Remember[Privado]

por **Asagi Dunkelheit** Dom Nov 20, 2011 9:27 pm

El espejo de la verdad…
Es aquel que parte del cuerpo durmiente de la eternidad…

Sus ojos, esa expresión serena y engañosa, todo un hombre amable, sonriéndome por tantos años, sin decir nada, con la mística alma de un humano diferente a él, no sé decir quien es exactamente esa persona, tantos años, tantos siglos y nunca nos hemos mostrado, pero la hora, el espejo se corrompe, la tinta roja recae, de nuevo esta escrito este día pero no narrado, pero no visto de otra manera distinta, he de encontrarme aquí en soledad y sombras, heme aquí y ven por mí, vamos te espero con ese tinte en las pupilas que jamás has admirado en mí, desata a la bestia que alguna vez sellaste en mi interior y deja que muera abalanzándose contra ti mi rival más preciado, mi adorado enemigo, el hombre más peligroso y del cual me debo de cuidar, protege mi existencia para su propio gozo existencial, la destrucción llega con aquellos que trajeron la ruina, de nuevo tu y yo.

…Entrando por matorrales, esperando a partir lejos de aquí te encuentro libremente sentado frente a mí, tu amable rostro me baja la guardia, que tonto fui, mi cuerpo se queda inerte, mientras me arrullas cual hermoso crio en tus brazos, cantándome esa fúnebre canción que es nada menos que un hechizo, mis parpados se adormecen, mis manos no responden, mi voz se corta, el olor a rosas y oscuridad llegan, aquí en las abadías de este viejo castillo, ¿Qué se pretende?, apenas escucho ruido, ¿Dónde estamos?, quiero ver tu rostro una vez más… Isaak…

‘…Sangre del pasado…’

No eres fiel a tus palabras, no más cuando estas con aquellos cuatro, cuando obedecen ordenes, un castillo, una luna preciosa que nunca termina de mostrar su brillo mientras permanezco sentado, a la luz de las velas extendiendo mis brazos para que la noche sea eterna, mirando con rudeza a los cuatro que bajan la cabeza en señal de obediencia, ¿Qué debo de enfrentar?, no hay deseos, no hay humano, no hay nada más quien lo que soy ahora, este libro se escribe de las entrañas de la bestia que reside en mi…

Anoche la rosa carmesí se tiño azul como las pupilas del heredero, ah, ese soy yo, mirándome a un espejo con la armadura de esta guerra, eso indicaba una cosa cuando el cuervo llamo a mi puerta, trayendo en el pico el peste más grande, el olor a licántropo, muero de gracia al verlos derrotados pero ‘Desert’ ha hecho un buen trabajo, paso la carne entre mis dedos, he de infectarme, hemos triunfado, ahora solo quiero seguir expandiendo mi reino, ir al mundo mortal y hacer que mi nombre haga resonar el mundo con un eco que lleve mi nombre.

Pero es aquel hombre quien se acerca a mí… ¿Fernand?, un apodo más, su verdadero nombre es ‘anónimo’ como si valiera tanto. No confió en el, no confió en nadie, ni siquiera en mi o la luna, su brillo traicionero, su sangre eterna es tan maldita que quisiera poseerla, encerrarla en una pajarera…
¿Quién es esta bestia y que es lo que pronuncia Fernand?

por Invitado Dom Nov 20, 2011 10:16 pm

Tic-tac, suena el reloj, cantando casi para la hora de partida, clac-clac sobre el suelo se ponen en marcha las herraduras de los caballos, la mansión se apagó por completo y el los doma haciendo que vayan a toda velocidad, en cuanto han salido echo una carcajada cantando, era la hora, ya dejaría de apostar con León, y ahora la ciudad de su corazón estaba frente a sus pequeños ojos, el niño dormía profundamente, la conversación de padre a hijo le había parecido absurda al mayordomo. París no le gustaba en cuanto sus ojos posaban por las luces londinenses sentía el aura en casa, esas noches cuando León el vampiro sin alma y cabeza hueca parloteaba con las mujeres de algún burdel de calidad no como los grotescos de parís y Fernand solo paseaba entre las calles pagándoles a las almas en pena que ahí vagaban como sus vigilantes, era demasiado fácil residir ahí, si Dunkelheit no hubiera huido los deseos de venganza no estarían aquí de nuevo.

