La melancolía se alza junto a la luna [Privado Louis J. Bouquet]

por **Haley Bellens** Miér Mayo 09, 2012 12:47 pm

La vida que se había llevado no haría más de media hora le pesaba en la conciencia de una forma horrible. No tenía voluntad suficiente como para beber de un humano y dejarlo vivir, una vez hundía los colmillos en la delicada piel de cualquier mortal no era consciente de nada, tan solo del maravilloso sabor, hasta que sentía el peso muerto del cadáver que dejaba.

Sin embargo, aquello no era lo que más le dolía aquella noche.

La soledad lo abrumaba de una forma inexplicable. Era una soledad amarga, silenciosa, una soledad que lo estaba carcomiendo por dentro, más aún al haber llegado allí. Aquel precioso bosque, más concretamente, el claro dónde se encontraba ahora, le recordaba tremendamente a aquel parque de Bélgica, ese dónde conoció a su adorado y difunto Philippe. Si se esforzaba lo suficiente, podía llegar a observarle de nuevo frente a él, sonriéndole de manera juguetona y alegre, o apoyado en un cristal, a contraluz, mientras observaba la luna… o incluso era capaz de recordar los escalofríos que le producía su susurrante voz contra su oído o el roce de sus labios contra los propios. Sus manos cogiendo las de Haley, la divertida risa, su forma de ver el mundo…

Y ahora, ya, no estaba. Cuando lo convirtió en un vampiro más, llegó a pensar que realmente estaría hasta la eternidad con él, que nada les separaría, que serían invencibles. Desgraciadamente, había estado equivocado, muy equivocado. El recuerdo de aquel triste y oscuro día lo atormentaba de forma incomprensible para la mente humana. Si tan solo hubiera sido más cuidadoso, si hubiera sido algo más fuerte…

Suspiró con fuerza. Sus pasos eran lentos, se notaba que estaba meditando acerca de sensaciones profundas. La luna estaba ya muy alta, dando a entender que era bien entrada la noche. Pequeñas nubes cubrían a veces el cielo, oscureciendo algo más el ambiente, aunque, a pesar de todo, debido al esplendor y la brillantez del astro en aquella noche casi podía parecer que era de día. Una suave brisa, tenue y agradable, estaba presente. Solo el crujir de las ramillas bajo sus pies rompía el sepulcral silencio que había en el bosque.

-Oh Philippe...- Musitó, deteniéndose un momento y alzando el rostro para clavar la mirada en la luna llena. - Te echo tanto de menos...-

No notaba a nadie a su alrededor, su mente estaba totalmente centrada en volver a ver frente a él la figura del que fue su antecesor. Negó con la cabeza: Necesitaba encontrar a alguien. No un amante, sino un amigo, un amigo que supiera guiarle y escucharle en tales momentos. Pero difícil lo veía.

por **Louis J. Bouquet** Vie Mayo 11, 2012 9:24 pm

¿¡Donde demonios se había metido!?
El cambiaformas, soltó un bufido molesto, apartando el largo flequillo que caía sobre el lado derecho de su rostro. Avanzaba de manera tambaleante, si, era un ser diferente a un humano normal, pero solo por alguno que otro detalle, y en ese momento, quedaba en evidencia su frágil lado de humanidad. No avanzaba con los pasos ligeros, casi flotantes de su compañero, no avanzaba como un troll, no, al menos, aun guardaba cierto porte en ello. A ratos las ramas se prendían a su cabello y ropa, sin que pudiera evitarlo. ¿Qué necesidad había en andar a tan altas horas de la noche, en medio del bosque? Apenas podía ver, el ramaje medianamente tupido, impedía que los rayos de plata liquida de la diosa en medio del cielo nocturno, entraran por completo y le dejaran ver con mayor claridad.

Se detuvo, oteando la zona. Podia percibir un vago olor del minino perdido. No culpaba por salir corriendo, saltando por la ventana hasta perderse en el linde del bosque, mientras su hija rompía en llanto, Imre corría a consolarle, cargándola, para que al momento, esos orbes cristalinos, se posaran en el. Y esa carita de circunstancias, que lo hacia sentirse con un nudo en la garganta, e inevitablemente, al poco, salía detrás del gato. Simple, no soportaba ver llorar a Halima, ah, y claro que la pilluela lo sabia. Por eso, siempre podía convencer a su papi, que no? Louis no era tan firme como el vampiro.

Escucho ruidos. Seguro el muy pillo seguiría huyendo. ¿Tendría que tomar su forma animal, para seguirlo? Podía asustarlo. No, mejor seguir sufriendo. Soltó una risita, y siguió avanzando, siguiendo el olor. Notaba los árboles empezar a aparecer algo mas espaciados entre si. La tierra amortiguaba sus pisadas, perfecto, pero por cuanto mas? Costaba no pisar demasiado fuerte como para resquebrajar las ramitas perdidas desperdigadas por el lugar.. No quería que el gatito lo llevara hasta algún país vecino, al paso que seguía alejándose.

Se detuvo. Un sonido diferente, resquebrajo el armonioso murmullo del bosque. ¿Una voz? Arrugo el ceño, aguzando mas el oído, trepando a un árbol para observar, asechar. No le costo poco, estaba algo falta de practica, pero lo consiguió, saltando a un árbol mas halla. Estaba nervioso. Lo ponia asi, el hecho de que personas rondaran tan cerca de casa. Era inevitable, lo sabia, pero eran muchas menos que en la ciudad. ¿Y si regresaba a su hogar? No. Curioso como todo minino, TENIA que ver, quien era el dueño de aquella voz. No habia captado del todo lo dicho, eso si. ¿Y si era alguien que se habia perdido? ¿o alguien peligroso? No se quedaría quieto, mejor averiguarlo de una buena vez.

