AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
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Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Muerto, asi era como estaba. Iba prácticamente arrastrando las piernas por el camino para nada uniforme, pero al menos señalado, por el paso del tiempo. Los paseantes anónimos que se habian adentrado en aquel ramaje, color de maple y rojos, en su mayoria. El otoño y sus vientos de nostalgia. Una temporada para reflexionar. Para llegar temprano a casa, y dormirse en los brazos del ser amado. Solo, frente a la portezuela del jardin abierta. Adormecido, por la danza de los pequeños insectos, y los murmullos de los animalitos, que eran sus vecinos.
Louis no perdia el glamour, dicho sea de paso, aun cuando su andar denotara que se habia agotado. No solo habia trabajado en el teatro, sus funciones, no, eso era un hobbie. Estaba haciendo encargos varios. No le gustaba estar de ocioso. Eso era para gente anciana y avara. El no lo era, ni Imre, su pequeño. El viento jugaba con su cabello, y hacia que se le metiera a ratos en los ojos. Una batalla perdida, sin lugar a dudas.
El sol estaba por acostarse, eso significaba que llegaria justo cuando su pareja se…
Un aroma diferente, en las cercanias, y se puso alerta. Perfumes, sin duda humanos. No habia por que temer, los dueños ya estaban lejos, podia olerlo. Eso era la ventaja del olfato que les daba fama a los de su raza. Pero… avanzo un poco mas deprisa. Sin notarlo, casi corria. El aroma fresco, dulce, joven. Pequeño… como el de un capullito de rosa. Paso saliva, nervioso. El sol se iba, mientras un llanto, le recibia.
Estaba seguro, que no era Imre… Entonces… ¿Qué era?
Louis no perdia el glamour, dicho sea de paso, aun cuando su andar denotara que se habia agotado. No solo habia trabajado en el teatro, sus funciones, no, eso era un hobbie. Estaba haciendo encargos varios. No le gustaba estar de ocioso. Eso era para gente anciana y avara. El no lo era, ni Imre, su pequeño. El viento jugaba con su cabello, y hacia que se le metiera a ratos en los ojos. Una batalla perdida, sin lugar a dudas.
El sol estaba por acostarse, eso significaba que llegaria justo cuando su pareja se…
Un aroma diferente, en las cercanias, y se puso alerta. Perfumes, sin duda humanos. No habia por que temer, los dueños ya estaban lejos, podia olerlo. Eso era la ventaja del olfato que les daba fama a los de su raza. Pero… avanzo un poco mas deprisa. Sin notarlo, casi corria. El aroma fresco, dulce, joven. Pequeño… como el de un capullito de rosa. Paso saliva, nervioso. El sol se iba, mientras un llanto, le recibia.
Estaba seguro, que no era Imre… Entonces… ¿Qué era?
Última edición por Louis J. Bouquet el Lun Ene 02, 2012 10:21 pm, editado 1 vez
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
El día había transcurrido de manera lenta y como siempre dormía tranquilo en ese sótano que ahora estaba mejor que cuando dormí esa primera vez en la casa. Cuando la tarde ya estaba por acabarse podía escuchar un pequeño llanto a lo lejos ¿Quien podía ser? Casi nunca pasaban personas cerca de ahí -para no decir jamas- solo nosotros estábamos ahí en ese bosque era muy extraño quise salir pero aun estaba ese sol y me podía hacer daño pero la curiosidad me podía más así que salí con cuidado para que nada me sucediera y camine hasta donde provenían esos ruiditos y al llegar a la puerta me detuve unos segundos quería que sol se fuera por completo no quedaba nada pero el llanto se hacia más intento así que salí sin que me importara el daño que esos leves rayos de sol pudieran causarme y divise a lo lejos una pequeña canasta con algo dentro de ella.
¿Que podía ser? Era un bulto que se movía un poco así que me acerque de manera rápida sintiendo como mi mano se quemaba causándome una herida así que lo acerque hasta la puerta la cual deje abierta y vi con curiosidad dentro de esta viendo que había una niña, era muy pequeñita y bonita, la mire sorprendido sin creer que la encontrara fuera de casa.
- ¿Quién fue capaz de dejarte aquí pequeña? -susurre despacito para no asustarla, eso era lo que menos deseaba.
¿Que podía ser? Era un bulto que se movía un poco así que me acerque de manera rápida sintiendo como mi mano se quemaba causándome una herida así que lo acerque hasta la puerta la cual deje abierta y vi con curiosidad dentro de esta viendo que había una niña, era muy pequeñita y bonita, la mire sorprendido sin creer que la encontrara fuera de casa.
- ¿Quién fue capaz de dejarte aquí pequeña? -susurre despacito para no asustarla, eso era lo que menos deseaba.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Mis verdaderos padres temieron tenerme entre sus brazos
alejándome en cuanto vieron cuán diferente era,
olvidándose de mi felicidad y de tenerme a su vera
enviándome a otro lugar, sin saber que rompían mi alma en mil pedazos.
alejándome en cuanto vieron cuán diferente era,
olvidándose de mi felicidad y de tenerme a su vera
enviándome a otro lugar, sin saber que rompían mi alma en mil pedazos.
¿Qué hace que unos padres dejen a su pequeño tesoro a solas, en un lugar desconocido? ¿Realmente se le llama piedad? ¿Puede ser catalogado como una completa falta de amor? ¿Quién es más humano? ¿Aquél que abandona o aquél que permite que le hagan daño a su progenie?
Lágrimas recorren los rostros de una pareja mientras dejan a su pequeño sol de rizos dorados dormida dentro de una cesta. Su más preciado tesoro se convirtió en la peor pesadilla. ¿De quién había sido culpa realmente? ¿Él... o ella...? ¿Quién fue el que pecó ante Dios para merecer semejante castigo? Su pequeña hija, la alegría de sus vidas, ya no estará a su lado. Las lágrimas jamás la harán volver. ¿Serán los dueños de esa casa la solución a sus plegarias? ¿Acaso entregaron más que su corazón, si no también, la esperanza que morirá en el instante que regresen a su hogar y lo encuentren vacío, con todos los juguetitos, las muñecas, los vestidos que fueron creados para alguien que jamás volverán a ver?
La mujer da media vuelta e intenta regresar, pero él la detiene del brazo y niega. Las lágrimas de ambos son derramadas una tras otra, pero continúan su camino. La decisión tomada está, no hay forma de volver tras sus pasos. Ya no. Ella eleva una plegaria a Dios y entre sollozos, pide, suplica porque en ese lugar, su hija esté bien cuidada. Que Halima no sufra. Que ría como todas las mañanas. Que corra y niegue alborotando los ricitos cuando le ofrezcan atún.
Pero sobre todo... que sea amada...
"Mi amada Halima... mi preciosa Halima... Quiera Dios, te dé una buena vida"
¿Mi papá? ¿Mi mamá?
Me siento y asomo la cabeza, sin comprender dónde estoy, esos cielos que mami ha dicho que son azules como mis ojos, están tan hermosos, pero... miro a un lado, miro al otro y no veo a nadie, me levanto y corro hacia la derecha y no están... a la izquierda... y niego.
¿Mis papis? ¿Dónde están? Tengo miedo, me veo sola y no sé qué hacer. Ah, ya sé.
- ¡PAPÁAAA, MAMÁAAA! - sí, correrán a buscarme... me encontrarán y... y... sigo gritándoles una y otra vez, hasta que mis ojitos se llenan de esas gotas que mami dice son lágrimas... y lloro... lloro una y otra vez, desesperada, triste, acongojada, sin entender qué está pasando, ¿Por qué? Decido volver a la cesta, quiza si me mantengo aquí... - Papá.... mamá... - vuelvan... vengan por mí... ¿Dónde están?
Sollozo con dolor, ¿Por qué se han ido sin mí? ¿Por qué? Y siento que alguien jala la cesta y de inmediato me siento, para mirar a un hombre que jamás vi en mi vida... mi labio inferior tiembla entre sollozos y mis brazos se alargan hacia él.
- ¿Y mi papá... y mi mamá? - sollozo más y busco abrazarlo, refugiarme en él, cuando siento un dolor inmenso en mi corazón, cuando no entiendo por qué no están... - ¿On tán? ¿A none fuedon?
No entiendo lo que está pasando, lo único que sí sé es que me han dejado... ¿Por qué? ¿Acaso hice algo malo? ¿Por qué? Mi llanto se hace más doloroso conforme veo que mis padres no están por ningún lado, no vienen a rescatarme, mi madre no está para mimarme y decirme que no pasa nada, que todo esta bien...
¿Por qué...?
Ahí, fui feliz y amada en todo momento,
mis padres sustitutos, lo dieron todo por mí, envolviéndome en un sueño
de dulces caricias, besos, abrazos, donde el dolor se fue lento
permitiéndome crecer entre felicidad, risas y un amor siempre risueño.
mis padres sustitutos, lo dieron todo por mí, envolviéndome en un sueño
de dulces caricias, besos, abrazos, donde el dolor se fue lento
permitiéndome crecer entre felicidad, risas y un amor siempre risueño.
Gracias... jamás dejaré de agradecerles y de amarles... Gracias por haberme encontrado ese dia
Halima Bouquet-Andrássy- Hechicero Clase Alta
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
El cambiante acelera sus pasos, con cuidado de no caer. Con la mirada fija en la puerta. Aquel sonido, sin beberlo ni temerlo, le llego hondo en el pecho. Con el roce helado de los dedos de un espiritu sombrio del invierno. No del que estaba en puerta, aquella estación que le gustaba, a pesar de las desgracias que siempre parecia traerle. No, este era perteneciente a ese lugar, que congela el interior de los seres humanos.
Sus piernas se negaban a moverse a un ritmo acelerado, sintiéndose como flotar en medio de la neblina que se apodera del mar en aguas lejanas a la seguridad de las playas. El sabia que era estar como perdido en un limbo. Ese, donde te meces y te marea el olor de la salinidad. ¿Cuántas semanas habia pasado a bordo de aquel barco que lo alejo de su tierra? Demasiadas, lo sabia ahora. En ese entonces, solo habia tenido ocho años.
“Mama, Papa”
Eso gritaba aquella tierna voz. Y su corazón volvió a estrujarse. ¿Era…? Al fin, alcanzo la puerta de aquel hogar. Entro vuelto loco, sin detenerse a nada mas, avanzando un poco. El ambiente tenia el aroma de Imre. Y ese delicado perfume que captara, provenia de una tierna criatura, que ya estaba entre los brazos de querido muchacho de cabellos en plata.
La garganta se le seco, mientras un brazo apoyado sobre el marco, fingia sostenerlo. -¡Imre! Que demonios haces con esa pequeña? –- exclamación sin sentimiento, como si no fuer asu voz. Las pupilas del asiatico, clavadas en la palida piel de aquellos bracitos que podrian romperse con facilidad. Los hermosos ricitos dorados. Una verdadera princesita. Paso saliva.
Sabia que Imre era un vampiro no muy fuerte, según el propio chico, y que por ello, se alimentaba solo de seres pequeños. Louis jamas lo habia visto alimentarse, a menos, que fuera de el mismo. ¿Acaso habia salido, para llevarse a esa encantadora chiquilla lejos de los brazos de sus padres?
