AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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[Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
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[Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
La nieve, el viento y las estrellas, para algunos…. No es suficiente
Sus tacones hacían un dulce y acogedor sonido entre las calles de Francia, el olor del día era tan variado mientras se adentraban mas y mas en aquel conocido lugar como “El Circo Gitano” debía admitir que nunca había entrado en una de esas grandes carpas en donde la magia era solo un espejismo, no, se equivocaba, en donde la realidad era solamente un espejismo y la realidad comenzaba cuando uno entraba en aquella gran y calurosa campaña. Invitando a adentrarse en aquel mundo, invitando a que una de aquellas dulces sonrisas que solamente ellos podrían provocaban saliera de sus labios
Bajo los sonidos de diferentes instrumentos; acordeones, el címbalo, el violín y el contrabajo los gitanos comienzan su representación, las personas comienzan a apresurarse para entrar. Aitziber sujeto fuertemente al joven quien le acompañaba para que no se perdiera entre las personas, con sus labios levemente contraídos por la excitación y la extraña sensación de peligro, caminaba entre las personas hasta entrar en la carpa, se sentó en uno de los bancos, mirando a su alrededor con mucho recelo, no se sentía del todo segura estando en ese lugar.
Los gitanos aparecieron en la pista, bajo las miradas de los excitados espectadores; ; contorsionistas, trapecistas, acróbatas, malabaristas... haciendo juegos sobre una cuerda que parecía que con solo el sople de un viento podrían caer, pero no era así, tenían un gran control de sus movimientos y dejaban sin aliento a muchas personas, hasta la misma pequeña Ait se sintió confundida y estaba a punto de gritar cuando noto que uno de ellos estaba dando un salto mortal suspendido en esa delgada cuerda.
-No tienen aprecio por su vida- se quejo por un momento la joven, con sus mejillas ruborizadas, sus labios levemente apretados y avergonzada por aquello. Toda la familia participaba en eso y tal vez eso era lo que atraía desde un principio a la gente y a la joven bruja, que hasta los mas pequeños animaban el circo con sus pequeñas travesuras animando a las personas a aplaudir a los mas grandes quienes se destacaban en muchas cosas extraordinarias.
Ante los ojos de los espectadores, comenzó un acto muy singular que hizo que la bruja se inclinara hacia adelante para ver lo que sucedía, eran tres niñas gitanas, vestidas como hermosas ninfas de la antigua Grecia con sus leotardos ajustados, con sus zapatillas pegadas con un color verde en todo el lugar de sus trajes, dejaban que sus cuerpos le invadieran una alegría inexplicable y comenzaran a moverse entre ellas mismas, bailando al son del la música lanzaban unas pequeñas pelotas, en ni un momento alguna se les caso, danzaban, hacían volteretas en el aire, entre una o dos, mientras las pelotas de gomas estaban en el aire y después rápidamente se acomodaban y sujetaban las pelotas ágilmente.
Parecían Haber tocado los sentimientos esenciales, cada persona mostraba su habilidad, que habían estado practicando desde hace años, pero la verdad es que a Ait no le interesaban los aquellas volteretas y funciones que los proyectaba a una realidad distorsionada y muy feliz, ella lo que le encantaba, era la magia y aquel olor a polvo y sudor que podía oler entre bastidores.
Ya es tiempo del mismo ya, del ayer florido,
ese tiempo que el recuerdo ameno, vuelve,
y se desenvuelve en el trajín cercano;
Si miro el tiempo en tu reloj ergido,
cual rígido asciende en mi, cuarto solo...
do en su tic tac, despierta a mi quejido;
ese tiempo que el recuerdo ameno, vuelve,
y se desenvuelve en el trajín cercano;
Si miro el tiempo en tu reloj ergido,
cual rígido asciende en mi, cuarto solo...
do en su tic tac, despierta a mi quejido;
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
Aquí, allá. En aquel escaparate. ¿Es mas brillante el de aquella acera? ¿Dónde tus ojos se pierden entre tantas cositas curiosas? Algunas totalmente inútiles. Solo por mera vanidad y gusto son compradas. El joven va despacio, a un paso que se acople y no le resulte pesado a su acompañante. Debe ser delicado con una florecita traviesa.
Una con una sonrisa tan radiante, como el mismo sol que los abraza. ¿Qué imagen dan, del brazo por la calle?
Le divierte pensar en ello, en todo caso, el público puede ver que es un hombre-gato muy afortunado.
Uno a uno, aquellos pasos, les conducen hasta su destino. Aquel lugar que no le trae tan buenos recuerdos. Pero, no por eso va a hacer que se le amargue el dia. Si la trae a ella, aquí, es para crear una nueva memoria. Una que sea mucho mejor y mas luminosa. Una que sea digna de llevar en el corazón. Las cosas llenas de oscuridad y sangre, sin contar lágrimas y odio, solo envenenan y carcomen cada pedazo del alma.
Esperaba verdaderamente con todo su ser, que a la joven le gustara aquel sitio. Pero cuando la habia visto, no podía imaginar llevarla a otros lugares. No, la verdad es que si, pero eso ya seria en otra ocasión. El año tiene muchos dias, y el sabia, y deseaba, que no fuera la única vez que se topara con ella. Crear un lazo entre los dos, sin importar la naturaleza de este. ¿ama-mascota? ¿amantes?- se echo a reir ante ese pensamiento- No, el quería algo mas travieso… o lo que el destino dijera. Pero no podria pasar esa linea que tenia nombre y ojos de un azul eléctrico.
Mientras la algarabía propia del lugar, los jalaba dentro, el cambiaformas sonreia. En el fondo, era como un niño, y le causaba gracia, ver las expresiones de Aitziber. Cuando hallaron asiento, miro alrededor. Todo marchaba bien. El era de los que van por el mundo sin mirar. Y por eso, en más de una vez, se estrellan con fuerza contra algún cristal. Si, era descuidado, o mas bien, distraído.
Atento, a las miradas de Ait al frente. Ja, negó suavemente, pasando un brazo por la espalda de la chica. Ella no saba el por que de la necesidad de hacer aquellas acrobacias tan peligrosas. No solo era espectáculo. Era algo mas. Algo que el mismo buscaba, lejos de las alas del ángel que lo cuidaba por las noches.
-Ah, no es que no tengan aprecio a la vida, niña, es todo lo contrario. Es la necesidad de sentirse vivo, el que los orilla a coquetear con la muerte. ¿No es verdad, aquel dicho? Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde. Jugar, en la cuerda floja, es tentar el destino. Un paso en falso, y ¡plop! Por eso vuelan, por eso cantan, por eso bailan. - –susurro, casi de manera cantarina.
En un gesto atrevido, se permitió dar un beso en la mejilla ajena. Cariñoso, tierno. Pero nada mas. Apoyo después su mejilla en su hombro. Las figuras que danzan como mariposas delante. Delicadas, y con aleteos precisos. Louis siente la necesidad de levantarse de ese banco, y unirse al espectáculo, ser parte de aquella puesta, que nada envidia a la aristocracia del teatro a donde van los nobles distinguidos, y que es donde el trabaja. Ser uno con aquellos cuerpos mágicos, que crean un arte luminoso, candente. Seductor, pero divertido. No sabe que tienen, pero el quisiera un poco de esa esencia para si. -¿Habias venido antes?-
Una con una sonrisa tan radiante, como el mismo sol que los abraza. ¿Qué imagen dan, del brazo por la calle?
