AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
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¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
¡No puedo oír la música!¡Esto es una advertencia! ¡Es una mala señal! Soy un fantasma que ha perdido su mente, ¿Es el paso siguiente de la oscuridad! Me resigno si es así, pero dame la señal de que eres tú. Eres lo único que tengo, mi música, mi vida está en ti, mi muerte se sepulta en tus melodías ¡Eres tu mi alma! No me abandones, dime que eres tú. ¡Dime si alguna vez va a parar! No puedo dejarte ir, si me preguntas alguna vez lo que temo es a esto. Ya no preguntes sabes que eres tú lo único que soy y seré.
Siento que llevas prisa, a nadie les preocupa lo suficiente por mi vida, por mi música, ellos son nada porque sus vidas son lentas, no sienten mi presencia cuando muero y veo salir esta alma a volar y gozar de la libertad. Oigo que el tiempo sigue haciendo Tictac, no puedo conseguir un segundo tiempo.
¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¿A dónde vas? Veo que llevas prisa. ¿A dónde vas con mi alma? No la vendas por ese papel principal, el teatro se encenderá y ardera en llamas al pisar el telón mi alma secuestrada. Ahora me doy cuenta de que todas las almas perdidas son olvidadas. Y si no puedo escuchar la música y la audiencia se que se ha ido. No me quiero resignar. ¡No deseo bailar solo!
Esperando que el cielo juegue con una última canción. Después de que el sol se hunda pero esto es malo, debe realmente considerarme un enfermo. ¡No no es tiempo de que deje salir mi alma! Y aun sigue haciendo Tictac y el tiempo falsifica mi sonrisa Pero hasta entonces dejaras que mi alma regrese cuando el tiempo se detenga.
Pero al esperar y esperar y si no puedo escuchar la música de nuevo y la audiencia. ¿Qué es lo que pasara? Se ira y se irá cada parte de mi, y será olvido, no deseas que sea un extraño, no estoy asustado sé que me enviaran a la hoguera como lo han hecho varias veces.
¡Me estoy volviendo loco, ya no sé quien soy! Corriendo por las calles en busca de la música, pero nada, todo era sordo para mis oídos, nada podía oír ni el aliento del viento, ni la sangre recorrer el cuerpo. ¿En verdad estoy muriendo? …
No, no, no,no, no, no,no, no, no,no, no, no,no, no, no,no- Envuelto en la oscuridad, ahora grita y nada se escucha, el pueblo entero se atemoriza, viéndome como un desquiciado enloquecido. Mis lágrimas salían a brote, esos ojos manchados como muerto que era, su palidez era reluciente ante los demás…
Perdido buscando una salida, mis manos aprietan mi cabeza queriendo destrozarla, corriendo como la sombra que soy y será, pero distraído y perdido choca contra la pared cayendo tendido en el suelo con los ojos sumamente abiertos sin parpadear…Perdido, perdido mi mente es negra y silenciosa. ¿Dónde está mi mente?... Y solo seguía durmiendo con los ojos abiertos sin reaccionar solo quedaba que le trajera su alma…
Siento que llevas prisa, a nadie les preocupa lo suficiente por mi vida, por mi música, ellos son nada porque sus vidas son lentas, no sienten mi presencia cuando muero y veo salir esta alma a volar y gozar de la libertad. Oigo que el tiempo sigue haciendo Tictac, no puedo conseguir un segundo tiempo.
¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¿A dónde vas? Veo que llevas prisa. ¿A dónde vas con mi alma? No la vendas por ese papel principal, el teatro se encenderá y ardera en llamas al pisar el telón mi alma secuestrada. Ahora me doy cuenta de que todas las almas perdidas son olvidadas. Y si no puedo escuchar la música y la audiencia se que se ha ido. No me quiero resignar. ¡No deseo bailar solo!
Esperando que el cielo juegue con una última canción. Después de que el sol se hunda pero esto es malo, debe realmente considerarme un enfermo. ¡No no es tiempo de que deje salir mi alma! Y aun sigue haciendo Tictac y el tiempo falsifica mi sonrisa Pero hasta entonces dejaras que mi alma regrese cuando el tiempo se detenga.
Pero al esperar y esperar y si no puedo escuchar la música de nuevo y la audiencia. ¿Qué es lo que pasara? Se ira y se irá cada parte de mi, y será olvido, no deseas que sea un extraño, no estoy asustado sé que me enviaran a la hoguera como lo han hecho varias veces.
¡Me estoy volviendo loco, ya no sé quien soy! Corriendo por las calles en busca de la música, pero nada, todo era sordo para mis oídos, nada podía oír ni el aliento del viento, ni la sangre recorrer el cuerpo. ¿En verdad estoy muriendo? …
No, no, no,no, no, no,no, no, no,no, no, no,no, no, no,no- Envuelto en la oscuridad, ahora grita y nada se escucha, el pueblo entero se atemoriza, viéndome como un desquiciado enloquecido. Mis lágrimas salían a brote, esos ojos manchados como muerto que era, su palidez era reluciente ante los demás…
Perdido buscando una salida, mis manos aprietan mi cabeza queriendo destrozarla, corriendo como la sombra que soy y será, pero distraído y perdido choca contra la pared cayendo tendido en el suelo con los ojos sumamente abiertos sin parpadear…Perdido, perdido mi mente es negra y silenciosa. ¿Dónde está mi mente?... Y solo seguía durmiendo con los ojos abiertos sin reaccionar solo quedaba que le trajera su alma…
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Fecha de inscripción : 23/11/2010
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
¿Qué era la vida? Se pregunto aquella muchacha quien caminaba por las calles, plazas y diversos lugares de parís, ¡Insignificante si no le das un grato sabor!. En algún momento su claridad se nublaba y se encontraba tumbada en alguna andrajosa pared con sus ojos a punto de llorar mientras susurraba al viento, le preguntaba, no, ¡le exigía! Al mundo respuestas. Pero otra larga y estruendosa pregunta llegaba ¿Qué respuesta deseaba si no había ninguna pregunta?. Ironía, ironía, ironía, comenzó a reír olvidando aquel pedazo de alma que se había comenzado a fragmentar. Tal vez, ella ya lo sabía, sabía que no podía haber estado por mucho tiempo en un estado de tranquilidad cuando su corazón, le pedía a gritos que desatara a su propio ser, aquel negro, inocente en el amor y otros dolores carnales, le pedía a llanto que dejara de mostrarse apacible y inocente.
Eso era lo que sentían los asesinos, dedujo, aquel deseo de hacer sufrir a alguien, aquel deseo de mostrarse mas poderosos que otros… ser superiores, ser mejores, ¡Todo humano deseaba esas cosas! ¡Poder y más poder! ¡Dinero, más Dinero! Deseaban todo lo sucio y podrido simplemente para desperdiciar sus vidas en cosas sin sentidos, quería embriagar sus almas hasta el día de su muerte, querían ser simplemente ratas…
-Me volveré enemiga de todo lo tangible si sigo pensando así- murmuro débilmente.
Se había trasformado, por fin había dejado por unas horas de ser la joven consentida de Aitziber D’ Lemoide, había dejado de ser aquella niña quien había aprendido magia de su único compañero; un viejo empleado de la casa, quien después fue cruelmente asesinado por aquella muchacha. Pero ahora ¿Quién era?, se preguntaba con impaciencia ¿Qué deseaba? Se hundía en aquella desesperación de no saber cómo responder aquellas simples preguntas. Dijo media vuelta, en algún lugar de parís, la verdad es que no le interesaba a donde iba, podía orientarse muy bien cuando sus pies de detuvieras, simplemente miraría por aquí y por allá, alguna referencia y ¡listo! Volvería a su casa.
Sintió un extraño temor. Aquel instinto animal le seguía siempre, lo había aprendido de los felinos que tanto amaba, era algo bueno aunque primitivo, aquel peligro aquel espectro la llamaba con una delicadeza casi demoniaca, aunque ¡JA! No había pronunciado ni una palabra, ella era el demonio que se acercaba a su víctima.
-¿Quién Eres…?- Murmuro acercándose a aquel hombre quien con se había topado, su rostro estaba hundido con una expresión contorsionada, parecía mirar al infinito, parecía meditar o podía decirse que estaba en un estado de “Nirvana”.
No, había mucho dolor, confusión en su rostro para ser así, pensó sacudiendo su cabeza suavemente, se inclino hacia aquel hombre, miro sus ojos, hermosos, sus gruesos labios húmedos, pero distorsionados, era un ser tan hermoso, su piel era traslucida y mantenía una extraña aura inmortal. No había respuesta de el, eso enfureció a Aitziber de una manera incontrolable, se levanto con brusquedad dándole la espalda; sabia que este hombre sufría. Como si eso importara, pensó frunciendo el ceño y mostrando cierta impaciencia en sus movimientos.
-¿!Por qué no hablas!?- pregunto de repente, en realidad no quería hacerlo, simplente broto de su garganta como cuando un querubín entona una preciada nota sin esfuerzo alguno-Ya se, Ya se, Has decidido destruirte, morir, hacerte polvo- sigo diciendo con ira, bajando su voz cada vez mas. Se dio vuelta, encontrándose con el.
-¿Que Quieres?- sus labios se movieron lentamente, dejando salir un suave susurro de ellos, su voz era suave como madera, en ella mostraba su juventud, pero su tono áspero demostraba maldad pura y concentrada.
Eso era lo que sentían los asesinos, dedujo, aquel deseo de hacer sufrir a alguien, aquel deseo de mostrarse mas poderosos que otros… ser superiores, ser mejores, ¡Todo humano deseaba esas cosas! ¡Poder y más poder! ¡Dinero, más Dinero! Deseaban todo lo sucio y podrido simplemente para desperdiciar sus vidas en cosas sin sentidos, quería embriagar sus almas hasta el día de su muerte, querían ser simplemente ratas…
-Me volveré enemiga de todo lo tangible si sigo pensando así- murmuro débilmente.
Se había trasformado, por fin había dejado por unas horas de ser la joven consentida de Aitziber D’ Lemoide, había dejado de ser aquella niña quien había aprendido magia de su único compañero; un viejo empleado de la casa, quien después fue cruelmente asesinado por aquella muchacha. Pero ahora ¿Quién era?, se preguntaba con impaciencia ¿Qué deseaba? Se hundía en aquella desesperación de no saber cómo responder aquellas simples preguntas. Dijo media vuelta, en algún lugar de parís, la verdad es que no le interesaba a donde iba, podía orientarse muy bien cuando sus pies de detuvieras, simplemente miraría por aquí y por allá, alguna referencia y ¡listo! Volvería a su casa.
Sintió un extraño temor. Aquel instinto animal le seguía siempre, lo había aprendido de los felinos que tanto amaba, era algo bueno aunque primitivo, aquel peligro aquel espectro la llamaba con una delicadeza casi demoniaca, aunque ¡JA! No había pronunciado ni una palabra, ella era el demonio que se acercaba a su víctima.
-¿Quién Eres…?- Murmuro acercándose a aquel hombre quien con se había topado, su rostro estaba hundido con una expresión contorsionada, parecía mirar al infinito, parecía meditar o podía decirse que estaba en un estado de “Nirvana”.
No, había mucho dolor, confusión en su rostro para ser así, pensó sacudiendo su cabeza suavemente, se inclino hacia aquel hombre, miro sus ojos, hermosos, sus gruesos labios húmedos, pero distorsionados, era un ser tan hermoso, su piel era traslucida y mantenía una extraña aura inmortal. No había respuesta de el, eso enfureció a Aitziber de una manera incontrolable, se levanto con brusquedad dándole la espalda; sabia que este hombre sufría. Como si eso importara, pensó frunciendo el ceño y mostrando cierta impaciencia en sus movimientos.
-¿!Por qué no hablas!?- pregunto de repente, en realidad no quería hacerlo, simplente broto de su garganta como cuando un querubín entona una preciada nota sin esfuerzo alguno-Ya se, Ya se, Has decidido destruirte, morir, hacerte polvo- sigo diciendo con ira, bajando su voz cada vez mas. Se dio vuelta, encontrándose con el.
-¿Que Quieres?- sus labios se movieron lentamente, dejando salir un suave susurro de ellos, su voz era suave como madera, en ella mostraba su juventud, pero su tono áspero demostraba maldad pura y concentrada.
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
¡Np,no,no! ¿Como puede suceder?
Lo bello se le ha negado escuchar¿Pero su voz?
¿Que le sucede al violinista? Esta perdiendo la belleza
¡No, no! ¡No dejes de hablar que solo lo bello guarda en ti!
Nicolas D' Lenfent
Lo bello se le ha negado escuchar¿Pero su voz?
¿Que le sucede al violinista? Esta perdiendo la belleza
¡No, no! ¡No dejes de hablar que solo lo bello guarda en ti!
Nicolas D' Lenfent
¡Música, música! Gritaba en el vacio de su mente, el recorrido que hacía era sombrío y aterrador, sus propias palabras y entonaciones le hacían delirar, su misma esencia le hacía llorar por dentro. Ya no soportaba mas, aun con las manos en su cabeza queriendo aplastarla pensando que era una forma fácil de calmar el dolor y así moriría el sufrimiento de una vez, pero todo era inútil, si lo seguía haciendo era más doloroso que aquella vez cuando le arrebataron la vida. Cuanto más hacia más sentía la agonía. ¡No quería piedad, ni compasión! Solo quiere morir al fin.
¡No, no, no, no, no! Ya no hay música, ya no hay violinista. Ha muerto Nicolás D`Lenfent en el momento que dejo de oír las melodías, en destruir las notas del silencio, en que dejo de sentir la música, ahora ya no hay nada que le mantenga despierto. Solo queda cerrar los ojos eternamente y quedarse dormido esperando que alguien le mate. No sentirá más el sonido, ni presencias, todo murió y nada quedo, solo esperar que esa noche se acabe pues ahí va su entierro.
Ha perdido la cabeza que aun no se da cuenta que sus ojos se apagaran si da un grito mas, sus puños se formaron para emprender golpes a la pared, esperando oírlos, Pero ¡Nada, nada! Nada se ha oído, nada escucha y la lagrima se forma dentro de su ojo esperando al menos sentir como cae, y ni eso, se podrá decir que siente la soledad más profunda y amarga.
Mueve su rostro con varios vaivén en forma negativa la desesperación se apodera de el –Dejad que solo escuche el ultimo susurro del aire, del viento, de la noche o al menos dame un sonido que pueda escuchar. Solo un recuerdo de lo bello, solo quería recordar el último sonido que le ha matado, solo un instante donde pueda brindar su pasión libremente.
¡No! El silencio era hermoso pero ahora era aterrador, ¡Solo! ¡Estas, solo! Siempre has estado solo pero ahora completamente solo. Su mente le torturaba mas, esas palabras eran eternas que formaban ecos sin detenerse, era un pergamino sin fin, sin saber hasta cuando se detendrá puesto que no hay limite a eso.
¿Cómo pudo suceder? ¿Cómo ha llegado? ¡No! No puede ser que ni tan siquiera pueda oír sus pasos, su respiración tan siquiera oía -¡No!-grito desgarradamente… ¡Su voz! Era lo único que alejo el silencio, el melodioso ruido que le llegaba una y otra vez a sus oídos. Era una locura pero eso le mareaba que cerró los ojos aun más. –Sigue hablando-le decía mientras se ponía a la altura de la mujer-Solo es tu voz la que puedo oír-No entendía nada, él deseaba oír sus melodías, oír la música, oír la belleza pero nada. ¿Le han negado lo bello? Pero si esa voz es bella ¿porque la escucha?-¡No! No puede pasar esto-escondió el rostro donde la tristeza le dominaba.
¡No, no, no, no, no! Ya no hay música, ya no hay violinista. Ha muerto Nicolás D`Lenfent en el momento que dejo de oír las melodías, en destruir las notas del silencio, en que dejo de sentir la música, ahora ya no hay nada que le mantenga despierto. Solo queda cerrar los ojos eternamente y quedarse dormido esperando que alguien le mate. No sentirá más el sonido, ni presencias, todo murió y nada quedo, solo esperar que esa noche se acabe pues ahí va su entierro.
Ha perdido la cabeza que aun no se da cuenta que sus ojos se apagaran si da un grito mas, sus puños se formaron para emprender golpes a la pared, esperando oírlos, Pero ¡Nada, nada! Nada se ha oído, nada escucha y la lagrima se forma dentro de su ojo esperando al menos sentir como cae, y ni eso, se podrá decir que siente la soledad más profunda y amarga.
