Extraña trabajar en algo que involucre más que estar sentado frente a un escritorio, y para evitar hacer tonterías y escaparse al mercado ha comenzado a realizar quehaceres domésticos en su residencia.

₪ Pese a lo que se podría considerar su orientación sexual y a que las mujeres le dan algo de medio, ha tenido experiencias en ambos sentidos, aunque es extremadamente tímido y reservado al respecto.

₪ Siente un respeto especial por los vampiros, aunque también desconoce el por qué, los ve como criaturas nobles y admirables. Lo que lo ha puesto en una encrucijada al ser consciente de su forma de alimentarse.

₪ Al contrario que lo anterior, siente un fuerte rechazo por la iglesia en todas sus variantes, especialmente debido a la forma en que hacen valer sus ideales. Así que ha llamado ligeramente la atención desde que decidió hacer los trámites para apostatar de la fe con que fue bautizado, algo muy mal visto ya que implica un completo rechazo a la fe cristiana.

por **Nigel Quartermane** Mar Oct 11, 2011 2:57 pm

FICHA APROBADA
Bienvenido al foro

por **Mihail Kharalian Balcêscu** Lun Dic 14, 2015 4:17 pm

Edición terminada.

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