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Oh Señor de las mentiras, mendigo de otras vidas, duque del vicio y del dolor..........[AETOS] 2WJvCGs


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PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?



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Mensaje por Treelia Floretti Brüner Dom Oct 23, 2011 12:23 pm

Cantos del silencio rodeaban aquella noche entre las tumbas del cementerio, caminando iba mi alma entre aquellos cuerpos sin vida. Rodeada con la visión de la tela de araña sobre un encaje de azabache que cubría el moño de mis cabellos de cobre. Ojos secos de lágrimas miraban fijamente las tumbas de mis padres, los señores Floretti, ellos que son difíciles de sustituir con el paso del las hojas del calendario. En silencio estaba sin profanar palabra alguna, sola y envuelta en un vestido negro de cuello hasta los pies, para seguir de pie durante unas horas más. Un ramo de rosas rojas con una pequeña corona de laurel, yacía sobre ambas tumbas que estaban separadas, pero lo bastante juntas para imaginármelos de una manera tierna y adorable.

Cogí un pañuelo de mis mangas largas y me limpie el rostro que volvía a estar lleno de lagrimas. Gimoteaba de nuevo, una y otra vez al recordarles en aquellos días en los que teníamos el negocio abierto, podíamos haber llegado muy lejos-Padre...madre. Podríamos haber ido lejos con el negocio...-Me acerque dos pasos hasta que mis rodillas rozaron con la tela del vestido viéndose detenida por la tumba de piedra-Dime... ¿porque estoy sola?-Mi voz estaba temblando y el dolor en mi corazón crecía cada vez más, tenía tendencia a decaer en cuanto los latidos de mi corazón comenzaban a desbordarse de su ritmo normal.

Ya comenzaba a sentir el vaivén de las pulsaciones aceleradas, haciendo que... ¿Cómo había llegado al suelo de repente? ¿Quién era aquel hombre a contra luz que me miraba o que estaba mirando? Hice un esfuerzo en querer tocarle, pero no podía, no tenía fuerzas en mi cuerpo, notaba como mi corazón latía rápidamente en un esfuerzo de querer escapar a algún peligro ¿Cuál? No supe de ningún peligro hasta que el hombre dejo de mirarme y pude ver que me mostraba un pañuelo blanco, mojado con alguna sustancia. ¿Me habían adormecido con algún anestésico y no me di cuenta? ¿Qué querían de mí? No lo supe hasta que tiro el pañuelo, me cogió de una de mis delicadas muñecas y en cuanto pude oler su aroma a alcohol, supe lo que quería, me quería a mí, mi cuerpo. Yo ahora no estaba en condiciones de ofrecer mi cuerpo a las órdenes del placer, estaba cansada, me pesaba el cuerpo y la verdad no quería hacer mi trabajo ahora. Quería alejarme del cementerio y volver a mi cama, donde descansaría plácidamente entre sueños bonitos. Al ver que no reaccionaba, me tiro al suelo, ya nada podía hacer en ese estado así que solamente me deje llevar-¡¡¡AAAaaaaaaaaaaah!!!-Grite de dolor al notar que mi hombro colisionaba contra el suelo de piedra, haciendo un feo rasguño en mi pálida piel. Diablos...me iba a matar. Mire al hombre que se alzaba como un gigante delante de mí, yo cual duendecillo indefenso sin saber qué hacer, tan solo podía pedir ayuda a quien nos miraba desde arriba ¿A dios? ¿a quién? ¿Quién había arriba? ¿Había alguien que siempre nos vigilaba?

Hace varias noches que sueño con lo mismo una y otra vez, yo en peligro...

Necesitaba ayuda enseguida. No quería ser asesinada aquella noche en el lago, pero me encontraba en el cementerio el cual...pude oler a mar. ¿Estaría cerca de un lago? El hombre enseguida se coloco encima de mí, pataleaba debajo el hombre, de aquel ser el cual tuvo el error de drogarme, pero no era un vampiro, me dejo tirada en el suelo del cementerio y me lleve una bofetada para que me calmara, lo cual hizo el efecto que quiso pues me había callado, pero seguía queriendo escapar para pegarle ahora a él. Le miraba con terror en mi rostro. No sabía qué hacer. ¿Ahora qué? No sabía qué hacer...Mire hacia el amplio cielo estrellado, le mire a él, un hombre joven, pero sediento de sed, mostrándome esa dentadura los cuales se les caracterizaban a esos seres. Se echó encima mía, abriéndome de piernas y se puso entre mis piernas antes de...¡NO! ¡Basta! Yo no fui, pero una rama cerca de una de las tumbas, yacía cerca de mi alcance, cogí con torpeza el trozo de madera y le aticé como pude en donde sea que le hubiera dado. Escuche su grito, yo grite al ver que mi sueño, se estaba cumpliendo de verdad. Aquel hombre era un vampiro.
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Mensaje por Aetos Vie Nov 25, 2011 10:25 am