Salto de la rama, y avanzo, hasta ese espacio que se miraba mas iluminado, delante. Despacio, atento, no queria recibir algún golpe por la espalda y terminar muerto o algo peor, alli. Su visión tardaba en acostumbrarse, y enfocaba algunas sombras. -Buenas noches….? -aventuro, con voz suave

por **Haley Bellens** Dom Mayo 13, 2012 4:28 am

Aquella soledad se vio interrumpida por la presencia de alguien en el bosque.Y, aunque estaba distraído, el vampiro lo notó. Haley se detuvo unos momentos y suspiró; ¿Y si era algún cazador dispuesto a matarle? ¿Alguien que quisiera capturarle para cambiarlo por algunas muchas monedas de oro? No, no había que ponerse tampoco en situaciones tan dramáticas: Quizás era una persona normal y corriente que solo estaba dando una vuelta. Alguien que necesitaba pensar y relajarse como él.

Así que fingió no saber nada y siguió su lento y tranquilo paseo, quizás así aquella persona mostraba sus verdaderas intenciones. Aunque debía admitir que quedó algo sobresaltado al notar que trepaba a un árbol para observarle, algo que le hizo girar con rapidez ¿Acaso una persona normal podía hacer eso? ¿Sería otro vampiro como él? No, en tal caso lo notaría, a pesar de su poca práctica. Bellens prácticamente desconocía toda la variedad de razas que había en el mundo. Había vivido bajo el ala de Philippe casi toda su vida, y, cuando no, era un simple niño humano que desconocía todo, salvo la crueldad de las personas. Se podría decir que seguía siendo ese niño humano: Necesitaba aprender todo lo que había fuera. Pero, para ello, necesitaba también alguien que le enseñase.

Se giró y siguió su camino como si nada hubiese pasado, aunque ahora mucho más alerta. Deseaba la muerte si su vida iba a ser así, pero tampoco se lo pondría fácil a aquel que quisiera llevársela, como podía ser el caso del desconocido que le observaba. Idiota no era, y la experiencia le había enseñado que todo puede dar un giro de 180º, y pasar de estar solo a estar acompañado. Y estaba seguro de que Philippe nunca hubiese deseado su muerte.

En cuanto el otro saltó de la rama, giró con rapidez nuevamente para poder observar bien quién era su acompañante e intentar deducir sus intenciones. Desconocía el hecho de que por allí, más cerca de lo que creía, había un hogar cálido, el hogar del apuesto joven de cabellos dorados y rizados que tenía frente a él en ese momento, y que quizás lo único que quería era defender sus tierras. No, no lo sabía.

-Buenas noches.- Respondió en un suave murmuro, haciendo apenas una pequeña reverencia con la cabeza para indicar que sus intenciones eran buenas. No había necesidad de derramar sangre en aquel lugar: ya había bebido de un humano y cargado su conciencia lo suficiente aquella noche.

por **Louis J. Bouquet** Mar Jul 10, 2012 3:27 pm

No sentía el temor en su cuerpo, solo la curiosidad y esa ansiedad porque captaba cierto aroma, que, aunque tenia cerca con familiaridad, era un claro recordatorio que no podía irse descuidado por el mundo. Ser menos temerario, y mucho más prudente, en especial, tan cerca de casa. De Aly.

Le llego la respuesta al saludo pronunciado con anterioridad. No parecía haber nada malo con el otro. Su voz sonaba clara, aunque suave. Aquel estaba mostrando de momento que era un buen tipo. Si quisiera atacarlo… ¿no lo habría echo ya? Si… a menos que fuera de esos que prefieren ver a su victima de frente, jugar un poco con ella antes de extinguir su vida en un parpadeo. Se llevo una mano al cabello, peinándolo hacia atrás, mas su cabello volvió a su estado normal. Acercándose otro par de pasos, intentado mantener aquel semblante tranquilo. -No te había visto antes… ¿vives por aquí? ¿Te has perdido…? - No es que le gustara interrogar, pero era verdad, no reconocía el aroma de ese joven. Usualmente, algunas personas, se adentraban en el bosque, buscando leña, algunos frutos. Tal vez solo pasear. O cruzar a otros territorios de aquella tierra. También los efluvios de otros seres, solían difundirse, pero Louis sabia, que bien que mal, era preferible enfrentarse a uno de ellos, que a los “enemigos”, que podía toparse en la ciudad. - Desde que era un pequeño, siempre me gusto pasear por zonas como esta. Tranquilas, con el aroma de las plantas. Nada más iluminando mis pasos que la Luna allá en lo alto.- comento, alzando la mirada al cielo un momento.

Era fácil remontarse a sus ocho años, antes de perder a su madre, paseando por el bosque cercano a casa, buscando algunos leños pequeños, su madre palidecía y parecía siempre tener frío. Las hojas de los árboles se caían para esas fechas.
El muchacho tenia una mirada tranquila. Y si, también había sido convertido a una edad muy joven, o al menos, eso aparentaba –lo haría por los pocos o muchos años que el otro viviera- - Me llamo Louis. - dijo extendiendo su mano servicial, con media sonrisa amable. Sea lo que fuera, esperaba serle útil

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