Visitante autorizado...

por **Jacqueline S. Ritchway** Sáb Oct 29, 2011 9:34 am

Mi vestido olia a sangre, mi vestido tenia un agujero, mi vientre ya no sangra pero asi es como me encuentro: No estaba de buenas para que la gente en las calles voltease a ver que habia ocurrido conmigo, los franceses tienen la mala costumbre de estar criticando a espaldas de otros y queria alejarme de ello por el momento. Estaba...como decirlo...agotada, en cierta forma, de esa actitud. Más aun, cuando me tomo por sorpresa aquel disparo. Maldito asaltante...pude haberle arrancado la cabeza, beber de él y bailar sobre su cadaver...

Pero no me atrevi, algo más profundo me detenia...No queria...ser un monstruo...frente a él.

Mire a quien me acompañaba. El primer lycan que entraria en un domnio mio. Muy peligroso para quienes entran sin consentimiento. Es practicamente un suicidio. Esta noche le he pedido que me acompañase. Ambos estabamos manchados de sangre y no era conveniente seguir oliendo ese aroma; a pesar de que provenia de un bastardo armado, era sangre en fin y eso hacia sacar mis colmillos de sus casillas.

Suspire. Mire al frente, estabamos por llegar.
-No te asustes, si?-le dije mirandole.-Este castillo me lo regalaron especialmente y...no he venido en un tiempo...No es un castillo de terror por dentro.-bromee pues mi gran Castelul era muy lugubre y triste por fuera, me sentia toda una reina alli a veces pero reflejaba algo que pocos veian: la soledad de la mayoria de mis años...

por **Antonio Velázquez** Mar Nov 01, 2011 1:50 pm

El simple hecho de que sea un castillo, ya es escalofriante. Cuando llegue a Europa por primera vez, me sorprendí de las estructuras de piedra que hacían para resguardarse, tan diferentes a las que teníamos en mi tierra. Una pirámide era más que un hogar, era el lugar para las ceremonias, para la vida, el amor y la guerra. Siempre estaban vivas, de maneras tan distintas como el espectro de colores.

-El simple hecho de tu compañía, es mas que suficiente, no tienes que decir algo de tu hogar-le digo sonriente.

Fue bueno salir de esa olvidada taberna, donde de seguro nos lincharías de seguir ahí. Huimos lo más rápido posible, para ambos, pues mientras ella se recuperaba con su sanación, yo necesite la ayude a caminar, no es que lo necesitara.

De seguro se quedo con ganas de acabar con aquel tipo en la taberna, entiendo de ese sentimiento, el que nos mueve hacia matar sin sentido sin piedad, lo he vivido tantas veces que ya es difícil recordar el numero.

No digo mas, simplemente espero para ver el interior del sitio y suspiro un poco, ante la obvia señal de nerviosismo, pues no he estado tan intimo con una mujer en años.

por **Jacqueline S. Ritchway** Mar Nov 01, 2011 2:53 pm

Sus palabras me hicieron sonreir. Era bueno escuchar que no temia a la apariencia de mi solitario segundo hogar. Cierro mis ojos y recuerdo los dias felices que tuve aqui con el dueño anterior. No habian sido del todo malos hasta cuando tuve que regresar a Inglaterra me senti bastante bien por saber que él estaría conmigo. Pero bueno...las cosas no sucedieron asi...y las escrituras cambiaron, haciendome la unica propietaria de el Castelul. Pensaba cambiarle el nombre pero me arrepenti. Algunas cosas estan mejor dejándolas como están.

Saqué la llave oculta en uno de los pliegues de mi vestido y abri las enormes puertas hacia adentro, haciendome respirar el aire que me volvia a ofrecer el estar alli. Mire a Makoto, casi olvidaba la precaución más importante.
-Pasa y se bienvenido al Castelul Tepes Ritchway.-dije y con un ademán de la manolo invite a entrar conmigo.

Cuando cerre las puertas, me volvi hacia el pasillo. El recubierto ojo, la alfombra con detalles en rosas blancas, el espejo, un par de estatuillas...Oh...que lindo se sentia regresar. Los sirvientes lo habian mantenido muy bien: no habia polvo en ningun sitio, el aire se sentia igual de puro que estando afuera y no se oian los gritos. Todo estaba en calma total.

por **Antonio Velázquez** Vie Nov 04, 2011 9:59 am

Cuando abre las puertas, no puedo evitar recordar mis viajes en Japón.