Le divierte pensar en ello, en todo caso, el público puede ver que es un hombre-gato muy afortunado.
Uno a uno, aquellos pasos, les conducen hasta su destino. Aquel lugar que no le trae tan buenos recuerdos. Pero, no por eso va a hacer que se le amargue el dia. Si la trae a ella, aquí, es para crear una nueva memoria. Una que sea mucho mejor y mas luminosa. Una que sea digna de llevar en el corazón. Las cosas llenas de oscuridad y sangre, sin contar lágrimas y odio, solo envenenan y carcomen cada pedazo del alma.
Esperaba verdaderamente con todo su ser, que a la joven le gustara aquel sitio. Pero cuando la habia visto, no podía imaginar llevarla a otros lugares. No, la verdad es que si, pero eso ya seria en otra ocasión. El año tiene muchos dias, y el sabia, y deseaba, que no fuera la única vez que se topara con ella. Crear un lazo entre los dos, sin importar la naturaleza de este. ¿ama-mascota? ¿amantes?- se echo a reir ante ese pensamiento- No, el quería algo mas travieso… o lo que el destino dijera. Pero no podria pasar esa linea que tenia nombre y ojos de un azul eléctrico.
Mientras la algarabía propia del lugar, los jalaba dentro, el cambiaformas sonreia. En el fondo, era como un niño, y le causaba gracia, ver las expresiones de Aitziber. Cuando hallaron asiento, miro alrededor. Todo marchaba bien. El era de los que van por el mundo sin mirar. Y por eso, en más de una vez, se estrellan con fuerza contra algún cristal. Si, era descuidado, o mas bien, distraído.
Si incluso Dios ya no te es útil, entonces haz lo que quieras,
Habrá vino, cigarrillos y rosas para ti,
Y yo sonreiré mientras te observo…
Habrá vino, cigarrillos y rosas para ti,
Y yo sonreiré mientras te observo…
Atento, a las miradas de Ait al frente. Ja, negó suavemente, pasando un brazo por la espalda de la chica. Ella no saba el por que de la necesidad de hacer aquellas acrobacias tan peligrosas. No solo era espectáculo. Era algo mas. Algo que el mismo buscaba, lejos de las alas del ángel que lo cuidaba por las noches.
-Ah, no es que no tengan aprecio a la vida, niña, es todo lo contrario. Es la necesidad de sentirse vivo, el que los orilla a coquetear con la muerte. ¿No es verdad, aquel dicho? Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde. Jugar, en la cuerda floja, es tentar el destino. Un paso en falso, y ¡plop! Por eso vuelan, por eso cantan, por eso bailan. - –susurro, casi de manera cantarina.
En un gesto atrevido, se permitió dar un beso en la mejilla ajena. Cariñoso, tierno. Pero nada mas. Apoyo después su mejilla en su hombro. Las figuras que danzan como mariposas delante. Delicadas, y con aleteos precisos. Louis siente la necesidad de levantarse de ese banco, y unirse al espectáculo, ser parte de aquella puesta, que nada envidia a la aristocracia del teatro a donde van los nobles distinguidos, y que es donde el trabaja. Ser uno con aquellos cuerpos mágicos, que crean un arte luminoso, candente. Seductor, pero divertido. No sabe que tienen, pero el quisiera un poco de esa esencia para si. -¿Habias venido antes?-
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Localización : In the 13Gate (?) Ok no, pero, posiblemente más cerca de lo que esperas
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
Somos libres pero estamos atados a nuestros actos.
Había comprendido la explicación de su acompañante, pero el debía entender, que no encontraba una pasión por aquello que hacían, se sentía levemente apenada por aquello, es decir, si, le gustaba cada paso, cada gesto que en el escenario hacían, pues como siempre ella era una niña traviesa de corazón y eso era algo peligroso, incapaz de ser aceptado por la sociedad. Sintió como los labios del joven habían tocado su mejilla, dejo salir una leve risa mientras se quedaba observando atentamente los pasos de los artistas, acróbatas y demás.
-No puedo amar lo que no comprendo- le dijo al oído riendo suavemente mientras se centraba nuevamente en el acto. Le miro y sacudió su cabeza –Nunca en mi corta vida- giro su mirada rápidamente al ver que otro acto se montaba, pero su interés se centro en su compañero.
Aquella chica tenía sus mañas y marañas, miro atentamente en sus ojos gatunos y hermosos, algo que le hizo explotar su mente de diversas preguntas ¿Cuál era la razón de que le trajera hasta acá? Sabía muy bien por las expresiones de su compañero que había en ese lugar “algo mas” bueno al final de todos es era una bruja y se deseaba para confirmarlo podía llamar a cualquier espíritu que rondara por ahí, pero no lo iba a hacer prefería preguntar de forma directa y coqueta a su compañero.
-Usted conoce muy bien el circo ¿verdad?- dijo sonriendo mientras centraba su mirada en el acto-¿Qué dejamos cuando nos vamos de algún lugar?- pregunto sin mirarlo. Dejo que el silencio entre los dos corriera por unos minutos, claro no había silencio en verdad, pues las trompetas y diferentes instrumentos que los gitanos tocaban estaban retumbando a menos de 4 metros que se encontraba la pequeña orquesta.
Un pequeño niño con su cara pintada se acerco a ellos ofreciendo entretenimiento, Ait sonrio y rio con las monadas del pequeño, cuando este se fue con algunas monedas del bolsillo de Aiztiber esta decidió responder al interrogante que había puesto.
-Dejamos Nuestra Esencia… aunque pensemos que todos no lo llevamos, no es así, dejamos una pequeña huella dejando esencia…- le miro sonriendo mientras se aferraba a su cuello y le depositaba un pequeño beso en su mejilla mientras su risa espontanea y alegre salía de sus labios.
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
Podía decirle a la joven Aitziber, que aquella frase salida de sus labios tras aquel contacto en su mejilla, la encontraba cierta, si, pero en la misma manera, total mente contradictoria, de manera que fuera una especie de guerrilla en la que cada uno, por el choque de orgullos, si, porque eso podía ser, buscara siempre algún tipo de razón sobre el otro. No era una discusión acalorada a la luz trémula y deprimente de una vela en medio de un maloliente bar, apenas eran murmullos más altos que un susurro, con risas, ya alientos contenidos de fondo. Rio con ella. Ese aliento era dulce, tierno. Cálido en su materia prima. Llevo los dedos de la mano que le rodeaban, a sus cabellos castaños, mientras esos chispeantes ojazos de niña, le escudriñaban.
-Claro que se puede. Es parte del excitante mundo de las posibilidades, donde nada está escrito. La adrenalina al tentar la suerte, es, en el arte de amar, cual sea su enfoque, la mejor aventura que puedes correr.-enredo sus dedos, en aquel cabello, dándole una caricia suave en ellos, mirando un punto fijo ,lejos del rostro de la chica, asegurándose de estar siendo claro. A veces sentía que decía cosas que no le comprendían del todo. Carraspeo un poco, antes de proseguir. -Dicho de otro modo. La vida, si, es corta. Y hay que aprender a encontrar amor y apego, por cada cosa, incluso las malas, querida Ait.
