La luna sobre el horizonte [Louis J Bouquet]

por **Magnolia Velvet** Dom Ene 30, 2011 10:19 pm

El invierno estaba ya cansándome, sabía que el frío conservaba los cuerpos pero esto era ridículo y por medio segundo, mientras caminaba sintiendo no sólo el frío sino también la brisa del mar, me planteé la idea de que las arrugas en el rostro no eran tan malas. Al menos si con eso, podía estar calientita. La idea de tomar chocolate espumoso me llenó la mente y caminé por el puerto mirando los rostros de la gente. No. De los hombres, más bien para encontrar alguien a quién llevarme a la cama por una no módica cantidad de dinero. Sonreí coquetamente a uno que otro permaneciendo alejada de los que parecían llevar parejas o que estaban demasiado distraídos como para ponerme atención. La capucha del sobretodo no era algo que pareciera digno de una cortesana y para tener dinero, a veces se tenía que sufrir así que anticipando una ventisca de lo más cruel hacia mi rostro y con todo el dolor de mi alma, retiré la tela de mi cabeza sintiendo el cambio de las temperaturas. No desistí y dejé que el viento me acomodara el cabello continuando con mi sonrisa de siempre y sin dejar de caminar.

Un paso, otro paso, contoneo de caderas, movimientos sensuales, caída de ojos, sonrisa y mordida de labio. Me sabía la estrategia de memoria pero al parecer hoy, no había nadie que quisiera un poco de calor humano. O al menos, no de una cortesana como yo. Tal vez era porque todo el mundo se había buscado una pareja pero no podría yo tener tanta mala suerte. No. Me negaba a pensar esto. Seguí con el movimiento encontrando un espacio libre en la baranda del puerto y me acerqué para mirar los barcos que se alejaban, los que llegaban y los que simplemente flotaban en el mar. Fijé mis manos a la fría baranda de metal sintiendo que me quemaba el frío y retiré mi piel inmediatamente. Tenía que comprarme un sombrero.

Me incliné un poco hacia delante para colocar mis antebrazos en la baranda mirando hacia el horizonte. Todo demasiado romántico: La luz de la luna, el vaivén de las olas, los barcos, las conversaciones distantes, el viento y la brisa. Demasiado teatral para mi gusto.

por **Louis J. Bouquet** Dom Ene 30, 2011 10:52 pm

La última vez que había pisado el puerto, había sido de día, el día en que llegué al territorio francés. Y, aún a pesar de que eran horas tempranas, había estado frío. Pero no como hoy.
Las nubes de hielo, se cruzaban unas con otras por momentos, llevando, seguramente, copos de nieve a la ciudad.
Milagrosamente, esta noche, si que parecía haber pensado un poco más. Traía una capa larga, y aun así, sentía mis manos entumidas, las froté, mientras seguía avanzando, con la cabeza ligeramente baja.

Miré un poco más detenidamente, sintiendo el frío en las mejillas. Había gente sí, algunos tomados del brazo, algunos otros en lo suyo. Abrazos de bienvenida y palabras de adiós.

Gente que se daba amor, de una u otra manera. Y yo no tenía a nadie en todo lo ancho del mundo. Y aquello me ponía tan mal, que en verdad, si no me tiraba a la bebida, era simplemente por que era poco apto para ello. Quizás, un sentimental y blandengue.

Aquellas embarcaciones que se perdían en la oscuridad, levemente iluminada por las farolas del puerto y la luna, me hacían sentir pena por quienes tenían que ir en ellas. Si aquí, en tierra el frío era intenso, no quería ni imaginar como sería allí, en alta mar.

Como un chiquillo, me fuí cerca del barandal de metal, sentándome sobre las añejas tablas, apoyando los brazos cruzados sobre una de esas barras, y mi barbilla sobre estos, con las piernas colgando.

Me perdí en mis memoras, mirando tan pintoresca estampa, tarareando cualquier cosa, como si con ello, pudiera llenar el vacío de mi vida.
-sekai ga shizunde yuku yasashii mizu ni tsutsunare, tada nagarete yuku megutte yuku shuumaku no umi wo, kuchi wo seru nami ni sarawarete, tamanai ai ni wo moratte yuku, kono mama kioku ni shizu mitai.... Ah anata no nemuru umi de... En algún momento, estiré mi mano anhelante, como si quisiera alcanzar alguna cosa...

En noches como esta, su recuerdo se hacía más presente...

por **Magnolia Velvet** Lun Ene 31, 2011 12:06 am

Me incliné hacia delante durante mi pausa en el trabajo o más bien en la búsqueda del mismo sintiendo el frío incluso traspasar la tela del sobretodo, las mangas del vetido y llegar a mi piel. La luna estaba en lo alto, alumbrando los barcos y reflejándose en el agua donde las olas cuarteaban su figura perfecta. Como un espejo mal hecho que te hace ver distorsionada. Deslicé mis brazos hacia atrás para frotar el sobretodo con el metal y calentarlo un poco antes de que el recorrido de mis brazos dejara mis manos sobre la baranda, eché la espalda hacia atrás sosteniéndome con las manos y levanté el rostro hacia el cielo mirando las estrellas. Puntitos que salpicaban el cielo como pecas. Puntitos brillantes que hacían que el cuadro entero me pareciera tan deprimente. Más romanticismo a una noche en la que yo iba a dormir sola y probablemente sin cenar.

