bella la luna con macchie di sangue {Tamina Juliet Borgia}

Una habitación a oscuras, un cuerpo frío y yaciente sobre hermosas sábanas de seda rojas un hombre envuelto en ellas, sus ojos admiran aquella enorme habitación, admirando, pensando, suspirando, era la vida imagen de lo inescrutable y de lo incomprensible, se admira en sus ojos, su cuerpo inerte se levanta cual parsimonioso andar, su traje negro como simpre, toma y visto su pálida y marcadas pieles, marcas de su vida, de su muerte, de su despertar, ya no es lo mismo ahora, toma su cabellera arreglandola como todo un galan dejando una que otro mecho alboratado para no perder el estilo de su familia, se remarca sus zapatos bien lustros y brillantes, abandona aquel lugar, su puerta un escudo tiene grabado, escudo de su familia.

Su andar es casi ciego, al ver que sus ojos estan completamente cerrados, siendo sus pies, sus hermanos nos han salido, siguen en sus alcobas, lo sabe por el aroma de cada uno, se dirige hacia las escleras, recorre con sus pasos aquella baranda de las escaleras sintiendo, recordando, anhelando, al termino, abres sus ojos, y mira a su alrededor, con algo de enojo, sin decir nada ni mirar a los empleados, sale de su hogar decidio a llegar al centro parisiano, por las suculentas presas a las que esta acostumbrano a tener, su coche negro, como sus ojos, toma aquel andar dentro, cual caballero, un cabellero no existente.

La luna luz que ilumina los senderos de los más grandes asesinos de este mundo, su brillo es la causante de las locuras más grandes al igual que el ser que trae más desgracias para los inutiles humanos, al menos eso piensan muchos seres de la noches, que a cada paso deben regocijarse entre su manto y salir junto a su perpección en busca de aliment. A lo lejos se vislumbra la silueta de un hombre, no no s hombre, es un ser de aquellos nocturnos cuya unica preoucpación es la de tener a otra joven entres sus brazos para poder saciar sus deseos, aquella figura de hombre calmado y tranquilo en él no es más que una fachada, un tela de fingido y astuto plan macabro que se origina desde su despertar a la nueva vida.

El golpear de un bastón sobre la calzada de auquella transitada calle se escucha, el ruido de los seres a su alrededor es el unico eco que se mantiene presente, su caminar es sereno, tranquilo y hasta cierto punto intimidante, con su rostro erguido y un puñado de arrogancia en su mirada, como si todo aquellos que le rodean fueran seres inferiores que no merecen la pena ser notados por aquel ser, un deje de desprecio se visualiza en sus ojos negros y una sonrisa algo siniestra se marca en sus labios de no vivo, un atosiego de ideas y pensamientos venía a su endemoniada mente, el placer de embaucar a una joven lo llamó la atención, pero con que clase de artimañas podría lograr su cometido.

Su caminar le llevo por los comercios, aquellos despensares de baratijas, en la mente del hombre se perviene la idea de adquier algo por ahí para así llamar la atención de las jovenzuelas, pero debería ser algo muy llamativo para que puedan acceder a sus caprichos, una joya, un costoso collar o pulserilla que llame los ojos de las damas, sin mas aquel ser se dispuso raudo y veloz hasta la tienda de joyas, ingresa a dicho lugar casi sin mirar a quienes se encontraban, miro un collar de diamantes, unico y bello, que solo con mirarlo era más que suficiente.Miro al hombre que atendía y con una sonrisa algo inquitante pidió que lo envolvieran, no pregunto precio, no pregunto condiciión, solo pidio que se lo entregasen y sacando de entre su chaqueta unas monedas se digno a pagar por dicho presente, hasta que sin haberlo premeditado su hombro rozó con el de alguien más, iracundo y lleno de rabia porque lo habian tocado, se dignaba a dar su punzada de palabras hacia aquel sujeto pero se contuvo cuando vio que ura una dama, hizo un ademán con su sombre tomandole de la punta e inclinando la cabeza.

-Mademoiselle Bonne nuit, perdome mi expresión y mi desasosiego, espero no haberla asustado, ni incomodado, Mademoiselle.- explica el vampiro a la joven que de un momento a otro fue analizada por la mirada inquisitiva del ser, admirando su cuerpo y sus ojos, ojos que pareció flechar la atención de aquel. Aunque su mente divagaba por otras pensares, trató de mantener una expresion de calma para esperar a las siguientes palabras -Me presento Mademoiselle, Santhiago Morel, para servirle Mademoiselle- tomo la mano de la joven y un beso en su dorso dedicó, un beso de cortesía, aunque ahí se disfrazaba sus verdaderas intenciones. -Como se llama Mademoiselle, me gustaría saber el nombre de la bella flor que ante mis ojos se divisa- una sonrisa cierra el parletorio del hombre.

