Noches frías con algo de calor...(Nicolas D´Lenfent posible +18)

por **Gene M. Garbo** Jue Nov 17, 2011 10:31 pm

Recuerdo del primer mensaje :

El dulce aroma de París olores nuevos...sensaciones nuevas era una niña cuando llegue me pareció todo tan excitante que casi no lo pude creer al ver que estaba en la gran ciudad de París. Todo era distinto la sociedad y todo, no era para nada como era Rusia, miraba cada cosa...cada persona como si los viera por primera vez...como si se tratara de un bebe recién nacido...

La estación del tren grande...las personas cada una metidas en sus mundos, sus trajes, unos finos otros no tanto, otras muy gastados...el aroma del vapor del tren inundaba aquella estación dejando mis ojitos brillantes ante lo nuevo y lo asombroso de Paris…una sonrisa de alivio se presentó en mis labios algo pálidos porque desde hace días no había bebido gota de agua durante todo el viaje, estaba muerta de sed y a la vez cansada por el trajín del viaje…moví mis cabellos con mi mano derecha mientras camina hasta la salida de la estación…tenía que buscar un lugar cálido y un trabajo…así que camine por las calles rumbo a uno de los burdeles…tal vez me contrataban de ayudante o algo así…

El frío era algo insoportable…me crucé de brazos tratando o mejor dicho para evitar sentir frío como si el frotar de mis manos con mis brazos haría algo de calor en mí, bah, al menos mi mente así lo creí, ya en las calles la gente paseaba con sus elegantes abrigos, en su glamurosos coches, gente de clase, y otras que de clase baja, todos cubiertos por el frío de la ciudad, a cada paso que daba sonreía a la gente para evitar sospecha de mí “si estoy aquí de comenzar una vida nueva, olvidar lo que paso en Rusia” fue lo primero que se me vino a la mente.

En una de las callejas por las que pasé…mire a un hombre simpático…cortejando con una de las cortesanas…los mire por unos segundos perdí la noción del tiempo solo con mirarle a aquel hombre, luego mi ensimismamiento se fue cuando sin querer tropecé con alguien más…no supe quién era., solo vi un abrigo negro y unas manos frías…muy frías y blancas… -Disculpe Señor…no quise importunarle- sonreí y trate de seguir mi camino hacia el burdel…para probar mi suerte.

por **Gene M. Garbo** Lun Nov 11, 2013 1:16 am

En toda clase donde un maestro experto en la materia te enseña lo mejor que tienes que aprender, siempre llega un punto en donde el maestro debe mostrar a su pupila el camino de la perdición y como llevarlo a cabo con el toque de la lengua y las manos, el toque en un cuerpo ajeno para el goce y deleite de sus más bajas y pervertidas pasiones que oculta todo para que la inocencia se pierda y solo quede una lujuria a flor de piel, un calor que cubra a ambos cuerpo en pleno deleite.
La pequeña flor está a punto de conocer el infierno en manos del mayor pecador, un ave muerta que solo quiere manchar lo que toca, pero esta vez la presa estaba dispuesta a darle guerra y sosiego a su captor, los cielos se pueden alcanzar si es que las almas impías está el poder apreciar lo que son vidas de placeres y dolores; si el cielo era aquello, estaba en el centro del paraíso, las miles de sensaciones que se presentan a una inexperta que hacen que su sexualidad y deseo vayan despertando se acumulan en su vientre fuertemente haciendo que cada célula de su cuerpo explote con la voz de aquel que le provoca una inmensa satisfacción interna y externa, ya no piensa, solo siente, siente aquel fuego correr por su cuerpo, siente como su sangre comienza a hervir y a quemarle por todo su ser, solo quiere dejarse arrastrar por esa marejada de emociones nuevas y muy placenteras.

Lentamente dejo que sus manos actuaran ante las palabras de su ahora maestro, recorriendo el ansiado miembro con sus finos dedos tocando aquel tronco y su extensión mezclada con el jugo de la excitación y de su saliva, llevándolo por toda aquella dureza, sus labios tocaban aquella punta y la sorbían como si deseara vaciarlo por completo, deseando saborearlo y tener su recuerdo dentro más de una vez.
Hambre, sed, todo aquello producto de la gula comenzaba a atacar a aquel cuerpo humano, su diestra bajaba por sus pechos, su vientre hasta llegar a su intimidad comenzando a estimularse con calma y lentitud conociendo el fruto del pecado que poco a poco sería profanado, dejando jadeos internos en el miembro expuesto de aquel vampiro, cuando lo liberó de su jaula a aquel ave, lo tomo en su manos para relajarlo en un masaje mientras lamía sus labios con aquel resto del juego prohibido –maestro estoy dispuesta a hacer todo pero a la vez tengo miedo, miedo de no ser apta para tales placeres, sería mejor otra mujer para darle esa satisfacción una que ya conozca el pecado- musita levemente con una voz que no transmite lo que normalmente diría, solo aquel sonrojo en sus mejillas muestran que aun es la misma jovencita, con aquella vergüenza de su inexperiencia y su rebelde pensamiento que le pedía a gritos salir de ahí corriendo, ¿le haría caso?.

Se recostó en la cama temblorosa de pies y cuerpo entero, sus manos trataban en vano de cubrir su expuesto sexo sus ojos cerrados con fuerza para evitar mirar cómo era analizada por aquellos ojos penetrantes, aquella respiración ajena que poco a poco iba acercándose a su objetivo, quiso detenerle pero se contuvo a pensar “ser una muñeca y disfrutar o ser una cobarde y salir huyendo, si se hace lo primero podría quedar marcada y lo segundo quizás me ponga a salvo de esto” se dejó llevar por unos momentos, solo quería deseaba, anhelaba sentir lo que las palabras decían.
Sus piernas las relajó por unos minutos mientras sus labios soltaban aquellos audibles jadeos que poco a poco se convertían en gemidos de placer, su punto más erógeno era profanado haciendo que se arque la espalda, sus pezones duros como un par de rocas siento tirados por sus dedos y apretados aquellos senos pro sus manos convirtiendo los gemidos en tonos más altos, en gritos de placer, cada toque a sus labios inferiores era una tortura, un castigo que recibía –Lo siento…lo siento no debí…esto…esto…no- sus palabras entrecortadas por aquella gran excitación que su sexo mostraba en gran cantidad.
Cuando un pequeño ratoncito se ve acorralado contra una pared sin escapatoria hará lo que sea para salir de su triste final, en este caso la pequeña ratoncita inocente no dejaría que fuera una presa fácil, con todo el acopio que pudo tomar cerró sus piernas empujando a aquel vampiro, aquel ser que la estaba encadenando a sensaciones nunca ante experimentadas, se cubrió con la sabana y salió corriendo de aquella cama junto a la puerta, espalda contra la puerta, una lágrima por su mejilla iba corriendo con su labio inferior temblando –Esta mal, esto está mal- se tocó su sexo por encima de la tela –no, no puedo sentir eso, no debo, no sirvo para eso- repitió las palabras de su padre y de aquel hombre que casi la viola pero como no pudo ser hombre solo la menospreció con palabras duras y ofensivas. –No puedo, no soy…yo no…-