Doblé las rodillas para quedar agacháda todavía con las manos en la baranda y pegué mi mejilla en una de las de abajo cerrando los ojos y girando el rostro. Debí haberme quedado en el burdel, al menos ahí estaría calientita y me podría conseguir a alguien que quisiera pagar por mis servicios. Abrí los ojos topándome de frente con él. Tan cerca que pdía alcanzarlo con sólo hablar su nombre en voz alta y tan lejos que si abría la boca, temía que se desapareciera. Lo pensé una vez y otra vez y otra vez más soltándome de la baranda y escuchando su canción. Observé el gesto que hacía y me dio un vuelco el corazón. ¿A quién intentaba alcanzar? Suspiré deseando poder ayudarle y tan sólo abrí la boca dejando que las palabras salieran. -La noche está muy fría para estar tan solo aquí-

Definitivamente la noche era para compartir. El frío dictaba que debías abrazarte a alguien y compartir la manta y la media luz que el brillo de la luna proporcionaba te daba ganas de compartir caricias con alguien. Era una noche de cuento de hadas, ¿El único problema? Que la princesa no creía en la magia y el príncipe no existía.

por **Louis J. Bouquet** Mar Feb 01, 2011 12:54 am

"Ah... Quiero ir al mar donde tú duermes..."
Aquella última frase,resonaba aún en mi garganta.
Mis dedos se cerraron en el aire. Si, de nuevo alcanzaba la nada. Y era tan... Ese vacío no se iba. Y no se iría, por mucho que yo volviera a amar, como creía empezar a hacerlo, ella no se iría de mi corazón.
Los recuerdos de mi pasado eran dolorosos, tristes y hermosos, solo, por que ella estaba en ellos. Me creía ilusamente no observado, tan metido en la Luna frente a mí y aquella solitaria serenata al mar, que verdaderamente me sorprendí cuando aquella aguda y suave voz femenina, dijo aquello, no necesitaba ser un genio, par saber que se dirigía a mi persona. Giré la cabeza y le miré

- Ya lo dice, madame, es una noche fría, si, pero cuando se esta tan solo, como también precisa,el lugar para pasar la agónica falta de calor humano, es lo de menos. Bien puedo estar aqui, como en la banca de un parque. Y usted, por lo que veo, también esta sola. ¿No tiene miedo de andar por aquí a estas horas?
le pregunté, en tono suave, como el rumor de las olas, mirándole fijamente, volví a mirar al frente, suspirando.

La chica no tenía culpa de mis desgracias, no tenía por que ponerme tan seco
-Lo siento...¿desea que la acompañe a su casa,señorita?

por **Magnolia Velvet** Mar Feb 01, 2011 11:31 pm

Me solté de la baranda quedándome agachada frente a él esperando algún tipo de respuesta. Las gotas que el viento llevaba con él me golpeaban como si fueran pequeñas dagas de hielo que intentaban congelarme entera pero aún así no me moví hasta que me miró y me sobresalté con su mirada tan triste. Tal vez no debí haberme entrometido en su momento de reflexión, nostalgia o cualquier otra cosa que esos ojos estaban reflejando. Me forcé a quedarme en pausa cuando entre sus palabras me pareció escuchar un reproche de precisamente eso. Entrometerme.

Si, era cierto, yo también estaba sola pero eso era común en mi. A menos que tuviera un cliente y me tomara de su brazo pero muy pocos eran los que estaban dispuestos a pasear tomados del brazo con una prostituta a quien le iban a pagar por sus servicios. No por dar la vuelta pretendiendo ser una pareja que ninguno de los dos sabía ser. Ladeé la cabeza mirando hacia el mar. Miedo. ¿Qué les pasaba a todos que creían que por estar sola de noche en el puerto debía tener miedo?, ¿Miedo a qué? -Mentiría si dijera que he pensado en el miedo esta noche, monsieur- Pero es que yo no tenía miedo de nada. La calle estaba sola, ¿Quién podría atacarme? Aunque si nos poníamos a pensar en ello, podríamos atraer un ataque de paranoia digno de cualquier mujer pero eso sólo propiciaba que nos volviéramos inútiles en caso de que en serio nos atacaran así que por el momento, debía dejar de pensar en ello.

Hice el amago de levantarme de mi posición, efectuar una reverencia e irme por donde había llegado para dejar de molestarlo pero antes de lograr hacerlo volví a escuchar su voz que se disculpaba conmigo. Sentí una pizca de arrepentimiento y negué con la cabeza dándome cuenta después de que no estaba mirándome precisamente a mí sintiéndome tonta. -No se moleste, caballero. No quería importunarlo con mi interrupción. Lo dejo libre de mi compañía- Intenté componer una sonrisa antes de levantarme y sacudirme la falda del agua que se le había pegado. No era necesario que me acompañara a casa. Hacía ya mucho tiempo que ya me valía yo por mí misma y aprovechando el tiempo tal vez podría contactar a Lucian.

por **Louis J. Bouquet** Miér Feb 02, 2011 12:40 am

Dejé que las gotas se adueñaran de mi rostro,mientras el olor a salitre penetraba mis pulmones, y seguía mirando el reflejo de la Luna sobre la superficie del mar, con los ojos ligeramente entrecerrados. Ella me escuchaba atentamente, era una mujer muy hermosa, no habia duda. Podía estar medio melancólico, pero no ciego. Ese rostro de alabastro rodeado por ese halo de cabellos de oro, parecía esculpido por alguno de los habitantes del paraiso.
Por el rabillo del ojo, me dí cuenta que ella también miraba en la misma dirección que yo lo hacía.

