AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Scarlet [Louis J. Bouquet]
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Scarlet [Louis J. Bouquet]
El viento que era traído por el invierno hacía que sus cabellos se mecieran más de lo normal a cada paso que daba, iba hasta cierto punto distraído mientras una sonrisa estaba instalada en sus labios y una de sus manos se encontraba ocupada con una pequeña bolsa. Se dirigía a encontrarse con su pareja o más bien a caerle de sorpresa, ya que extrañaba estar momentos con él, porque aunque vivían en la misma casa, la diferencia de raza hacían que se vieran tan solo unos pocos minutos. Y aunque muchas veces el rubio le dijera que se podía quedar despierto no lo permitía, no deseaba que él se enfermara así que tras una pequeña discusión en la que más parecían dos niños peleando terminaba por hacerle caso e irse a dormir.
Así que por eso estaba aprovechando esa noche que extrañamente llegó antes de lo previsto para ir a buscarle ¿Acaso era el destino que le estaba ayudando a pasar más tiempo con su pareja? ¡Si era eso no podía estar más que agradecido!. Jugando un poco con la bolsa que contenía en su interior una tarta de moras, teniendo claramente cuidado con no desarmarla, acelero el paso porque sentía que no llegaría a ese ritmo.
Y como si lo adivinará en pocos minutos aprecio aquel teatro desde la distancia, no sabía bien si debía de seguir ya que aunque había estado una vez ahí no quería causar problema alguno. Tal vez aún seguía actuando la ultima escena o cambiándose, mejor era esperarlo cerca y aparte así sería por completo una sorpresa ¿Verdad? Se quedo una cuadra antes de llegar a ese lugar y descanso la espalda en una pared a la vez que tomaba la bolsa con las dos manos, esperaba que no se tardará mucho.
Así que por eso estaba aprovechando esa noche que extrañamente llegó antes de lo previsto para ir a buscarle ¿Acaso era el destino que le estaba ayudando a pasar más tiempo con su pareja? ¡Si era eso no podía estar más que agradecido!. Jugando un poco con la bolsa que contenía en su interior una tarta de moras, teniendo claramente cuidado con no desarmarla, acelero el paso porque sentía que no llegaría a ese ritmo.
Y como si lo adivinará en pocos minutos aprecio aquel teatro desde la distancia, no sabía bien si debía de seguir ya que aunque había estado una vez ahí no quería causar problema alguno. Tal vez aún seguía actuando la ultima escena o cambiándose, mejor era esperarlo cerca y aparte así sería por completo una sorpresa ¿Verdad? Se quedo una cuadra antes de llegar a ese lugar y descanso la espalda en una pared a la vez que tomaba la bolsa con las dos manos, esperaba que no se tardará mucho.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/02/2011
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Las semanas corren... los minutos pasan demasiado deprisa; cuando menos se lo esperaba, se hallaba detenido en medio de un punto reflexivo de su vida. A veces, se autoconvencia de que era capaz de seguir ese ritmo agitado de vida; pero era engañarse a si mismo. Apesumbrado, se paso las manos por el cabello, echandolo hacia atrás, mientras dejaba ir un suspiro que se perdio en medio de la media luz de aquel sitio.
Su cuerpo estaba cansado; muy apesar de que Imre le presionara a descansar, parecía que aquel ritmo poco común de vida, le estaba pasando factura. Si bien era máss resistente que un simple humano, no era un hombre de acero. Por sus venas, corria sangre caliente. Podia hacerse daño, podía... Morir.
Si no se cuidaba más, eso pasaria. Esa noche, casi cae desde una parte alta del escenario; la escenografía mal colocada en un infimo descuido, y su falta de reacción. Un poco más y hubiera caido directo sobre su cabeza. Afortunadamente, solo se habia resbalado y la caida había sido mucho menos intensa. Aún asi, tenía dolorido el brazo derecho.
Suspiro, mientras se ponía de pie y se quitaba aquella ropa de campesino medieval. Se miro al espejo de cuerpo entero. Su torso niveo, mostraba que se encontraba más delgado que en los meses anteriores. Su mano izquierda, se paseó por su vientre, sobre aquella cicatriz que resaltaba sobre su piel. De nuevo, los recuerdos de aquellos tiempos dificiles. ¿Tanto habia pasado ya desde eso?
Le parecía increíble que estuviera pronto a cumplir los tres años en la tierra de su padre. Cerro los ojos y sacudio su cabeza. No deberia pensar. No le hacia bien. Termino de cambiarse, abrigandose bien, estaba fresco fuera. No quería pescar un resfriado.
Lo que deseaba, era ser estrechado por los brazos de su vampiro. Sonrio al pensar en él. -Es sorprendente como me ha soportado todo este tiempo...- susurró para si.
Salió con calma, sus compañeros le miraban preocupados y le recomendaban que fuera directo a casa y descansara. El sonrió, mientras sentía y se despedía agitándo su mano en el aire.
-Me he portado mal con él.... ¿Que podría hacer para compensarlo? ¿Cantarle una canción? ¿Cocinar para él? ¿Llevarlo de paseo por la playa?- - se preguntó, mientras sus pasos lo llevaban a su cafeteria favorita. Necesitaba un poco de alimento.
Su cuerpo estaba cansado; muy apesar de que Imre le presionara a descansar, parecía que aquel ritmo poco común de vida, le estaba pasando factura. Si bien era máss resistente que un simple humano, no era un hombre de acero. Por sus venas, corria sangre caliente. Podia hacerse daño, podía... Morir.
Si no se cuidaba más, eso pasaria. Esa noche, casi cae desde una parte alta del escenario; la escenografía mal colocada en un infimo descuido, y su falta de reacción. Un poco más y hubiera caido directo sobre su cabeza. Afortunadamente, solo se habia resbalado y la caida había sido mucho menos intensa. Aún asi, tenía dolorido el brazo derecho.
Suspiro, mientras se ponía de pie y se quitaba aquella ropa de campesino medieval. Se miro al espejo de cuerpo entero. Su torso niveo, mostraba que se encontraba más delgado que en los meses anteriores. Su mano izquierda, se paseó por su vientre, sobre aquella cicatriz que resaltaba sobre su piel. De nuevo, los recuerdos de aquellos tiempos dificiles. ¿Tanto habia pasado ya desde eso?
Le parecía increíble que estuviera pronto a cumplir los tres años en la tierra de su padre. Cerro los ojos y sacudio su cabeza. No deberia pensar. No le hacia bien. Termino de cambiarse, abrigandose bien, estaba fresco fuera. No quería pescar un resfriado.
Lo que deseaba, era ser estrechado por los brazos de su vampiro. Sonrio al pensar en él. -Es sorprendente como me ha soportado todo este tiempo...- susurró para si.
Salió con calma, sus compañeros le miraban preocupados y le recomendaban que fuera directo a casa y descansara. El sonrió, mientras sentía y se despedía agitándo su mano en el aire.
-Me he portado mal con él.... ¿Que podría hacer para compensarlo? ¿Cantarle una canción? ¿Cocinar para él? ¿Llevarlo de paseo por la playa?- - se preguntó, mientras sus pasos lo llevaban a su cafeteria favorita. Necesitaba un poco de alimento.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Localización : In the 13Gate (?) Ok no, pero, posiblemente más cerca de lo que esperas
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
No tuvo que esperar mucho, después de unos cuantos minutos sintió la presencia de su amado. Levanto la cabeza para ver como caminaba sin darse cuenta de nada y al verlo como lo pasaba se encamino a pasos silenciosos, siguiéndolo por detrás para no llamar su atención. Quería sorprenderlo y a la vez gastarle una pequeña broma así que al caminar unos minutos más se apego a su cuerpo y levantándose de punta de pies cubrió los ojos del más alto con sus manos manteniendo el silencio.
Sabía que si decía algo lo iba a descubrir, pero tampoco iba a quedarse toda la noche de esa forma así que al separarse se poso en frente suyo con una sonrisa en los labios y con los brazos hacía atrás para que no viera la bolsa con la tarta.
— Mucho tiempo ¿Eh? —lanzó una pequeña risita mirándolo con la mirada llena de felicidad, que solo podía provocarla él— O sea que no estamos así juntos y fuera de casa —termino la frase en apenas un murmuro, sin poder estar mucho tiempo así con su pareja se lanzo a sus brazos y lo rodeo con fuerza notando que se encontraba más delgado y eso le hizo sentir preocupación y también culpable. Estaba en ese estado por la vida que estaba llevando por su culpa, por más que lo mandará a dormir y le daba de comer no daba mucho resultado y eso lo estaba notando.
Suspiro apoyando la cabeza en el pecho ajeno, no quería que nada malo le pasara a su amado. Deseaba solamente su bienestar. Ahora debía de llevarlo a comer rápido ya que estaba seguro que tenía hambre por andar trabajando esas horas.
Sabía que si decía algo lo iba a descubrir, pero tampoco iba a quedarse toda la noche de esa forma así que al separarse se poso en frente suyo con una sonrisa en los labios y con los brazos hacía atrás para que no viera la bolsa con la tarta.
— Mucho tiempo ¿Eh? —lanzó una pequeña risita mirándolo con la mirada llena de felicidad, que solo podía provocarla él— O sea que no estamos así juntos y fuera de casa —termino la frase en apenas un murmuro, sin poder estar mucho tiempo así con su pareja se lanzo a sus brazos y lo rodeo con fuerza notando que se encontraba más delgado y eso le hizo sentir preocupación y también culpable. Estaba en ese estado por la vida que estaba llevando por su culpa, por más que lo mandará a dormir y le daba de comer no daba mucho resultado y eso lo estaba notando.
Suspiro apoyando la cabeza en el pecho ajeno, no quería que nada malo le pasara a su amado. Deseaba solamente su bienestar. Ahora debía de llevarlo a comer rápido ya que estaba seguro que tenía hambre por andar trabajando esas horas.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Quería solo poner la mente en blanco y dejar que sus pasos se sucedieran uno tras otro de manera autómata. Perderse en medio del túnel del tiempo, ser uno con las ilusiones no dichas y alejarse de esa realidad que aquella noche al menos le estaba pareciendo demasiado… Pesada, de cierta manera, provocaba en él una sensación de desolación. Quería llevarse las manos al rostro y llorar para sacar toda esa bola de pensamientos. Pero no podía hacerlo; no era correcto. Tenía que ser por una vez un verdadero hombre, valiente y dispuesto a no arrodillarse ante la presión de la temporada. A no dejarse abatir. A no volver a ser el Louis que se dejaba caer de rodillas en la nieve con sangre en las manos, demasiado cobarde para perder o ganar cosas. Demasiado cobarde para...
¿Y esas manos....? Sonrió de medio lado con aire ligeramente cansado, por la jornada, pero bastante contento. Eran unas manos de dedos delgados y fríos. Sí, pero esas manos... Eran un regalo del cielo. Podrían ser gélidas para el resto, pero para Louis, sentir el tacto... que aquellos dedos recorrieran su piel desnuda... ¡Por los dioses, quemaban! Provocaban de imediato sacudidas eléctricas por todo su cuerpo.