Hasta donde podía llegar si solo era una obediente chica, a punto de conocer un lado oscuro en la sumisión, al ser una muñeca de un cuervo experto… ¿pero a qué grado se lo haría conocer aquel cuervo a aquella palomita?

por **Nicolás D' Lenfent** Dom Nov 17, 2013 11:24 pm

[…]- ¿A usted, cómo le gusta el sexo? Y el poeta responde sin titubeos: -Oral y por escrito por eso es mi balada masturbadora ~

“Si pequeña, así, sigue, estoy dispuesto a correrme si tan solo me mordieras, juega con él, hazlo enojar, muérdelo, aráñalo con tus dientes porque le gusta ser herido, lastímalo y obtendrás el secreto de una bebida que te intoxicara” Flotando el pensamiento por la perversión de esa boca que le masturbaba, alterando el fuego con peligrosidad, quería y necesitaba correrse para llevar a la corrupción esa cavidad, darle el pecado, que beba de lo prohibido, que aprenda a embriagarse con la leche que endulce y a la vez amarga….Siendo los ojos los que presencien ese deseo, la manera de tocarse a sí misma, estaba cayendo, estaba comenzando a jugar con la excitación…

Morboso mantiene la mirada en su mano, aquella que se hallaba en su sexo, juguetonas le gustaban que por dentro se regocijaba en ese dedo que le desfloro…-Siente todo, ese miedo lo convertiré solo en alaridos, teme por solo no cerrar la boca y de dejar de gritar, solo a eso debes temer…-admirando su sonrojo, su falo endurecido quería golpear pieles pero solo aquel pensamiento mientras le recostaba le hicieron liberar el lado salvaje ante ella.

~Sexo húmedo, aclamar el vino tinto antes de embriagarse…[…]

Castigándole por pensar en huir, se pierde con el sexo húmedo, la lengua jugosa saborea cada elixir brindado pues el flujo abundaba como un rio peligroso a disecarlo, germinando en esa exótica flor de su edén, néctar y ambrosia, el goce de seguir un laberinto, labios contra labios, diente contra piel… ¡flujo! Junto con esos músculos tensos, ese pulso acelerado que le incitaban a mover la lengua a su ritmo, esos alaridos ahogados que de una flor rosada corría, rimando en ese oscuro rincón, conjugando caricias y lametones, erizando infinitas veces sus bellos, mojando las sabanas por ese jugo sexoso y la saliva emanada, es que sus gemidos eran ensordecidos por sus piernas que las tomaba para presionarse a sí mismo los oídos, masturbándole de manera más cruel para coger un orgasmo, disfrutando de buscar en su templo la excitación que la oscuridad no revelaba como sus pezones, esa piel temblorosa y sudorosa que apenas se percibía, acariciando sus pechos rígidos, el ligero arqueo de su espalda y la rugosidad de su piel por ese vientre le decían que estaba disfrutando de ello, llenando la mente de perversiones, añorando que moviera sus caderas contra la lengua, escuchándole que aquello le molesto, negó por haber destruido esa magia entre maestro y alumna que apenas de conectaban….

Que dejando de masajear su interior, esas piernas le negaron la entrada y de un gracioso empujón solo se quedó observando a la humana como corría con la sabana de seda que marcaba su silueta y le vio con un perverso deseo…-Shhh, no digas nada, solo observa tu templo, ¿Sientes esa humedad en tu sexo? Es porque te gusto la manera en la que te tocaba, suelta esa sabana y tócate, penétrate tú misma, debes y puedes por ser tú mismo placer el que te lleve…-relamiéndose los labios llenos de la esencia ajena, levantándose que va tras ella, yendo a su oreja susurrándole dulcemente…-tócate, moja tus dedos y muévelos como más te guste…-metiendo la lengua en su oreja, dejando que una de las manos le hicieran soltar esa sabana y con la otra coge la mano ajena y toma sus tres dedos chupándolos uno por uno para lubricarlos y los desciende su sexo….-ábrete…-murmuro ansioso, dejando esa mano en la entrada para que continuara, mientras el cuervo busca donde picotear y se baja presionando ambos senos para juntarlos y morder sus pezones….

por **Gene M. Garbo** Lun Dic 02, 2013 7:56 pm

Ven, ven, llévame de la mano al dolor
Ven, déjame sentir el verdadero pecado de tus manos
Conocer el calor del cielo y el frio del infierno
No, no te alejes de mí, quiero gritar y consumarme en tus ojos eternamente…
Se por siempre my psycho love…-risa perversa-

El silencio de la noche avanza, el sonido de la música en el burdel se va a apagando lento, lento, muy lento solo llegando a dejar las cuerdas de un violín, gotas de sudor van cayendo lentamente por la espalda y rostro de aquella muchacha, solo se ven su cuerpo agitado, su respiración alterada y sobre todo su desnudez pálida tras esas sábanas blancas, sus piernas temblando, sus ojos abiertos ¿asustados?, si así es, parece un pequeño ratón asustadizo, amordazado, acorralado contra la pared sin gota de esperanza, y ¿acaso se quiere tener esperanza cuando la muerte te llega?
Sus ojos o dan crédito a lo que ve, no solo ha caído en la trampa de la araña, sino que se esta dejando comer fácilmente sin poner resistencia ¿por qué? Porque el embrujo del tejedor es demasiado como para resistirse.

¡Eso, así es, rompe y destruye no solo mi cuerpo sino también mi alma, deja que me arrodille a ti y pida perdón por no pecar como se debe!

La lágrima rueda por la mejilla, cada vez más y más ese cuerpo se pone pálido se nota en el rostro de horror… ¿disfrutas mi temor…mi miedo?...tiembla de ¿frio? No de pánico por lo que pasará ahora, sus manos recorren su vientre lentamente, siente la piel de sus yemas tocarla y erizarla por completo, su mirada esta fija en el suelo con ojos abiertos de terror…llega a su monte de venus y solo un sonido deja escapar un sonido de susto de quejido por tocarse, más abajo, un poco más y siente la humedad con la salive mezclados, el temblor de su cuerpo se vuelve más fuerte todavía, sus ojos se cierran, lento lento va cayendo al pecado, va cediendo, sus piernas se abren más, un poco más…se inclina hacia adelante, los susurros de su titiritero la envuelven calentándola aún más…arde, arde, quema…explota.