No. Eso no podia ser, habia cosas que no le cuadraban. El sol apenas se habia ocultado, el vampiro no habria tenido tiempo de hacer tanto. Además, Gyula no era del tipo sin corazón, que soportaria escuchar un llanto como aquel.
Con pasos inseguros, el actor, se acerco a aquel cuadro, dejandose caer de rodillas, llevando su mano a los cabellos de la niña. Suaves. Después, saco su pañuelo, y con cuidado, llevo la punta a las mejillas de la chiquilla.
-No llores princesa- -una sonrisa tierna, para inspirarle confianza. Miro a su pareja después, buscando respuestas.
Sus piernas se negaban a moverse a un ritmo acelerado, sintiéndose como flotar en medio de la neblina que se apodera del mar en aguas lejanas a la seguridad de las playas. El sabia que era estar como perdido en un limbo. Ese, donde te meces y te marea el olor de la salinidad. ¿Cuántas semanas habia pasado a bordo de aquel barco que lo alejo de su tierra? Demasiadas, lo sabia ahora. En ese entonces, solo habia tenido ocho años.
“Mama, Papa”
Eso gritaba aquella tierna voz. Y su corazón volvió a estrujarse. ¿Era…? Al fin, alcanzo la puerta de aquel hogar. Entro vuelto loco, sin detenerse a nada mas, avanzando un poco. El ambiente tenia el aroma de Imre. Y ese delicado perfume que captara, provenia de una tierna criatura, que ya estaba entre los brazos de querido muchacho de cabellos en plata.
La garganta se le seco, mientras un brazo apoyado sobre el marco, fingia sostenerlo. -¡Imre! Que demonios haces con esa pequeña? –- exclamación sin sentimiento, como si no fuer asu voz. Las pupilas del asiatico, clavadas en la palida piel de aquellos bracitos que podrian romperse con facilidad. Los hermosos ricitos dorados. Una verdadera princesita. Paso saliva.
Sabia que Imre era un vampiro no muy fuerte, según el propio chico, y que por ello, se alimentaba solo de seres pequeños. Louis jamas lo habia visto alimentarse, a menos, que fuera de el mismo. ¿Acaso habia salido, para llevarse a esa encantadora chiquilla lejos de los brazos de sus padres?
No. Eso no podia ser, habia cosas que no le cuadraban. El sol apenas se habia ocultado, el vampiro no habria tenido tiempo de hacer tanto. Además, Gyula no era del tipo sin corazón, que soportaria escuchar un llanto como aquel.
Con pasos inseguros, el actor, se acerco a aquel cuadro, dejandose caer de rodillas, llevando su mano a los cabellos de la niña. Suaves. Después, saco su pañuelo, y con cuidado, llevo la punta a las mejillas de la chiquilla.
-No llores princesa- -una sonrisa tierna, para inspirarle confianza. Miro a su pareja después, buscando respuestas.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Vi con mayor atención a la niña no debía tener más de 3 o 4 años de vida, sus bracitos se aferraron a mi y yo solo pude sostenerla sintiendo su pequeño cuerpo estremecerse por los sollozos y las lágrimas mojar mis ropas ¿Quien pudo dejar a tan bella criaturita ahí sola? Yo jamás me hubiera atrevido aunque mi situación fuera tan difícil pero ya no importaba ahora tenía que ver que hacer con ella lo mejor sería esperar a Louis ¿Verdad? El sabría que hacer en esos momentos así que solo pude mecer a la niña en los brazos.
- Tranquila tus papás b-bueno ellos emm -desvié la mirada mordiendo mis labios sin saber bien que decirle las situaciones de este tipo no se me daba bien, suspire para despejar mi mente y pensar bien en que debía de decirle pero de repente una voz muy conocida me hizo levantar la mirada para él ¡Louis! pensé pero su tono de voz no me gusto ¿Qué estaba pensando?- y-yo ¿A que te refieres? Yo no hago nada con ella -negué susurrándole esas palabras en tono bajo tenia un poco de molestia porque había pensado que... no, esa niña era muy bonita para lastimarla no podía creer que el pensara eso, suspire con molestia.
Se acerco a nosotros con pasos inseguros acariciando aquellos bonitos risos dorados que poseía la niña con delicadeza lo deje para que le limpiara esas lágrimas y diciéndole palabras de consuelo, la tome con uno de los brazos ya que el otro tenia esa herida en la mano que comenzaba a escocer pero no importaba mucho se pasaría, la niña ahora era más importante y esas lagrimas que aun brotaban me preocupaban y daban mucha tristeza.
- Ya preciosa tranquilita -sentía la mirada de Louis encima pero no me atrevía sabía que estaba pensando mal de mí que yo había traído a la pequeña aquí ¡pero eso no era verdad! Negando después de unos segundos lo mire murmurando apenas para que solo el escuchara- deja de verme así no he hecho nada.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/02/2011
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Las rosas tienen demasiadas tonalidades
y cada una expresa un sentimiento diferente;
hoy sé que con una puedo decir tantas verdades
con una sola de ellas, demuestro cuánto quererte.
y cada una expresa un sentimiento diferente;
hoy sé que con una puedo decir tantas verdades
con una sola de ellas, demuestro cuánto quererte.
El viento lleva consigo las hojas de los árboles que se desprenden al paso del tiempo. Otoño es una estación fría, pero en brazos del hombre que la tomó consigo, Halima no puede sentir más allá que el frío de su corazón que se cuela por cada resquicio de su piel, hasta congelarlo lentamente. Sus padres, de pronto siente, no están con ella y parece que no volverán a estarlo jamás. Las gotas de sus ojos no dejan de manar a pesar de que alguien le pase un pañuelo por éstos.
Los ojos azules miran hacia atrás, a donde espera ver la silueta de alguno de su progenitores, sin éxito alguno. Las circunstancias de su vida se han roto cuales hilos cortados por una tijera y se encuentra la niña sin comprender qué ha pasado, qué le sucederá y aún es muy pequeña para entender los alcances de lo que eso significa.
Sólo traga saliva, aspira con una nariz constipada, con el dolor en el tabique, con la mano contra la boca, succionándose un pulgar como cuando tiene demasiado miedo y su madre no está. No puede vislumbrar la magnitud de los actos de su padre. Una carta en el fondo de la canasta indica justamente la curva del camino de la vida de Halima. Una hoja de papel es todo lo que le queda de su historia, en unión de esa canasta y las vestimentas.
Los recuerdos, se quedan ahí, en la mente de la niña. Memorias que conservará o que serán suplantados por otros que de ahora en adelante tenga. ¿Cuántos de ellos puede una pequeña de 3 años recordar cuando sea grande? Quizá ni el rostro de sus padres. El pasado es como una frágil esfera de cristal que al paso del tiempo se va acercando más y más a la orilla de un mueble y cuando cae, se fragmenta en miles de pedazos y sólo los más grandes son los que se conservan en la mente del adulto.
- Mamá... papá... - se lame los labios y sus ojos regresan a los del hombre que la carga, Dios le ha puesto en el camino de esa pareja dentro de su infinita sabiduria. Son los únicos que pueden comprenderla, que sabrán entenderla y aceptarla como es, pero eso aún no lo sabe ninguno de los tres.
Mientras tanto, el viento juguetea con los rizos rubios de la niña, que traga saliva y ve a Imre con ojos rojos del llanto, con una nariz constipada y las mejllas igual de sonrojadas por el esfuerzo. Los labios le tiemblan y los orbes se tornan aún más tristes... lágrimas gruesas caen por sus mejillas mojando aún más la piel tersa... su corazón estalla de dolor y tras una mueca, abraza a la persona que tiene ante sí, con fuerza... como si entendiera que no le queda nadie más que él...
Como si aceptara su sino...
Halima Bouquet-Andrássy- Hechicero Clase Alta
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
A pesar de que la prioridad en ese momento, para el cambiaformas era esa pequeña de cabellos dorados, no dejo de notar el matiz en al voz de su pareja. Si, el había pensado eso, y tenia bases para creerlo, pero, también, muchas otras razones para dudarlo. Para saber que ese estaba equivocando. La verdad, es que estaba tan sorprendido y hasta asustado, que no pensaba en frío. No del todo. Sabia que había herido a Imre sin quererlo en realidad. Aun asi, no sabia cuando callarse. -Sabes bien a lo que me refiero, Gyula. - Susurro. La piel de la pequeña era como un algodón. Suave y esponjosa. Imre ya le reprochaba. -Lo… lo se, lo siento. -Le dijo apenas, como ausente. Ya más tarde le pediría una disculpa en forma. Lo mas preocupante era encontrar un por que al hecho de que la pequeña estuviera allí. Le parecía casi… como salido de un loco sueño. ¿Realidad o fantasía? No, esa niña estaba en ese lugar, en su casa, demasiado grande para dos personas... Era tan sólida como ellos mismos, a pesar de lo tierno de sus extremidades.
Su corazón da un vuelco. Siente como su pecho se oprime, de solo verla de esa manera. Se recuerda a si mismo, solo. Louis sabe que es quedarse de esa manera, de un momento a otro. Esa sensación de miedo, por todo tu cuerpo, donde tu mente, aun tierna, aun infante, cree que es un mal juego. Que pronto regresaran y todo estará bien. El también lloro por su mama, como lo hacia esa niña. Mientras limpiaba sus mejillas con cuidado, su mano tembló, al igual que su labio inferior. Los recuerdos… Se levanto con rapidez, y su mirada acuosa, evadiendo la de Imre; para no preocuparlo, le había prometido ser fuerte para cuidarlo, se topo con aquella canasta. Camino hasta ella, buscando serenidad, ponerse tranquilo, mientras un nuevo llamado, llegaba hasta sus oidos. Se inclino, removiendo un poco entre la manta que se hallaba dentro y que habia servido para calentar ese diminuto cuerpo. Saco de entre ello, un papel. Doblado cuidadosamente. Lo tomo arrugando el entrecejo, dirigiendo ahora si, una mirada al muchacho de pupilas cobalto. Lo más probable era que no hubiera tenido tiempo a leerla.
En ese rápido vistazo, miro la mano herida de su novio. -I-Imre… estas… herido…-Seguro que le dolía. Pero, también, sabía que se necesitaba mas para matarlo. Ya lo curaría. Cuando lograra hilar dos pensamientos con seguridad. Desdoblo el papel, mientras leía, allí de pie, con la espalda bien recta y el cabello cayendo adelante. La niña estaba con Imre. Comenzó a leer aquella nota. Tuvo que leer esas líneas más de tres veces. No comprendía aquellos trazos. Era en serio? Menuda crueldad…
Poco a poco, se dejo caer sobre el suelo, con la nota su mano.