Una ocasión, siendo un vagabundo, una princesa, hija de Shogun, me pidió de favor que fuera a avisarle a su pareja, un soldado de la orden de Tokugawa, que no llegaría a la cita.
Claro, un soldado no podría acercarse si quiera a la hija de un señor de la tierra, por lo que solían verse a escondidas, en especial, por que el joven aun estaba escalando para ser un gran general algún día.
En ese castillo, tenían costumbres occidentales, por alguna extraña razón, el samurái que vivía ahí, se había enamorado de Europa y logro hacer que el castillo se viera por dentro adornado con armaduras de metal y alfombras de colores.
Este castillo me recuerda esa noche, cuando tuve que infiltrarme y termine combatiendo contra un capitán de la guardia. Que tristeza, últimamente todo me recuerda a combates ¿Sera que sólo soy una fuerza de la espada?

La miro sonriente, como si hubiera olvidado que esta a su lado.

-Tal vez debería de esperarte aquí, en lo que te aseas, no quisiera que te sintieras incomoda andando con esa ropa por aquí-le dije del a manera más amable posible, con ese tono de voz que se oye tan mal en mi.

Me acerco a una del as estatuas y la acaricio.

-Hace años, en mis viajes al oriente miedo, vi estatuas diferentes a las que aquí se acostumbran, eran de color negro. Me daban algo de escalofríos, había una diosa de cuatro manos. En una mano tenia la flama del a destrucción, en otra la arena de la creación, una inclinada para devoción y otra de pie, para protección. Bajo su pie, había un duende, o algo parecido, era la ignorancia siendo aplastada por su poder. Comúnmente, las estatuas occidentales no tienen tantas contradicciones ¿Destruir y crear? No es algo común aquí.

Vero hacia el fondo del lugar y siento el enorme pasillo tragarse mis palabras y luego regresármelas de nuevo

.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Nov 04, 2011 1:45 pm

Le sonrei escuchando sus palabras y me acerque a la estatua que acariciaba.
-La conozco. El antiguo dueño del castillo queria traerla pero se negaron a vendersela. Creelo o no, estas esculturas fueron hechas aqui hace ya 5 siglos y aun se conservan intactas y pulcras.-sonrei orgullosa del buen trabajo de mis sirvientes; siempre cuidaban muy bien de mis esculturas, los muebles y las habitaciones del castillo. Les reompensaba bien y por eso eran muy fieles a mis ordenes.

A lo que habia dicho primero, con algo de pena, mire hacia otro costado y le dije:
-Esto...Makoto, tu tambien estas manchado de sangre.-dije señalandole la camisa y trambien su saco.-Ven, sigueme, en uno de los cuartos de huespedes hay ropa limpia, puedes asearte tambien si quieres. Las aguas de aqui tienen minerales relajantes.-le dije sonriendole un poco. No iba a ser muy incomodo si nos bañabamos en sitios distintos...aunque a veces me da curiosidad saber como seria su cuerpo...

Sacudi un poco mi cabeza discretamente y con algo de pena.
-Te...apetece?-si mi sangre corriera por mis venas, lo más probable es que me hubiera ruborizado pero no era el caso, aunque sentia la pena en mi rostro.

por **Antonio Velázquez** Mar Nov 08, 2011 1:54 pm

Acaricio la estatua una ultima vez. Me da cierta nostalgia recordar todo mi pasado.
En mi tierra natal no había sitios como estos, las pirámides eran para adorar a los dioses, por lo que nunca eran decoradas con particular diseño para los que vivían ahí, si no para satisfacer a Quetzalcóatl o a Tlaloc.

-Sí, creo que también no estoy muy presentable para entrar a un hogar ajeno- le digo con calma, aunque siento algo de nerviosismo al ver cómo me ofrece el lugar con timidez.

No es la primera vez que entro a un castillo, aunque tal vez es la primera vez que entro en paz. La última vez, huía de unos cazadores, al menos eso aparentaba, lo que hice fue acorralarlos y uno a uno acabe con ellos, cuando el ultimo se dio cuenta que ya estaba solo, era tarde para escapar.
Las ruinas de ese castillo están al sur, en costas españolas, llegue por ahí cuando cruce el mediterráneo. Los cazadores españoles son, sin duda, menos hábiles que los franceses, es como si esta ciudad fuera un imán para criaturas como nosotros dos.