Sus dedos van abriéndose paso entre aquellos pliegues íntimos, tocando la entrada de la perdición, su pulga juega en círculos con su botón delicado arrancándole gemidos de desesperación, se cierra más fuerte sus ojos…un dedo entra en su flor dejando atrás la pureza de su cuerpo, dolor, quejidos y posesión de las llamas del infierno; esa mujer ya no es la misma, esta poseída por un súcubo del edén perdido, otro dedo entra con fuerza…-Aaaah- un grito de dolor placentero llena la habitación…cae de rodillas sobre la sábana, su mano se mueve más, más adentro, siente como le duele perder esa virtud de inocencia, entra y sale, entra y salen sus dedos se mueven con presteza y rapidez.
Su otra mano toma las piernas de su ahora amo, pues quiere ser su muñeca por esa noche…le mira con ojos llorosos de dolor, rogándole que le quite ese sufrimiento, que deje de sentir ese pequeño dolor por uno más grande –Aaaaaay- …no puede parar sus dedos se mueven más y más adentro de ella, los abre en su interior tocando las paredes de su vagina, un grito más fuerte le hace tomarse más fuerte de las piernas de aquel ser infernal…grita –Siiiiiiiii-, se estremece, agita su sexo como nunca nadie lo había hecho, ni ella mismo, otro dedo ingresa en su interior y no puede más se deja caer en la perdición…su mente divaga en cuerpos atados a las paredes siendo azotados por aquel maestro, torturados sádica y sexualmente, se observa ella ahí siendo tomada por aquel ser, siento atada a la cama siendo follada sin cesar…su mano se detiene cargada de un flujo salido de un segundo orgasmo, acompañado de una esencia metálica de una virginidad arrancada a medias…se levanta del suelo mirando a su maestro, le mira tomándole las rodillas hasta estar con su boca frente al miembro de él, lo tomo y lo lame por su entereza…lo lame pidiendo una gratificación por ser ahora su pupila… -más, quiero más- susurra casi imperceptible, pero para un vampiro como si hablara en su oído.

-No, no quiero huir, muéstrame, muéstrame a ese mundo de perdición que vi, quiero que me posea como ningún otro hombre podría poseer en ese infierno, enséñeme para lo que fui creada, para ser una muñeca rota y reparada por sus manos- toma las manos de él y las besa delicadamente, lamiendo sus dedos, mordisqueándolos con sensualidad, mientras que su mano ensangrentada con orgasmos toma el miembro de su amante para masturbarlo con la misma rudeza con la que se complació ella, apretando el falo, tirando del glande y por supuesto con su lengua rodeando la punta por la cual aquel néctar blanquecino la bañara.

El sadismo en su máxima expresión…sobre una alma aun no corrupta.

por **Nicolás D' Lenfent** Dom Dic 15, 2013 3:19 pm

[…]¡No queremos que este candente momento termine!~

¡Oh, sí! Mujer pecaminosa, candente con esa ternura poseía, inocencia manchada con suma morbosidad al deseo, ¡Así! Sigue con la provocación de herir su deliciosa manzana, no para de seducir con sus alterados gemidos; esos alaridos mortales que incitan danzar a este falo dotado, elevándose con sumo poder para mostrar que solo un picoteo y estallaría de un excesivo dolor placentero, el cual le hara gritar que le sigan picoteando hasta bañarle de la linfa sagrada de la virtud, siendo este cuervo el que se deje devorar en su dotación, ese falo que estaba necesitado de mas caricias suaves por esa piel temblorosa, el miedo se percibía en el color de su tez, adorando aquella lagrima perdida pero no la lame porque ese gesto es valioso para este cuervo, solo a una persona le lamería las lagrimas descendientes, un acto de atracción, deseo y obsesión era.

Pero no deja de observar como la mujer caía a las redes de sus propias manos, esos dedos traviesos saben a dónde ir y ronronea en sus senos por atrapar el olor a su liquido sexoso, gozando como se masturbaba, los movimientos podía sentirlos puesto que su cuerpo se agitaba al compas de ellos, saboreando el elixir producido de su piel, ese sudor digno de lamer, formando una pestilencia a rosas ultrajadas, la quiere ver más deseosa, desesperada a que le penetren, que enloquezca con sus vaivenes insuficientes, sin expresión alguna en ese rostro le sigue lamiendo, pellizcando sus senos, dejándolos al final con una mordida traviesa que deja marca en uno de ellos, de inmediato recorren dos hilos de sangre sensualmente...-Ha llegado la hora, no te detengas- le ve arrodillarse…-Suplica que te penetre, que el falo te golpee tan duro hasta que se apiade de tu latir intimo-admirando esos ojos perdidos, sus dedos enloqueciendo por derramar un manantial de leche endulzante, guardando la sonrisa, se muestra serio, perverso y morborso cuando le toman de la pierna, no tiene compasión por su marioneta, deja que sus hilos tiren de ella hasta que se desespere, que no soporte mas el fuego arrasador de esta condenada por ser una virgen, una encantadora mujer candente.

Que transformando esto en un asqueroso juego, sabiendo que perderia y ganaria a su vez, porque la mujer conoce la mente perversa de este alimaña, esta capturando sus pensamientos, jugetóna marioneta conoce como aplacar su dolor, sabe cómo jugar con lo erótico, como si fuesen velas exóticas con sus pensamientos queda seducido, atraído por querer fantasear mas con ese templo, drogado por las cuerdas, látigos y un esplendido juego sadico perpetuo de sexo, negando por su falta, primer error cometido, dejar de masajearse que le castiga al introducirle un dedo con salvajismo…-¡No he dicho que te detengas! –pudo sentir la linfa desprenderse de ese botón, le remueve hasta que entienda su deber de masturbarse…-Sigue con tus dedos o seguiré enseñando a masturbarte – negándole que siguiera besando las manos de esa manera, mantenerla alejada del falo que como demonio adentra dos dedos, formando la puta de un pene que le masajea, le masturba con rapidez, apreciando el sonido de los choques húmedos…-Así que te gustaría ser azotada como bestia, vamos a jugar…-viendo como se alzaba al falo, percibiendo su órgano húmedo que le avienta, le aleja negándole el placer, jugaba con ella de manera vil…-No he dicho que me la chupes, te daré cuando yo quiera. Siempre debes de esperar a que tu maestro te instruya correctamente…-metiéndose entre sus piernas y le alza de la cadera con la mano libre, no detiene la masturbación en su interior que con ojos llenos de lujuria, la malicia de sus dedos moverse con locura que la sangre se podía distinguir fluir, como si fuese un extra lubricante, tomando el falo y lo estanca contra ella, penetra con fuerza su cavidad que ese ano caliente le hizo gruñir por ser estrecho..-Abre bien las piernas, súbelas y mastúrbate, quiero que muevas esos dedos como lo hago con tu cavidad, !hazlo ya, masturbarte!….-ordenándole, meneándose, chocando contra esas posaderas, siendo un jodido cuervo que no le importa cuidar de la belleza…

