AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
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Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Era una noche demasiado tranquila como para que me pudiera calmar después de la carrera en los bosques, solo, en las sombras y ahora me encontraba encerrado en mi despacho, limpio y lejos de bichos, salamandras o cualquier cosa que pudiera estropear mi imagen. Esa imagen que tenía que mantener a cada instante para el publico. Ahora dirigía un burdel, lleno de chicas donde ofrecían su cuerpo a cambio del placer ajeno. Oh, maldición, diantres, lo que sea siempre era una maldición sobre mi. Tan solo porque seguí los dictados de mi corazón, te perdí. Comenzaba a pensar en el pasado, y eso que ya paso hace varios meses. Miro el almanaque que cuelga de la pared de madera, Octubre...vine hace unas semanas, me pareció una vida mucho mas eterna, mas larga, como si el reloj de arena en mitad de la sabana se hubiera parado insitu. Eran las once de la noche, demasiado pronto para irse a dormir, dado que por lo pronto no quería irme sin un poco de diversión ¿Quien seria la afortunada o afortunado en ofrecerme tal diversión esta noche? De la noche a la mañana, los tramites de papeleo los cuales hacían referencia al burdel, pasaron a llegar a ser míos, nadie me conocía y lo único que pude averiguar de estar unas noches rondando por los pasillos, apareciéndome de la calle, haciéndome pasar por alguien ebrio, por algún vagabundo de parís para ver o escuchar a la gente que podrían estar comentando sobre el nuevo dueño del burdel, pero no, no oí nada ni a nadie.
Parecía haberme enterado de la nueva noticia, pero no le di mucha importancia. Me traía sin cuidado aquellos comentarios si es que algunos se comentaban por equivocación, la gente no sabia como utilizar la lengua que se les dio al nacer y tan solo la malgastan en risas, botellas de ron, vino, lujos y chismorreo en todo el mundo, para insultar a los mas débiles, para poder ir de soberbios.....Si, claro yo era uno de ellos, pero la verdad, yo sabia usarla de todas las maneras posibles en las que se podría usar aquel musculo flexible que se encontraba dentro de nuestras bocas. Me senté en el suelo, tenia un sillón aterciopelado de color berenjena, precioso pero preferiría estar en contacto con algo firme como el suelo, estaba en el ático y cruce mis piernas, para poner después mis manos sobre mis rodillas.
{かぐや...
kaguya ...
Kaguya...
落下武士のための
rakka bushi notameno
Por el samurai que cae
私の愛は死ぬ
watashi no ai ha shinu
Mi amor muere
冬の
fuyu no
en el invierno}
Palabras de dolor de mis labios salieron a la fuerza para poder liberar la carga del pasado que a mis espaldas llevaba todos los días desde aquella noche en la que me separe de ella, de la princesa de la luna. Ahora, quien sabe que estará haciendo. No sabia que pensar dado que ella todavía ocupaba mi mente y no me pude creer la reacción que tuvo, cuando le toque en ciertos lugares. Fue adorable al ver que habíamos pasado a un alto nivel de complicidad, aquella noche se quedara grabada en mi memoria para siempre, pero...no servia de nada. Tendría que hacer mas haikus para sobrellevar mi pena o irme a buscar consuelo en los brazos de alguna bella cortesana de las cuales yo, en mi despacho tenia la lista de los empleados del burdel y al azar, con mi dedo señalizo a quien me ofreciera el destino en cero-coma.
Parecía haberme enterado de la nueva noticia, pero no le di mucha importancia. Me traía sin cuidado aquellos comentarios si es que algunos se comentaban por equivocación, la gente no sabia como utilizar la lengua que se les dio al nacer y tan solo la malgastan en risas, botellas de ron, vino, lujos y chismorreo en todo el mundo, para insultar a los mas débiles, para poder ir de soberbios.....Si, claro yo era uno de ellos, pero la verdad, yo sabia usarla de todas las maneras posibles en las que se podría usar aquel musculo flexible que se encontraba dentro de nuestras bocas. Me senté en el suelo, tenia un sillón aterciopelado de color berenjena, precioso pero preferiría estar en contacto con algo firme como el suelo, estaba en el ático y cruce mis piernas, para poner después mis manos sobre mis rodillas.
{かぐや...
kaguya ...
Kaguya...
落下武士のための
rakka bushi notameno
Por el samurai que cae
私の愛は死ぬ
watashi no ai ha shinu
Mi amor muere
冬の
fuyu no
en el invierno}
Palabras de dolor de mis labios salieron a la fuerza para poder liberar la carga del pasado que a mis espaldas llevaba todos los días desde aquella noche en la que me separe de ella, de la princesa de la luna. Ahora, quien sabe que estará haciendo. No sabia que pensar dado que ella todavía ocupaba mi mente y no me pude creer la reacción que tuvo, cuando le toque en ciertos lugares. Fue adorable al ver que habíamos pasado a un alto nivel de complicidad, aquella noche se quedara grabada en mi memoria para siempre, pero...no servia de nada. Tendría que hacer mas haikus para sobrellevar mi pena o irme a buscar consuelo en los brazos de alguna bella cortesana de las cuales yo, en mi despacho tenia la lista de los empleados del burdel y al azar, con mi dedo señalizo a quien me ofreciera el destino en cero-coma.
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/10/2011
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Todo pasaba y nadie se daba cuenta. ¿Dónde está la gente? Donde están esas personas que se destacan por su criterio, por su autoridad, su labia que adquieren en sus palabras, aquellos que solo observan y juzgan sin antes conocerle como se debe. Todo era lo mismo en las calles, era perfecto desviarse en aquel lugar donde solo hay oscuridad, todos le decían un negro callejón donde las tinieblas pasean, mientras alzan los ojos y miran las fachadas en un rincón sombrío. Donde todo es misterio, donde cada quien revela sus temores y siente un poder por destruir, deseando desaparecer en ese instante de tortura al oír el ego del silencio, a veces pasea un vampiro por ahí y ahora correspondía a este vampiro, donde hace temblar la noche en la parra, donde los gusanos muerden el retoño, sienten que grazna, llamando al otoño, la hueca y hosca cigarra.
A veces suele ser una excitación perturbar a le gente. Pero es hora de iniciar el juego, hora de seguir el aroma de una cortesana. A esta hora, a este lugar acudía siempre alguien que trabaja en el burdel y ahí estaba yo levitando en lo más alto, siendo la sombra de aquella oscuridad inconfundible, inclinado sobre una pared para poder saborear el grito de la agonía.
No tardo mucho y al fin un pensamiento se vino a mi mente: ¡Oscuridad, oscuridad! ¿Otra vez tú? “Era hermoso poder contemplar el miedo, era una especie de alimentación para mi alma. Mientras ella avanzaba seguía sus huellas, de pies que bailaban hacia esta calle llena de la luna, y se detuvo en el hogar de la ramera “El burdel” Viendo atreves de esas paredes, el clamor y el movimiento, oyendo a los músicos tocando a gran volumen, como formas extrañas y grotescas, largas contorsiones arabescas que corrían sombras detrás de las cortinas, algunos tomados de la mano bailan su majestuoso desafío, y el eco de las risas era agudo y crispado.
Había dejado escapar a mi víctima, diciéndome la noche que ella no era la indicada, y es así como el viento me indico el camino adentrándome al burdel, la puerta se me abrió mientras yo seguía el paso, veía un muñeco de reloj que apretaba una amante inexistente contra el pecho, y otros parecían mirarle los senos con morbosidad… Ese espectáculo era repugnante, saliendo de los miserables borrachos que solo van con afán de insultar y demostrar quién es el mejor. Pero esa era una gran estupidez, mi rostro estaba tranquilo, serio como siempre estaba mientras mi cuerpo demostraba el paso del amor en la lujuria.
Sin decir nada mi brazo se extendió para seguir el camino con la cortesana que me recibió, siempre estaban al pendiente de mí, era extraño venir aunque el dinero es lo más importante para este negocio. Ya que no tenia de que sorprenderme. Dirigiéndome en el lugar privado donde tenía todo privilegio, me quede ahí con la copa de vino que me llevaban, y mis manos se dirigieron a unas curvas ajenas muy deseadas y esta me beso mordiéndome el labio inferior. Dejando el saludo observe a aquel joven que llamo mi atención, su perfil, su estado era algo inusual para este tipo de lugar.
Tomando la copa mirándole fijamente haciéndole un ademan de que le acompañe con una copa…Sin despejar su mirada en el con la oscuridad que se envolvían.
A veces suele ser una excitación perturbar a le gente. Pero es hora de iniciar el juego, hora de seguir el aroma de una cortesana. A esta hora, a este lugar acudía siempre alguien que trabaja en el burdel y ahí estaba yo levitando en lo más alto, siendo la sombra de aquella oscuridad inconfundible, inclinado sobre una pared para poder saborear el grito de la agonía.
No tardo mucho y al fin un pensamiento se vino a mi mente: ¡Oscuridad, oscuridad! ¿Otra vez tú? “Era hermoso poder contemplar el miedo, era una especie de alimentación para mi alma. Mientras ella avanzaba seguía sus huellas, de pies que bailaban hacia esta calle llena de la luna, y se detuvo en el hogar de la ramera “El burdel” Viendo atreves de esas paredes, el clamor y el movimiento, oyendo a los músicos tocando a gran volumen, como formas extrañas y grotescas, largas contorsiones arabescas que corrían sombras detrás de las cortinas, algunos tomados de la mano bailan su majestuoso desafío, y el eco de las risas era agudo y crispado.
Había dejado escapar a mi víctima, diciéndome la noche que ella no era la indicada, y es así como el viento me indico el camino adentrándome al burdel, la puerta se me abrió mientras yo seguía el paso, veía un muñeco de reloj que apretaba una amante inexistente contra el pecho, y otros parecían mirarle los senos con morbosidad… Ese espectáculo era repugnante, saliendo de los miserables borrachos que solo van con afán de insultar y demostrar quién es el mejor. Pero esa era una gran estupidez, mi rostro estaba tranquilo, serio como siempre estaba mientras mi cuerpo demostraba el paso del amor en la lujuria.
Sin decir nada mi brazo se extendió para seguir el camino con la cortesana que me recibió, siempre estaban al pendiente de mí, era extraño venir aunque el dinero es lo más importante para este negocio. Ya que no tenia de que sorprenderme. Dirigiéndome en el lugar privado donde tenía todo privilegio, me quede ahí con la copa de vino que me llevaban, y mis manos se dirigieron a unas curvas ajenas muy deseadas y esta me beso mordiéndome el labio inferior. Dejando el saludo observe a aquel joven que llamo mi atención, su perfil, su estado era algo inusual para este tipo de lugar.
Tomando la copa mirándole fijamente haciéndole un ademan de que le acompañe con una copa…Sin despejar su mirada en el con la oscuridad que se envolvían.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Fecha de inscripción : 23/11/2010
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Hacían mucho ruido. Ruido innecesario del cual no hacía falta alardear y de vez en cuando, el silencio, la noche, todo era necesario. Si, podría decirse que la llamada de la lujuria comenzaba a aflorar lentamente al paso que terminaba la noche, después silencio, sueños, pesadillas, cansancio, resaca muchas cosas en las que podría seguir escribiendo y escribiendo para publicar un best seller de cómo “molestar a la gente y caer rendido” Quiéreme -Pensé en la posición encorvada en la que me encontraba, un dolor en mi pecho apareció al instante como si de un puñal afilado de rubíes se te incrustara en el corazón, justo en el epicentro que babea sangre. Yo la verdad me levante con pesadez, me encontraba en una posición bastante agradable, no tenia porque levantarme si no requerían de mi ayuda.