-Entonces, debe ser una dama excepcional. Muy valiente. -Le dije todo eso en tono tranquilo, dulce. No había muchas así, a menos que... ¿Sería compañera de profesión de mi querida Arianne? Eso podría explicarlo en parte. Aún así, no era mi estilo entrometerme de esa manera. Yo no juzgaba. También, estaba la posibilidad que esta doncella fuese una habitante del mar, una sirena que... No, basta, no más sueños esta noche.

Esta vez, si que me giré para mirarle. Y me dí cuenta que había sido grosero no mirarle. No me había percatado de lo que hacía. Era distraido y eso me hizo sentir bastante mal para con ella que tan amablemente se había tomado la molestia de cruzar palabra conmigo. Me paré de un salto, apoyando mi mano sobre el barandal, tirando hacia arriba, ayudandome con la otra sobre las tablas.
-No se vaya. No así. No me ha importunado. Antes, perdóneme por ser tan grosero con usted....

por **Magnolia Velvet** Vie Feb 04, 2011 10:09 pm

Excepcional si. Valiente no sería exactamente la palabra con la que me describiría. En realidad era descuidada y en mi mente no pensaba que pudiera haber algo peor que lo que ya me hacían algunos clientes frecuentes así que no me preocupaba demasiado. Sonreí a pesar de que no pensaba exactamente que yo fuera valiente. Miré por encima de mi hombro cuando ya me había girado para irme solamente para contestarle, porque una cosa era que yo fuera entrometida, y otra muy diferente que fuera una persona grosera. -Algunos me llamarían inconsciente, o simplemente loca- Pero supongo que lo que algunos me llamaran no era precisamente lo que me importaba. ¿Porqué darla tanto peso a algo que no pensaba yo? -Pero supongo que también podrían llamarme valiente- Hice el amago de seguir con mi camino porque era mejor irse ahora que la conversación estaba tierna y podíamos cortarla de tajo hasta que él volvió a hablar.

¿No así? ¿Cómo entonces podía irme? Me giré elegantemente para mirarlo de frente sin expresión en el rostro, al menos de momento. Primero quería estar segura de que no estaba diciéndolo solamente por decirlo. Al escucharlo me ablandé. Seguro era la fase de la luna que me ponía sensible. O puede que fuera su rostro que me había contagiado la tristeza al verlo tan cargado de emociones. -No es grosería, simplemente estaba usted inmerso en sus propios pensamientos- Y yo había llegado a entrometerme. Entrecerré los ojos un momento quedándome prendada de su mirada un instante y al fin perdiendo todo tipo de renuencia a seguir hablando con él. Supongo que no sería malo entablar una conversación con alguien así que le sonreí dulcemente. A veces una sonrisa era mejor que un montón de palabras.

Levanté la mano porque si por algo se caracterizaba Magnolia era por hacer las cosas sin miedo a lo que pensarían los demás, acaricié su mejilla en un movimiento desprovisto de todo tipo de mala intención y sin perder la sonrisa. -¿Qué pudo haberle pasado para que esté usted tan triste?

por **Louis J. Bouquet** Dom Feb 13, 2011 10:01 pm

Le miré bien ¿Como decia eso? Una mujer como ella, no podría ser nunca una loca o algo así. Simplemente, sería... ella la que causara la locura en quien la veía. Esa gracia, ese mágico halo que parecía rodearla... Me pregunté unos momentos, si había hecho bien en hablar y no dejarla ir, como se miraba que deseaba hacer.
-No tengo derecho a pedirle nada, lo sé... quizás ha sido tonto lo que he dicho... pero... no quiero se lleve una mala imagen de este tonto..-murmuré...no tenía ganas de estar solo. No en ese momento. Me maldije internamente. Siempre esa necesidad de llorar y ser abrazado... Si, quería un abrazo. Hacia años que no recibía uno sincero...
¿Y eso que tenía que ver? No lo sé. Solo sé, que podía estar incomodandola de sobre manera.

-Aún así, no debí. Me siento mal por ello, en verdad, no soy así...
froté mi brazo un poco, apenadisimo, con ella, que me mostraba esa dulce sonrisa. Como si fuera una estrella más en la noche. Tan luminosa...,
Dí un respingo y le miré de manera dulce, cuando ese bello angel, tocó la piel de mis mejillas
-Cosas de un corazón doblemente roto, señorita. Quizás, sea que solo soy muy blando... no sé...

Off: lamento la demora, no anduve muy lucido en la semana, y... bueno u.u lo siento muchisimo de verdad

por **Magnolia Velvet** Dom Feb 20, 2011 8:14 pm

Deslicé la mano que tenía sobre su mejilla y la retiré sintiendo el aire frío golpear la palma de la misma. Cerré los dedos en un puño para capturar la suavidad de su piel hasta nuevo aviso y sonreí dulcemente por sus palabras. Era indescifrable lo que sentía, como si quisiera abrazarlo y no dejarlo ir nunca. Alcé las cejas en un gesto fingido que justamente quería que se notara como tal, para completar el gesto me llevo el dedo índice de una de mis manos para posarlo sobre mi labio inferior para parecer que pienso algo. -¿Qué le parece si olvidamos todo y empezamos de nuevo?- Era una buena movida, así indicaba que todo era borrón y cuenta nueva y tanto mi indiscreción como su respuesta serían olvidadas para siempre.