Podre cambiarme en la habitación pero necesito darme un baño, creo que mi olor actual no a de ser muy agradable para ella, seguramente cree que huelo a perro mojado.

-Pero sería mas adecuado un baño antes de cambiarnos ¿No lo crees?-le digo sonriendo

por **Jacqueline S. Ritchway** Mar Nov 08, 2011 9:24 pm

Le asentí con...timidez? Desde cuando? Seguramente era por el hecho de que aquel lycan no era solo un visitante, o mi huesped por una noche. Simplemente seria porque es el unico de una raza "enemiga" en quien pose mis labios sin remordimiento. Era yo? Si, lo era, un poco extraño pero siempre lo seria.
Lo mire e hice un ademán con la mano para que me siguiese. Frente a nosotros, saliendo del pasillo, estaban las escaleras principales donde estaban la mayoria de los cuartos.
-Ven...te mostraré tu cuarto...-bueno, en realidad no sabia muy bien donde iba a dejar que descanse y que se bañe. Tenia muchos cuartos vacios para huespedes o cosas asi. Bien podria hacer alguna sala de juegos y eso pero realmente pasaba pocos dias en el Castelul como para construir o remodelar algo...

Subimos las escaleras, pasando por algunos retratos y un par de estatuillas más sobre las mesas. La mayoria de los cuartos estaban cerrados pero no con llave. Cualquiera se perderia porque casi todas las puertas se parecian.
Al final de aquel primer pasillo, se hallaban dos grandes puertas, que ese era mi cuarto. Junto a estas, en otro muro, estaba un cuarto, tambien, para los que se quedan. Abri esa puerta y entre con él.
-Mi cuarto es el que esta junto a este, el de las dos grandes puertas. Aqui te puedes asear y vestir, Makoto.-el cuarto era bastante grande, casi como todos: una cama amplia, algunos sillones, un baño grande y un armario con bastante ropa.-Puedes usar cualquier prenda que quieras del armario y el baño esta por aquella puerta.-le indique.-Esto...algo más que necesites?

por **Antonio Velázquez** Jue Nov 17, 2011 12:37 am

Mientras caminamos por el castillo, hacia la habitación. No puedo evitar recordar la última vez que fui guiado por una damisela hacia una habitación.

Fue en la India, había combatido al lado de Rashid, un soldado hindú que quería rescatar a su esposa de una armada de ingleses. Los malditos querían hacer lo que quisieran con su gente, sólo por que para ellos la India es algo menos que una colonia.
Me infiltre en un hotel de Walter Smithy, un ingles ricachon y regordete que esta desesperado por tener el poder absoluto. No va a través del gobierno, si no el dinero y las propiedades.
Una mujer escasamente vestida y con la boca cubierta me guiaba hacia la suite de la terraza, donde se supone me vería con el ingles. Al llegar al lugar, mate al hombre, ante los ojos de horror de la mujer. A ella la deje vivir, me dio la información dela ubicación de los ingleses, que mate sin piedad antes que se hicieran con la esposa de mi compañero.

Algunos de los asesinatos de esa noche, siguen reviviendo en mis ojos algunas veces al año, como si me persiguieran para recordarme que soy un monstruo.

Al llegar a mi habitación, por alguna razón me da el instinto de quitármela camisa y arrojarla a la cama. Estiro los brazos y los músculos mientras le doy la espalda a mi invitada. Después de la excitación de nuestro encuentro, del beso, la sangre y el combate. Seria bueno llegar a fin que ya este escrito.

-Si necesito algo mas-le digo acercándome a ella-seguramente un baño relajante con la anfitriona seria…¿Mucho pedir?

¿Qué estoy haciendo? Sorprendente lo puede hacer un perro excitado. Es comico que piense asi, pero tendre que esperar la respuesta de la anfitriona, si será una cachetada o…

por **Jacqueline S. Ritchway** Jue Nov 17, 2011 3:52 am

No sabia muy bien cuando fue que habia traido un invitado o cuando alguien se habia quedado conmigo, lejos del dueño original del Castelul. Recordaba a un joven, de quien jamás supe su nombre, que habia dejado que pasase la noche aqui porque estaba lloviendo muy fuerte. Él estaba perdido y cuando lo vi acercarse, lo recibi para que se refugiase pero lamentablemente las cosas no salieron tan bien; en un afan de su curiosidad en la noche, él se metio en un cuarto prohibido y casi es asesinado. Vaya dia y noche que tuvo que pasar al final...