Tome mi pipa de mi escritorio y alcé mi mirada para encontrar un niño de rubios cabellos que al parecer buscaba jugar un poco. Ninguna expresión mostré a aquel muchacho que al parecer tenia la compañía de una de mis geishas, de una de mis empleadas. Aquella mirada de la que pude deducir cierta sensualidad, parecía nada directa hacia mi persona. Cosas peores he visto o quizás cosas mejores me han pasado. ¿Aquello era alguna clase de advertencia? Aun con los pies sobre el suelo enmoquetado aparte mi mirada para dejarla ausente durante unos instantes, volviendo atrás en el tiempo y controlando las sensaciones que recorrían mi cuerpo de aquella maldición, de aquel embrujo que sufrí, de aquella noche que hizo encaminarme hasta Yomi, la tenebrosa tierra de los muertos... ¿sí? o ¿no? Ahora estaba lejos de mi princesa, aunque ahora habría muchas de ellas delante de mis ojos, pero el escudo aun no se había formado del todo.
Esa chiquilla untado con trajes negros de etiqueta, seguía mirando en mi misma dirección, no sabía qué hacer, tan solo supe que su olor era fétido. Arrugando mi nariz, aguantaba el olor de aquella persona mientras mis pies andaban en dirección a la puerta para cerrarla, impidiendo que aquella mirada me perturbara los sentidos. Los clientes así siempre iban de arrogantes...seductores sobre la vida misma. No quise ver más que aquella mirada de agua que inundo mis cinco sentidos a principios de marzo o mayo, mucho tiempo paso desde que me separe de ella-Kaguya....-aferre mis parpados a mis mejillas, forzándolos a formar una línea en mis ojos, a la vez que me agachaba en el suelo para ocultar el anhelo que sentía hacia Kaguya, a aquella princesa que parecía ser el motivo de mi dolor continuo a lo que sin poder controlarlo, mi pálida piel comenzó a cambiar de repente, dejando entrever un pelaje blanco, por mi torso que andaba oscureciéndose alrededor de unas cortas patas de pelaje negro. Mí vista en negativo, ya no tenía color, era un Úrsido de nuevo, maldición. Pude escuchar el forcejeo de una puerta ¿Quién sería? Corrí como me permitían mis cortas patas hasta el baño que había al lado de mi despacho. Como me viera alguien, como haría yo para...”Que no me viera” Diantres, esto no era nada divertido. Moví torpemente con mis patas parte de la puerta, fallaba, esto era ridículo. –Vamos-me dije a mentalmente a mi mismo para convertirme en humano de nuevo, pero, espera ¿Dónde estaban mis ropas? Mierda. Ahora estaba en un aprieto bien gordo.
Tome mi pipa de mi escritorio y alcé mi mirada para encontrar un niño de rubios cabellos que al parecer buscaba jugar un poco. Ninguna expresión mostré a aquel muchacho que al parecer tenia la compañía de una de mis geishas, de una de mis empleadas. Aquella mirada de la que pude deducir cierta sensualidad, parecía nada directa hacia mi persona. Cosas peores he visto o quizás cosas mejores me han pasado. ¿Aquello era alguna clase de advertencia? Aun con los pies sobre el suelo enmoquetado aparte mi mirada para dejarla ausente durante unos instantes, volviendo atrás en el tiempo y controlando las sensaciones que recorrían mi cuerpo de aquella maldición, de aquel embrujo que sufrí, de aquella noche que hizo encaminarme hasta Yomi, la tenebrosa tierra de los muertos... ¿sí? o ¿no? Ahora estaba lejos de mi princesa, aunque ahora habría muchas de ellas delante de mis ojos, pero el escudo aun no se había formado del todo.
Esa chiquilla untado con trajes negros de etiqueta, seguía mirando en mi misma dirección, no sabía qué hacer, tan solo supe que su olor era fétido. Arrugando mi nariz, aguantaba el olor de aquella persona mientras mis pies andaban en dirección a la puerta para cerrarla, impidiendo que aquella mirada me perturbara los sentidos. Los clientes así siempre iban de arrogantes...seductores sobre la vida misma. No quise ver más que aquella mirada de agua que inundo mis cinco sentidos a principios de marzo o mayo, mucho tiempo paso desde que me separe de ella-Kaguya....-aferre mis parpados a mis mejillas, forzándolos a formar una línea en mis ojos, a la vez que me agachaba en el suelo para ocultar el anhelo que sentía hacia Kaguya, a aquella princesa que parecía ser el motivo de mi dolor continuo a lo que sin poder controlarlo, mi pálida piel comenzó a cambiar de repente, dejando entrever un pelaje blanco, por mi torso que andaba oscureciéndose alrededor de unas cortas patas de pelaje negro. Mí vista en negativo, ya no tenía color, era un Úrsido de nuevo, maldición. Pude escuchar el forcejeo de una puerta ¿Quién sería? Corrí como me permitían mis cortas patas hasta el baño que había al lado de mi despacho. Como me viera alguien, como haría yo para...”Que no me viera” Diantres, esto no era nada divertido. Moví torpemente con mis patas parte de la puerta, fallaba, esto era ridículo. –Vamos-me dije a mentalmente a mi mismo para convertirme en humano de nuevo, pero, espera ¿Dónde estaban mis ropas? Mierda. Ahora estaba en un aprieto bien gordo.
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Todo era un juego, era como el ajedrez. Pero el ajedrez era remplazado por la ilusión. Ambos entre 16 trebejos, seductores con mirada en entrecejo, las intensiones deseosas de movimiento, figurándome a “Blancas y a Negras” veo que demuestra desvelo siendo yo el “Rey” en asedio de blancas en la solemnidad. Entre miramientos de resarcimiento y confabulación inquietándole los sentidos a nuestra ventaja porque veo que sabe muchas jugadas. Me mira sin demostrar algún interés en mi, el sabe que no deseo ser visto a menos que lo pida. Mi silencio le dice que el amor no está en vuestra disposición, es exactamente lo que deseo que imagine que todo lo que está en el es mío y lo mío es de él. Pero no todas mis jugadas sabe, veo que duda en seguir mirándome, puedo leer que me desea intensamente como deseo que lo haga. Pero aun entre jaques y remates es mi fascinación someterle.
Ojeadas entre Alfiles y Torres, seductor amante de la razón, ¡Vamos que vuestra tirada espera! Que en sigilo a mi mirada persigue con la mirada ya sediento. Pero tú siendo mi peón te intercedo que desquites cuanto deseo aguardas.
Mi mente empieza a jugar contigo. Esta ilusión empiezo a crear en ti. “Te acercas a mí con descaro y admites matarme con tus propias manos. Pero el juego apenas comienza, todo lo que se encuentra en nuestro alrededor nos mira con enfado por tal absurdo deseo en ti. Siendo yo el silencio representado solo dejo que me acaricies con éxtasis pero es hora de despertar” La ilusión termino y tú me besabas. Al abrir los ojos y al darte cuenta que estabas con la persona equivocada te alejaste rápidamente, Veo que preguntas que ha sucedido. Embozando una sonrisa discreta continúo observando pero algo me distrajo y eso ocasiono que desviara la mirada hacia las paredes, llevando el rostro al pasillo que se encontraba con suma delicia.
Mi mente se traslado a una imagen con una piel cálida, ahora todo era negro, eso era lo que más me hizo pedir seguirlo, levantándome del asiento, sentía que todos le seguían con la mirada pero este seguía ese instinto, los olores empezaron a cambiar, la aurora era mas extraña. Perdiéndome como la sombra que soy, fue fácil llegar a aquella puerta cerrada todo se oía con claridad y la puerta de un solo apretón la abrí.
Aquellos ojos guardaban cierto misterio, un ego muy profundo que atemorizaba al escucharle y saber que nada se podrá oír, la presencia bastaba para que se dieran cuenta de que ha cambiado todo en ese lugar. Pero qué ironía, quien diría que un oso estaba asustado por no encontrar sus trapos. Embozando una sonrisa donde sus colmillos relucieron con esplendido placer. Se le acerco al oso blanco y espero la reacción de este al ver que el tenia la ropa que buscaba, no era difícil saber por aquellas fragancias que eran imposibles de descartar.
Ojeadas entre Alfiles y Torres, seductor amante de la razón, ¡Vamos que vuestra tirada espera! Que en sigilo a mi mirada persigue con la mirada ya sediento. Pero tú siendo mi peón te intercedo que desquites cuanto deseo aguardas.
Mi mente empieza a jugar contigo. Esta ilusión empiezo a crear en ti. “Te acercas a mí con descaro y admites matarme con tus propias manos. Pero el juego apenas comienza, todo lo que se encuentra en nuestro alrededor nos mira con enfado por tal absurdo deseo en ti. Siendo yo el silencio representado solo dejo que me acaricies con éxtasis pero es hora de despertar” La ilusión termino y tú me besabas. Al abrir los ojos y al darte cuenta que estabas con la persona equivocada te alejaste rápidamente, Veo que preguntas que ha sucedido. Embozando una sonrisa discreta continúo observando pero algo me distrajo y eso ocasiono que desviara la mirada hacia las paredes, llevando el rostro al pasillo que se encontraba con suma delicia.
Mi mente se traslado a una imagen con una piel cálida, ahora todo era negro, eso era lo que más me hizo pedir seguirlo, levantándome del asiento, sentía que todos le seguían con la mirada pero este seguía ese instinto, los olores empezaron a cambiar, la aurora era mas extraña. Perdiéndome como la sombra que soy, fue fácil llegar a aquella puerta cerrada todo se oía con claridad y la puerta de un solo apretón la abrí.
Aquellos ojos guardaban cierto misterio, un ego muy profundo que atemorizaba al escucharle y saber que nada se podrá oír, la presencia bastaba para que se dieran cuenta de que ha cambiado todo en ese lugar. Pero qué ironía, quien diría que un oso estaba asustado por no encontrar sus trapos. Embozando una sonrisa donde sus colmillos relucieron con esplendido placer. Se le acerco al oso blanco y espero la reacción de este al ver que el tenia la ropa que buscaba, no era difícil saber por aquellas fragancias que eran imposibles de descartar.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Yo de alguna manera estaba atrapado en esta maldición que me mantenía sin ninguna salida, diablos. ¿Por qué tuve que nacer allí? Tierra de tradiciones y folklore el cual es respetado como si fuera algo sagrado de lo que no burlarse, lo que yo sentí, no era nada falso pero si respetable. El haberme fijado en ella tenía sus consecuencias, mirada tras mirada, observaba al muchacho con el paso quieto en sus ojos azules. Sonreía, maliciosamente sujetando parte de mis prendas, dándole vueltas en el aire mientras seguía acechando con su malévola mirada sobre mi cuerpo peludo. Gruñí como pude, salió un ridículo gemido, me calle para no avergonzarme, para no darme pena a mí mismo. Me callé y mantuve silencio mientras aun estaba en mi forma Úrsida. Distrayéndome un momento de aquel muchacho, me rasque detrás de la oreja, después me lamí una pata y mordí un poco de pelaje que cubría mi cuerpo. Mire con mis ojos pequeños a aquel extraño y volvía a esconderme un poco más, pero lo que pasaba era que no había mucho espacio, el baño era pequeño comparado con mi aspecto, ya no tenía más cabida ahí dentro, comenzaba a agobiarme deliberadamente dentro de aquel pequeño cuadrado de rosadas paredes y estampados de flores de lys.