¿Seguro? -silencioso como un cazador se posicionó tras un árbol, un espíritu especialmente útil le estaba guiando hacia un vampiro que estaba cometiendo un crimen-el policia me habia pedido la ayuda pero...- “tu aceptaste” dijo el espiritu mientras arqueaba la ceja, la forma del ánima que ayudaba al brujo era peculiar, tenia forma de animal y de humano al mismo tiempo, en vez de brazos tenia alas, en vez de piernas reptaba con una cola, la cabeza y el torso eran de un humano pero sus labios eran viscosos, tenia un ojo salido de su cuenca sangrando continuamente mientras el otro como un camaleón se movia de varios modos para abarcar todo el territorio, podia volar o reptar e incluso le habia salvado de la condena del infierno, porque habia matado a muchas personas...lo necesitaba, habia hecho un contrato con él, le ayudaria a cazar a un vampiro violador y asesino y el brujo a cambio le daba el descanso eterno sin preocuparse por donde acabase o a quien mataba en el momento. Le habia llevado muchos problemas porque sin duda el espiritu de un asesino era dificil de aplacar- no me repliques - “solo te dije la verdad” siseo moviendose con rapidez inhumana recorriendo el bosque, volvió a los pocos segundos “tiene a una humana le hemos pillado cazando”-

Hm no se si sea una suerte no quiero que me hechen la culpa ya sabes como son – indico con un movimiento de mano que le indicase el camino, se movió de la misma forma pausada y elegante como si más que seguir a alguien estuviera andando por un sitio que conocia muy bien aunque despues de todo era eso mismo lo que estaba sucediendo, ya conocia muy bien el lugar donde estaba encontrandose por ende no tenia ningun problema en continuar hacia delante. Los sonidos, los jadeos, los fantasmas estaban revolucionados y eso solo sucedia cuando algo estaba alterando el ritmo tranquilo del cementerio, algunos disfrutaban otros se escandalizaban u habia quienes pasabanpor altotodo y se disponian a seguir haciendo sus vidas de muerto. Los cabellos del brujo escondieron su rostro debido al flequillo especialmente, suspiró entonces cuando olió en el aroma la sangre seca-

Huele a él -repitio “a vampiro” aclaró el ánima- si eso – estaba irritado, le gustaba actuar a solas y cuando tenia sus espiritus guardianes normales no solian hablar demasiado incluso a su guardian favorito aetos tenia que hacerle hablar porque era el mas silencioso de todos, en cambio éste solo hablaba dejando que su voz aguda y ronca irritase al mismo Aetoa quien pocas veces dejaba que su ser se perjudicase con semejante alboroto, el viento hizo temblar las hojas de los árboles, se escuchaban las traicioneras voces de la hojarasca cuando pasaba el brujo, si, era ese vampiro, estaba sobre una mujer la cual a duras penas podia defenderse ¿le habrian drogado? Según tenia entendido se encontraba en las victimas anestesiante pero lo dudo en esos momentos porque la muchacha que tenia las piernas forzadamente abiertas (aunque luchando y por los movimientos del vampiro se veia que lo tenia dificil) no estaba medio dormida ni tampoco estaba demasiado bien en sus movimientos- Ve a por el

-El espiritu rió y reptando con rapidez (al ser espiritu era invisible tanto para la mujer como para el vampiro, solo aetos podia verle ) se lanzó sobre el vampiro. Lo que no sabian muchos era que depende de la fuerza del espiritu el daño seria mayor, muchos creian que por ser fantasmas los daños nunca se llegarian a dar lo cual era una semejante estupidez pues ¿no asesinaban los fantasmas a personas? Éste dejo que su pico se clavase directamente en el cuello del vampiro. Mientras Aetos colocando las manos en los bolsillos preparando su estaca vió el espectáculo, el cuello del vampiro empezaba a sufrir los picotazos, la sangre seca o la piel blanca intentando regenerarse cubria de venas el rostro de aquel hombre, despues las extremidades fueron aplastadas con la cola de aquel espíritu. Aetos no dudó ningún segundo en cuando estaba tirado en el suelo clavar una estaca justo al corazón. El cuerpo del vampiro con un gemido sonoro se desvanecio convirtiéndose en polvo. Escuchó la carcajada triunfal que dejó al exterior el ánima y como se quedaba rodeando a la mujer y a Aetos, la miró por unos momentos sopesando como estaba-¿Te encuentras bien? - “¿tu la ves bien?” dijo obviamente el espiritu mientras aetos con un movimiento de mano obligó a que el ánima se desvaneciese, finalmente silenciando su exterior-
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Mensaje por Treelia Floretti Brüner Lun Nov 28, 2011 8:00 am