¡Oohh, si! Adentro, afuera, una y otra vez, bailoteando el tango candente, sensual y amoroso para aquellos que saben amar el sexo mas no amar a la persona, meneando las caderas, excitante, ardiente el abdomen se ejerce, manos tomadas de las caderas alzadas, dejándolas caer con caricias en sus posaderas, abriendo mas esa cavidad, la piel le estiraba, marcando que estaria tocando el fondo, gozando como lo dulce y frágil se habia desvanecido en esos orgasmos, este era el juego, llevarla a la cama con encantos y terminarla destrozando sadicamente...

por **Gene M. Garbo** Miér Abr 30, 2014 2:01 pm

Las lágrimas se desbordan del rostro de la joven cortesana lentamente una lágrima baja por su mejilla otra más la acompaña aquellos pozos celestes se ven cerrados con fuerza, el dolor es tan inminente que no puede hacer nada más que solo dejarse caer a las garras del placer agonizante que su maestro y amo le indica, sus labios tintinean en un suplica que solo se convierte en un grito desgarrador, tal cual la virginidad de su primera entrada se ve forzada, con cada empuje solo hace que se abra más aquella boca en dolor quiere alejarse salir de ahí pero algo la detiene, se siente atada a cadenas invisibles que le unen a aquel ser que le propone una muerte blanquecina, cadenas que la toman desde el cuello para inmovilizarla.

Su cuerpo rígido se va soltando a las órdenes del falo de aquella ave que solo la golpea con mayor ahínco y fuerza su cuerpo comienza brotar el manantial salado del momento aquel sudor que corre con gota sobre su espalda acunándola en el centro para no morir en ninguna parte, su diestra baja a su botón hinchado y adolorido, sus ojos no miran nada solo siente es pura sensaciones, su boca suelta los gemidos del placer turbio, aquellos dedos van tomando el botón del clítoris meneándolo aun cuando siente el calor y sufrimiento pega sus caderas contra su dueño su titiritero las pega moviéndolas al ritmo frenético que le impone, moviéndose acorde a ese vals de lujuria y agonía.

Mira sobre su hombro sus cabellos rubios mojados y un poco de tinta carmesí aparece en sus mejillas el sonrojo de la perversión, su mente divaga en los azotes que recibe como azotes a su piel, unos cuantos latigazos por haberse portado tan mal, como una niña que necesita una castigo o reprimenda, le mira sedienta de él, de sus manos, de su castigo lentamente deja de tocarse –Entonces deme amo mío, deme lo que merezco aquí y ahora –apoya aquel rostro angelical contra aquellas sabanas alzando más su cadera, su mente le juega trucos oscuros sintiendo como si las garras de aquel demonio infernal le quitara la piel para lamerle las heridas, el dolor y el placer que le ocasiona es tan grande que sus gemidos no paran van aumentando –Enséñeme a tocarme, enséñeme a romper esas cadenas que me atan, quiero saber cómo encantar con caricias y cantos de sirena en un espectáculo que solo será para usted mi amo, quiero darle ese deseo, tocarme para usted como una experta como su muñeca digna de bendición blanquecina- su voz no era de la mujer tímida al contrario era una dulce melodía cantarina producto de aquel ardor que sentía su alma, ahora era sensual y ardiente, como un leve susurro entre jadeos y gemidos entre uñas tomando la tela blanca que cubre la cama para tener algo que sujetarse.

Niega a obedecer, quiere que su muñequero la obligue, la castigue y le haga entender que es de él en ese momento y que no puede retractarse ya, quiere ser su sumisa esa noche, sentirlo tomar toda la virginidad de su cuerpo de forma que nunca lo olvidará, retira la mano que la masturba con ese vigor, manchada con la virginidad a medio tomar, la lame lentamente aquellos dedos probando su sabor con su sangre de pureza –juegue, juegue con su muñeca amo pero sobre todo no deje darle ese alimento que tanto ama su muñeca, aquel miembro tan duro y suave a la vez que me llena y calma mi sed suplicaré de rodillas suplicare con lágrimas pero no deje de darme lo que anhelo ver el cielo y el infierno en sus manos- besa aquellos dedos, para con los suyos pellizcar sus senos que rebotan con cada embestida, que saltan pidiéndole a su dueño que las detenga con fuerza que le haga gritar con la dureza que le toma, como en la creación de su mente al verse atada y amordazada en manos de su nuevo dueño, aquel hombre que sabe cómo transformar un alma inocente y rebelde en una pecaminosa y lujuriosa amante que aun luce tan cándida envuelta en sudor y lágrimas, lágrimas de sangre.

por **Nicolás D' Lenfent** Vie Mayo 16, 2014 11:00 pm

[…]“El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza”

Triunfantes dedos coronados ejercían el poder dentro de esa manzana que usurpaba el gusano ensuciado, rastrero que se menea activo por su flujo, mofándose con el placer otorgado, jugando cruelmente con esa mujer hasta que derrame lágrimas de excitación, que gima como un cántico pecaminoso al cual masturba ese botón marchito que libera fragancias exóticas para morbosear. Y así cual encantadora bestia resurgía por caer en tentación -¡AH, Así, así llora, regálame el dulce de leche, desprende tu flujo, más, quiero más, apesta mis dedos y sangra, puta virgen desalmada que me exorciza con su templo.-Los pensamientos fueron desenmascarados por su boca, la voz ardiente, seductora y excitante se agitan en su timbre, removiendo los dedos como si instruyera a su clítoris a gritar, a tocar su única tecla que le haga bramar como a una mujer consumida por el demonio de moverse, succionar los dedos y pida más que una jodida ramera por brincar. Cual goce y envoltura espesa a la piel se adhiere y es alocado como el miembro toma posesión de ello.

-mmm, cual virgen eras te caldeas peor que una ramera -Hablaba la mente sucia, asquerosa que necesitaba humedecerle con las palabras, añorando arrebatarle toda esa esencia, hacer que llenara el miembro de su lubricante, chocando contra esas posaderas que el rojizo se denotaba por la candela en la que le movía. Aspirando lo salado de su piel, el humor hediondo de la fornicación provocada, dejando que la lengua se deslizara por los labios con ansiedad de lamerle, mostrándose cual perro rabioso olfateaba esa intimidad al ser masturbada como un violador de doncellas mas busconas que nada.

