Donde el cielo se confunde con el mar.

por **Natalia M. Wesley** Miér Oct 26, 2011 8:15 pm

Natalia disfrutaba los dias veraniegos llenos de cálida brisa salina, amaba sentir cómo el sol besaba su cabello, su cuerpo y toda ella. Amaba los vestidos ligeros, vaporosos, que podían ser objeto de juego por el viento caprichoso.

Lamentablemente esa época ya había pasado y lo más que podía hacer para sentirse de esa manera, era visitar el puerto al medio día. Había un pequeño café a una cuadra del mar en una calle exclusiva, donde el olor putrefacto del pescado en el área comercial no llegaba.

Wesley estaba ahí, con su porte elegante, sentada en una mesa para dos en el balcón. Todo el establecemiento estaba lleno de gente adecuada para "su nivel", condes y duques le hacían señas de saludo cortés y ella respondía con una sonrisa.

Pero se sentía sola. Tomaba su desayuno, apenas eran las diez de la mañana.

por **Tabata Z. Whitehead** Jue Oct 27, 2011 10:44 pm

Ensimismada por la ligereza de su pesar, caminaba lentamente por las callejuelas de Francia. En menos de 10 minutos su presencia se hacía presente en un bello café. Donde podría descansar y mirar el mar con un buen chocolate caliente o simplemente de la paz que se respiraba en el puerto. Delicadamente abrió la puerta y comenzó a abrirse paso entre las mesas, sólo deseaba una, una mesa en soledad que simplemente la hiciera descansar. Aunque el destino tenía presente otra cosa. Sin el menor atisbo de atención, un golpe hizo resonar por todos los rincones del café. Aquel vestido carmesí, con bellos retazos de broderi blanquecino; estaban teñidos de un color café espeso. El choque con la camarera no había pasado en vano.

Suspiro mientras ella con la cabeza baja pedía disculpas por su error, pero de quien sería el error dubitativamente pensaba Tabata. ~Tranquila, fue un accidente. Resoplo amablemente la mujer que aun teniendo el mundo a sus pies, era amable y afable con los seres humanos sin importar su condición social. Al cabo de unos instantes y la brisa entrando por la ventana hicieron efecto, la tela estaba seca y la mancha ya no estaba… ¿La rápida reacción para quietarla?, debió ser un gatillante perfecto.

Miro fijamente a una mujer que cautivo su atención, pensaba y desdibujaba una y otra vez en su mente el rostro de aquella mujer. ¿Sería una conocida? … la verdad que su expresión no encajaba con nada. ~Lo siento, ¿Pero nos conocemos?, pregunto de frente y sin rodeos a la mujer. Una sonrisa tomo posesión de su rostro, ya que no deseaba parecer una loca.

Donde el cielo se confunde con el mar.

Donde el cielo se confunde con el mar.

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