Intrigantes eran aquellas sombras que se acercaron, depredador que estaba encima de mí, ahora la está siendo atacado con su medicina. Al final del todo, el hombre que andaba encima de mí, estaba recibiendo su merecido de alguna manera. Mientras, yo seguía zafándome de su nuevo agarre en mis muñecas, intentando salir de aquel embrollo que por el rabillo del ojo pude ver a un hombre en las sombras, con la mano en alto preparado para algún ataque, pero lo que mis ojos vieron en los tonos carmesí de aquel vampiro, hicieron que se reflejara un recuerdo atroz, vi a mi misma frente a la tienda demolida y llena de polvo por doquier, mi mirada no podía apartarse de aquellos ojos carmesí, pero mi alma gritaba en rebeldía por salir de allí. Las lagrimas, frías y agiles resbalaban por mis mejillas, aterradas escapaban silenciosamente para después parar al suelo. Mi grito ahogado salió como un chillido infantil-Basta...-mis labios consiguieron pronunciar, pero otra imagen apareció dentro de mi mente, él vampiro quería que yo muriera con él, pero aquella aterradora imagen que vio mi subconsciente, fue el último que me mostro antes de ser alcanzado por el hombre que clavo una diente de madera en mitad del corazón de aquel ser.

Caí abatida boca arriba, mis pulsaciones por primera vez las notaba vivas en mi piel, parecía que se iban a salir de mi cuerpo al igual que mi corazón. El cuerpo de aquel vampiro se esfumo en el aire como si fuera arena entre mis manos, se fue, desapareció convirtiéndose en polvo, para no volver jamás. Eso esperaba, porque esta noche, yo tan solo había venido a rezar por el alma de mis padres que esperaba que estuvieran en paz, que estuvieran en aquel lugar etéreo el cual llamaban paraíso, pero en cambio, la noche era demasiado esporádica para decidirse con algo en concreto. Jadeaba ligeramente hasta que poco después puse la mano en mi pecho, intentando calmar los espasmos leves que llegaban incitando a una respiración mucho más acelerada. Una voz escuché, mire a todos lados para ver de quien se trataba y no vi nada más que al hombre que ahora se había acercado un poco-S...sí...-Trague saliva al sentirme un poco cargada, mis piernas parecían haber cogido el peso de un yunque, haciendo que estuvieran planas al suelo, mi cuerpo por consiguiente, reacciono igual, llevándome a estar finalmente respirando con normalidad.

La frente perlada de sudor seque con un pañuelo que salió de una de mis mangas del vestido negro de encaje. El Velo de rejilla oscuro aun parecía no moverse después del ajetreo que hubo hace varios minutos de mis cabellos de cobre, me molestaba, con cuidado, pero sin fuerzas, se quedo colgando meramente de mis cabellos hasta que de algún modo cayó por si solo rodando por el suelo de verde oscuro que rodeaban aquellos cercanos campos al cementerio. El joven...sí, era joven, muy apuesto y con un aura de misterio a su alrededor que extrañamente hizo que una de mis manos rozara la tersidad de su piel-Gra....cias...-Entrecortadas palabras que no fluían a causa del reciente acontecimiento, había salido ilesa, pero imagine que pudiera haber salido mucho peor, podría haber muerto. En cualquier caso no estaba hecha para este mundillo parisino, no parecía sentirme de este lugar-¿estás her...trague saliva y una sensación a arcadas comenzó a importunar la situación, intente alejarme unos centímetros, pero para entonces la sensación había desaparecido-¿Estás herido?-Tenia la mirada gacha, otra torpeza mía, ya habría hecho un redondo a la noche.

