If I cannot inspire love, I will cause fear! | Relaciones de Dragos

If I cannot inspire love, I will cause fear!

La mayoría de los que tienen la suerte o desdicha de conocerlo en persona han llegado a la conclusión de creer que está loco. Pero ninguno de ellos tiene en cuenta el hecho de su origen, de la mala (o buena) suerte que tuvo al haber nacido en un siglo completamente distinto a estos tiempos actuales, donde poco se conocía de modales o de piedad a la hora de castigar a los oponentes o a quién fuese que se te cruzara en el camino estorbándote. ¿Crees que el año 1800 es bastante estricto y carente de compasión a la hora de castigar a quién se lo merece? No conoces nada, no sabes nada de la vida.

De ser otra época, Dragos estaría muy a gusto peleando en una batalla antigua, soltando hachazos, sin la mínima culpa impregnada en el rostro. Pero los tiempos han cambiado y él también lo ha hecho; pese a que en esencia siga siendo el mismo de siempre. Las vueltas de la vida, los acontecimientos que se han cruzado en su camino, todo eso han ido moldeando su carácter y podría decirse que un poco para bien. No puede negarse que fue un hombre cruel y atroz, carente de sentimientos, de culpas, un hombre sádico pero sobre todo sanguinario. Pero la vida se encargó de moldearlo, aunque en el fondo sigue siendo el mismo. Aún conserva la esencia de ese sanguinario guerrero que no dudará en sacar cuando sea pertinente, la esencia de "Dragos, el guerrero" como era conocido en su época humana. Tuvo que adaptarse con el paso de los años, aprender las nuevas costumbres y dejar atrás a ese hombre de antaño para convertirse en uno moderno y actual. Hoy en día lejos ha quedado la apariencia de ese bárbaro que fue en épocas remotas, es un hombre con clase y aprendió de modales, incluso un poco de sensibilidad. Siempre te hablará de manera cortés, haciendo énfasis en todo eso aprendido con el transcurso de los últimos años, pero el que lo haga no significará siempre que seas santo de su devoción o que te hayas ganado su simpatía. Es muy desconfiado por naturaleza y eso provoca que siempre te tenga en la mira, que te analice y que intente sacar conclusiones acerca de ti a partir de tus movimientos e incluso la forma en la que te expreses. Siempre tendrá los ojos clavados en tus gestos, atento como si fuese un felino cazando a su presa. En ocasiones hace uso de sus poderes vampíricos tales como la persuasión, habilidad que utiliza para acercarse a ti y así poder analizarte más de cerca y sin que tú tengas una mínima sospecha.

Cuando se molesta toda esa careta de hombre culto y educado se hace añicos, en un abrir y cerrar de ojos sale a la luz ese demonio interior que es capaz de calcinar una ciudad entera. Es digno de temerle en ese estado, sobre todo es importante decir que es muy rencoroso y si le haces una, dos o tres serán las que le pagues y de la manera más horrible que tu mente carente de imaginación pueda imaginar. Cuando siente rabia hacia alguien o algo no siente remordimientos ni hay poder humano o inhumano que lo frene, podría romperle el cuello en treinta pedazos a cualquiera en cuestión de segundos, no importando si es hombre o mujer, de cualquier edad, probablemente a los infantes es quién más les tiene consideración; pero pocas veces se muestra compasivo, eso dependerá de sus día y de su situación.

Ya no es un vampiro malvado cuya única meta en la vida es la destrucción o la matanza, pero tampoco es un santo que vaya por la vida predicando el amor y respeto al prójimo. Él actúa según sus intereses, nunca ayudará a nadie si no se lo merece ni por algún acto de filantropía. Jamás actuará por caridad o simple sensibilidad humana, por que no, ya no es humano y ni cuando lo fue tuvo este tipo de actos, ¿por qué habría de hacerlo ahora? Para él no existen las acciones sin dobles intenciones, en absoluto. También puede que se muestre leal con sus aliados, quizás les de la impresión de tomarlos en cuenta a cada paso que da, pero en el fondo poco le importan. Las únicas personas importantes en este mundo son tres: él, él y finalmente él.

Odia que lo desobedezcan y eso lo sabe cualquiera que le conozca, están plenamente concientes de que si las órdenes de Dragos no son cumplidas o las cosas no salen como espera, es mejor no aparecerse o simplemente desaparecer de la faz de la tierra antes de que él se encargue de hacerlo con sus propias manos. En situaciones como esas es cuando más sale a relucir el bárbaro que lleva dentro, es cruel y duro como el hierro que forjó alguna vez su espada. Podría arreglar cualquier cosa asesinando a quien tenga enfrente, pero en ocasiones prefiere aparentar ser un hombre diplomático que intenta llevar a cabo un diálogo y posteriormente un debate del que planea siempre ser el triunfador. Jamás tolerará que lo humillen o pretendan hacerlo quedar como un imbécil, por que de ser así sería la última cosa que haría la persona en cuestión. La venganza es su platillo favorito y frío le sabe mejor. Probablemente resulte irónico, pero así como en ocasiones no controla su ira y hace que arda Troya, en otras prefiere guardar la ocasión para después, dándose el tiempo necesario y justo para arremeter en contra de sus oponentes de manera inteligente y precisa. Siempre está sonriendo pero pocas veces lo hace con verdadero interés, da más la impresión de ser una especie de costumbre que tiene.

Nunca ha sentido el amor verdadero, o al menos no que él lo recuerde, pero sí ha habido personas muy importantes en el transcurso de sus años, una en especial. No es partidario de cosas como el romanticismo o la delicadeza y no es que tenga algo contra ellos, es que simplemente no forman parte de su ser, rara vez ha llegado a salir a flote en el cosas como esas. Pero por otro lado los placeres carnales siempre han sido de su completo interés; la lujuria es parte indispensable en su vida; las mujeres son probablemente el único ser en la tierra a las que aún les tiene un mínimo de respeto y cree que son realmente necesarias. Le fascinan las mujeres extrovertidas, apasionadas, salvajes; aunque no puede dejar de admitir que las que son sumisas y virginales tienen su encanto. Cuando alguien le interesa hará lo que sea por él o ella, lo protegerá de su propia sombra. Es extremadamente posesivo y celoso, cuando nombra a una persona como parte de su propiedad hará lo que sea para alejar a cualquiera que quiera interponerse en su camino. No es alguien que se de por vencido fácilmente y por lo tanto esta característica suya lo hace ser también bastante terco y testarudo.

Hace tiempo que perdió el rumbo de su vida, no sabe a donde va o cual es su meta en su eterna vida. Esto lo ha hecho confundirse en varias ocasiones y probablemente sea la parte fundamental que hizo que dejara atrás al bárbaro, las muertes injustificadas, la sangre en exceso. Más de una vez quiso cambiar y tomar las riendas de su vida, pero de ahí a que lo haya logrado todo resulta dudoso. Dragos es un vampiro lleno de contrastes, de eso no te quede duda. Mientras más le conozcas, menos sabras de él.