Hermosas joyas. [Diego Renard]

por **Evangeline Kafkis** Jue Oct 20, 2011 11:56 am

Me aburría tanto en el burdel... ¿Cómo era posible que nadie quisiera sexo? Y los clientes que entraban, ya tenían a su cortesana predilecta, estaba teniendo tan mala suerte... Peiné mis cabellos, me eché perfume y polvos de maquillaje como siempre solía hacer y recogí mi bolsa de monedas, hoy quería ir al mercado.
Caminaba con sensualidad por las calles parisinas. Habían hombres que incluso se giraban para mirar, no les importaba estar acompañados de sus mujeres. Me satisfacían esas miradas, tanto que sonreí para mí misma, el día estaba comenzando a arreglarse. En el mercado había demasiada gente, y los gritos de los mercaderes en ocasiones aturdían, pero ese era el ambiente lleno de vitalidad de este sitio. Como solía tener por costumbre, me aproximé hacia el puesto de las joyas, en mi bolsa tenía el dinero suficiente como para permitirme cualquier baratija, me gustaban las joyas caras, de joyería, pero el dinero no me daba para ellas, por lo que siempre me conformaba con las del puesto del mercado.
Esta vez captó mi atención un anillo, parecía barato, pero... Tenía algo que me enloquecía. Parecía de acero y las pequeñas piedras incrustadas eran bisutería pura, nada de gemas preciosas, pero su encanto sí seguía siendo precioso.
-¿Cuál es su precio buen hombre?-le pregunté al mercader mientras señalaba la joya que me había entrado por los ojos-.Estoy... Interesada-le mostré la bolsa de dinero, quería darle la seguridad de que venía a comprar de verdad, y ese anillo sería mío a como diese lugar.
Estos puestos no solían ser excesivamente caros, por eso siempre que iba al mercado, no llevaba más de 500 francos en la bolsa, por si me atracaban que la pérdida de dinero no fuese tan dolorosa.
''150 francos'' fue la respuesta clara de aquel hombre. Sonreí y retiré de la bolsa el dinero justo para entregárselo en mano y me coloqué el anillo sobre mi dedo anular nada más estuvo bajo mi poder. No podía dejar de mirar la joya, feliz.
-Que pase usted un buen día-me despedí del mercader con toda educación y sencillez que pude y me dispuse a caminar ensimismada entre la gente, sin poder quitar mi mirada de la nueva joya adquirida.
Tal y como se veía venir, me choqué fuertemente contra una persona, sólo así pude salir de mi ensimismamiento y me di cuenta en seguida de lo que acababa de hacer. ¡Demonios! Tan sólo rezaba por que la persona fuese al menos educada al insultar, pero no podía dejar mis disculpas a un lado, pues la culpa había sido mía.
-Espero que... Acepte mis disculpas, pues ha sido mi culpa este pequeño incidente-Como no tenía ni idea de cómo podría ser su reacción, no pensaba mirar hasta escuchar su voz.

por **Diego Renard** Jue Oct 20, 2011 5:08 pm

Estaba caminando por las calles parisinas despues de haber negociado con un buen hombre el precio cargamento de especias que habia traido desde la India. No era muy complicado convencer a los ricos señores de que en cualquier casa noble las mejores comidas debian prepararse y servirse con las mas exoticas especias, y como no era bastante caro traerlas hasta Francia habia poco comercio de ellas por lo que se sacaba un gran beneficio.
Pues tras salir de alli con mis criado y sin ganas alguna de volverme a esa aburrida mansion decidi pedirle que se marchara sin mi para poder distraerme por el mercado y demas por lo que asi le dije:
- Martino, hoy hace un buen dia ¿no pensais lo mismo?
A lo que este contesto:
- Si mi señor, hace un esplendido dia, por lo que algo estareis pensando en hacer sino no me hubieseis dicho algo tan obvio.- Que sabio eres, amigo - le conteste con una sonrisa - marcha tu hacia la casa que yo me quedare por aqui a ver el ambiente de esta hermosa ciudad
- Aunque no os lo aconsejo - dijo con el entrecejo fruncido - se que no habeis salido mucho, asi que si asi lo quereis yo lo cumplire
Sonrei felizmente por la comprension de mi fiel criado, lo despedi. Me puse en camino observando ha las gentes ir y venir de aqui para haya. Me pare para ver unas manzanas que tenian un apetitoso aspecto pero decidi seguir mi camino y cuando me giraba para continuar mi camino senti como alguien chocaba conmigo. Mire hacia el culpable de tal golpe viendo a una hermosa dama que se disculpaba ante mi sin atreverse a mirarme.
- Mi señora, no os preocupeis pues no toda la culpa es vuestra ya que yo tampoco me di cuenta de que una dama algo distrida se acercaba - le dije sonriendole amablemente - ademas, si me permitis el atrevimiento, mas que incidente yo lo llamaria golpe de suerte pues gracias a el he tenido el placer de conocer a tal hermosa dama - dije inclinando un poco la cabeza a modo de cortesia, sin perder la sonrisa pues en verdad la mujer era bella y no era yo el unico que se daba cuenta pues muchos la miraban al pasar.