Ahora, lo que pasaría que él me ayudaría o no a levantarme. Era...yo era quién tenía que ser fuerte, no podía seguir huyendo, pero no era lo suficientemente mujer como para demostrarlo. Intente levantarme lentamente, despacio, estirando las rodillas pese al estrecho vestido que cubría parte de mi piel, estaba casi de pie, cuando de nuevo mis fuerzas fallaron y ahora podía volar. Vi como mis rodillas no tocaban parte del suelo, pero algo a mis espaldas noté que era duro, plano. Fruncí el ceño y mire para calmar mi curiosidad, pero ah no, no estaba volando. Las personas no vuelan, si no, se ayudan las unas a las otras. Parecía una tonta, débil y con el rostro de siempre de leche. Me recomponía en el suelo, no quería que nadie me ayudara, gatee como mis fuerzas me daban ánimos para continuar, pero enseguida caí, rendida y sin el apego de mostrar más ganas de seguir.
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Mensaje por Aetos Miér Dic 28, 2011 1:50 pm

-Los héroes son los que caian primeros, incluso con sus caballos flamantes eran los que caian despues de unos golpes, no se podía confiar en la divinidad ni siquiera cuando esta parecia fluir en tus venas, quitar la vida de otros te daba un aspecto de salvaje dios que bueno o malo eso no importaba...ahora esa chica parecia verle como una especie de salvador al que aferrarse algo tangible que le habia salvado de lo que anteriormente se conocia como una jodida leyendas ¿Vampiros? que eran sino un producto de una mente productiva que parecia haberlos convertido en realidad, la tierra parecia glorificarse o llorar por el muerto que debería de haber estado enterrado hacía tiempo, miró a la mujer e incluso agradeció que aquel espíritu se hubiera desvanecido, era un espíritu cruel...estuvo tentado a decirle que él no habia movido ningún dedo pero ¿De que serviria? ya debia de estar con el shock suficiente de aquel vampiro, el sudor que habia en su frente lo revelaba, la sequedad de su garganta o los movimientos torpes parecian ser de utilidad nula en esos momentos, quiso decir "mujer, levantate" pero era obvio que solo serviría para una molestia más.

Intentaba levantarse como un cervatillo dando sus primeros pasos, torpe, frágil...ya sabia porque vampiro la habia escogido, se notaba simplemente que era alguien a quien podias atraer con un solo movimiento aunque el no era machista comprendia que los vampiros débiles y cobardes preferian a las mujeres pues oponían menos resistencia dependiendo de su fisonomia, la mano derecha de Aetos se quedó en sus caderas mientras la otra parecia balancearse con un aire invisble que lo movía con suavidad, un caballero la habría ayudado pero él era solo un hombre, un brujo capaz de tener espíritus fuertes a su lado...negaria si algunas veces no se habia creido un dios pero ese pensamientos desaparecía ante las náuseas de ser uno, siempre llegaban tarde y no servían para nada, al menos el planeaba ser útil para él mismo-

No, no estoy herido - no pudo aguantar mas aquella visión y la tomo con fuerza por el brazo para levantarla, le miró a los ojos fijamente para que no replicase mientras sus labios se humedecian con el tacto de su lengua, al final coloco su mano más firme en los brazos de aquella mujer sin oponer demasiada fuerza, una cosa era levantarla otra tratarla vejatoriamente como habia hecho el vampiro- apoyate en mi, el orgullo en estos momentos no sirve de nada, si quieres demostrar algo, demuestrame que cuando necesitas ayuda al menos la tomas - su voz sonaba ronca y masculina al mismo tiempo, firme y sin vacilación como solía mostrarse ante la inquietud del cementerio, era gracioso como siempre habia pensado que el unico lugar donde casi no veia muertos era donde se suponia debian de estar, en el cementerio. Desvió su vista de las tumbas para centrarse en lo que podia usar de asientos, ignoro los pensamientos de la fémina llevandola hacia un tronco de árbol que parecia recientemente cortado, la sentó alli dejando sus brazos cruzados mientras su vista era hacia ella, su flequillo continuaba inmerso en la quietud aunque a veces se sorprendia meciendose de un lado a otro sin estorbar al brujo- Descansa -era más una orden que una sugerencia-
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Mensaje por Treelia Floretti Brüner Sáb Dic 31, 2011 5:21 am

Parece que ya me encontraba mucho mejor. El apoyo de aquel hombre que me ayudo, parecía haberme reconfortado bastante y ya algunas de mis fuerzas, al parecer habían vuelto a mi cuerpo. Sinceramente, creo que debería ocuparse de otras personas, que de mí misma. Ladee mi rostro en cuanto me ordeno que descansara, si, pero... ¿después que pasaría? No lo supe bien pues la verdad, ahora todo estaba en silencio, me inquietaba la situación. Desearía volver a la tumba de mis padres, pero aun mis piernas aun no recobraron su estabilidad, mire al hombre que me miraba con los brazos cruzados y entonces, con algo más de ganas, le imite divertida-¿Por qué tan serio? –Le dijo esbozando un fruncimiento de labios que después los brazos cayeron débiles sobre mi regazo. Una cosa de la que me di cuenta, es que pude haber controlado el asma, no tenía mi inhalador, pero al respirar poco a poco y con la seguridad que me brindaba este hombre, parece que me dio más confianza para mí misma.