Mueve su rostro con varios vaivén en forma negativa la desesperación se apodera de el –Dejad que solo escuche el ultimo susurro del aire, del viento, de la noche o al menos dame un sonido que pueda escuchar. Solo un recuerdo de lo bello, solo quería recordar el último sonido que le ha matado, solo un instante donde pueda brindar su pasión libremente.
¡No! El silencio era hermoso pero ahora era aterrador, ¡Solo! ¡Estas, solo! Siempre has estado solo pero ahora completamente solo. Su mente le torturaba mas, esas palabras eran eternas que formaban ecos sin detenerse, era un pergamino sin fin, sin saber hasta cuando se detendrá puesto que no hay limite a eso.
¿Cómo pudo suceder? ¿Cómo ha llegado? ¡No! No puede ser que ni tan siquiera pueda oír sus pasos, su respiración tan siquiera oía -¡No!-grito desgarradamente… ¡Su voz! Era lo único que alejo el silencio, el melodioso ruido que le llegaba una y otra vez a sus oídos. Era una locura pero eso le mareaba que cerró los ojos aun más. –Sigue hablando-le decía mientras se ponía a la altura de la mujer-Solo es tu voz la que puedo oír-No entendía nada, él deseaba oír sus melodías, oír la música, oír la belleza pero nada. ¿Le han negado lo bello? Pero si esa voz es bella ¿porque la escucha?-¡No! No puede pasar esto-escondió el rostro donde la tristeza le dominaba.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
Mordió uno de sus labios, de manera despreocupada, escuchó el quejido del hombre que estaba al frente de el, aquella mascara que estaba al frente de ella se distorsionaba cada vez más, “Sigue hablando” retrocedió, comenzó a retroceder, lo dejaba solo con su martirio. Veía con sus propios ojos la muerte de un alma como se retorcida de dolor y amargura y buscaba un pilar de donde sostenerse, de una madera de donde mantenerse a flote como lo haría un naufrago en alta mar.
-Quieres oírme- murmuro acercándose a una pared.
Toco con la lleva de los dedos los ladrillos de la pared, la textura y suciedad, camino unos pasos con sus botas de montar que se disimulaban con su vestido blanco, entre la oscuridad encontró una puerta que llevaba a unas escaleras de aquel edificio, toco el picaporte, girándolo para encontrar que estaba abierto ¿coincidencia? No creía en ellas.
-Lo que necesitas es un especialista- murmuro. Era como una migaja de pan para el sobrenatural, para que le siguiera entre las oscuras noches de parís, subiera las escaleras hasta encontrarse con un cuarto en donde se podría “tratar”.
Paseo la estancia mientras prendía algunas velas esparcidas por el lugar, dándole una vida lúgubre al lugar, paseo unos segundos viendo en silencio los cuadros y pertenencias del propietario de aquel lugar
Y ver en el rostro cada día, ver crecer esa semilla que solamente deja la esencia de una persona cuando se va... Crear, Soñar… Dejar que todo surja de manera espontanea. Aparatando el miedo a su fin. No sabía exactamente como lo hacía, pero así era podía ver cada cosa con una visón mas aguda, mas allá de lo normal.
Por eso era bruja pero no sabía si era la especialista que aquel inmortal necesitaba en estos momentos, ni sabía exactamente porque lo ayudaba, podría dejarlo morir mientras ella simplemente contemplaba la lenta y dolorosa muerte de su alma, ver como ese brillo de sus hermosos ojos se desvanecían de manera lenta y tunee.
No había dicho ni una sola palabra estaba en silencio mirando algunos libros tirados en un rincón, había tres pilas con una cuatro docenas de libros, tenían algo de polvo, la bruja se inclino recogiendo uno de tapa azul, pequeño pero grueso, limpio su tapa, sintiendo el polvo en sus dedos, abrió el libro encontrándose con un poema.
-Musica para un reencuentro- Hablo por fin en un tono para que su público invisible escuchara.
Escribo porque la música acalla mi silencio, rústico sentimiento de la soledad, frena la impaciencia del vacío y la pérdida de la seguridad misma…
Hoy escribo en medio de la infortuna que causa el orgullo porque he sido víctima de mi propia ingenuidad y de la confianza en las efemérides de la cotidianidad y sus personas…
Las personas que son causa de mis glorias y desgracias, han sido mi trono, mi pedestal, pero también cartas amarillas y rutinarias, piedras de mi sepultura…
Aun cuando lo he tenido todo, nada ha sido perpetuo, teniendo que vivir con las glorias del pasado como un vil recuerdo que regresa para atormentarme…
mejor me hubiera sido no haber nacido a mis sueños y desilusiones…
soy como una hoja al viento, tan débil, seca y sin raíces…
Solo me queda este sonido de la montaña ancestral en las voces milenarias de mis antepasados, extraña melancolía y alegría de mi momento…
Que extraño sentimiento al calor de estas notas y ritmos de mi alegría que renuevan mi soledad y melancolía en medio de paz y tranquilidad sobre lo que soy… remedio para la tristeza y la amargura, ¡Cómplice de mi conformidad!
-Quieres oírme- murmuro acercándose a una pared.
Toco con la lleva de los dedos los ladrillos de la pared, la textura y suciedad, camino unos pasos con sus botas de montar que se disimulaban con su vestido blanco, entre la oscuridad encontró una puerta que llevaba a unas escaleras de aquel edificio, toco el picaporte, girándolo para encontrar que estaba abierto ¿coincidencia? No creía en ellas.
-Lo que necesitas es un especialista- murmuro. Era como una migaja de pan para el sobrenatural, para que le siguiera entre las oscuras noches de parís, subiera las escaleras hasta encontrarse con un cuarto en donde se podría “tratar”.
Paseo la estancia mientras prendía algunas velas esparcidas por el lugar, dándole una vida lúgubre al lugar, paseo unos segundos viendo en silencio los cuadros y pertenencias del propietario de aquel lugar
Y ver en el rostro cada día, ver crecer esa semilla que solamente deja la esencia de una persona cuando se va... Crear, Soñar… Dejar que todo surja de manera espontanea. Aparatando el miedo a su fin. No sabía exactamente como lo hacía, pero así era podía ver cada cosa con una visón mas aguda, mas allá de lo normal.
Por eso era bruja pero no sabía si era la especialista que aquel inmortal necesitaba en estos momentos, ni sabía exactamente porque lo ayudaba, podría dejarlo morir mientras ella simplemente contemplaba la lenta y dolorosa muerte de su alma, ver como ese brillo de sus hermosos ojos se desvanecían de manera lenta y tunee.
No había dicho ni una sola palabra estaba en silencio mirando algunos libros tirados en un rincón, había tres pilas con una cuatro docenas de libros, tenían algo de polvo, la bruja se inclino recogiendo uno de tapa azul, pequeño pero grueso, limpio su tapa, sintiendo el polvo en sus dedos, abrió el libro encontrándose con un poema.
-Musica para un reencuentro- Hablo por fin en un tono para que su público invisible escuchara.
Escribo porque la música acalla mi silencio, rústico sentimiento de la soledad, frena la impaciencia del vacío y la pérdida de la seguridad misma…
Hoy escribo en medio de la infortuna que causa el orgullo porque he sido víctima de mi propia ingenuidad y de la confianza en las efemérides de la cotidianidad y sus personas…
Las personas que son causa de mis glorias y desgracias, han sido mi trono, mi pedestal, pero también cartas amarillas y rutinarias, piedras de mi sepultura…
Aun cuando lo he tenido todo, nada ha sido perpetuo, teniendo que vivir con las glorias del pasado como un vil recuerdo que regresa para atormentarme…
mejor me hubiera sido no haber nacido a mis sueños y desilusiones…
soy como una hoja al viento, tan débil, seca y sin raíces…
Solo me queda este sonido de la montaña ancestral en las voces milenarias de mis antepasados, extraña melancolía y alegría de mi momento…
Que extraño sentimiento al calor de estas notas y ritmos de mi alegría que renuevan mi soledad y melancolía en medio de paz y tranquilidad sobre lo que soy… remedio para la tristeza y la amargura, ¡Cómplice de mi conformidad!
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
Todo parecía girar a su alrededor y solo se veía a el mismo gritando, pero la sorpresa era que era un grito silencioso, no escuchaba ni su llanto, ni su agonía. Todo pasa y no hay ruido alguno, todo es silencioso, ya no puede más que empieza a arañarse su propio rostro ¡Gritar! ¡Gritar! Era lo que quería hacer pero todo era inútil, nada sentía, nada tenía. Va y viene la tortura, el sabe que este es el momento de morir. ¡Maldita sea! No escucha ni la voz de esa persona ¿Quién es? ¿Qué está haciendo? Solo puede ver el movimiento de sus labios ¡No! Ni aun así puede saber que está diciendo y de repente una imagen se mostro en su mente ¡No! Aquel brujo le había hecho esto, después de haberlo asesinado le dejo esta tortura, ¡No! No, no era eso ¿Qué es lo que verdaderamente pasaba? No puede ser ni un sueño, pero una pesadilla ¿Quizá? Esto es una pesadilla, todo se vuelve horroroso, ya no puede más. Pero nadie sabe que lo único que le mantiene su existencia es la música, el sonido, las melodías le hacen presente y ahora nada ¡Nada! Seguían sus uñas lastimándose así mismo, no podía ni sentir un mínimo de dolor mas del que estaba padeciendo.
Perdiendo la razón, ya no diferenciaba la realidad de los sueños, todo se convierte en soledad, es la soledad entera la que vive. ¡No! No puede ser, eso ya lo conocía. Se levanta sin saber porque, sigue a la mujer pareciese que ella es la luz que le dará la esperanza de la música, todo es oscuro y silencioso, camino deshecho, laberinto maldito, espinas de muerte se muestran en sus pies, clavándose en el, mira el suelo y ve sangre y más sangre. Se detiene y mira sus pies ¿Qué es esto? No hay evidencia en ellos que eso le hace mover su rostro locamente. Cierra los ojos solo así desaparece todo, no desea ver nada, qué más da si no hay sonido no hay vista. ¿Dónde estás querido violín? Salvad ahora o ya no habrá violinista. Esta es la realidad, ¿Sera que al fin la veo?
Nunca exististe, violín ¿donde estas? Ya no estás a mi lado pero hace un momento estabas a mi lado y de repente ya no te siento, volábamos juntos mientras nos envolvíamos en tus notas, sentía que eras tú mi alma, y ahora no soy nada, no tengo nada. Sin alma y ahora sin esencia. Camina ciego, aun no desea abrir sus ojos, sigue a la mujer por su aliento, solo eso puede hacer. Sigue caminando con sus manos en la pared, parecía un verdadero ciego que tocaba todo aquello para saber que era. Sus manos se deslizaban por los ladrillos de la pared, ni eso podía escuchar, no podía oír el sonido que se produce en sus manos, ni las pisadas o algo mínimo que cualquiera pudiera escucharlo. Un hueco se avecina a sus manos que las mueve figurando una puerta, avanza sabiendo que se adentra a un lugar y se deja caer en cuando siente un pequeño sonido de viento.
¡Despierta! Siente que alguien le dice, esta delirando y el mismo se ha creado su propia ilusión. ¡Para! Que si sigues quedaras encerrado, no continúes o será este tu final si sigue en ese heaven creado. Alguien le está hablando y entre mas lo hace más le escucha. No desea abrir los ojos teme a que solo sea un sueño. ¡Oh! Hermoso sueño que le hace liberar lágrimas de sangre, es tan grande el sentimiento al darse a la idea de que solo al cerrar sus ojos pueda escuchar a un poeta.
El mismo ha caído en su propia ilusión, ahora todo se vuelve hermoso, se encuentro navegando y descubre que quería crear su propio mundo. Pero ¿Por qué en el no creo la música? Todo era claro como el sonido de esa persona, la música no era de el es por eso que no la escuchaba, el diablo le dio la música que al crear su propio mundo no podía llevar algo que no le pertenecía. ¡Para! No sigas que ese poema es bello. Termina y hace mas melancólico el llanto, sigue y sigue sin abrir los ojos, pues teme que sea solo un sueño.
Perdiendo la razón, ya no diferenciaba la realidad de los sueños, todo se convierte en soledad, es la soledad entera la que vive. ¡No! No puede ser, eso ya lo conocía. Se levanta sin saber porque, sigue a la mujer pareciese que ella es la luz que le dará la esperanza de la música, todo es oscuro y silencioso, camino deshecho, laberinto maldito, espinas de muerte se muestran en sus pies, clavándose en el, mira el suelo y ve sangre y más sangre. Se detiene y mira sus pies ¿Qué es esto? No hay evidencia en ellos que eso le hace mover su rostro locamente. Cierra los ojos solo así desaparece todo, no desea ver nada, qué más da si no hay sonido no hay vista. ¿Dónde estás querido violín? Salvad ahora o ya no habrá violinista. Esta es la realidad, ¿Sera que al fin la veo?
Nunca exististe, violín ¿donde estas? Ya no estás a mi lado pero hace un momento estabas a mi lado y de repente ya no te siento, volábamos juntos mientras nos envolvíamos en tus notas, sentía que eras tú mi alma, y ahora no soy nada, no tengo nada. Sin alma y ahora sin esencia. Camina ciego, aun no desea abrir sus ojos, sigue a la mujer por su aliento, solo eso puede hacer. Sigue caminando con sus manos en la pared, parecía un verdadero ciego que tocaba todo aquello para saber que era. Sus manos se deslizaban por los ladrillos de la pared, ni eso podía escuchar, no podía oír el sonido que se produce en sus manos, ni las pisadas o algo mínimo que cualquiera pudiera escucharlo. Un hueco se avecina a sus manos que las mueve figurando una puerta, avanza sabiendo que se adentra a un lugar y se deja caer en cuando siente un pequeño sonido de viento.
¡Despierta! Siente que alguien le dice, esta delirando y el mismo se ha creado su propia ilusión. ¡Para! Que si sigues quedaras encerrado, no continúes o será este tu final si sigue en ese heaven creado. Alguien le está hablando y entre mas lo hace más le escucha. No desea abrir los ojos teme a que solo sea un sueño. ¡Oh! Hermoso sueño que le hace liberar lágrimas de sangre, es tan grande el sentimiento al darse a la idea de que solo al cerrar sus ojos pueda escuchar a un poeta.
El mismo ha caído en su propia ilusión, ahora todo se vuelve hermoso, se encuentro navegando y descubre que quería crear su propio mundo. Pero ¿Por qué en el no creo la música? Todo era claro como el sonido de esa persona, la música no era de el es por eso que no la escuchaba, el diablo le dio la música que al crear su propio mundo no podía llevar algo que no le pertenecía. ¡Para! No sigas que ese poema es bello. Termina y hace mas melancólico el llanto, sigue y sigue sin abrir los ojos, pues teme que sea solo un sueño.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
Tal vez el no pudiera escuchar su llanto patético y sus ruegos ahogados por las lagrimas, pero ella si lo podía hacer, lo único que le quedaba era poder sentir un poco de dolor en su carne ya que a sus oídos nada llegaba. ¿Qué se podría decir de aquella bruja que se había encontrado “aquello” que parecía venirse en pedazos? No sabía lo que estaba haciendo, solo no podía dejar aquella creatura destruirse ella misma, todo por haber perdido lo que amaba en su vida. Haber pedido lo que lo mantiene a flote…. ¿Qué podría hacer ella? Aquello ya estaba escrito, el tenia que morir, ya no le quedaba más nada en esta vida, su ancla había sido arrancada de su alma, y como loco con sus garras trataba de aferrarse a la vida, pero lo único que hacía era gastar sus uñas, dejando sangre en el intento de mantenerse en pie. Giro su rostro. ¡Pero ni si quiera podía quedarse de pie! Apostaba que podría soplarle y caería a sus pies.
Termino de leer el poema con un gesto de satisfacción, ya no estaba sola ¿habría podido llegar aquello a sus sordos oídos? -“La música Acalla mi silencio”- repitió aquella frase del poema mientras veía como el llanto del inmortal. Llanto…. Lamentos… ¡la estaban volviendo loca! ¿Acaso no podía parar de llorar? Veía como sus mejillas eran inundadas de aquellas lágrimas carmesí. Comenzaba a desesperarse y una Leomoine desesperada no es buena amiga. Suspiro largamente para tirar el libro a un lado y acercarse a él-Shhhh….- poso su dedo en los labios de aquel hombre para acallarlo por unos segundos. Pronto se atrevió a sujetar su rostro por completo, encontrando aquel estado repulsivo.