El e Imre, lo habían hablado antes. Por que era uno de los deseos más sinceros y fuertes, dentro del pecho del felino. Louis siempre, quiso ser papa. Cerró los ojos una vez, aspirando, para darse sosiego. Estaba muy claro. Sus ojos, que no perdian ese toque acuoso, buscaron los de Imre, cuyo cuerpo abrazaba la pequeña. Cada lagrima, lo heria. ¡Enorme pecado hacer llorar a una criatura tan angelical! -I-I-Imre… ella… yo… Halima, se llama Halima. - Su voz le pareció ajena, pero más firme que nunca. Limpio su rostro con rapidez, y arrugo un poco la nota, antes de dejarla sobre el suelo. ¿Cómo le decia al vampiro, lo que acaba de leer? ¿Cómo decirle, que el cielo, escucho su ruego, y de cierta forma, aquellos padres –malas personas en un primer momento para el asiatico- en un acto tan inhumando e irracional, les… brindaran a ellos, la oportunidad de realizar, de conocer… aquello que abandonaban.-Es… preciosa… -Se acerco nuevamente, y en un arrebato, los abrazo a ambos. Besando la coronilla rubia, susurrándole a Imre al estar mas cerca. - ¿Sabes? No creo que Dios nos castigue, por amarnos, Imre, al contrario, nos ha dejado, el mejor regalo este atardecer…
Su corazón da un vuelco. Siente como su pecho se oprime, de solo verla de esa manera. Se recuerda a si mismo, solo. Louis sabe que es quedarse de esa manera, de un momento a otro. Esa sensación de miedo, por todo tu cuerpo, donde tu mente, aun tierna, aun infante, cree que es un mal juego. Que pronto regresaran y todo estará bien. El también lloro por su mama, como lo hacia esa niña. Mientras limpiaba sus mejillas con cuidado, su mano tembló, al igual que su labio inferior. Los recuerdos… Se levanto con rapidez, y su mirada acuosa, evadiendo la de Imre; para no preocuparlo, le había prometido ser fuerte para cuidarlo, se topo con aquella canasta. Camino hasta ella, buscando serenidad, ponerse tranquilo, mientras un nuevo llamado, llegaba hasta sus oidos. Se inclino, removiendo un poco entre la manta que se hallaba dentro y que habia servido para calentar ese diminuto cuerpo. Saco de entre ello, un papel. Doblado cuidadosamente. Lo tomo arrugando el entrecejo, dirigiendo ahora si, una mirada al muchacho de pupilas cobalto. Lo más probable era que no hubiera tenido tiempo a leerla.
En ese rápido vistazo, miro la mano herida de su novio. -I-Imre… estas… herido…-Seguro que le dolía. Pero, también, sabía que se necesitaba mas para matarlo. Ya lo curaría. Cuando lograra hilar dos pensamientos con seguridad. Desdoblo el papel, mientras leía, allí de pie, con la espalda bien recta y el cabello cayendo adelante. La niña estaba con Imre. Comenzó a leer aquella nota. Tuvo que leer esas líneas más de tres veces. No comprendía aquellos trazos. Era en serio? Menuda crueldad…
Poco a poco, se dejo caer sobre el suelo, con la nota su mano.
El e Imre, lo habían hablado antes. Por que era uno de los deseos más sinceros y fuertes, dentro del pecho del felino. Louis siempre, quiso ser papa. Cerró los ojos una vez, aspirando, para darse sosiego. Estaba muy claro. Sus ojos, que no perdian ese toque acuoso, buscaron los de Imre, cuyo cuerpo abrazaba la pequeña. Cada lagrima, lo heria. ¡Enorme pecado hacer llorar a una criatura tan angelical! -I-I-Imre… ella… yo… Halima, se llama Halima. - Su voz le pareció ajena, pero más firme que nunca. Limpio su rostro con rapidez, y arrugo un poco la nota, antes de dejarla sobre el suelo. ¿Cómo le decia al vampiro, lo que acaba de leer? ¿Cómo decirle, que el cielo, escucho su ruego, y de cierta forma, aquellos padres –malas personas en un primer momento para el asiatico- en un acto tan inhumando e irracional, les… brindaran a ellos, la oportunidad de realizar, de conocer… aquello que abandonaban.-Es… preciosa… -Se acerco nuevamente, y en un arrebato, los abrazo a ambos. Besando la coronilla rubia, susurrándole a Imre al estar mas cerca. - ¿Sabes? No creo que Dios nos castigue, por amarnos, Imre, al contrario, nos ha dejado, el mejor regalo este atardecer…
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Después de todo ese tiempo ¿Enserio el me creía capaz de lastimar así sin más? No, aunque fuera un vampiro yo no era así y Louis lo sabia. No quise mirarlo y le presto atención a la niña que no dejaba de llorar llamando a sus padres ¿Cuantos niños no debían de sufrir de lo mismo? Era demasiado triste, yo tuve a lo míos por doce años pero prácticamente fue como si nunca los hubiera tenido porque nunca me prestaron atención ni me quisieron, no fui más que un hijo no deseado que estuvo encerrado hasta que ya al no soportar más se escapo encontrándose con esa persona que cambio su destino entran dolo en esta condena que duraría quien sabe cuanto porque bien sabido era que habían cazadores por ahí y que no durarían en matar por nada a un vampiro aunque este fuera inofensivo.
Apreté a la niña contra mi intentando consolarla aunque se me hiciera difícil, no era bueno para esta cosas. Casi nunca me había tocado consolar a alguien pero esa niña lo necesitaba. Era tan pequeña, adorable y estaba sufriendo bastante, a de saber porque le habrán abandonado, pero creía ninguna era justificación necesaria para hacerlo. Separe a la niña un poco de mí para limpiarle esas lagrimitas viendo que tenia su dedito en su boca, algo dentro mio se encogió por completo y levante la mirada para ver a mi pareja que tenia los ojos húmedos, ni cuenta me di antes de que había dicho sobre mi mano lastimada por andar pendiente de ella pero yo en esos momentos realmente no importaba.
- Mi niña no se que decirte sobre ellos p-pero no te preocupes ¿Si? Todo estará bien -tal vez no encontráramos sus padres pero aquí estaría bien, no eramos malos así que nada malo le pasaría. Solo eramos una pareja de hombres enamorados con un pasado casi similar, sin el cariño y el calor de nuestros padres pero no por eso no podríamos dar amor. Su nombre fue pronunciado por Louis, Halima... que lindo nombre para un angelito así, sonreí apenas después cuando la niña se me aferro más y mi novio lo hizo también, abrazándonos a los dos ¿Sería verdad lo que decía mi cambia formas? Si lo era. Ella se quedaría con nosotros, sería la niña más amada y crecería como una joven de bien... tendría todo lo que nosotros no tuvimos- va ser nuestra princesita, la más amada... -le susurre al oído a mi rubio-castaño.
Si alguna vez piensas que te caerás, piénsalo bien
Pues tu voluntad seguirá en pie.
Y ese mar de lágrimas ya no te arrastrará,
Pues descubrirás lo bello que es vivir sin dolor...
Apreté a la niña contra mi intentando consolarla aunque se me hiciera difícil, no era bueno para esta cosas. Casi nunca me había tocado consolar a alguien pero esa niña lo necesitaba. Era tan pequeña, adorable y estaba sufriendo bastante, a de saber porque le habrán abandonado, pero creía ninguna era justificación necesaria para hacerlo. Separe a la niña un poco de mí para limpiarle esas lagrimitas viendo que tenia su dedito en su boca, algo dentro mio se encogió por completo y levante la mirada para ver a mi pareja que tenia los ojos húmedos, ni cuenta me di antes de que había dicho sobre mi mano lastimada por andar pendiente de ella pero yo en esos momentos realmente no importaba.
- Mi niña no se que decirte sobre ellos p-pero no te preocupes ¿Si? Todo estará bien -tal vez no encontráramos sus padres pero aquí estaría bien, no eramos malos así que nada malo le pasaría. Solo eramos una pareja de hombres enamorados con un pasado casi similar, sin el cariño y el calor de nuestros padres pero no por eso no podríamos dar amor. Su nombre fue pronunciado por Louis, Halima... que lindo nombre para un angelito así, sonreí apenas después cuando la niña se me aferro más y mi novio lo hizo también, abrazándonos a los dos ¿Sería verdad lo que decía mi cambia formas? Si lo era. Ella se quedaría con nosotros, sería la niña más amada y crecería como una joven de bien... tendría todo lo que nosotros no tuvimos- va ser nuestra princesita, la más amada... -le susurre al oído a mi rubio-castaño.
Si alguna vez piensas que te caerás, piénsalo bien
Pues tu voluntad seguirá en pie.
Y ese mar de lágrimas ya no te arrastrará,
Pues descubrirás lo bello que es vivir sin dolor...
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
¿Alguna vez mamá pensaste en que me separaría de tí?
Si fue así, ¿Qué sentiste? ¿Pensaste que me harías mucho daño?
Cuando lo hiciste, yo sentía que el mundo se perdía sin razón.
Aunque afortunadamente hubo dos personas que me amaron al fin.
Si fue así, ¿Qué sentiste? ¿Pensaste que me harías mucho daño?
Cuando lo hiciste, yo sentía que el mundo se perdía sin razón.
Aunque afortunadamente hubo dos personas que me amaron al fin.
Esos brazos son fríos comparados al calor al que estaba acostumbrada. Uno del que carecerá desde el día de hoy, que no volverá a sentir. Sin embargo, Halima busca un refugio a su tristeza, a ese sinsabor que no puede entender y que probablemente tarde mucho más tiempo por aceptar y superar. Sus bracitos no se despegan de ese ser que, a pesar de que su cuerpo fuera helado, tiene un calor del que sus padres carecieron en el momento que supieron la realidad que los envolvía.
Sus voces, las de ambos, daban calma a un corazón que está lleno de clavos lascerantes que sustituyen a las preguntas que su pequeña mente no puede formular y mucho menos comprender. ¿Por qué? ¿Para qué? Son cicatrices que permanecerán en su ser, en su alma toda su vida y que sus padres jamás podrán borrar. Quizá algún día los encuentre, pero no los reconocerá más, su mente colapsará tarde que temprano y sus rostros serán más que visiones borrosas comparadas a los que hoy la aceptan.
Los ojitos azules les miran a ambos con ansiedad, con aún gruesas lágrimas que no se pueden ir tan fácilmente y suspira. Su dedito es succionado una y otra vez con inquietud, una que embarga todo su ser. El abrazo grupal la hace cerrar los ojos, entre la frialdad y el calor de ambos cuerpos, se forma una comunión que la hace suspirar profundamente. Cerrar los ojos y chupar más su falange. Es cuando un ruido la hace levantar la cabecita dentro de su dolor, un sonido que reconoce y al mismo tiempo, le es prohibido en casa por la alergia de su madre.
En el jardín, no tan lejos de ellos, puede ver una hermosa figura que la hace olvidar de momento de sus padres para abrir sus ojos grandes, enormes, gigantescos. Igual que la boquita que dibuja una "O" preciosa, para mirar a uno de ellos, luego al otro, regresa la mirada a esa figura... un gato... un hermoso gato está explorando el patio. El dedito sale de su boca, para señalar al animal con ansiedad.
- Miya, miya, miyaaa - dice señalando al gatito que maulla, echándose en el pasto para dar una vuelta sobre su lomo para la delicia de la niña que aplaude feliz y ríe iluminando con ello todo el mundo, haciendo a un lado las lágrimas para ser simplemente una pequeña - Mi buta, mi buta muxo seño - dice a Imre, para emocionarse toda cuando el gato se lame la pata aplaudiendo sin papar.
Simplemente una niña... nada más que una pequeña que puede olvidar con rapidez, pero que en un santiamén puede recordar todo de golpe. Eso es Halima. Una preciosidad con vestidos hermosos, cabellos de sol y ojos de cielo, pero también con un dolor a cuestas que puede transformarse en alegría cuando tiene algo que le entusiasma. Sin embargo, ¿Cuánto le durará ese estado de algarabía?
Un regalo del cielo, eso era la niña para ellos, pero Dios aún en su infinita sabiduría no lo daba todo gratis...