Él era extraño la verdad y yo no era una excepción-Muchas gracias....por salvarme...-le mire a los ojos, estaba en contraste con la bella luz de la luna y por su rostro se mostraba n las sombras de pies a cabeza, mi mano se puso al lado para hacerle ver que quería que estuviera a mi lado, para verle mejor aquel rostro, para decirle gracias a algún rostro visible, rociado por la bella luna que nos brindaba esta noche. De algún modo, la melodía del silencio era apaciguadora, me pareció escuchar la melodía de algún piano, pero era algo más que una ilusión, cerré mis ojos para escuchar lo que me decía el viento, respire tranquila y mire al hombre que parecía estar de pie, mirándome de algún modo.

-Siéntese...creeré que es alguien sobrenatural al no encontrarse cansado después de tal pelea con un vampiro....-baje mi mirada pues no sabía si hacia bien en decir tal cosa, me ruborice y entonces comencé a observar las lapidas que se postraban silenciosas y en fila cada una. Era inquietante, pero a la vez era armonioso como todo estaba en su sitio. No en todos sitios, al menos, no en su corazón. Mi nariz de repente, olio un aroma reconocible para mi memoria-¿Padre? –me levante sin darme cuenta de aquel tronco, pero ¿Dónde estaba? Ah, me lo había imaginado. Mire a ambos lados cuando me iba sentando de nuevo, avergonzada escondí mi rostro entre mis piernas, entre mis brazos cubrí mi rostro aun mas. ¿Cómo podía olerle si estaba muerto? Podría estar cerca de él o al menos el recuerdo vino de nuevo a mí como por arte de magia.

Levante el rostro, embadurnado por unas lagrimas recientes que salieron al oler esta vez el perfume de lavanda que mi madre solía llevar puesto normalmente-¿Madre? ¿Dónde estáis?-Esto era una broma pesada, salía de aquel asiento de madera, en busca de sus tumbas, para ver si aun estaban cerradas, no las abriría por si estaban dentro aun, pero por favor, los quería y los echaba de menos. Corría como podía por los pasillos de mármol, no sabía si aquel hombre desconocido me seguía, pero pare, no por mis pies sino porque algo me atrapo pequeña, mis brazos ya no se expandían para ayudarme a correr, estaban agazapados contra mi pecho y mire y era él. Las lágrimas salían solas, quería ir con mis padres-¡Les quiero de vuelta!...-le miraba, pero no supe porque dije aquellas palabras, no les iba a traer de vuelta, no iba a hacer magia, ni con suplicas inútiles les traería de vuelta.

Era cruel como el destino estaba preparado para mí. Mi destino estaba claro, soledad, armonía y sexo en el burdel todas las noches, y de vez en cuando ir al cementerio a rezar por el alma de mis padres. ¿Qué era entonces? ¿Una mujer de cabellos rojos que al ritmo de un tango bailaba sensualmente entre sabanas? Él parecía saber de que hablaba mi corazón hecho una pasa podrida por el paso de la soledad, de no estar con mi padres, de que la muerte me la arrebato, el gobierno, con crueldad me quito mis bienes y ahora vivía de espectáculo en espectáculo, de cama en cama, con suerte lograba llegar a fin de mes, pero eran muchos costes. Yo sola no llegaba a tanto. Deje de forcejear pues no me servía de nada y tan solo me apoye en el pecho de aquel hombre a ocultar mi pena.