Esperaba que esta vez no fuera asi, aunque no sabía si Makoto tenia sus curiosidades o no. Deberé de advertirle que no deambule por las habitaciones subterraneas, las cámaras alli son "cámaras trampa" pues hay algo o alguien alli que atrapa a los intrusos.

Hay quienes dicen que para ser una buena anfitriona hay que saber atender a un invitado pero...me dio un poco de pena el escuchar su pedido. Admito que realmente sentia curiosidad por el cuerpo de Makoto y...quiza seria mi oportunidad de calmar esas ansias pero realmente no estaba segura. No me habian visto sin ropa desde hacia varios...lustros?
-Bueno...-jugué un poco con mis manos y luego le dije.-...iré a preparar el baño, pondré un poco de jabon suave en el agua para que nos bañemos bien...-esa era yo? Era un poco extraño pero bueno, mis ganas de descubrir algo sobre mi acompañante me hacian querer continuar más.

Abri el grifo de la gran bañera, que esta estaba sumergida en el suelo casi como una piscina, y deje que se llenara con agua caliente; luego, le eche un par de esferas de jabon y el agua comenzo a tener burbujas con un delicioso aroma. El vapor estaba llenando la habitación y de alguna forma, senti un poco de calor. Me desvesti y deje mi ropa en un cesto para que luego fuera lavada. Me meti despacio, dejando que el agua me llegase al pecho y alli lo esperé.

por **Antonio Velázquez** Jue Nov 17, 2011 5:03 pm

Mi corazón late desesperado, emocionado. Quiere escapar desesperado de mi pecho, quiere abrazar a Jaqueline como si fuera la última vez que la viera. ¿Sera que no la volveré a ver? Tal vez por eso me dejo llevar por el instinto con ella. El deseo domina mis ojos y mis ganas de despertar con ella a mi lado el día de mañana es incontrolable.

La veo desparecer por la habitación, siento mi piel erizarse cuando desaparece por la puerta. La próxima vez que la mire, no tendrá una prenda sobre ella. Debo de aceptar que esperaba el rechazo, que iba a acabar durmiendo en la calle, pero el deseo me domina y parece que no soy al único que lo hace.

Me desprendo de mis pantalones y el zapatos, el resto de mi ropa es acomodada por mi suavemente sobre mi cama, que ignoro si dormiré en ella, pero dejo a todo en orden.

El aroma suave del baño llega hasta mi olfato mientras termino de desnudarme. Camino lentamente hacia la dirección del lugar. Nervioso y ansioso por verla.
Al llegar, las burbujas ocultan su cuerpo bajo el agua, debo de decir que me decepciona un poco. Camino completamente desnudo hacia donde se encuentra, algo que es algo injusto pues ella ya ha visto mi cuerpo entero y yo solo puedo imaginarla.

Entro en la bañera en silencio, mientras no pierdo la vista de sus ojos.

-Es agradable tener una compañía tan agradable en un lugar tan bello-mientras le hablo, tal vez inconscientemente, me acerco peligrosamente a ella, moviéndome entre el agua.

por **Jacqueline S. Ritchway** Jue Nov 17, 2011 5:22 pm

El agua estaba perfecta, el jabon y su espuma envolvian mi piel, me quedé unos momentos relajada con los ojos cerrados y realmente me senti muy bien. Adoraba los baños de inmersion, uno descansa mucho más el cuerpo por la presion del agua, aunque no sabia muy bien si descansaria esta noche...Dios, en que estaba pensando? Mi lujuria parecia un poco desconocida para mi, como si esa no fuera yo pero me sentia asi y queria verle.

Aunque la habitacion tenia algo de vapor, eso no me impidio ver su cuerpo esbelto ante mi, entrando en el agua y acercandose a mi. No podria describir mi sensación al verle; no piensen que estaba decepcionada, sino más bien...insatisfecha, queria algo más. Más que verle sentirle...
Cuando se acerco más, tambien lo hice. Tenia algo de pena pero era natural, no me habian visto sin mis ropas desde hacia mucho.
-Siempre es bueno tener a alguien conmigo cuando me relajo en estas aguas.-sentia mi pecho en roce contra el suyo y mis ojos fijos suavemente en los suyos. Le pase mi mano, ahora más tibia por el agua por su rostro, haciendole una leve caricia.