Seguía mirándole a los ojos y con un movimiento complicado de mis pies, procurando no tropezar y caer en ridículo frente al muchacho, me fui moviendo en círculos, con mi trasero cerré, entornando la puerta lo suficiente para ocultar mi presencia, mi cambio de oso a humano hasta que poco a poco, el pelaje abandonaba mi aspecto, me incorporaba como el homosapiens que siempre había sido, pude ver mi pálida piel, me mire las piernas y...bueno, aquello estaba de nuevo en la mitad, seguido de una pierna a cada lado. Perfecto. Me mire en el espejo y aquella mirada fría, celeste y aquel pelo platino que envolvía mi cabeza en un tupe hecho un remolino, estaban presentes. Había recobrado mi forma humana, mi aspecto de siempre, el que debería de tener normalmente en lugar de esa forma animal para la que había sido confinado para siempre, pero, debía reconocer, que al convertirme en mis otras transformaciones, no se estaba tan mal. Ahora debería de taparme, sino causaría cierta impresión al muchacho que aguardaba tras la puerta, quien estaba en la habitación contigua, con mis ropas. Negué divertido por la situación, negué de lado a lado hasta que cogí una toalla, anudándola alrededor de mi cintura en varios dobles, Salí del baño, al encuentro para poder recuperar las telas que deberían de estar cubriéndome el cuerpo.
-Muchacho...-Estaba tranquilo. No tenía prisas por nada ni por el mismo. Caminé hasta el sillón que había detrás del escritorio, serio, sin infligir emoción alguna en mi rostro, con paso lento hasta que pude alcanzar uno de los reposabrazos, moviendo el sillón hacia atrás y finalmente asentando mi cuerpo en el asiento. Acerque el sillón con esfuerzo, mi cuerpo se quedo cerca del escritorio y este recorrido lo fui haciendo con mi mirada aun fija en el muchacho-Espero que a lo que hayas venido sea valido dado que molestas. Si quieres, te doy dos francos y te compras un par de amigos...-No tenía ganas de juego, pero al parecer ÉL sí que tenía. Abrí el cajón de mi derecha, mirando después con la mirada algún rincón en el que estuviera mí pitillera o mi pipa, entonces caí en la cuenta de que la pipa estaba en el suelo, junto con las ropas, bueno mi ropa estaría en las manos ajenas, pero mi pipa posiblemente estaría en el suelo. Busque otra y encontré la pipa de caoba, con mi nombre grabado en un kanji bastante delicado, podría decirse que había sido hecho por una mujer, por la suavidad y ligereza de las manos de una bella mujer. Sonreí irónicamente, cogí la pipa y en cuanto pude la llene de las hierbas que solía fumar y que a la vez me relajaban demasiado. Eche una calada, lenta, dejando que el humo saliera de mi boca lentamente cual dragón tras haber echado una gran bocanada de fuego. Entonces ya volví mi atención al muchacho, era uno y muy alto.
-La puntualidad es el mejor de los modales...Te repito, ¿A qué viniste?-Repetí pues quizás no me había escuchado, todo ese pelaje rubio que le cubría su calva, le tapaba los oídos y me daba rabia cuando nadie me escuchaba, cuando nadie escuchaba mis palabras. Hablaba en una advertencia, no querría convocar ningún problema dentro de mi despacho ni dentro mi cama ni en cualquier lado del burdel que ahora estaba a mi cargo. Un golpe seco resonó en la madera de la mesa, el puño de mi mano se cerraba firmemente sobre la superficie, miraba al muchacho a los ojos con una mirada ceñuda, lo bastante como para que después pudiera dejarme marca-¡HABLA!Me estaba hartando de su sonrisa burlona, me rasque la cabeza con una mano, con la otra mano acerque mi pipa a mis labios para darle otra calada y...Calma. Baje la mirada, al suelo enmoquetado para suspirar y observar la toalla que cubría parte de mis intimidades. Volvía a suspirar de nuevo, controlando aquella repentina ira que estaba aun ahí presente, con cuidado de... ¿qué? Mi mano libre deshizo el puño para después pasarla lentamente sobre mi cara, para poder ocultar y apoya la palma de mi mano sobre mi frente para poder pensar por un momento. ¿En qué? ¿En Kaguya? ¿En Kioto? ¿En mis padres fallecidos? No serviría de nada. No. No ahora.
Seguía mirándole a los ojos y con un movimiento complicado de mis pies, procurando no tropezar y caer en ridículo frente al muchacho, me fui moviendo en círculos, con mi trasero cerré, entornando la puerta lo suficiente para ocultar mi presencia, mi cambio de oso a humano hasta que poco a poco, el pelaje abandonaba mi aspecto, me incorporaba como el homosapiens que siempre había sido, pude ver mi pálida piel, me mire las piernas y...bueno, aquello estaba de nuevo en la mitad, seguido de una pierna a cada lado. Perfecto. Me mire en el espejo y aquella mirada fría, celeste y aquel pelo platino que envolvía mi cabeza en un tupe hecho un remolino, estaban presentes. Había recobrado mi forma humana, mi aspecto de siempre, el que debería de tener normalmente en lugar de esa forma animal para la que había sido confinado para siempre, pero, debía reconocer, que al convertirme en mis otras transformaciones, no se estaba tan mal. Ahora debería de taparme, sino causaría cierta impresión al muchacho que aguardaba tras la puerta, quien estaba en la habitación contigua, con mis ropas. Negué divertido por la situación, negué de lado a lado hasta que cogí una toalla, anudándola alrededor de mi cintura en varios dobles, Salí del baño, al encuentro para poder recuperar las telas que deberían de estar cubriéndome el cuerpo.
-Muchacho...-Estaba tranquilo. No tenía prisas por nada ni por el mismo. Caminé hasta el sillón que había detrás del escritorio, serio, sin infligir emoción alguna en mi rostro, con paso lento hasta que pude alcanzar uno de los reposabrazos, moviendo el sillón hacia atrás y finalmente asentando mi cuerpo en el asiento. Acerque el sillón con esfuerzo, mi cuerpo se quedo cerca del escritorio y este recorrido lo fui haciendo con mi mirada aun fija en el muchacho-Espero que a lo que hayas venido sea valido dado que molestas. Si quieres, te doy dos francos y te compras un par de amigos...-No tenía ganas de juego, pero al parecer ÉL sí que tenía. Abrí el cajón de mi derecha, mirando después con la mirada algún rincón en el que estuviera mí pitillera o mi pipa, entonces caí en la cuenta de que la pipa estaba en el suelo, junto con las ropas, bueno mi ropa estaría en las manos ajenas, pero mi pipa posiblemente estaría en el suelo. Busque otra y encontré la pipa de caoba, con mi nombre grabado en un kanji bastante delicado, podría decirse que había sido hecho por una mujer, por la suavidad y ligereza de las manos de una bella mujer. Sonreí irónicamente, cogí la pipa y en cuanto pude la llene de las hierbas que solía fumar y que a la vez me relajaban demasiado. Eche una calada, lenta, dejando que el humo saliera de mi boca lentamente cual dragón tras haber echado una gran bocanada de fuego. Entonces ya volví mi atención al muchacho, era uno y muy alto.
-La puntualidad es el mejor de los modales...Te repito, ¿A qué viniste?-Repetí pues quizás no me había escuchado, todo ese pelaje rubio que le cubría su calva, le tapaba los oídos y me daba rabia cuando nadie me escuchaba, cuando nadie escuchaba mis palabras. Hablaba en una advertencia, no querría convocar ningún problema dentro de mi despacho ni dentro mi cama ni en cualquier lado del burdel que ahora estaba a mi cargo. Un golpe seco resonó en la madera de la mesa, el puño de mi mano se cerraba firmemente sobre la superficie, miraba al muchacho a los ojos con una mirada ceñuda, lo bastante como para que después pudiera dejarme marca-¡HABLA!Me estaba hartando de su sonrisa burlona, me rasque la cabeza con una mano, con la otra mano acerque mi pipa a mis labios para darle otra calada y...Calma. Baje la mirada, al suelo enmoquetado para suspirar y observar la toalla que cubría parte de mis intimidades. Volvía a suspirar de nuevo, controlando aquella repentina ira que estaba aun ahí presente, con cuidado de... ¿qué? Mi mano libre deshizo el puño para después pasarla lentamente sobre mi cara, para poder ocultar y apoya la palma de mi mano sobre mi frente para poder pensar por un momento. ¿En qué? ¿En Kaguya? ¿En Kioto? ¿En mis padres fallecidos? No serviría de nada. No. No ahora.
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Negando con el rostro, que estúpida forma de ver a los animales. Pensó a si mismo ya que era cuestión de verle era incomodo estar de esa forma que solo mi rostro reflejaba burlas enteras. Qué forma de ser descubierto. En un sitio publico donde los rumores llegan rápidamente como susurros en el viento. Sin soltar las prendas aun jugueteando con ellas por el asqueroso aroma que desprendían aparte de la mascota que estaba libre en un sitio tan pequeño.
Mi mente tan perversa y sombría estaba, las luces eran ocupadas con un pelaje algo inusual, su brillo era algo acogedor para mis pupilas. No dejaba de embozar sonrisas descaradas. La mascota tiene una especia de pulgas. Que torpe animal era, su torpeza al moverse. Dando unos pasos hacia el otro lado sin dejarle de ver. Valla la magia se vio reluciente. Esa transformación solo la vi una vez pero con aquellos hombres lobo, esto sin duda alguna era exactamente lo mismo. Era enloquecedor burlarse de cada uno mientras la pena existía al ser descubiertos desnudos.
El tiempo estaba pausado, cruzando los brazos esperando que el menso humano saliera de esa jaula maldita. El cambio de un oso a un humano- Ahh!!, Te vez mejor como mascota…-El sarcasmo se oía a leguas, sus palabras más secas que nada, su pelaje fue desapareciendo poco a poco, se desvanecían como si el viento pasara y se lo llevara todo, y solo se mostraba a relucir una piel cálida y humeante, su piel no era como la de los demás, era pálida, mirando las piernas velludas, desviando la mirada en su parte inferior, pero solo la pierna le tapaba, su cabello revuelto y largo a la vez, no era tan diferente como animal.
Que irónico era taparse cuando le he visto todo a cierta medida, pero al fin su voz se dejo elevar en el fondo de la habitación. Posado en el mismo lugar, aun cruzado de brazos, el silencio era lo que se mostraba en su mente. Dejando que hablara, ignorando ante sus demás palabras. Que idiota se veía de esa forma. Al verle tomar una pipa era de caoba y valla. Con que se llama Irvine. Un nombre corriente para alguien común. Detestaba el olor de la hierba, pero aun se mostraba sereno. Aun podía percibir su alma más oscura.