por **Evangeline Kafkis** Vie Oct 21, 2011 2:18 pm

-O es probable que el golpe de suerte lo haya tenido yo por haber topado con tan educado hombre-le sonreí con mis mejores sonrisas cuando levanté mi mirada para centrarme en la suya. El hombre con el que había tenido la suerte de topar era muy atractivo. ¡Vaya si había tenido un golpe de suerte! Y no pude contener mi curiosidad ante tal ejemplar de hombre-.Si no es demasiado pedir, me gustaría saber vuestro nombre-mantuve mi sonrisa mientras mi curiosidad crecía por momentos.
El día ahora no me parecía tan malo, a falta de trabajo el destino me había enviado a un hombre bastante caballero y atractivo, de esos que no me importaría tener de clientes, sino que sería todo un honor poder satisfacer necesidades de hombres como estos. ¿Cómo reaccionaría si supiera que lo que tenía delante era una cortesana? Yo estaba orgullosa y conforme con mi profesion, pero era una profesión mal vista. ¿Qué podía decirle? De pronto me sentía hasta sin palabras, pero nada intimidada, yo no era de ese tipo de señoritas, nada me intimidaba, pero una cosa no quitaba la otra, seguía siendo humana.
-¿Os apetece dar un paseo conmigo?-Le invité de forma sugerente a mi compañía, una amena charla y un par de risas antes de irme al burdel de nuevo, pues ya había cumplido con lo que iba a hacer en el mercado, ahora tan sólo tocaba disfrutar de mi golpe de suerte-.Prometo no morder-me reí, pretendía ser lo más agradable posible con tal apuesto chico, lo que menos deseaba era que saliese corriendo de ahí, y aún seguía esperando por su nombre.

por **Diego Renard** Vie Oct 21, 2011 5:36 pm

Cuando la dama levanto la vista y vi bien su rostro pense que era muy afortunado de poder admirar de cerca y conversar con semejante belleza, pero cuando sus ojos se clavaron en los mios me di cuenta de que esa mujer era muy segura y decidida lo que la hacia mas atractiva a mi parecer, aunque por un momento me parecio verla dudar.
La mujer pregunto mi nombre, a lo que le respondi:
- Mi señora es lo minimo que puedo deciros, asi que me presentare, Diego Renard a su servicio - le dije mientras colocaba mi mano de modo que ella me diera la suya y besarsela cortesmente.
Me pregunto si me apetecia pasear a su lado, una pregunta que pocos rechazarian si se lo propusiera un señorita tan bella como la que tenia frente a mis ojos y sonriendo tras escuchar su promesa le dije:
- Seria un verdadero honor pasear a su lado, pero con una condicion, que me digais vuestro nombre, pues si me voy a convertir en el hombre mas envidiado de Paris - algunos tipos estaban pendientes de nuestra conversacion y algo me decia que todos ellos preferirian estar en mi lugar en ese momento, lo cual me resultaba bastante gracioso - querria saber el nombre de la culpable, si no es demasiado pedir - le comente.

por Contenido patrocinado

Hermosas joyas. [Diego Renard]

Hermosas joyas. [Diego Renard]

Re: Hermosas joyas. [Diego Renard]

Re: Hermosas joyas. [Diego Renard]

Re: Hermosas joyas. [Diego Renard]

Re: Hermosas joyas. [Diego Renard]