Arriba y abajo desliza las manos formando su figura, incitándola a que suba y baje del miembro, tirando con éxtasis el cuero que el glande se teñía de un pequeño rojizo, sin dejar de mirar fijamente sus ojos, cielos transformados en fuego, sudor expuesto a ser untado con la piel propia, dejándola sumisa del dolor, despertando ese lado perverso que lo maquillaba en inocencia y vaya niña mojada, maestra de gemidos orgásmicos. -Te daré tan duro que seré el único amo de tu templo, te haré tan mía que suplicaras porque deje de azotarte, lloraras con pánico para que no termines en convertirte en puta para pedir de este dolor... ¿Te gusta? Yo se que si, sangras y la morfina no te calma, te encanta comer carne, chúpalo, succionalo, aprieta esas nalgas y haz que te devore por dentro.- Provocado por la manera en la que lame los dedos con la linfa de su notoria virginidad, jugando entre empujones demoníacos seduciéndole como ella misma lo hacia al pellizcarse esos pezones, dejando que juegue un rato con ellos en lo que empuja y empuja con fuerzas hasta hacerla subir mas en esa cama.

-Te educare para ser la cruz en la cama, clavar, castigar entre látigos que solo este falo sabe darte, pecadora, estas aprendiendo, mi hermoso juguete, gime, gime como nunca- sin piedad avienta esas manos que siguen tocando sus pezones, salta cual jinete se aferra a su yegua, metiendo y sacando y las manos presionan con cierta fuerzas esos redondos y duros senos, subiéndola con ayuda de un intenso empujón y se libera de ella, retirando el miembro de su cavidad para que en seguida le empotre el falo en su dulce intimidad, interior que aclamaban ser rellenado.

Llevando así el ritmo a un vulgar bailoteo, moviéndose en circulo para sersiorarse de que tocara su profundidad así como esos senos fueron removidos con lujuria, cogiendo de nuevo las embestidas que suelta los senos, deslizando las manos a su espalda y le alza, sentándola en las propias piernas al ser dobladas y le impulsa a subir y bajar, apoderándose de uno de sus pezones que muerde con la carnosidad de los labios y tira de ellos por medio del salto.

"(...) Sera la noche mas larga porque el sexo es eterno cuando el miembro retiene su esencia hasta la ultima montura"

por **Gene M. Garbo** Miér Jun 11, 2014 12:08 am

Agrio placer y bárbaro embeleso
crispó mi faz, me demudó el semblante;
ya no te amaba, y me turbé no obstante,
como una virgen en un bosque espeso.

Una puta más, una puta menos no importa las palabras sino el hecho, los gemidos llenaban la habitación así como el aroma del dolor y la sangre la infestaban completamente no había marcha atrás, estaba todo designado para la perdición del alma, su mente aturdida viajaba por miles de laberintos algunos ciertos que eran el momento aquel, un hombre “vampiro” tomando de forma salvaje y viperina a una joven que perdía la inocencia, y otras veces los laberintos estaban plagados de engaños, una joven siendo mordida por todo su cuerpo sangrante y la mujer disfrutaba y gemía y pedía más, hombres arrodillados masturbándose frete a un ser oscuro, un nigromante que les habla en lengua extraña y allá alejada de la luz, los cabellos rubios destella con lágrimas en su rostro y el color de su espalda rojos, marcas de azotes a su piel, mordidas en sus muslos internos y la sangre goteando de su sexo su labios rojos pidiendo más en jadeos y gritos agónicos.

Se miraba completamente desnuda expuesta a otros hombres que admiran su dolor deleitándose con sus miembros duros esperando que ella vaya a ellos a tomar lo que le correspondía, la blanca esencia que da vida y muerte, y su verdugo aquel que le estaba quitando la virginidad, sus manos fueron a los cabellos de él , su espalda arqueada regresa al hoy, al momento de su violación, siente su intimidad palpitar por la intrusión del arma de su titiritero, las cuerdas que atan sus muñecas se cierran al cuello de su dueño, la cabeza tirándose hacia atrás entregando la piel, la fina y delicada piel para ser perforada cual virgen hada de bosque, los gemidos saltan, una lágrima va corriendo a su mejilla, el dolor de la profanación, el dolor de los pezones, el dolor de la sangre y las ansias de más.

Su cuerpo tomaba el color rojo, como si fuera una reacción a algo, y lo era una reacción de placer única, el éxtasis puro, la maldad y la corrupción de un ser que no es humano, que le lleva a canto angelicales y agonías demoniacas, la respiración se pierde se va casi extinguiéndose los ojos cerrados, su cabello hacia atrás, sus piernas dobladas y esas caderas que buscan incesantemente la unión del otro cuerpo el no apartarse de él, se mueven de forma circular haciéndola gritar más de placer, sube y bajan, baja y suben cada vez más lento lo que provoca una mayor congoja, el líquido tibio mezclado con la sangre metálica por dos sexos que se golpean, sus caderas suben casi hasta retirar el falo de su interior pero antes de logarlo mira a su maestro lamiéndose los labios como una sedienta, como una perra a punto de devorar a su presa y deja caer el cuerpo entero, la flecha traspasa más de lo que podía, ya no es virgen ya no es una pura, ahora es la puta de un vampiro, una puta que goza como ninguna .

-más amo mío, más, deme más que no encuentro la satisfacción del acto, no sé qué es la rudeza cuando me está tratando con tanta delicadeza, no se preocupe no me romperé y si lo haga sus manos se calentarán con mi cuerpo al cual quemará por haberme osado a romperme- su voz no es la suya, su cuerpo no es el suyo, se siente poseída y lo está –Cláveme a su cruz, cláveme a la cama, no importa donde sea con tal queme clave a sus manos; azote el cuerpo de esta infiel pero sobre todo no deje que me vaya de aquí sin haber manchado el velo de mi piel con su blanca esperma que solo anhelo saborear, si, siii una puta más para usted pero su muñeca al final que ansía sus manos sentir y su frialdad tocar, no me abandone esta noche, no se aleje de mi lado, si para admirar su ojos debo morir en pecado, una niña mala se ha levantado, si mala, mala que merece un castigo, castigo divino de su cuervo en llamas, llamas de redención y pasión, quiero quemarme en tus llamas- sin previo aviso tomas los labios de su amo aun sin importarle si eso le genera un golpe más fuerte, una reprimenda o una violación más abrupta, su diestra la baja al sexo humedecido y unido con el de su dueño para masturbar salvajemente el botón que palpita, ese clítoris que reclama gritar en un orgasmo.

por **Nicolás D' Lenfent** Jue Jun 26, 2014 5:28 pm

[…] ¡Quiere coger en el mismo fuego, arder, quemar insaciablemente, correrse y ser la ceniza que se disperse!