Sus voces, las de ambos, daban calma a un corazón que está lleno de clavos lascerantes que sustituyen a las preguntas que su pequeña mente no puede formular y mucho menos comprender. ¿Por qué? ¿Para qué? Son cicatrices que permanecerán en su ser, en su alma toda su vida y que sus padres jamás podrán borrar. Quizá algún día los encuentre, pero no los reconocerá más, su mente colapsará tarde que temprano y sus rostros serán más que visiones borrosas comparadas a los que hoy la aceptan.
Los ojitos azules les miran a ambos con ansiedad, con aún gruesas lágrimas que no se pueden ir tan fácilmente y suspira. Su dedito es succionado una y otra vez con inquietud, una que embarga todo su ser. El abrazo grupal la hace cerrar los ojos, entre la frialdad y el calor de ambos cuerpos, se forma una comunión que la hace suspirar profundamente. Cerrar los ojos y chupar más su falange. Es cuando un ruido la hace levantar la cabecita dentro de su dolor, un sonido que reconoce y al mismo tiempo, le es prohibido en casa por la alergia de su madre.
En el jardín, no tan lejos de ellos, puede ver una hermosa figura que la hace olvidar de momento de sus padres para abrir sus ojos grandes, enormes, gigantescos. Igual que la boquita que dibuja una "O" preciosa, para mirar a uno de ellos, luego al otro, regresa la mirada a esa figura... un gato... un hermoso gato está explorando el patio. El dedito sale de su boca, para señalar al animal con ansiedad.
- Miya, miya, miyaaa - dice señalando al gatito que maulla, echándose en el pasto para dar una vuelta sobre su lomo para la delicia de la niña que aplaude feliz y ríe iluminando con ello todo el mundo, haciendo a un lado las lágrimas para ser simplemente una pequeña - Mi buta, mi buta muxo seño - dice a Imre, para emocionarse toda cuando el gato se lame la pata aplaudiendo sin papar.
Simplemente una niña... nada más que una pequeña que puede olvidar con rapidez, pero que en un santiamén puede recordar todo de golpe. Eso es Halima. Una preciosidad con vestidos hermosos, cabellos de sol y ojos de cielo, pero también con un dolor a cuestas que puede transformarse en alegría cuando tiene algo que le entusiasma. Sin embargo, ¿Cuánto le durará ese estado de algarabía?
Un regalo del cielo, eso era la niña para ellos, pero Dios aún en su infinita sabiduría no lo daba todo gratis...
Los hará trabajar... y mucho
Halima Bouquet-Andrássy- Hechicero Clase Alta
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Aquellos pequeños zafiros lo miran de una manera que Louis no puede soportar, que no puede comprender, por que los casos son distintos. Escapan a su propio entendimiento. No es muy listo, pero no es aquello lo que realmente cuenta en ese momento. Solo aquel que vive en carne propia, podría entenderlo. Pero hay tantas cosas… Quiere ser un mago legendario, tomar las lágrimas y convertirlas en rosas. Miles de sonrisas para esa niña, que en ese momento, se ha robado su corazón. Que le perdone Imre, por que también ha caído encantado por esa pequeña. Sabe que el otro esta igual, lo nota, mientras lo cuerpos se funden en uno solo, y la pequeña parece calmarse, aceptarlos. El aroma de Halima, es dulce, es cariñoso. Sabe que Imre hará su esfuerzo y será más fuerte por ella. Lo sabe, dentro de su pecho, por que el mismo lo siente. El abrazo es roto por la niña, que ya corre fuera, al jardín que aun tiene iluminación. Ese precioso atardecer que con sus baños de miel, arranca preciosos destellos al cabello rubio y lleno de pequeños bucles de… SU HIJA. Louis corre detrás de ella. Ágil, cual felino. Preocupón como padre primerizo. Se olvida de su novio. ¿Qué hay de Imre? ¿Será un padre tan atarantado como el cambiaformas? Se queda justo un par de pasos fuera de la casa, mirando a la niña. ¡Un gato!
Bendito animal que comparte similitudes con el mismo Louis. No sabe si agarrarlo y abrazarlo. Es el que ha devuelto la risa a ese querubín que ahora aplaude. Que olvida la tristeza solo un momento. Nota como el mismo sonrie, de manera amplia, haciendo que las líneas propias de la expresión, se marquen aun más. La niña se dirige al vampiro. “Seño”. Louis no puede evitar soltar una carcajada dejando de mirar a la infante y al felino. Es gracioso, por que jamás había escuchado que alguien le dijera señor al chico. Tenía apariencia de adolescente sin edad fija de verdad. Aunque comprendía, que para Halima, aquel muchacho de pelo bicolor, era un gigante. ¿Eso donde lo dejaba a él?
Camina un par de pasos, despacio, y se coloca de rodillas sobre el césped, atrayendo al gato con el movimiento hipnótico de sus dedos. -¿Te gusta, eh? Es muy lindo el gatito, míralo, ven. ¿Quieres tocarlo? - Pregunta, mientras ya lo sostiene en su regazo, sentado en posición de loto. Mira a Imre y le dice que también el venga.-Anda ven… mira que linda eres. ¿Verdad que ella es una pequeña preciosa, Gyula?-Le habla con su tono mas dulce, el que tenia reservado para… para ella. Ahora lo sabe. La hija de ambos. Por que padre siempre es el que cría, no el que engendra. Y ellos la cuidaran, eso le promete Louis al vampiro con una rápida mirada. Recuerda la promesa, Imre. -Aly, mi amor, tienes hambre? ¿Quieres alimentarlo? Podríamos conservarlo, te gustaría eso?-
Bendito animal que comparte similitudes con el mismo Louis. No sabe si agarrarlo y abrazarlo. Es el que ha devuelto la risa a ese querubín que ahora aplaude. Que olvida la tristeza solo un momento. Nota como el mismo sonrie, de manera amplia, haciendo que las líneas propias de la expresión, se marquen aun más. La niña se dirige al vampiro. “Seño”. Louis no puede evitar soltar una carcajada dejando de mirar a la infante y al felino. Es gracioso, por que jamás había escuchado que alguien le dijera señor al chico. Tenía apariencia de adolescente sin edad fija de verdad. Aunque comprendía, que para Halima, aquel muchacho de pelo bicolor, era un gigante. ¿Eso donde lo dejaba a él?
Camina un par de pasos, despacio, y se coloca de rodillas sobre el césped, atrayendo al gato con el movimiento hipnótico de sus dedos. -¿Te gusta, eh? Es muy lindo el gatito, míralo, ven. ¿Quieres tocarlo? - Pregunta, mientras ya lo sostiene en su regazo, sentado en posición de loto. Mira a Imre y le dice que también el venga.-Anda ven… mira que linda eres. ¿Verdad que ella es una pequeña preciosa, Gyula?-Le habla con su tono mas dulce, el que tenia reservado para… para ella. Ahora lo sabe. La hija de ambos. Por que padre siempre es el que cría, no el que engendra. Y ellos la cuidaran, eso le promete Louis al vampiro con una rápida mirada. Recuerda la promesa, Imre. -Aly, mi amor, tienes hambre? ¿Quieres alimentarlo? Podríamos conservarlo, te gustaría eso?-
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Ver aquellos ojos llenos de lágrimas y tristes me hacían recordar a mi cuando era humano y mis padres demostraban el gran desprecio que tenían hacía mí. Aquello siempre me ponía mal pero ahora ya era cosa del pasado desde que llegue a París las cosas cambiaron totalmente y estaba feliz por conocer a las personas que estaban a mi alrededor, no podía pedir más ya que ahora teníamos esta pequeña que cuidaríamos con mucho amor. Sería la niña más amada la cual nunca tendría que envidiarle algo a los demás niños porque le daríamos todo lo que estuviera a nuestro alcancé.
Sonreí contento ante esos pensamientos, aquel brazo grupal que desprendía una gran calidez para ella y para lo más importante que ella se veía más respuesta, miraba algo afuera de la casa ¿Qué era? Fije mi vista hacía donde su dedito señalaba y se trataba de un gato que estaba jugueteando ahí. Parecía encantarle incluso hasta se separo de nosotros para ir en busca de él, claro no sin antes haber dicho unas palabras que no entendí del todo pero la deje ir ¡Me parecía de lo más adorable! Como me gustaría ir con ella pero el sol aun seguía ahí y me era imposible pero fue Louis quien al final la acompaño, yo me acerque un poco hacia la puerta viéndoles desde aquella distancia, se veían muy bonitos.
Suspire relajado apoyando un poco mi cabeza en esa puerta corrediza y escuche a mi pareja dedicándole una sonrisa después , estaba tan feliz que no se daba cuenta que no podía salir, no aun, pero ante su pregunta asentí efusivamente sin despegarme de mi lugar.
- Tienes razón, demasiado preciosa y tiene una sonrisa encantadora –nos miramos a los ojos, podía leer en ellos aquella promesa y le volví a sonreír para que supiera que la recordaría. Ella era la hija que les había llegado y pondría todo de mi para ser un buen padre.
Sonreí contento ante esos pensamientos, aquel brazo grupal que desprendía una gran calidez para ella y para lo más importante que ella se veía más respuesta, miraba algo afuera de la casa ¿Qué era? Fije mi vista hacía donde su dedito señalaba y se trataba de un gato que estaba jugueteando ahí. Parecía encantarle incluso hasta se separo de nosotros para ir en busca de él, claro no sin antes haber dicho unas palabras que no entendí del todo pero la deje ir ¡Me parecía de lo más adorable! Como me gustaría ir con ella pero el sol aun seguía ahí y me era imposible pero fue Louis quien al final la acompaño, yo me acerque un poco hacia la puerta viéndoles desde aquella distancia, se veían muy bonitos.
Suspire relajado apoyando un poco mi cabeza en esa puerta corrediza y escuche a mi pareja dedicándole una sonrisa después , estaba tan feliz que no se daba cuenta que no podía salir, no aun, pero ante su pregunta asentí efusivamente sin despegarme de mi lugar.
- Tienes razón, demasiado preciosa y tiene una sonrisa encantadora –nos miramos a los ojos, podía leer en ellos aquella promesa y le volví a sonreír para que supiera que la recordaría. Ella era la hija que les había llegado y pondría todo de mi para ser un buen padre.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
No me importan sus razones para abandonarme,
agradezco a mis padres adoptivos por cuidarme,
mimarme, enloquecer con mis caprichos,
concedérmelos, pero sobre todo...
Por amarme como yo a ellos.
agradezco a mis padres adoptivos por cuidarme,
mimarme, enloquecer con mis caprichos,
concedérmelos, pero sobre todo...
Por amarme como yo a ellos.
El gatito se mueve de un lado a otro hipnotizando a Halima que aún no se le acerca mucho y lo mira a diez pasos de distancia sin saber si agarrarlo, mirarlo o qué. Normalmente su madre ya le hubiera alzado la voz suplicando no lo acariciara, pero ese hombre que ahora mismo llega hasta ella no sólo no le dice nada, si no que él mismo lo llama para la delicia de la pequeña que corre hacia él.
