Intentado huir [Yohann]

por **Emily Pope** Dom Jun 27, 2010 10:58 am

Domingo por la mañana. Según Celia, era el día en que se debía visitar la casa del Señor y confesarse ante el. Según Emily, era solo mas encierro en un lugar terriblemente aburrido. Sabia que la gente que iba a la iglesia generalmente no cumplía con sus deberes de buen ciudadano. Para ella eran un montón de hipócritas.

Bajo de el carruaje negro con ayuda del conductor. Llevaba un vestido de un color blanco inmaculado y zapatillas haciendo juego. Sobre la cabeza, un paño finamente bordado en plata, del mismo color. Celia usaba un vestido similar, pero en color negro. Los carruajes llegaban y se iban rápidamente. Los colores de la vestimenta de las damas que bajaban de ellos no variaban mucho. Los hombres iban todos de negro y muy elegantes. Emily pensó que se vestían mejor para ir a misa que para una fiesta.

Un poco mas allá, apartada del resto, estaban las personas de clase mas baja. Luego que los adinerados ingresaran, lo harían ellos. Ellos también vestían sus mejores ropas, pero estas eran mucho mas humildes. Suspirando, Emily ingreso a la catedral.

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Luego del servicio dominical, la gente empezó a retirarse aun mas rápido de lo que habían llegado. Emily permaneció sentada, a pesar de que Celia ya estaba de pie y caminando. Su nodriza la miro interrogante.

-Deseo confesarme por el pequeño incidente del otro día, Nana- le dijo, refiriéndose al día que se escapo de ella mientras hacían las compras. Celia sonrió, feliz por el hecho de que su protegida hiciera algo bien.

-Toma todo el tiempo que desees, mi niña. Estaré esperando fuera en el carruaje cuando termines.- el que le hablara así demostraba lo orgullosa que se sentía. Aunque su orgullo se hubiera desvanecido si supiera que lo que Emily quería era escapar de nuevo. Cuando Celia salió de la catedral, Emily se puso de pie y corrió a buscar una puerta lateral por donde pudiera escabullirse. No se había dado cuenta que no estaba sola todavía.

por **Yohann Moreau** Lun Jun 28, 2010 11:46 am

Respiración acelerada, cuerpo sudoroso, dolor punzante en el pecho...va a matar, por fin ha decidido moverse. Me levanto de la cama y me visto rápidamente, si perder un segundo salgo del hotel a la carrera directo al origen de la sinuosa sensación. Necesito llegar rápido, en las anteriores ocasiones siempre he llegado tarde, pero esta vez necesito salvar a esa chica, es mi propósito, la única razón que me queda para vivir. Han muerto ya 13 mujeres, asesinatos que me visitan todas las noches e interrumpen mi descanso, otra más no podría soportarlo. Doblo la calle y sigo corriendo esquivando a la gente que va apareciendo en mi camino. Por un momento a punto estoy de perder el equilibrio al tropezarme con un saliente del suelo, pero consigo agarrarme y prosigo mi camino.

La sensación cada vez es más profunda, me cuesta respirar, no puedo pensar con claridad, pero no puedo permitir que me gane otra vez. Me detengo al sentir que estoy frente a una catedral, sin duda la chica está allí dentro, Doblo la esquina de la catedral e intento entrar por una puerta lateral y de repente, me topo con una joven. El dolor punzante en el pecho aumenta, es ella, no esta muerta, he llegado a tiempo. Nuestras miradas se cruzan un momento pero no me detengo, la agarro de la mano y salgo corriendo junto a ella del edificio, en esta ocasión no permitiré que muera nadie más.

por **Emily Pope** Lun Jun 28, 2010 12:03 pm

Antes que la persona que estaba con ella en la cátedras hiciera su aparición, la puerta lateral se abrió y Emily se sintió arrastrada hacia fuera. Apenas alcanza a ver al muchacho que la lleva corriendo por la calle, y empieza a mover los pies para no terminar contra el suelo. No tenia idea de a donde la llevaba ni quien era, y por mas que intentaba su mano no lograba zafarse de la del desconocido.

El joven se movía sin problemas entre la gente, y ella seguía exactamente el mismo camino que el para no lleva a nadie por encima. Seguía tirando de su mano para soltarse, y estaba a punto de lograrlo. No podía evitar notar que se había escapado como deseaba, pero correr tomada de la mano de alguien a quien todavía no le había visto bien el rostro no estaba en sus planes. Cuando por fin logro quitarle la mano ya habían avanzado bastante. Emily se tambaleo por la inercia cuando se detuvo. El joven freno unos metros mas adelante, y giro a mirarla. En sus ojos se veía que no se sentía del todo bien, pero ella no dejo que su característica bondad se impusiera.

-¿Qué diablos cree que esta haciendo?- le grito furiosa, sobándose la mano.- ¿Acaso no tiene noción de buenos modales?- Se asombraba a si misma por ser tan antipática, pero que la llevaran a los tirones tampoco era muy simpático.

por **Yohann Moreau** Mar Jun 29, 2010 7:42 am

La joven se suelta y, como es lógico, me recrimina mi actitud, pero aún así el lugar de detenerme en sus palabras, su belleza me obliga a hacerlo en su rostro. No se que es esta sensación que siento en mi interior pero esta mujer es diferente a todas las demás, puedo sentirlo, ahora comprendo la razón por la que es el objetivo del asesino. Salgo del hechizo que me ha lanzado su belleza y me disculpo.

-Perdóneme, pero mi intención no era actuar de una forma tan tosca, y más con una dama de su categoría.

Los transeúntes de las calles de París nos observan por culpa del tono de voz de la chica. Tengo que intentar convencerla de que no quiero hacerla daño.