No tuvo ni que separar los labios para dejar escapar el nombre del dueño de aquellas pequeñas manos. No, no era necesario decirlo en voz alta; su corazón lo había y lo gritaba en ese mismo momento en que el peliplata se posa delante de él, como esa sonrisa brillante como el sol que el, vampiro, irónicamente, era incapaz de volver a ver.
Le devolvió la sonrisa. Imre se veía tan hermoso y jovial como siempre. Imre era su pedacito de sueño; era la fantasía de su realidad; era la locura de su sentimiento de razón. Era su amante, su compañero. La razón por la que todos los días, podía levantarse con una sonrisa en los labios. Su Imre, su eterno joven con el cabello del color de la luz de la Luna. Asintió a sus palabras levemente.
-El tiempo pasa a cuenta gotas cuando no estás a mi lado, Imre. El tiempo es una tortura si no puedo ver la claridad de tus pupilas azules, mirándome justo como en este momento. Desearía que cada vez, solo pudieramos permanecer juntos asi, congelados en el tiempo; dejar que el mundo siga su curso y ser solo tu y yo... Las circunstacias sin embargo, creo que no lo permiten.. y efectivamente... a veces siento que somos extraños en la misma casa. Debe ser mi culpa; no me esfuerzo lo suficiente. -- comento, luego de escuchar la voz de su amado. Sintió un nudo en la garganta. Siempre que hablaba con Imre... era algo tierno. Pero, a la vez, de cierta forma, era el vampiro el que le hacía sentirse en la confianza suficiente para desnudar su alma y hablar sin rodeos.
Decir las cosas tal y como salían de su desbocado corazón.
Deseo abrazar al vampiro; pero este se le adelanto. Atino al momento a estrecharlo con toda la fuerza que podía; no le dañaría, Imre era más fuerte que él. Siempre lo sería en más de mil maneras. Un pequeño pinchazo de dolor por la caída le hizo estremercerse, pero decidió ignorarlo. Su pareja no tendría por que saberlo. No tenía caso preocuparlo por... nimidades. No era justo. Al sentir como apoyaba su cabeza sobre su pecho, sus manos se dirigieron a ese suave cabello, acariciandolo, jugando a enterrar los dedos en él.
-Eres una bendición, Imre. Gracias. - le dijo con suavidad, al tiempo que buscaba sus labios, como aquel que busca un vaso de agua cuando esta muerto de sed. Le importaba poco estar a plena calle, le importaba poco poder ser señalado. No le importaba ser visto. No le importaba ser perseguido. Estaba cansado de esconder su amor. ¿Por que no podía expresarle sus sentimientos a su pareja cada vez que quería?
Su corazón estaba latiendo fuertemente, cerró sus ojos, su lengua poco a poco, esperaba poder colarse en ese territorio que era suyo, quería devorar al vampiro allí mismo. Pero se limitó a separarse y seguir acariciando su cabeza. -¿A que debo tu tan grata visita, mi amor?
¿Y esas manos....? Sonrió de medio lado con aire ligeramente cansado, por la jornada, pero bastante contento. Eran unas manos de dedos delgados y fríos. Sí, pero esas manos... Eran un regalo del cielo. Podrían ser gélidas para el resto, pero para Louis, sentir el tacto... que aquellos dedos recorrieran su piel desnuda... ¡Por los dioses, quemaban! Provocaban de imediato sacudidas eléctricas por todo su cuerpo.
No tuvo ni que separar los labios para dejar escapar el nombre del dueño de aquellas pequeñas manos. No, no era necesario decirlo en voz alta; su corazón lo había y lo gritaba en ese mismo momento en que el peliplata se posa delante de él, como esa sonrisa brillante como el sol que el, vampiro, irónicamente, era incapaz de volver a ver.
Le devolvió la sonrisa. Imre se veía tan hermoso y jovial como siempre. Imre era su pedacito de sueño; era la fantasía de su realidad; era la locura de su sentimiento de razón. Era su amante, su compañero. La razón por la que todos los días, podía levantarse con una sonrisa en los labios. Su Imre, su eterno joven con el cabello del color de la luz de la Luna. Asintió a sus palabras levemente.
-El tiempo pasa a cuenta gotas cuando no estás a mi lado, Imre. El tiempo es una tortura si no puedo ver la claridad de tus pupilas azules, mirándome justo como en este momento. Desearía que cada vez, solo pudieramos permanecer juntos asi, congelados en el tiempo; dejar que el mundo siga su curso y ser solo tu y yo... Las circunstacias sin embargo, creo que no lo permiten.. y efectivamente... a veces siento que somos extraños en la misma casa. Debe ser mi culpa; no me esfuerzo lo suficiente. -- comento, luego de escuchar la voz de su amado. Sintió un nudo en la garganta. Siempre que hablaba con Imre... era algo tierno. Pero, a la vez, de cierta forma, era el vampiro el que le hacía sentirse en la confianza suficiente para desnudar su alma y hablar sin rodeos.
Decir las cosas tal y como salían de su desbocado corazón.
Deseo abrazar al vampiro; pero este se le adelanto. Atino al momento a estrecharlo con toda la fuerza que podía; no le dañaría, Imre era más fuerte que él. Siempre lo sería en más de mil maneras. Un pequeño pinchazo de dolor por la caída le hizo estremercerse, pero decidió ignorarlo. Su pareja no tendría por que saberlo. No tenía caso preocuparlo por... nimidades. No era justo. Al sentir como apoyaba su cabeza sobre su pecho, sus manos se dirigieron a ese suave cabello, acariciandolo, jugando a enterrar los dedos en él.
-Eres una bendición, Imre. Gracias. - le dijo con suavidad, al tiempo que buscaba sus labios, como aquel que busca un vaso de agua cuando esta muerto de sed. Le importaba poco estar a plena calle, le importaba poco poder ser señalado. No le importaba ser visto. No le importaba ser perseguido. Estaba cansado de esconder su amor. ¿Por que no podía expresarle sus sentimientos a su pareja cada vez que quería?
Su corazón estaba latiendo fuertemente, cerró sus ojos, su lengua poco a poco, esperaba poder colarse en ese territorio que era suyo, quería devorar al vampiro allí mismo. Pero se limitó a separarse y seguir acariciando su cabeza. -¿A que debo tu tan grata visita, mi amor?
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Los ojos se le iluminaron al momento que esa sonrisa se instalo en los labios del actor, una de las cosas que más le gustaba era observar aquel gesto provenir de la persona que amaba. Porque eso significaba que pese a ese cansancio que rodeaba aquella figura; estaba feliz, y eso sin duda era lo más importante para Imre. El cual siempre intentaba hacer algo para que eso sucedería aunque a veces no le resultaba como quería y terminaba la otra parte haciendo cosas que lo ponían feliz a el, pero bueno, lo intentaba ¿O no? Sonrió un poco escuchándole algo avergonzado. Siempre sus palabras causaban ese efecto en su persona, y no sabía bien como actuar o más bien que decir ya que ese no era el fuerte del vampiro así que no quedaba más que escuchar en silencio, eso sí, sin dejar de verlo para que no creyera que le molestaba aunque al final termino por hacer compañía a su mirada un puchero que no pudo reprimir. Si había algo que le molestaba al de cabellos plateados era cuando su pareja se echaba la culpa de algo en lo que ambos tenían que ver ¡No era solo problema él! Siempre él cambia formas se esforzaba y eso lo notaba, también el lo hacia pero el ser de diferentes razas, aunque se esforzaran mucho, siempre haría la diferencia y ambos también debían de velar por si mismos.
— No digas eso ¿Si? Yo noto el esfuerzo que haces y lo aprecio, incluso aunque duela quiero pedirte que descanses más. Estas cansado, puede pasarte cualquier cosa y no me perdonaría el que enfermaras o te hicieras daño por no dormir lo suficiente —cerró los ojos abrazando con más fuerza a Louis, sintiendo que el gesto era correspondido aparte de recibir caricias en su cabello. Se sentía por completa en paz al estar así de cerca de ese hombre que tanto amaba— te amo tanto —susurro antes de ser besado. Un gesto que sin basilar correspondió ¿Qué importaba que los vieran? Ya una vez lo hicieron y salieron librados, no tenía ni la menor idea de como sería ahora pero no le importaba, a veces le molestaba el no poder mostrar abiertamente el amor que sentía por su pareja, a veces no llegaba entender porque los demás pensaban que estaba mal amar a alguien del mismo sexo. Su amor era igual que el de la gente "normal", aparte que nada malo hacían, ahh... no era momento de pensar en ese tipo de cosas.
Se separaron y llevo una mano a la mejilla de su amado acariciándole con una ternura tan característica de su persona. Estaba contento de saber que a Louis no le importaba tampoco demostrar su amor frente a todos o mejor dicho frente a las personas que quedaban a esa hora pero era lo mismo ¿Verdad? Le sonrío contento y se separo mostrandole la bolsa que traía consigo.
— Obviamente vine a verte, deseo pasar unos momentos contigo y traje tarta —movió un poco lo que tenía en manos— espero que no haya problema, tú dime donde quieres comer y lo hacemos.
— No digas eso ¿Si? Yo noto el esfuerzo que haces y lo aprecio, incluso aunque duela quiero pedirte que descanses más. Estas cansado, puede pasarte cualquier cosa y no me perdonaría el que enfermaras o te hicieras daño por no dormir lo suficiente —cerró los ojos abrazando con más fuerza a Louis, sintiendo que el gesto era correspondido aparte de recibir caricias en su cabello. Se sentía por completa en paz al estar así de cerca de ese hombre que tanto amaba— te amo tanto —susurro antes de ser besado. Un gesto que sin basilar correspondió ¿Qué importaba que los vieran? Ya una vez lo hicieron y salieron librados, no tenía ni la menor idea de como sería ahora pero no le importaba, a veces le molestaba el no poder mostrar abiertamente el amor que sentía por su pareja, a veces no llegaba entender porque los demás pensaban que estaba mal amar a alguien del mismo sexo. Su amor era igual que el de la gente "normal", aparte que nada malo hacían, ahh... no era momento de pensar en ese tipo de cosas.
Se separaron y llevo una mano a la mejilla de su amado acariciándole con una ternura tan característica de su persona. Estaba contento de saber que a Louis no le importaba tampoco demostrar su amor frente a todos o mejor dicho frente a las personas que quedaban a esa hora pero era lo mismo ¿Verdad? Le sonrío contento y se separo mostrandole la bolsa que traía consigo.
— Obviamente vine a verte, deseo pasar unos momentos contigo y traje tarta —movió un poco lo que tenía en manos— espero que no haya problema, tú dime donde quieres comer y lo hacemos.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Aún si su compañero no era capaz de emitir algún sonido, alguna palabra con la facilidad que el parecía poseer, y eso, quizás en gran medida al medio en el cual se desarrollaba. Louis era generalmente, el que se encargaba de iniciar las conversaciones. Quien mediaba entre ellos. No es que Imre fuera mudo o algo asi. Solo… era su forma de ser. Demasiado tímido. Louis se sorprendía a veces del hecho de que pudieran estar juntos. Entre ellos existía un lenguaje diferente. Una manera muy especial de comunicación. Las palabras no eran muchas veces necesarias. Los silencios, las miradas tan profundas que el vampiro le dedicaba; las caricias o el simple hecho de tomarse de las manos, para ellos, muchas veces era como el hecho de haber estado hablando por horas, desde el crepúsculo, hasta que el cambiaformas terminaba rendido con la cabeza apoyada en el pecho ajeno. En tales ocasiones, no sabía ni en qué momento pasaba, pero lo más triste, quizás, era el hecho de amanecer completamente solo.