Dulce sentir entre piel y piel, roces suaves y atrayentes, hermosa y jodidamente deseable, no termina por desearla, le empotra una y otra vez el falo, coronándola con esa corona de una Reyna, embriagado por la pestilencia de ambos sexos, lubricador que abunda y es tibio al ser envuelto en el miembro, manjares para el demonio, asechando su interior cual animal necesita fornicar para comer, detonando lo salado que su piel se envolvía; pegajosa manera de adherirse a los tejidos, posiciones amatorias alabadas en un bailoteo candente, vaya figura definida, arqueada yendo hacia el clímax de ser dirigida al centro, siendo clavada en su profundidad, las manos delinean sus curvas, le enloquece la suavidad de su piel, ser rodeado por la sangre que le enloquece al ser disfrazada en ese pellejo, incitado a menearse por su cantico, alaridos consecutivos y vaya que esplendorosa sensación al deleitar sus lágrimas, deslizando las manos por esos senos bien formados, apretujándolos una y otra vez, agitándola en vaivenes que le reciben con empujones, bombardeando ese corazón por la demencia que presentaba, llevando una mano a su nuca y le presiona de este mientras juega con los movimientos, circularmente le mueve, subiendo y bajando a su reacción, dejando que ella se moviera a su gusto puesto que el cuero del falo yacía rojo por estallar en su interior.

Un bramido se le escapo, era provocado por esa boca y la manera en la que sus senos se agitaban le nacía la necesidad de morderlos pero al sentir como caía le engatuso, una puta que hace en la cama un arte, un jodido arte y le empuja, levantándose un poco para apoyar las rodillas sobre la cama donde se pudiera apoyar para empujar, la dulzura había terminado, las sabanas aclamaban ser manchadas, le escucha, un cuervo en llamas no era, estaba siendo solo el pico del cuervo para picotear tantas veces y ver su festín que le sedujera, le mantuviera preso de sí mismo por terminar de devorar esa miseria que se enriquecía por solo sangre esparcida, siendo opresor de sus labios, le muerde, castigándole por ello, negando cual encanto se detiene y sufre el miembro una desilusión, quería seguir humectando ese interior, liberándole una bofetada y coge la corbata regada en el mueblecillo cerca y le amarra las manos hacia la espalda —¿Quieres besarme? Primero aprende a mamar como a una gata. — Baja a esos senos y con travesía muerde cada pezón, yendo hacia atrás, levantándose y se pone frente a la cama, llamándola con una mano, invitándola a que gateara hacia él y le masturbara con esa boca que comenzaba a ser ensuciada. — Acércate, ven por esa leche antes de que sea desperdiciada y caiga sobre el suelo, hazlo antes de que me arrepienta y llene ese agujero hasta hacerlo sangrar y obtener una copa de ello…Esperando a su gata con las manos endurecidas para nalguear esas posaderas mientras se corre y libera ese orgasmo con los golpes que se desnudan con la osada mirada.

por **Gene M. Garbo** Sáb Jul 12, 2014 11:23 pm

“Por favor calma mis ansias esta noche”

Ese era mi mantra no solo en la mente si no sobre los labios húmedos en susurros con el sabor salado de las lágrimas que corrían sobre la piel tersa de las mejillas, no podía ver nada no debía ver solo sentía las cadenas en mis muñecas y cuello, esas cadenas que tenían dedos, su respiración agitada descendía hasta coronarme en el deseo de sentir su lengua en mis pezones, ya no eran los delicadas perlas de suavidad, estaban duras como dagas lista para matar de placer, matar con colmillos filosos que dejarían una huella de pertenencia

Por lo que más quieras te suplico que sacies mi hambre y sed

Oigo un gruñido, las cadenas desaparecen…trato de levantarme de aquellas sábanas para buscarle con mis manos pero enseguida su peso lo evita, su sonrisa la puedo sentir en mi piel, disfruta esto mucho, verme inquieta y deseosa de él, sus labios toman mi lóbulo izquierdo lamiendo y jugando con él, me deshago en suspiros que trato de contener pero mi piel los muestra erizándose por completo, no puedo hablar más, no puedo siquiera formular una palabra mis cuerdas vocales solo sueltan los gemidos del rito de la pasión y desenfreno, soy ahora puro sentidos y mente que anhela algo más.

Quieres golpearme, más, uno más fuerte, lo anhelo, he sido muy mala, me he portado mal contigo por seducirte

La mente divaga más, las mejillas rojas no solo del orgasmo y el sexo sino de un golpe que anhelaba nuevamente, la fina tela de algo me despierta del ensueño, un ensueño de gritos, ojos vendados, el cabello rubio siendo tirado hacia atrás y la orden de no dejar de tocarme hasta llegar a un clímax perturbador donde las piernas no respondan y sean las cadenas quienes soporten el peso del cuerpo…a lo lejos la voz demandante del amo, del dueño de mis hilos y mis orgasmos, me pedí algo pero no le entendía el timbre de su voz me pareció tan lejano como si todo solo fuera un sueño, un sueño muy exquisito.

Poco a poco despierto inclinándome con las manos atadas ¿a qué hora pasó? Forcejeo pero luego veo a aquel ser que emana un aroma delicioso y embriagante, me seduce, me encadena a él, trato de gatear peor inútilmente fallo cayendo de bruces frente a él…levanto la mirada pidiéndole ayuda, suplicándole porque tire de mi con sus manos y me…me haga suya, con dolor...vuelvo a intentarlo gatear sin las manos pero fallo descaradamente, el cabello frente a mi rostro mientras busco levantarme pero esta vez me siento sobre mis talones con la cabeza agachada pidiendo disculpas a mi amo –Oh mi señor, perdone a esta tonta que no puede cumplir con el mayor anhelo suyo y propio, pues tomar entre mis labios aquel néctar lechoso y blanquecino…pero sin mis manos para gatear como una gata encelo me dificulta el moverme solo con las piernas, las mismas que anhelan sentir sus dedos clavándose en la carne suave de mi piel- muerdo el labio inferior con una fuerza que siento que va a explotar. -ayude para buscar su liberación y mi perdición mi señor- poseída estaba por aquel ser inmortal que a mi alma estaba encadenando a una vida que no conocía.

Todo mi ser lo haría, en cuestión de segundo pues mi mente estaba muy desquiciada para el momento.

por **Nicolás D' Lenfent** Miér Jul 30, 2014 9:46 pm

El manantial de leche se esparce cuando una ex virgen llora…

Los alaridos que asumen esta noche; descontrolados, enloquecidos se desprenden de unos labios rojos, cual carmín pecaminoso a morderlos como la manzana de la discordia, deseo que carcome el palpitar de ese corazón, su sexo húmedo retumba y es la atracción del momento, dejando que los dedos palparan el propio miembro, jugueteando consigo mismo, no es suficiente esperar a su gata, necesita rasgar con las uñas el cuero, gozar del endurecimiento entre la linfa esparcida, una que otra disecada por la usurpación de su musa, deseando ese líquido blanco que beba, caliente se maquilla con la mirada dominada, imaginando mil escenas donde añora esos dientes mordiendo el falo, los dídimos que presionara y trata de que estallara este volcán, ya que abusar de ella era perfecto, todas las posturas quería realizar, invitándola a la perversión, una lujuria demente que de reglas lascivas rompe el pudor, maltratándola, indecente es ante ella.