-Quédate quieto, deja de llorar- le regaño como si lo estuviera haciendo a un niño de cinco años, con su ceño levemente frunció su ceño haciendo un gesto de descontento. Junto sus dos manos para cubrir los oídos del inmortal, se había puesto en cuclillas para poder alcanzar el rostro ya que él era mucho más alto que ella –Si no se calma nunca podrás recuperarte- murmuro entrecerrando sus ojos.
La muerte lo deseaba, por eso había encontrado algo que lo destruiría, tal vez ya era momento de que dejara aquel mundo, pero ¿si era inmortal no debería burlar la muerte? Eso era lo que pensaban las personas, se convertían en vampiros para burlar a la muerte, pero la verdad es que la muerte nunca era burla, siempre llegaba tarde o temprano, a todos le pasaban factura, no importaba de donde provenías siempre llegaría.
-Deja de lamentarte y busca solución!- siguió regañándole, tal ver le preguntara como lo haría, pero ella tampoco lo sabia solo sabía que debía buscar una solución o hundirse, para que aceptara su propia y dolorosa muerte-La muerte te desea…. Es tu decisión si deseas vivir o entregarte a sus brazos- le dijo presionando sus manos en sus oídos-Solamente Tuya Vampiro- repitió mirándole seriamente…
Termino de leer el poema con un gesto de satisfacción, ya no estaba sola ¿habría podido llegar aquello a sus sordos oídos? -“La música Acalla mi silencio”- repitió aquella frase del poema mientras veía como el llanto del inmortal. Llanto…. Lamentos… ¡la estaban volviendo loca! ¿Acaso no podía parar de llorar? Veía como sus mejillas eran inundadas de aquellas lágrimas carmesí. Comenzaba a desesperarse y una Leomoine desesperada no es buena amiga. Suspiro largamente para tirar el libro a un lado y acercarse a él-Shhhh….- poso su dedo en los labios de aquel hombre para acallarlo por unos segundos. Pronto se atrevió a sujetar su rostro por completo, encontrando aquel estado repulsivo.
-Quédate quieto, deja de llorar- le regaño como si lo estuviera haciendo a un niño de cinco años, con su ceño levemente frunció su ceño haciendo un gesto de descontento. Junto sus dos manos para cubrir los oídos del inmortal, se había puesto en cuclillas para poder alcanzar el rostro ya que él era mucho más alto que ella –Si no se calma nunca podrás recuperarte- murmuro entrecerrando sus ojos.
La muerte lo deseaba, por eso había encontrado algo que lo destruiría, tal vez ya era momento de que dejara aquel mundo, pero ¿si era inmortal no debería burlar la muerte? Eso era lo que pensaban las personas, se convertían en vampiros para burlar a la muerte, pero la verdad es que la muerte nunca era burla, siempre llegaba tarde o temprano, a todos le pasaban factura, no importaba de donde provenías siempre llegaría.
-Deja de lamentarte y busca solución!- siguió regañándole, tal ver le preguntara como lo haría, pero ella tampoco lo sabia solo sabía que debía buscar una solución o hundirse, para que aceptara su propia y dolorosa muerte-La muerte te desea…. Es tu decisión si deseas vivir o entregarte a sus brazos- le dijo presionando sus manos en sus oídos-Solamente Tuya Vampiro- repitió mirándole seriamente…
¡Decidete!
Veras la luz del sol o lucharas hasta volver a escuchar a tu dulce violín?
¡Decidete!
El amanecer o la música?
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Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
La noche misma ha llegado para tomarlo con su oscuridad imponente, aquel brillo lunar que parece amarle y la melancolía en todo ese pozo que se mantiene atormentado y sabe que será eterno, sabe que la oscuridad siempre será la que lo asesine, esta celosa al dejar de ser su única amante, quiere destruirlo con lo único que ha deseado, esa oscuridad llameante, inmensa antología que reconocen sus ojos. Sintiendo como las sombras caen pesadamente sobre su espalda no es penitencia solo le encanta sentirla, su música era anunciada con estrellas de espada en un lugar bienaventurado, esta noche cegado, perdido entre sus pensamientos, buscando ese ser que lo mantiene con pasiones, con delirios y goza de su destrucción, esos sentimientos sangrientos, no desea ver el amanecer, ese no es su anhelo, ni convertirse en cenizas que volaran y perderán rastro alguno de su existencia. ¡No! El amanecer lo ha visto una vez y no lo sedujo, no sintió la vida dentro de el que eso no espera ver la estrella fugaz.
Sin su música siente mil estacas clavadas en su pecho, ha dejado de ser el ave blanca para convertirse en un cuervo de las tinieblas, de las oscuras selvas, que devore sus propias entrañas y sea el muerto solitario que vuela y ve pasar los años. Noctambulo que recorra la tristeza, alumbrado por una luz particular, un taciturno vampiro mediocre muerto en vida por la oscuridad total.
Ha tenido su metamorfosis, está renaciendo de nuevo en las tinieblas, sus sollozos son solo las melodías recordadas, ese tenebroso llorar de unas lagrimas de sangre quemadas con agonía era el único placer que podía hacerle avanzar en ese estado, tan rápido sintió las espinas, sentía que perforaban cada parte de el, depositando el dolor eterno, ese poema fue su recuerdo, le recordó que su vida ha sido silenciosa, ha transcendido con cantares miserables. ¡Calla, ya has sentido de nuevo la tristeza!, ha detenido el lamento, sus ojos se tornan negros, negros de muerte. ¿Quién es ella? Sus ojos los mira y desea sacárselos, quiere arráncaselos con su pico, le toma del cuello apretujándolo con fuerza- Todo me desea- la tortura de sus labios se movían, su voz llena de rabia, de la bestia que molesta estaba por verla cerca de él, de que le tocara de esa forma, no había distinguido sus palabras que solo fueron olvido, solo le miraba con desprecio que se levanto sin soltarle- He de sacrificarte para renacer la música que anhelo-alzándola más, descubriendo los colmillos al momento que entre abría su boca- Solloza el dolor, cántame, crea la música de lamentos-ladeando el rostro , todo quemaba, ardía que podía sentir su piel como si se abriera…Solamente era la sed del dolor que deseaba sentir.
Sin su música siente mil estacas clavadas en su pecho, ha dejado de ser el ave blanca para convertirse en un cuervo de las tinieblas, de las oscuras selvas, que devore sus propias entrañas y sea el muerto solitario que vuela y ve pasar los años. Noctambulo que recorra la tristeza, alumbrado por una luz particular, un taciturno vampiro mediocre muerto en vida por la oscuridad total.
Ha tenido su metamorfosis, está renaciendo de nuevo en las tinieblas, sus sollozos son solo las melodías recordadas, ese tenebroso llorar de unas lagrimas de sangre quemadas con agonía era el único placer que podía hacerle avanzar en ese estado, tan rápido sintió las espinas, sentía que perforaban cada parte de el, depositando el dolor eterno, ese poema fue su recuerdo, le recordó que su vida ha sido silenciosa, ha transcendido con cantares miserables. ¡Calla, ya has sentido de nuevo la tristeza!, ha detenido el lamento, sus ojos se tornan negros, negros de muerte. ¿Quién es ella? Sus ojos los mira y desea sacárselos, quiere arráncaselos con su pico, le toma del cuello apretujándolo con fuerza- Todo me desea- la tortura de sus labios se movían, su voz llena de rabia, de la bestia que molesta estaba por verla cerca de él, de que le tocara de esa forma, no había distinguido sus palabras que solo fueron olvido, solo le miraba con desprecio que se levanto sin soltarle- He de sacrificarte para renacer la música que anhelo-alzándola más, descubriendo los colmillos al momento que entre abría su boca- Solloza el dolor, cántame, crea la música de lamentos-ladeando el rostro , todo quemaba, ardía que podía sentir su piel como si se abriera…Solamente era la sed del dolor que deseaba sentir.
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
¿Qué sucedía? Por primera vez lo miro con miedo, terror y nostalgia, sus ojos reflejaban todo eso y mucho mas. Sus piernas tiemblas sin poder ser controladas, una capa de sudor aparece en su frente mientras busca tranquilizar aquella respiración agitada que floreció de sus pulmones después de un ligero respiro, parece que no reciben todo el oxigeno necesario para mantenerla viva, su corazón bombeaba mas sangre de lo necesario, obligando a este órgano a trabajar el doble de lo normal, no, el triple. Gimió de forma suave y aterciopelada, mientras buscaba de forma inútil quitar aquella mano que le hacía daño en su cuello, aun podía respirar, pero su desesperación era mayor, su demencia ascendía como ave a los cielos. Todo por aquello que anhelaba en esos momentos y se le estaba prohibiendo…
Aire, libertad, Aire y libertad. Se sentía como un pequeño roedor siendo atrapada por las grandes garras del feroz y herido león. Aquella bestia alzaba su cuerpo débil y joven hasta que sus pies dejaban de tocar el suelo. ¿Qué esperaba de ella? ¿Qué sollozara y que pidiera piedad? Su orgullo la mataría, estaba en ese lugar, con la bestia mostrando sus dientes para comenzar aquel diabólico beso de la muerte. Suspiro pesadamente mientras sus labios resecos temblaban levemente. Su cuerpo tenía miedo. Humano al fin, pero ella no había emitido ni una sola palabra demostrando su temor a la muerte.
¿Le temía a la muerte? La respuesta era tal vez… ella era una bruja que controlaba las almas de las personas, sus cuerpos podridos que deberían descansar bajo piedra. Solamente temía, o mejor dicho, le indignaba al pensar que podrían utilizar su espíritu o cuerpo para algo después de que ella se convirtiera en otro integrante más del cosmos. La muerte era un proceso natural, si en ese momento debía morir, se entregaría a los brazos de aquel amante de la muerte y le pediría, le rogaría que la tomara entre sus brazos, de una forma más elegante para que pudiera ponerle fin a ese momento de su vida. Si después de tomar la sangre de la bruja volvía la música de la vida parisina a sus oídos, sería más que los poderes místicos que en su sangre portaba.
Locura… simple locura pensaba en esos segundos ¿debía llorar y pedir clamor? –Ahg…- sus labios se movieron en un gemido de sorpresa al sentir la proximidad de los labios de aquel hombre. Sentía como si estuvieran en un acto sexual, el cual, el caballero debía dar el primer pasó y la dama tímida como la sociedad lo demandaba debía temblar en su agarre mientras los movimientos provocativos del caballero la hacían gemir de placer. Pero aquello no era placer… aquello no era sexo, aquello era un acto, un ritual el cual la victima buscaba huir de los colmillos de su bebedor de sangre, sollozando, tirando golpes que pronto se darían que no servirían. ¿Acaso no entendía? Ella no gritaría, ella no pediría piedad. Era Aitziber D` Lemoine. Bruja con un futuro prometedor, que pronto llegaría mucho mas allá de lo que se imaginaba. No moriría en manos de un patético vampiro.
Busco tranquilizarse, entre cerro sus ojos suavemente, parecía entregarse sutilmente a los labios de aquella bestia, invitándola a poner sus colmillos es la piel pálida que parecía de porcelana, bañada por solamente un hilo de sudor y una desgastada capa de perfume oriental de primera clase. Sintió su cercanía, su aliento cerca de su cuello. ¿Deseaba morir de lamento? Ella se lo permitiría. Para poder mover su mano hacia su rostro le pareció un esfuerzo sobre humano, pero pronto sintió como aquella fría piel era tocada por las yemas de sus dedos, odiaba aquel poder, sentía que lo que verdaderamente hacia era mal a las personas que le rodeaban, en ocasiones no podía controlarlo y eso hacía que todo perdiera sentido en algunas personas, pero con la concentración suficiente podía llevar aquel poder al máximo, a tal punto de ser aplicado a un vampiro desesperado por el dolor.
A él fueron enviadas miles de sensaciones, que lo único que buscaban era matarlo de agonía, todo lo que aquel hombre sentía multiplicado por cien, jadeo al sentir las puntas de sus colmillos llegar a su cuello, aun mantenía su mano en el rostro… enviando… si aquel hermoso cuervo de hermoso pelaje negro deseaba lamento ella se lo daría con mucho gusto, ¿creía que no podía con él? Estaba equivocado aquel cuervo que danza entre los cadáveres putrefactos de sus víctimas, estaba equivocado. No era más que un lacayo de las tinieblas, un bufón que se comportaba como rey, aquel hombre no era nada para ella. Aquello le trasmitía gracias a su apatía; poder descontrolado que una vez pudo más que ella haciendo suicidar a su maestro gracias a la ola de depresión que inconscientemente le indujo. Se refugiaría en aquel poder, haría una barrera la cual el no podría soportar, así no habría forma de que él pudiera atacarla, no si deseaba sentir otra vez aquel malestar siendo clavado en su espalda como mil cuchillas de damasco.
Aire, libertad, Aire y libertad. Se sentía como un pequeño roedor siendo atrapada por las grandes garras del feroz y herido león. Aquella bestia alzaba su cuerpo débil y joven hasta que sus pies dejaban de tocar el suelo. ¿Qué esperaba de ella? ¿Qué sollozara y que pidiera piedad? Su orgullo la mataría, estaba en ese lugar, con la bestia mostrando sus dientes para comenzar aquel diabólico beso de la muerte. Suspiro pesadamente mientras sus labios resecos temblaban levemente. Su cuerpo tenía miedo. Humano al fin, pero ella no había emitido ni una sola palabra demostrando su temor a la muerte.
¿Le temía a la muerte? La respuesta era tal vez… ella era una bruja que controlaba las almas de las personas, sus cuerpos podridos que deberían descansar bajo piedra. Solamente temía, o mejor dicho, le indignaba al pensar que podrían utilizar su espíritu o cuerpo para algo después de que ella se convirtiera en otro integrante más del cosmos. La muerte era un proceso natural, si en ese momento debía morir, se entregaría a los brazos de aquel amante de la muerte y le pediría, le rogaría que la tomara entre sus brazos, de una forma más elegante para que pudiera ponerle fin a ese momento de su vida. Si después de tomar la sangre de la bruja volvía la música de la vida parisina a sus oídos, sería más que los poderes místicos que en su sangre portaba.
Locura… simple locura pensaba en esos segundos ¿debía llorar y pedir clamor? –Ahg…- sus labios se movieron en un gemido de sorpresa al sentir la proximidad de los labios de aquel hombre. Sentía como si estuvieran en un acto sexual, el cual, el caballero debía dar el primer pasó y la dama tímida como la sociedad lo demandaba debía temblar en su agarre mientras los movimientos provocativos del caballero la hacían gemir de placer. Pero aquello no era placer… aquello no era sexo, aquello era un acto, un ritual el cual la victima buscaba huir de los colmillos de su bebedor de sangre, sollozando, tirando golpes que pronto se darían que no servirían. ¿Acaso no entendía? Ella no gritaría, ella no pediría piedad. Era Aitziber D` Lemoine. Bruja con un futuro prometedor, que pronto llegaría mucho mas allá de lo que se imaginaba. No moriría en manos de un patético vampiro.
Busco tranquilizarse, entre cerro sus ojos suavemente, parecía entregarse sutilmente a los labios de aquella bestia, invitándola a poner sus colmillos es la piel pálida que parecía de porcelana, bañada por solamente un hilo de sudor y una desgastada capa de perfume oriental de primera clase. Sintió su cercanía, su aliento cerca de su cuello. ¿Deseaba morir de lamento? Ella se lo permitiría. Para poder mover su mano hacia su rostro le pareció un esfuerzo sobre humano, pero pronto sintió como aquella fría piel era tocada por las yemas de sus dedos, odiaba aquel poder, sentía que lo que verdaderamente hacia era mal a las personas que le rodeaban, en ocasiones no podía controlarlo y eso hacía que todo perdiera sentido en algunas personas, pero con la concentración suficiente podía llevar aquel poder al máximo, a tal punto de ser aplicado a un vampiro desesperado por el dolor.