Entraron al patio, joder el castillo estaba más mugroso que la taberna donde se refugiaba León, y de hecho estaba más mugroso que León, dejo el carruaje apenas tocaron las losetas que adornaban el patio y la fuente seca con las telarañas que carcomían el mármol de los peces tallados, piso suelo firme con algo de asombro y abrió el compartimiento…

...“Abriendo el compartimiento recordó; que el niño le fue entregado, cuando este descansaba simplemente su lado maligno no le dejaba en paz “Hazlo, Hazlo, mátalo, mátalo” le ordenaba cuando Fernand estaba ahí con el veneno o alguna arma sin embargo su alma noble le detenía, era absurdo una batalla de dos personalidades, le volvían loco, hablando y escuchando voces, quería liberarse de todo cargo y matar al niño lo haría”

Cargo a su supuesto hijo entre manos, un cadáver era lo que llevaba un pestilente cadáver que boto haciéndolo rodar por las escaleras de aquellas abadías del castillo, los caballos eran una prueba de que regresaban, sonrió amablemente cerrando los ojos en un gesto cálido, bajando con elegancia, mientras pateaba el cadáver cuesta abajo para dar inicio al final.

por **Kei Koizumi** Lun Nov 21, 2011 12:40 am

Londrés, Londrés... ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que sus pies habían tocado tierras londinenses? Qué más daba, las razones que habían llevado sus pasos hasta ahí eran ahora muy diferentes. Caminó con ligereza moviéndose entre los transeúntes sin hacer el mínimo ruido, como un fantasma que no existiese en ese mundo, uno que ya no era el suyo. Era una sombra moviéndose sin cuidado entre las calles y las personas que desconocían por completo su existencia.

Nada existía más que lo que se había impuesto como objetivo. Se detuvo en la penumbra en un lugar desolado, oscuro y solitario. Tarareró una antigua canción, una que su mente no podía evocar pero recordaba con claridad. Probablemente olvidada por el paso del tiempo, una melodía que aparentemente ya no exixía pero él había escuchado cuando aún respiraba y vivía.

El silencio que imperaba desapareció ante el casi imperceptible sonido de su voz y una sonrisa apareció en sus labios, no por felicidad, no por sentirse seguro, simplemente un gesto de una mente que estaba enloqueciendo, eso era lo que parecerpia a simple vista. ¿Pero dónde estaba la cordura? eso no era más que un reflejo, un espejismo que los humanos viven creyendo... Pero hacía mucho que él no lo era, locura, perdición, cordura, convicción...

Cerró los ojos, como si eso fuese a guiarle al lugar en el que quería estar. Ahora ¿Por dónde debía empezar? Caminaría a ciegas pero llegaría hasta el final. Le encontraría, de eso ni hablar...

por Invitado Lun Nov 21, 2011 1:16 am

Lindo cadáver, la campanilla de la primera puerta suena ya parece vieja, ¡Maldito castillo!, de un movimiento el fuego de las antorchas se prenden obedeciendo a la magia negra del brujo, mientras las largas hebras de cabello azabache del vampiro le cubren el rostro, simplemente abre de un impulso, la voz de León no se escucha incluso sus rugidos han cesado. Fernand mira de un lado a otro, cativo a su presa la cual duerme profundamente.

Dunkelheit, camina entre las sombras, aún sigue siendo una pequeña luz perdida en su mente, los sueños de un marrón y magenta oscuro se borran en un parpadeo, la sangre en sus manos jamás será borrada, ese ser es quien ha hecho daño es tan inexpresivo, “No conoció el amor, mucho menos el aprecio, solo las obligaciones, no siente nada, ni de humano, ni de inmortal, jamás nada le interesó, mucho menos ha necesitado o dependido de alguien, su pasividad en ese rostro y en el azul cielo no le apasiona, nadie dibuja jamás una sonrisa o un signo de desagrado”, ¿Qué es ese ser?” me ha interesado desde que era un bebe.