-Así que nada de malas imágenes- Le dedico una sonrisa nuevamente, era buena para olvidar malos entendidos y sobretodo para aparentar que nada había pasado pero en este momento, lo sentía de verdad. Había algo en él que hacía que no quisiera separarme así como estábamos. No de mala manera. Tomé una de mis manos con la otra y lo miré negando cuando me llamó 'señorita'. Demasiado formal. -Mi nombre es Magnolia- Dije solamente y lo miré con dulzuea. Muy blando. ¿Qué tenía de malo ser demasiado blando? Probablemente lo único malo era que la gente podría aprovecharse de él por esta misma razón pero aquí y ahora sólo estábamos él y yo. Y yo no pensaba nada de lo que él pensaba. Además compartíamos el corazón roto. Esas cosas crean un lazo mayor al de cualquier otra similitud. -Desafortunadamente la única cura para un corazón roto es el tiempo, pero si hay algo que pueda hacer para hacerle más liviana la carga de esas dos heridas profundas, no dude en hacérmelo saber.

por **Louis J. Bouquet** Vie Feb 25, 2011 12:55 pm

Bajé la mirada un momento,entrecerrando mis ojos en el acto. Una sutil sonrisa se dibujó en mis labios al escuchar eso que me decía. Si, eso parecía lo mejor. Ya decía yo que nosotros sin ellas estábamos más perdidos que un barco sin timón. Aquel que dijera lo contrario, era un ser realmente poco inteligente.
Poco a poco, dejé de mirar la ondeante superficie de las aguas oscuras bajo nosotros, y le miré, con una sonrisa más amplia y sincera, no necesitaba respuesta. Con eso bastaría.
Su solo presencia, me hacían sentir algo mejor. Al menos, ya no estaba solo, era como si la Luna me hubiese mandado a una de sus hijas para consolarme de dulce manera.

Un placer, Magnolia. Que bonito. Como las flores que el árbol que comparte su nombre nos regala.... Siempre me han parecido parecidas a las flores de Sakura en primavera.. Tienen ese tono entre blanco y rosado, tan delicado....-suspiré. no quería ponerme ¿cursi? Quizás lo tomara a mal de un desconocido.--Que grosero soy... eh... yo soy Louis.

Tiempo. Si. Pero era tan lento su curso... Y ella se ofrecía a ayudarme con ello.Era toda una bendición esta chica, mi querida Magnolia..-Solo permanezca a mi lado esta noche... Temo quedarme solo.... Pero... ¿no tiene frío, Magnolia? Sería mejor que dejaramos este desolado lugar, y buscáramos un lugar más cálido. No me perdonaría si se enfermase solo por entretenerse aqui con este hombre perdido.-Me puse de pie y le extendí mi mano, con una sonrisa amable

por **Magnolia Velvet** Vie Feb 25, 2011 5:47 pm

Me llevé la mano al pecho como si quisiera que el tacto de su mejilla se me quedara justo en el corazón y alegrándome sinceramente por la sonrisa que me dedicó. Alcancé a ver cómo empezó en un sutil gesto y se fue ampliando lentamente sintiéndome totalmente aliviada de que lo hubiera hecho sentir lo suficientemente mejor como para mostrarme ese gesto. Cuando halagó mi nombre fue mi turno para sonreir, por lo general, ninguno de los hombres con los que me encontraba se ponían a pensar en mi nombre, en lo bonito de mi nombre. Y Dios sabía que me había costado dos noches enteras el conseguirlo. -Usted habla con un verdadero poeta- No entendía cómo era que alguien le podía romper el corazón aunque si bien era cierto, muchas veces actúabamos sin conciencia y terminábamos lastimando a quien más queríamos. O sería alguna ausencia. Una ausencia que se había salido de las manos de los responsables. -Con esa forma de expresarse, me sorprende que no tenga una fila de jovencitas persiguiéndolo- Reí delicadamente por mi insinuación atendiendo a su nombre y llevándome nuevamente la mano al pecho. -Louis, el nombre de un guerrero... yo no sé hablar tan bien como usted pero es un placer conocerle- Tomé los lados de mi falda hice una reverencia educada que acompañaban mis palabras.

Me incorporé después de mi reverencia asintiendo a su petición como si para mi fuera un verdadero placer. Y lo era. No podía negarme a ese pedido hecho con tanta dulzura y ternura. -Considérelo hecho- Si con eso podía aliviar la carga de su corazón, lo haría con gusto. Lo que tuviera que hacer. Aliviar la carga de su corazón se acababa de hacer mi nuevo propósito de la noche. El hecho de que tuviera miedo de quedarse solo me identificaba, tener miedo a quedarse con los propios pensamientos era un sentimiento demasiado conocido para mi. -Ciertamente es una noche fría, y le agradecería que nos moviéramos para mantener el calor- Aunque dudaba que mi cuerpo fuera tan frágil como para enfermarse sólo por una noche fuera. Además estaba completamente vestida y eso debía contar para algo. Volví a dedicarle una sonrisa antes de tomar su brazo para emprender nuestro camino. -¿Es usted de por aquí?-

por **Louis J. Bouquet** Vie Mar 04, 2011 10:30 am

Me gustaba el pote que mi interlocutora poseía. Tenía ese aire de elegancia, sin caer en lo frio, esa aura que te hace sentir cómodo. Verdaderamente acompañado. Y esa sonrisa! ah, que preciosa. Siempre me fijo en ellas, antes que en cualquier otra cosa. Asi como hay quienes se fijan en las manos, o en los ojos, a mi me fascinan las sonrisa, por que? la verdad, no lo sé, siempre ha sido así. Tal vez, soy raro.... Y no puedo evitar, bajar la mirada un momento, ¿Yo, un poeta? Ese adjetivo se sumaba a la lista de cosas que no era. No quise agregar nada a ello; mordiendo divertido mi labio inferior al escuchar eso de "jovencitas persiguiéndolo". En realidad, no eran precisamente chicas quienes....
-Oh, mi querida Magnolia, ya con el simple hecho que me permitas escuchar tu voz, es suficiente. ¿Cantas? Tienes un color exquisito.-Mi nombre el de un guerrero... vaya, quizás... algún dia eso si que fuera verdad.