A él fueron enviadas miles de sensaciones, que lo único que buscaban era matarlo de agonía, todo lo que aquel hombre sentía multiplicado por cien, jadeo al sentir las puntas de sus colmillos llegar a su cuello, aun mantenía su mano en el rostro… enviando… si aquel hermoso cuervo de hermoso pelaje negro deseaba lamento ella se lo daría con mucho gusto, ¿creía que no podía con él? Estaba equivocado aquel cuervo que danza entre los cadáveres putrefactos de sus víctimas, estaba equivocado. No era más que un lacayo de las tinieblas, un bufón que se comportaba como rey, aquel hombre no era nada para ella. Aquello le trasmitía gracias a su apatía; poder descontrolado que una vez pudo más que ella haciendo suicidar a su maestro gracias a la ola de depresión que inconscientemente le indujo. Se refugiaría en aquel poder, haría una barrera la cual el no podría soportar, así no habría forma de que él pudiera atacarla, no si deseaba sentir otra vez aquel malestar siendo clavado en su espalda como mil cuchillas de damasco.
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
Ruge aun con sus labios en su cuello hasta que el fuego le queme, hiere su piel para que sienta totalmente el miedo, como sus vibraciones de temblores, su corazón palpita como un ser fuerte que solo espera la muerte sin hacer nada. Pero ¿Qué está sucediendo? Porque sus sensaciones cambian constantemente, siente el miedo y a la vez un valor que esto hacia un juego desquiciado. “Siento que vuestro corazón grita en sus latidos que le extraiga, le coja en vuestras manos y así gozar del manjar de la verdadera sangre que me llevara al éxtasis, estrujarlo hasta devorar cada jugo, cada gota de sangre que conlleve” Pensaba mientras le susurraba lentamente, sensual y deseoso que le provocaba una locura misma, permaneciendo sujetando de ella fuertemente y se descontrolaba por la emoción que esta le provocaba.
-Sientes como la oscuridad gobierna tu alma, como las garras transparentes te arañan la piel vilmente, como es traicionero el corazón y se deja vencer lentamente hasta sofocarte de dolor donde solo piensas en morir, en dejar lo que más anhelabas…-Le decía con su voz excitada y que daba temor al seguir escuchándole…-Vuestro corazón avanza hacia el túnel, asusta morir, recorres la vida rápidamente y sientes que todo termina que al final solo aguardas que finalice…-liberando más fuerza, aumentando el dolor posible en ella, y sus gemidos eran lo que esperaba mientras espera la súplica para que le deje y es cuando en sus ojos se le viene la imagen de ella en una hoguera ardiendo, ¿será esto solo la sensación de su muerte? Valla pensamientos que se podían desprender mientras le mira, mientras deja abrir las puertas del infierno en sus ojos rojos llenos de rabia, sed y más sed del tenido color de la tentación.
-Sin darse cuenta está provocándome más…-finalizo de una vez por todas los susurros, y que perfecto momento cuando sus ojos se entrecerraban y así fueron incrustados demoniacamente las dos uñas de sus dedos sobre su tibia piel, esperarando a derramar la sangre y manchar un poco la piel para lamerle , y así fue, empezó a lamerle con delicia hasta formar la mordida en su cuello, bebiendo de ella, sus manos se tornaron una en su cintura al mantenerla pegada a su cuerpo y la otra que sostenía su cabeza. ”Deja liberarte el dolor para mi sed, sangra, sangra más hasta zacearme, sacrifica tus temores y dame placer del dulce erotismo, siente como se extasía la sangre en mis tenebrosos colmillos, deja observar como pierdes el sentido común y ruegas para que te libere, pides piedad al demonio de la sangre”….
Su sangre era lo que alimentaba solo la locura del dolor, no solo era la esencia de la sangre si no la presencia del sufrimiento, dolor, y agonía lo que le dan el dulce a la sangre que está siendo recorrida en las entrañas del cuervo. Nada le importaba, más que obtener lo que añora y desea, y solo era beber, beber todo hasta dejar el cadáver para su merced y bailar con ella.
Solo instante llevándola a los brazos de la muerte, los brazos le refugiaron y dejo de beber de ella cuando la veía mareada y decaída, ahora solo deseaba jugar con ella, mostrarle que nada de lo que llego a su mente era real, ni que el orgullo impediría el juego. El orgullo se podía ver a simple vista, pero ¿que hizo su orgullo? Nada, nada haría y ni hará. Ahora solo estiro su brazo con el de ella, alzándola un poco para que se recargaran sus pies sobre los de él y así el baile comenzó…-lalala-musitaba una melodía, las vueltas hacían y giraban, giraban alrededor del cuarto donde se hallaban, un lugar misterioso, escalofriante para otros y una maravilla tras ser abandonado y sucio.
-Sientes como la oscuridad gobierna tu alma, como las garras transparentes te arañan la piel vilmente, como es traicionero el corazón y se deja vencer lentamente hasta sofocarte de dolor donde solo piensas en morir, en dejar lo que más anhelabas…-Le decía con su voz excitada y que daba temor al seguir escuchándole…-Vuestro corazón avanza hacia el túnel, asusta morir, recorres la vida rápidamente y sientes que todo termina que al final solo aguardas que finalice…-liberando más fuerza, aumentando el dolor posible en ella, y sus gemidos eran lo que esperaba mientras espera la súplica para que le deje y es cuando en sus ojos se le viene la imagen de ella en una hoguera ardiendo, ¿será esto solo la sensación de su muerte? Valla pensamientos que se podían desprender mientras le mira, mientras deja abrir las puertas del infierno en sus ojos rojos llenos de rabia, sed y más sed del tenido color de la tentación.
-Sin darse cuenta está provocándome más…-finalizo de una vez por todas los susurros, y que perfecto momento cuando sus ojos se entrecerraban y así fueron incrustados demoniacamente las dos uñas de sus dedos sobre su tibia piel, esperarando a derramar la sangre y manchar un poco la piel para lamerle , y así fue, empezó a lamerle con delicia hasta formar la mordida en su cuello, bebiendo de ella, sus manos se tornaron una en su cintura al mantenerla pegada a su cuerpo y la otra que sostenía su cabeza. ”Deja liberarte el dolor para mi sed, sangra, sangra más hasta zacearme, sacrifica tus temores y dame placer del dulce erotismo, siente como se extasía la sangre en mis tenebrosos colmillos, deja observar como pierdes el sentido común y ruegas para que te libere, pides piedad al demonio de la sangre”….
Su sangre era lo que alimentaba solo la locura del dolor, no solo era la esencia de la sangre si no la presencia del sufrimiento, dolor, y agonía lo que le dan el dulce a la sangre que está siendo recorrida en las entrañas del cuervo. Nada le importaba, más que obtener lo que añora y desea, y solo era beber, beber todo hasta dejar el cadáver para su merced y bailar con ella.
Solo instante llevándola a los brazos de la muerte, los brazos le refugiaron y dejo de beber de ella cuando la veía mareada y decaída, ahora solo deseaba jugar con ella, mostrarle que nada de lo que llego a su mente era real, ni que el orgullo impediría el juego. El orgullo se podía ver a simple vista, pero ¿que hizo su orgullo? Nada, nada haría y ni hará. Ahora solo estiro su brazo con el de ella, alzándola un poco para que se recargaran sus pies sobre los de él y así el baile comenzó…-lalala-musitaba una melodía, las vueltas hacían y giraban, giraban alrededor del cuarto donde se hallaban, un lugar misterioso, escalofriante para otros y una maravilla tras ser abandonado y sucio.
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
Lo que sentía en ese momento no podría describirlo con palabras, era como tener dentro de sí mismo un tambor que era tocado con furia y rapidez, pero al mismo tiempo comenzaba a perder aquella fuerza y vitalidad que se caracterizaba por las primeras tonadas, por otro lado, otro tambor parecía recobrar fuerzas, parecía desear apagar completamente el sonido del primer tambor. Un dolor agudo recorrió su cuello, todo su cuerpo se comenzaba a tensar, sintiendo los espasmos que atacaban a sus extremidades, su cuerpo parecía temeroso de quedarse sin sangre, pero su alma se encontraba fuerte, parecía no ceder, haciendo que el vampiro se entusiasmara aun mas con aquella situación. Los espíritus que podrían acompañar a Aitziber comenzaban a verse preocupados, ella apenas podía oír algunos murmullos de lamentos, ellos deseaban ayudar, pero no eran tan poderosos, apenas eran espíritus miedosos que habían mover el viento y caer algunas cosas. Su corazón latía como caballo desbocado, no paraba, aunque su sangre podría estar siendo drenada este parecía trabajar sin parar para contra arrestar aquel sufrimiento. Sus manos, sus pequeñas manos que parecían aun las de un adolecente se aferraban a aquella camisa de buena calidad que poseía el hombre, sus ojos apretados, sus manos formando un puño. Quién diría que el dolor de sentir como su pisque era arrebatado de su cuerpo le haría derramar algunas lágrimas sin poder evitarlo.
-Ahh…- gimio dolorosamente abriendo sus labios humedecidos por su lengua. Sus ojos se abrieron de par en par. Dolor punzante. El cuello comenzaba a quemarle. La estaban consumiendo, su néctar estaba siendo extraído como lo hacen de una bella flor. Débilmente dio unos golpecitos en su pecho. Sus dedos eran de fuego, así lo sentía ella, quemándole, rasgándole la piel para que su preciado liquido carmesí fuera desperdiciado, pero no lo fue, el hombre comenzó a lamerle la piel del cuello en donde ha-Desquiciado demonio…- gruño como animal mientras mostraba su dientes. Parecía un pequeño cachorro de león siendo eliminado por el nuevo líder le la manada, nadie podría hacer nada, tenía el destino trazado.
Sus ojos se habían cerrado. No era buena para suplicar ni llorar, las lágrimas que derramaban eran provocadas por una respuesta normal de su cuerpo, en ella en realidad no había miedo, simplemente enojo y éxtasis de poder sentir aquellas miles de sensaciones que prácticamente la comenzaban a embriagar hasta llegar al punto de desorientarla… la pérdida de sangre era grave, su fuerzas se iban, ya no estaban. Las cosas comenzaban a moverse en el lugar, un viento los abrazo a ellos dos, aquella era Isabel que comenzaba a sentirse prácticamente desesperada de no poder hacer nada. Pero… ¿Qué haría? No se había vuelto corpórea desde hace muchos años, aquella habilidad había sido poco a poco olvidada por su ente, aun así ella buscaba lanzar objetos cerca de ellos para que al menos aquel ser de distrajera, pero no funcionaba, debía aceptarlo, si en ese momento no comenzaba a esforzarse para ser corpórea… Aitziber moriría en manos de aquel ser.
Como niña virgen se estremecía en los brazos de aquel hombre. Una de sus manos estaba en su cintura obligándola a pegarse a su cuerpo mientras la otra le ladeaba la cabeza para dejar en descubierto su cuello liso y sin ningún rasguño, prácticamente virgen. Lo sentía, sentía no poder hacer lo que aquel hombre deseaba, sus ojos cerrados, sus mejillas húmedas por las lagrimas que su cuerpo involuntariamente dejaban caer… ¿su estado no era ya suficiente? ¿Debía escucharla gemir de dolor, debía escuchar su voz de una forma tan vergonzosa? “pensaras que es mi orgullo que no me permite rogarte por mi vida. Estas equivocado demonio que busca un sentido para vivir, no me nace el rogar por algo que simplemente me arrebataras”
Muchas veces le decían muñequita, su piel estaba pálida como uno, sus ojos idos. ¿Dónde estaba? Nadie los sabia, tal vez su alma ya se había ido de aquel cuerpo y lo único que quedaba era un cuerpo vivió de forma vegetal. “deseo gritar” odiaba el frio que en su cuerpo sentía. Giros y giros. Nauseas y agonía. Un dolor que nunca acabaría, su corazón luchaba para poner en marcha la producción de glóbulos rojos, pero necesitaba ayuda. Como una muñequita su cabeza iba de un lado a otro mientras este le daba vueltas. La muerte la había besado, sin labios, la había abrazado sin necesidad de rodear sus brazos por su cintura… y ¿sabían qué? Le había gustado cada maldita sensación que a su cuerpo le habían proporcionado…
-EL JUEGO SE HA TERMINADO…!- una voz espectral llena de ira y de miedo notable aparecía de la nada, una figura borrosa se comenzaba a formar cerca de ellos. Apenas era la figura de una niña de unos doce años aproximadamente, su vestido era blanco, con algunas manchas de suciedad en las orillas, sus cabellos sueltos parecían perfectos, ondulados. Prácticamente como una diosa que nunca cambiaria y de cierta forma lo era. Su nombre era Isabel, el espíritu que protegía a Aitziber. Ya se había hartado de ver como la joven bruja se aproximaba a su estado lamentable. Con furia en sus ojos dejo que su poder fuera contra el cuerpo del vampiro alejándolo de la bruja. El cuerpo casi inconsciente de Aitziber cayó al suelo, con mucha dificultas se apoyo en sus codos para mirar hacia donde el vampiro había caído. La niña abrazo del cuello a la bruja arrodillándose mientras miraba con ira al vampiro.-La vuelves a tocar y sentirás el dolor como nunca lo has vivido… llamare a todos tus demonios del pasado para que desgarren tu alma pedazo, por pedazo hasta que apenas quede aquel cuerpo vacio- amenazo la pequeña que en realidad tenía más de un milenio en aquel estado y sabía muy bien cómo controlar sus poderes.
Aitziber le miro por uno segundos, estaba muy débil, tal vez apenas era una ilusión, pero su cuerpecito se sentía tan real –Isabel… has vuelto?- le miro sonriendo débilmente-perdón… por mi culpa has tenido que volverte corpórea- tosió un poco mientras buscara reincorporarse. La pequeña le ayudo un poco preocupada por su estado, pero al menos ella podría ayudarla a llegar a su casa, pero primero deberían lidiar con aquel hombre que aun parecía buscar más sangre. ¿Habría podido oír la advertencia de Isabel? O ¿aquellas palabras habían quedado al viento sin ser captadas?.
-Ahh…- gimio dolorosamente abriendo sus labios humedecidos por su lengua. Sus ojos se abrieron de par en par. Dolor punzante. El cuello comenzaba a quemarle. La estaban consumiendo, su néctar estaba siendo extraído como lo hacen de una bella flor. Débilmente dio unos golpecitos en su pecho. Sus dedos eran de fuego, así lo sentía ella, quemándole, rasgándole la piel para que su preciado liquido carmesí fuera desperdiciado, pero no lo fue, el hombre comenzó a lamerle la piel del cuello en donde ha-Desquiciado demonio…- gruño como animal mientras mostraba su dientes. Parecía un pequeño cachorro de león siendo eliminado por el nuevo líder le la manada, nadie podría hacer nada, tenía el destino trazado.
Sus ojos se habían cerrado. No era buena para suplicar ni llorar, las lágrimas que derramaban eran provocadas por una respuesta normal de su cuerpo, en ella en realidad no había miedo, simplemente enojo y éxtasis de poder sentir aquellas miles de sensaciones que prácticamente la comenzaban a embriagar hasta llegar al punto de desorientarla… la pérdida de sangre era grave, su fuerzas se iban, ya no estaban. Las cosas comenzaban a moverse en el lugar, un viento los abrazo a ellos dos, aquella era Isabel que comenzaba a sentirse prácticamente desesperada de no poder hacer nada. Pero… ¿Qué haría? No se había vuelto corpórea desde hace muchos años, aquella habilidad había sido poco a poco olvidada por su ente, aun así ella buscaba lanzar objetos cerca de ellos para que al menos aquel ser de distrajera, pero no funcionaba, debía aceptarlo, si en ese momento no comenzaba a esforzarse para ser corpórea… Aitziber moriría en manos de aquel ser.