Si me vieran, dirian que lo que hacia era totalmente inconcedible, que era algo impío e impuro de mi parte. Muchos sermones acerca de que una vampireza no deberia estar con un lycan y mucho menos juntos en una tina caliente. Ya no me importaba, algo en él me impulzaba a querer sentirlo dentro de mi cuerpo, sentir su cuerpo caliente y sus latidos alocados sobre mi. La espuma de mi cuerpo estaba empezando a desaparecer, dejando en descubierto mi cuerpo y mis pechos algo grandes, cosa que con mis vestidos negros no se aprecia muy bien. Me dio algo de timidez pero no debia tenerlo, él estaba ante mi, desnudo y mostrandome su hombria. Que se sentirá tenerlo en mi lecho?

por **Antonio Velázquez** Vie Nov 18, 2011 5:26 pm

No se si he estado con una vampira antes. No lo se por que no es algo que he preguntado a cada mujer con la que he estado. Tengo la teoría que estado con varias, algunas me lo han dicho. Pero no se puede confiar en lo que la gente dice, al fina el propia experimentar es el que nos libera de dudas. Si, estuve con mujeres cuyo corazón no escuchaba latir, o cuya pie lera pálida como la nieve. Pero no las recuerdo, sólo hay frialdad en esas sensaciones y un latido ausente sin ritmo alguno. Hoy parece que mi pecho late al ritmo de una música de mi tierra, desconocida y azteca, mística y desesperada.

Me acerco a ella sin decirle más palabras, mis brazos se detienen a los lados de su rostro, haciendo que sus ojos se queden clavados en los míos, sin otro lugar a donde mirar. Mis labios amanzana los suyos acercándose, rosándolos suavemente, como si estuviera investigándolos, como si fuera la primera vez que los siento.
La beso suavemente con ternura, mientras mis manos se hunden en el agua, decididas a descubrir los secretos de su piel y de su ser.

Mis dedos la recorren como un colono al nuevo mundo, avanzando sobre cada centímetro de su carne, sintiendo como su fría piel se caliente con e lagua que la rodea. Procuro esquivar los pechos y su entrepierna, no es momento para descubrirla entera, me concentro en sus brazos y hombros, en su abdomen y cuello, continuando con el beso lento, profundo y cariñoso que le doy.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Nov 18, 2011 5:44 pm

Sentia sus labios suaves contra los mios, como si fueran delicados botones de rosas quienes me estuvieran tocando. Cerre mis ojos cuando ese beso suyo, tan profundo y dulce me invadio. Le correspondi despacio, no queria ser muy dura con él, acariciando aun su rostro pero luego mimando un poco su cabello. Mi piel, tibia ahora, se erizaba ante el contacto de sus manos con algunas zonas erógenas de mi cuerpo.

Pase mis manos por su cuello y su pecho, sentia su corazon latiendo fuerte. Casi se podria danzar a su ritmo. El mio estaba muerto desde hacia ya mucho tiempo pero la verdad era que lo sentia alli, sentia que queria volver a despertar ante la ternura y el cuidado que el ser ante mi me estaba demostrando. Me acariciaba con mucho cuidado, como si de una estatuilla de cristal se tratase; su cuerpo emanaba mucho calor y queria sentirlo aun mas.

Tome la esponja que estaba cerca y sonriendole, le dije:
-Aun hueles tentadoramente a sangre.-se la pase por los brazos y su pecho, habia espuma y le dejaba en su piel una escencia muy dulce y delicada.

por **Antonio Velázquez** Dom Dic 04, 2011 8:03 pm

Sentí sus caricias a través de la esponja. Como si yo fuera una estatua que prepara con delicadeza para su exhibición. Una vez que termina, mis manos comienzan a buscar sus rincones mas ocultos. Como un explorar a punto de encontrar lo que a buscado todo su vida.
Sostengo sus pechos con ambas manos, dominándolas, haciéndolos míos por un instante. Comienzo un mensaje suave sobre ellos, como si quisiera memorizar su textura contra mi piel.

Mi boca se abalanza a la suya y continúo el beso con ternura, esta vez atreviéndome a que mi lengua vaya a buscar la suya. Ahora las caricias son dentro de nuestras bocas.