El zapatito derecho se atora en un pequeño agujero en el pasto que en alguna ocasión Imre le pidiera a Louis rellenar, pero por no considerarlo urgente, la reparación jamás llegó. La niña tropieza y cae de boca abriendo los ojos sorprendida por semejante golpe, para su fortuna, logró meter las manitas, pero de todas formas mira a su alrededor y antes de que alguien llegue hasta ella, apoya las manitas en el pasto, extendidos los deditos, para ir levantando el trasero primero, las piernitas apoyándose hasta que queda con pies y manos firmes en el piso y lento, lentito, va enderezándose.
- Mi payí y mi yevanté - dice como si fuera algo muy importante para ella y se mira las manitas llenas de tierra como si no comprendiera por qué están así y parpadea, aspira aire una vez y luego otra, para en cuanto Louis llega a revisarla, mirar las ropas del hombre, luego las propias que él sacude quitándole el polvo que las ensució y como cualquier niño inocente, le pasa las manos por la camisa del cambiaformas manchándosela de polvo. Y no sólo una vez, si no dos, tres veces, hasta que vuelve a mirarse las manitas, insatisfecha porque aún tiene algo de polvo, repite el "sacudírselas" contra la ropa del hombre. Las observa y más satisfecha, las golpea una contra la otra, de arriba a abajo como sacudiéndolas - ia tá luebo pebamos al datón mi tumbó y ¿El miau miau? - camina buscándolo, ignorante de Louis que la persigue en pos del animal que con el exabrupto de la caída de la pequeña, ha desaparecido.
Camina hacia donde estaba el animal y parpadea sin comprender, da una vueltecita sobre su eje y mira a Louis como si él supiera dónde estaba el felino, le parpadea de esa forma que sabe encanta a su padre, que lo desarma. Haciéndole "ojitos" abriendo y cerrando fuerte los párpados con una sonrisa coquetuela a pesar de su corta edad. A ver si así el dichoso animal vuelve o el hombre se lo trae. Claro que no utilizaría esa "arma" con su madre, que ella no cae en trucos tan bajos. A pesar de su corta edad, Halima sabe bien con quién sí y con quién no usarlos.
- ¿Y el miau miau? - pregunta aún mirándole con una sonrisa que remarca los hoyuelos de sus mejillas y los dientecitos de leche blancos se asoman robando corazones - queyo miau miau - hace un pucherito esperando que por arte de magia aparezca el animalito. Cuando no lo hace tras unos instantes, hace un ademán aspirando mucho aire dos veces, alargando los labios como si tuviera una boquita de pato, arrugando la superficie entre la nariz y el labio inferior. Parpadea muy vistosamente, acostumbrada pues a conquistar a las personas así e incluso, sin proponérselo, de forma inconsciente, pero en definitiva experta, utiliza su poder de encandilamiento para que esos hombres hagan lo que ella quiere.
El zapatito derecho se atora en un pequeño agujero en el pasto que en alguna ocasión Imre le pidiera a Louis rellenar, pero por no considerarlo urgente, la reparación jamás llegó. La niña tropieza y cae de boca abriendo los ojos sorprendida por semejante golpe, para su fortuna, logró meter las manitas, pero de todas formas mira a su alrededor y antes de que alguien llegue hasta ella, apoya las manitas en el pasto, extendidos los deditos, para ir levantando el trasero primero, las piernitas apoyándose hasta que queda con pies y manos firmes en el piso y lento, lentito, va enderezándose.
- Mi payí y mi yevanté - dice como si fuera algo muy importante para ella y se mira las manitas llenas de tierra como si no comprendiera por qué están así y parpadea, aspira aire una vez y luego otra, para en cuanto Louis llega a revisarla, mirar las ropas del hombre, luego las propias que él sacude quitándole el polvo que las ensució y como cualquier niño inocente, le pasa las manos por la camisa del cambiaformas manchándosela de polvo. Y no sólo una vez, si no dos, tres veces, hasta que vuelve a mirarse las manitas, insatisfecha porque aún tiene algo de polvo, repite el "sacudírselas" contra la ropa del hombre. Las observa y más satisfecha, las golpea una contra la otra, de arriba a abajo como sacudiéndolas - ia tá luebo pebamos al datón mi tumbó y ¿El miau miau? - camina buscándolo, ignorante de Louis que la persigue en pos del animal que con el exabrupto de la caída de la pequeña, ha desaparecido.
Camina hacia donde estaba el animal y parpadea sin comprender, da una vueltecita sobre su eje y mira a Louis como si él supiera dónde estaba el felino, le parpadea de esa forma que sabe encanta a su padre, que lo desarma. Haciéndole "ojitos" abriendo y cerrando fuerte los párpados con una sonrisa coquetuela a pesar de su corta edad. A ver si así el dichoso animal vuelve o el hombre se lo trae. Claro que no utilizaría esa "arma" con su madre, que ella no cae en trucos tan bajos. A pesar de su corta edad, Halima sabe bien con quién sí y con quién no usarlos.
- ¿Y el miau miau? - pregunta aún mirándole con una sonrisa que remarca los hoyuelos de sus mejillas y los dientecitos de leche blancos se asoman robando corazones - queyo miau miau - hace un pucherito esperando que por arte de magia aparezca el animalito. Cuando no lo hace tras unos instantes, hace un ademán aspirando mucho aire dos veces, alargando los labios como si tuviera una boquita de pato, arrugando la superficie entre la nariz y el labio inferior. Parpadea muy vistosamente, acostumbrada pues a conquistar a las personas así e incluso, sin proponérselo, de forma inconsciente, pero en definitiva experta, utiliza su poder de encandilamiento para que esos hombres hagan lo que ella quiere.
Y ahora mismo, quiere a su gato.
Halima Bouquet-Andrássy- Hechicero Clase Alta
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Si, Jérémie era un completo idiota. Había prácticamente instado al vampiro a cometer suicidio. Era así de lento, tonto, distraído. Solo atino a pasar saliva, con algo de dificultad, para después, dedicarle una sonrisa de disculpa, cariñosa, con la pena en sus pupilas. No demasiado, pues, en verdad estaba emocionado. La sangre se agolpaba en sus mejillas con delicadeza, para teñirlas con gracia. Lo miro realmente desbordante de felicidad, a la figura de su niño amado. Se miraba tranquilo, esperaba estuviera bien. Acaba de recordar, que había visto su brazo lastimado. ¿Seria grave? No parecía… Desvió entonces, la mirada a la pequeña. Si, esa sonrisa te hacia sentir el corazón bullir de una felicidad tan simple, como pura. Y era para ellos, una joya invaluable.
Entonces, la pequeña, cae. Parece verlo a través de un velo, a una velocidad sumamente pasmosa. Sus piernas, sus brazos. Ninguna parte de su cuerpo es capaz de reaccionar, mientras es testigo, de la caída de aquel pequeño cuerpo. Su mano derecha se crispa un tanto, y la lleva su rostro, preocupado. Y sabe que es parte de su culpa, puede ver la zona donde la niña ha caído. Esta seguro, que de girar la vista atrás, quizás Imre le mire con ligero reproche, algo así como: “te lo dije”. Se siente culpable. No ha lanzado un gritito histérico… ¿o si? Que pena… Pero así es el. Lleva tanto tiempo deseando, esperando por una princesita como ella. ¿Es natural verdad, que quiera cuidar cada paso, y no perderse ni una sola lagrima ni risa, de ahora en adelante? Espera no ser un padre opresor… Seria fracasar por completo. Aunque, no sabe ni como le hará, jamás tuvo un ejemplo. Y bueno, los de Imre, tampoco podían contar. Así que era un experimento constante.
Aliviado, observa como la pequeña se levanta. Afortunadamente, no ha llorado. Eso quiere decir, que no se hizo mucho daño. No le preocupa sangre cerca del vampiro peliplata. Se controla bastante bien, lo sabe. Si al caso, solo ha bebido de él, por que el mismo cambiaformas se lo ha pedido. Sus piernas se han movido en una reacción prácticamente inconsciente, hasta lograr alcanzar la altura de su pequeña. Y con casi horror, mira como limpia sus manitas en su inmaculada camisa blanca. Louis adora estar impecable, casi se le ha vuelto manía, desde hace tiempo. No dice nada, ni hace el amago por detener sus acciones, solo la mira, sin habla. No puede enfadarse con ella. Por lo que parece, ese gesto revela que tienen algo en común… o tal es su pensamiento en ese momento. Pregunta por el felino, pero no lo ve, aguza la mirada, e incluso el olfato, pero el animal, a huido a saber a donde.
Esta por decirle que lo mas seguro es que el gato no regrese, cuando esos ojitos azules, se clavan en su mirada. Y no puede hacer nada, lleva una mano a su nuca, despeinando esa zona, queda bobo, si, la niña es tan adorable, que darle una negativa, le parece un acto de lo mas cruel, impensable. Es bonita y brilla de una manera tan angelical… la forma en que sus labios crean esa sonrisa… Es un acto casi divino. Y el querubín de dorados rizos, pregunta de nuevo, por el dichoso minino. Louis balbucea algo que ni el mismo comprende, mientras avanza un paso y se coloca de rodillas, quedando al tamaño de la pequeña. No… -No… Aly…. Mi amor, no llores, papa te traerá tu gatito, no llores mi amor… - Le asegura, pues ha sentido como su corazón se estruja. No quiere verla llorar nunca. Mira el cielo, la luz empieza a escasear, no mucho, de adentro proviene algo de luz, que iluminara esa zona mas tarde. -Imre, busca al gatito, vamos, ayúdame, no te quedes allí, ven, quédate con Aly - Le dice, con una mirada que apura. Ira a buscarlo… Ya se pone de pie y avanza a grandes pasos bosque adentro. Y si no lo encuentra…? bueno, un padre hace de todo por sus hijos, no es cierto?. Y el tiene un disfraz bastante bueno.
Entonces, la pequeña, cae. Parece verlo a través de un velo, a una velocidad sumamente pasmosa. Sus piernas, sus brazos. Ninguna parte de su cuerpo es capaz de reaccionar, mientras es testigo, de la caída de aquel pequeño cuerpo. Su mano derecha se crispa un tanto, y la lleva su rostro, preocupado. Y sabe que es parte de su culpa, puede ver la zona donde la niña ha caído. Esta seguro, que de girar la vista atrás, quizás Imre le mire con ligero reproche, algo así como: “te lo dije”. Se siente culpable. No ha lanzado un gritito histérico… ¿o si? Que pena… Pero así es el. Lleva tanto tiempo deseando, esperando por una princesita como ella. ¿Es natural verdad, que quiera cuidar cada paso, y no perderse ni una sola lagrima ni risa, de ahora en adelante? Espera no ser un padre opresor… Seria fracasar por completo. Aunque, no sabe ni como le hará, jamás tuvo un ejemplo. Y bueno, los de Imre, tampoco podían contar. Así que era un experimento constante.
Aliviado, observa como la pequeña se levanta. Afortunadamente, no ha llorado. Eso quiere decir, que no se hizo mucho daño. No le preocupa sangre cerca del vampiro peliplata. Se controla bastante bien, lo sabe. Si al caso, solo ha bebido de él, por que el mismo cambiaformas se lo ha pedido. Sus piernas se han movido en una reacción prácticamente inconsciente, hasta lograr alcanzar la altura de su pequeña. Y con casi horror, mira como limpia sus manitas en su inmaculada camisa blanca. Louis adora estar impecable, casi se le ha vuelto manía, desde hace tiempo. No dice nada, ni hace el amago por detener sus acciones, solo la mira, sin habla. No puede enfadarse con ella. Por lo que parece, ese gesto revela que tienen algo en común… o tal es su pensamiento en ese momento. Pregunta por el felino, pero no lo ve, aguza la mirada, e incluso el olfato, pero el animal, a huido a saber a donde.