-La muerte se los llevaron a pecar junto con Satanás...-me agarre a su camisa-¿Qué nos dejarán entonces cuando nos llegue a nosotros la hora?-No sabía cuando iba a ser mi turno de ir lejos de este mundo. Nadie sabía cuando iba a morir. Era la única cosa que era una caja de sorpresas.
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Mensaje por Aetos Dom Ene 01, 2012 12:56 pm

-Ahora se habia arrepentido de haberla salvado, Aetos era alguien paciente hasta cierto punto pero las niñas lloronas no le eran demasiado agradables para ver ni siquiera para estar cerca pues se acordaba de los niños, los llorones, los que reian por todo incluso aun cuando se estuvieran muriendo... en definitiva odiaba lo que no estuviera relacionado con el silencio. Sintió sequedad en su garganta mientras situaba las manos tras su espalda contemplando a la muchacha, habia momentos de debilidad eso lo entendía Aetos pero ¿esto? era una absurda broma, primero el orgullo, ahora el derrumbe ¿no tenia que ser al reves?, pues en momentos como ese quería simplemente gritar ¡ al diablo contigo y con todos ! marchándose bien lejos.

La dejó llorar, se dejó zarandear mientras elevaba el rostro y colocaba la mano tras su espalda aun, apretando los dedos, no habia hecho nada para confortarla ni siquiera moveria un jodido dedo, ¿que conseguia? era una cortesana se veia por la forma de vestir pero ni el sexo le compensaría, ahora deseaba decirle que debia de abrir los ojos y no decir tantas idioteces juntas. Los padres, el habia nacido sin ellos e incluso lo único que agradecia era que una mujer le hubiera dado aluz y abandonado, ¿que habria sido de él sin ese sufrimiento? seguro que el don de ver los espíritus nunca se habría dado en él, ese instinto de supervivencia que habia tenido en esos momentos era lo que habia hecho que pudiera tener el don, eso y las veces que desde bebe estuvo expuesto a los peligros de la muerte.

Ella habia sufrido lo suyo pero nunca sabria lo que es recibir como alimento unas pocas gotas de leche, golpear la cara de un bebe muerto o chupar de su garganta putrefacta la leche que tenia, tampoco se sabia lo que era coger los bichos que se veia para tener algo de alimento en el cuerpo, las cucarachas sabian incluso a gloria, tampoco sabia lo que era intentar convencerse de que todo va bien mientras todos van muriendo poco a poco, nada de amor por parte de nadie porque eso ya hacia tiempo que no existia y queno debian de preocuparse nada más que de sobrevivir.- despierta de una vez - Le abofeteó mirándole con seriedad, no se arrepentia de lo que habia hecho, claramente como era mujer no habia usado demasiada fuerza pero el hecho de que alguien hubiera sido abofeteado no pasaba desapercibido a nadie-

Sabemos que la realidad no gusta, el infierno no existe solo la muerte y la desolacion y tu por lo que veo estás viva gracias a mi, asi que mademoiselle haga un favor y siga viviendo pues la proxima vez no le garantizo que esté yo para salvarla, si pide comprensión no hay ninguna de mi parte, si cree que soy un monstruo hace bien en creerlo. - Sus orbes seguian mirandole fijamente hasta que sacó un cigarrillo y lo colocó en su boca, dios odiaba tanto que llorasen delante de él por eso habia perdido por un momento los nervios, aunque no demasiado si hubiera sido o seguido llorando seguramente la bofetada habria acabado en un puñetazo, el llevando el cuerpo al burdel y marchandose para no cruzarse por el camino de la pelirroja.

Su seriedad estaba escondiendose bajo un afluente de humo aun cuando era evidente que su rostro carecia de sentimientos, no esperó más sino que dijo en voz alta- me iré a paris ahora, puedes quedarte aqui o seguirme - aunque el aire olia a muerte, a decepcion, si no le seguia no le importaria demasiado despues de todo el no era ningun heroe e incluso nunca llegaria a ser ningun principe que llego montando a cabllado era un simple mortal y si no lo entendia ahora peor para ella, la comprension o la lástima no eran los fuertes del brujo, nadie le tenia lástima y el no era nadie para mostrarla por nadie-
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Oh Señor de las mentiras, mendigo de otras vidas, duque del vicio y del dolor..........[AETOS] Empty Re: Oh Señor de las mentiras, mendigo de otras vidas, duque del vicio y del dolor..........[AETOS]

Mensaje por Treelia Floretti Brüner Dom Ene 29, 2012 8:53 am

-Lo siento....-Con mi voz despertaba de mi consciencia dormida en donde mi alma se había muerto por unas horas, por esas horas que pasaba mirando sin distracción a la tumba de mis padres. Aquellas personas que jamás pude decirles adiós. La sonrisa salió en mi rostro-Espera...-Había salido firme como un mandato a un esclavo, me levante del suelo en donde yacía medianamente arrodillada tras perder el equilibrio, me di la vuelta y corrí hasta poder alcanzarle y poder abrazarlo por la cintura.