Qué?...-Dijo molestado por su comentario, mostro la frialdad en su mirada, la oscuridad que siempre le envolvía, la vestimenta fue aventada hacia su rostro en forma de grosería y de un segundo apareció detrás de el tomándolo del cuello con un ademan de que lo estaba ahorcando. La pipa cayó de repente como el movimiento y para ser tan gozable el momento percibió la quemadura en Irvine en la piel desnuda. Su debilidad era algo que gozaba en ese momento. Nadie se atrevía a hablarle de esa forma. Y menos un imbécil como él. Que ni controlar su misma mascota puede. –Deja de ser un hombre que no te sirve para nada. Le decía cerca de su oreja donde los colmillos pasaron en su tersa piel, alzándolo del cuello donde lo aventó en la pared y de inmediato llego a tomarle del brazo cruzándolo en su espalda.- Pareces una mujer…-Le dio un golpe en la pierna- Tienes razón ahora no. Deja tu debilidad por ahora…-Soltándole. –Vamos, muéstrame lo que eres…-le estaba provocado deseaba ver al oso una vez más, o el hombre que según debía de ser.
Mi mente tan perversa y sombría estaba, las luces eran ocupadas con un pelaje algo inusual, su brillo era algo acogedor para mis pupilas. No dejaba de embozar sonrisas descaradas. La mascota tiene una especia de pulgas. Que torpe animal era, su torpeza al moverse. Dando unos pasos hacia el otro lado sin dejarle de ver. Valla la magia se vio reluciente. Esa transformación solo la vi una vez pero con aquellos hombres lobo, esto sin duda alguna era exactamente lo mismo. Era enloquecedor burlarse de cada uno mientras la pena existía al ser descubiertos desnudos.
El tiempo estaba pausado, cruzando los brazos esperando que el menso humano saliera de esa jaula maldita. El cambio de un oso a un humano- Ahh!!, Te vez mejor como mascota…-El sarcasmo se oía a leguas, sus palabras más secas que nada, su pelaje fue desapareciendo poco a poco, se desvanecían como si el viento pasara y se lo llevara todo, y solo se mostraba a relucir una piel cálida y humeante, su piel no era como la de los demás, era pálida, mirando las piernas velludas, desviando la mirada en su parte inferior, pero solo la pierna le tapaba, su cabello revuelto y largo a la vez, no era tan diferente como animal.
Que irónico era taparse cuando le he visto todo a cierta medida, pero al fin su voz se dejo elevar en el fondo de la habitación. Posado en el mismo lugar, aun cruzado de brazos, el silencio era lo que se mostraba en su mente. Dejando que hablara, ignorando ante sus demás palabras. Que idiota se veía de esa forma. Al verle tomar una pipa era de caoba y valla. Con que se llama Irvine. Un nombre corriente para alguien común. Detestaba el olor de la hierba, pero aun se mostraba sereno. Aun podía percibir su alma más oscura.
Qué?...-Dijo molestado por su comentario, mostro la frialdad en su mirada, la oscuridad que siempre le envolvía, la vestimenta fue aventada hacia su rostro en forma de grosería y de un segundo apareció detrás de el tomándolo del cuello con un ademan de que lo estaba ahorcando. La pipa cayó de repente como el movimiento y para ser tan gozable el momento percibió la quemadura en Irvine en la piel desnuda. Su debilidad era algo que gozaba en ese momento. Nadie se atrevía a hablarle de esa forma. Y menos un imbécil como él. Que ni controlar su misma mascota puede. –Deja de ser un hombre que no te sirve para nada. Le decía cerca de su oreja donde los colmillos pasaron en su tersa piel, alzándolo del cuello donde lo aventó en la pared y de inmediato llego a tomarle del brazo cruzándolo en su espalda.- Pareces una mujer…-Le dio un golpe en la pierna- Tienes razón ahora no. Deja tu debilidad por ahora…-Soltándole. –Vamos, muéstrame lo que eres…-le estaba provocado deseaba ver al oso una vez más, o el hombre que según debía de ser.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
No dio tiempo a que reaccionara, estaba contra la pared, me había mordido, pero ni esas cosas tan insignificantes me iban a permitir que dijera tal cosa, que mostrara lo que él quería hacerle ver. Una leve quemadura e insignificante desapareció de mi piel de leche, me di la vuelta empujándole lejos de mi cuerpo intentando recuperar la movilidad de nuevo, andando con prisa por la habitación, alejándome de él. Este hombre estaba loco, podría meterse en un buen lio si supiera que esta con el dueño del burdel, aunque la verdad creo que no es momento como para preocuparse por esos detalles. Volví a acercarme a ese muchacho, le cogí del cuello para estamparlo contra la pared y al mirarle a sus ojos azules, mi ira contra él paso de largo. No era ella, no era Kaguya...
Mi ceño fruncido se fue relajando poco a poco hasta que en mi rostro solo había vergüenza, repulsión hacia mí mismo y de lo que era realmente. Era un hombre, con una experiencia reciente, que aun le pasaba factura. Quise hacerle ver que no era momento para provocaciones pero el mero hecho de que los rumores podrían extenderse rápidamente si no pagaba un alto precio por su silencio, pronto tendría que dar explicaciones, no querría darlas ni soportar las burlas en el único sitio en el que me sentía seguro, en el que todavía podía descansar en paz, pero esta noche un ángel endemoniado ha venido para molestarme. Le daría su medicina.
Suspiré, abiertamente con la boca entrecerrada, como si el halito de la muerte acechara pronto en el ambiente y estuviera de mi parte, pero lo que me hizo bastante gracia es que este individuo soltaba sonrisas a las que yo respondía con cierta brusquedad. ¿Qué pasaba? Pasaba que estaba harto de que me tomaran por un chiquillo, por alguien débil y sin agallas, que me tomasen el pelo por alguien que quizás con mi edad aun no aparentaba, pero la edad estaba en las experiencias y no en el aspecto. Para divertirme le di un bofetón en aquella cara con la que sonreía, me molestaba, era fea y no pegaba con el momento-Que sepas, que esa cara no te pega...-ladee el rostro divertido, vamos ahora empezaba la fiesta-tu sonrisa merece ser borrada del mundo...-lo despegue de la pared en la que estaba y le forcé a caminar para estamparlo contra la cama.
Como ave que vuela, camine con agilidad por el perímetro del escritorio para abrir el cajón donde contenía mis materiales para poder relajarme y una de las cajas de cerillas estaba abierta para que yo mismo le hiciera lo mismo que él hizo cuando tiro la pipa al suelo. Ya estaba cerca de la cama, cerca de él, encendí una cerilla estando ya cerca de su rostro y con la mecha encendida, con la mano libre que tenia, le desabroche la camisa que llevaba puesta para hacerle una cruz en el centro de su pecho. Sonreí abiertamente cuando pasaba la cerilla por su pecho, dibujando la cruz, no una perfecta, pero una marca que la recordara por siempre.
Ya con lo que se quedo de la cerilla encendida, fue tirada al suelo después de que esparciera los restos de madera quemada por la reciente apertura en su pecho, mientras le miraba con una cara de placer que el mismo nunca se hubiera imaginado, mezclada con una sensualidad que transmitía mientras me mordia un labio como una de mis cortesanas-Oh..¿Duele?-No es que me fuera el vampirismo, pero aquello se convertía en algo excitante, algo en el que la sangre y el fuego se complementaban perfectamente como uno. Un mordisco llego a su oreja, casi hasta llegar a arrancársela, pero solo me limité a dejarlo dolorido por ciertas partes de su cuerpo. Le presente el mismo trato que él tuvo conmigo hace momentos atrás en la aterciopelada pared de flores de lys, otorgándole un golpe en su nalga para después reírme con tacañería. Una idea se me ocurrió pues esto era algo muy poco convencional a la hora de practicar sexo, y era una en la que esta noche no podía pasar desapercibida.
Mi ceño fruncido se fue relajando poco a poco hasta que en mi rostro solo había vergüenza, repulsión hacia mí mismo y de lo que era realmente. Era un hombre, con una experiencia reciente, que aun le pasaba factura. Quise hacerle ver que no era momento para provocaciones pero el mero hecho de que los rumores podrían extenderse rápidamente si no pagaba un alto precio por su silencio, pronto tendría que dar explicaciones, no querría darlas ni soportar las burlas en el único sitio en el que me sentía seguro, en el que todavía podía descansar en paz, pero esta noche un ángel endemoniado ha venido para molestarme. Le daría su medicina.
Suspiré, abiertamente con la boca entrecerrada, como si el halito de la muerte acechara pronto en el ambiente y estuviera de mi parte, pero lo que me hizo bastante gracia es que este individuo soltaba sonrisas a las que yo respondía con cierta brusquedad. ¿Qué pasaba? Pasaba que estaba harto de que me tomaran por un chiquillo, por alguien débil y sin agallas, que me tomasen el pelo por alguien que quizás con mi edad aun no aparentaba, pero la edad estaba en las experiencias y no en el aspecto. Para divertirme le di un bofetón en aquella cara con la que sonreía, me molestaba, era fea y no pegaba con el momento-Que sepas, que esa cara no te pega...-ladee el rostro divertido, vamos ahora empezaba la fiesta-tu sonrisa merece ser borrada del mundo...-lo despegue de la pared en la que estaba y le forcé a caminar para estamparlo contra la cama.
Como ave que vuela, camine con agilidad por el perímetro del escritorio para abrir el cajón donde contenía mis materiales para poder relajarme y una de las cajas de cerillas estaba abierta para que yo mismo le hiciera lo mismo que él hizo cuando tiro la pipa al suelo. Ya estaba cerca de la cama, cerca de él, encendí una cerilla estando ya cerca de su rostro y con la mecha encendida, con la mano libre que tenia, le desabroche la camisa que llevaba puesta para hacerle una cruz en el centro de su pecho. Sonreí abiertamente cuando pasaba la cerilla por su pecho, dibujando la cruz, no una perfecta, pero una marca que la recordara por siempre.
Ya con lo que se quedo de la cerilla encendida, fue tirada al suelo después de que esparciera los restos de madera quemada por la reciente apertura en su pecho, mientras le miraba con una cara de placer que el mismo nunca se hubiera imaginado, mezclada con una sensualidad que transmitía mientras me mordia un labio como una de mis cortesanas-Oh..¿Duele?-No es que me fuera el vampirismo, pero aquello se convertía en algo excitante, algo en el que la sangre y el fuego se complementaban perfectamente como uno. Un mordisco llego a su oreja, casi hasta llegar a arrancársela, pero solo me limité a dejarlo dolorido por ciertas partes de su cuerpo. Le presente el mismo trato que él tuvo conmigo hace momentos atrás en la aterciopelada pared de flores de lys, otorgándole un golpe en su nalga para después reírme con tacañería. Una idea se me ocurrió pues esto era algo muy poco convencional a la hora de practicar sexo, y era una en la que esta noche no podía pasar desapercibida.
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Lo más profundo de su ser desea gritar,
El alma grita con desespero la salida,
La tristeza ha hablado siempre con su rostro maldito
Pero ni el dolor le hace sentirse vivo.