¿Conocer bien, el circo? Dependía totalmente, de a cual espectáculo mágico musical, se estuviera refiriendo la joven. No sabía que responder por tanto. Hizo un leve movimiento con sus hombros. Ese tipo de encogimiento que dice: no lo sé, tal vez. Después hizo otra pregunta que lo hizo suspirar. Era una cuestión verdaderamente peculiar. Quería darle una buena respuesta. Y estas, solo llegan cuando escuchas de verdad. Por eso, sus orejas se mantuvieron atentas, en punta, literalmente, como las de su forma de minino, ante el sonido del peligro, y miles de emociones más. Después del tintineo de las monedas en los bolsillos de una inocente alma gitana, pequeña, que aprendía las tradiciones de su pueblo, y llego la propia auto respuesta, de la pregunta que flotaba en el aire, suspiro. Con una sonrisa, llevando sus dedos, a la mejilla que recibió aquel roce divino de mujer. Hermosa bendición, siempre, que un hombre debería agradecer. O eso suponía.
-Mas de acuerdo, no puedo estar con tus palabras, mi querida muchacha. Es verdad, los recuerdos, es lo único que dejamos. ¿Sabes? Esa esencia… yo… creo, que es, por que en cierta parte, no solo dejamos eso. Vivimos en el aire mismo. Por eso, nunca es posible sentirse solo. Escucha los sonidos del mar. Atenta, permanece a la primera nevada. Quizás, las personas que mas, estén cayendo, dándote miles de abrazos, en cada copito de nievo. - Un nuevo roce de su dedo índice, esta vez, pasando el limite esas hebras de seda que eran el cabello ajeno, a la mejilla, tomándole con suavidad.
Que bonita sonrisa. Se aparto con un suspiro, cuando los vendedores se acercaron. El compro un algodón enorme, rosado, de azúcar, y se lo extendió a la preciosa muchacha que le acompañaba. -¿Hay un fin en tus palabras, querida? -
-Claro que se puede. Es parte del excitante mundo de las posibilidades, donde nada está escrito. La adrenalina al tentar la suerte, es, en el arte de amar, cual sea su enfoque, la mejor aventura que puedes correr.-enredo sus dedos, en aquel cabello, dándole una caricia suave en ellos, mirando un punto fijo ,lejos del rostro de la chica, asegurándose de estar siendo claro. A veces sentía que decía cosas que no le comprendían del todo. Carraspeo un poco, antes de proseguir. -Dicho de otro modo. La vida, si, es corta. Y hay que aprender a encontrar amor y apego, por cada cosa, incluso las malas, querida Ait.
¿Conocer bien, el circo? Dependía totalmente, de a cual espectáculo mágico musical, se estuviera refiriendo la joven. No sabía que responder por tanto. Hizo un leve movimiento con sus hombros. Ese tipo de encogimiento que dice: no lo sé, tal vez. Después hizo otra pregunta que lo hizo suspirar. Era una cuestión verdaderamente peculiar. Quería darle una buena respuesta. Y estas, solo llegan cuando escuchas de verdad. Por eso, sus orejas se mantuvieron atentas, en punta, literalmente, como las de su forma de minino, ante el sonido del peligro, y miles de emociones más. Después del tintineo de las monedas en los bolsillos de una inocente alma gitana, pequeña, que aprendía las tradiciones de su pueblo, y llego la propia auto respuesta, de la pregunta que flotaba en el aire, suspiro. Con una sonrisa, llevando sus dedos, a la mejilla que recibió aquel roce divino de mujer. Hermosa bendición, siempre, que un hombre debería agradecer. O eso suponía.
-Mas de acuerdo, no puedo estar con tus palabras, mi querida muchacha. Es verdad, los recuerdos, es lo único que dejamos. ¿Sabes? Esa esencia… yo… creo, que es, por que en cierta parte, no solo dejamos eso. Vivimos en el aire mismo. Por eso, nunca es posible sentirse solo. Escucha los sonidos del mar. Atenta, permanece a la primera nevada. Quizás, las personas que mas, estén cayendo, dándote miles de abrazos, en cada copito de nievo. - Un nuevo roce de su dedo índice, esta vez, pasando el limite esas hebras de seda que eran el cabello ajeno, a la mejilla, tomándole con suavidad.
Que bonita sonrisa. Se aparto con un suspiro, cuando los vendedores se acercaron. El compro un algodón enorme, rosado, de azúcar, y se lo extendió a la preciosa muchacha que le acompañaba. -¿Hay un fin en tus palabras, querida? -
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
Tu mirada... que me habla, me enamora,
tus manos que viajan sin descanso por mi cuerpo,
tu aliento... que alimenta mi ser,
ahora te diría... ven sin demora,
te necesita, mi ser, mi alma, mi cuerpo,
por favor amor... no dudes en volver.
tus manos que viajan sin descanso por mi cuerpo,
tu aliento... que alimenta mi ser,
ahora te diría... ven sin demora,
te necesita, mi ser, mi alma, mi cuerpo,
por favor amor... no dudes en volver.
Se dejo acariciar el cabello mientras miraba con aquel hombre el espectáculo ya montado; sus caricias eran tan dulces, tiernas y sin doble intenciones, eran como las caricias de un niño, que solo buscan amor puro e inocente. La música estaba aumentando, las personas parecían atentas, pero había notado que en la mente de su compañero esta aun con aquella pregunta, analizando para darle una respuesta a la joven bruja.
Ait se mantuvo en silencio, se mostraba interesada en lo que tenía que decir, cuando este termino de hablar, sentía que ya no estaba en el circo, aquel ruido se alejaba y se concentraba en el espacio que había entre ella y el, cerro sus ojos, pues aquella concentración era en un momento a otro muy fatigante, y más cuando era una bruja, que todo era más claro y diferente, los espíritus rondando a su alrededor, llamando su atención, haciendo todo tipo de cosas para que la joven bruja le tuviera algo de amor a ellos; porque eso era lo que en realidad buscaban amor.
Acepto el algodón de azúcar con una sonrisa, pero aun miraba a un espacio indeterminado, la voz del joven fue la que la saco de aquel lugar, se quedo mirándolo por unos momentos mientras sostenía el algodón en su boca, ladeo su cabecita de forma muy infantil.
-Claro! Siempre tengo un fin- dijo mientras se echaba para atrás-querido, siento muchas cosas, y puedo definir; no muy bien porque no soy adivina – dijo con cierto noto bromista mientras tomaba un poco de el algodón de azúcar que había recibido de él.
¿Cómo debía explicarle? Había tanta formas de hacerlo que no sabía por dónde comenzar, su forma de moverse, de reaccionar, su energía al estar aquí, su escancia se respiraba por todas partes, había tantas formas de explicarle, pero aun no encontraba muy buen como decirlo.
-Pues cuando llevas a una persona a un lugar específico, aunque lo hagas de forma inconsciente, ese lugar es importante para ti- dijo mientras miraba alrededor tratando de explicarse mejor –bueno dejémoslo así… me gustaría conocer un poco mas de usted-
El espectáculo seguía en pie y parecía que nunca terminaría, comenzaba a sentirse algo angustiado, tal vez, tanto ruido no le parecía agradable, pero a la vez excitante, era una mezcla de emociones, que le hacían temblar un poco, no era porque era débil, en cambio, era de alguna manera algo sensible y cada cosa se volvía un poco más intensa.
Ya comenzaba el acto final del espectáculo parecía un acto en donde todos tenían que hacer algo importante y se necesitaba mucha precisión en lo que hacían, no sabía porque pero al parecer los espíritus quería tener la presencia de Ait, comenzó a sentir miedo, no por ella si no por el cómo lo harían, trato de calmarlos pero parecían ya planeando su propio acto, miro a Louis con un poco de preocupación.