Casi pude dar un salto de felicidad cuando acepto venir conmigo a buscar un lugar cálido. Si, caminar era bueno, pero nada como un lugar donde no pegara el aire helado, podría cortar sus tersas mejillas, por que mientras la noche avanzara, siempre se ponía más frío el ambiente...
Acople mis pasos a los suyos, mirándole, su perfil me atraía como imán, no podía dejar de mirarlo con devoción y agradecimiento.
-La verdad no, yo no soy nativo de aqui, mi padre si lo era, he de alli mi nombre. Yo... nací en el imperio del sol naciente, en Japón... ¿a escuchado usted de él? -Me acordé de la cara que había puesto mi amigo Lou cuando le dije eso. Creyó que me lo habia inventado!-Pero desde los ocho que no piso esa tierra, he vivido hasta hace poco en Inglaterra.... Que hay de ti, cielo?-No le decía aquello para ser grosero, o tomarme libertades, simplemente, ya era una costumbre mia

por **Magnolia Velvet** Jue Mar 10, 2011 5:44 pm

Sonreí divertida por ese gesto de timidez que acababa de demostrar. Bajar la cabeza ante mi halago era definitivamente una forma de decirme que no creía en lo que yo estaba diciendo pero yo estaba bastante segura de ello, él era un poeta y yo era afortunada de estar acompañándolo esa noche. Después de todo, una mujer siempre necesitaba que le endulzaran el oído con ese tipo de palabras. Esta vez fue mi turno para asombrarme por su pregunta. ¿Yo?, ¿Cantar? No, no tenía nada en contra de la música y el canto pero me negaba terminantemente a la humillación pública y cantar con mi voz en público era una forma de humillarme. Era precisamente por eso que yo me había dedicado a cultivar el arte de mantener una conversación. -No, claro que no- Contesté un poco más deprisa de lo que me hubiera gustado porque cantar era algo que yo no hacía. Me mordí el labio inferior algo avergonzada e incluso un poco sonrojada antes de añadir una cosa. -Se tocar el violín- Al menos así estaba excenta de no saber nada de tipo musical o cultural o algo así. -Aunque nunca lo toco en público- Y no era precisamente porque fuera mala sino porque era algo tan íntimo, tan de Olivia que no permitía que nadie ensuciara el sentimiento que me daba cuando lo hacía.

Escuché con atención intentando recuperarme del resbalón que acababa de cometer con eso de que no cantaba. No era que me diera vergüenza no saber cantar pero no lo había visto venir. Asentí cuando habló de sus raíces y de su padre levantando una mano para pensar si conocía Japón pero sin que me pareciera conocido. -No, sinceramente no. ¿Cómo es allá? Suspiré porque entonces estábamos los dos en iguales condiciones. ¿Hace cuánto que yo no pisaba Austria? Diez años ya desde aquella última vez que vio su casa, su familia, su vida como Olivia. Sacudí la cabeza lentamente para sacarme de la mente tanta cosa que se me enredaba entre mis pensamientos cuando me preguntó a mí. -Nací en Austria pero hace diez años que no piso ese lugar- No esperaba que la respuesta me saliera tan seca pero el hecho de que un hombre preguntara por mi más allá de qué bebida quería era nuevo. Sonreí para quitarle hierro al asunto y agregué. -Paris es como mi segundo hogar... la segunda mitad de mi vida la he vivido aquí- Y hasta ahí se quedaba la confesión. La vida antes de Magnolia Velvet no era de dominio público

off: siento la tardanza v_v no estaba demasiado inspirada para postear y no quería arruinar el rol

por **Louis J. Bouquet** Jue Mar 24, 2011 10:50 am

Su respuesta caida con esa rapidez, me sorprendió. Sus mejillas se colorearon con gracia y aquel gesto de pena, me hizo sonreirle con cariño, después agrego aquello sobre el violín. Yo tambien tocaba ese instrumento, lo mismo que el piano y alguno propios de mi casa. Pero de entre todos los sonidos provocados por un instrumento musical, sin duda siempre sería el piano mi favorito.
-¿te da pena cantar? En serio. Yo... bueno, como... no se si habrás escuchado aquello que tarareaba hace rato. No considero tener una voz fuera de lo normal, y mirame...-Le dije con media sonrisa, intentando animarle a hacerlo en un futuro-- Cielos, eres una chica misteriosa, Magnolia... y yo que esperaba algún día me permitieras escucharte, pero respeto tu privacidad, no te preocupes, no insistiré-guiñé un ojo mientras seguía avanzando a su lado por aquel camino, con el mar de fondo.

Escuché una negativa y me apresuré a responder, con aquel tono entre soñador y anhelante, de aquel que extraña la tierra que lo vió nacer, y no se atreve a volver por miedo a estar solo una vez más
-Es un lugar muy diferente a las ciudades Europeas, tiene encanto, como una pintura. Sus campos verdes, y las montañas donde según los viejos relatos, hay infinidad de seres mágicos y... es un tierra de leyendas y honor. Las casas, son tan diferentes, que parecen sacadas de algún sueño. Pero, sin duda, lo que más me gustaba de allí, eran los cerezos que rodeaban la casa donde viví, solía quedarme bajo sus delicadas pero firmes ramas, mirando como florecian aquellas pequeñas flores, mientras a lo lejos escuchaba el sonido de un rio...