Da igual lo que le pase, ya nada le queda
Solo el consuelo de su destrucción.
Nicolás D’ Lenfent
El alma grita con desespero la salida,
La tristeza ha hablado siempre con su rostro maldito
Pero ni el dolor le hace sentirse vivo.
Da igual lo que le pase, ya nada le queda
Solo el consuelo de su destrucción.
Nicolás D’ Lenfent
La burla, el deseo mutuo de sentir el odio por todos, el odio que ese desea que le muestre. Fijado por el pobre humano que le observaba con entendimiento y solo podía capturar la soledad opaca de las risas sínicas mostrándole la arrogancia propia de él. El loco desquiciado seguía inmóvil pero el torpe semihumano rompió la inmovilización, disfrutara todo dolor, toda agresión pero solo ganara del demente sonrisas irónicas, burlas y enloquecimiento por el placer que le está dando.
Negando con el rostro, todo era una burla para él hasta sus manos eran el motivo de sus risas silenciosas, ¡Piedra con Piedra! ¿Qué reacción tomaría? Nada, solo chocarían como tal, un trueno se escapo y la pared se desmorono un poco, que maravilloso momento parecía ser la noche que grita con desespero acompañado de esa alma sentenciada la salida de una vez. Una salida que se prolonga cada vez mas y se hace mas torturante como ahora el simple hecho de que no soportaba ni su misma presencia, por ese simple motivo desquitaba todo con los demás aunque más bien compartía el dolor.
Aun tendido en el suelo, fingiendo estar muerto ¡Ha! Estaba muerto ya, solo el sarcasmo salían de sus ojos y de esos labios mortecinos. El instinto de todo vampiro “Tortura” dominaba a ese templo vacio, con gran agilidad se levanto y seguía posando en la pared esperando el siguiente ¿sufrimiento? Permaneciente, sin gritar o llevarse la mano en la mejilla golpeada, embozando una media sonrisa seca y se la regreso con más fuerza tras oír sus palabras tontas.
Sin mostrar nada, todo había desaparecido de el, como un oleaje del viento que arrasa con todo, así se encontraba, como podía cambiar todo, le miraba sin decir nada, sus ojos se mostraron tan intensos de brillo, la provocación le crecía, la provocación del masoquismo. La textura de la cama era suave pero era incomodo y más excitante la forma de cómo llego ahí. Estirando sus brazos, mirándole. ¡Que! Que era lo que iba a hacer, deseaba apagar el deliro con eso, que estúpida idea era esa, su cuerpo se entregaba por completo al sufrimiento que iba a parecer, su mente fascinada por darse a la idea de que algo pasara, y sus ojos parecían mostrar un intenso fuego.
-¿Qué es esto?-Su voz tan sarcástica que rompía todo encanto de la acción, no deseaba terminar ese suceso así que solo espero su turno. Emitiendo un gemido excitante, a pesar del cuerpo careciente de vida pudo sentir al menos dolor, un dolor que deseaba que continuara, hace mas de 5 mil años que no sentía una maldita emoción así. Elevándolo mas a la lujuria con ese toque de mordida en la oreja que se mostraba indiferente ante eso. –Eso es todo-le musito con indiferencia mientras se miraba su cuerpo, su pecho con la señal de la burla más maravillosa. Levantándose para admirarse el cuerpo marcado, fue más grande lo que produjo que la marca, y el espíritu desvió la mirada hacia el humano acaso ¿trataba de hacer lo mismo? Que insolente muchacho, tan estúpido se veía. –Llego mi turno-le miro moviendo el rostro en negación mientras se tocaba así mismo el pecho. En un segundo apareció frente de el, cogiéndole hasta empujarlo a la pared con furia, alzandolo de de su cuello brutalmente, parecia arrancarcelo pero eso queria estaba muy furioso por todo, queria lastimar a alguien ahora mismo, que el estaba en un mal momento y sitio. Saco sus colmillos y los hundio en su pecho muy cerca de su corazony le subciono la sangre, aun seguia apretandole del cuello una muerte esplendida se veia mientras se alimentaba de el.
Negando con el rostro, todo era una burla para él hasta sus manos eran el motivo de sus risas silenciosas, ¡Piedra con Piedra! ¿Qué reacción tomaría? Nada, solo chocarían como tal, un trueno se escapo y la pared se desmorono un poco, que maravilloso momento parecía ser la noche que grita con desespero acompañado de esa alma sentenciada la salida de una vez. Una salida que se prolonga cada vez mas y se hace mas torturante como ahora el simple hecho de que no soportaba ni su misma presencia, por ese simple motivo desquitaba todo con los demás aunque más bien compartía el dolor.
Aun tendido en el suelo, fingiendo estar muerto ¡Ha! Estaba muerto ya, solo el sarcasmo salían de sus ojos y de esos labios mortecinos. El instinto de todo vampiro “Tortura” dominaba a ese templo vacio, con gran agilidad se levanto y seguía posando en la pared esperando el siguiente ¿sufrimiento? Permaneciente, sin gritar o llevarse la mano en la mejilla golpeada, embozando una media sonrisa seca y se la regreso con más fuerza tras oír sus palabras tontas.
Sin mostrar nada, todo había desaparecido de el, como un oleaje del viento que arrasa con todo, así se encontraba, como podía cambiar todo, le miraba sin decir nada, sus ojos se mostraron tan intensos de brillo, la provocación le crecía, la provocación del masoquismo. La textura de la cama era suave pero era incomodo y más excitante la forma de cómo llego ahí. Estirando sus brazos, mirándole. ¡Que! Que era lo que iba a hacer, deseaba apagar el deliro con eso, que estúpida idea era esa, su cuerpo se entregaba por completo al sufrimiento que iba a parecer, su mente fascinada por darse a la idea de que algo pasara, y sus ojos parecían mostrar un intenso fuego.
-¿Qué es esto?-Su voz tan sarcástica que rompía todo encanto de la acción, no deseaba terminar ese suceso así que solo espero su turno. Emitiendo un gemido excitante, a pesar del cuerpo careciente de vida pudo sentir al menos dolor, un dolor que deseaba que continuara, hace mas de 5 mil años que no sentía una maldita emoción así. Elevándolo mas a la lujuria con ese toque de mordida en la oreja que se mostraba indiferente ante eso. –Eso es todo-le musito con indiferencia mientras se miraba su cuerpo, su pecho con la señal de la burla más maravillosa. Levantándose para admirarse el cuerpo marcado, fue más grande lo que produjo que la marca, y el espíritu desvió la mirada hacia el humano acaso ¿trataba de hacer lo mismo? Que insolente muchacho, tan estúpido se veía. –Llego mi turno-le miro moviendo el rostro en negación mientras se tocaba así mismo el pecho. En un segundo apareció frente de el, cogiéndole hasta empujarlo a la pared con furia, alzandolo de de su cuello brutalmente, parecia arrancarcelo pero eso queria estaba muy furioso por todo, queria lastimar a alguien ahora mismo, que el estaba en un mal momento y sitio. Saco sus colmillos y los hundio en su pecho muy cerca de su corazony le subciono la sangre, aun seguia apretandole del cuello una muerte esplendida se veia mientras se alimentaba de el.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
¡Imposible! Tendría que hacer algo de inmediato. Le tuve que agarrar del pelo para tirarle hacia atrás, caí sobre el suelo, la sangre recorría mi pecho en varios hilos de sangre que en nada, aquella marca con cierta rapidez se fue cerrando, dejando dos puntos escarlatas. El dolor que por mi piel recorría en un sostenido escozor por todo mi pecho, hacia que mantuviera un ceño fruncido, mirándole fijamente a los ojos con cierto aire de ira contenida. Con este sujeto no sería algo en que perder el tiempo, solo que, acaso aquello podría divertirme un rato. Comencé a reírme un poco delante de sus narices, el juego podía continuar, pero los gritos que de repente se formaron en los pasillos me alarmaron de sobremanera que pude atreverme a salir vestido fuera de aquella habitación.
Una camisa y unos pantalones eran más que bienvenidos, para taparme. Mire hacia dentro de la habitación y me fije en aquella persona en la que había jugado con fuego-...¿te quedarás...?-pregunte con cierto aire melódico tirando ciertamente hacia lo sarcástico-...para sus-pi-rar con tu amiga la soledad?-Dije con cierta diversión al final. Caminaba con cierta actividad en mis pasos, que no me di cuenta de las miradas que me echaba la gente. De algún modo, comenzaban a tartamudear, a rumorear entre todos. Puse en mi rostro un gesto confuso que apenas se notaba mucho, me pare en seco y visualice a cada una de las personas que al parecer me habían dejado un pasillo abierto para que pasara por el. Nadie sabía de mí. Al parecer la primera impresión causa un gran asombro para cualquiera.
Seguía mirándoles con cierto aire repulsivo. No parecía que vallasen a salir huyendo, tan solo se ocupaban en mirarme con ese aire nuevo de cuando ves a alguien por primera vez. Yo, precisamente, que nunca me había molestado en moverme por aquel lugar, pero de alguna manera, me sentía raro y retrocedí hasta meterme de nuevo dentro del despacho, echando hacia atrás al sujeto con el que tiempo antes, me había entretenido un poco con la cera de una vela.
-Esto es ridículo...-Dije al contemplar en mi mente el escenario que me encontré de repente. Nadie me hablo, pero si me miraron, muchísimas para ser leídas. Ya era suficiente, miré el cuadro de aquella chica que ya no me importaba lo que le pudiera pasar. Deje de mirar y suspire caminando al sillón en el que me encontraba. Recogí la pipa que se cayó de mis labios, su ceniza yacía esparcida por parte de la moqueta. Me senté en el sillón y suspire con cierta profundidad.
Una camisa y unos pantalones eran más que bienvenidos, para taparme. Mire hacia dentro de la habitación y me fije en aquella persona en la que había jugado con fuego-...¿te quedarás...?-pregunte con cierto aire melódico tirando ciertamente hacia lo sarcástico-...para sus-pi-rar con tu amiga la soledad?-Dije con cierta diversión al final. Caminaba con cierta actividad en mis pasos, que no me di cuenta de las miradas que me echaba la gente. De algún modo, comenzaban a tartamudear, a rumorear entre todos. Puse en mi rostro un gesto confuso que apenas se notaba mucho, me pare en seco y visualice a cada una de las personas que al parecer me habían dejado un pasillo abierto para que pasara por el. Nadie sabía de mí. Al parecer la primera impresión causa un gran asombro para cualquiera.
Seguía mirándoles con cierto aire repulsivo. No parecía que vallasen a salir huyendo, tan solo se ocupaban en mirarme con ese aire nuevo de cuando ves a alguien por primera vez. Yo, precisamente, que nunca me había molestado en moverme por aquel lugar, pero de alguna manera, me sentía raro y retrocedí hasta meterme de nuevo dentro del despacho, echando hacia atrás al sujeto con el que tiempo antes, me había entretenido un poco con la cera de una vela.
-Esto es ridículo...-Dije al contemplar en mi mente el escenario que me encontré de repente. Nadie me hablo, pero si me miraron, muchísimas para ser leídas. Ya era suficiente, miré el cuadro de aquella chica que ya no me importaba lo que le pudiera pasar. Deje de mirar y suspire caminando al sillón en el que me encontraba. Recogí la pipa que se cayó de mis labios, su ceniza yacía esparcida por parte de la moqueta. Me senté en el sillón y suspire con cierta profundidad.