Al escucharlo, Louis sonrió de esa manera tan propia que tenía. La misma sonrisa que esbozó cuando comprendió que su primer amor, soltaba su mano. Cuando se dio cuenta que a veces, dejar ir, es un acto de amor. ¿Encontraría a Arianne en alguna vida futura? Era estúpido pensar que algún día le olvidaría. Los primeros amores son asi. A veces, puedes sujetar su mano hasta que uno de los dos de su último suspiro. Otras veces, es dañino. En su caso había sido así. Esos primeros amores, son puros y frágiles. Cuando creyó que el sol no saldría para él, un hijo de la Noche, como él, se convirtió en el ser que le devolvió la confianza en sí mismo. En el hecho de poder volver a amar.
El abrazo de su amado, sin embargo, aunque cariñoso, le provocó un poco de dolor, que disimulo lo mejor que pudo. Imre no podría ver las expresiones de su rostro dada la posición en que se encontraban, de todas formas. - Discúlpame, Imre. La verdad es que llevas razón, soy ciego y tonto si creo que no te das cuenta. Pero, por lo mismo, debes comprenderme tú a mi. No importa si estoy cansado, si estoy hecho polvo noche y día. Con tal de verte feliz y hacerte tener una vida cómoda y tranquila a mi lado, no importa nada. ¿No lo comprendes amor? No solo veo por tu felicidad en el momento. Veo por tu felicidad en los tiempos en que yo… esté… lejos.- Hizo una pausa. ¿Comprendería el verdadero significado de ese “lejos”?
Louis meditaba mucho al respecto. Ese uno de los motivos por los que le había besado. Aún si eso significaba un riesgo en una sociedad por lo demás hipócrita. Porque no tenía sentido desperdiciar esos momentos juntos, porque aunque tuvieran una vida delante de ellos, juntos; le parecía aún asi, un tiempo cortísimo. Esconderse no estaba entre los planes de Louis. No, ya no más.
Afortunadamente, en esta ocasión, nadie pareció reparar en ello. A veces Louis se sentía como un desconocido en todas partes. Imre era llamativo por su cabello, si, pero ¿y él? Él no era muy distinto del resto de habitantes parisinos, salvo si se tomaban en cuenta sus ojos levemente almendrados. Se confundían además, entre los brazos de las mejores aliadas de los amantes; las sombras.
Podría haber seguido degustando aquella exquisita boca, pero no era bueno tampoco abusar de su suerte. Muy en el fondo, el miedo siempre permanece. Se dejó hacer, cerrando los ojos ante el roce de su vampiro. Estremeciéndose un poco. Temblando como un infante. ¿Frío o deseo?. Se reprendió mentalmente, y abrió los ojos, pudiendo observar el paquete que el otro llevaba, soltó una expresión emocionada. Tenía hambre. Y antojo de cosas dulces y de Imre.
-¿Y me alimentarás, casi como lo hace una madre a su hijo? ¿Serás tú quien me dé cada bocado? ¿No te cansas de mí, amor? ¿Qué haré entonces, yo, para pagarte por esa tarta que seguramente tendrá un sabor exquisito? - habló suavemente, en un susurro apasionado, rodeando su cintura hasta aprisionarle nuevamente, y buscar sus labios con desesperación- - Sorpréndeme, amor mío, y elige tú el sitio. - Mientras no significara un lugar muy alto, todo estaría bien. No confiaba del todo todavía en la fuerza de sus brazos, luego del incidente de ese día.
Al escucharlo, Louis sonrió de esa manera tan propia que tenía. La misma sonrisa que esbozó cuando comprendió que su primer amor, soltaba su mano. Cuando se dio cuenta que a veces, dejar ir, es un acto de amor. ¿Encontraría a Arianne en alguna vida futura? Era estúpido pensar que algún día le olvidaría. Los primeros amores son asi. A veces, puedes sujetar su mano hasta que uno de los dos de su último suspiro. Otras veces, es dañino. En su caso había sido así. Esos primeros amores, son puros y frágiles. Cuando creyó que el sol no saldría para él, un hijo de la Noche, como él, se convirtió en el ser que le devolvió la confianza en sí mismo. En el hecho de poder volver a amar.
El abrazo de su amado, sin embargo, aunque cariñoso, le provocó un poco de dolor, que disimulo lo mejor que pudo. Imre no podría ver las expresiones de su rostro dada la posición en que se encontraban, de todas formas. - Discúlpame, Imre. La verdad es que llevas razón, soy ciego y tonto si creo que no te das cuenta. Pero, por lo mismo, debes comprenderme tú a mi. No importa si estoy cansado, si estoy hecho polvo noche y día. Con tal de verte feliz y hacerte tener una vida cómoda y tranquila a mi lado, no importa nada. ¿No lo comprendes amor? No solo veo por tu felicidad en el momento. Veo por tu felicidad en los tiempos en que yo… esté… lejos.- Hizo una pausa. ¿Comprendería el verdadero significado de ese “lejos”?
Louis meditaba mucho al respecto. Ese uno de los motivos por los que le había besado. Aún si eso significaba un riesgo en una sociedad por lo demás hipócrita. Porque no tenía sentido desperdiciar esos momentos juntos, porque aunque tuvieran una vida delante de ellos, juntos; le parecía aún asi, un tiempo cortísimo. Esconderse no estaba entre los planes de Louis. No, ya no más.
Afortunadamente, en esta ocasión, nadie pareció reparar en ello. A veces Louis se sentía como un desconocido en todas partes. Imre era llamativo por su cabello, si, pero ¿y él? Él no era muy distinto del resto de habitantes parisinos, salvo si se tomaban en cuenta sus ojos levemente almendrados. Se confundían además, entre los brazos de las mejores aliadas de los amantes; las sombras.
Podría haber seguido degustando aquella exquisita boca, pero no era bueno tampoco abusar de su suerte. Muy en el fondo, el miedo siempre permanece. Se dejó hacer, cerrando los ojos ante el roce de su vampiro. Estremeciéndose un poco. Temblando como un infante. ¿Frío o deseo?. Se reprendió mentalmente, y abrió los ojos, pudiendo observar el paquete que el otro llevaba, soltó una expresión emocionada. Tenía hambre. Y antojo de cosas dulces y de Imre.
-¿Y me alimentarás, casi como lo hace una madre a su hijo? ¿Serás tú quien me dé cada bocado? ¿No te cansas de mí, amor? ¿Qué haré entonces, yo, para pagarte por esa tarta que seguramente tendrá un sabor exquisito? - habló suavemente, en un susurro apasionado, rodeando su cintura hasta aprisionarle nuevamente, y buscar sus labios con desesperación- - Sorpréndeme, amor mío, y elige tú el sitio. - Mientras no significara un lugar muy alto, todo estaría bien. No confiaba del todo todavía en la fuerza de sus brazos, luego del incidente de ese día.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
De una u otra forma siempre terminaban hablando de aquella separación inminente que ninguno de los dos iba a poder evitar; ya que iba más allá de sus propias manos, la muerte. Por más que corriera en Louis una sangre fuera de lo normal, su raza era limitada, vivía más años que un humano común y corriente pero ahí estaba esa parte que mandaba y le quitaría la vida en varios años más o si no se cuidaba, podría ser pronto. Y aunque era algo que ya lo tenía claro desde el principio, no podía evitar ese pequeño malestar que le causaba la sola idea de pensar en su amado muerto, sinceramente ni siquiera se a puesto pensar en que hará cuando ese momento llegue, sin embargo, ¿Ellos hicieron una promesa, verdad? Se volverían a encontrar. Imre lo buscaría a pesar de que la posibilidad de que esa nueva vida del actor ni siquiera llegará a sentir amor por su persona, intentaría por lo menos ser un fiel amigo. Ese sería su consuelo pese a que llegara a verse muy tonto, lo haría.
Se separo para ver directamente esos claros ojos que le reconfortaban en todo momento mientras le escuchaba atento. Entendía el punto de vista de él o eso quería pensar porque algo dentro suyo le hacía llevarle la contraria por el simple hecho de que si sabia que ellos al final terminarían separados ¿Por qué adelantar ese momento? Si no descansaba iba a caer enfermo y sin los recursos, ni decir que sería capaz de robar alguna medicina para el bienestar de Louis, tal vez no sería suficiente y perecería. Y lo que deseaba el vampiro era que ese desenlace se tardara en llegar, suspiro y ladeando un poco la cabeza se dispuso hablar.
— Pero soy feliz ¿Sabes? Contigo soy feliz, no necesitas hacer más para causar eso en mí. Si te enfermas ¿Qué voy hacer? Yo haría todo para que te recuperaras pero si no lo logro ya no estarás a mi lado, por eso te pido que descanses. Aunque sé que es algo que siempre te causa cierto grado de molestia yo quiero acompañarte hasta la vejez y para eso debes de cuidarte ¡Nos faltan muchos lindos momentos que pasar juntos! —llevo un dedo a la mejilla del castaño hundiendo un poco este ahí—. ¿Entendiste? Si no lo quieres hacer por ti, hazlo por mí que deseo estar entre tus brazos por mucho tiempo más ¿Si?.
Una caricia llena de ternura en la mejilla ajena y río un poco ante la emoción que mostró su pareja cuando le enseño la bolsa con la tarta, eran esos momentos que lo hacían sentir lleno de dicha y felicidad, los cuales deseaba disfrutar un poco más. Llevándose un dedo cerca de los labios movió un poco la bolsa con cuidado.
— Si te portas bien en el camino; lo pensaré —alzo una ceja y después soltó una pequeña risita al mismo tiempo que le daba un corto abrazo—. Si es lo que tú quieres ¡Claro que si! Te gustará la tarta y sobre de recompensarme pues sorprende me también —sonrío colocándose aun lado del cambia formas y tomo su mano— entonces vamos, espero sorprenderte por lo menos un poco —le beso la mejilla dando marcha hacía el lugar donde le llevaría. Hacía tiempo había visto un lugar muy parecido a la plaza pero este estaba como escondido, con una construcción algo mas antigua y con rosas de color rojo y blanco, una combinación algo extraña pero preciosa. Casi nadie iba allí y ahí podían disfrutar de esa noche juntos.
Se separo para ver directamente esos claros ojos que le reconfortaban en todo momento mientras le escuchaba atento. Entendía el punto de vista de él o eso quería pensar porque algo dentro suyo le hacía llevarle la contraria por el simple hecho de que si sabia que ellos al final terminarían separados ¿Por qué adelantar ese momento? Si no descansaba iba a caer enfermo y sin los recursos, ni decir que sería capaz de robar alguna medicina para el bienestar de Louis, tal vez no sería suficiente y perecería. Y lo que deseaba el vampiro era que ese desenlace se tardara en llegar, suspiro y ladeando un poco la cabeza se dispuso hablar.