Tenía que cortar alli mi descripción o me iría por las nubes, y me acordaría de muchas cosas, claro tambien de aquellas no tan gratas para un hijo de alguien que habia "preferido a un extranjero a alguien de su raza".
Ella tampoco habia estado en su hogar desde hacia tiempo, no quise preguntarle por que, quizás, tambien habia una historia dolorosa tras ello, y no quería ser yo el culpable de amargarle la noche a tan hermosa y amigable mujer
-Paris es un lugar sorprendente, no es dificil ver por que llevas tanto viviendo aqui. Mirame, yo apenas unas semanas, y creo que no me apetece irme... Vives sola, Magni?-Pregunté con curiosidad, quizás, la dama fuese casada o algo asi. No sabia yo eso, y tampoco podía evitar ser un maldito gato curioso. El neko siempre se las apañaba para hacer ese tipo de apariciones.

por **Magnolia Velvet** Dom Mar 27, 2011 4:03 pm

No era necesariamente vergüenza, el asunto era que yo estaba consciente de que no cantaba bien y me negaba a que alguien más hiciera referencia a ese hecho. Yo también tenía mi orgullo así que por pura respuesta asentí con la cabeza riéndome después de mi forma de ser tan infantil. Ladeé la cabeza escuchándolo y moví mi mano para restarle importancia al asunto. -El asunto no es tener una voz fuera de lo normal, es saber entonarla. Yo... no creo que debiera cantar en público, por el bien de los escuchas a mi alrededor- Otra vez el maldito rubor que me coloreaba la cara de repente. ¿Acaso esta noche no podía contener el flujo de mi propia sangre?

Una chica misteriosa. Eso era justamente lo que yo era. Una chica demasiado misteriosa, incluso más de lo que debería. Negué para confirmar que al menos nunca me escucharía cantar porque yo ya lo tenía decidido y parpadeé varias veces. -Al contrario de ti, yo si que insistiré en escucharte cantar a ti- Porque desde mi punto de vista, tararear y cantar eran dos cosas bastante diferentes. De todas maneras, y aunque habíamos quedado en eso sin perjudicar mi decisión de no cantar en público me sentí aliviada de haber cambiado de tema. Japón. Algún día, si tenía suerte viajaría por el mundo y tal vez llegara allá. No sabía exactamente dónde quedaba pero preguntando se llega a Roma. Me quedé embobada en la descripción tan poética de la tierra que lo vio nacer, incluso podría decir, que una chispa de curiosidad se había encendido en mis ojos. Hablar de los cerezos y su forma de pasar las tardes o los días debajo de ellos me hizo soltar un suspiro. ¿De nostalgia?, ¿De tristeza?

Caminé un poco en silencio, tan sólo rememorando las palabras que había utilizado y su expresión soñadora al describirme eso que yo no conocía. Sin duda sería buen escritor, o poeta como ya había mencionado yo anteriormente. Sonreí para confirmar que Paris era un lugar sorprendente porque de no haber sido así, me hubiera ido hacía mucho tiempo. Hubiera tomado un barco con destino incierto y hubiera terminado en otro lugar lejano. Al escuchar su siguiente pregunta me giré para mirarlo sin entender el porqué de dicho cuestionamiento. Repasé un montón de razones y al final terminé sin encontrar nada raro en la inflexión de la pregunta así que me decanté por decir la verdad. -Si, vivo sola. A veces hay tanta gente en las calles que frecuento que al final del día, lo único que quiero es acurrucarme en mis mantas y dormir hasta la mañana- Era verdad, aunque había sido cuidadosa de no confesar mi forma de ganar dinero. No era que me avergonzara pero no era precisamente lo que yo soltaba en primera instancia a un casi desconocido.

por **Louis J. Bouquet** Lun Abr 04, 2011 11:09 am

No lo pude evitar y una risa genuina y espontanea salio de lo más profundo de mi. Me habia hecho gracia su comentario, sinceramente. Negué divertido. Yo no creía que eso pasara. Se vería tan mona, ya lo hacía con ese tono como el de las fresas en sus mejillas… Pero ya le habia dado mi palabra al respecto. Y yo siempre la cumplía.
Pateé un corcho que estaba allí, el cual rebotó metros más delante, procedente con toda seguridad de alguna de la tantas botellas que eran consumidas por los marineros, mañana, tarde o noche. Me acordé de aquel largo viaje, y como tuve que soportar ese fuerte aroma cuando caia cerca del lugar donde me ocultaba. Quizás era por esa razón que yo no toleraba aquel líquido en mi cuerpo. Una sola copa y yo caía fulminado como mosco, perdiendo todo sentido de lo que decia o hacia.

Apenas reparé en lo que me pedía. Yo no me consideraba el mejor de los cantantes, pero… ya le complacería. Volví a ese punto tras ese pequeño suspiro que no se por que, me hizo sentir extraño, cuando terminé mi pequeña descripción. -¿en serio, quieres que te cante? Bueno, no sé que podría…. Pero… si, cuando quieras, podría interpretarte algo… Soy bueno arrullando, por lo que parece…-Reí, y despeiné mis cabellos en un gesto medio nervioso, ante lo perspectiva de hacerlo alli mismo, o, en un mejor caso, en un segundo encuentro.
Pero di un pequeño salto, casi un paso, hacia atrás cuando se giró para mirarme de esa manera tan repentina, por un breve lapso de tiempo, me inquiete al ver que demoraba algo en responderme. ¿Habia dicho algo malo. Estaba por pedir un tipo de disculpa, incluso por haberle dicho “Magni” y no por su nombre completo. ¿Qué me pasaba? Ahora tal vez me creería un maleducado total, pero me habia salido eso sin querer.?-Oh…. Si, no hay nada como eso, tener un momento para ti. Un lugar donde solo estés tu, y nada más. Yo tambien vivo solo… pero… sabes? Me gustaria tener alguien con quien compartir el sueño. Jamás lo he tenido… -Miré al frente una vez más, como si la oscuridad vacilante ante las lámparas de aceite de las tabernas y demás locales a las orillas de ese lugar, fuera la osa más interesante. Yo quería, deseaba, tener alguien asi. Formar una familia, como la que no habia tenido