El acto había empezado, parecía que todo iba normal, había cuatro trapecistas en el aire mientras cuatro mimos jugando y haciendo monerías, por suerte apenas fue un pequeño viento que hizo que unas cuerdas se movieran de improviso, las personas se veían asustadas, algunas pálidas, porque aunque no pareciera y aquellos artistas lo disimilaran bien casi estuvieron en problemas.
-Que celosos- murmuro sin darse cuenta de ello, pues en realidad lo pensaba, solo lo habían hecho porque la brujita estaba presando más atención al Cambiaformas que a lo sobrenatural que estaba cerca de ella, sabía que podrían ser aun mas traviesos si no los alejaba de ese lugar.
Pero ya comenzaban a aburrirse de la indiferencia de ait, muy pronto se aburrirían e irán en busca de algún brujo que necesitara de ellos o simplemente deseara prestarle atención a sus cosas. Se podría decir que siempre estaba metida con un circo con ellos, siempre haciendo cosas para llamar la atención de la otra persona, buscando una pequeña sonrisa o algo que les dijera que estaba bien y que deseaba que siguiera, cuando no lo conseguían se iban de ese lugar como si nada hubiera pasado, el problema era que no median fuerzas no consecuencias, como ellos no eran los que salían heridos, no les importaba mucho lo que pudiera suceder, ellos eran eternos y los humanos no, así de sencillo era aquello.
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
Era un pequeño calor bochornoso, tenue. El lugar encerrado, y los cuerpos cercas unos de otros. Jérémie respiraba el aroma de Ait, que era tan exquisito, que si la pequeña señorita fuera una fresita en un pastel, ya la hubiera comido. Le dio gracia. ¿Era normal tener ese tipo de pensamientos? Podía ser que si… o que no. La verdad que nadie sabria muchas cosas de esas, que se quedaban en las redes de la mente. Demasiados hechos peculiares dentro de cada uno. Por que cada persona, tiene ese lugar, donde pueden estar solos. Reír y llorar sin ser vistos. Un pequeño paraíso moldeado al gusto particular de cada uno. Y lo mejor de todo, que estaba al alcance de uno mismo. Fácil de llevar de un lugar a otro, siempre presente.
Observando bien a la chica, Louis notaba algo raro. De un momento a otro, se veía diferente. No sabía como interpretarlo. Podía ser simplemente que le sentara mal un espacio cerrado. ¿o era de esas personas que se marean ante ciertas circunstancias? ¿Tenia la culpa el? No… si eso fuera… ya le hubiese dicho alguna cosa. Era claro que Ait no lo encontraba molesto. Si así fuera, ya estaría con las mejillas rojas por la marca de una mano pequeña, y no disfrutando de la tierna visión que presentaba a los ojos del mundo, ladeando la cabeza de esa manera, con el algodón en sus manos. ¡De verdad que daban ganas de abrazarle a cada momento, besar esas mejillas, sonreírle, y esperar ser correspondido!
Lo hacia ponerse… ¿sonrojado? De verdad que no entendía, por que las personas… lo querían… ¿podría atreverse a creer que el era algo especial, para la chica, a pesar del poco tiempo de conocerse?
Se mantuvo atento, y algo mas serio, pero tranquilo, cuando escucho la frase aquella, sabia que algo importante, podría decirle. No, no podria. IBA a decirle. Todo importa, pero al ver esas pequeñas pausas, supo que tenia que estarse quieto. No intervenir y dejarse sacar todo lo que tuviera que decirle. A veces, cuando nos interrumpen, perdemos el hilo de lo que queremos transmitir, o simplemente, ya no sabemos como hacerlo, y desistimos de ello. El no quería eso. Deseaba ser un buen interlocutor. Bajo la mira, esbozando una sonrisa amable. Acaba de pasar aquello, un poco. Su cabeza se movió de un lado a otro, mientras reía un poco. Menuda chiquilla, tan... Ojala en el mundo, existieran mas personas de ese tipo. Que desaparecieran aquellas que hacían daño por placer… No, eso era imposible. Y además, aunque no le gustara, era necesaria la oscuridad. El eterno equilibrio.
-Los lugares, como bien dices, tienen significado, importancia, por los recuerdos que hemos creado allí, y estos, a su vez, tienen su génesis, en las personas que conocemos, día a día. Algunas marcan nuestras vidas y destinos, mucho más que otras. -Suspiro, alzando aquellas pupilas claras al techo sin verlo, emocionado, de alguna manera. Le gustaba la profundidad de las palabras de la chica, de sus movimientos, que contrastaban con la banalidad del circo, pero no por ello, irreal. - Quizás, como has dicho, no nos demos cuenta. Pero, se convierten en lugares… añorados. ¿sabes? Creo que eso se hace mas… notorio, cuando estas lejos de ellos. Yo mismo, puedo decirte que extraño la casa donde naci, a pesar de que ya hace mas de diez años que no estoy alli. Aun si cierro los ojos, puedo percibir el sonido de instrumentos musicales que no son como los de aquí. Ese sonido… es… tan diferente. Puedo percibir el aroma del té que mi madre preparaba. Y… puedo verle, en medio de los recuerdos… -suspiro, no sabia muy bien si se expresaba con claridad. ¿Hablaba de manera atropellada? El creia que si. En cierta forma, estaba respondiendo la demanda de la dama. Pero aun faltaban muchas cosas. Uno nunca termina de conocer a los demás. Y mucho menos, a si mismo.
Se movió un poco, acercándole un poco mas a si, girando solo para rozar esas mejillas con el dorso de la mano, apenas un roce con el dedo medio e indice. Estaba seguro, que Ait no lo miraba de esa manera por algo relacionado con el espectáculo –algo mortal, todo tiene sus riesgos- si no por algo que se le estaba escapando. -¿celosos?-atrapo la palabra al vielo, mirandola fijamente. -Aitziber, todo…. Bien?-
Observando bien a la chica, Louis notaba algo raro. De un momento a otro, se veía diferente. No sabía como interpretarlo. Podía ser simplemente que le sentara mal un espacio cerrado. ¿o era de esas personas que se marean ante ciertas circunstancias? ¿Tenia la culpa el? No… si eso fuera… ya le hubiese dicho alguna cosa. Era claro que Ait no lo encontraba molesto. Si así fuera, ya estaría con las mejillas rojas por la marca de una mano pequeña, y no disfrutando de la tierna visión que presentaba a los ojos del mundo, ladeando la cabeza de esa manera, con el algodón en sus manos. ¡De verdad que daban ganas de abrazarle a cada momento, besar esas mejillas, sonreírle, y esperar ser correspondido!
Lo hacia ponerse… ¿sonrojado? De verdad que no entendía, por que las personas… lo querían… ¿podría atreverse a creer que el era algo especial, para la chica, a pesar del poco tiempo de conocerse?
Se mantuvo atento, y algo mas serio, pero tranquilo, cuando escucho la frase aquella, sabia que algo importante, podría decirle. No, no podria. IBA a decirle. Todo importa, pero al ver esas pequeñas pausas, supo que tenia que estarse quieto. No intervenir y dejarse sacar todo lo que tuviera que decirle. A veces, cuando nos interrumpen, perdemos el hilo de lo que queremos transmitir, o simplemente, ya no sabemos como hacerlo, y desistimos de ello. El no quería eso. Deseaba ser un buen interlocutor. Bajo la mira, esbozando una sonrisa amable. Acaba de pasar aquello, un poco. Su cabeza se movió de un lado a otro, mientras reía un poco. Menuda chiquilla, tan... Ojala en el mundo, existieran mas personas de ese tipo. Que desaparecieran aquellas que hacían daño por placer… No, eso era imposible. Y además, aunque no le gustara, era necesaria la oscuridad. El eterno equilibrio.