Saliendo del trance de esos recuerdos el brujo tiende el cadáver sobre una vieja mesa conformada y construida a base de rocas, le despoja de la camisa, tiene un bello rostro malditos son bellos como los ángeles del cielo pero no es más que una ilusión creada por satanás, extiende las palmas de su “hijo” sobre las losetas, mientras de alguna parte de sus vestimentas encuentra aquellas cuchillas envenenadas, el veneno es el mismo que lleva grabado Dunkelheit sobre su brazo izquierdo obra maestra del artista Fernand.

Toma las cuchillas con maestría entre sus dedos y apunta directamente a las palmas como cuando cristo fue crucificado y los clavos atravesaron su piel de porcelana, pero un movimiento del exterior e interior sorprende a Fernand, el brazo de Dunkelheit que por acto reflejo reacciona aun en el trance del sueño.

Spoiler:

por Invitado Mar Nov 22, 2011 7:35 pm

Enarco una ceja cuando vio uno de los carruajes con el sello familiar salir, estaba cruzado de brazos mientras en la mano traía una botella de vino o algún licor barato, la chaqueta de su atuendo sobre su hombro, miro alejarse el carruaje y a Fernand llevarlo, con el dedo índice jalo su parpado hacia abajo y le saco la lengua haciendo el sonido característico de una burla como si fuera un crio de tres años. Que rayos hacía el mayordomo “popotitos” saliendo a estas horas, rasco su melena con la otra mano e hizo un mohín termino el vino y llevo la botella donde la cocina pero al atravesar la sala se quedó estupefacto un apestoso olor que llevaba el sello “popotitos” estaba ahí.

Hablaba de Fernand claro, el vampiro se la pasaba burlándose de lo delgado y alto que era, apodando a sus piernas o llamándole de diferentes formas – Tres tristes…. ¿Leones?- se empezó a carcajear cuando vio aquel signo tirado la llave que siempre colgaba del cuello del “niño Dunkelheit” estaba ahí, lo tomo sin antes jalar la manga de su camisa y tomarla, la acerco a su olfato -¡Asco huele a Fernand!, Ese…Imbécil – ya León había descubierto que iba a ser y donde se dirigía.

El cómo llego a Londres no lo narraremos, el asunto es que había llegado ahí, precisamente estaban en ese castillo londinense, pero se jacto de una presencia, ese perfume se le hacía conocido la mezcla del… -¡Amor, Amor! – grito para que el sujeto le escuchara y empezó a reírse de nuevo – Hay el amor, el amor, dulce Dulcinea, – le dio una nalgada al caballo y después entro dejando la puerta abierta para que el sujeto le siguiera.

Entro a la abadía, ese lugar le ponía de ánimos amargos, hizo una mueca y en jorobo su postura, de una patada la derribo pero nada, nadie, se rasco una vez más la cabeza, abrió otra puerta y antes de que pusieran al “niño” como “Santo cristo” detuvo la mano de Fernand con tremenda habilidad.- No es la mano de Asagi, dime Fernand que pretendes, piensas que serás liberado o que Popotitos?- recargo sus caderas en la otra mesa cruzándose de brazos y pies, viendo el espectáculo y el sacrificio- Además no estamos solos, por ahí viene alguien, déjate de juegos tontos y déjame al “niño” – intento cargar a Asagi pero la mirada del brujo le dejo atónito.

por Invitado Miér Nov 23, 2011 11:17 pm

El olor a alcohol se percibió y la ilusión de la mente al brujo se le borro completamente, aquí estaba su casusa, ese maldito apodo, cada que él podía le insultaba, lo rebajaba como si fuera un blanco para todo, iba y le lloraba, León, León, en su cabeza no había otra cosa pues el alma de ese ser estaba ahí, solo con él martirizándolo día y noche con una sonrisa tan amable con una solidaridad el niño abusado que sufría residía en Fernand. Acaricio de nuevo el rostro de aquel vampiro que vio crecer, llegando al brazo de León deteniéndole y mirándole con una frialdad podría notarse desde el cristal que le vieran.-No solo quiero ser liberado, matare a dos pájaros de un tiro y si acaso a tres- no era tonto se jacto de la otra presencia, tanto estudiar a esos chupasangre como para no saber lamio la cuchilla mientras lo decía una sonrisa le acompaño tan dulce tanto que parecía un indefenso humano hasta dejo que sus facciones le acompañaran acompasando el momento. –Lo sabes León no me interesa matarte solo a él, debe morir, deseo ver su sangre – miro el cuerpo de Dunkelheit, arrancándole la camisa con la cuchilla haciéndole una herida como un caminito escarlata en el torso, viendo que sus ojos azules le daban vista al delirio y León se alertó al momento.-Bienvenido hijo mío-