— Pero soy feliz ¿Sabes? Contigo soy feliz, no necesitas hacer más para causar eso en mí. Si te enfermas ¿Qué voy hacer? Yo haría todo para que te recuperaras pero si no lo logro ya no estarás a mi lado, por eso te pido que descanses. Aunque sé que es algo que siempre te causa cierto grado de molestia yo quiero acompañarte hasta la vejez y para eso debes de cuidarte ¡Nos faltan muchos lindos momentos que pasar juntos! —llevo un dedo a la mejilla del castaño hundiendo un poco este ahí—. ¿Entendiste? Si no lo quieres hacer por ti, hazlo por mí que deseo estar entre tus brazos por mucho tiempo más ¿Si?.
Una caricia llena de ternura en la mejilla ajena y río un poco ante la emoción que mostró su pareja cuando le enseño la bolsa con la tarta, eran esos momentos que lo hacían sentir lleno de dicha y felicidad, los cuales deseaba disfrutar un poco más. Llevándose un dedo cerca de los labios movió un poco la bolsa con cuidado.
— Si te portas bien en el camino; lo pensaré —alzo una ceja y después soltó una pequeña risita al mismo tiempo que le daba un corto abrazo—. Si es lo que tú quieres ¡Claro que si! Te gustará la tarta y sobre de recompensarme pues sorprende me también —sonrío colocándose aun lado del cambia formas y tomo su mano— entonces vamos, espero sorprenderte por lo menos un poco —le beso la mejilla dando marcha hacía el lugar donde le llevaría. Hacía tiempo había visto un lugar muy parecido a la plaza pero este estaba como escondido, con una construcción algo mas antigua y con rosas de color rojo y blanco, una combinación algo extraña pero preciosa. Casi nadie iba allí y ahí podían disfrutar de esa noche juntos.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
A veces, el amor tiene muchas formas y lenguajes que no son entendidos con suma precisión, pasan por alto. Hay sacrificios disfrazados de mentiras, y hay verdades que parecen sencillas, y que sin embargo encierran tintes de extraños y complejos ideales y sentimientos que son toda una nebulosa. Las personas vagan entonces, como partículas de polvo cósmico, en medio de esas espirales, aguardando un destino. Viviendo, sobreviviendo. Louis pensaba en muchas cosas con solo mirar a su pequeño –aunque mayor que él- Imre. Una hermosa partícula de ese polvo cósmico que se había prendido a él, y viceversa. Ambos tenían más luz que si fueran separados. Más fuerza. Más entrega. El camino nunca sería ni fue fácil, pero allí iban, juntos, navegando en medio de esas nubes de gas estelar.
Curiosamente, Louis se empeñaba en decir siempre que velaría por el bienestar de sus seres amados. Que haría hasta lo imposible por que no les falta absolutamente nada. Pero si lo veía desde otra mirada, en realidad, el único que comía, era él. Imre… bueno tenía otro tipo de dieta. No les faltaba un techo… ¿entonces, porque ese afán de ser un loco vicioso adicto al trabajo? ¿Por qué? Y lo que le causaba gracia, era que se estuviera comportando de una manera tan decente y amable. Tan inocente. Imre solo conocía ese lado de él. El lado que sufría y que sonreía. Pero no conocía el lado más obscuro de su alma. Quizás esa locura por trabajar como si su vida dependiera totalmente de ello, era una especie de acto reflejo a los traumas que descansaban entre las sombras de sus pensamientos. De sus recuerdos. Borrosos, si, quizás, pero que no se disolverían. ¿Sabía Imre lo que hacía el antes? Él trabaja como mero hobbie, no como una obligación autoimpuesta. Siempre habia ido bien vestido, como ahora, pero, antes los fondos no eran del todo honestos. Si, Louis no había sido tan honesto toda su vida. ¿Podía culpar a su juventud? ¿Su soledad?
- ¿Molestarme? Tú no me molestas de ninguna manera, Imre. Todo en ti es paz y serenidad para mi. Eres mi apoyo. Eres mi razón de seguir aquí. No maldigo entonces el día en que llegué a vivir en Paris. A la tierra del padre que no conocí. Quizás, de cierta forma, él te envió a mí. – se detuvo un momento, pensando en si realmente, el se parecería a ese hombre que amó su madre. Y pensar que aun el vampiro era más antiguo que sus padres. Como fuera, el punto era que si, podría enfermar. Y ni mencionar lo ocurrido. Bajo la mirada como un niño regañado ante esas palabras -Pero… Imre, todo lo que hago es para y por ti. Momentos dichosos y buenas memorias es el legado que quiero formar contigo.
-¿Portarme bien en el camino? ¡Pero si soy casi un ángel! O, al menos, eso me dicen mis compañeras…. De trabajo. Si, eso dicen. Que soy como uno. Tanto físicamente, como en carácter –- dijo con una media sonrisa y un tono ligeramente orgulloso… quizás un poquito soberbio. Pero bueno, ya tantas veces… ¿tenia que ser verdad, no? - Lo compensaré, lo prometo, solo déjame pensar, que sorprender a un ancianito como tú, no es cosa fácil. Creo. - le gustaba que le diera esos suaves besos. Tomó la mano del vampiro, dejándose guiar, procuraba ir a un paso normal, asi no levantaría sospechas. -¿es muy lejos? preguntó sin dejar de avanzar [/color][/b]
Curiosamente, Louis se empeñaba en decir siempre que velaría por el bienestar de sus seres amados. Que haría hasta lo imposible por que no les falta absolutamente nada. Pero si lo veía desde otra mirada, en realidad, el único que comía, era él. Imre… bueno tenía otro tipo de dieta. No les faltaba un techo… ¿entonces, porque ese afán de ser un loco vicioso adicto al trabajo? ¿Por qué? Y lo que le causaba gracia, era que se estuviera comportando de una manera tan decente y amable. Tan inocente. Imre solo conocía ese lado de él. El lado que sufría y que sonreía. Pero no conocía el lado más obscuro de su alma. Quizás esa locura por trabajar como si su vida dependiera totalmente de ello, era una especie de acto reflejo a los traumas que descansaban entre las sombras de sus pensamientos. De sus recuerdos. Borrosos, si, quizás, pero que no se disolverían. ¿Sabía Imre lo que hacía el antes? Él trabaja como mero hobbie, no como una obligación autoimpuesta. Siempre habia ido bien vestido, como ahora, pero, antes los fondos no eran del todo honestos. Si, Louis no había sido tan honesto toda su vida. ¿Podía culpar a su juventud? ¿Su soledad?
- ¿Molestarme? Tú no me molestas de ninguna manera, Imre. Todo en ti es paz y serenidad para mi. Eres mi apoyo. Eres mi razón de seguir aquí. No maldigo entonces el día en que llegué a vivir en Paris. A la tierra del padre que no conocí. Quizás, de cierta forma, él te envió a mí. – se detuvo un momento, pensando en si realmente, el se parecería a ese hombre que amó su madre. Y pensar que aun el vampiro era más antiguo que sus padres. Como fuera, el punto era que si, podría enfermar. Y ni mencionar lo ocurrido. Bajo la mirada como un niño regañado ante esas palabras -Pero… Imre, todo lo que hago es para y por ti. Momentos dichosos y buenas memorias es el legado que quiero formar contigo.
-¿Portarme bien en el camino? ¡Pero si soy casi un ángel! O, al menos, eso me dicen mis compañeras…. De trabajo. Si, eso dicen. Que soy como uno. Tanto físicamente, como en carácter –- dijo con una media sonrisa y un tono ligeramente orgulloso… quizás un poquito soberbio. Pero bueno, ya tantas veces… ¿tenia que ser verdad, no? - Lo compensaré, lo prometo, solo déjame pensar, que sorprender a un ancianito como tú, no es cosa fácil. Creo. - le gustaba que le diera esos suaves besos. Tomó la mano del vampiro, dejándose guiar, procuraba ir a un paso normal, asi no levantaría sospechas. -¿es muy lejos? preguntó sin dejar de avanzar [/color][/b]
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Su mirada se instaló en el rostro ajeno con un brillo indescifrable. Muchos sentimientos se agolparon en su pecho por las palabras que escuchaba, Louis sabía como dejarlo sin habla; todo emocionado -aunque con lo despistado que era tal vez ni si quiera se diera cuenta-, sonrió ante ese pensamiento y le dio un pequeño golpe en el brazo.
― ¡Tú! Siempre dejas sin habla a este viejo ―abultó levemente los labios en un gesto infantil― deberías de saber que a mi edad no es apropiado ¿Acaso quieres matarme? Malo ―dejó la expresión anterior olvidada y comenzó a negar para darle más énfasis a lo dicho antes. No era mucho de bromear pero no quería que las cosas se le fueran de las manos ¿No había ido a pasar un rato agradable con su pareja? Y sabía que donde estaba llegando la conversación no era un punto bueno ―No se como lo haces si ya llevamos más de dos años juntos, sabes como dar justo en el clavo y tal vez tengas razón, quizás por eso vine aquí aunque hay veces que no puedo evitar preguntarme, si ese vampiro no me hubiera convertido ¿Alguna reencarnación mía habría llegado a ti? O tal vez, ¿desde que nací mi destino era este? Ser un vampiro y encontrarme con un gato rubio ―soltó una risita ante lo ultimo y suspiró dándose cuenta que de cierto modo había continuado con ello.
Incluso había de cierto modo regañado a su pareja después por su salud. Le vio bajar la mirada y no pudo mas que morderse el labio inferior escuchándolo. Sabía bien que las cosas que hacía eran por su persona pero ¡Se preocupaba! Era algo que no podía evitar sentir, era una de las personas más importante en su vida y la cual deseaba cuidar pero el cambiaformas se lo ponía algo difícil. Tan terco que es.
― Louis, eso ya lo sé pero no quiero que te enfermes, la casa está bien, hay para que comas. No hay necesidad para que trabajes tanto. Sé que es algo que te gusta, que es más que un trabajo pero tampoco debes excederte ―apretó su mano con cuidado― debes descansar ¿Si? Piensa que si caes enfermo no vas a poder actuar por un tiempo, ten en cuenta eso también ―aceleró el paso viendo como las construcciones iban cambiando por unas un poco más antiguas, le miro de reojo alzando una ceja por lo que le iba diciendo ¿Un ángel? Ha ha, que cosas― ¿A sí? Eso lo dicen porque solo han visto al minino y no al tigre...grr ha ha ―rió por la especie de gruñido que dio y negó ante su pregunta― oh no, ya falta poco ¿Estas muy cansado? Podemos parar un poco si quieres. ―
― ¡Tú! Siempre dejas sin habla a este viejo ―abultó levemente los labios en un gesto infantil― deberías de saber que a mi edad no es apropiado ¿Acaso quieres matarme? Malo ―dejó la expresión anterior olvidada y comenzó a negar para darle más énfasis a lo dicho antes. No era mucho de bromear pero no quería que las cosas se le fueran de las manos ¿No había ido a pasar un rato agradable con su pareja? Y sabía que donde estaba llegando la conversación no era un punto bueno ―No se como lo haces si ya llevamos más de dos años juntos, sabes como dar justo en el clavo y tal vez tengas razón, quizás por eso vine aquí aunque hay veces que no puedo evitar preguntarme, si ese vampiro no me hubiera convertido ¿Alguna reencarnación mía habría llegado a ti? O tal vez, ¿desde que nací mi destino era este? Ser un vampiro y encontrarme con un gato rubio ―soltó una risita ante lo ultimo y suspiró dándose cuenta que de cierto modo había continuado con ello.