-Los lugares, como bien dices, tienen significado, importancia, por los recuerdos que hemos creado allí, y estos, a su vez, tienen su génesis, en las personas que conocemos, día a día. Algunas marcan nuestras vidas y destinos, mucho más que otras. -Suspiro, alzando aquellas pupilas claras al techo sin verlo, emocionado, de alguna manera. Le gustaba la profundidad de las palabras de la chica, de sus movimientos, que contrastaban con la banalidad del circo, pero no por ello, irreal. - Quizás, como has dicho, no nos demos cuenta. Pero, se convierten en lugares… añorados. ¿sabes? Creo que eso se hace mas… notorio, cuando estas lejos de ellos. Yo mismo, puedo decirte que extraño la casa donde naci, a pesar de que ya hace mas de diez años que no estoy alli. Aun si cierro los ojos, puedo percibir el sonido de instrumentos musicales que no son como los de aquí. Ese sonido… es… tan diferente. Puedo percibir el aroma del té que mi madre preparaba. Y… puedo verle, en medio de los recuerdos… -suspiro, no sabia muy bien si se expresaba con claridad. ¿Hablaba de manera atropellada? El creia que si. En cierta forma, estaba respondiendo la demanda de la dama. Pero aun faltaban muchas cosas. Uno nunca termina de conocer a los demás. Y mucho menos, a si mismo.
Se movió un poco, acercándole un poco mas a si, girando solo para rozar esas mejillas con el dorso de la mano, apenas un roce con el dedo medio e indice. Estaba seguro, que Ait no lo miraba de esa manera por algo relacionado con el espectáculo –algo mortal, todo tiene sus riesgos- si no por algo que se le estaba escapando. -¿celosos?-atrapo la palabra al vielo, mirandola fijamente. -Aitziber, todo…. Bien?-
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
Que tormenta se había desatado en aquel lugar, ¿se sentía bien? Un poco mareada por la presencia de aquellos seres, pero sabía que muy pronto se irían. Miro a su compañero, había entendido lo que quería decir, era sorprenderte que pudiera entenderla, ella andaba feliz de poder tener alguien culto a su lado para discutir en aquellos momentos.
La única persona que había podido hacer eso era con su padre, pero en esos momentos no estaba bien, así que solo le quedaba aceptar una que otra invitación que llegaba de amigos de la familia para salir. Pero ahora tenia a alguien que además de comprenderle no le molestaba.
¿Todo bien? Le miro algo sorprendida mientras era sacada de aquel trance que había sido metida, había oído lo que su acompañante había dicho como si fuera una historia un voz lejana, como cuando abres un libro y está en tercera persona, asintió mientras en sus mejillas aun sentía la sensación de los tersos dedos del Cambiaformas.
-Si- respondió mientras miraba como todos comenzaban a salir ya había terminado la función, la pequeña ait miro con pesar que ya había terminado la función.
Se había divertido mucho, se aferro al hombro de su compañero saliendo de la carpa como si nada hubiera pasado, su vitalidad parecía que había vuelto, ya los espiritus estaban lejos de ellos, tal vez habian sido invocados o habian encontrado algo más interesantes que una bruja acompañada por un cambiaformas coqueto y singular. Sabía que Louis estaba algo preocupada por ella aunque esta parecía normal como había sido siempre, alegre con un toque lúgubre.
-No te preocupes por mi- le dijo al ver en sus ojos preocupación-Eran traviesos espíritus atraídos por nuestra presencia – se quedo paralizada por unos momentos al ver como un tigre era trasportada en una jaula-Mira- le dijo con sus ojos brillosos como los de una niña de diez años
Le jalo, lo arrastro hasta llegar a la jaula en donde los señores lo habían dejado, la bruja estaba idiotizada con el color y movimientos del animal, deseaba tocarlo pero este no se dejaba, varias personas le advirtieron que no lo hiciera pero ella hizo un gesto mientras un los dedos le decía al animal que se acercase y este hizo caso como domado por la joven.
La única persona que había podido hacer eso era con su padre, pero en esos momentos no estaba bien, así que solo le quedaba aceptar una que otra invitación que llegaba de amigos de la familia para salir. Pero ahora tenia a alguien que además de comprenderle no le molestaba.
¿Todo bien? Le miro algo sorprendida mientras era sacada de aquel trance que había sido metida, había oído lo que su acompañante había dicho como si fuera una historia un voz lejana, como cuando abres un libro y está en tercera persona, asintió mientras en sus mejillas aun sentía la sensación de los tersos dedos del Cambiaformas.
-Si- respondió mientras miraba como todos comenzaban a salir ya había terminado la función, la pequeña ait miro con pesar que ya había terminado la función.
Se había divertido mucho, se aferro al hombro de su compañero saliendo de la carpa como si nada hubiera pasado, su vitalidad parecía que había vuelto, ya los espiritus estaban lejos de ellos, tal vez habian sido invocados o habian encontrado algo más interesantes que una bruja acompañada por un cambiaformas coqueto y singular. Sabía que Louis estaba algo preocupada por ella aunque esta parecía normal como había sido siempre, alegre con un toque lúgubre.
-No te preocupes por mi- le dijo al ver en sus ojos preocupación-Eran traviesos espíritus atraídos por nuestra presencia – se quedo paralizada por unos momentos al ver como un tigre era trasportada en una jaula-Mira- le dijo con sus ojos brillosos como los de una niña de diez años
Le jalo, lo arrastro hasta llegar a la jaula en donde los señores lo habían dejado, la bruja estaba idiotizada con el color y movimientos del animal, deseaba tocarlo pero este no se dejaba, varias personas le advirtieron que no lo hiciera pero ella hizo un gesto mientras un los dedos le decía al animal que se acercase y este hizo caso como domado por la joven.
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
A veces, tal vez, la imagen que el joven cambiaformas daba al resto del mundo, era la de una persona demasiado frivola, encerrada en su burbuja de esteticismo, ese pequeño espacio donde todo debia ser por demas hermoso. Louis habia seguido ese tipo de doctrina, hasta los primeros meses que paso en Paris. Fue ella quien acabo con ese Louis. Poco a poco, pues el habia querido ser un hombre diferente para conquistarle. Habia dejado su orgullo, e incluso, amor por la imagen perfecta. En su piel estaban las heridas de un amor que casi lo mata. El cambiaformas, sin embargo, desde antes de todo ello, siempre fue una persona que apreciaba escuchar a los demás. Intentar comprenderlos. Desde que era un niño que muchos catalogaban de raro, loco… si, un animal con forma humana. Un niño que manoteaba y gesticulaba, diciendo cosas raras, como poseído por Satanás. La verdad, que el chico solo tenia hambre, queria hacer un par de recados, que le significaran algunas monedas, para no robar. Lastima, no resulto las primeras veces. Por eso, el chico habia tenido que recurrir a ese tipo de actos para nada nobles. Suspiro. Todas esas cosas, habian forjado su manera de ser y de pensar.