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Esto ya era fastidioso ¿Qué es lo que había pasado? Porque ese maldito deseo de torturarlo, ¿Por qué él? Maldita locura, maldita sed todo se estaba descontrolando. Ojos necios que no dejan el asesino adentro, todo era inútil, el asesino jamás se guardaría hasta obtener lo que desea. –Es inútil lo que hagas-lo dijo en medio gemido, su voz se sonaba muy excitante aunque su mirada negaba todo, siempre el mirar de su rostro era seco y melancólico. Pero sus cabellos jalados le prendían fuego en su interior y sin dejarle de mirar ¡Ah! como gozaba tanto, hacía años que no sentía ese deseo, estaba encendiendo algo que se había muerto, si seguía así con ese dolor que le provocaba terminaría por arrancarle su piel hasta no más poder.
¡Sangre! Solo era mínima la herida aunque el recorrido de la sangre era demasiada, necesita más las manchas en su cuerpo para que le admiren sus bellos ojos y sepan el verdadero arte de la sangre, disfruta sin cesar, no le importa su rostro ni su esencia, solo le importa su sangre tan ardiente. ¡Sonrisa! Se dibujaba en el rostro ajeno, será que sentía su muerte y regalaba el último sentimiento que libera de su rostro. Veía como se alejaba el pobre oso de su vista y allí algo en su interior se quedo inmóvil, sentía que su noche le necesitaba, la luna que se muestran en los ojos de su poeta hermoso los veía sin estar a su lado. Su presencia la veía en la espalda de ese cambiaformas al momento de retirarse. ¡No! Era el, que cerró los ojos y se dejo caer al suelo.
¡Maldita sea! Su mano se deposita en la pared formando un golpe, de nuevo el, su rostro de nuevo, y de repente borro todo, se deshizo de esa imagen rápidamente. No necesitaba saber nada, que se centro en los pensamientos de afuera. ¡Sexo, dinero, bebida! Solo eso percibía de ellos, palabras bruscas con un grado de volumen, levantándose del suelo todo había pasado en cuestión de segundos que nadie se dio cuenta y se mostro como antes. Sin decir nada escucho al miserable cambiaformas, mas palabras y de ellas proseguían mas palabras. Detestaba hablar, escuchar algo que no tenía pasión. Ya nada tenía que hacer ahí así que se levanto sin decirle nada. Llegando a su lado caminando a su alrededor, no podía retirarse que observaba su pipa, y el deseo de asesinarlo volvió, que su uña se hundió en la piel de su cuello alado de la mordida que le había liberado hace un momento. –Solo, completamente solo que no necesito cuadros para recordar a alguien, que necedad-le tomo del cuello estrujándolo con demasiada fuerza para susurrarle-Quiero desangrarte para mí-le lamio su oreja- Solo hasta entonces me iré y no te recordare-Mordiéndole el mismo fragmento que le soltó y en un segundo se puso enfrente de el. –Solo es un juego que no se te olvide. Burlándose de el por su pensamiento de hace rato, tomándole ambas piernas donde lo presiono con fuerza y sus uñas le lastimaban de igual manera- Por lo que veo solo durara un momento-se le acerco estando muy cerca de sus rostro-Eres muy débil-con descaro le susurro deslizando sus manos para adentrarse a su pantalón para dejarle marcas horrorosas.
¡Sangre! Solo era mínima la herida aunque el recorrido de la sangre era demasiada, necesita más las manchas en su cuerpo para que le admiren sus bellos ojos y sepan el verdadero arte de la sangre, disfruta sin cesar, no le importa su rostro ni su esencia, solo le importa su sangre tan ardiente. ¡Sonrisa! Se dibujaba en el rostro ajeno, será que sentía su muerte y regalaba el último sentimiento que libera de su rostro. Veía como se alejaba el pobre oso de su vista y allí algo en su interior se quedo inmóvil, sentía que su noche le necesitaba, la luna que se muestran en los ojos de su poeta hermoso los veía sin estar a su lado. Su presencia la veía en la espalda de ese cambiaformas al momento de retirarse. ¡No! Era el, que cerró los ojos y se dejo caer al suelo.
¡Maldita sea! Su mano se deposita en la pared formando un golpe, de nuevo el, su rostro de nuevo, y de repente borro todo, se deshizo de esa imagen rápidamente. No necesitaba saber nada, que se centro en los pensamientos de afuera. ¡Sexo, dinero, bebida! Solo eso percibía de ellos, palabras bruscas con un grado de volumen, levantándose del suelo todo había pasado en cuestión de segundos que nadie se dio cuenta y se mostro como antes. Sin decir nada escucho al miserable cambiaformas, mas palabras y de ellas proseguían mas palabras. Detestaba hablar, escuchar algo que no tenía pasión. Ya nada tenía que hacer ahí así que se levanto sin decirle nada. Llegando a su lado caminando a su alrededor, no podía retirarse que observaba su pipa, y el deseo de asesinarlo volvió, que su uña se hundió en la piel de su cuello alado de la mordida que le había liberado hace un momento. –Solo, completamente solo que no necesito cuadros para recordar a alguien, que necedad-le tomo del cuello estrujándolo con demasiada fuerza para susurrarle-Quiero desangrarte para mí-le lamio su oreja- Solo hasta entonces me iré y no te recordare-Mordiéndole el mismo fragmento que le soltó y en un segundo se puso enfrente de el. –Solo es un juego que no se te olvide. Burlándose de el por su pensamiento de hace rato, tomándole ambas piernas donde lo presiono con fuerza y sus uñas le lastimaban de igual manera- Por lo que veo solo durara un momento-se le acerco estando muy cerca de sus rostro-Eres muy débil-con descaro le susurro deslizando sus manos para adentrarse a su pantalón para dejarle marcas horrorosas.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Sentía como introducía la mano dentro de los pantalones. Pues vale. Cogí su rostro con la palma de mi mano para apartársela de mi rostro, con otra mano bien ya le aparte de mis pantalones agarrándole del cuello con cuidado de no desquebrajárselo aunque me daría un gusto y un placer, pero podría solamente manchar mi expediente que aun estaba limpio.
-Por dios...-Sentía como aquel agarre aun hacia palpitar el interior bajo la ropa interior que llevaba puesta, aquel “instrumento” qué bueno, pensándolo mejor se me pasaría rápidamente-Solo el débil en realidad es el fuerte de los dos....-Inste sobre su cuello para después mirarle a los ojos, ya estaba cansado a pesar de que mi cara instalaba en ella cierto fruncimiento en mis labios y algo de tensión en la mandíbula-Solo...Vete...no quiero verte ni siquiera en pintura...-Profanaba esta habitacion, me levante de aquel sillon en el que estaba sentado y en el que fui acorralado. Esto en Japón no hubiera ocurrido, simplemente, ya podria estar muertos, pudiendo haber mi verdadera forma. El era el unico ser que conocia de mi condicion por meros hechos del destino y de la torpeza que a veces ni yo mismo se controlar. En un estado de animo arrastrado y cansado para segui con mas violencia, solamente me fui alejando de él, sin quitarle ojo de encima.
Bien podría decirme que huia, pero solamente estaba preparando una contraofensiva, un ataque el cual no supe cual podria ser, pues el ya me habia demostrado la capacidad de su poder. No era debil, no era el eslabón debil de los dos. Yo tambien sabia pelear-Deberias largarte...si solo vas a molestar cada vez mas y mas...-No tenia ganas de discutir, de seguir con esto que no llevaba a ninguna parte. Quiere decir aquella persona que solamente me miraba con esos picudos dientes saliendo de su dentadura parecia querer salir, parecia querer seguir el juego de "aqui te pillo y aqui te mato" Bien, pues ya estaba llegando a mi limite, no me volveria a dejar llevar por las artimañas del individuo que podrían ser bastantes y yo mismo estar en esa desventaja. Ahora podria pensar en que hacer, en que pensar para poder hacer, pero muchas vueltas le daba a la cabeza para moverme y actuar poco. Era cierto,¿que era la vida sino una actuacion sobrevalorada?
Tonterias. La vida en si era real, el teatro era otra cosa. Por la pared fui de vez en cuando cojeando, queriendo llegar hasta la puerta, sintiendo cero temor a la posible mirada del individuo. No me importaba que mirase, yo no lo hacía.
-Por dios...-Sentía como aquel agarre aun hacia palpitar el interior bajo la ropa interior que llevaba puesta, aquel “instrumento” qué bueno, pensándolo mejor se me pasaría rápidamente-Solo el débil en realidad es el fuerte de los dos....-Inste sobre su cuello para después mirarle a los ojos, ya estaba cansado a pesar de que mi cara instalaba en ella cierto fruncimiento en mis labios y algo de tensión en la mandíbula-Solo...Vete...no quiero verte ni siquiera en pintura...-Profanaba esta habitacion, me levante de aquel sillon en el que estaba sentado y en el que fui acorralado. Esto en Japón no hubiera ocurrido, simplemente, ya podria estar muertos, pudiendo haber mi verdadera forma. El era el unico ser que conocia de mi condicion por meros hechos del destino y de la torpeza que a veces ni yo mismo se controlar. En un estado de animo arrastrado y cansado para segui con mas violencia, solamente me fui alejando de él, sin quitarle ojo de encima.
Bien podría decirme que huia, pero solamente estaba preparando una contraofensiva, un ataque el cual no supe cual podria ser, pues el ya me habia demostrado la capacidad de su poder. No era debil, no era el eslabón debil de los dos. Yo tambien sabia pelear-Deberias largarte...si solo vas a molestar cada vez mas y mas...-No tenia ganas de discutir, de seguir con esto que no llevaba a ninguna parte. Quiere decir aquella persona que solamente me miraba con esos picudos dientes saliendo de su dentadura parecia querer salir, parecia querer seguir el juego de "aqui te pillo y aqui te mato" Bien, pues ya estaba llegando a mi limite, no me volveria a dejar llevar por las artimañas del individuo que podrían ser bastantes y yo mismo estar en esa desventaja. Ahora podria pensar en que hacer, en que pensar para poder hacer, pero muchas vueltas le daba a la cabeza para moverme y actuar poco. Era cierto,¿que era la vida sino una actuacion sobrevalorada?
Tonterias. La vida en si era real, el teatro era otra cosa. Por la pared fui de vez en cuando cojeando, queriendo llegar hasta la puerta, sintiendo cero temor a la posible mirada del individuo. No me importaba que mirase, yo no lo hacía.
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Porque huye de los juegos que solo me hacen pedir gritos de sus labios, me estaba haciendo molestarle, producirle cierto dolor, mis manos querían saber que tan débil era su piel, sentir el latir de su corazón mientras se enfurece más y más hasta que pierda el control. Estaba ansiando verlo enfurecido, jugar bestia con bestia…
“No engañes con caricias, has como solo un animal lo haría” ¡Ah! Como le encantaba su indiferencia, su impaciencia lo que estaba descontrolándole de la misma manera, dejo de tocarle tras sentí la presión sobre su cuello…-Vamos, ven enséñame como eres en verdad.-le susurraba muy cerca de sus labios-Y el débil no soy yo.-le deposo un beso con descaro, solo apenas un roce…-No me veas, puedo cegarte un instante en lo que permanezco…-descaradas palabras relucían con sarcasmo, quedándose en el suelo, el mismo lugar donde permanecía…Siguiéndole con la mirada negaba con una sonrisa seca en sus labios..