Como niña virgen se estremecía en los brazos de aquel hombre. Una de sus manos estaba en su cintura obligándola a pegarse a su cuerpo mientras la otra le ladeaba la cabeza para dejar en descubierto su cuello liso y sin ningún rasguño, prácticamente virgen. Lo sentía, sentía no poder hacer lo que aquel hombre deseaba, sus ojos cerrados, sus mejillas húmedas por las lagrimas que su cuerpo involuntariamente dejaban caer… ¿su estado no era ya suficiente? ¿Debía escucharla gemir de dolor, debía escuchar su voz de una forma tan vergonzosa? “pensaras que es mi orgullo que no me permite rogarte por mi vida. Estas equivocado demonio que busca un sentido para vivir, no me nace el rogar por algo que simplemente me arrebataras”
Muchas veces le decían muñequita, su piel estaba pálida como uno, sus ojos idos. ¿Dónde estaba? Nadie los sabia, tal vez su alma ya se había ido de aquel cuerpo y lo único que quedaba era un cuerpo vivió de forma vegetal. “deseo gritar” odiaba el frio que en su cuerpo sentía. Giros y giros. Nauseas y agonía. Un dolor que nunca acabaría, su corazón luchaba para poner en marcha la producción de glóbulos rojos, pero necesitaba ayuda. Como una muñequita su cabeza iba de un lado a otro mientras este le daba vueltas. La muerte la había besado, sin labios, la había abrazado sin necesidad de rodear sus brazos por su cintura… y ¿sabían qué? Le había gustado cada maldita sensación que a su cuerpo le habían proporcionado…
-EL JUEGO SE HA TERMINADO…!- una voz espectral llena de ira y de miedo notable aparecía de la nada, una figura borrosa se comenzaba a formar cerca de ellos. Apenas era la figura de una niña de unos doce años aproximadamente, su vestido era blanco, con algunas manchas de suciedad en las orillas, sus cabellos sueltos parecían perfectos, ondulados. Prácticamente como una diosa que nunca cambiaria y de cierta forma lo era. Su nombre era Isabel, el espíritu que protegía a Aitziber. Ya se había hartado de ver como la joven bruja se aproximaba a su estado lamentable. Con furia en sus ojos dejo que su poder fuera contra el cuerpo del vampiro alejándolo de la bruja. El cuerpo casi inconsciente de Aitziber cayó al suelo, con mucha dificultas se apoyo en sus codos para mirar hacia donde el vampiro había caído. La niña abrazo del cuello a la bruja arrodillándose mientras miraba con ira al vampiro.-La vuelves a tocar y sentirás el dolor como nunca lo has vivido… llamare a todos tus demonios del pasado para que desgarren tu alma pedazo, por pedazo hasta que apenas quede aquel cuerpo vacio- amenazo la pequeña que en realidad tenía más de un milenio en aquel estado y sabía muy bien cómo controlar sus poderes.
Aitziber le miro por uno segundos, estaba muy débil, tal vez apenas era una ilusión, pero su cuerpecito se sentía tan real –Isabel… has vuelto?- le miro sonriendo débilmente-perdón… por mi culpa has tenido que volverte corpórea- tosió un poco mientras buscara reincorporarse. La pequeña le ayudo un poco preocupada por su estado, pero al menos ella podría ayudarla a llegar a su casa, pero primero deberían lidiar con aquel hombre que aun parecía buscar más sangre. ¿Habría podido oír la advertencia de Isabel? O ¿aquellas palabras habían quedado al viento sin ser captadas?.
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
La sangre aun recorre un mar silenciosos en el interior, como una suave noche se oye un zumbido de alas, es hora de que la sangre alimente esas alas que permanecen heridas, la sangre que arrebato alimentara cada pluma que el cuervo tiene, negro tan negro es que corta el aire, se mueve en la noche inquieta, se imagina volar entre mares amargos, triste en la luz escasa de las viejas colinas grises, el baile le esta haciendo perderse entre el cosmo nocturno y la ilusión de bailar eternamente. Una suave luz alumbra el cristal de sus ojos, la entrada regresa a un sueño quedamente.
Lentamente la estela yerma del paramo despierta, el ave derrama sobre ella un manto de agudos y largos llantos. Despertando sin salir de ese ensueño, bajo las estrellas de sus pupilas, hacia un gemido lastimero que resuena, su piel fría desea ser nieve y envolverla completamente, y ese tímido lamento sincero hace que alimente más su vacío. No para de bailar con la muñeca en brazos, las penas se mezclan, ella no es un ave, sino una alma en el viento “Si mi alma no he de tener ¿Porque dejar que otros la tengan?, Arrebatarlas y hacer de ellas sinfonías que desplieguen hacia el viento donde se dispersan y desaparecen en la nada”
Ah! Todo es placentero, su sangre quema intensamente cada sendero, hace una plena ilusión hacia el pecho que sueña un bombardeo ¡No! Es el corazón de la muñeca que late como una pesadilla encarcelada, un corazón que se muestra suave y amable ante la negrura del cuervo.
"Es así que de los muertos son las almas, vienen las matanzas por negar lo que uno no tiene, egoísta pero amado por belleza, sin esperanza revivo, y siempre viaj0 herido sobre las oscuras aguas salvajes. Repleto de ceniza que son los sentimientos muertos que el cuervo mismo ha devorado, dejando que el canto fluya con dolor desgarrador…-Soy una bestia que solo se alimenta del dolor, la sangre es solo la esencia que lo hace mantener vivo…-rugiendo mostrándose como es la muerte, fría y placentera.
Un descarnado actor del diablo, danza que danza sin fin es este el esqueleto que burlara, esta muñeca será su títere, que al cielo gesticulara obligándola a bailar ritmos olvidados, sorprendida podrá estar la muñeca al juntar los brazos gráciles como un órgano negro, que antaño de damisela gentil abrazara.-¡Que no sepan , si es danza o es batalla!...Furioso rasga su propio ser, el cuervo de un rojo tinte entre sus colmillos, y el horizonte el cielo es un infierno. “Espectro mas real que el propio mio, abrid los ojos o es que es la ceguedad la que ya no domina” Mira como una luz empieza a florecer entre la penumbra ¿Quién es? Tiene rostro infantil, una voz divina que enciende más la llama de poseer a la mujer entre sus brazos, pero, una niña que se ve que ha caminado mucho sobre la nieve, su blanco vestido y su apariencia muestran que no es alta ni su corazón es fuerte, un camino largo ha tenido, vagando en cosmos perdidos pero jamás ha venido aquí antes.
Sintiendo el filo del viento como un enemigo cruel, su cuerpo resuena como piedra. “Lo peor de la muerte ha pasado, pero aun eres una pequeña que finalmente murió para ser solo recuerdo” ..Volando lejos veía caer a su muñeca, sigue aquellos ojos que llenan de rabia el cristal y lo rompen encendiendo llamas….-Jamás insultes a la muerte, llevadse el alma Ja! Deficiente ser, dime que alma, vamos quiero ver que despedazaras, solo aquí alguien será despedazado y será ella.-miro a la muñeca y de inmediato en un par de segundos llego a tomarla del cuello apretujándolo para alzarle de ahí mismo… -Nunca debes interferir en la cena de un cuervo porque este puede estar mas hambriento y causara mas allá de una muerte…-Dándole otra mordida en su cuello, mas por provocar que el deseo estaba siempre al mando de su cuerpo….-Si deseas hacerme sufrir no hay nada que lo provoque, soy solo el sufrimiento mismo, todo lo que me produzcas me excitara…Palabras llenas de sarcasmo y un descaro profundo, verla era una plena burla….
Lentamente la estela yerma del paramo despierta, el ave derrama sobre ella un manto de agudos y largos llantos. Despertando sin salir de ese ensueño, bajo las estrellas de sus pupilas, hacia un gemido lastimero que resuena, su piel fría desea ser nieve y envolverla completamente, y ese tímido lamento sincero hace que alimente más su vacío. No para de bailar con la muñeca en brazos, las penas se mezclan, ella no es un ave, sino una alma en el viento “Si mi alma no he de tener ¿Porque dejar que otros la tengan?, Arrebatarlas y hacer de ellas sinfonías que desplieguen hacia el viento donde se dispersan y desaparecen en la nada”
Ah! Todo es placentero, su sangre quema intensamente cada sendero, hace una plena ilusión hacia el pecho que sueña un bombardeo ¡No! Es el corazón de la muñeca que late como una pesadilla encarcelada, un corazón que se muestra suave y amable ante la negrura del cuervo.
"Es así que de los muertos son las almas, vienen las matanzas por negar lo que uno no tiene, egoísta pero amado por belleza, sin esperanza revivo, y siempre viaj0 herido sobre las oscuras aguas salvajes. Repleto de ceniza que son los sentimientos muertos que el cuervo mismo ha devorado, dejando que el canto fluya con dolor desgarrador…-Soy una bestia que solo se alimenta del dolor, la sangre es solo la esencia que lo hace mantener vivo…-rugiendo mostrándose como es la muerte, fría y placentera.
Un descarnado actor del diablo, danza que danza sin fin es este el esqueleto que burlara, esta muñeca será su títere, que al cielo gesticulara obligándola a bailar ritmos olvidados, sorprendida podrá estar la muñeca al juntar los brazos gráciles como un órgano negro, que antaño de damisela gentil abrazara.-¡Que no sepan , si es danza o es batalla!...Furioso rasga su propio ser, el cuervo de un rojo tinte entre sus colmillos, y el horizonte el cielo es un infierno. “Espectro mas real que el propio mio, abrid los ojos o es que es la ceguedad la que ya no domina” Mira como una luz empieza a florecer entre la penumbra ¿Quién es? Tiene rostro infantil, una voz divina que enciende más la llama de poseer a la mujer entre sus brazos, pero, una niña que se ve que ha caminado mucho sobre la nieve, su blanco vestido y su apariencia muestran que no es alta ni su corazón es fuerte, un camino largo ha tenido, vagando en cosmos perdidos pero jamás ha venido aquí antes.
Sintiendo el filo del viento como un enemigo cruel, su cuerpo resuena como piedra. “Lo peor de la muerte ha pasado, pero aun eres una pequeña que finalmente murió para ser solo recuerdo” ..Volando lejos veía caer a su muñeca, sigue aquellos ojos que llenan de rabia el cristal y lo rompen encendiendo llamas….-Jamás insultes a la muerte, llevadse el alma Ja! Deficiente ser, dime que alma, vamos quiero ver que despedazaras, solo aquí alguien será despedazado y será ella.-miro a la muñeca y de inmediato en un par de segundos llego a tomarla del cuello apretujándolo para alzarle de ahí mismo… -Nunca debes interferir en la cena de un cuervo porque este puede estar mas hambriento y causara mas allá de una muerte…-Dándole otra mordida en su cuello, mas por provocar que el deseo estaba siempre al mando de su cuerpo….-Si deseas hacerme sufrir no hay nada que lo provoque, soy solo el sufrimiento mismo, todo lo que me produzcas me excitara…Palabras llenas de sarcasmo y un descaro profundo, verla era una plena burla….
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
Todo era cambios y transición en un mundo de evolución, si pensabas que estarías sin ningún peligro por mucho tiempo, era el primer error que cometerías, no estarías viviendo. La vida era como una montaña rusa… cambios, altos y bajos, movimientos bruscos, violentos, momento tranquilos, estables y relajantes. ¿Arriba era Abajo? ¿Atrás se encontraba hacia adelante? Aturdida completamente estaba, si le preguntaban que estaba sucediendo respondería con un claro “No lo sé” estaba tan confundida, podía oír los llantos de algunos espíritus que estaban cerca de ella, rondando y llorando a como tendido, otros… aquellos demonios que siempre deseaban ser atendidos por los brujos, pero uno inteligente y bueno de juicio ignoraba, se reían y gozaban de alegría, parecían ¿darle la bienvenida a su mundo? En esos momentos se estaba preguntando en donde rayos estaba… ¿no había estado danzando con aquel hombre?
-¿Cuántos años tienes?- pregunto el espectro deformando su rostro lleno de ira al ver que aquel insolente parecía entender la importancia de aquella joven que en brazos tenia y que como un simple trapo trataba –no has sentido lo que verdaderamente es dolor…- le susurro entre dientes. Parecía que buscaba la forma de no bramarle lo todo su odio, buscaba controlar una rabia que quemaba su interior. La sinfonía de la noche solamente dos personas la podían oír en aquel lugar, lamentablemente aquel vampiro no era una de ellas, por el simple hecho de estar muerto y no poseer alma, por el simple hecho no de ser cuerpo y no espíritu… los llantos de los espíritus que buscaban el bien de la bruja, se alzaban de forma lenta y desgarradora… para luego perderse y opacarse por aquellas estruendosas risas que eran provocadas por aquellos “demonios” que buscaban el terror de las personas y la atención de los brujos. Una orquesta que solamente Isabel y Aitziber; aun aturdida y desorientada. Podrían oír. El fantasma exploto de ira, ya no deseaba oírlos más… -Ah..! Malditos bastardos… dejen de reír, dejen de llorar… su corazón aun palpita- comenzó a decirles con furia, se movía de un lado a otro ahuyentándolos del lugar, algunos con recelos entre la oscuridad la miraban, susurrándole insultos en otros idiomas y asegurándole que muy pronto moriría, ella a aquellas afirmaciones solamente bufaba –Ustedes piensan que saben todo y no saben nada- les dijo riendo para ignorar completamente los susurros que adornaban el coro de aquella orquesta.
Aitziber había reaccionado tarde, parecía que aquello era simplemente un sueño, pero no era así, no sentía el suelo en sus pies, una presión recorrió su cuello, la privaba de aquello que era importante para ella: el oxigeno, su tráquea comenzaba a cerrarse al mismo tiempo que desesperadamente buscaba abrirse para encontrar algo de oxigeno que le era negado por los dedos que le rodeaban aquel cuello maltratado por los dientes de su opresor –AHH…- grito al sentir como los huesos de su cuello comenzaban a ser presionado por los músculos contraídos, amenazaban por quebrarse uno por uno y dejarla sin vida, de forma casi instintiva sus manos fueron hacia la muñeca de aquella mano que le opresaba, enterrando sus uñas de tal forma que la sangre comenzó a correr de esta. Otra mordida, una sensación de invierno en su cuerpo, sus ojos abierto en par en par podía ver lejos aquella oscuridad de su casa, aquellas habitaciones marchitar por el tiempo en donde se refugiaba y escondía de sus hermanas mayores y poder disfrutar su mayor secreto. Una dulce amiga que de este mundo ya no pertenecía y entrelazada con su vida estaba.
Isabel vio aquella escena aterrorizada, solamente tenía la suficiente fuerza como para alejarlo de ella, pero para hacer realidad sus amenazas era una persona pobre, ya hace siglos que no tocaba aquella tierra, aunque su poder era considerable, aun era pobre… no tenía la suficiente fuerza para eliminarlo, dejo salir un suspiro casi entrecortado por la preocupación, ella debía ser la que reguardara a Aitziber y poco a poco su corazón comenzaba a apagarse, por suerte ella no moriría, primero debía hacerlo ella para que Aitziber realizara su último suspiro. Su cuerpo comenzó a desvanecerse entre la oscuridad, su vestido blanco había dejado de tocar el suelo, sus piernas se habían ido, ahora solamente quedaba su tronco traslucido que se movía de un lado a otro levitando hacia él. –Tengo la sensación que deseas un sufrimiento fuera de lo normal…- le susurro con su voz infantil aterciopelada entrando a su cavidad auditiva con el propósito de enamorarlo de otra cosa, para que dejara el cuerpo de la bruja olvidado. Los espíritus amaban la atención de las personas, por eso siempre andaban haciendo travesuras y demostrándose y dándose a conocer… ella comenzaría a jugar aquel truco, pero simplemente en otros ámbitos.-ella es una mujer fuerte… en la que podrás infligir dolor hasta que te canses- le comento flotando mientras veía el rostro de dolor que mantenía la bruja, comenzaba a toser ante la falta de oxigeno –Su nombre es Salome, es una cambiaformas que es perseguida por la iglesia… tiene un pasado con ellos.. Sus visiones son jugosas, su mente… ha visto tantas cosas, sabe tantos secretos… que cualquiera quedaría extasiado con solamente probar el mínimo de ella- rio suavemente. Salome era la persona indicada para él, sería una persona que sin dudas llenaría sus expectativas-Te ayudare a encontrarla… solo tienes que soltar a la bruja… ya que no la mataras- ¿Acertaría…? ¿Fallaría? La decisión final era del que tenía el poder en las manos… y ese era el vampiro
-¿Cuántos años tienes?- pregunto el espectro deformando su rostro lleno de ira al ver que aquel insolente parecía entender la importancia de aquella joven que en brazos tenia y que como un simple trapo trataba –no has sentido lo que verdaderamente es dolor…- le susurro entre dientes. Parecía que buscaba la forma de no bramarle lo todo su odio, buscaba controlar una rabia que quemaba su interior. La sinfonía de la noche solamente dos personas la podían oír en aquel lugar, lamentablemente aquel vampiro no era una de ellas, por el simple hecho de estar muerto y no poseer alma, por el simple hecho no de ser cuerpo y no espíritu… los llantos de los espíritus que buscaban el bien de la bruja, se alzaban de forma lenta y desgarradora… para luego perderse y opacarse por aquellas estruendosas risas que eran provocadas por aquellos “demonios” que buscaban el terror de las personas y la atención de los brujos. Una orquesta que solamente Isabel y Aitziber; aun aturdida y desorientada. Podrían oír. El fantasma exploto de ira, ya no deseaba oírlos más… -Ah..! Malditos bastardos… dejen de reír, dejen de llorar… su corazón aun palpita- comenzó a decirles con furia, se movía de un lado a otro ahuyentándolos del lugar, algunos con recelos entre la oscuridad la miraban, susurrándole insultos en otros idiomas y asegurándole que muy pronto moriría, ella a aquellas afirmaciones solamente bufaba –Ustedes piensan que saben todo y no saben nada- les dijo riendo para ignorar completamente los susurros que adornaban el coro de aquella orquesta.