La miraba realmente preocupado. Escucho un único “si”, que no le gustaba del todo. Las personas comenzaban a moverse. Jérémie jamás comprendía el por que. Lo veía a menudo, detrás del escenario, asomándose por el telón rojo. Como se apresuraban, como incluso, se aventaban por hacerlo. Una prisa insana, que el no entendía, de verdad. ¿Era demasiado lento? Ya los arrastraban también. Iba abriendo camino, cuidando de la chica, sentía su tacto. Si por el fuera, la hubiera cargado hasta afuera, entre sus brazos, ahora solo podia esperar que no se fuera caer alli, delante de sus narices. Le escucho, bajo la mirada un momento, sin decir nada. La joven se vio atraida por aquel felino. -No puedo evitarlo. Eres una ternura, y no me perdonaria si algo te pasara estando conmigo. Has dicho espíritus… ¿Puedes verlos? Ya sabia yo, que olías diferente…-Hizo una pausa, clavando sus ojos en los de aquel animal, que si lo era. Era una sensación extraña. Aquel felino lo miraba como quien ve a un ¿rival?, mientras Aitziber lo acercaba. El felino, no obstante, perdió el interés en el y sus cuidadores, para acercarse a las barras, justo delante de la chica. ¿No tenia miedo? - Ten cuidado, son peligrosos…. No todos son tan gentiles. Y siempre tendrán ese lado salvaje, Ait, por muy mansos que los veas…. ¿Te gustan los felinos, pequeña?
Off: Mega disculpa, mi muso andaba muy ido u.u. Por cierto, me gustaba mas Ye Won hahaha, igual, la chica que tienes ahora, es linda :3
La miraba realmente preocupado. Escucho un único “si”, que no le gustaba del todo. Las personas comenzaban a moverse. Jérémie jamás comprendía el por que. Lo veía a menudo, detrás del escenario, asomándose por el telón rojo. Como se apresuraban, como incluso, se aventaban por hacerlo. Una prisa insana, que el no entendía, de verdad. ¿Era demasiado lento? Ya los arrastraban también. Iba abriendo camino, cuidando de la chica, sentía su tacto. Si por el fuera, la hubiera cargado hasta afuera, entre sus brazos, ahora solo podia esperar que no se fuera caer alli, delante de sus narices. Le escucho, bajo la mirada un momento, sin decir nada. La joven se vio atraida por aquel felino. -No puedo evitarlo. Eres una ternura, y no me perdonaria si algo te pasara estando conmigo. Has dicho espíritus… ¿Puedes verlos? Ya sabia yo, que olías diferente…-Hizo una pausa, clavando sus ojos en los de aquel animal, que si lo era. Era una sensación extraña. Aquel felino lo miraba como quien ve a un ¿rival?, mientras Aitziber lo acercaba. El felino, no obstante, perdió el interés en el y sus cuidadores, para acercarse a las barras, justo delante de la chica. ¿No tenia miedo? - Ten cuidado, son peligrosos…. No todos son tan gentiles. Y siempre tendrán ese lado salvaje, Ait, por muy mansos que los veas…. ¿Te gustan los felinos, pequeña?
Off: Mega disculpa, mi muso andaba muy ido u.u. Por cierto, me gustaba mas Ye Won hahaha, igual, la chica que tienes ahora, es linda :3
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
En aquel lugar parecía que flotaba, su vestido parecía vivo entre aquellos salticos que daba mientras se acercaba al gran felino, sintió la voz de Louis a lo lejos ¿Diferente?, dejo salir una risa, mientras entre saltos volvía a su camino, hacia el gran tigre que se movía de aquí y allá en aquella jaula tan pequeña, muy pronto poso su cuerpo adelante de la jaula, muy cerca de ella, entre lazo sus dedos por detrás de la espalda mientras se quedaba quietica mirando los movimientos del felino. Advertencias, mientras se mano seguía una línea, el animal se había quedado paralizado ante los ojos negros de la joven bruja.
Otra advertencia, esta vez de Louis quien parecía preocupado con ella, pero él no entendía lo que sucedía, no había peligro, ella lo controlaba, desde muy joven había aprendido a controlar la voluntad de los animales, gatos, perros, conejos y hasta ratones, solamente necesitaba mirarlos a los ojos y listo, nacían entre ellos y ella unos “hilos” invisibles, acaricio su espeso pelaje dejando salir una risilla muy alegre, a lo lejos las personas quedaban asombradas, algunos decían que era una domadora innata, a los murmullos solo sonreía. Retiro su mano de la cabeza del felino, este se había acostado al frente de ella, ya ni se movía, solamente le miraba mientras dos pasos hacia atrás ella daba, después otros dos, hasta llegar a estar atrás de Louis, sonrió despidiéndose del animal en silencio mientras lo dejaba en libertad, en segundos se levanto volviendo a su rutina, moverse de un lado a otro mientras las personas miraban su belleza.
Asintió sonriendo cuando se giraba a quedar al frente de el-¿No has oído?- pregunto entusiasmada, en realidad solo bromeaba de los comentarios-soy una excelente domadora… que ilusos… no saben ver la magia de las cosas- murmuro cruzando sus brazos entre su cuerpo. Miro a los ojos del joven, de verdad que simplemente eran hermosos, su sonrisa y melancolía la alimentaban. No sabía porque, pero siempre que se sentía más feliz era porque se alimentaba de la tristeza de las personas, en este caso se alimentaba de los recuerdos dolorosos del joven a su acompañamiento.
-En general- respondió a la pregunta-Siempre me han gustado tal vez porque pienso que ellos son los únicos que me soportan- se quedo un momento pensativa, con un dedo en su mentón por lo que ella misma había dicho-creo que si- confirmo riendo dulcemente. Le miro ladeando su rostro-No creas que me he olvidado- frunció un poco su ceño, dejando algunas pequeñas arrugas a aquel rostro infantil-Sorpresa… mi sorpresa…-
Off: not problem me paso lo mismo... eso pasa despues de tres horas escribiendo xD Gracias lindura :3 no la queria cambiar Dx pero ella me enamoro Q-Q
Otra advertencia, esta vez de Louis quien parecía preocupado con ella, pero él no entendía lo que sucedía, no había peligro, ella lo controlaba, desde muy joven había aprendido a controlar la voluntad de los animales, gatos, perros, conejos y hasta ratones, solamente necesitaba mirarlos a los ojos y listo, nacían entre ellos y ella unos “hilos” invisibles, acaricio su espeso pelaje dejando salir una risilla muy alegre, a lo lejos las personas quedaban asombradas, algunos decían que era una domadora innata, a los murmullos solo sonreía. Retiro su mano de la cabeza del felino, este se había acostado al frente de ella, ya ni se movía, solamente le miraba mientras dos pasos hacia atrás ella daba, después otros dos, hasta llegar a estar atrás de Louis, sonrió despidiéndose del animal en silencio mientras lo dejaba en libertad, en segundos se levanto volviendo a su rutina, moverse de un lado a otro mientras las personas miraban su belleza.
Asintió sonriendo cuando se giraba a quedar al frente de el-¿No has oído?- pregunto entusiasmada, en realidad solo bromeaba de los comentarios-soy una excelente domadora… que ilusos… no saben ver la magia de las cosas- murmuro cruzando sus brazos entre su cuerpo. Miro a los ojos del joven, de verdad que simplemente eran hermosos, su sonrisa y melancolía la alimentaban. No sabía porque, pero siempre que se sentía más feliz era porque se alimentaba de la tristeza de las personas, en este caso se alimentaba de los recuerdos dolorosos del joven a su acompañamiento.