Esta por decirle que lo mas seguro es que el gato no regrese, cuando esos ojitos azules, se clavan en su mirada. Y no puede hacer nada, lleva una mano a su nuca, despeinando esa zona, queda bobo, si, la niña es tan adorable, que darle una negativa, le parece un acto de lo mas cruel, impensable. Es bonita y brilla de una manera tan angelical… la forma en que sus labios crean esa sonrisa… Es un acto casi divino. Y el querubín de dorados rizos, pregunta de nuevo, por el dichoso minino. Louis balbucea algo que ni el mismo comprende, mientras avanza un paso y se coloca de rodillas, quedando al tamaño de la pequeña. No… -No… Aly…. Mi amor, no llores, papa te traerá tu gatito, no llores mi amor… - Le asegura, pues ha sentido como su corazón se estruja. No quiere verla llorar nunca. Mira el cielo, la luz empieza a escasear, no mucho, de adentro proviene algo de luz, que iluminara esa zona mas tarde. -Imre, busca al gatito, vamos, ayúdame, no te quedes allí, ven, quédate con Aly - Le dice, con una mirada que apura. Ira a buscarlo… Ya se pone de pie y avanza a grandes pasos bosque adentro. Y si no lo encuentra…? bueno, un padre hace de todo por sus hijos, no es cierto?. Y el tiene un disfraz bastante bueno.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Mire con cierta curiosidad la sonrisa que me dedicaba junto con esa mirada. No tenía que sentir pena de nada ya que sólo estaba emocionado y no sabía mucho lo que hacia. Tampoco es que haya un gran sol pero aun así me hacia algo de daño pero no iba a echarle la culpa por eso, que siguiera disfrutando de la niña mientras yo me encontraba ahí dentro observándolos con una sonrisa en los labios.
La niña estaba muy contenta con el gato que no vio por donde corría que al final termino cayendo al suelo, pensé que se pondría a llorar como cualquier niño de su edad pero no fue así. Como si de un gran logro se tratara se reincorporo y lo dijo contenta, suspire aliviado viendo como Louis se acercaba hasta ella pero entreabrí los labios al ver a la niña limpiar sus manos en la camisa de mi pareja.
Cubrí mi boca con una de mis manos sabiendo a la perfección como era el cambiante respecto a su imagen. No le gustaba andar sucio, siempre tenía que ir pulcro pero bueno no podía hacer nada, así iba ser a partir de ahora porque los niños son inquietos y juguetones, es algo natural en ellos. Vi como Louis se rascaba la cabeza como mero reflejo ¿Qué podía estar diciéndole la niña? Entrecerré los ojos a la vez que hacia más sensible mi oído para entender un poco que pasaba y escuche la voz de la niña preguntándole por el gato. Mire a mi alrededor para ver si estaba por ahí cerca o escondido pero nada.
Oh, oh... esto si sería un problema, Halima quería al gato y estaba seguro que no estaría tranquila hasta que se lo trajera. Louis se volteo a mirarme y me dijo que fuera a buscar a ese animalito así que me levante del piso y fui hasta donde estaban ellos sin importar la luz que aun quedaba del sol y después escuche que me decía ahora que yo me quedara con ella, no le entendía del todo.
- ¿Voy o me quedo? -le pregunte mordiendo ligeramente mi labio inferior al sentir un pequeño escozor, si iba por el gato por lo menos si me adentraba más al bosque no sentiría esos débiles rayos de sol aunque si me quedaba con ella nos adentraríamos a la casa en esperar del cambiante.
La niña estaba muy contenta con el gato que no vio por donde corría que al final termino cayendo al suelo, pensé que se pondría a llorar como cualquier niño de su edad pero no fue así. Como si de un gran logro se tratara se reincorporo y lo dijo contenta, suspire aliviado viendo como Louis se acercaba hasta ella pero entreabrí los labios al ver a la niña limpiar sus manos en la camisa de mi pareja.
Cubrí mi boca con una de mis manos sabiendo a la perfección como era el cambiante respecto a su imagen. No le gustaba andar sucio, siempre tenía que ir pulcro pero bueno no podía hacer nada, así iba ser a partir de ahora porque los niños son inquietos y juguetones, es algo natural en ellos. Vi como Louis se rascaba la cabeza como mero reflejo ¿Qué podía estar diciéndole la niña? Entrecerré los ojos a la vez que hacia más sensible mi oído para entender un poco que pasaba y escuche la voz de la niña preguntándole por el gato. Mire a mi alrededor para ver si estaba por ahí cerca o escondido pero nada.
Oh, oh... esto si sería un problema, Halima quería al gato y estaba seguro que no estaría tranquila hasta que se lo trajera. Louis se volteo a mirarme y me dijo que fuera a buscar a ese animalito así que me levante del piso y fui hasta donde estaban ellos sin importar la luz que aun quedaba del sol y después escuche que me decía ahora que yo me quedara con ella, no le entendía del todo.
- ¿Voy o me quedo? -le pregunte mordiendo ligeramente mi labio inferior al sentir un pequeño escozor, si iba por el gato por lo menos si me adentraba más al bosque no sentiría esos débiles rayos de sol aunque si me quedaba con ella nos adentraríamos a la casa en esperar del cambiante.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Dame tus sonrisas
es lo único que necesito.
Dame tu mano
es lo único que me consuela.
es lo único que necesito.
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es lo único que me consuela.
Teniendo a alguien buscando al gato, Halima sonríe aplaudiendo porque le concederán su capricho. Ese hombre alto de cabellos rubios le hace muy feliz porque la procura y eso a la niña le encanta. Siempre alguien a su lado, ya sea mamá o papá. Aunque no entiende del todo sus palabras sí que sabe cuando alguien va a darle lo que quiere. Sonríe feliz mientras que los rayos del sol van ocultándose lento y el otro hombre se acerca a ella. De inmediato Halima toma su mano y la aprieta para lanzar un gritito de diversión.
- Mio bato, seño taedá mio bato - da saltitos de entusiasmo observando al otro caballero que le sonríe al tiempo que su vista vaga hasta donde el primero. ¿Quiénes son? No lo sabe, ¿Acaso importa? La verdad no. Porque se siente tan a gusto con ellos como cuando está en el agua y puede juguetear con ella. Tiene una satisfacción rara, pero al mismo tiempo obedece en silencio cuando el peliplateado le lleva dentro de la casa y le pide que esperen ahí. La pequeña mira a su alrededor, todos los muebles son mucho más finos que los de su casa por lo que le causan extrañeza y curiosidad.
Sobre todo, esa cosa frente al sillón. Algo que se parece a lo que su papá todas las noches encendía cuando todo se llenaba de esa cosa blanca afuera, los árboles, el piso, el techo incluso. ¿Cómo se llamaba? No recuerda, pero sus pasitos van hacia allá lentito, hasta llegar a una distancia que siente el calorcito emanado de los carbones encendidos con un fuego que le llama la atención y relaja. Es tan familiar... Sus ojitos vagan por todos lados, pero no reconoce nada que sea idéntico a su hogar.
Sólo el fuego... y como puede, se sienta frente a él, recargando la espaldita en el sillón en total silencio. Sus manitas quedan sobre su vestidito tan mono, muy prolijo, pero no por ello falto de amor en cada detalle que su madre fue confeccionando hasta crear una belleza como la pequeña que lo usa. Halima se queda en silencio mirando hacia el frente, esperando que en cualquier momento su madre o su padre aparezcan por la puerta para llevársela a casa. Incluso alza la cabecita para otear ansiosa, curiosa. No, ninguno de ambos están ahí de pie. La niña regresa la mirada al fuego interrogante. Entorna los ojitos y sus cejas se juntan porque no entiende. No comprende. Luego mira al hombre a su lado, el joven que la llevó dentro.
- ¿Eche...? ¿Mi da eche, pofa? - no sabe por qué, pero sabe que con él no podrá manipularlo como con el otro joven rubio. Aunque éste es más pequeño, más joven, algo le dice a Halima que debe andarse con cuidado. Así que a pesar de las reservas que tiene hacia él, se anima a hablarle. Coloca las manitas sobre el regazo y mira su falda amplia, los vuelos de ésta, sus zapatitos. Parpadea y su cabeza gira hacia el joven que empieza a levantarse - ¿Mi vo a queda pon ustedes? ¿Pu qué? - alcanza a comprender un tanto su realidad, pero curiosa como todo niño, pregunta - ¿Quénes son? - esa es la pregunta más importante de todas para la pequeña.
Sus ojos vuelven a posarse por los elegantes sillones, los cuadros de artistas que no conoció, por los adornos que le llaman la atención por la brillantez de sus rasgos, tantas cosas bonitas y al mismo tiempo tan... insignificantes porque no le ayudan en nada a sentirse a gusto, su atención está basada en otros menesteres más etéreos y menos materiales. Chasquea la lengua, mira al hombre sabiendo en su interior que él tiene mejores respuestas que el rubio. Aunque por otro lado, se siente más afín al cambiaformas. No lo sabe ahora, pero Imre siempre será aquél que suplante la figura de su madre.
- Mio bato, seño taedá mio bato - da saltitos de entusiasmo observando al otro caballero que le sonríe al tiempo que su vista vaga hasta donde el primero. ¿Quiénes son? No lo sabe, ¿Acaso importa? La verdad no. Porque se siente tan a gusto con ellos como cuando está en el agua y puede juguetear con ella. Tiene una satisfacción rara, pero al mismo tiempo obedece en silencio cuando el peliplateado le lleva dentro de la casa y le pide que esperen ahí. La pequeña mira a su alrededor, todos los muebles son mucho más finos que los de su casa por lo que le causan extrañeza y curiosidad.
Sobre todo, esa cosa frente al sillón. Algo que se parece a lo que su papá todas las noches encendía cuando todo se llenaba de esa cosa blanca afuera, los árboles, el piso, el techo incluso. ¿Cómo se llamaba? No recuerda, pero sus pasitos van hacia allá lentito, hasta llegar a una distancia que siente el calorcito emanado de los carbones encendidos con un fuego que le llama la atención y relaja. Es tan familiar... Sus ojitos vagan por todos lados, pero no reconoce nada que sea idéntico a su hogar.
Sólo el fuego... y como puede, se sienta frente a él, recargando la espaldita en el sillón en total silencio. Sus manitas quedan sobre su vestidito tan mono, muy prolijo, pero no por ello falto de amor en cada detalle que su madre fue confeccionando hasta crear una belleza como la pequeña que lo usa. Halima se queda en silencio mirando hacia el frente, esperando que en cualquier momento su madre o su padre aparezcan por la puerta para llevársela a casa. Incluso alza la cabecita para otear ansiosa, curiosa. No, ninguno de ambos están ahí de pie. La niña regresa la mirada al fuego interrogante. Entorna los ojitos y sus cejas se juntan porque no entiende. No comprende. Luego mira al hombre a su lado, el joven que la llevó dentro.