No creo que tenga que decir mas, las palabras se van entre mis dedos que disfrutan de la sensación suave de su ser, de su piel que se a entibiado con el agua y con el calor de la mía y por ese corazón que parece estar desesperado por regresar a la vida.

Dejo de besarla un momento, para quedarme en sus ojos y mis manos pasan a su rostro a acariciarlo para sonreírle con ternura

por **Jacqueline S. Ritchway** Dom Dic 04, 2011 8:26 pm

Dios...su tacto en mis senos me dieron una sensación extraña, una agradable sensasión de placer que me dio a sentir como si nunca nadie me hubiera tocado. No entendia porqué aun pero me senti segura junto a él. Deje caer la esponja y pasé mis manos tibias, ahora, por su espalda, haciendo leves circulos y recorriendola hasta su cintura.

Profundizamos nuestro beso, jugando un poco con nuestras lenguas. Sentia mucho calor, era el agua o el cuarto? Aunque habia algo de vapor, ya la espuma se habia ido de nuestros cuerpos, ambos podiamos disfrutar del otro.
Cuando el beso paró y senti sus manos caliente en mi rostro, mire sus ojos profundos, como si estuviese contemplando su alma. No pude evitar sonreirle. Era como si estuviese viendo la belleza misma reflejada en un joven lycan. Pase una de mis manos por su rostro, desde su frente hasta su mentón. Me daba mucha ternura tenerlo conmigo...

por **Antonio Velázquez** Mar Dic 13, 2011 10:54 pm

Mis manos se abalanzas a sus muslos, la yema de mis dedos recorre su piel. Parece como si sus poros muertos rogaran por la fantasía de respirar de nuevo. Mi color oscuro contrasta con la palidez que ella esta tan acostumbrada a llevar sobre sus huesos.

El beso se detiene para llevar mis labios a su cuello. Lo exploro suavemente, recorriéndolo y dejando un camino de besos a lo largo de su piel. Como saborear nieve que se va derritiendo poco a poco entre mis labios.

Mis manos van a su cintura y suavemente la atraído hacia mi, hacia el centro de las aguas, alejándola de las esquinas, tal vez para evitar que escape de mi. Junto mi entrepierna contra la suya, aun sin penetrarla, puedo sentirla contra mía y como palpita mi miembro al tenerla cerca.

Es difícil recordar la taberna de hace unas horas, ahora teniéndola frente a mi, desnuda, parece que fue una noche de amantes desde el principio y el destino no fue lo que nos llevo a esto.

por **Jacqueline S. Ritchway** Miér Dic 14, 2011 3:48 am

No pude evitar soltar un gemido por lo bajo cuando senti sus labios en mi cuello, era una zona erógena muy sensible. Mi cuerpo parecio temblar un poco por esa sensacion dulce que habia en sus besos en mi piel. Seguramente me habria sonrojado si mi corazón palpitase, pues al sentir su entrepierna muy cerca de la mia, senti palpitar su miembro por la exitacion. Tambien sabia que mi zona estaba humeda por el placer que él me daba.

Le hice caricias en la base de su cuello y en su cintura, su piel era tan suave y tersa que era un deleite acariciarlo. Realmente nos habiamos conocido en un bar? No lo sentia asi, habia algo más seguramente. Ahora ambos estabamos en mi hogar, compartiendo un baño caliente y sintiendo nuestros cuerpos con deseos de explorar más a fondo del otro.

por **Antonio Velázquez** Miér Ene 04, 2012 12:25 pm

Llevo mis manos a sus muslos y la levanto, aun bajo del agua, mi virilidad queda contra de su intimidad. El tronco de golpea sus labios inferiores, como si quisiera entrar saltándose la punta. Con ritmo comienzo un movimiento de arriba hacia debajo de su cuerpo, haciendo que en el agua se creen ligeras ondas, altero el ritmo varias veces y el agua.
La beso con pasión, mi lengua desesperada por tocar la suya. No me detengo, no hay palabras, no hay nada que decir, solo el hecho de estar con ella, de hacerle el amor y volverla loca en su castillo, que no olvide mi aroma.

Aprieto sus glúteos para juntarla mas hacia mi, mi entrepierna parece perderse en el abrazo de la suya, húmeda por la fricción gritando que entre en ella de una buena vez. Pero quiero más del juego previo, mas de las caricias y mas de esa locura que quiero sacar de ella.