Joderle pide, que mame este miembro para que su saliva sea su lubricante, lleno de cruces morbosos, morbosea esos senos caídos, pezones que gritan ser mordidos, rasgar su tersa piel, lamer su sexo, atrapar esa lengua que torpemente se muestra, cae entre su gateo. —Mal, muy mal, hasta las gatas después de ser cogidas se arrastran en culo para retorcerse de placer. Hazlo, arrastra tu exquisito trasero, ven hacia mí, ¿Quieres la leche? Debes venir por ella, corre primor, corre que…—Se golpeaba el miembro de un lado a otro, lo trataba con rudeza, así le gustaba ser a la hora de empujar, chocar con algo para que el tronco se meneara, excitándose, liberando bramidos, la mano del diablo se agitaba con locura, perturbar como el infierno hacía, quemarlo por pecador.

—mmm, apúrate, en tu boca he de correrme, ven, este manjar es todo tuyo. —Se alzó un poco, arqueándose cual marfil esculpido de erotismo brillaba, su piel adornada del sudor ajeno, perfumada con una pestilencia de vida y sexo, sus alocados cabellos caídos oran porque de una vez se corra para que se puedan menear entre embestidas…

por **Gene M. Garbo** Vie Sep 05, 2014 9:33 pm

Cálido sentir que me lleva a sufrir
Invítame esta noche nuevamente a vivir
Lo que mi a mi alma condenada gozar se le permita…

Insultos y extraños momentos, el aroma del sexo prendido en toda la habitación, una habitación que tomaba colores oscuros y rojos con pequeños canticos de gritos y gemidos pero no había nadie más ahí solo dos personas pero podía escuchar como si hubieran más, más personas, cada vez que mi miraba se alzaba iba a las paredes mirando cuerpos desnudos atados contra ellas, la sangre goteando por su nívea piel y solo la sonría de aquellas mujeres, las mismas que eran iguales a mí, arrastrándome por aquel suelo con la lengua lamiendo los labios, estoy sedienta tengo hambre, hambre de aquel manjar que me ofrece la muerte.

Las rodillas rojas y lastimadas, las muñecas marcadas por las ataduras, siento el calor de aquella presiones, el cuerpo vuelve a enrojecerse, alzo la vista frente a aquel miembro la lengua toca aquella punta inmaculada aquella nuez rojiza, lamiendo sin cesar esperando el elixir de su vida, lentamente abro aquella fauces mostrando los dientes perlados con ellos toco aquellas venas expuestas empujando hasta la base como si quiera desgarrarle la piel en aquella felación, los ojos cerrados entregada a la tarea de la culminación de aquel manantial, el ave clava esos ojos y sus manos toman los hilos dorados. Una ligera succión al paso que se retira la boca y los dientes vuelven a rasgar el camino serpenteante, la cabeza se agita y la lengua recorre todo el cuerpo carnoso de forma seseante cual serpiente de pecado.

Anhelo morder la fruta prohibida que aquel hombre me invita, me entrega y me tienta.

-Oh Amo, derrame su elixir en mi boca, deje que sea ella la que muestre la cascada blanquecina a mi cuerpo y luego, luego rompa mi templo no profanado con sus colmillos- el sonrojo de las mejillas y luego la mirada de niña arrepentida por haber defraudado a un padre –he sido mala, muy mala y no le he obedecido, castigue mi cuerpo, mi alma y mi ser, no se fije en mi fragilidad que eso hará el dolor aún más grande placentero para usted cuando mis lágrimas inunden las sábanas- muerdo en tiento aquella nuez hinchada lamiendo aquel orificio que expele un aroma exquisito y embriagador.

por **Nicolás D' Lenfent** Vie Sep 19, 2014 10:00 pm

Profunda oquedad son esas entrañas,
Habitante de bóveda celeste,
Purpura domable,
Extiende tu mano de suave seda,
Bebe este semen sagrado,
Y borda con tu boca alaridos,
Eres y serás el juguete preciado de la muerte,
Unge tu alma con la savia de tu sangre,
Es el ave tu amuleto de suerte en la cama

Fugaz intenso, el cristal de esos orbes hacen lujuriar sus lágrimas, los gemidos de esa mujer seducen los tímpanos del cuervo, le cantan dulcemente para que su dureza no se desvanezca, prevaleciendo en pasión, gimiendo de placer por la jugosa boca, órgano humedecido que mantiene húmedo el falo, el glande lo estiran con picardía y el cuero maldito que causó estragos, era un martirio esos dientes que dominaban el hambre, dejando al cuervo posado con el rostro delirante, excitante, descontroladamente el falo quiere explotar, siendo atrapado, enjaulado a que se corra pero quiere hacer más intenso el venir, transformarlo en un orgasmo…

Pero fueron secreciones dispersadas, expulsando el gran pecado del semen cerca de su boca, callándola porque necesitaba que su locura resaltara en su voz, que brindara ese fuego ardiente con su templo, bañándola con la leche blanquecina esa tersa piel, esparciendo la perversidad sobre sus labios con los dedos y parte de sus senos, cual montañas halagadas de unos pezones tan grandes, endurecidos vertidos de una necesidad de ser mordisqueados.

Y esas exuberantes muestras de feminidad le provocan tirarla a la cama y jalar de sus piernas, adentrándose entre ellas que le penetra con rudeza, la morbosidad acechando su rostro, empujando endemoniadamente porque el libido se esparció, el semen brotado del falo que le ayudo a esa engañosa ramera a lubricarle y así poder llegar a tocar el fondo.

Eyaculando, follando con las ganas de mil demonios, el orgasmo astral le recorría por todo el templo, embistiendo con la fuerza de huracanes, meciendo la cama de un lado a otro que el sonido de sus patas anunciaban que la excitación era especie de magia negra. Sin poder ignorar ese deseo infinito, su carne, estirpe exquisito y la linfa se tiñe en el falo, lo decora con belleza y presiona esos senos, retorciéndola de sumo placer, subiendo a nueva cuenta las manos por los mismos, hasta llegar a su boca donde adentra unos cuentos dedos y hace que saboree del semen que le maquillaba un poco, gruñendo, liberando quejidos delirantes,que las ganas se iban descargando con la fuerza engendrada...—mmmmm, Así, así....quiero mas, cansame, haz que caiga rendido entre las sabanas de tu sudor, este es tu premio, tenerme de esta manera...— Escapándose quejidos placenteros, vibrantes sonidos graves que hacían erizar los bellos, tragando la saliva para calmar la ansia pero fue mas potente que una de las manos se fue por debajo de su espalda y le fue alzando, sin dejar de menearse con soltura, mostrando los colmillos que uno de sus senos fue a ultrajar, violentamente muerde la carne, herida maravillosa que de su sangre comenzó a mamar, sentándose para mejor comodidad y la sienta sobre él, meneandola de arriba hacia abajo en lo que se embriaga del licor carmesí y aclamaba que ella tomara el poder con sus caderas al agitarse y lograr que una vez se corriera en su interior, ronroneando por la quemazón y la satisfacción.

por **Gene M. Garbo** Miér Oct 15, 2014 12:38 am

Gemidos de placer álgidos
Sobre las rosas marchitas del campo marcado
Tienen ahora los capullos la razón de florecer,
Con el néctar blanquecino que les invita a la vida
Con el color de la pasión roja por su sangre
Que busca con desesperación la muerte de aquel capullo
No desesperes mi ángel, que tu grito de paz vendrá
Cuando el ave deje sus plumas negras sobre…lapida.