-La aseguro que tengo una buena razón para haber actuado así, y si me acompaña aun lugar algo más discreto se lo explicaré, es un asunto de suma importancia.

por **Emily Pope** Mar Jun 29, 2010 6:59 pm

El desconocido la miraba de forma extraña, pero ella no hizo caso, furiosa como estaba. A pesar de su disculpa, siguió enfadada, y parada a una distancia que ella consideraba prudente, por lo que el joven casi tenia que gritar para que lo escuchara sobre el bullicio que había en la calle. La gente se giraba a verlos, Emily los ignoraba.

-!No iré a ningún lado con usted, acaba de arrastrarme por media ciudad contra mi voluntad!- casi grito, pero se contenía la rabia como era lo correcto para una dama de su nivel, dado que había demasiadas personas observando. A pesar de contestarle así, veía que el desconocido estaba ansioso y algo preocupado. La expresión de su rostro era de angustia, y Emily no soportaba ver alguien tan mal. Suspiro, y el pecho le dolió cuando el aire entro en el. No le quedaría otra opción que calmarse y escucharlo, capaz de esa forma lo ayudaba en algo. Pero no se arriesgaría a ir a un lugar aislado con alguien que prácticamente la había secuestrado. Observo que unos pasos mas adelante había una sala de te muy elegante.

-Le daré una oportunidad de explicarme porque ha tenido esa actitud. Tomemos un té mientras hablamos, pero si no da una razón convincente, me iré.- dijo mientras le señalaba el negocio.

por **Yohann Moreau** Jue Jul 01, 2010 8:50 am

Acepto la sugerencia de la bella damisela y nos dirigimos a una tetería. Si me paro a pensarlo durante un instante he sido demasiado descuidado sacando a la joven de la catedral de esa manera tan ruda, me he dejado llevar por la excitación de poder evitar uno de los asesinatos. Ahora el problema radica en como voy a convencerla de que me crea y no me tome por un psicópata secuestrador. Llegamos a una tetería elegida por la señorita y nos sentamos en una mesa, su gesto me indica que necesita una explicación en este mismo instante. Trago saliva y comienzo.

-Ante todo, te vuelvo a pedir perdón. Se que te va a ser difícil de creer lo que te voy a contar, pero escúchame. Durante los últimos dos años, trece mujeres han sido asesinadas por el mismo hombre. Y tengo la convicción de que tu eres su siguiente objetivo. Te preguntarás como lo se, y la razón es que soy un brujo.

A medida que voy diciendo las palabras yo mismo me tomo por un loco por lo que decido actuar. Levanto mi mano derecha y elevo una taza de te con mi magia, mientras la joven, observa la escena con atención.

por **Emily Pope** Vie Jul 02, 2010 5:22 pm

Emily levanto una ceja, un gesto que había adquirido de pequeña por copiárselo a su padre. Celia se había desesperado tratando de evitar que lo haga, pero ya era una costumbre. Cada vez que no estaba de acuerdo con algo, ella lo hacia. Miro la taza que estaba elevada en el aire, y apoyo su mano sobre ella, haciendo que volviera a la mesa.

-Un brujo al que no le preocupa guardar las apariencias, veo. Que poco sensato, Monsieur...- se dio cuenta que el joven todavía no le había dicho su nombre, así que dejo la oración inconclusa.-Se que los brujos existen, yo misma se algunos trucos. Eso no me resulta difícil de creer. Pero su otra afirmación, la de un asesino, esa si ya me parece menos creíble. Es decir, ¿qué posibles motivos tendría alguien para acabar conmigo? Difícilmente salgo del castillo, estoy acompañada todo el tiempo y poca gente me conoce, ya que soy bastante nueva en la ciudad.- lo miro incrédula. Estaba tentada de irse, hasta tenia ganas de ir de nuevo a la catedral, ya no se sentía a gusto ni siquiera para huir de su Nana nuevamente.

por **Yohann Moreau** Sáb Jul 03, 2010 7:59 pm

La observo sin enarcar ninguna de mis dos cejas. Su reacción es mejor de la que me esperaba, algo es algo. Pero aún así se me antoja una empresa complicada llegar a convencerla de mis palabras. Yo tampoco comprendo porque el asesino mata a las mujeres que mata, pero estoy obligado a hacer pública la única hipótesis que tengo en mente.

-El asesino mata a las mujeres de las que yo me podría llegar a enamorar...

Menciono la frase con algo de cautela y bajando el tono de mi voz. No es algo que tenga confirmado ni mucho menos, pero nunca se me ha ocurrido otra razón que justifique su forma de actuar.

-Se que seguramente crea que estoy loco, pero solo quiero salvarla la vida.

Intento hacer lo posible por ocultar mi desesperación, pero me resulta imposible.

por **Emily Pope** Sáb Jul 03, 2010 8:12 pm

Emily no alteró su expresión, lo observó examinándolo. Llego a la conclusión que el joven hacia bien en creer que ella lo consideraría loco, porque eso era lo que pensaba en ese momento. La apariencia del desconocido tampoco ayudaba. Estaba desaliñado, con el cabello revuelto y no olvidaba la expresión de dolor que había visto en su rostro rato antes. Suspiro, y se puso de pie.

-Antes que nada, permítame pedirle disculpas por tener que retirarme. Pero dice incoherencias. No puede saber si podría llegar a enamorar de mi, ni su asesino puede saberlo porque no me conocen. Le agradezco que intente salvarme la vida, pero puedo cuidarme sola. Suerte en su misión de atrapar a su asesino. Le recomiendo una visita al hospital, allí seguro lo ayudaran

Enfadada, Emily dio media vuelta y se dispuso a regresar a la catedral. Ese pequeño encuentro la había puesto de terrible humor y solo quería volver al castillo con Celia.

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