Spoiler:

por **Kei Koizumi** Sáb Nov 26, 2011 12:23 am

Ah, qué coincidencias puede traer el destino. Pero si yo no creía en cosas como esa. Caminaba sin un rumbo fijo hasta escuchar aquella voz que inundó mis sentidos. ¿Quién era yo para decirle que no al encantamiento de la noche? Sonreí de medio lado antes de dirigirme hacia el lugar del que provenía y por donde había avanzado perdiéndose en la espesura de la noche.

Me sentía fuera de mí, por estar siguiéndole aún cuando era claro que el quería detenerme, pero así era como estaba y actuaría de acuerdo a ello. No importaba si era una sombra o un muerto viviente que caminaba. Aún tenía un motivo, aún tenía un aliciente, por muy extraño que pareciese.

Aquella voz y presencia que hasta cierto punto me era familiar, de buena gana habría reído, ¿Qué hacía alguien gritando aquello en medio de la noche? Pero seguí su fragancia sin resistencia alguna, de alguna manera agradecía haber escuchado su voz repentinamente cuando pensaba que estaba perdido.

Mis movimientos se detuvieron ante aquella curiosa escena. Tardé un momento en captar por completo lo que estaba sucediendo, había alcanzado a escuchar lo último que dijeron, aún así, el estado en que me encontraba me impidió procesarlo rápidamente en ese momento. Si bien lo hice finalmente, mi mente era un misterio incluso para mi solamentel Me acerqué, mis pasos marcados como los de un humano. Hacía eso cuando quería que me notasen pero esta vez era más bien innecesario, era solo un acto reflejo el que me hacía moverme.

Unos metros me separaban de ellos, tal vez menos de lo que aquella realidad me hacía parecerlo. Me habría movido deteniendo los movimientos de aquella persona que había visto ya antes, pero no hubo tiempo para ello, le observé con aquel abismo reflejado en mis ojos, estaba perdiendo el control, la conciencia y lo que me hacía ser quien era...

por **Asagi Dunkelheit** Sáb Nov 26, 2011 1:14 am

Mis pensamientos, las voces o imágenes se habían apagado de mi consiente, todo lo que sabía era que estaba en un sueño no podía visualizar lo que había pasado, era como si… Me sentía como un mortal tan vulnerable e incluso podía sentir dolor, un dolor que no sabía de dónde provenía ¿Era en mi cuerpo donde residía tal sensación?, me costó creerlo, pero era cierto, cabellos castaños una sonrisa de ángel, esas facciones tan finas, ojos pequeños que demostraban una maldad increíble… Fernand…. mi voz era incapaz de proyectarse, no había llegado el tintineo de esta a oídos de nadie, solo mis labios lo pronunciaron, el eco de mi mente era lo que estaba presente, no tenía voz alguna, intente levantarme, reincorporarme, en mi torso dibujada una línea que no cerraba, quemaba, dolía… ‘León’… visualice su figura sosteniendo mi espalda pero debatiéndose en un duelo de miradas con su ‘hermano’… ¿Qué?... no pude más, mis labios se movían sin emitir sonido, apreté mi garganta…… ¿Qué era todo esto?, lo único que deseaba hacer era borrar todo de aquella persona salir de parís pero este plan, ¿Por qué en este momento?...

…Me sentía a mereced de cualquiera desangrándome con ese impotente dolor, sin voz, había sido un estúpido momento de descuido, ¿Dónde había quedado Dunkelheit?, no iba a permitirme que Fernand pusiera un dedo en mi ser, no de esta forma, estaba a punto de perder la conciencia de nueva cuenta, cuando León me tomo bajándome y haciendo que me apoyara en su hombro, mire a Fernand, me negaba, sabía lo que quería dentro de mi inconciencia lo había recordado, me da pena y vergüenza estar de esa manera aferrado a ser dolor me había enfrentado a todo pero esto estaba fuera de mis limites…

por **Asagi Dunkelheit** Mar Dic 13, 2011 10:19 pm

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