Las palabras erizan la piel completamente, se adentran en ella cual cuchillas filosas esparciendo su vitae por toda la presencia del amante maldito, aquel destello blanco seduce completamente a mi alma encadenándola a probar y lamer en los dedos parte de aquel rastro de semillas muertas pero vivas porque crean en la piel el cosquilleo una sensación que erecta los pezones bañados en aquel néctar, el cuello ladeándolo a un lado mirándome impávida con la lengua recorriendo los labios que cual pintura están cubiertos, el cuerpo florece se llena de vida, una que pide a gritos ser arrancada con el dolor de la fragilidad humana.

El estremeciendo envuelve más fuerte a la frágil piel, oleadas de calor inunda su ser uno más fuerte que el anterior, me enrojezco completamente, las manos se toman de aquella cabecera y las piernas apresan con temblores al profanador maldito de aquella virtud celestial, los labios se abren cual grito desgarrador con mis ojos cayendo a la oscuridad apresando más los dedos a la madera pútrida de aquella cama, de mi garganta los cantos de sirena cambian por unos gritos de terror, el dolor y le placer mezclados en un canto de odisea –Señooor por piedad- un grito más fuerte y estaba viendo alas que salían a aquel ser, alas negras que me abrazaban y tomaban de mis caderas empujando más fuerte –aaah Mi amo…AAH…por piedad…mmm se…se…se lo ruego más despacio que sus alas se rompen- nuevamente desciendo a la oscuridad, el sudor perlando los pezones que endurecidos se muestran a ser mordidos y rasgados, aquellos senos turgentes, redondos cual frutas a ser perforados por la maldad, lo ansia mi cuerpo, lo desea mi mente que crea ilusiones de dolores y sonrisas de satisfacción con lágrimas de sal y sangre por toda la habitación que quema como mi propio cuerpo que busca calmar eso con la semilla de mi amo.

Los ojos se abren abruptamente junto con las plegarias y los gritos suelto la madera para tomar aquellos brazos levantándome, su voz, su voz, su melodiosa voz me seduce, me llama…tomo sus hombros moviendo el cuerpo cual serpiente del infierno de arriba y abajo de abajo a arriba, moviendo en círculos la cadera –Quiero cansarlo, en cuerpo y alma, que su ser retoce aquí junto a su esclava, que sus manos lastimen mi cuerpo porque lo merezco mi señor- los labios pegados al cuello mordiéndole y lamiéndole, buscando la reprimenda y el castigo que tanto ansío, empujo su cuerpo contra aquellas sábanas manchadas de sudor y semen… me coloco sobre él meciéndome con la fuerza de un huracán, saltando sobre su palpitan sexo masturbándolo en mi interior con las paredes internas que lo apresan devorándolo más a su interior, el éxtasis de mis gritos –Oh si Amo maas maaaas OOOH POR DIOS- nombrando impúdicamente un nombre santo para una tarea de los avernos , el placer corriendo cual marea que rompe en los riscos, tan bravío como el orgasmo que desea invadir en aquel momento.

por **Nicolás D' Lenfent** Dom Dic 07, 2014 6:34 pm

Exquisito pudor, libido enaltecido en los movimientos sensuales, desprendidos de una pasión alocada, estaba completamente hechizado por ese templo, el dulce comenzaba a ser su único vicio en ese instante, la esencia de la lubricación bien que poseía al falo, no dejaba que se saliera, lo mantenía preso en su interior, bailoteaba sexualmente. Opresaba su templo, posesionando su alma, le estaba arrebatando su pureza, ¡Maldito demonio! Se alimenta de los alaridos, deleitando a su sumisa, sellándola con la espada filosa, dominando ese botón, y era suya, ya él estaba por los fuegos.

— ¡Sigue, mmm, exquisito, oh, pequeña dulzura! —Estaba realmente fascinado, era provocado, tentado por la manera en la que adora el semen del pecado, enloquecida florece, resplandece cual rosa roja que le destrozan sus espinas para tornarla frágil, esa que ruega por ser regada de linfa, mantener su belleza de manera perturbadora, a gritos ora por ser masacrada por el dolor.

Pero sigue picoteando, devorando a su presa, cuervo tenebroso que en esa cama le descubrían su verdadera apariencia, un súcubo, mordiendo ese seno, mamando el néctar, contorneando con las manos su finura, detallándola con extremo deseo. —¡Descarado orgasmo, falo masoquista! Golpéalo o te daré más —Es golpeado con las húmedas paredes, cada mordida le incitaba a una parálisis nocturnal, jugando con esa apariencia de niña pero con su seductora mirada, candente se remueve por la carne que le brinda el placer, tirando de sus cabellos, salta frenéticamente, abría esas piernas más, despertando por completo la bestia, hace que brinque en el falo con fuerza, que azotara esas posaderas, retirando los colmillos de su seno y adora el recorrido de su linfa por su templo, alzándose un poco, inclinando a la humana al gozar de sus caricias, brindándole más a sus senos que los pone en la cima y uno por uno los chupa, muerde y tira de esos pezones erectos…—MM, que rico sabor tienen tus pechos…—murmura, empujando intensamente, tomando la postura arqueada que en unas cuantas embestidas se corrió, su semen iban surcando el templo de venus y gimió, era un cantar exótico, el averno pronto se desbordaba, se apodero de ambos senos y los apretujó, removiéndolos en circular, descendiendo el rostro a ella que su pestilencia era un afrodisiaco para saborear y fue que delineo con la lengua el contorno de sus labios, adentrándola poco a poco que engendro un juego, germinando en pequeños gemidos, callándolos al atrapar su lengua e irla chupando una y otra vez, como si fuese una masturbación, penetrando la mirada en ella, el ritmo no abandonaba al irse meneando, pero la fuerza era ejercida aún peor, fusionando esas bocas ya que el beso lo prolongo, gustando de la sensación, de permanecer en su caliente cavidad y desearla inmensamente, necesitaba de ella, su templo ya lo tenía, su linfa apenas la acariciaba con la mordida en su yugular después de abandonar sus exquisitos labios.

Pronto el cuervo se alimentara después de haber jugado con su presa, ¡Que ruina, que cadavérica excitación! Llora, ruega cara mía, te morderé todo ese templo hasta entregarte al sopor...

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