Sería algo atrevido, pero por las miradas que me echó ya nada me importaba, seguro que sabía lo que era, que mi economía no me llegaba para ocultarme bajo un gran vestido de seda y de gran categoría-Sé que al lugar no puedo ir, al que ellos están así que...-le libere de mi abrazo en su cintura- gracias por haberme rescatado...te lo agradezco de corazón...-mis manos se colocaron en mi corazón, mirándole a la espalda pues él se quedo quieto.

Me abrace a mí misma, tenía mucho frio, pero me daba igual prácticamente siempre lo pasaba entre mis sabanas de seda al terminar un trabajo en el burdel. La luna. La mire fijamente y estaba en su lugar más alto. Oí un aullido pero no me encogí en mi misma, pero si me acerque a la espalda del joven, queriendo cobijo alguno en el que poder ocultarme de la noche gélida que con el paso de los segundos iban bajando las temperaturas, vire mi rostro hacia un lado para poder estornudar lejos de cualquier prenda del joven.

Con un pañuelo que tenía dentro de mis mangas de seda barata de color negra, me seque la nariz que con el frio, me había hecho estornudar, pero apartando nuevamente el pañuelo de mi nariz, pude ver un cierto tono carmesí. Me sangraba la nariz. Vaya, últimamente me pasaba a menudo y me escondí para poder tener cierta intimidad, me limpie finalmente y con un poco de presión sobre mi nariz, conseguí parar un poco la hemorragia que en su caso era bastante leve y no me preocupaba demasiado. En lugar del joven, yo comencé a adelantarme hacia la salida del cementerio, pero ¿Qué fue lo que vi delante de mí?

-¡TU! ¿Dónde está mi compañero? –Un hombre de aspecto sospechoso me señalaba sin razón alguna-..Ah...tu eres la zorra a la que quería violar....¡pues perdía el tiempo en buscar consuelo en un excremento como tú!-Antes de que me diera cuenta, aquel hombre se había lanzado a por mí y no tuve más motivo que gritar a todo volumen para poder alejarlo un poco, pero en lugar de eso, era rápido, me engancho por el cuello y con mucha fuerza me apretaba para levantarme del suelo.
-Agh!...-Gemí por lo poco que dejaba mi respiración pasar por mi cuerpo. Puse mis manos sobre sus grandes y fuertes manos que me aprisionaban con fuerza y entonces recordé, con el poco aire que llegaba a mi cerebro, que en el tocado que aun tenia envuelto mi cobrizo cabellos, iba en vuelto por unos palillos que me encontré en el suelo del burdel y como nadie los requirió, pues me los quede, ahora, como pude con una mano, de mi tocado de red negra sobre mi rostro, me lo quite, y me quite aquellos palillos que sujetaban mi cuerpo para clavárselos en el ojo a aquel depravado mental que me agarraba del cuello y que sin calcularlo, caí de culo sobre el suelo de piedra que adornaban los pasillos.

¿Ahora qué? Ahora me arrepiento de haberme adelantado. Tendría que haberme esperado.
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Mensaje por Aetos Sáb Feb 11, 2012 4:53 pm

Las mujeres son problematicas - Se escuchó un susurro que provenía de los labios del propio aetos que firmemente mantenia las manos tranquilas pero no porque le gustase o disfrutase de la calma del cementerio sino porque el aire parecia cada vez más vicioso, todo parecia una pequeña mentira trasladada a un puzzle armónico, cada pieza que levantases desencadenaba un efecto tan absurdo como esporádico. Podía salir una serpiente o un cazador que te ayudase al mismo tiempo ese cazador podría ser un asesino en serie que solo queria matarte el primero ya que todo era en efecto algo del llamado "efecto mariposa". Esa mujer habia rechazado la ayuda pero le habia dicho que podia y no podia ir ¿aetos le estaba escuchando? realmente no pues estaba centrado en desgranar las piezas del puzze que olían de esa manera tan particular- Vampiros - ¿Cuanto tiempo habia pasado? aquella mujer se habia adelantado antes de oir el juicio que estaba formulando aetos aunque claramente ella no tenia porque saber lo que precisamente estaba pensando el brujo ya que se lo habia callado.