Aitziber había reaccionado tarde, parecía que aquello era simplemente un sueño, pero no era así, no sentía el suelo en sus pies, una presión recorrió su cuello, la privaba de aquello que era importante para ella: el oxigeno, su tráquea comenzaba a cerrarse al mismo tiempo que desesperadamente buscaba abrirse para encontrar algo de oxigeno que le era negado por los dedos que le rodeaban aquel cuello maltratado por los dientes de su opresor –AHH…- grito al sentir como los huesos de su cuello comenzaban a ser presionado por los músculos contraídos, amenazaban por quebrarse uno por uno y dejarla sin vida, de forma casi instintiva sus manos fueron hacia la muñeca de aquella mano que le opresaba, enterrando sus uñas de tal forma que la sangre comenzó a correr de esta. Otra mordida, una sensación de invierno en su cuerpo, sus ojos abierto en par en par podía ver lejos aquella oscuridad de su casa, aquellas habitaciones marchitar por el tiempo en donde se refugiaba y escondía de sus hermanas mayores y poder disfrutar su mayor secreto. Una dulce amiga que de este mundo ya no pertenecía y entrelazada con su vida estaba.
Isabel vio aquella escena aterrorizada, solamente tenía la suficiente fuerza como para alejarlo de ella, pero para hacer realidad sus amenazas era una persona pobre, ya hace siglos que no tocaba aquella tierra, aunque su poder era considerable, aun era pobre… no tenía la suficiente fuerza para eliminarlo, dejo salir un suspiro casi entrecortado por la preocupación, ella debía ser la que reguardara a Aitziber y poco a poco su corazón comenzaba a apagarse, por suerte ella no moriría, primero debía hacerlo ella para que Aitziber realizara su último suspiro. Su cuerpo comenzó a desvanecerse entre la oscuridad, su vestido blanco había dejado de tocar el suelo, sus piernas se habían ido, ahora solamente quedaba su tronco traslucido que se movía de un lado a otro levitando hacia él. –Tengo la sensación que deseas un sufrimiento fuera de lo normal…- le susurro con su voz infantil aterciopelada entrando a su cavidad auditiva con el propósito de enamorarlo de otra cosa, para que dejara el cuerpo de la bruja olvidado. Los espíritus amaban la atención de las personas, por eso siempre andaban haciendo travesuras y demostrándose y dándose a conocer… ella comenzaría a jugar aquel truco, pero simplemente en otros ámbitos.-ella es una mujer fuerte… en la que podrás infligir dolor hasta que te canses- le comento flotando mientras veía el rostro de dolor que mantenía la bruja, comenzaba a toser ante la falta de oxigeno –Su nombre es Salome, es una cambiaformas que es perseguida por la iglesia… tiene un pasado con ellos.. Sus visiones son jugosas, su mente… ha visto tantas cosas, sabe tantos secretos… que cualquiera quedaría extasiado con solamente probar el mínimo de ella- rio suavemente. Salome era la persona indicada para él, sería una persona que sin dudas llenaría sus expectativas-Te ayudare a encontrarla… solo tienes que soltar a la bruja… ya que no la mataras- ¿Acertaría…? ¿Fallaría? La decisión final era del que tenía el poder en las manos… y ese era el vampiro
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
Hermosa muñeca perdida en los espejismos de horrores en la oscuridad, donde duerme e imagina con su propio dolor, permaneciendo en las alas del cuervo que hieren lo que tocan, dejándola inanimada, luciendo como un divino juguete y su titiritero que se embellece al no tirar de sus hilos, dejando que reposara como esqueleto entre el viento, mientras lentamente se desvanece la danza del títere y su titiritero, resurgiendo melodías tenebrosas y seductoras de voces, sollozos y canticos que son girados en espiral y espiral en la mente con delirio de una continuación de danza perdida. Sin cesar seguían las voces de aquellos que no desean ser vistos, de esos seres que la vida les arrebataron, pero, no un corazón ni un espíritu, fantasmas de recuerdos que vagan entre el aura sin dejar ver sus rostros, solo se distinguen luces abstractas que difiere de la forma de cómo desfallecieron.
“Son caricias desgarradoras las que el viento ofrece, solo esas son gozadas por el templo ya que nada es lo que reluce” Sin dejar de ver la figura de un hada de nieve, pero deja de ser hada cuando su voz timbra.- Ven, acércate a mí, déjame sentirte para saber si eres solo un sueño producido por el éxtasis de esta muñeca.-sus labios venenosos besaron la frente de su muñeca, deleitado aun por la fragancia de la sangre y del dolor que le sellaba del cuello sin dejarle de producir más daño…-Si pudiera probar tan solo una gota de sangre de ese templo que aguardas, es como si fuese un espejo reflejando todo, menos su misma posesión entonces sabría que dolor es lo que he probado y me consume…-elevando la mano de su muñeca y dejándola caer desde ahí, maravillado por su debilidad y ver como despertaba del la fuerza que ejercía como si la vida se apagara de ahí “No mi muñeca aun no deseo que abras los ojos, mantente presa de la oscuridad en lo que delirio con este espíritu de nieve que me enloquece cuando te mira”
Mmmm- Así era como el demente gozaba de la escamaruza que su muñeca presentaba “Ahora eres muñeca diabólica, descubres la maldad por la vida, por seguir latiente y eso alimenta al cuervo” Formando un hilo grueso de sangre, recorriéndose por toda esa mano, como un mar que se ha teñido mágicamente por esas uñas y así aumentando la fuerza en ese cuello para pedir más de su sobrevivencia con sus garras.
Deleitándose con la demencia producida, ofreciendo sonrisas secas que torturan al que le mira, miedo era lo que producía en almas desconocidas. ¡Qué sensación dómino por completo el vacio! La mano se abrió y dejo caer de nuevo a la muñeca, yéndose con ella el dolor que no llego al éxtasis y su mano tristemente con una desilusión sintió la nada de repente y la piel se alejaba de ese toque.
Y un instinto le hizo llevarse las manos a la cabeza, agitándose de un lado a otro, presionando con fuerza. -¡SAL! Hare que la oscuridad te consuma, te despedazare lo que queda de tu luz, si entras y ves que el dolor es todo esto, entonces lloraras por salir y el arrepentimiento dominara tu maldita alma sin quedarte con nada!..-seguía moviéndose de un lado a otro, pero en un momento se detuvo. Su mente se volvió vacía, sin pensamiento alguno más que el sonido de una melodía de muerte que narraba lo que un día paso y lo que pasara después de que fuese descubierta.
“El violín no cesa, flores marchitas adornadas en tumbas, pero los espíritus yacen sobre la tumba ¡Que triste es la muerte casi tanto como la vida! Dejando solo un recuerdo y las notas viejas dicen el poder del tiempo, de esa vida ligada a la muerte, existencias que terminaron entre sombras bajo un profundo olor a sangre que alimenta a la muerte y un grito ¡También sabemos morir! Y los espíritus buscan un suicidio mientras que el vampiro enloquece al verlos y entre ambos se destruyen hasta buscar plena muerte entre gemidos de agonía”
Esto es lo que el vampiro vivió entre los muertos, espíritus de suicidios, lluvia de sangre sin cuerpos que se puedan figurar en el cielo, una efímera existencia que siempre ha sido torturada y ahora a ese espíritu quien oso a entrar en él hace que vea, que se salga de ahí con miedo por lo que veía.
Y el ave acoplándose, se vio envuelto de una fascinación sin poder explicarla, siendo por lo que terminaba de hacer con ella y no por sus palabras que solo fueron burlas para el.–Haces que fantasee contigo mientras describes lo que deseo, Salome, Salome, dime mas de ella...-con voz extasiada fingiendo estar interesado en ella, solo deseaba jugar, tomar de este momento un juego donde nada estaba escrito más que el cuervo que devoraría cada dolor de ese espíritu de nieve y de su muñeca que sería el títere perfecto para provocarlo.
Sabiendo que un cuervo es mas extasiado por lo que el busca con sus propios ojos que lo que le dicen que vea, devorar es todo lo que desea, ese juego empezó a tomarlo como una simple ironía para sus adentros, que se mofan por la simpleza de ese recuerdo níveo que translucía ese espíritu.
Y como titiritero busca a su muñeca, pegándose a ella como una sombra, alzandole de los brazos- No te alejes de mi porque quien jugara contigo mi bella muñeca, deja que tus ojos me digan que solo deseas ser abrazada sintiéndote consumida de movimientos delirantes.-Musitaba apretándola de los brazos, entre la irrealidad de espíritus y dos presencias que solo eran acopladas con dolor.
“Son caricias desgarradoras las que el viento ofrece, solo esas son gozadas por el templo ya que nada es lo que reluce” Sin dejar de ver la figura de un hada de nieve, pero deja de ser hada cuando su voz timbra.- Ven, acércate a mí, déjame sentirte para saber si eres solo un sueño producido por el éxtasis de esta muñeca.-sus labios venenosos besaron la frente de su muñeca, deleitado aun por la fragancia de la sangre y del dolor que le sellaba del cuello sin dejarle de producir más daño…-Si pudiera probar tan solo una gota de sangre de ese templo que aguardas, es como si fuese un espejo reflejando todo, menos su misma posesión entonces sabría que dolor es lo que he probado y me consume…-elevando la mano de su muñeca y dejándola caer desde ahí, maravillado por su debilidad y ver como despertaba del la fuerza que ejercía como si la vida se apagara de ahí “No mi muñeca aun no deseo que abras los ojos, mantente presa de la oscuridad en lo que delirio con este espíritu de nieve que me enloquece cuando te mira”
Mmmm- Así era como el demente gozaba de la escamaruza que su muñeca presentaba “Ahora eres muñeca diabólica, descubres la maldad por la vida, por seguir latiente y eso alimenta al cuervo” Formando un hilo grueso de sangre, recorriéndose por toda esa mano, como un mar que se ha teñido mágicamente por esas uñas y así aumentando la fuerza en ese cuello para pedir más de su sobrevivencia con sus garras.
Deleitándose con la demencia producida, ofreciendo sonrisas secas que torturan al que le mira, miedo era lo que producía en almas desconocidas. ¡Qué sensación dómino por completo el vacio! La mano se abrió y dejo caer de nuevo a la muñeca, yéndose con ella el dolor que no llego al éxtasis y su mano tristemente con una desilusión sintió la nada de repente y la piel se alejaba de ese toque.
Y un instinto le hizo llevarse las manos a la cabeza, agitándose de un lado a otro, presionando con fuerza. -¡SAL! Hare que la oscuridad te consuma, te despedazare lo que queda de tu luz, si entras y ves que el dolor es todo esto, entonces lloraras por salir y el arrepentimiento dominara tu maldita alma sin quedarte con nada!..-seguía moviéndose de un lado a otro, pero en un momento se detuvo. Su mente se volvió vacía, sin pensamiento alguno más que el sonido de una melodía de muerte que narraba lo que un día paso y lo que pasara después de que fuese descubierta.
“El violín no cesa, flores marchitas adornadas en tumbas, pero los espíritus yacen sobre la tumba ¡Que triste es la muerte casi tanto como la vida! Dejando solo un recuerdo y las notas viejas dicen el poder del tiempo, de esa vida ligada a la muerte, existencias que terminaron entre sombras bajo un profundo olor a sangre que alimenta a la muerte y un grito ¡También sabemos morir! Y los espíritus buscan un suicidio mientras que el vampiro enloquece al verlos y entre ambos se destruyen hasta buscar plena muerte entre gemidos de agonía”
Esto es lo que el vampiro vivió entre los muertos, espíritus de suicidios, lluvia de sangre sin cuerpos que se puedan figurar en el cielo, una efímera existencia que siempre ha sido torturada y ahora a ese espíritu quien oso a entrar en él hace que vea, que se salga de ahí con miedo por lo que veía.
Y el ave acoplándose, se vio envuelto de una fascinación sin poder explicarla, siendo por lo que terminaba de hacer con ella y no por sus palabras que solo fueron burlas para el.–Haces que fantasee contigo mientras describes lo que deseo, Salome, Salome, dime mas de ella...-con voz extasiada fingiendo estar interesado en ella, solo deseaba jugar, tomar de este momento un juego donde nada estaba escrito más que el cuervo que devoraría cada dolor de ese espíritu de nieve y de su muñeca que sería el títere perfecto para provocarlo.
Sabiendo que un cuervo es mas extasiado por lo que el busca con sus propios ojos que lo que le dicen que vea, devorar es todo lo que desea, ese juego empezó a tomarlo como una simple ironía para sus adentros, que se mofan por la simpleza de ese recuerdo níveo que translucía ese espíritu.
Y como titiritero busca a su muñeca, pegándose a ella como una sombra, alzandole de los brazos- No te alejes de mi porque quien jugara contigo mi bella muñeca, deja que tus ojos me digan que solo deseas ser abrazada sintiéndote consumida de movimientos delirantes.-Musitaba apretándola de los brazos, entre la irrealidad de espíritus y dos presencias que solo eran acopladas con dolor.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
Había comenzado a preocuparse de no poder seguir ayudando a Aitziber, en su rostro se veía la preocupación de ver aquella dulce y joven bruja en manos de un ser tan cruel que simplemente el vivir para él, era solamente un mal chiste del destino. Como estaba deseando poder volver al tiempo que lo trasformaron y matar al estúpido que lo hacía hecho. ¿Sería posible? La trascendencia entre tiempo y espacio, para llegar a aquella línea en donde todo cronológicamente estaba y poder ir hacia atrás o adelantes. Sacudió su cabeza con nerviosismo. Se estaba distrayendo del objetivo.
En sus labios se vieron una amplia sonrisa al notar ya la curiosidad que nacía como una flor de una semilla de aquel hombre. Frunció el ceño retrocediendo unos pasos notando que aquel hombre era peligroso, su cuerpo se lo debía, cada partícula de energía que conformaba aquel cuerpo material, pero a la vez inmaterial le advertía la maldad pura que existía en aquel corazón muerto que buscaba revivir con la pobre sangre de una mujer maldita por sus antepasados.
-Ella es…- no pudo seguir, notaba la forma en que estaban tratando a Aitziber, sus gemidos se acoplaban en su oído y hacían que sangrara del sufrimiento que ella misma estaba sintiendo. Parte era de ella, de cierta forma pertenecía a ella y Aitziber pertenecía a ella, no podía dejar que saliera lastimada, no se lo permitiría. Trago saliva, sintiendo extrañamente la sensación de que su cuerpo comenzaba a sudar, pero apenas era un engaño de su cerebro, pues muerta ella ya estaba y eso lo sabía perfectamente. –Ella es una cambiante que tiene una funeraria aquí en Paris. Es conocida en el bajo mundo por tener toda clase de información; los mafiosos o personas interesadas en información le pagan con esclavos o cadáveres exclusivos para sus experimentos o las cosas que ella desea hacer, ningún pago es igual, pero siempre mantiene su promesa y realiza los trabajos de forma excelente.- explico clavando la mirada al piso mientras recitaba aquellas palabras que eran acopladas en su mente con algunas imágenes que le llegaban a ella-Es… la primera Condenada de la iglesia. La pionera de los inquisidores condenados. Sabe todas mas una de las tretas que tiene la iglesia, es una mujer interesante, pero no puedo decirte más de ella- concluyo frunciendo el ceño levemente.