Incluso había de cierto modo regañado a su pareja después por su salud. Le vio bajar la mirada y no pudo mas que morderse el labio inferior escuchándolo. Sabía bien que las cosas que hacía eran por su persona pero ¡Se preocupaba! Era algo que no podía evitar sentir, era una de las personas más importante en su vida y la cual deseaba cuidar pero el cambiaformas se lo ponía algo difícil. Tan terco que es.
― Louis, eso ya lo sé pero no quiero que te enfermes, la casa está bien, hay para que comas. No hay necesidad para que trabajes tanto. Sé que es algo que te gusta, que es más que un trabajo pero tampoco debes excederte ―apretó su mano con cuidado― debes descansar ¿Si? Piensa que si caes enfermo no vas a poder actuar por un tiempo, ten en cuenta eso también ―aceleró el paso viendo como las construcciones iban cambiando por unas un poco más antiguas, le miro de reojo alzando una ceja por lo que le iba diciendo ¿Un ángel? Ha ha, que cosas― ¿A sí? Eso lo dicen porque solo han visto al minino y no al tigre...grr ha ha ―rió por la especie de gruñido que dio y negó ante su pregunta― oh no, ya falta poco ¿Estas muy cansado? Podemos parar un poco si quieres. ―
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Estar con Imre, era sentirse completo. Era… una situación, la suya, algo complicada de poder reducir en palabras. Louis se sentía totalmente incapaz de poder definir su sentir cuando estaba junto al vampiro. Y mucho más, lo que pasaba por su corazón y su mente cuando estaba lejos de él. Era tan obscuro… tan… denso como las aguas de un pantano. Louis se sentía mal consigo mismo cuando comenzaba a atacarle de nuevo las inseguridades.
Sentía que de alguna manera le fallaba al hombre que tenía a su lado. Se sentía… realmente una mala persona. Y eso solo lograba que por dentro, su ser tuviera múltiples sacudidas. Y el miedo.
¿Por qué no podía simplemente dejarse de andar como idiota y ser feliz?
Al mirar en las pupilas azules del vampiro, podía darse cuenta, que Imre era su compañero de vida.
¿No había demostrado ya estar en las buenas y en las malas?
Aun asi, siempre sentía que hacia muy poco por él…. Siempre ese complejo de estar haciendo las cosas un poco mal. Tal vez… el dolor acumulado, hacia mella en él. Y no tanto como el santo golpazo que se había metido esa tarde. Y a pesar de estar adolorido, solo sonrió al recibir el golpe del otro.
-Un viejo bastante sensual, debo agregar-- murmuro con una sonrisilla traviesa. –- Oh por favor, mi cielo, no seas exagerado. - era mejor seguir sonriendo. Sacar esos estúpidos pensamientos amarillistas y ensombrecidos de su mente. Olvidar por un momento las pérdidas. Porque, si lo miraba de cerca, también había obtenido muchas cosas. Ya se contaban por años, los días juntos. Suspiro, y acarició la mejilla de su pareja con suma suavidad. - Mi amor, si es nuestro destino estar juntos; estoy seguro que efectivamente, habrias llegado a mi de todas formas. Es curioso… ¿verdad? Como este gato fue a fijarse en alguien como tú. Alguien a quien no debería amar… según las creencias. Alguien que es tan diferente a mi… Y que me complementa totalmente. Hay cosas que nunca llegaré a comprender. Ni conocer. Pero mientras tú sigas a mi lado, y me esperes una vez que las nieves del invierno me lleven con ellas…. Que esperes a una nueva primavera conmigo. Se que es egoísta… Pero… a veces… - alzo la mirada al cielo
–-Tú sabes que los enamorados nunca pensamos, y hacemos este tipo de promesas que parecen locuras - después se giro en dirección al vampiro. Escuchando sus palabras; tan preocupado… - Eres mi más grande locura, Imre. Y perdona si a veces… te hago preocupar. Sabes que soy un total idiota. Pero es tú culpa. Tuya y de nadie más. Prometo dejarte cuidarme mejor. ¿Si enfermo, verdad que cuidarás de mí? ¿Así tenga catarro? - “O un par de huesos rotos…” pensó. Y de nuevo el suceso de la tarde le vino a la mente. Habia corrido con suerte sin duda.
Siguieron andando; se dejaba guiar ciegamente por el mayor. No importaban los silencios entre ambos, pues nunca eran incomodos. Prefería callar por momentos para poder admirar también el lugar por el que iban pasando. Y para mantenerse alerta en dado caso de correr peligro. Luego ante su comentario, no pudo menos que soltar una carcajada, de esas que le hacían casi cerrar los ojos por completo y doler las costillas por la risa. Hasta el dolor se esfumó ¡Pero mira nada más! Bueno, eso es verdad… solo tú conoces al… tigre - susurró de manera seductora. -¿Cansado? No, para nada- solo dolorido por el accidente, pero eso era minimo. - Aquí el que debería hacer esa pregunta, soy yo. El ancianito entre los dos, eres tú. ¡Y luego dicen que no nos preocupamos por los adultos mayores! - comenzó a reir de nuevo –- Solo pregunto, porque tengo curiosidad por tu sorpresa. - menciono, encogiéndose de hombros.
Sentía que de alguna manera le fallaba al hombre que tenía a su lado. Se sentía… realmente una mala persona. Y eso solo lograba que por dentro, su ser tuviera múltiples sacudidas. Y el miedo.
¿Por qué no podía simplemente dejarse de andar como idiota y ser feliz?
Al mirar en las pupilas azules del vampiro, podía darse cuenta, que Imre era su compañero de vida.
¿No había demostrado ya estar en las buenas y en las malas?
Aun asi, siempre sentía que hacia muy poco por él…. Siempre ese complejo de estar haciendo las cosas un poco mal. Tal vez… el dolor acumulado, hacia mella en él. Y no tanto como el santo golpazo que se había metido esa tarde. Y a pesar de estar adolorido, solo sonrió al recibir el golpe del otro.
-Un viejo bastante sensual, debo agregar-- murmuro con una sonrisilla traviesa. –- Oh por favor, mi cielo, no seas exagerado. - era mejor seguir sonriendo. Sacar esos estúpidos pensamientos amarillistas y ensombrecidos de su mente. Olvidar por un momento las pérdidas. Porque, si lo miraba de cerca, también había obtenido muchas cosas. Ya se contaban por años, los días juntos. Suspiro, y acarició la mejilla de su pareja con suma suavidad. - Mi amor, si es nuestro destino estar juntos; estoy seguro que efectivamente, habrias llegado a mi de todas formas. Es curioso… ¿verdad? Como este gato fue a fijarse en alguien como tú. Alguien a quien no debería amar… según las creencias. Alguien que es tan diferente a mi… Y que me complementa totalmente. Hay cosas que nunca llegaré a comprender. Ni conocer. Pero mientras tú sigas a mi lado, y me esperes una vez que las nieves del invierno me lleven con ellas…. Que esperes a una nueva primavera conmigo. Se que es egoísta… Pero… a veces… - alzo la mirada al cielo
–-Tú sabes que los enamorados nunca pensamos, y hacemos este tipo de promesas que parecen locuras - después se giro en dirección al vampiro. Escuchando sus palabras; tan preocupado… - Eres mi más grande locura, Imre. Y perdona si a veces… te hago preocupar. Sabes que soy un total idiota. Pero es tú culpa. Tuya y de nadie más. Prometo dejarte cuidarme mejor. ¿Si enfermo, verdad que cuidarás de mí? ¿Así tenga catarro? - “O un par de huesos rotos…” pensó. Y de nuevo el suceso de la tarde le vino a la mente. Habia corrido con suerte sin duda.
Siguieron andando; se dejaba guiar ciegamente por el mayor. No importaban los silencios entre ambos, pues nunca eran incomodos. Prefería callar por momentos para poder admirar también el lugar por el que iban pasando. Y para mantenerse alerta en dado caso de correr peligro. Luego ante su comentario, no pudo menos que soltar una carcajada, de esas que le hacían casi cerrar los ojos por completo y doler las costillas por la risa. Hasta el dolor se esfumó ¡Pero mira nada más! Bueno, eso es verdad… solo tú conoces al… tigre - susurró de manera seductora. -¿Cansado? No, para nada- solo dolorido por el accidente, pero eso era minimo. - Aquí el que debería hacer esa pregunta, soy yo. El ancianito entre los dos, eres tú. ¡Y luego dicen que no nos preocupamos por los adultos mayores! - comenzó a reir de nuevo –- Solo pregunto, porque tengo curiosidad por tu sorpresa. - menciono, encogiéndose de hombros.
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Y el cambia formas le seguía la corriente y no podía evitar que una carcajada se le escapara de entre los labios, por más que esas palabras dichas por el otro fueran acompañadas por esa traviesa sonrisa que antes lo hubiera hecho avergonzar. Pero ahora solo se divertía, se encontraba feliz.
Riendo solo por unos segundos más, se puso serio y miro directo a esos ojos claros que lo volvían loco.
― ¿En verdad soy sensual? Creí escuchar hace ya un tiempo, de sus propios labios, que estaba muy delgado, señor gato ―poso la mano libre en la cadera entrecerrando sus orbes― ¿Aun así le parezco como a dicho? O ¿Solo juega con los sentimientos de este viejo, que pronto necesitara un bastón por la edad que posee?.
Hizo un pequeño sonido con la lengua y cambio su expresión dejando una sonrisa instalada en los labios mientras negaba, sí, podía llegar hacer un exagerado. Aunque solo en estos juegos, y bueno, solo un poco fuera de estos pero si tenía que ver con la salud de su pareja no le importaba quedar un poco en ridículo.
Relajándose con la caricia que recibía en el rostro lo escucho ya sin tan latentes las ganas de bromear pero estaba tranquilo, ahora con la mano apoyada en la ajena que aún se posaba en su mejilla, sonrío con dulzura.
― Tal vez el destino se cansó de juntar a personas tan iguales
―rio ante su ocurrencia― a mi opinión siento que está bien ser diferente, no tener tantos gustos en común y cosas así, es más interesante ir conociendo las cosas que le gustan a la persona que se encuentra a tu lado. Ir aceptando y conviviendo con ello; acompañando, porque si ambos gustaran de las mismas cosas sería todo muy monótono ¿No? ―desvió la mirada y sonrió― yo, bueno, viviré por muchos años más pero tampoco creo que vaya a conocer todo, las cosas irán cambiando con mayor rapidez y quedaré corto me costará acostumbrarme pero si te vuelvo a encontrar, valdrá la pena. Te conquistaré las veces que sean necesarias para que estemos juntos de nuevo, no me permitiré fracasar. Ambos somos egoístas ¿Pero quién no lo ha sido alguna vez?.
Y era verdad, a todos alguna vez le ha picado esa venita del egoísmo por más leve o incluso absurdo que fuera la situación y en eso, ninguna raza se salvaba. Era parte de estar en este mundo.
― No eres un idiota, está bien, solo a veces pero es parte de tu encanto ¿Eh? ―se cruzó de brazos mirándolo― tú sabes que lo haré ¿No ves cómo pone este tema de tu salud? No importará lo que tengas esté Imre te cuidará.