Levantándose para sentarse en el sillón donde lo había acorralado antes, dejando sus manos en su nuca, y su pierna se levanto sobre la otra en forma elegante. –No es molestia lo que produzco, deberías ser agradecido de que estoy aquí mirándote, deseando enfurecerte-cerro los ojos moviendo el pie que se hallaba alzado sobre la pierna…-La forma en la que piensas es molesto, no tienes idea de lo que dices…-Sus labios no parecían moverse y sin embargo las palabras eran producidas.-Si mi intención era matarte no crees que ya lo habría hecho…-de nuevo movió el rostro negando molesto...-Huyes como una prostituta…-abrió los ojos alzando la mirada hacia el, donde le veía alejarse cada vez mas. –Podría confundirte como un cortesano más…Los mismos movimientos, palabras y esa mirada que no me das…-guardo un momento y después prosiguió- ¿A que le tienes miedo? …-se levanto de nuevo caminando hacia la puerta deteniéndose a un lado de el…”Pequeño que sabe escapara a la supervivencia, un instinto animal que solo nosotros tenemos, pero será este un instinto de muerte o que instinto será”
“No engañes con caricias, has como solo un animal lo haría” ¡Ah! Como le encantaba su indiferencia, su impaciencia lo que estaba descontrolándole de la misma manera, dejo de tocarle tras sentí la presión sobre su cuello…-Vamos, ven enséñame como eres en verdad.-le susurraba muy cerca de sus labios-Y el débil no soy yo.-le deposo un beso con descaro, solo apenas un roce…-No me veas, puedo cegarte un instante en lo que permanezco…-descaradas palabras relucían con sarcasmo, quedándose en el suelo, el mismo lugar donde permanecía…Siguiéndole con la mirada negaba con una sonrisa seca en sus labios..
Levantándose para sentarse en el sillón donde lo había acorralado antes, dejando sus manos en su nuca, y su pierna se levanto sobre la otra en forma elegante. –No es molestia lo que produzco, deberías ser agradecido de que estoy aquí mirándote, deseando enfurecerte-cerro los ojos moviendo el pie que se hallaba alzado sobre la pierna…-La forma en la que piensas es molesto, no tienes idea de lo que dices…-Sus labios no parecían moverse y sin embargo las palabras eran producidas.-Si mi intención era matarte no crees que ya lo habría hecho…-de nuevo movió el rostro negando molesto...-Huyes como una prostituta…-abrió los ojos alzando la mirada hacia el, donde le veía alejarse cada vez mas. –Podría confundirte como un cortesano más…Los mismos movimientos, palabras y esa mirada que no me das…-guardo un momento y después prosiguió- ¿A que le tienes miedo? …-se levanto de nuevo caminando hacia la puerta deteniéndose a un lado de el…”Pequeño que sabe escapara a la supervivencia, un instinto animal que solo nosotros tenemos, pero será este un instinto de muerte o que instinto será”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Pretendía seguir huyendo de aquel que bueno pudiera quitarme la vida, parecía que quería jugar a un juego de niños en el que yo no iba o no tenía ganas de jugar. Dispuse de mi paciencia para poder verle, dar vueltas sobre el piso con mis pies sin quitarle el ojo de encima. Estaba bien aplastante, se había acercado demasiado a mi persona en el que de algún modo pretendió darme un beso el cual yo me aparte a tiempo para no obtenerlo. Solo me volví a acercar a él, cogiéndole de las solapas de la camisa para estamparlo contra la pared y devolverle aquel beso que me dio tan castamente pero con el doble de fuerza.
Llevándolo casi a un extremo de pasión en el cual no llegue a indagar demasiado. De algún modo, pensé en que todo podría ser fantástico y sin hostilidad, pero el parecía poner nada de su parte, parecía complicarlo todo demasiado, me quede mirándole a los ojos para después alejarme, soltar sus ropajes y alejarme más hasta estar sentado sobre el borde de la cama.
Bien que ahora necesitaba tener a alguien, estaba a punto de desmoralizarme y arrastrarme al suelo, solo que no lo haría, suspiraba ahí estando aun sentado, me tumbe en la cama, podría ser una presa fácil, un plato servido en bandeja de plata, estaba malherido, sanándome lentamente para después suspirar tendidamente en la cama. Mire hacia un lado, ahí aun estaba aquel que se había atrevido a besarme. ¿Por qué no me gustaba su tacto? ¿Por qué me transmitía repulsión y hostilidad hacia ese sujeto?
Quizás su aspecto desaliñado o quizás su condición de vampiro o de chupasangre-Eh..Chupasangre...¿No tienes cosas que hacer?-Le invitaba a que se fuera de en medio, que se alejara de mi vista, aunque por un momento pensé en que lo haría, pero solamente conseguí al parecer aumentar sus ánimos de ego y de torearme durante unas horas más-¿No has tenido suficiente con lo de antes?-Le dije mientras le miraba a los ojos, desde la cama y eso que estaba lejos, a una distancia alejada.
Llevándolo casi a un extremo de pasión en el cual no llegue a indagar demasiado. De algún modo, pensé en que todo podría ser fantástico y sin hostilidad, pero el parecía poner nada de su parte, parecía complicarlo todo demasiado, me quede mirándole a los ojos para después alejarme, soltar sus ropajes y alejarme más hasta estar sentado sobre el borde de la cama.
Bien que ahora necesitaba tener a alguien, estaba a punto de desmoralizarme y arrastrarme al suelo, solo que no lo haría, suspiraba ahí estando aun sentado, me tumbe en la cama, podría ser una presa fácil, un plato servido en bandeja de plata, estaba malherido, sanándome lentamente para después suspirar tendidamente en la cama. Mire hacia un lado, ahí aun estaba aquel que se había atrevido a besarme. ¿Por qué no me gustaba su tacto? ¿Por qué me transmitía repulsión y hostilidad hacia ese sujeto?
Quizás su aspecto desaliñado o quizás su condición de vampiro o de chupasangre-Eh..Chupasangre...¿No tienes cosas que hacer?-Le invitaba a que se fuera de en medio, que se alejara de mi vista, aunque por un momento pensé en que lo haría, pero solamente conseguí al parecer aumentar sus ánimos de ego y de torearme durante unas horas más-¿No has tenido suficiente con lo de antes?-Le dije mientras le miraba a los ojos, desde la cama y eso que estaba lejos, a una distancia alejada.
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
“Ódiame hasta que obtenga tu cuerpo, haz que tu odio me llegue profundo para quererme asesinar” Ah! Esto era lo que aclamaba, ¿Por qué había tardado tanto? Sentía caricias tras ser azotado en la pared, gozaba como su piel apenas despertaba y sus labios agresivos sobre los labios del cuervo, a pesar de excitarse no logro que elevara el éxtasis para poder desear empujarle y llevarlo a la cama para poseerlo definitivamente, sus labios dejaron de pronto tratar de herirlo ya que este se alejaba. Moviendo su rostro de un lado a otro de forma negativa, este miserable le provocaba más con la indiferencia pero ya basta de seguir este jueguito que si seguía así aburría y perdería ya el interés y eso no deseaba, así que las piezas del juego se han cambiado, es momento de que el cuervo desprenda sus alas y desnude para alimentarse de las entrañas, tomarlo a la fuerza y hacer que le desprecie mientras copulan.
Solo un momento más, y como una pluma de una de sus alas cayo lentamente a esa suave cama, acto el cual sus ojos se mostraron nocivos, ignorando sus palabras fue aflojando la corbata de su cuello lentamente, sus manos se dirigieron a los dos principales botones de su camisa para desabrocharlos-Seré hoy un violador-musitaba furioso y a la vez sensual, encimándose en el donde con sus propias piernas mantenían sujetadas los pies de este y sus manos las sujetaba con las de él. A simple vista se podía ver que el cuervo lo acechaba, lo atacaba-Quiero que me lleves al extremo, golpéame, has lo que se te plazca este es el jugo del violador, mi juego es que tan rápido puedo hacerte un orgasmo, y quiero apostar con tu cuerpo…-le decía sobre sus labios muy cerca, el cuervo estaba muy hambriento que el pico ya mostraba, quitándole toda la ropa, su camisa, su pantalón y la ropa íntima que llevaba la despedazo tan solo con un jalón…-Nadie podrá venir a rescatarte, estoy muriendo de sed y es tu propia piel la que me hace sentir este infierno , serás mi prisionero o un esclavo…Presto atención para saber qué tan lejos se hallaban de los demás clientes y era una gran diferencia ya que la música solo era escuchada, era inútil que escucharan los gritos de su presa.
Solo un momento más, y como una pluma de una de sus alas cayo lentamente a esa suave cama, acto el cual sus ojos se mostraron nocivos, ignorando sus palabras fue aflojando la corbata de su cuello lentamente, sus manos se dirigieron a los dos principales botones de su camisa para desabrocharlos-Seré hoy un violador-musitaba furioso y a la vez sensual, encimándose en el donde con sus propias piernas mantenían sujetadas los pies de este y sus manos las sujetaba con las de él. A simple vista se podía ver que el cuervo lo acechaba, lo atacaba-Quiero que me lleves al extremo, golpéame, has lo que se te plazca este es el jugo del violador, mi juego es que tan rápido puedo hacerte un orgasmo, y quiero apostar con tu cuerpo…-le decía sobre sus labios muy cerca, el cuervo estaba muy hambriento que el pico ya mostraba, quitándole toda la ropa, su camisa, su pantalón y la ropa íntima que llevaba la despedazo tan solo con un jalón…-Nadie podrá venir a rescatarte, estoy muriendo de sed y es tu propia piel la que me hace sentir este infierno , serás mi prisionero o un esclavo…Presto atención para saber qué tan lejos se hallaban de los demás clientes y era una gran diferencia ya que la música solo era escuchada, era inútil que escucharan los gritos de su presa.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Le tenía encima mía, sujetado por las extremidades, sin poder moverme, vale, parecía haber ganado esta partida pero de cualquier modo, el perdía el tiempo-pierdes el tiempo vampiro....-Dije mirándole con cierta inquietud, deje la cabeza sobre la cama, mirando al techo que pronto fue sustituida por la cabeza y rostro del...un sádico que al parecer disfrutaba viéndome de este modo con bastante impotencia.
-Deberías buscarte una mujer que te haga ver que la vida no es solo sadismo y sangre que derramar en otros, que la vida es preciosa para tirarla en vano haciendo estas banalidades...-Conseguí deshacerme de uno de sus agarres para arrearle un bofetón, a pesar de mi desnudez, intente moverme, quitármelo de encima y así poder estar libre al menos del peso que cernía al vampiro- Tu eres un vampiro un poco raro ¿no crees? Buscando consuelo en alguien como yo...-Con una sonrisa le miraba, intentando quitarle de en medio con una mano, pero sin éxito que pudiera quitarle de en medio.