Estaba a punto de llorar, deseaba sentir algo cálido protegiéndola del temor que sentía de tener la sensación de que Aitziber se podría convertir en uno de ellos. Cuando los espíritus sintieron el temor que provenía de ella se alarmaron y comenzaron a crear un pequeño viento que removía algunos cuadros de aquel lugar y tiraba otras, pero no podían hacer nada mas, eran unos cobardes como para poder enfrentarse a aquel demonio como el que tenían de enemigo principal. Isabel era una joven inteligente, una niña mejor dicho, alzo la mirada notando el rostro mas pálido de Aitziber y alarmándose, dio unos pasos hacia adelante marcando cierta decisión en sus pasos, pero aun se notaban dudosos y temerosos. ¿A qué le temía? Se pregunto. Ella misma no lo sabía, estaba totalmente paralizada. ¿Le temía a la muerte? ¡Ella estaba muerta! Aquello era extraño y provocaba un poco de risa en sus labios. Concluyendo se armo de valor sujetando una mano de Aitziber para mirar a Nicolás con una sonrisa en sus labios -¿No te estabas preguntando si podrías tocarme?- pregunto al mismo tiempo que su mano libre la posaba en los brazos que opresaban a su bruja favorita -¿lo sientes? Un frio más frio que tu piel, pero extrañamente humano, un aliento, un perfume, sin olor. una esencia sin esencia – para ser una pequeña enfrentándose a un vampiro quito los brazos con facilidad del cuerpo de la muñequita que cayó débil al suelo de madera, algunos de los fantasmas la llamaron, llorando para que despertara, algunos buscaban darle besos en las mejillas para animarla como un pequeño ciervo recién nacido que lucha por levantarse.
Isabel chasqueo la lengua, se enojaría, en sus ojos estaba marcado, pero ya se había decidido, aunque estaba débil y tenía mucho tiempo en no utilizar artimañas más elaboradas, estaba decidida a mandar al diablo a aquel demonio de la noche. Soltó sus brazos de un manotazo para luego aferrarse a su cuerpo y abrazarlo del troco para luego reír como cuando abrazaba a sus padres unos mil años atrás en lo que actualmente se conocía como la Venecia de Italia –Ves Amor puedes tocarme- le susurro restregando su rostro en su pecho –Puedes escucharme… lo puedes hacer, pero no puedes olerme, soy sin un cuerpo que se descompone soy pura energía- dio unos pasos haciéndolo retroceder, avanzado ella. Aitziber se levanto tocándose sus cabellos, su cabeza le dolía, se escucho un leve quejido de sus labios mientras gateaba. El titiritero había alargado mas los hilos, dándole un chance a ella te gatear lejos del calor del infierno. Gateo unos pasos hasta girar su cuerpo y encontrarse con una niña colgada al cuerpo del vampiro, iba a decir algo, pero estaba muy débil como para pronunciar palabra. ¡Le había quitado la voz! Maldito, había sacrificado su sordera y la había cambiado por su mudes, un gruñido se elevo a los aires cuando ella se prostro de rodillas deseando gritar, insultar, pero ni una palabra salía de su boca, sonido alguno no existía en sus cuerdas vocales. Dos gotas de lágrimas fueron acompañadas de tres de sangre de su aun fresca herida en el cuello.
Estaba muda…
¿Por qué?
En sus labios se vieron una amplia sonrisa al notar ya la curiosidad que nacía como una flor de una semilla de aquel hombre. Frunció el ceño retrocediendo unos pasos notando que aquel hombre era peligroso, su cuerpo se lo debía, cada partícula de energía que conformaba aquel cuerpo material, pero a la vez inmaterial le advertía la maldad pura que existía en aquel corazón muerto que buscaba revivir con la pobre sangre de una mujer maldita por sus antepasados.
-Ella es…- no pudo seguir, notaba la forma en que estaban tratando a Aitziber, sus gemidos se acoplaban en su oído y hacían que sangrara del sufrimiento que ella misma estaba sintiendo. Parte era de ella, de cierta forma pertenecía a ella y Aitziber pertenecía a ella, no podía dejar que saliera lastimada, no se lo permitiría. Trago saliva, sintiendo extrañamente la sensación de que su cuerpo comenzaba a sudar, pero apenas era un engaño de su cerebro, pues muerta ella ya estaba y eso lo sabía perfectamente. –Ella es una cambiante que tiene una funeraria aquí en Paris. Es conocida en el bajo mundo por tener toda clase de información; los mafiosos o personas interesadas en información le pagan con esclavos o cadáveres exclusivos para sus experimentos o las cosas que ella desea hacer, ningún pago es igual, pero siempre mantiene su promesa y realiza los trabajos de forma excelente.- explico clavando la mirada al piso mientras recitaba aquellas palabras que eran acopladas en su mente con algunas imágenes que le llegaban a ella-Es… la primera Condenada de la iglesia. La pionera de los inquisidores condenados. Sabe todas mas una de las tretas que tiene la iglesia, es una mujer interesante, pero no puedo decirte más de ella- concluyo frunciendo el ceño levemente.
Estaba a punto de llorar, deseaba sentir algo cálido protegiéndola del temor que sentía de tener la sensación de que Aitziber se podría convertir en uno de ellos. Cuando los espíritus sintieron el temor que provenía de ella se alarmaron y comenzaron a crear un pequeño viento que removía algunos cuadros de aquel lugar y tiraba otras, pero no podían hacer nada mas, eran unos cobardes como para poder enfrentarse a aquel demonio como el que tenían de enemigo principal. Isabel era una joven inteligente, una niña mejor dicho, alzo la mirada notando el rostro mas pálido de Aitziber y alarmándose, dio unos pasos hacia adelante marcando cierta decisión en sus pasos, pero aun se notaban dudosos y temerosos. ¿A qué le temía? Se pregunto. Ella misma no lo sabía, estaba totalmente paralizada. ¿Le temía a la muerte? ¡Ella estaba muerta! Aquello era extraño y provocaba un poco de risa en sus labios. Concluyendo se armo de valor sujetando una mano de Aitziber para mirar a Nicolás con una sonrisa en sus labios -¿No te estabas preguntando si podrías tocarme?- pregunto al mismo tiempo que su mano libre la posaba en los brazos que opresaban a su bruja favorita -¿lo sientes? Un frio más frio que tu piel, pero extrañamente humano, un aliento, un perfume, sin olor. una esencia sin esencia – para ser una pequeña enfrentándose a un vampiro quito los brazos con facilidad del cuerpo de la muñequita que cayó débil al suelo de madera, algunos de los fantasmas la llamaron, llorando para que despertara, algunos buscaban darle besos en las mejillas para animarla como un pequeño ciervo recién nacido que lucha por levantarse.
Isabel chasqueo la lengua, se enojaría, en sus ojos estaba marcado, pero ya se había decidido, aunque estaba débil y tenía mucho tiempo en no utilizar artimañas más elaboradas, estaba decidida a mandar al diablo a aquel demonio de la noche. Soltó sus brazos de un manotazo para luego aferrarse a su cuerpo y abrazarlo del troco para luego reír como cuando abrazaba a sus padres unos mil años atrás en lo que actualmente se conocía como la Venecia de Italia –Ves Amor puedes tocarme- le susurro restregando su rostro en su pecho –Puedes escucharme… lo puedes hacer, pero no puedes olerme, soy sin un cuerpo que se descompone soy pura energía- dio unos pasos haciéndolo retroceder, avanzado ella. Aitziber se levanto tocándose sus cabellos, su cabeza le dolía, se escucho un leve quejido de sus labios mientras gateaba. El titiritero había alargado mas los hilos, dándole un chance a ella te gatear lejos del calor del infierno. Gateo unos pasos hasta girar su cuerpo y encontrarse con una niña colgada al cuerpo del vampiro, iba a decir algo, pero estaba muy débil como para pronunciar palabra. ¡Le había quitado la voz! Maldito, había sacrificado su sordera y la había cambiado por su mudes, un gruñido se elevo a los aires cuando ella se prostro de rodillas deseando gritar, insultar, pero ni una palabra salía de su boca, sonido alguno no existía en sus cuerdas vocales. Dos gotas de lágrimas fueron acompañadas de tres de sangre de su aun fresca herida en el cuello.
Estaba muda…
¿Por qué?
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
“Habla para esa voz sea el fondo musical mientras juego con mi nueva marioneta”
El cuervo sigue escuchando, jugando con su propia muñeca que la noche misma le brindo, siendo un manto estrellado, la oscuridad aun seguía y las almas perdidas que divagaban en campos misteriosos, así que la marioneta tiene vida propia y un alma que arrastre con ella, esa idea le encantaba que el interés por aquella mujer, nombrada Salome le desinteresaba aunque el dejar que su mente fantaseara con funeraria le hacía tener unos trastornos deseos….Jugando con los brazos, alzando uno y danzando con ella para sentir su cuerpo de nuevo pegado….-mmm, que encanto de mujer…-sonreía con delirio pleno, danzando con la música que el aura podría dar, un silencio que era interpretado en suspenso…-Me ha dejado con deseos de saber más, que pena…-Sus ojos se posan en su marioneta y sonríe siniestramente, invitándole a jugar en el paraje de los horrores.- Sonríe como si tuvieras la cara de un títere, mi voz será atractiva para que dejes que tire de tus hilos ¡Te matare en una especie de protección! Qué hermoso es saber que de ti depende ella y ella de ti…..-le brindo un beso a esos labios secos, donde se mostraba la palidez…Desviando la mirada al ver cómo le tomaban la mano de su marioneta y aquellas palabras...
Había caído en ese deseo prohibido, siempre había anhelado probar a un fantasma, pero… ¿Qué podría tomar de ellos? Nada, no habría nada, que al ver cómo le quitaban a su marioneta negó que volvió a tomarla en brazos al verla caer al suelo, sintiendo al aura más pesada que nada aunque era divino poder sentirla de esa manera, sintiendo cómo reaccionaba un poco que ahora la marioneta recobrara vida pero de nuevo le fue arrebatada que sintió un abrazo tan profundo…
“Como pequeña muñeca parece, desea suplantar a la bruja que si sigue así quizás la deje”…Sintiendo la piel, el templo era el mismo sentir, un vacio se podía percibir, adorando demasiado la sensación que desprendía…-Eres una especie que nadie conoce más que los seres que no son de esta cosmo, pareciese que el vacio de tu corazón se encuentra herido, es muy doloroso lo que siento aunque no es demasiado con lo que has percibido de mi….-retrocediendo que era un enigma, fragancias no había, ni un poco de aliento ajeno que pudiera reconocer como si estuviese viva…-Dime tienes miedo?...-embozando una sonrisa seca, sabía bien lo que hacía al retroceder, pero sin despegar las pupilas de los ajenos, que como un recuerdo lucia todo, y su voz demasiado excitada que nada podía apagar esa llama…-Rie, rie tenebrosamente, regálame una sonrisa sintiendo mas este hecho de que me mires…-tomo su rostro y ahora como muñeca que había suplantado le toma…-Acepta ser mi marioneta…-penetrando sus ojos.- Se mis ojos, ríete de tus cicatrices que no sanan, deja que juegue con tus lagrimas secadas, deja que juegue contigo, de ser tu titiritero…-se acerco mas a ella donde le poso un beso, un beso amargo, sin sabor, sin sentido…-Dejare libre a esa muñeca a cambio te quiero a ti, si por una la otra vive entonces estarás segura que no le hare nada…-solo pensarlo , podía estar demente, la música de nuevo escucho, algo extraño estaba sucediendo que no temía por él, estaba muerto y eso nadie podía martirizar….-Dime, o dejo que siga llorando tu alma-refiriéndose a la bruja de esa muñeca seca…- La manipulo con cadenas que no se puedan cortar, que sea una vida controlada por solo mis trucos, incluso si escapara a esconderse nada va a cambiar de todos modos he de hacer con ella un pacto mas con el diablo para que solo yo pueda destruir….-posando otro beso al alma perdida, tenía que estar hechizada por las mismas palabras que jugaban a dañarle, ese era el plan dañar a una para que la otra lo sufriera…-Entonces con quien hago el pacto, con ella o contigo…-con sarcasmo sus palabras resonaban…”He aquí la noche más tétrica, ya no habrá espera ni nada que le detenga, solo habrá un símbolo, un pacto y una marca de la unión...”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
Ella se había convertido en un ser nada importante, ahora ella era el fantasma de deambulaba sin camino, sin destino, mientras Isabel que había convertido en la muñeca más codiciada en esos momentos, solamente lo hacía para poder llamar su atención, alejar a aquella ave negra lejos de su presa, lejos de aquella frágil niña que estaba a un paso de la muerte, ella ya estaba muerta, había perdido su identidad. ¿De dónde venía? No lo sabía, tal vez de algún lugar cerca de Italia, pues recordaba levemente algunos rasgos de su vida. ¿a qué edad había muerto? No estaba segura, pero aquella forma de niña era la que he hacía sentir más segura. Ella no era nada, solamente un recuerdo perdido entre la actualidad, una historia más que nadie se atrevería a contar, oculta, alimentándose como parasito de la energía de aquella bruja de pálida piel.
Dejo salir un leve gemido de dolor al no poder soportar aquella visión que tenia al frente, para ella era algo imperdonable. Volvió su mirada al vampiro que parecía estar hablándole, pero ella solamente escuchaba gemidos y llantos, tal vez sus mismos sollozos pero no estaba segura –Tengo miedo- confeso tímidamente. –Por eso sigo en este lugar- indico ella. Ella era tan firme pero a la vez no, era algo y nada al mismo tiempo. Sintió las manos frías del vampiro, de aquel muerto viviente que había logrado atraer. Sus ojos, sus ojos mantenían un extraño brillo, pero lo más raro era que Isabel no sentía miedo de estar cerca de él, se podría decir que era lo contrario. ¿La estaba cautivando con aquella belleza oscura que tenía su alma?. ¿Titiritero de un alma errante? ¿Qué ganaría con eso? Muchas preguntas se acumulaban en su mente, muchas que deseaban ser respondidas, pero al parecer no lo eran.
Maldito pacto que la mantenía apegada a aquella bruja, el fantasma tenía su orgullo, pero poco quedaba de él, ahora le rendía completamente a aquella bruja, solamente podría pensar en rescatarla, en ayudarla, aunque eso significara cambiar de posiciones. -…- no dijo nada, espero que terminara de escupir sus palabras como una serpiente segrega veneno, esperando que su víctima cayera completamente. Entrecerró sus ojos, sintiendo como sus cabellos tocaban las manos, como su piel que no tenia calor, era tocada, pero tampoco era fría como la de aquel hombre –conmigo hermoso hombre de las tinieblas- susurro ella bajando la mirada, ocultado su rostro entre sus cabellos castaños. –Yo seré tu fiel marioneta hasta el fin de los tiempos, te acompañare hasta que decidas dejar esta vida, cuando eso suceda, yo también desapareceré – indico ella. La bruja moriría algunos años después de eso, pero ella, aquel fantasma seguiría viva y ahora siendo el juguete de un joven vampiro.
La bruja se comenzaba a recuperar poco a poco, mientras Isabel la veía como buscaba recomponerse, pudo oír como otros espíritus que siempre estaban a la disposición de la bruja se volvían mas materiales y sombras altas y tenebrosas comenzaban a asomarse, a salir de las paredes para volverse cada vez mas solidas, los rostro distorsionados se volvían más tangibles y mostraban signos de descontento hacia los dos seres que estaban al frente de ellos. Dos mujeres le susurraron cosas a la bruja para alentarla a levantarse, mientras otros dos fantasmas, sin definir bien el sexo; pues eran apenas simples figurar abstractas y oscuras. Resguardaban para que ningún de ellos dos se acercara. Aitziber se levanto moviendo su cabeza de un lado a otro, se quedo por unos segundos pero luego pudo recobrar su conciencia, aunque su energía y fuerza habían sido literalmente drenadas. Miro la figurilla de Isabel entre aquellos dos seres que buscaban protegerla, abrió los ojos al notar que el vampiro estaba cerca de ella –Maldito… no la toques- gruño la bruja con sus pocas fuerzas, casi caía, pero por suerte las otras dos mujeres la sujetaron a tiempo, tosió un poco limpiándose la sangre seca que tenía en las muñecas con su vestido, ya apenas quedaban dos huecos, pero más nada. Los fantasmas le rogaba que saliera de ese lugar, pero ella no se iría sin su compañera de muchos años -¿Qué haces Isabel?- pregunto notablemente confundida cuando esta no se acerco a ella –Vámonos…- le ordeno en un susurro. ¿Qué hizo el fantasma? Negó, le negó aquella orden para luego aferrarse al vampiro y ocultar su rostro en el pecho del hombre, se quedaría con él, tal vez por ahora, después volvería al interior de la bruja, pues no podría residir en el vampiro.