-En general- respondió a la pregunta-Siempre me han gustado tal vez porque pienso que ellos son los únicos que me soportan- se quedo un momento pensativa, con un dedo en su mentón por lo que ella misma había dicho-creo que si- confirmo riendo dulcemente. Le miro ladeando su rostro-No creas que me he olvidado- frunció un poco su ceño, dejando algunas pequeñas arrugas a aquel rostro infantil-Sorpresa… mi sorpresa…-
Off: not problem me paso lo mismo... eso pasa despues de tres horas escribiendo xD Gracias lindura :3 no la queria cambiar Dx pero ella me enamoro Q-Q
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
El corazón del minino, acelero su marcha, mientras sentía casi como si una mano le estrujase. Tenía más pánico el de verla alejarse con la gracia de un hada, para aproximarse al enorme felino aquel. Porque para él, la joven era casi una niña, la miraba tan delicada, que no debería ni ser tocada por el sol. No… eso no era, no sabía como precisarlo, pero a pesar de la fragilidad que la muchacha mostraba, sabia Louis, muy dentro de sí, que era , mucho más valiente que él, y fuerte, en otros muchos aspectos que los que no tenía conocimiento. No se conoce como la palma de tu mano al final del día, a una persona que conoces por la mañana. Ya estaba. Ni un metro separa el cuerpo de la joven de la jaula. Inevitablemente, Louis llevo una mano a su rostro, mordiendo preocupado su pulgar. No lo pensaría a la hora de saltar convertido en un tigre enorme del color de la nieve, en cuanto aquel otro, osara levantar una garra en contra de Aitziber. La cosa estaba, en que si bien ella sabía, de cierta forma, que él no era un humano común, habría muchos testigos, y la verdad no le apetecía tener cazadores detrás suyo. Pero… la vida de los demás, la seguridad ajena, siempre parecían una prioridad para el minino asiático.
Ahogo un gritito asustado, y no fue el único, cuando la mano de la joven, al fin hizo contacto con el pelaje de aquel enorme felino. Se acerco un paso, pero la expresión de miedo- sorpresa del actor, cambio a una de estupefacción y poco a poco torno a una de admiración y casi calma. El felino nada hacía. Era como si apenas notara la presencia de la mujer, como si estuviera a plena disposición de la hechicera. Estaba tan encantado como lo había estado él desde un principio, al entrar al café. Y entonces, regreso a su lado. El joven reprimió el impulso de ¿hermano, padre? Protector de estrecharle contra su pecho y ver que no tuviera nada, aunque, eso, ya lo sabía, lo había visto. Su vista entonces, estaba fija en el león, que volvía a ser el mismo.
La miro con el ligero reproche de un hermano mayor, que se preocupa por una hermanita especialmente traviesa. - Son fáciles de impresionar. No te diré que yo mismo estoy ajeno a ello. A veces soy demasiado poco listo, pero, Aitziber, aunque la magia te favorezca, no deberias confiarte. Hasta al mejor en su campo, le pueden fallar las cosas. No es bueno creerse superior…no se… eh….- El chico se encogió de hombros. La mirada de la mujer estaba sobre el, y Louis no soportaba que lo mirasen de esa manera tan ¿acosadora? No, no era eso. Se ponia nervioso. Como fuere, le siguió escuchando, y sonrio de medio lado. -¡Mi vida! Como vas a decir eso? Eres tan adorable, que eso es anda mas figuración tuya - se acerco un poco, mientras la hechicera le reclamaba sobre su sorpresa. Se habia quedado en blanco luego del “susto”. Rio como un pillo y se acerco, jalando sus cachetes - haha y la tendras, mi pequeña. Aunque hasta ahora, has sido tu quien me tiene sorprendido… Ja.
Off: mega disculpa, salio raro, y me demore años(¿?) u-u perdón enserio, con la escuela todo se me va D: y luego a no se ni a quien debo T.T
Ahogo un gritito asustado, y no fue el único, cuando la mano de la joven, al fin hizo contacto con el pelaje de aquel enorme felino. Se acerco un paso, pero la expresión de miedo- sorpresa del actor, cambio a una de estupefacción y poco a poco torno a una de admiración y casi calma. El felino nada hacía. Era como si apenas notara la presencia de la mujer, como si estuviera a plena disposición de la hechicera. Estaba tan encantado como lo había estado él desde un principio, al entrar al café. Y entonces, regreso a su lado. El joven reprimió el impulso de ¿hermano, padre? Protector de estrecharle contra su pecho y ver que no tuviera nada, aunque, eso, ya lo sabía, lo había visto. Su vista entonces, estaba fija en el león, que volvía a ser el mismo.
La miro con el ligero reproche de un hermano mayor, que se preocupa por una hermanita especialmente traviesa. - Son fáciles de impresionar. No te diré que yo mismo estoy ajeno a ello. A veces soy demasiado poco listo, pero, Aitziber, aunque la magia te favorezca, no deberias confiarte. Hasta al mejor en su campo, le pueden fallar las cosas. No es bueno creerse superior…no se… eh….- El chico se encogió de hombros. La mirada de la mujer estaba sobre el, y Louis no soportaba que lo mirasen de esa manera tan ¿acosadora? No, no era eso. Se ponia nervioso. Como fuere, le siguió escuchando, y sonrio de medio lado. -¡Mi vida! Como vas a decir eso? Eres tan adorable, que eso es anda mas figuración tuya - se acerco un poco, mientras la hechicera le reclamaba sobre su sorpresa. Se habia quedado en blanco luego del “susto”. Rio como un pillo y se acerco, jalando sus cachetes - haha y la tendras, mi pequeña. Aunque hasta ahora, has sido tu quien me tiene sorprendido… Ja.
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Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: [Louis J. Bouquet] Hechizada por los colores [Privado]
Se divirtió mucho viendo palidecer el rostro de su acompañante el cual parecía igual de asustado que los cuidadores de aquel gran animal, odiaba las reprimendas y veía en él la venida de una, solo por el hecho de haber sido intrépida y un poco descuidada, eso debía admitirlo, pero es que cuando veía uno de aquellos majestuosos y elegantes animales se volvía completamente loca, aun así con sus mejillas levemente teñidas de un color rojizo y sus labios fruncidos por la voz del joven mostro serenidad y le resto importancia a sus palabras, en ese momento lo que deseaba era su sorpresa. ¡Su alma era tan cálida! No soportaba sentir como un imán la atraía hacia él, tenía una gracia que solamente se podría explicar en sueños, su belleza física también tenía que ver, pero casi todo estaba en la razón de mostrarse tan cálido. Parecía un minino atraído por el fuerte aroma de aquella hierba que enamora y hasta droga a los felinos, en este caso aquello que le atraía era la energía de Aitziber, ella era como una dulce fragancia embriagadora que lo envolvía de forma sutil.
Todo había quedado prácticamente congelado, Aitziber sonrió, una sonrisa un poco débil, buscando algún indicio de que seguiría hablando, pero al notar que se había perdido en el eco de su risa nerviosa se atrevió a posar su brazo junto al de él, pareciendo la perfecta pareja que paseaba en aquellos lugares buscando un poco de diversión-Se me antojo un algodón de azúcar- susurro invitándolo a caminar. Aunque pareciera una chiquilla descuidada e impulsiva era muy cuidadosa en algunos ámbitos y de cierta forma tenía aquella escancia arisca que la hacía dudar de todos y todo, pero ¿Por qué no dudo de Louis? Ese era harina de otro costal. Louis le producía paz solo con su presencia, aun así sabia que en todo los lugares habían personas que no les gustaba por ningún motivo personas como ellos-por dios!- susurro riendo-No vivirás mucho tiempo si me acompañaras a todas mis “travesuras”- le indico con una sonrisilla mientras este le entregaba el algodón de azúcar que había pedido y que aquel caballero de aura reconfortadle le había concedido.