No sabía más que era un sádico, solitario y raro espécimen, sacado de un experimento fallido que ahora venía a continuar con su continua presencia delante de la mía, no quería tenerlo más delante de mí mismo, me cansaba su apariencia. Me resultaba meramente aburrido, enseguida sin venir a cuento, aquella pierna entre las mías, hizo que mi columna vertebral sintiera un escalofrió debido a que estaba cerca de mi virilidad-Agh...B-bas...taa..-no mas quería hablar de una vez pero poco a poco parecía que me era imposible decir silaba alguna por cómo me tenia maniatado con sus agarres-...agh..no...-Deslice mi mirada lejos de la de él, mirando a un lado-...-No dije nada, no tenia opción a algo más. ¿o sí?
-Deberías buscarte una mujer que te haga ver que la vida no es solo sadismo y sangre que derramar en otros, que la vida es preciosa para tirarla en vano haciendo estas banalidades...-Conseguí deshacerme de uno de sus agarres para arrearle un bofetón, a pesar de mi desnudez, intente moverme, quitármelo de encima y así poder estar libre al menos del peso que cernía al vampiro- Tu eres un vampiro un poco raro ¿no crees? Buscando consuelo en alguien como yo...-Con una sonrisa le miraba, intentando quitarle de en medio con una mano, pero sin éxito que pudiera quitarle de en medio.
No sabía más que era un sádico, solitario y raro espécimen, sacado de un experimento fallido que ahora venía a continuar con su continua presencia delante de la mía, no quería tenerlo más delante de mí mismo, me cansaba su apariencia. Me resultaba meramente aburrido, enseguida sin venir a cuento, aquella pierna entre las mías, hizo que mi columna vertebral sintiera un escalofrió debido a que estaba cerca de mi virilidad-Agh...B-bas...taa..-no mas quería hablar de una vez pero poco a poco parecía que me era imposible decir silaba alguna por cómo me tenia maniatado con sus agarres-...agh..no...-Deslice mi mirada lejos de la de él, mirando a un lado-...-No dije nada, no tenia opción a algo más. ¿o sí?
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Ecos solitarios se podían sentir en sus palabras que pasaban como caricias sobre la piel, su golpe, su rechazo eran excitaciones para continuar con este juego. ¡Ah! Que gozo se podía saborear con cada vibración que desprendían sus palabras, esa voz que viajaba por la mente pidiendo más.
Ahora se encontraba encadenado con el propio cuerpo de la muerte, las cadenas se aprisionan más a él, se sujetan de todas partes que empieza a disimular un baile sensual, sus caderas se mueven figurando espejismos, unos abismos que harán consumirlo...-Pide que te toque, que ingrese a ti como la bestia que describes. Su voz enfurecida sacando chispas de ardor por jugar con el, marcarle el dolor de varias formas y las más exquisita era tomarlo. Y esas malditas manos que aclaman agitarse al compas de sus caderas de ese modo abandona una de sus manos y de inmediato la lleva hacia la virilidad ajena donde lo presiona y comienza a masajearle, siendo una forma excesiva ya que las mantuvo bajo su propia virilidad donde se insinuaba con ese baile culminante.
-He dicho que solo deseo ser un violador, quiero saber que tan dulce puede ser….-se aferro a sus labios donde le beso con salvajismo, forzándolo a que abriera la boca y siguiera el beso o al menos se marcara lo que necesitaba el cuervo…-Anda quéjate, gimotea con repulsión, déjate venir regálame ese jugo dulce…-le modio con provocación su labio, disfrutaba pero aun faltaba para excitarse completamente. Tras esa mordida se fue deslizando por todo su cuerpo, desde su cuello hasta el abdomen donde se detuvo a jugar con sus tetillas y hacerlas sangrar un poco.-mmmm…-su lengua enredaba como un espiral el pezón, atrayéndolo a sus labios donde le presionaba para erizarlo y el ritmo fue aumentado en aquel masajeo…
Ahora se encontraba encadenado con el propio cuerpo de la muerte, las cadenas se aprisionan más a él, se sujetan de todas partes que empieza a disimular un baile sensual, sus caderas se mueven figurando espejismos, unos abismos que harán consumirlo...-Pide que te toque, que ingrese a ti como la bestia que describes. Su voz enfurecida sacando chispas de ardor por jugar con el, marcarle el dolor de varias formas y las más exquisita era tomarlo. Y esas malditas manos que aclaman agitarse al compas de sus caderas de ese modo abandona una de sus manos y de inmediato la lleva hacia la virilidad ajena donde lo presiona y comienza a masajearle, siendo una forma excesiva ya que las mantuvo bajo su propia virilidad donde se insinuaba con ese baile culminante.
-He dicho que solo deseo ser un violador, quiero saber que tan dulce puede ser….-se aferro a sus labios donde le beso con salvajismo, forzándolo a que abriera la boca y siguiera el beso o al menos se marcara lo que necesitaba el cuervo…-Anda quéjate, gimotea con repulsión, déjate venir regálame ese jugo dulce…-le modio con provocación su labio, disfrutaba pero aun faltaba para excitarse completamente. Tras esa mordida se fue deslizando por todo su cuerpo, desde su cuello hasta el abdomen donde se detuvo a jugar con sus tetillas y hacerlas sangrar un poco.-mmmm…-su lengua enredaba como un espiral el pezón, atrayéndolo a sus labios donde le presionaba para erizarlo y el ritmo fue aumentado en aquel masajeo…
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Las manos de quien parecía ser el diablo en persona me tocaba aquello que no le pertenecí, era de locos, me estaría dejando a manos de la lujuria equivocada, ahora lo veía todo, todo tenía sentido con lo que bueno no podría decir que no, pero mi cuerpo lo tenía alguien ganado, no el que osaba tocarme en este instante, no, sino aquel que vivía lejos de estas fronteras, aquel que me cautivo por primera vez en cuanto lo vi en persona en el continente nipón.
Por su hermana no estaba con él, podría haber escapado con él-¡AH! ¡Déjame!-No podría aguantarlo más, simplemente no, y en cuanto tuve oportunidad, le propine un rodillazo en su entrepierna, soltándome de su agarre que aun me tenia agarrado y preso de su fuerza. Le mire a los ojos con un cierto odio, lo aparte, tire de él de mi lado, echándome después al lado opuesto para alejarme de él-¡Esto se acabo! –Grite furioso, comenzaba a estar fuera de mi mismo, con lo que finalmente, mirándolo a los ojos, me convertí en la bestia que esperaba ser, en el animal del cual estaba marcado para siempre.
Le mire y enseguida un pelaje pardo comenzaba a surgir de mi pálida piel, sustituyéndola por una fortaleza de piel gruesa y pelaje oscuro pardo, con garras afiladas y largas que podrían cortar el torso de una persona, creciendo de mi interior dientes largos y afilados, convirtiéndome finalmente en un oso pardo de las montañas. Al fin lo conseguí, muchas veces me transforme en lo que no venía a cuento, pero por esa persona, lo que fuera. Rugí, rugí y rugí para después mirarle a los ojos con cierta fiereza.
Quería que se fuera de ese lugar. Largo. Esperaba que me hiciera caso.
Por su hermana no estaba con él, podría haber escapado con él-¡AH! ¡Déjame!-No podría aguantarlo más, simplemente no, y en cuanto tuve oportunidad, le propine un rodillazo en su entrepierna, soltándome de su agarre que aun me tenia agarrado y preso de su fuerza. Le mire a los ojos con un cierto odio, lo aparte, tire de él de mi lado, echándome después al lado opuesto para alejarme de él-¡Esto se acabo! –Grite furioso, comenzaba a estar fuera de mi mismo, con lo que finalmente, mirándolo a los ojos, me convertí en la bestia que esperaba ser, en el animal del cual estaba marcado para siempre.
Le mire y enseguida un pelaje pardo comenzaba a surgir de mi pálida piel, sustituyéndola por una fortaleza de piel gruesa y pelaje oscuro pardo, con garras afiladas y largas que podrían cortar el torso de una persona, creciendo de mi interior dientes largos y afilados, convirtiéndome finalmente en un oso pardo de las montañas. Al fin lo conseguí, muchas veces me transforme en lo que no venía a cuento, pero por esa persona, lo que fuera. Rugí, rugí y rugí para después mirarle a los ojos con cierta fiereza.
Quería que se fuera de ese lugar. Largo. Esperaba que me hiciera caso.
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Re: Tu y yo. Nadie más. [Nicolas]
Se rehusaba a soltarle-No entiendes que seré tu infractor. –Forzándole, sujetándole fuertemente el cuerpo, sintiendo aquella rodilla como un despreciable odio que le incitaba a continuar, su fuerza era tan ilusionista que sus golpes eran como caricias que el vampiro esperaba, quería mas de el, y si esa era la forma de que le provocara lo haría.
¡Maldición! Por presionar con fuerza su miembro y verle el rostro no se fijo de sus manos, que cayó a su lado y le miro molesto, nadie podía hacer eso, no, se enfado demasiado que al verle hecho el animal que era, se enfureció mas, dejando que el fuego de la rabia le dominara el interior. –Solo yo sé cuando esto terminara, y apenas comienza esto.- decía con la voz más peligrosa que un trueno pero sin perder el toque de su sensualidad, levantándose de inmediato, apretando el puño al ver su pelaje, al ver como se transformaba-Hare que te vuelvas ese miserable humano o te destrozare como sea, has despertado las ganas de deformarte. –Se fue tras él, presionando las uñas en su pelaje para lastimarle, presionándole del cuello, y con sus piernas presiono en el lomo para obligarle a transformarse en ese imbécil humano que quería.
Pero la tentación llego, sus colmillos relucieron vilmente y fueron clavados alado de su cuello, con ira estrujo, sintiendo el asqueroso pelaje en su boca que soporto el sabor a humedad, ese apeste que recorría ahora en sus labios. Con más profundidad y brusquedad desprendió otra mordida, manchándose de su sangre y sonrió al ver el pelaje teñido de color brillante y rojizo, sin liberarle.
¡Maldición! Por presionar con fuerza su miembro y verle el rostro no se fijo de sus manos, que cayó a su lado y le miro molesto, nadie podía hacer eso, no, se enfado demasiado que al verle hecho el animal que era, se enfureció mas, dejando que el fuego de la rabia le dominara el interior. –Solo yo sé cuando esto terminara, y apenas comienza esto.- decía con la voz más peligrosa que un trueno pero sin perder el toque de su sensualidad, levantándose de inmediato, apretando el puño al ver su pelaje, al ver como se transformaba-Hare que te vuelvas ese miserable humano o te destrozare como sea, has despertado las ganas de deformarte. –Se fue tras él, presionando las uñas en su pelaje para lastimarle, presionándole del cuello, y con sus piernas presiono en el lomo para obligarle a transformarse en ese imbécil humano que quería.
Pero la tentación llego, sus colmillos relucieron vilmente y fueron clavados alado de su cuello, con ira estrujo, sintiendo el asqueroso pelaje en su boca que soporto el sabor a humedad, ese apeste que recorría ahora en sus labios. Con más profundidad y brusquedad desprendió otra mordida, manchándose de su sangre y sonrió al ver el pelaje teñido de color brillante y rojizo, sin liberarle.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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