Los fantasmas parecían lobos mostrando sus dientes al notar aquel acto, que para ellos era simplemente decadente. ¿Olvidar a una bruja por un vampiro? Eso era caer demasiado bajo, pero ellos no entendían. ¡no entendían! Que era por el bien de la joven que ella lo hacía. No esperaba que entendieran sus motivos, en realidad no importaba, luego le explicaría todos a la bruja, cuando el sol estuviera en lo más alto y el vampiro estuviera durmiendo en su tumba, ella también se vengaría, solamente necesitaba un poco de tiempo para aquello.
Dejo salir un leve gemido de dolor al no poder soportar aquella visión que tenia al frente, para ella era algo imperdonable. Volvió su mirada al vampiro que parecía estar hablándole, pero ella solamente escuchaba gemidos y llantos, tal vez sus mismos sollozos pero no estaba segura –Tengo miedo- confeso tímidamente. –Por eso sigo en este lugar- indico ella. Ella era tan firme pero a la vez no, era algo y nada al mismo tiempo. Sintió las manos frías del vampiro, de aquel muerto viviente que había logrado atraer. Sus ojos, sus ojos mantenían un extraño brillo, pero lo más raro era que Isabel no sentía miedo de estar cerca de él, se podría decir que era lo contrario. ¿La estaba cautivando con aquella belleza oscura que tenía su alma?. ¿Titiritero de un alma errante? ¿Qué ganaría con eso? Muchas preguntas se acumulaban en su mente, muchas que deseaban ser respondidas, pero al parecer no lo eran.
Maldito pacto que la mantenía apegada a aquella bruja, el fantasma tenía su orgullo, pero poco quedaba de él, ahora le rendía completamente a aquella bruja, solamente podría pensar en rescatarla, en ayudarla, aunque eso significara cambiar de posiciones. -…- no dijo nada, espero que terminara de escupir sus palabras como una serpiente segrega veneno, esperando que su víctima cayera completamente. Entrecerró sus ojos, sintiendo como sus cabellos tocaban las manos, como su piel que no tenia calor, era tocada, pero tampoco era fría como la de aquel hombre –conmigo hermoso hombre de las tinieblas- susurro ella bajando la mirada, ocultado su rostro entre sus cabellos castaños. –Yo seré tu fiel marioneta hasta el fin de los tiempos, te acompañare hasta que decidas dejar esta vida, cuando eso suceda, yo también desapareceré – indico ella. La bruja moriría algunos años después de eso, pero ella, aquel fantasma seguiría viva y ahora siendo el juguete de un joven vampiro.
La bruja se comenzaba a recuperar poco a poco, mientras Isabel la veía como buscaba recomponerse, pudo oír como otros espíritus que siempre estaban a la disposición de la bruja se volvían mas materiales y sombras altas y tenebrosas comenzaban a asomarse, a salir de las paredes para volverse cada vez mas solidas, los rostro distorsionados se volvían más tangibles y mostraban signos de descontento hacia los dos seres que estaban al frente de ellos. Dos mujeres le susurraron cosas a la bruja para alentarla a levantarse, mientras otros dos fantasmas, sin definir bien el sexo; pues eran apenas simples figurar abstractas y oscuras. Resguardaban para que ningún de ellos dos se acercara. Aitziber se levanto moviendo su cabeza de un lado a otro, se quedo por unos segundos pero luego pudo recobrar su conciencia, aunque su energía y fuerza habían sido literalmente drenadas. Miro la figurilla de Isabel entre aquellos dos seres que buscaban protegerla, abrió los ojos al notar que el vampiro estaba cerca de ella –Maldito… no la toques- gruño la bruja con sus pocas fuerzas, casi caía, pero por suerte las otras dos mujeres la sujetaron a tiempo, tosió un poco limpiándose la sangre seca que tenía en las muñecas con su vestido, ya apenas quedaban dos huecos, pero más nada. Los fantasmas le rogaba que saliera de ese lugar, pero ella no se iría sin su compañera de muchos años -¿Qué haces Isabel?- pregunto notablemente confundida cuando esta no se acerco a ella –Vámonos…- le ordeno en un susurro. ¿Qué hizo el fantasma? Negó, le negó aquella orden para luego aferrarse al vampiro y ocultar su rostro en el pecho del hombre, se quedaría con él, tal vez por ahora, después volvería al interior de la bruja, pues no podría residir en el vampiro.
Los fantasmas parecían lobos mostrando sus dientes al notar aquel acto, que para ellos era simplemente decadente. ¿Olvidar a una bruja por un vampiro? Eso era caer demasiado bajo, pero ellos no entendían. ¡no entendían! Que era por el bien de la joven que ella lo hacía. No esperaba que entendieran sus motivos, en realidad no importaba, luego le explicaría todos a la bruja, cuando el sol estuviera en lo más alto y el vampiro estuviera durmiendo en su tumba, ella también se vengaría, solamente necesitaba un poco de tiempo para aquello.
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
El maldito lugar retumba con tenebrosidad, había perdido la razón, impulsado por la locura continúa una falsedad que solo la oscuridad podrá descifrar, deleitándose con los fantasmas, dejando que la nostalgia se abrirá para ellos, esos seres queridos por el cuervo pero odiados por sus entrañas, y la mitad de la noche avanza como un recuerdo tortuoso, como si regresaran a enturbiar recuerdos y desviar los sueños que nunca fueron vividos, con sigilo se mueven pero esto se había terminado, el ánima, “Isabel, Isabel anima titiritera” que han desempolvado su rostro de infancia, culpando los pecados de los demás pero ¿ellos acaso fueron santos? Ja, el cuervo se descara entre pensamientos mientras espera respuesta para el nombre de la sentencia que se estaba declarando entre desgracias y tragedias maravillosas…
Pero están removiendo recuerdos, mientras espera están atacándole con magia desconocida, emboza una sonrisa porque no podían tocarle, estaba maldito y en su templo se carcoma su muerte, por ello nadie puede tocarle con magia, hechizos que apenas el viento se llevaba, pero seguían hurgando en su mente, querían sacarle alguna información pero nada, nada podían adquirir de él, como negrura oceánica era, vacío, vacío como la nada sin fin, sin poderle agitar su mundo, pero eso llenaba de tranquilidad, observaba como podían recoger solo cenizas de su burla…
Y ahí no deja de acariciar al ánima que tanto le maravillaba por su blancura…-¡Oh, mi divina Isabel, la eternidad tendré para jugar contigo, si he de morir algún día, te arrastrare conmigo porque jamás dejaras de ser mi títere hasta que destroce cada transparencia tuya, como alma en pena vagaras a mi lado…-fascinado pero su voz solo se mostraba delirante, notando la ambición por ver como su linfa era derramada en su templo…
Sin dejarse perder en esa unión, aun sus ojos miraban a la muñequilla que comenzaba a despertar de un sueño perdido, con el rostro sin alguna emoción era pintado, percibiendo un olaje intenso en los alrededores, el lugar ambiguo, recitado como el paraje olvidado, bajaba la poca luz que se desprendía, distinguiéndose sobre las paredes una negrura intensa, como una miseria comenzó a relucir y es como el cuervo sostiene lo que ya es suyo…-Memorias horrorosas, esplendores de reliquias frías donde el arte vertía mis fantasías, sé que pueden leer mis pensamientos , les expreso cada uno, me entusiasma la bella historia de cada uno…¡Cada tragedia divina! Esas miradas atónitas me cuentan las glorias olvidadas, esa brisa que solloza en solo escombros, florezcan su imperio, luchen, háganme lo que deseen pero esto es mío…-Hablaba sin dejar de sujetar como a su muñeca esa anima, haciéndoles enfurecer más al darle un beso en la frente de la muerte desaparecida. Distinguiendo voces distorsionadas, sonidos desconocidos que solo parecían ser susurros tenebrosos…-Decirme mi bella Isabel ¿Te gustan mis besos?...-Su dedo acariciaba la mejilla que de una piel reseca sin resplandor era marchitada, pero un movimiento le hizo desviar la mirada hacia la brujilla que aun seguía vivía después de todo, y con las alas de un vacío abrazo a la anima…- Como nubes destrozadas te siento, tu fragancia sin naturaleza, como si no hubiera nada eres….-susurraba en los cabellos ajenos, escuchando las palabras de la muñequilla enfurecida…-¿Quieres despedirte de ella?...-preguntaba en un susurro sin dejar de acariciar cabello por cabello disecado….-Es hora de irnos de este lugar….-y ahí las artes inactivas murieron en el suelo, y con dolor en el aura la infelicidad reinaba, adorado por aquellos que solo la muerte es una burla, viéndose el cuervo como una ruina que denuncia la indolencia extrema, anunciándose la hora de rendición, sin temor el cuervo está jugando suciamente, sin dar alguna risueña esperanza, dejando una ilusión como capa donde el fuego renace de la tierra y como corona adorna a Isabel…..-La majestad solemne de tus ruinas alabare…..-solo se dirigía a ella, comenzando a desprender pasos con ella en brazos…
Mucha locura que los humanos no creerían, estaba en el lugar de los locos, en el campo donde uno solo hace su locura, y como una cruz maldecida se hizo realidad todo, sin ser ensoñado tenía en sus brazos a un templo en pena, esa era la sombra que vivirá en la muerte, dejando pisadas mientras le veía, como sombras de la rosa en brumosas noches, alto, claro es el llamado de una campana mortecina, yaciendo siempre la oscuridad en el sendero que estaba tomando, con escalones sucios, siniestros que eran insignia de que todo lo que sucedió ahí no era mentira…
Pero están removiendo recuerdos, mientras espera están atacándole con magia desconocida, emboza una sonrisa porque no podían tocarle, estaba maldito y en su templo se carcoma su muerte, por ello nadie puede tocarle con magia, hechizos que apenas el viento se llevaba, pero seguían hurgando en su mente, querían sacarle alguna información pero nada, nada podían adquirir de él, como negrura oceánica era, vacío, vacío como la nada sin fin, sin poderle agitar su mundo, pero eso llenaba de tranquilidad, observaba como podían recoger solo cenizas de su burla…
Y ahí no deja de acariciar al ánima que tanto le maravillaba por su blancura…-¡Oh, mi divina Isabel, la eternidad tendré para jugar contigo, si he de morir algún día, te arrastrare conmigo porque jamás dejaras de ser mi títere hasta que destroce cada transparencia tuya, como alma en pena vagaras a mi lado…-fascinado pero su voz solo se mostraba delirante, notando la ambición por ver como su linfa era derramada en su templo…
Sin dejarse perder en esa unión, aun sus ojos miraban a la muñequilla que comenzaba a despertar de un sueño perdido, con el rostro sin alguna emoción era pintado, percibiendo un olaje intenso en los alrededores, el lugar ambiguo, recitado como el paraje olvidado, bajaba la poca luz que se desprendía, distinguiéndose sobre las paredes una negrura intensa, como una miseria comenzó a relucir y es como el cuervo sostiene lo que ya es suyo…-Memorias horrorosas, esplendores de reliquias frías donde el arte vertía mis fantasías, sé que pueden leer mis pensamientos , les expreso cada uno, me entusiasma la bella historia de cada uno…¡Cada tragedia divina! Esas miradas atónitas me cuentan las glorias olvidadas, esa brisa que solloza en solo escombros, florezcan su imperio, luchen, háganme lo que deseen pero esto es mío…-Hablaba sin dejar de sujetar como a su muñeca esa anima, haciéndoles enfurecer más al darle un beso en la frente de la muerte desaparecida. Distinguiendo voces distorsionadas, sonidos desconocidos que solo parecían ser susurros tenebrosos…-Decirme mi bella Isabel ¿Te gustan mis besos?...-Su dedo acariciaba la mejilla que de una piel reseca sin resplandor era marchitada, pero un movimiento le hizo desviar la mirada hacia la brujilla que aun seguía vivía después de todo, y con las alas de un vacío abrazo a la anima…- Como nubes destrozadas te siento, tu fragancia sin naturaleza, como si no hubiera nada eres….-susurraba en los cabellos ajenos, escuchando las palabras de la muñequilla enfurecida…-¿Quieres despedirte de ella?...-preguntaba en un susurro sin dejar de acariciar cabello por cabello disecado….-Es hora de irnos de este lugar….-y ahí las artes inactivas murieron en el suelo, y con dolor en el aura la infelicidad reinaba, adorado por aquellos que solo la muerte es una burla, viéndose el cuervo como una ruina que denuncia la indolencia extrema, anunciándose la hora de rendición, sin temor el cuervo está jugando suciamente, sin dar alguna risueña esperanza, dejando una ilusión como capa donde el fuego renace de la tierra y como corona adorna a Isabel…..-La majestad solemne de tus ruinas alabare…..-solo se dirigía a ella, comenzando a desprender pasos con ella en brazos…
Mucha locura que los humanos no creerían, estaba en el lugar de los locos, en el campo donde uno solo hace su locura, y como una cruz maldecida se hizo realidad todo, sin ser ensoñado tenía en sus brazos a un templo en pena, esa era la sombra que vivirá en la muerte, dejando pisadas mientras le veía, como sombras de la rosa en brumosas noches, alto, claro es el llamado de una campana mortecina, yaciendo siempre la oscuridad en el sendero que estaba tomando, con escalones sucios, siniestros que eran insignia de que todo lo que sucedió ahí no era mentira…
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Fecha de inscripción : 23/11/2010
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Re: ¡Alma enloquecida! Un sordo vampiro {especialistas supongo}
{…El olvido recorrerá tu cuerpo
La locura descasara en tu mente
Los pecados se han vuelto ángeles…}
La locura descasara en tu mente
Los pecados se han vuelto ángeles…}
El fantasma no se movió a su llamado. ¿Se había ella quedado sorda ahora?, sintió como un leve miedo recorrió su cuerpo al sentirse vulnerable. No estaba a su lado, la veía cada vez más distante. Sin darse cuenta deseaba exclamar un leve “Oh mon dieu” en su perfecto francés, pero de sus labios fruncidos no salió ni otra palabra mas, pues si ella deseaba quedarse, no le suplicaría mas. Los amigos, debían dejarse ir, algunos tomaban caminos diferentes luego de un tiempo, pero nunca había pensado que ella la iba a dejar.
Isabel se quedaba quietecita, escuchando como la voz del hombre comenzaba cada vez más a recobrar la energía que le había parecido perdida. ¿Ella había hecho algo? No lo sabía, pero sabía que no podía hacerlo enojar, así que simplemente se quedaba mirándolo, detenidamente, escuchando sus palabras con cierta atención y recibiendo sus extraños besos, que siempre Isabel había asimilado como muestras de cariño. ¿Se había enamorado de ella? no deseaba ser diferente, odiaba sentir que era un ser extraño en el universo, lloraba mucho por eso. Ya no sabía cuántos años había estado sufriendo por eso, pero ahora un vampiro se había encaprichado con ella por aquella aura de diferencia que siempre de humana le había marcado.
Había estado siempre con pequeños solitarios, porque le recordaban a ella y a un pasado que había olvidado vilmente, ahora la fría piel de porcelana le había tocado, extrañaba la dulce calidez del interior de Aitziber, pero en los ojos de la bruja se veía resignación, pues era lo único que podía sentir en esos momentos. ¿Cómo luchar con un vampiro? Ya habían aprendido la lección, pero nunca lo perdonaría, era ella como un infante enfurecida, pues a su juguete le habían robado vilmente. Isabel deseaba llorar, llorar como pequeña que era o algún día fue.
Ahora estaba con el padre de las tinieblas, había dejado atrás a aquella hermosa ninfa mágica que había conocido desde muy temprano, mucho antes de que su capucho se hubiera abierto y el leve sonido, que como canto se propago por todo el mundo, ese y el otro en donde ella siempre había estado. –Al final encontraste tu cura- le dijo Isabel al brujo mientras se aferraba a su cuello. –Puedes escuchar y ahora, no solamente ha los humanos, tu oido ha evolucionado... escuchas ya los lamentos de los olvidados-Habían dejado a la bruja, confundida e irritada. Podía oír a lo lejos como los murmullos de los otros seres susurraban incoherencias que solamente hacían poner aun más de mal humor, entrecerró sus ojos, se sentía como un animal que se alejaba de su manada y estos la rechazaban, haciendo saber que nunca más la aceptarían.
{… Capitulo terminado
El fin se ha anunciado
La pobre niña esta llorando….}
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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