Miro el algodón, saco con sus dedos un poco para metérselo su fina boca, saboreo aquel dulce que se disolvía en su lengua, chasqueo su lengua por el simple hecho de que sus papilas gustativas habían tenido una crisis por el dulce que habían recibido, aunque era delicioso no era muy de su agrado tener una explosión de algo tan meloso y dulce, si hubiera sido una limonada con poca azúcar y al natural, bien fría y al punto de tener más limón que agua, sus papilas gustativas hubieran danzado de alegría con solo sentir algunas gotas. El algodón de azúcar no estaba mal, le ofreció un poco a su compañero mientras seguían recorriendo los lares de aquel circo.-Dime Louis…- le miro de reojo mientras se concentraba en acabar con aquel algodón-¿Qué significa el circo para ti?- pregunto de repente fingiendo desinterés en el tema.
Sabía muy bien que algo tenía que ver con aquel joven que la acompañaba en esos momentos. ¿Para que la había traído? Tal vez sería la primera opción de Louis, pero por alguna razón sentía que tenía que ver con una parte de su historia, una parte de él estaba en este lugar, ¡no era su imaginación! Algo debía haber existido en este lugar que le atrajera tanto al cambiaformas y aunque este se mantuviera de aquella manera, los dos sabían que cada uno se daba información del otro con solo sus actos. ¿Para que se había acercado a aquel animal? Solo para ver la reacción de Louis y demostrarle los secretos que nunca fueron contados, ahora ya le había demostrado que no era la dulce princesa de mami y papi que vivía acomodada en la clase principal.
Era increíble como Aitziber se formaba poco a poco, cada momento que pasaba, cada acto que realizaba la hacía describir a una persona no muy compleja pero tal vez si interesante, es decir, le mostraba a su acompañante como era en realidad, nada de formalidades, nada de educados saludos; aunque en ningún momento se había mostrado alguna decadencia de sus modales. Su forma de actuar y de interactuar con el joven era lo más natural que podría salirle, de alguna forma era elegante, pero solamente una parte de ella, muy pequeña, pues todo su ser era una especie de sublime complicación. Hasta ella misma no se entendía, solo sabía que se volvía más compleja describirla a cada momento. Su personalidad, su carácter, en total, este personaje de una historia que aun no tiene final comenzaba a ser más corpórea y firme, comenzaba a tener importancia en la historia… ¿los lectores deseaban saber más de este personaje? Eso no lo sabía, pero aunque fuera el anta protagonista, aun así, seguiría ejecutando su papel hasta la muerte, solamente por la razón de no tener más que expresar que aquel papel.
Louis era otro ser complejo, tal vez otro personaje más que comenzó en el anonimato y comenzó a tener fuerza hasta el punto de ser alguien importante en su historia personal, no lo sabía, claro está, solo por el hecho de no saber la vida de aquel hombre, o mejor dicho su historia, como deseaba poder tener un libro en donde se plasmara toda su historia. Le miro sonriendo, ya había terminado su algodón, sujetaba el palo en donde había estado.
-Dime Louis soy todo oídos, después de que me cuentes me das mi sorpresa…!
Todo había quedado prácticamente congelado, Aitziber sonrió, una sonrisa un poco débil, buscando algún indicio de que seguiría hablando, pero al notar que se había perdido en el eco de su risa nerviosa se atrevió a posar su brazo junto al de él, pareciendo la perfecta pareja que paseaba en aquellos lugares buscando un poco de diversión-Se me antojo un algodón de azúcar- susurro invitándolo a caminar. Aunque pareciera una chiquilla descuidada e impulsiva era muy cuidadosa en algunos ámbitos y de cierta forma tenía aquella escancia arisca que la hacía dudar de todos y todo, pero ¿Por qué no dudo de Louis? Ese era harina de otro costal. Louis le producía paz solo con su presencia, aun así sabia que en todo los lugares habían personas que no les gustaba por ningún motivo personas como ellos-por dios!- susurro riendo-No vivirás mucho tiempo si me acompañaras a todas mis “travesuras”- le indico con una sonrisilla mientras este le entregaba el algodón de azúcar que había pedido y que aquel caballero de aura reconfortadle le había concedido.
Miro el algodón, saco con sus dedos un poco para metérselo su fina boca, saboreo aquel dulce que se disolvía en su lengua, chasqueo su lengua por el simple hecho de que sus papilas gustativas habían tenido una crisis por el dulce que habían recibido, aunque era delicioso no era muy de su agrado tener una explosión de algo tan meloso y dulce, si hubiera sido una limonada con poca azúcar y al natural, bien fría y al punto de tener más limón que agua, sus papilas gustativas hubieran danzado de alegría con solo sentir algunas gotas. El algodón de azúcar no estaba mal, le ofreció un poco a su compañero mientras seguían recorriendo los lares de aquel circo.-Dime Louis…- le miro de reojo mientras se concentraba en acabar con aquel algodón-¿Qué significa el circo para ti?- pregunto de repente fingiendo desinterés en el tema.
Sabía muy bien que algo tenía que ver con aquel joven que la acompañaba en esos momentos. ¿Para que la había traído? Tal vez sería la primera opción de Louis, pero por alguna razón sentía que tenía que ver con una parte de su historia, una parte de él estaba en este lugar, ¡no era su imaginación! Algo debía haber existido en este lugar que le atrajera tanto al cambiaformas y aunque este se mantuviera de aquella manera, los dos sabían que cada uno se daba información del otro con solo sus actos. ¿Para que se había acercado a aquel animal? Solo para ver la reacción de Louis y demostrarle los secretos que nunca fueron contados, ahora ya le había demostrado que no era la dulce princesa de mami y papi que vivía acomodada en la clase principal.
Era increíble como Aitziber se formaba poco a poco, cada momento que pasaba, cada acto que realizaba la hacía describir a una persona no muy compleja pero tal vez si interesante, es decir, le mostraba a su acompañante como era en realidad, nada de formalidades, nada de educados saludos; aunque en ningún momento se había mostrado alguna decadencia de sus modales. Su forma de actuar y de interactuar con el joven era lo más natural que podría salirle, de alguna forma era elegante, pero solamente una parte de ella, muy pequeña, pues todo su ser era una especie de sublime complicación. Hasta ella misma no se entendía, solo sabía que se volvía más compleja describirla a cada momento. Su personalidad, su carácter, en total, este personaje de una historia que aun no tiene final comenzaba a ser más corpórea y firme, comenzaba a tener importancia en la historia… ¿los lectores deseaban saber más de este personaje? Eso no lo sabía, pero aunque fuera el anta protagonista, aun así, seguiría ejecutando su papel hasta la muerte, solamente por la razón de no tener más que expresar que aquel papel.
Louis era otro ser complejo, tal vez otro personaje más que comenzó en el anonimato y comenzó a tener fuerza hasta el punto de ser alguien importante en su historia personal, no lo sabía, claro está, solo por el hecho de no saber la vida de aquel hombre, o mejor dicho su historia, como deseaba poder tener un libro en donde se plasmara toda su historia. Le miro sonriendo, ya había terminado su algodón, sujetaba el palo en donde había estado.
-Dime Louis soy todo oídos, después de que me cuentes me das mi sorpresa…!
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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