Una torpe interrupción desvían la mirada del ser que con una sola mirada y una sonrisa sarcástica desvía los males intencionadas frases de la “dama” que con aroma a esencias perfumadas a una tonalidad alta, con una pequeña e imperceptible sabor a sangre, sudor y una agitación del corazón, que latía a tal punto de salir del cuerpo, nadie lo notaba solo el vampiro lo hacía solo él podía percibir aquellas pequeñas cosas en aquella mujer; aquella nueva figura prepotente e imponente ante Santhiago, captaron su atención pero su deje de desprecio por tal interrupción fue mucho más grande.

Tomó la mano de la joven a la cual intentaba cortejar, aunque en realidad trataba de cenar, coloca la mano de la joven entres su frías manos para dejar un beso en su dorso, un beso de despedida con segundas intenciones –Madeimoselle me disculpo por tener que irme sin conocer el nombre de la más bella flor de todas en este mundo, os pido disculpas por esta pequeñez- agito su mano tratando de ignorar la nueva presencia; toma el mentón de la joven y solo un guiño se divisa en su rostro para luego girar su rostro de manera Inculta dirigiendo una mirada seria, dura y fría a la segunda mujer.

-Pero como ve dulce flor, algunas damas son solo criadas como simples mujeres y jamás llegan a ser damas- sus ojos se enfilan por completo sobre el cuerpo de la nueva intrusa -Pero que le podemos hacer sino tratar de entender aquellas enseñanzas fútiles en mentes necias para entender el verdadero concepto- sus ojos se enfilaron por completo sobre el cuerpo de la nueva visitante –Aquellas mentes solo piensan en nimiedades, por ellos no logran entender ni llegan a ser verdaderas damas, ya que nunca ven más allá de las simples palabras-

Aquella noche Santhiago opto y prefirió alejarse de su presa dejándola vivir esa noche, pensó en mejor buscar en algún lugar otra cosas mejor, así que solo dejo el mentón de la dulce humana, para poder salir de aquel lugar poco agradable para él, camina directo a la puerta pasando junto a aquella mujer se detiene segundos aspirando su aroma dejando un susurro casi leve, casi imperceptible –si quiere ocultar su herida, es mejor que vaya a su hogar o terminara pero de lo que viene o como el pobre infeliz que se cruzó con usted- la sonrisa del vampiro se muestra cargada de maldad y con un ligero toque a lástima por la presa y la pérdida de tiempo que gasto se enfila a la puerta con aquella joya comprada en sus mano, gira para ver a las damas, tomando con la punta de su diestra su sombrero.

-Por cierto antes de interrumpir a un caballero asegúrese para la próxima vez tener mejores argumentos en sus labios, evítese quedar como- silencio momentáneo –como una mujer común, ya que la mujer que cae redondita es una dama que sabe usar sus armas a post de su beneficio, llevando un juego a la perfección- una reverencia realizar Santhiago antes de salir a las adoquinadas veredas, un aliento, un suspiro, un deje de desprecio por los humanos; mueve su capa y su bastón toca la vereda con una mirada sombría y lúgubre.

La campanilla del local anunció su partida y retirada de aquel sitio, los ojos del ser se dirigen al cielo, mientras que busca entre su chaqueta su reloj, baja la mirada para notarse en la hora, aún era temprano, comienza su andar con pasos firmes y seguros, solo se escucha el sonar de su bastón golpeando la calle, su chasquido de su lengua ¿furia? La rabia lo invadía por haber sido interrumpido algo que él no toleraba y que castigaba severamente a quien la provocaba, pero al ser una dama sin tener vínculo alguno con él, con la cual el vampiro podría re enseñarle como conducirse , pero como no era nada de él solo lo enfadaba.

Trató de despejar su mente con la noche estrellada y una que otra nube en su firmamento, la mirada de las damas se posaban sobre él, una que otra y otro conocido con los cuales una sonrisa de agrado se tornaba en sus labios, pero en su mente estaba aquella mujer arrogante y entrometida –Si fuera de mi familia ya tendría su castigo por semejante afrenta- pensaba el vampiro mirando la joya que por mala suerte pasaría a manos de su hermana, la guardó en su chaqueta y golpeo el suelo con su bastón –Será entonces el burdel el que me sacie hoy, ya que las burguesitas no me alientan hoy- un pensar, un apalabra, un gento de sadismo vino a su mirada todo gracias a aquella mujer.

Quien en vida sea bueno en la tierra
tras su muerte un ángel será,
miras al cielo preguntandote entonces
¿Por qué no les puedes ver?