por **Magnolia Velvet** Lun Abr 04, 2011 10:55 pm

Su risa sincera y armoniosa me contagió de inmediato y a los pocos segundos ya me encontraba yo riendo junto con él, creo que ni siquiera sabía de qué me reía pero no pude evitarlo, así pasaba siempre que alguien se reía con tantas ganas y tanta sinceridad. Deslicé uno de mis dedos por encima de la baranda de metal sintiendo el frío llegar inmediatamente a mi piel aún cuando llevaba guantes para aguantar el frío inclemente. Miré el agua que se movía más abajo y los barcos que se mecían al ritmo del vaivén, como un vals, un vals que bailaban en parejas, parejas que probablemente se amaban y no podían vivir el uno sin el otro. Asentí a su pregunta inmediatamente, claro que lo decía en serio. -Claro que quiero que me cantes, sería un verdadero honor escucharte- Como un concierto personal, para mi sola y sin necesidad de compartirlo con nadie. Volví a reír con él embelesándome con ese gesto suyo de despeinarse, apenas unos momentos con él y me daba cuenta de que era una de esas personas que parecías conocer desde siempre. Quizás de otra vida si es que creía en ello. -Si quieres podemos ir a mi casa, preparo algo caliente de beber para entonar la garganta y... Dejé en el aire la propuesta, tal vez él no quisiera y esperaba realmente que no fuera a tomarse a mal el comentario.

Me quedé callada repitiéndome en la mente la forma en que debió haber sonado eso, había mencionado mi casa y algo caliente de beber y entonar la garganta. Quedaba claro que era para ir a cantar, ¿No? Y para resguardarnos del frío. ¿Quedaba claro? Estaba comenzando a sentir la paranoia. No sabía actuar muy bien con hombres que no querían acostarse conmigo, o al menos con hombres que no parecían quererlo. Desperté de mis cavilaciones mirándolo y sonriendo de lado asintiendo al estar totalmente de acuerdo, no sólo en el hecho de tener un momento para ti sino también por el asunto de compartir el sueño. Dios sabía que quería eso pero por mis tonerías e inseguridades siempre terminaba cediendo a la vida que había llevado hasta ahora. -Ya somos dos- No pude reprimir el suspiro traicionero que me salió desde lo más profundo de mi alma al recordar. ¿Y porqué era que en ese momento se me venía la imagen de Lucian a la cabeza?

Fruncí el ceño un poco dejando de pensar en ese tipo de tonterías, sacudí la cabeza haciendo que un par de mechones de cabello se soltaran del moño y cayeran a ambos lados de mi rostro enmarcando mi expresión antes de sonreír y asentir. -Si, yo tampoco... aunque dicen que siempre hay una primera vez, y estoy más que segura que tendrá varios pretendientes que querrán cumplir su deseo, ¿Me equivoco?

por **Louis J. Bouquet** Mar Abr 12, 2011 11:59 pm

Era agradable no reir solo. No se que hubiera hecho, si ella no hubiera ni siquiera, esbozado una media sonrisa. Pensando un poco aquello, me pregunté si no sería un a muestra de inseguridad. Como si temiera al mundo externo, y que no todos fueran tan buenos y dulces como Magnolia, que se notaba a kilometros de la bella Paris.
No podia ser eso. Habia algo más, pero no sabia precisarlo. Era demasiado refrescante la brisa salina del mar,y borraba mis hilos de pensamiento coherente. De nuevo me hizo bajar la mirada apenado. A ese paso pensaria que yo era alguien con la estima por los suelos.
-El honor seria cantar algo para tan hermosa señorita...-Desde esa posición, giré un poco mi cuello, alzando la mirada para verle. Con ella me sentia en confianza. La verdad, que tenia poco trato con las damas, no sabia aún el por que, pero en alguna ocasión, me habian dicho que yo no parecía un hombre común. Demasiado sencillo, sensible, delicado, decia mi viejo portero. Pero ella, parecia estar como conmigo... o eso al menos creí, cuando asentía sobre la idea de ir a su casa. ¿Por que no habia terminado la frase?

La torre de ideas sobre una velada tranquila, se derrumbo, como el castillo de arena de los sueños de aquella princesa durmiente. ¿Habia hecho yo algo mal? Aminoré la marcha de mis pasos, mientras un silencio extraño se situaba entre los dos. Tenia que ser mi culpa, fuera lo que fuese. Siempre metia la pata, y mucho.

Estaba por pedir una especie de disculpa o algo asi, cuando ella sonrió. No quería molestarla, era lo que menos deseaba, opte por seguir con el curso de aquel otro tema. Pero aquel suspiro que brotó del interior de Magnolia, me estremeció. " Ya somos dos". Aquellas tres palabras, me hicieron sentir ternura por ella. No podia imaginar lo sola que ella podria estar. Por que, todos estamos solos, en algun momento, esperando por un alma gemela que nos acompañe por la eternidad
¿Soñador? Por supuesto.Era un amante del romanticismo.