Regreso a su cuello después del beso, para lamerlo pasando de un lado a otro, de un extremo al otro, recorriéndolo completo. Mientras hago esto, le suelto sus muslos y continuo lamiéndole la piel, bajando hacia el agua, pasando por sus pechos y, aguantando la respiración, comienzo a apretar sus pezones con mis labios, los muevo de lado a lado, aprieto uno con ellos y luego muevo la punta con la punta de mi lengua, para presionarlo hacia dentro, se lo muevo en círculos ,suavemente, para luego acelerar el ritmo.

Mi mano llega a su entrepierna, mis dedos separan sus labios vaginales y un tercero entra entre ellos, despacio se va adentrando, explorando su intima cavidad, moviéndose entre sus paredes y acariciándola por dentro.

por **Jacqueline S. Ritchway** Miér Ene 04, 2012 3:51 pm

Tenia ya demasiado calor, el agua estaba fria para mi. Sentia que me habia levantado y robo de mis labios otro beso, nunca pensé sentir que el aire me faltaria al jugar con su lengua. Era muy extraño, hacia tiempo que no sentia la pasion de un hombre como él; tuve una extraña sensacion de deseo cuando su miembro rozo mi zona intima, queria sentirlo dentro de mi pero me estaba provocando simplemente. Sus labios jugaron con mi cuello de nuevo pero de un modo más entero, mi cuerpo se tensó un poco. Parecia resistirse a los mimos que sentia alli, pero se sentia muy bien.

Mi zona estaba muy humeda, por culpa o no del agua, y sentir sus dedos alli y sus besos en mis senos era demasiado dulce como para resistirse. El calor y el deseo era mucho, no sabia cuanto aguantaria para arrojarlo a mi cama. Gemi algo fuerte, acariciando su piel humeda y su cabello.
-Ma...koto...-mi voz estaba cortada por mis jadeos, innecesarios, por culpa del placer que me daba. Queria advertirle que esa zona era muy sencible y que practicamente podria hacerme gritar si asi lo quisiese pero no pude hacerlo.

Me dio algo de curiosidad y mis manos bajaron un poco por su vientre, rozando la zona antes de llegar a su miembro. Me dio algo de pena pero con una mano lo tome acariciandolo despacio y la otra solo acariciaba su cuello. Queria sentirlo primero antes de sentirlo más en profundidad.

por **Antonio Velázquez** Jue Ene 05, 2012 5:09 pm

Ya hago a un lado lo delicado, dejo que la lujuria infecte mi sangre, mi pensar y mi respirar. MI pecho se expande saliendo del agua y vuelvo a entrar hacia abajo, haciendo que suelte mi miembro.
Bajo lo suficiente para quedar justo enfrente de su zona intima. Sosteniendo sus muslos, comienzo a acercar mi rostro a ella, mi lengua se abalanza hasta su entrepierna y comienzo a sentirla, presiono mi rostro en su abismo oculto bajo las aguas, mi lengua la inspecciona, entra y acaricia sus paredes por dentro, aumentando la velocidad de instante en instante.

Mis manos presionan sus glúteos para que mi rostro se hunda mas en ella, siento su sabor, degusto con mi lengua la sensación de su humedad, esa que no proviene de las aguas. Comienzo un ejercicio de recorre la línea exacta de su vagina, como si estuviera siguiendo un camino, comienzo por abajo y voy subiendo, escalando su parte mas oculta. Repito el proceso varias veces.

Pronto salgo del agua, respirando con dificultad después de mantenerme tanto tiempo dentro de ella. Tomo su rostro y la veo, de seguro mi mirada esta bestial, desesperada por poseerla en ese instante.

Sigo sin hablar, sólo actuó. Mi cuerpo empuja el suyo de regreso a la orilla y mis manos separan sus piernas, acerco mi miembro a su intimidad y con mi corazón latiendo la mira. Pongo mis manos en la orilla, sosteniéndome de ella y estas a su vez se quedan a los lados de su cuello. Empujo mi cuerpo un poco más, la cabeza de mi miembro choca por fin contra la entrada de su ser. Parece estar tocando a la puerta, sin empujarla. La punta se mantiene ahí, esperando la señal de mi cuerpo, ese primor empujo que haga que me introduzca en ella de una vez y sacie mis ganas de hacerla enloquecer de placer.

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