Y ante otro último comentario presencio esa risa que le gustaba de Louis, esa grande donde expresaba que se divertía aunque haya sido por aquella gran tontería… sintió una gran vergüenza y se cubrió un poco el rostro negando lentamente ¡Era un idiota!
― ¡Hey! Solo lo decía por…. ¡Arg! No digas eso, estoy consciente de eso ¡No lo vuelvas a repetir! ―y camino sin mas, acelerando el paso apenas escuchando lo que su pareja le decía y al final se detuvo observando lo que tenía enfrente.
Vio las bancas de un material distinto de la plaza principal, y rosas por donde se mirase, y se notaba que pese a que el lugar estaba abandonado alguien venía a cuidar de esas plantas se acercó a una aspirando el aroma de una y suspiro de manera placentera.
― ¿Me pregunto quién las cuidará? Es bueno que haya personas que no dejan morir estas bellas rosas.―murmuro esperando que llegara el rubio.
Riendo solo por unos segundos más, se puso serio y miro directo a esos ojos claros que lo volvían loco.
― ¿En verdad soy sensual? Creí escuchar hace ya un tiempo, de sus propios labios, que estaba muy delgado, señor gato ―poso la mano libre en la cadera entrecerrando sus orbes― ¿Aun así le parezco como a dicho? O ¿Solo juega con los sentimientos de este viejo, que pronto necesitara un bastón por la edad que posee?.
Hizo un pequeño sonido con la lengua y cambio su expresión dejando una sonrisa instalada en los labios mientras negaba, sí, podía llegar hacer un exagerado. Aunque solo en estos juegos, y bueno, solo un poco fuera de estos pero si tenía que ver con la salud de su pareja no le importaba quedar un poco en ridículo.
Relajándose con la caricia que recibía en el rostro lo escucho ya sin tan latentes las ganas de bromear pero estaba tranquilo, ahora con la mano apoyada en la ajena que aún se posaba en su mejilla, sonrío con dulzura.
― Tal vez el destino se cansó de juntar a personas tan iguales
―rio ante su ocurrencia― a mi opinión siento que está bien ser diferente, no tener tantos gustos en común y cosas así, es más interesante ir conociendo las cosas que le gustan a la persona que se encuentra a tu lado. Ir aceptando y conviviendo con ello; acompañando, porque si ambos gustaran de las mismas cosas sería todo muy monótono ¿No? ―desvió la mirada y sonrió― yo, bueno, viviré por muchos años más pero tampoco creo que vaya a conocer todo, las cosas irán cambiando con mayor rapidez y quedaré corto me costará acostumbrarme pero si te vuelvo a encontrar, valdrá la pena. Te conquistaré las veces que sean necesarias para que estemos juntos de nuevo, no me permitiré fracasar. Ambos somos egoístas ¿Pero quién no lo ha sido alguna vez?.
Y era verdad, a todos alguna vez le ha picado esa venita del egoísmo por más leve o incluso absurdo que fuera la situación y en eso, ninguna raza se salvaba. Era parte de estar en este mundo.
― No eres un idiota, está bien, solo a veces pero es parte de tu encanto ¿Eh? ―se cruzó de brazos mirándolo― tú sabes que lo haré ¿No ves cómo pone este tema de tu salud? No importará lo que tengas esté Imre te cuidará.
Y ante otro último comentario presencio esa risa que le gustaba de Louis, esa grande donde expresaba que se divertía aunque haya sido por aquella gran tontería… sintió una gran vergüenza y se cubrió un poco el rostro negando lentamente ¡Era un idiota!
― ¡Hey! Solo lo decía por…. ¡Arg! No digas eso, estoy consciente de eso ¡No lo vuelvas a repetir! ―y camino sin mas, acelerando el paso apenas escuchando lo que su pareja le decía y al final se detuvo observando lo que tenía enfrente.
Vio las bancas de un material distinto de la plaza principal, y rosas por donde se mirase, y se notaba que pese a que el lugar estaba abandonado alguien venía a cuidar de esas plantas se acercó a una aspirando el aroma de una y suspiro de manera placentera.
― ¿Me pregunto quién las cuidará? Es bueno que haya personas que no dejan morir estas bellas rosas.―murmuro esperando que llegara el rubio.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Deseaba de verdad de todo corazón, que todos los días de su vida, del resto de su vida, fueran como aquel. Llenos de risas. Llenos de momentos silencios, pero no incómodos. Llenos de una seguridad que sólo da el amor, el sentimiento que genera a su vez, las mayores inseguridades.
Pero Louis es alguien que ha aprendido con el correr del tiempo. Es alguien que, a pesar de ser relativamente joven, ya ha sufrido bastantes cosas. Ha experimentado bastante.
Y ha ido madurando poco a poco. ¿Imre podía verlo?
¿Cómo darle las gracias a ese vampiro por su paciencia?
¿Cómo decirle que… no tenía más palabras?
-Oh si, yo dije que estabas delgado, Imre, pero eso no quita que seas sensual. A veces la carne que está pegada al hueso, es la más… deliciosa… sabes?- le miró divertido, cruzando sus brazos sobre el pecho. Adoraba ver la teatralidad en los movimientos del vampiro. - ¡Oh pobre victima del tiempo! ¡Necesitará un bastón! Mire nada más usted, que semejante tragedia. Una verdadera pena, puesto que prefiere un palo de madera, o metal, o marfil, o el material que prefieras, a sujetarte de la cálida mano del amante felino que tienes a tu lado. Menuda decepción la que me causa, caballero. - y soltó todo aquello con un tono casual, ligeramente serio. Ligeramente actuado. Se estaba divirtiendo. Con Imre no tenía NUNCA problema.
Ese peculiar hombrecito que había decido amarle.
-Vaya, visto asi, creo que llevas toda la razón. Ya decía yo además, que justamente, tantos años, te han sido útiles. Eres mucho más sabio que yo. - Meditó las palabras que el otro dijera. Y era justo. Imre sabía siempre que decir. Louis se sentía entonces, como un tonto a su lado. Pero eso no le molestaba en lo absoluto. -¿De verdad, me conquistarías sin importar qué? ¿Y si no soy tan guapo como ahora? ¿Y si incluso en otra vida, soy una chica? ¿Me imaginas? Alta, pelirroja, con pecas en los hombros, piel lechosa, buenas curvas… O quizás un tipo cejón, mal encarado, con una pata de palo y medio calvo? ¿Eh? ¿Aún asi me amarías? ¿Aún asi, serias capaz de encontrar esta alma que está ligada a la tuya sin importar la forma que mi cuerpo tenga? - preguntó, sintiéndose en medio de un interrogatorio policiaco, pero sin perder el estilo. Sin perder ese toque ligero de humor.
-que bueno que veas esos defectos mios como parte de mi encanto, eh?- y comenzó a reir a carcajadas, a pesar de las molestias. A pesar del dolor. Imre era el bálsamo perfecto. ¿y si le decía lo ocurrido?
No.
No quería arruidarlo. Ya había perdido gente importante por su bendita estupidez, mejor no arruinar tan bella velada.
Mejor seguir cotilleando al vampiro.
Picandolo. Avergonzandolo.
Le gustaba cuando el chico se ponía de esa manera. No es él fuera de ese tipo de comentarios jocosos o picaros, pero cuando salían, salían. Y no podía evitarlos, como justo acababa de suceder.
-Yo no te prometo nada hahaha- dijo en tono bajo, encogiéndose de hombros. Imre se había detenido, asi que le daba perfecto tiempo para darle alcance.
El lugar estaba poco iluminado. Pero aún asi, su vista estaba más que acostumbrada a lo oscuro. Se deleitó con lo decadente del lugar. Y al mismo tiempo, con la vida que se respiraba allí.
Un escenario salido de un fragmento arrancado de algún libro. De alguna historia de amores que no pueden ser. De amores que son. De…
Rayos, comenzaba a divagar de nuevo.
¿Pero como no hacerlo, cuando su amado se veía jodidamente tierno, y al mismo tiempo, atractivo, aspirando el aroma de una rosa roja?
Una que apenas rozaba con esos dedos largos de porcelana.
Llegó hasta él, y le rodeó por la cintura, apoyando su mejilla en el hombro del vampiro. Podía ver mucho mejor el bello ejemplar. -Quién sea, pone su corazón al cuidarlas. Deja una parte de si. Es una persona con un corazón cálido. Puedes verlo en brillante color que poseen. Quien sea, deja amor en cada una. - le dio un beso en la mejilla. - Y yo, Imre, soy como estas rosas. Por eso lo sé. Porque tengo a alguien que cuida de mí, haciéndome vivir cada día con fuerza y pasión, aún en medio de un espacio tormentoso, difícil.
Pero Louis es alguien que ha aprendido con el correr del tiempo. Es alguien que, a pesar de ser relativamente joven, ya ha sufrido bastantes cosas. Ha experimentado bastante.
Y ha ido madurando poco a poco. ¿Imre podía verlo?
¿Cómo darle las gracias a ese vampiro por su paciencia?
¿Cómo decirle que… no tenía más palabras?
-Oh si, yo dije que estabas delgado, Imre, pero eso no quita que seas sensual. A veces la carne que está pegada al hueso, es la más… deliciosa… sabes?- le miró divertido, cruzando sus brazos sobre el pecho. Adoraba ver la teatralidad en los movimientos del vampiro. - ¡Oh pobre victima del tiempo! ¡Necesitará un bastón! Mire nada más usted, que semejante tragedia. Una verdadera pena, puesto que prefiere un palo de madera, o metal, o marfil, o el material que prefieras, a sujetarte de la cálida mano del amante felino que tienes a tu lado. Menuda decepción la que me causa, caballero. - y soltó todo aquello con un tono casual, ligeramente serio. Ligeramente actuado. Se estaba divirtiendo. Con Imre no tenía NUNCA problema.
Ese peculiar hombrecito que había decido amarle.
-Vaya, visto asi, creo que llevas toda la razón. Ya decía yo además, que justamente, tantos años, te han sido útiles. Eres mucho más sabio que yo. - Meditó las palabras que el otro dijera. Y era justo. Imre sabía siempre que decir. Louis se sentía entonces, como un tonto a su lado. Pero eso no le molestaba en lo absoluto. -¿De verdad, me conquistarías sin importar qué? ¿Y si no soy tan guapo como ahora? ¿Y si incluso en otra vida, soy una chica? ¿Me imaginas? Alta, pelirroja, con pecas en los hombros, piel lechosa, buenas curvas… O quizás un tipo cejón, mal encarado, con una pata de palo y medio calvo? ¿Eh? ¿Aún asi me amarías? ¿Aún asi, serias capaz de encontrar esta alma que está ligada a la tuya sin importar la forma que mi cuerpo tenga? - preguntó, sintiéndose en medio de un interrogatorio policiaco, pero sin perder el estilo. Sin perder ese toque ligero de humor.
-que bueno que veas esos defectos mios como parte de mi encanto, eh?- y comenzó a reir a carcajadas, a pesar de las molestias. A pesar del dolor. Imre era el bálsamo perfecto. ¿y si le decía lo ocurrido?
No.
No quería arruidarlo. Ya había perdido gente importante por su bendita estupidez, mejor no arruinar tan bella velada.