- ¿Eche...? ¿Mi da eche, pofa? - no sabe por qué, pero sabe que con él no podrá manipularlo como con el otro joven rubio. Aunque éste es más pequeño, más joven, algo le dice a Halima que debe andarse con cuidado. Así que a pesar de las reservas que tiene hacia él, se anima a hablarle. Coloca las manitas sobre el regazo y mira su falda amplia, los vuelos de ésta, sus zapatitos. Parpadea y su cabeza gira hacia el joven que empieza a levantarse - ¿Mi vo a queda pon ustedes? ¿Pu qué? - alcanza a comprender un tanto su realidad, pero curiosa como todo niño, pregunta - ¿Quénes son? - esa es la pregunta más importante de todas para la pequeña.
Sus ojos vuelven a posarse por los elegantes sillones, los cuadros de artistas que no conoció, por los adornos que le llaman la atención por la brillantez de sus rasgos, tantas cosas bonitas y al mismo tiempo tan... insignificantes porque no le ayudan en nada a sentirse a gusto, su atención está basada en otros menesteres más etéreos y menos materiales. Chasquea la lengua, mira al hombre sabiendo en su interior que él tiene mejores respuestas que el rubio. Aunque por otro lado, se siente más afín al cambiaformas. No lo sabe ahora, pero Imre siempre será aquél que suplante la figura de su madre.
El que lleve siempre el control sobre la pequeña Halima...
Halima Bouquet-Andrássy- Hechicero Clase Alta
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Andaba más distraído de lo normal. No capto el por que de la pregunta del vampiro, hasta que se detuvo a analizarlo un par de segundos. Después comenzó a reírse, y no dijo nada, solo se limito a ir en busca del gato. Que el otro cuidara de Halima, si, era mas seguro, meterla dentro de casa, así, no correría detrás del cambiaformas, con el peligro de perderse, cosa poco posible, por que ambos tenían un buen olfato. Pero si podría caerse en lo accidentado del camino y hacerse daño.
Comenzó a buscar al animalito. Nada. Las ramas comenzaban a tapar la imagen de la casa, y los rayos del sol, así como la iluminación, tenue, la luz escaseaba y su vista humana se vería limitada. Tal vez debió dejar que Imre fuera, por que tenía mas habilidades que él, y de los dos, era el que mas pensaba en momentos de crisis. Louis solía decir estupideces en el momento menos adecuado. Imre sabia cuando callar, y hablar con precisión de sus sentimientos.
Se detuvo, cuando no estuvo mas cerca de la casa y el camino se hacia poco uniforme. El aroma del gatito, estaba cerca, Se sentó al suelo quitando su ropa y las botas, acto seguido, dejo que su cuerpo mutara. El cambio de alturas y formas, colores, sonidos y olores, se hizo notorio. Se estiro, cual minino perezoso. No quería perderse ese primer día con Halima, como humano, mejor buscarle el gatito aquel, así que lo siguió. Lo correteo por largo rato. El otro sabia que el no era un gato autentico, y supuso una dificultad acercarse. Un par de arañazos y mordidas en las orejas, mientras abandonaba hecho un ovillo, con el gato entre los brazos, la forma animal, para ser de nuevo, un hombre. Le dio frío al momento, como no, allí en medio de un bosque que se oscurecía, donde no llegaban mas los rayos del sol. Se levanto con cuidado, sin dejar escapar al otro minino que se debatía en sus brazos, hasta que Louis comenzó a acariciarle con cariño la cabeza y el lomo. Busco su ropa, y lo envolvió en su camisa, para que no huyera. Se coloco lo demás, antes de coger la camisa y desenvolverlo.
Como pudo, la coloco encima de su torso. Después, corto la distancia que le quedaba a al casa. Seguro que estaba hecho un lío, lleno de barro, en la punta de la nariz y botas, con pequeños rasguños superficiales que sanarían en un par de horas, en las mejillas, brazos y cuello. El cabello mas revuelto de lo normal, suspiro. No quedaba mas, desde que la niña pasó a ser suya, se había acabado el tener todo pulcramente acomodado e intacto. Lo sabia, y nada le hacia mas feliz, que ello. Alzo al gatito de frente a su rostro, mirándolo con seriedad. - Mas te vale no escapar de nuevo, amiguito, sabes que iré detrás de ti. Ella es buena niña, no te faltara nada… ¿Te quedaras? - el asiático no recibió respuesta del gato, bueno, solo unas orejas atentas y un maullido. Se quedo lo necesario en la puerta de entrada, para quitar las botas llenas de barro y no manchar el interior. Oía las voces ahogadas de sus dos amores. -que le dira? Ven amiguito, vayamos con ellos.Tomo al gato y se acerco hasta donde estaban, pero no entro en la estancia. Se limito a quedarse observando, desde el marco de la puerta sin hacer ruido. El hogar encendido, llenaba esa habitación de un calorcito agradable, que parecia gustarle a su hija
Comenzó a buscar al animalito. Nada. Las ramas comenzaban a tapar la imagen de la casa, y los rayos del sol, así como la iluminación, tenue, la luz escaseaba y su vista humana se vería limitada. Tal vez debió dejar que Imre fuera, por que tenía mas habilidades que él, y de los dos, era el que mas pensaba en momentos de crisis. Louis solía decir estupideces en el momento menos adecuado. Imre sabia cuando callar, y hablar con precisión de sus sentimientos.
Se detuvo, cuando no estuvo mas cerca de la casa y el camino se hacia poco uniforme. El aroma del gatito, estaba cerca, Se sentó al suelo quitando su ropa y las botas, acto seguido, dejo que su cuerpo mutara. El cambio de alturas y formas, colores, sonidos y olores, se hizo notorio. Se estiro, cual minino perezoso. No quería perderse ese primer día con Halima, como humano, mejor buscarle el gatito aquel, así que lo siguió. Lo correteo por largo rato. El otro sabia que el no era un gato autentico, y supuso una dificultad acercarse. Un par de arañazos y mordidas en las orejas, mientras abandonaba hecho un ovillo, con el gato entre los brazos, la forma animal, para ser de nuevo, un hombre. Le dio frío al momento, como no, allí en medio de un bosque que se oscurecía, donde no llegaban mas los rayos del sol. Se levanto con cuidado, sin dejar escapar al otro minino que se debatía en sus brazos, hasta que Louis comenzó a acariciarle con cariño la cabeza y el lomo. Busco su ropa, y lo envolvió en su camisa, para que no huyera. Se coloco lo demás, antes de coger la camisa y desenvolverlo.
Como pudo, la coloco encima de su torso. Después, corto la distancia que le quedaba a al casa. Seguro que estaba hecho un lío, lleno de barro, en la punta de la nariz y botas, con pequeños rasguños superficiales que sanarían en un par de horas, en las mejillas, brazos y cuello. El cabello mas revuelto de lo normal, suspiro. No quedaba mas, desde que la niña pasó a ser suya, se había acabado el tener todo pulcramente acomodado e intacto. Lo sabia, y nada le hacia mas feliz, que ello. Alzo al gatito de frente a su rostro, mirándolo con seriedad. - Mas te vale no escapar de nuevo, amiguito, sabes que iré detrás de ti. Ella es buena niña, no te faltara nada… ¿Te quedaras? - el asiático no recibió respuesta del gato, bueno, solo unas orejas atentas y un maullido. Se quedo lo necesario en la puerta de entrada, para quitar las botas llenas de barro y no manchar el interior. Oía las voces ahogadas de sus dos amores. -que le dira? Ven amiguito, vayamos con ellos.Tomo al gato y se acerco hasta donde estaban, pero no entro en la estancia. Se limito a quedarse observando, desde el marco de la puerta sin hacer ruido. El hogar encendido, llenaba esa habitación de un calorcito agradable, que parecia gustarle a su hija
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Nada salió de los labios ajenos así que solo le vi partir en buscar de aquel animalito, observe a la pequeña la cual tome en brazos de inmediato adentrándola a la casa. Nos recibió de manera acogedora el salón donde se observaban las llamas en aquella chimenea que nos provenía de calor el cual no sentía mucho dada a mi condición aunque si me acercaba a esta si lo que sentía y de manera dolorosa. La niña se instaló cerca de la chimenea observando bailar las llamas de esta de manera hipnótica, yo solo me dedicaba a verla ella preguntándome quienes fueron capaces de dejar así abandonada en afueras de nuestra casa, me sentía algo mal por ella pero si la pequeña se quedaba con nosotros, le daríamos todo el amor que nos fuera posible.
De repente su voz se hizo escuchar, la mire con cierta curiosidad intentando descifrar que era lo que me había dicho y cuando lo hice le pregunte de todas que era lo que quería, no me apetecía hacer las cosas mal y menos con ella aunque por lo que me daba cuenta iba a tener que ser yo quien diera un poco de mano dura para no crear una niña demasiado consentida.
- ¿Quieres leche? ¿Es eso? Creo que aún queda iré a revisar ¿Me quieres acompañar? –iba a levantarme pero de nuevo sus ojos me escrutaron, haciéndome las preguntas que no sabía muy bien cómo responder ¿Qué podía decirle? Mordí mi labio inferior y suspire para sonreírle después- bueno tienes que quedarte con nosotros porque… tus padres han tenido unos pequeños problemas y-y bueno no te podían dejar sola en casa, así que mejor te traían aquí. Tal vez no sea una casa tan grande pero es linda y agradable ¿No te parece? Ven vamos a ver si hay leche.
Me levante y le extendí mis manos para que ella las tomara y así poder cargarla. No sabía si estaba bien con mentirle de esa forma aunque bueno tampoco sabía las razones de los padres por abandonarla tal vez en verdad tuvieron problemas y el primer lugar que vieron cerca era esta casa en el bosque aunque tenía entendido que habían más alrededor, pero debieron de ver algo en especial en esta que ahora ella se encontraba acá con nosotros y bueno ciertamente eso ya no importaba, teníamos a la niña más linda en nuestro cuidado y la íbamos a querer mucho.
De repente su voz se hizo escuchar, la mire con cierta curiosidad intentando descifrar que era lo que me había dicho y cuando lo hice le pregunte de todas que era lo que quería, no me apetecía hacer las cosas mal y menos con ella aunque por lo que me daba cuenta iba a tener que ser yo quien diera un poco de mano dura para no crear una niña demasiado consentida.
- ¿Quieres leche? ¿Es eso? Creo que aún queda iré a revisar ¿Me quieres acompañar? –iba a levantarme pero de nuevo sus ojos me escrutaron, haciéndome las preguntas que no sabía muy bien cómo responder ¿Qué podía decirle? Mordí mi labio inferior y suspire para sonreírle después- bueno tienes que quedarte con nosotros porque… tus padres han tenido unos pequeños problemas y-y bueno no te podían dejar sola en casa, así que mejor te traían aquí. Tal vez no sea una casa tan grande pero es linda y agradable ¿No te parece? Ven vamos a ver si hay leche.
Me levante y le extendí mis manos para que ella las tomara y así poder cargarla. No sabía si estaba bien con mentirle de esa forma aunque bueno tampoco sabía las razones de los padres por abandonarla tal vez en verdad tuvieron problemas y el primer lugar que vieron cerca era esta casa en el bosque aunque tenía entendido que habían más alrededor, pero debieron de ver algo en especial en esta que ahora ella se encontraba acá con nosotros y bueno ciertamente eso ya no importaba, teníamos a la niña más linda en nuestro cuidado y la íbamos a querer mucho.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Tu mano me transmite la confianza
de que mañana, seguiré estando bien a tu lado.
de que mañana, seguiré estando bien a tu lado.