El aire parecia gritarle, susurrarle, tironearle de los pelos como una caricia debil haciendo caso omiso al destino, una vez podria ser el destino, la segunda vez era solo un quebradero de cabeza más. Le dolia tener que enfrentarse a esas personas potencialmente peligrosas no porque pudieran hacerle nada sino porque tendria que sacar a ese espiritu que tan poco le gustaba. Hizo una señal con la mano mientras caminaba divisando su objetivo un chupa-sangre que no valia la pena el esfuerzo pero llegar a las manos nunca le habia parecido tan sucio, solo utilizaba los puños cuando deseaba o cuando la ira le bloqueaba los pensamientos cosa que normalmente nunca sucedia pero cuando lo hacia se debia de tener cuidado pues los espiritus se desbocaban sin poder detenerse hasta que su amo recuperase la lógica y por ende el mando de todos ellos- Ve, matale y mata a todos los que quieras

-Una orden y un privilegio, aquel espiritu que habia usado antes lo usó de ese modo ya que cuando Aetos cerró la palma de la mano lo usó como una firma, un pacto entre espíritu y mortal que no se rompería por parte de ninguno. Aquel espíritu se arrastró riendo fríamente no tardo en llegar hacia el vampiro aplastándole completamente, devorando su cabeza...la chica solo veria como una fuerza invisible estaba devorando a aquel vampiro que solo gritaba hasta que estallaba en cenizas, cumplida su parte del trato empezo a raptar para encontrarse con algunos vampiros más matándolos todos a su paso, Aetos por su parte dejó de vigilar a aquel espiritu que ya no le pertenecia volviendo a tomar por el brazo a la mujer- Nunca vuelvas a darme más problemas - Su voz era amenazadora más fría incluso que la del propio monstruo que ahora estaba libre por las calles de paris gracias a la chica habia dejado escapar a alguien que le vendría muy útil por su afán de venganza contra todo ser viviente. La levantó con cierta violencia dejándola de pie pero esta vez no le ayudó sino que la dejó allí saliendo finalmente del cementerio-

M..-Pateó unos rastros de sangre, seguramente aquel vampiro se habria estado alimentando mientras el compañero violaba a la muchacha, a lo lejos habia una mano enterrada lo cual seguramente indicaba una muerte además de indigna violenta, solo le miró a modo de dueloi durante unos escasos segundos caminando en dirección a paris, no tendrian que preocuparse mucho ya que el monstruo habria matado todo lo que hubiera en su paso, si no eran humanos quedarian renegados a cenizas o simplemente a carne quemada depende de la muerte que quisiera darles-
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Mensaje por Treelia Floretti Brüner Miér Feb 15, 2012 7:40 am

A solas no pensaba quedarme esa noche, pero ya lo estaba. Yo desde siempre, estaba sola. La compañía de Cassius...me falta y la de más gente. Seguía parada en aquel lugar, de pie y sin saber salir ahora de aquel laberinto de lapida en silencio, que se ensanchaba cada vez mas y mas. Intente seguir aquel rastro, el rastro del joven que bueno, me salvo dos veces. Pero parecía haberse escapado de mi presencia, no le veía por ninguna parte. ¿Por qué a mí? ¿Por qué me dejaban siempre sola o estaban comenzando a dejarme sola? ¿Era algún tipo de venganza? O simplemente porque no era agradable a la vista.

Simplemente quizás, la gente huía y me usaba como lo que era y no viendo más allá de lo que tenían delante de mi “profesión”, posiblemente se echaban hacia atrás, dejándome con la duda y con mal sabor de boca. No había más que el silencio de los bosques que rodeaban frontalmente el cementerio, de aquellos agresores ya nos habíamos alejado, pero sin mirar hacia delante, yo caminaba para toparme con una superficie plana. No me caí pero en cuanto mire hacia delante vi como la tela de una chaqueta se airaba en el aire, vi que aquella persona que me salvo estaba delante de mí.

-Ah...-Dije sin pocas ganas. No estaba ahora al cien por cien, más bien deprimida por el vacio que ahora sentía en mi corazón. Recordé que aquel hombre, no quería que le diera más problemas, pues bien, no se los daría y me iría por mi camino. Una leve reverencia hice a aquel joven que tenía delante, desvié mi camino hacia otro lado y seguí mi camino en busca de alguna vista de París. Me abrigue con mis brazos, como podía ahuyentar el frio de mi cuerpo, miraba hacia delante y perdí el equilibrio tras tropezarme con una de las raíces de un árbol. Logre agarrarme a tiempo a dicho árbol y volví a continuar mi camino. Seguía y seguía andando, pero me paré en seco cuando me encontré con dos caminos.

¿Por dónde iría?
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