Mejor seguir cotilleando al vampiro.
Picandolo. Avergonzandolo.
Le gustaba cuando el chico se ponía de esa manera. No es él fuera de ese tipo de comentarios jocosos o picaros, pero cuando salían, salían. Y no podía evitarlos, como justo acababa de suceder.
-Yo no te prometo nada hahaha- dijo en tono bajo, encogiéndose de hombros. Imre se había detenido, asi que le daba perfecto tiempo para darle alcance.
El lugar estaba poco iluminado. Pero aún asi, su vista estaba más que acostumbrada a lo oscuro. Se deleitó con lo decadente del lugar. Y al mismo tiempo, con la vida que se respiraba allí.
Un escenario salido de un fragmento arrancado de algún libro. De alguna historia de amores que no pueden ser. De amores que son. De…
Rayos, comenzaba a divagar de nuevo.
¿Pero como no hacerlo, cuando su amado se veía jodidamente tierno, y al mismo tiempo, atractivo, aspirando el aroma de una rosa roja?
Una que apenas rozaba con esos dedos largos de porcelana.
Llegó hasta él, y le rodeó por la cintura, apoyando su mejilla en el hombro del vampiro. Podía ver mucho mejor el bello ejemplar. -Quién sea, pone su corazón al cuidarlas. Deja una parte de si. Es una persona con un corazón cálido. Puedes verlo en brillante color que poseen. Quien sea, deja amor en cada una. - le dio un beso en la mejilla. - Y yo, Imre, soy como estas rosas. Por eso lo sé. Porque tengo a alguien que cuida de mí, haciéndome vivir cada día con fuerza y pasión, aún en medio de un espacio tormentoso, difícil.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Le saco la lengua en el momento en que termino de decir aquello. Era consciente de lo delgado que era, siempre lo había sido por más que intentaba comer de más en su juventud su cuerpo no cambio y ahora menos lo haría, aunque no podía quejarse, tener esas dimensiones muchas veces le ayudo y en cualquier momento lo haría de nuevo.
Llevándose un dedo cerca de los labios lo miro de forma divertida, si era con él no le importaba hacer el tonto.
― Vaya, vaya ¿Acaso el señor gato quiere conquistar más a este humilde vampiro? ¡Quien lo viera! Todo un poeta con esas palabras que utiliza, puede que logres su cometido ―le guiño el ojo soltando a los segundos una risa que demostraba como se divertía de lo lindo con todo eso― tonto, si me lo pones así claramente prefiero tu mano o mejor aun que me lleves en tus brazos. Sería el hombre más feliz de la Tierra ¡Espera! Ya lo soy ―rió de nueva cuenta, bajando ligeramente la cabeza para enfocar la mirada en la bolsa que llevaba, la pobre tarta debería de estar para esa altura toda desarmada con el ajetreo.
Suspiro dirigiendo una mano a su cabeza para revolverse un poco los cabellos y levanto la vista para ver al rubio-castaño. Entendía que esas dudas embargaran la mente de Louis ya que muchas personas preferían el físico ante los sentimientos, ante la personalidad y eso último era lo importante ya que ¿Acaso era agradable estar con alguien que tiene aptitudes que no son del gusto de uno mismo, solo porque es guapo o guapa? ¡Claro que no! Pero había gente que solo se fijaba en eso, las apariencias.
― Por supuesto que iría en tu conquista, a fin de cuentas un día la belleza se irá pero no dejaras de ser como eres, no dejarás de ser mi tonto . Así que no importa si en otra vida te falta hasta una mano, si encuentro que sigues teniendo lo que más me gusta de ti; ahí estaré molestándote ―una sonrisa adornó su rostro tras decir eso último, no podía evitar pensar a veces que solo era una molestia para al más joven―. Aunque... estoy consciente que tal vez no logre siempre enamorarte, pero no me daré por vencido.
Con entusiasmo salio su voz y llegando al parque se quedo ahí frente a las rosas, aspirando su aroma hasta sentir su cuerpo ser rodeado por los brazos del cambiaformas. La cercanía, la calidez que le transmitía su pareja; le gustaba. Con apenas un roce se sentía bien si venía de Louis.
Apoyo una mano en los brazos de su amado y entrecerró los ojos escuchándole, suspirando para después sonreír. Siempre sabía que decir para hacerle sentir bien ¡Como amaba a ese hombre!.
― Cariño... siempre te cuidaré ¿Eh? ―se removió del abrazo para verlo de frente, siendo ahora el quien atrapara a su pareja en un abrazo― siempre ―murmuro y deslizando una mano, la cual tenía la bolsa con la tarta, se la mostró con una bella sonrisa― es hora de que comas.
Llevándose un dedo cerca de los labios lo miro de forma divertida, si era con él no le importaba hacer el tonto.
― Vaya, vaya ¿Acaso el señor gato quiere conquistar más a este humilde vampiro? ¡Quien lo viera! Todo un poeta con esas palabras que utiliza, puede que logres su cometido ―le guiño el ojo soltando a los segundos una risa que demostraba como se divertía de lo lindo con todo eso― tonto, si me lo pones así claramente prefiero tu mano o mejor aun que me lleves en tus brazos. Sería el hombre más feliz de la Tierra ¡Espera! Ya lo soy ―rió de nueva cuenta, bajando ligeramente la cabeza para enfocar la mirada en la bolsa que llevaba, la pobre tarta debería de estar para esa altura toda desarmada con el ajetreo.
Suspiro dirigiendo una mano a su cabeza para revolverse un poco los cabellos y levanto la vista para ver al rubio-castaño. Entendía que esas dudas embargaran la mente de Louis ya que muchas personas preferían el físico ante los sentimientos, ante la personalidad y eso último era lo importante ya que ¿Acaso era agradable estar con alguien que tiene aptitudes que no son del gusto de uno mismo, solo porque es guapo o guapa? ¡Claro que no! Pero había gente que solo se fijaba en eso, las apariencias.
― Por supuesto que iría en tu conquista, a fin de cuentas un día la belleza se irá pero no dejaras de ser como eres, no dejarás de ser mi tonto . Así que no importa si en otra vida te falta hasta una mano, si encuentro que sigues teniendo lo que más me gusta de ti; ahí estaré molestándote ―una sonrisa adornó su rostro tras decir eso último, no podía evitar pensar a veces que solo era una molestia para al más joven―. Aunque... estoy consciente que tal vez no logre siempre enamorarte, pero no me daré por vencido.
Con entusiasmo salio su voz y llegando al parque se quedo ahí frente a las rosas, aspirando su aroma hasta sentir su cuerpo ser rodeado por los brazos del cambiaformas. La cercanía, la calidez que le transmitía su pareja; le gustaba. Con apenas un roce se sentía bien si venía de Louis.
Apoyo una mano en los brazos de su amado y entrecerró los ojos escuchándole, suspirando para después sonreír. Siempre sabía que decir para hacerle sentir bien ¡Como amaba a ese hombre!.
― Cariño... siempre te cuidaré ¿Eh? ―se removió del abrazo para verlo de frente, siendo ahora el quien atrapara a su pareja en un abrazo― siempre ―murmuro y deslizando una mano, la cual tenía la bolsa con la tarta, se la mostró con una bella sonrisa― es hora de que comas.
Última edición por Imre Andrássy el Miér Ene 21, 2015 8:53 pm, editado 1 vez
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
El cambiaformas desvió la mirada un momento, con una sonrisa amplia en los labios, la mirada chispeante a las estrellas. ¿Cómo era que las noches de Paris eran tan frías? ¿Por qué siempre que estaba con Imre eso no importaba? -¿Conquistar? No amor mío, yo no quiero conquistarte. -le informó, sin dejar de sonreír, más soltó un suspiro- -¿Tú, el hombre más feliz sobre la tierra? ¿Y dónde quedo yo? ¿eh? Hasta donde sé, soy más hombre que tú. Tú eres más un… un… gnomo. Mira eres muy bajito como para ser humano--le dijo poniendo su mano abierta sobre su cabeza, y con expresión seria, daba según él, autenticidad a lo dicho.
¿Imre lo encontraría encantador o solamente gracioso, excéntrico?
Y Si, con lo dicho antes, seguramente se estaría contradiciendo, pero si decía que era un loco, no sería lo menos. La verdad, es que quería jugar un poco con la mente del tierno e inocentón vampiro.. Allí venia y lo escuchaba decir aquello, con una sonrisita en los labios, encantado por dentro, divertido en el centello travieso de los ojos azules que poseía.
- Antes que me digas que soy un bipolar, quisiera preguntarte ¿Sabes por qué te dije que no busco conquistarte? Conquistar, no sería la forma… la palabra correcta. No eres alguien ajeno para mí. No eres algo que quiero poseer. No eres alguien sobre quien me quiera imponer. Imre, yo quiero ENAMORARTE. Todos los días. ¿Ves la diferencia, entre enamorar y conquistar? ¿puedes verlo, Imre, tú muchacho eterno?- preguntó con dulzura. No podía evitarlo. El era asi, sacaba ese tipo de cosas de la nada. Ese tipo de cosas que ni siquiera sabia de donde provenían. Y no se sentía cursi. Ni tonto. Se sentía bien. Se sentía realmente bien, poder expresar todo aquello. Ser escuchado y correspondido, de cierta forma.
-No diré que tu respuesta, es ciertamente hermosa, lo es, no hay duda. Ni la más pequeña. El sentimiento, es lo que justamente, quería expresarte. No sé, quizás solo el aire me hace mal y me hace poner más loco. Pero termino disfrazándotelo, con mis buenos modales, mi bello rostro y mi voz de terciopelo ¿Qué me adulo demasiado? Dejame ser un pecador de la vanidad por una noche. - Y no, no estaba bebido, solo dolorido. Aún lo sentía. -¿Molestia? No, tu no lo eres. Una piedra en la bota lo es. Los estúpidos mosquitos lo son. Pero tu no. Jamás. Ahora, mencionas algo que capta mi natural curiosidad felina, Imre. ¿Qué es aquello de mí, que buscarás cuando no tenga esta forma? ¿Qué tal vez no siempre consigas enamorarme? ¿Y te darías por vencido? ¿Lucharias a pesar de todo?
No importaba lo delgado que fuera el vampiro. Sus abrazos siempre eran fuertes. Y suaves al mismo tiempo.
Y tan dulces, como se miraba la tarta delante de sus narices.
¿Y si me niego? ¿Qué harás? Eh? Estoy muy gordo… tanta azúcar me hará enfermar… [/b]- le dijo con la ceja derecha arqueada, retador. [/color][/b]
¿Imre lo encontraría encantador o solamente gracioso, excéntrico?
Y Si, con lo dicho antes, seguramente se estaría contradiciendo, pero si decía que era un loco, no sería lo menos. La verdad, es que quería jugar un poco con la mente del tierno e inocentón vampiro.. Allí venia y lo escuchaba decir aquello, con una sonrisita en los labios, encantado por dentro, divertido en el centello travieso de los ojos azules que poseía.