Tras aquel movimiento, las facciones de su rostro, adquirieron un tono mucho más jovial. Y con ese comentario, me hizo poner del color de una rosa carmesí
-eh.... si primeras veces... ¿pretendientes...? Yo? en realidad... no... yo... bueno, tengo un amo, y el me cumple mis caprichos, pero no es igual...-¿Que acaba de decir? Dioses, esperé a que no me mirara raro por ello. ¿Tenia yo pinta de esclavo?

por **Magnolia Velvet** Jue Abr 14, 2011 11:07 pm

Teníamos que dejar de hacer eso. "Sería un placer" "No, no, sería mío el placer" "Absolutamente no, sería mío" Vale, sería un placer para ambos y se zanjaba el asunto. Lo que me gustaba en serio era que me hubiera llamado 'hermosa' y sonreí haciendo un asentimiento con la cabeza para agradecerle el cumplido. Tenía ese tipo de aura que te daban ganas de abrazarle, de tocarle, de tener algún tipo de contacto con él pero no sabía si era prudente hacer ese tipo de cosas cuando apenas nos habíamos conocido hacía muy poquito tiempo y aunque yo tuviera esa sensación de conocerle de siempre, no tenía ni idea de si él aceptaría el acercamiento de buena gana.

Tuve que retomar el pensamiento porque después de cavilar mucho rato sobre mi invitación decidí que no había sonado para nada mal. ¿O si? ¿Dónde quedaba mi seguridad? Esa vocesilla que gritó que yo era una mujer independiente y segura me irritó a tal nivel que apretando los dientes decidí volver a formular la invitación. -Bueno... repito mi invitación... podemos ir a mi casa a beber algo caliente y tal vez podamos cantar un rato, si a usted le parece Ya está, lo había dicho, no había sido tan difícil. ¿O si? Además todo era mejor que estar en la intemperie con este frío y con la brisa. Sonaba a la ecuación perfecta para un resfriado de los malos.
Sonreí mirando hacia atrás cuando se quedó rezagado, ¿Había tomado a mal mi propuesta? Bueno, para eso había una sencilla solución: Declinar mi oferta.

No podía creer que no tuviera pretendientes, si las mujeres hablaran con él caerían rendidas a sus pies aunque... igual tendría otras preferencias en ese ámbito. Me mordí el labio inferior captando una de sus palabras al vuelo y entendiendo toda la frase. ¿Un amo? ¿Había dicho que tenía un amo? Tenía que preguntarle, eso me pasaba por estar pensando tantas cosas y no poner suficiente atención. -¿Un amo? No se veía con cara de ser masoquista. ¿A qué se refería con amo?, ¿O acaso era un sirviente de algún lugar de la clase alta? Fruncí el ceño mirándolo de reojo y esperando una respuesta. No me malinterpreten, mi impresión sobre él no había cambiado y yo no era una persona que juzgara a la gente, tan sólo quería saber a qué se refería con eso que había mencionado.

por **Louis J. Bouquet** Sáb Abr 16, 2011 10:40 pm

Escuché como me repetía su oferta. Era muy gentil ese gesto de su parte. No habia necesidad de pensarlo demasiado. Pero ella seguía mirandose algo ¿tensa? N oera un tonto, al menos, no de manera completa. No quería incomodarla, si no quería mi presencia, pror si era asi, no me hubiera invitado en primer lugar. Solo habia una buena respuesta para aquella frase. Levanté la mirada, y le sonreí un poco, apresurado de nuevo mis pasos
Oh, Magnolia, yo… claro que me gustaría ir a tomar algo contigo… Te cantaré lo que desees… Eh… espero no sea nada con alcohol… - Le miré vacilante unos momentos. ¿Cuándo habia escuchado que un hombre de este tiempo hiciera el “feo” al licor? Yo no era lo que se dice quisquilloso, pero, bueno, era mejor que le dijera aquello de una vez, no? Mi cuerpo no toleraba de buena manera ese tipo de bebidas. ¿Débil? Hay muchas formas de serlo, y otras por las que no se es. No me consideraba asi.
-… no lo tolero de buena manera… Tal vez un poco si es ligero… No quiero hacerte ninguna escenita vergonzosa…

Perfecto, estaba quedando como un raro, seguramente, la imagen del “poeta” se iba por los suelos, pero no podia evitarlo, una vez que abría mi corazón a una persona, lo hacía sin ningún tipo de limite. En más de una ocasión, me habían dicho que yo era demasiado tierno, inocente y transparente, como para ser verdad.¿Que pasaba por su mente mientras hacía ese gesto a su labio?
Una y mil posibilidades, se cruzaron en la mia propia. Pero no la dicha por mi antes. Su mirada no admitía una evasión. Me senti enrojecer de manera violenta. Y bajé la mirada
-Si… verás… yo… lo conocí un día… y… el es tan… acepté sin dudarlo ser su… no subordinado, soy… soy su mascota… mascota humana…-No podía decirle que era su mascota tambien en gato, - principalmente me habia adoptado por eso, pero no se lo podia decir asi como así, no sabia si pensaria que yo era un ente demoniaco por poder hacer eso –ni yo mismo sabia mi origen---El… no me trata mal, por todo lo contrario, en realidad, me trata como su amigo… Aunque yo acepté ser de su propiedad… por que… no lo sé, necesito sentirme amado, no lo sé… quizás, solo no tengo confianza en mi… no me molesta ser suyo… Aunque… nunca ha… ¿Esta eso mal?-Le miré apenado

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La luna sobre el horizonte [Louis J Bouquet]

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