- Antes que me digas que soy un bipolar, quisiera preguntarte ¿Sabes por qué te dije que no busco conquistarte? Conquistar, no sería la forma… la palabra correcta. No eres alguien ajeno para mí. No eres algo que quiero poseer. No eres alguien sobre quien me quiera imponer. Imre, yo quiero ENAMORARTE. Todos los días. ¿Ves la diferencia, entre enamorar y conquistar? ¿puedes verlo, Imre, tú muchacho eterno?- preguntó con dulzura. No podía evitarlo. El era asi, sacaba ese tipo de cosas de la nada. Ese tipo de cosas que ni siquiera sabia de donde provenían. Y no se sentía cursi. Ni tonto. Se sentía bien. Se sentía realmente bien, poder expresar todo aquello. Ser escuchado y correspondido, de cierta forma.
-No diré que tu respuesta, es ciertamente hermosa, lo es, no hay duda. Ni la más pequeña. El sentimiento, es lo que justamente, quería expresarte. No sé, quizás solo el aire me hace mal y me hace poner más loco. Pero termino disfrazándotelo, con mis buenos modales, mi bello rostro y mi voz de terciopelo ¿Qué me adulo demasiado? Dejame ser un pecador de la vanidad por una noche. - Y no, no estaba bebido, solo dolorido. Aún lo sentía. -¿Molestia? No, tu no lo eres. Una piedra en la bota lo es. Los estúpidos mosquitos lo son. Pero tu no. Jamás. Ahora, mencionas algo que capta mi natural curiosidad felina, Imre. ¿Qué es aquello de mí, que buscarás cuando no tenga esta forma? ¿Qué tal vez no siempre consigas enamorarme? ¿Y te darías por vencido? ¿Lucharias a pesar de todo?
No importaba lo delgado que fuera el vampiro. Sus abrazos siempre eran fuertes. Y suaves al mismo tiempo.
Y tan dulces, como se miraba la tarta delante de sus narices.
¿Y si me niego? ¿Qué harás? Eh? Estoy muy gordo… tanta azúcar me hará enfermar… [/b]- le dijo con la ceja derecha arqueada, retador. [/color][/b]
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
La expresión en su rostro se descompuso por unos segundos ante las palabras ajenas. No comprendía que pudo desencadenar estas, ¿había hecho algo malo en algún punto de la relación? No entendía pero quería hacerlo en verdad. Y la inseguridad se apoderó de su persona, queriéndolo consumir ,no obstante, notó algo. El otro estaba sonriendo ¿Por qué?. Y lo comprendió. Ese idiota, pensó al mismo tiempo que su expresión volvía a la normalidad.
Se mantuvo en silencio, mientras que el cambiaformas volvía a hablar. Refiriéndose ahora a la diferencia de altura que había entre ambos, ¿Qué más daba si no tenía una altura favorecida? No podía aspirar a más por haber sido transformado siendo muy joven, aunque tampoco es como si fuera tan pequeño pero a Louis le encantaba burlarse. Y ya debería de estar acostumbrado con los años que llevaban juntos.
— Idiota —masculló, sin guardárselo esta vez. Entrecerró los ojos en el momento en que esa mano se posó en su cabeza, eso solo hacía en dar más énfasis a que era un enano—. Te voy a castigar por cruel, aunque, es bueno saber que eres feliz. Te lo mereces. Y no digas lo contrario, por favor. —Las últimas palabras apenas y fueron un mero susurro que le hicieron desviar la mirada. Aunque no duró mucho así, pues el japonés lo dejó sorprendido con lo que dijo.
Y después de la sorpresa inicial casi se echa a llorar si no fuera porque le pareció demasiado tonto aquello. Demasiado sentimental y no lo era tanto ¿Verdad? Se terminó llevando una mano a los labios y lo miró con los ojos brillantes de la emoción. Louis siempre le dedicaba palabras hermosas, siempre estaba ahí para lo que necesitará, era un pilar fundamental en su vida. Por eso no podía evitar sentir ese malestar que le recordaba que no hacia casi nada por esa relación Absolutamente nada.
Demonios...
— Claro que entiendo lo que dices, con todos los años que llevamos ¿Cómo no voy a comprender a mi loco favorito? —Le costó sacar la voz y que esta no se escuchara afectada. No quería andar preocupando a su pareja, por eso hizo todo lo posible por sonreír para seguir respondiendole—. Será un secreto. Por el momento no te diré de manera puntual que es lo que veo de ti, confórmate con saber que me gustas y no solo eso, ¡qué me encantas mucho!. Y por eso si no te comes lo que te he traído te voy a castigar sin mi presencia por un mes entero, señor gato. —Cruzándose de brazos, también lo retó. Ambos podían jugar al mismo juego.
Se mantuvo en silencio, mientras que el cambiaformas volvía a hablar. Refiriéndose ahora a la diferencia de altura que había entre ambos, ¿Qué más daba si no tenía una altura favorecida? No podía aspirar a más por haber sido transformado siendo muy joven, aunque tampoco es como si fuera tan pequeño pero a Louis le encantaba burlarse. Y ya debería de estar acostumbrado con los años que llevaban juntos.
— Idiota —masculló, sin guardárselo esta vez. Entrecerró los ojos en el momento en que esa mano se posó en su cabeza, eso solo hacía en dar más énfasis a que era un enano—. Te voy a castigar por cruel, aunque, es bueno saber que eres feliz. Te lo mereces. Y no digas lo contrario, por favor. —Las últimas palabras apenas y fueron un mero susurro que le hicieron desviar la mirada. Aunque no duró mucho así, pues el japonés lo dejó sorprendido con lo que dijo.
Y después de la sorpresa inicial casi se echa a llorar si no fuera porque le pareció demasiado tonto aquello. Demasiado sentimental y no lo era tanto ¿Verdad? Se terminó llevando una mano a los labios y lo miró con los ojos brillantes de la emoción. Louis siempre le dedicaba palabras hermosas, siempre estaba ahí para lo que necesitará, era un pilar fundamental en su vida. Por eso no podía evitar sentir ese malestar que le recordaba que no hacia casi nada por esa relación Absolutamente nada.
Demonios...
— Claro que entiendo lo que dices, con todos los años que llevamos ¿Cómo no voy a comprender a mi loco favorito? —Le costó sacar la voz y que esta no se escuchara afectada. No quería andar preocupando a su pareja, por eso hizo todo lo posible por sonreír para seguir respondiendole—. Será un secreto. Por el momento no te diré de manera puntual que es lo que veo de ti, confórmate con saber que me gustas y no solo eso, ¡qué me encantas mucho!. Y por eso si no te comes lo que te he traído te voy a castigar sin mi presencia por un mes entero, señor gato. —Cruzándose de brazos, también lo retó. Ambos podían jugar al mismo juego.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Scarlet [Louis J. Bouquet]
Esbozo una sonrisa socarrona; ¿en serio? Después de tanto tiempo… ¿Era lo mejor que se le podía ocurrir a su querido Imre? Ese muchacho, era sencillamente, la ternura andante.
-¡Ah, un idiota! ¿Yo? Igual, soy aquel idiota por el que suspiras en medio de tu sueño diurno. Soy aquel por el que tienes un montón de animalejos voladores en el estómago. Soy aquel al que no puedes castigar. ¿Cruel? Querido, no es crueldad. Es amor. –suspiró entonces con un tono afectado, llevando a la frente su mano, como si todo aquello no pudiera creerlo del todo, mezclado con un falso dolor. En serio Imre, ¿Cómo podría no ser feliz? Tengo… tengo lo que deseé desde niño. O al menos, tengo una parte de lo que soñé entonces. - Y esta vez solo había sinceridad, sin maquillajes ni adornos, en su voz.
Y allí iba. Louis no comprendía el porque las pupilas del vampiro se cristalizaban. Porque ese tono azulado se tornaba acuoso. Temía haberlo herido…. Aunque también un ser humano –Y es que aunque Imre fuera un vampiro, bueno, no dejaba de haber sido humano y tener consciencia de uno, o no?- puede expresar sus sentimientos más gratos, a través de pequeñas lágrimas.
-Pues no precisamente deberías comprender cada palabra que te digo. ¿Quién me asegura que es verdad lo que dices? Quizás solo me das por mi lado… eh eh!- le picó con su dedo índice, sin abandonar la expresión divertida -Por otro lado, se supone tu deberías ser un cúmulo de sabiduría. ¿No es verdad que eres tan viejo como la Luna? Al menos, en mi creencia, una persona anciana es igual a montones y montones de saberes. Deberías ser sumamente sabio. - aseguró, cruzándose de brazos.
-¿Ah, empezaremos con los secretos, mi estimado Imre? Pues mira que me has sorprendido con ello, chiquillo. No te intentes pasar de listo conmigo, bien sé que no puedes cumplir eso de no verme en un mes. Me amas demasiado como para hacerlo. Además, el tiempo para nosotros, es especial. Creo que para todos los amantes lo es. Como sea, de verdad me gustaría saber… conocer… desentrañar ese secreto… En realidad, creo que hoy me siento curioso. - se llevó una mano a la barbilla, pensativo.
Entonces se sentó y miró el dulce fijamente. Comeré lo que has traido, pero, a cambio… bueno… ¿me responderías algunas preguntas?
-¡Ah, un idiota! ¿Yo? Igual, soy aquel idiota por el que suspiras en medio de tu sueño diurno. Soy aquel por el que tienes un montón de animalejos voladores en el estómago. Soy aquel al que no puedes castigar. ¿Cruel? Querido, no es crueldad. Es amor. –suspiró entonces con un tono afectado, llevando a la frente su mano, como si todo aquello no pudiera creerlo del todo, mezclado con un falso dolor. En serio Imre, ¿Cómo podría no ser feliz? Tengo… tengo lo que deseé desde niño. O al menos, tengo una parte de lo que soñé entonces. - Y esta vez solo había sinceridad, sin maquillajes ni adornos, en su voz.
Y allí iba. Louis no comprendía el porque las pupilas del vampiro se cristalizaban. Porque ese tono azulado se tornaba acuoso. Temía haberlo herido…. Aunque también un ser humano –Y es que aunque Imre fuera un vampiro, bueno, no dejaba de haber sido humano y tener consciencia de uno, o no?- puede expresar sus sentimientos más gratos, a través de pequeñas lágrimas.
-Pues no precisamente deberías comprender cada palabra que te digo. ¿Quién me asegura que es verdad lo que dices? Quizás solo me das por mi lado… eh eh!- le picó con su dedo índice, sin abandonar la expresión divertida -Por otro lado, se supone tu deberías ser un cúmulo de sabiduría. ¿No es verdad que eres tan viejo como la Luna? Al menos, en mi creencia, una persona anciana es igual a montones y montones de saberes. Deberías ser sumamente sabio. - aseguró, cruzándose de brazos.
-¿Ah, empezaremos con los secretos, mi estimado Imre? Pues mira que me has sorprendido con ello, chiquillo. No te intentes pasar de listo conmigo, bien sé que no puedes cumplir eso de no verme en un mes. Me amas demasiado como para hacerlo. Además, el tiempo para nosotros, es especial. Creo que para todos los amantes lo es. Como sea, de verdad me gustaría saber… conocer… desentrañar ese secreto… En realidad, creo que hoy me siento curioso. - se llevó una mano a la barbilla, pensativo.
Entonces se sentó y miró el dulce fijamente. Comeré lo que has traido, pero, a cambio… bueno… ¿me responderías algunas preguntas?
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