Parpadea al escuchar la voz del hombre y muchas de sus palabras son entendibles, pero no comprensibles. Sus papis no están, se han ido ¿Como cuando mami iba al mercado y la dejaba luego solita pidiéndole que se mantuviera en la cama recostada mientras jugaba con su muñeca? De pronto mira sus manos y luego, se pone en pie buscando con la mirada, pero no se ve por ningún lado a su muñeca Mía. ¿Dónde estaría? ¿También la había abandonado? Aunque ella no puede conocer que sus padres se empeñaron en arreglarlo todo para que pareciera que Halima pertenecía a otra clase social por completo diferente a la clase baja que ellos son, que por eso sus juguetes, tan sencillos, quedaron todos en casa, incluyendo a su muñeca de trapo.
La aman a pesar de todo, por eso la dejaron en la mansión más bella de todas, con personas amables y educadas. Que Halima sea una bruja no significa que los sentimientos se pierdan, por lo que rogaban que entre clase alta su magia fuera ocultada con habilidad o de perdida, aceptada entre las ideologías más avanzadas de París. La niña forma con sus cejas una delgada línea y voltea a ver a Imre quien le extiende los brazos. Por inercia, va a por ellos y permite que la cargue, acomodando su cabecita en el hueco que forman el hombro y el cuello del vampiro. Huele a ese aroma propio de bebés que es inconfundible, pero al mismo tiempo es imposible describir, ese calorcito tan dulce y adorable, esas sensaciones que mueven el corazón y causan revoltijos en el estómago.
Las manitas tan suaves, rodean el cuello de Imre y se pega mucho a él, para ocultar la carita en la piel fría del vampiro sin decir nada. Sólo manteniéndose ahí. El abrazo se estrecha con fuerza y Halima siente su cuerpecito temblar mientras una lágrima silenciosa baja por su mejilla. Mira el cabello plateado y unos deditos lo toman entre las yemas para saber que es real, tanto como su propia sensación y sonríe. Ríe porque lo siente tan suave, tan sedoso y acerca la carita para olerlo, esa fragancia que de ahora en adelante reconocerá por el resto de su vida. Y lo abraza con más fuerza para no dejarlo escapar, con muchos sentimientos encontrados que no puede expresar porque no hay palabras que ella conozca y jamás las habrán. Sólo está Imre, sólo el vampiro que la encontró. La primera imagen de sus ojos y de su expresión bonachona.
Más lágrimas siguen a sus compañeras, ella aspira ruidosamente con la nariz, pero se oculta del mundo en ese hueco gélido, pero a fin de cuentas es su refugio. Uno que, entiende, tendrá de ahora en adelante cuando las cosas salgan mal. Que estará ahí para ella, porque él jamás huirá. O al menos a esa idea quiere, ahora mismo, aferrarse. Que no tendrá más pérdidas, que éste será su futuro y se solidificará por el resto de su vida. Huele otra vez muy profundo, mucho, demasiado hasta que sus pulmoncitos no pueden más y toda esa esencia la recorre entera y suelta lentecito abriendo los ojitos al mundo real.
- Thi... me quedadé pon utedes... quedo quedadme, ia no quedo id a oto lado... po favo... nu me ieben a otro lado... thi, mi buta su casa... pelo más... utedes... utedes me bustan muxo...
La aman a pesar de todo, por eso la dejaron en la mansión más bella de todas, con personas amables y educadas. Que Halima sea una bruja no significa que los sentimientos se pierdan, por lo que rogaban que entre clase alta su magia fuera ocultada con habilidad o de perdida, aceptada entre las ideologías más avanzadas de París. La niña forma con sus cejas una delgada línea y voltea a ver a Imre quien le extiende los brazos. Por inercia, va a por ellos y permite que la cargue, acomodando su cabecita en el hueco que forman el hombro y el cuello del vampiro. Huele a ese aroma propio de bebés que es inconfundible, pero al mismo tiempo es imposible describir, ese calorcito tan dulce y adorable, esas sensaciones que mueven el corazón y causan revoltijos en el estómago.
Las manitas tan suaves, rodean el cuello de Imre y se pega mucho a él, para ocultar la carita en la piel fría del vampiro sin decir nada. Sólo manteniéndose ahí. El abrazo se estrecha con fuerza y Halima siente su cuerpecito temblar mientras una lágrima silenciosa baja por su mejilla. Mira el cabello plateado y unos deditos lo toman entre las yemas para saber que es real, tanto como su propia sensación y sonríe. Ríe porque lo siente tan suave, tan sedoso y acerca la carita para olerlo, esa fragancia que de ahora en adelante reconocerá por el resto de su vida. Y lo abraza con más fuerza para no dejarlo escapar, con muchos sentimientos encontrados que no puede expresar porque no hay palabras que ella conozca y jamás las habrán. Sólo está Imre, sólo el vampiro que la encontró. La primera imagen de sus ojos y de su expresión bonachona.
Más lágrimas siguen a sus compañeras, ella aspira ruidosamente con la nariz, pero se oculta del mundo en ese hueco gélido, pero a fin de cuentas es su refugio. Uno que, entiende, tendrá de ahora en adelante cuando las cosas salgan mal. Que estará ahí para ella, porque él jamás huirá. O al menos a esa idea quiere, ahora mismo, aferrarse. Que no tendrá más pérdidas, que éste será su futuro y se solidificará por el resto de su vida. Huele otra vez muy profundo, mucho, demasiado hasta que sus pulmoncitos no pueden más y toda esa esencia la recorre entera y suelta lentecito abriendo los ojitos al mundo real.
- Thi... me quedadé pon utedes... quedo quedadme, ia no quedo id a oto lado... po favo... nu me ieben a otro lado... thi, mi buta su casa... pelo más... utedes... utedes me bustan muxo...
Halima Bouquet-Andrássy- Hechicero Clase Alta
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Sostenía el cuerpecillo flacucho del minino, entre sus brazos, ya no se removía, pareciendo acepar e ese modo, las palabras que le dijera antes de entrar a casa. Eso, o tal vez era el hecho que el cambiaformas acariciaba su cabecita suavemente, como el bien sabia que era confortable y realmente, les daba gusto a ellos los mininos. La cosa estaba, en mantenerlo calmado. Bien era de conocimiento popular, que los animales siempre perciben cosas que los humanos comunes no perciben de primera, y seguro que Imre, mas que el, le causaría algún tipo de desconfianza, que le haria erizar su pelaje, al percibir que aquel muchachito, era un ser nocturno. Pero, parecía ya calmado. Además, Halima… bueno, por algo estaba con ellos. Lo que la alejara de sus padres, la puso en su camino.
Leche. Imre ya decia “Creo que aún queda”. Se sintió ligeramente culpable de tomar en cantidades poco usuales. Alli, el único que comía, claro esta, era el. Algunas veces, claro que Imre probaba, en especial si era algún postre. La sola idea de este, le hizo sonrojarse. Aquella noche, fue cuando le propuso ser padre a su lado. El solo pensamiento, de tener a alguien acompañándolo en el desayuno, era reconfortante. Ver a su pequeño vampiro tan atento con la pequeña, le hizo darse cuenta, que, efectivamente, como el siempre confío, Imre podía verse demasiado joven, pero, sin duda que era lo bastante maduro, como para aventurarse en aquella travesía con el, que a todo, tal vez era mas torpe e impulsivo.
Mira desde aquel espacio, como la niña observa atenta, el cabello del vampiro. Ese que posesivamente, marca como suyo, pero que no le queda mas que compartir con ella. Y no le pesa, claro que no. Se siente ajeno a ese momento, que es solo de ellos. Y podria verlos por el resto de la eternidad, alli, tranquilos, al calor de las llamas de aquel fuego que siempre esta encendido. Decide dar media vuelta e ir el por la leche. Escucho las preguntas y percibió el llanto de la niña. Dejaria que Imre se encargara de ello por el momento, no queria que la pequeña se asustara o algo asi. Eso seria empezar con mal paso. Avanzo a la cocina sigiloso, como un antiguo guerrero espia, hasta la cocina. Coloco un poco de leche sobre un cazo, y este, sobre las llamas. Espero, mientras el gatito olisqueaba. Pasados unos minutos, retiro el cazo del fuego, y sirvió aquel liquido blanco, tibio, dentro de una tacita. También vertió un poco sobre un cuenco. Y bajo al gato para que comiera, de cuclillas, siguio acariciando su lomo, hasta que el gatito, ávido de alimento, dejo pronto vacio aquel cuenco. Le tomo y sujeto, con un brazo, pues en el otro, llevaba la tacita con leche para Halima.
Las palabras de la pequeña, causaron un efecto en el. Noto algo removerse. ¿en serio le gustaban ellos a ella? Entro entonces, de una vez, a la estancia. Con tono bonachón, carraspeando antes, para llamar su atención. -¿Cómo vamos a llevarte a otro lugar, Aly? Alguien tiene que cuidar del gatito!-Dicho eso, se agacho lo suficiente para permitir que el felino diera un salto de sus brazos, al encuentro con la niña. -Y hemos corrido con suerte, Gyula. Afortunadamente, Sali demasiado temprano…-Alzo un tanto la tacita, para que el vampiro pudiese verla.
Leche. Imre ya decia “Creo que aún queda”. Se sintió ligeramente culpable de tomar en cantidades poco usuales. Alli, el único que comía, claro esta, era el. Algunas veces, claro que Imre probaba, en especial si era algún postre. La sola idea de este, le hizo sonrojarse. Aquella noche, fue cuando le propuso ser padre a su lado. El solo pensamiento, de tener a alguien acompañándolo en el desayuno, era reconfortante. Ver a su pequeño vampiro tan atento con la pequeña, le hizo darse cuenta, que, efectivamente, como el siempre confío, Imre podía verse demasiado joven, pero, sin duda que era lo bastante maduro, como para aventurarse en aquella travesía con el, que a todo, tal vez era mas torpe e impulsivo.
Mira desde aquel espacio, como la niña observa atenta, el cabello del vampiro. Ese que posesivamente, marca como suyo, pero que no le queda mas que compartir con ella. Y no le pesa, claro que no. Se siente ajeno a ese momento, que es solo de ellos. Y podria verlos por el resto de la eternidad, alli, tranquilos, al calor de las llamas de aquel fuego que siempre esta encendido. Decide dar media vuelta e ir el por la leche. Escucho las preguntas y percibió el llanto de la niña. Dejaria que Imre se encargara de ello por el momento, no queria que la pequeña se asustara o algo asi. Eso seria empezar con mal paso. Avanzo a la cocina sigiloso, como un antiguo guerrero espia, hasta la cocina. Coloco un poco de leche sobre un cazo, y este, sobre las llamas. Espero, mientras el gatito olisqueaba. Pasados unos minutos, retiro el cazo del fuego, y sirvió aquel liquido blanco, tibio, dentro de una tacita. También vertió un poco sobre un cuenco. Y bajo al gato para que comiera, de cuclillas, siguio acariciando su lomo, hasta que el gatito, ávido de alimento, dejo pronto vacio aquel cuenco. Le tomo y sujeto, con un brazo, pues en el otro, llevaba la tacita con leche para Halima.
Las palabras de la pequeña, causaron un efecto en el. Noto algo removerse. ¿en serio le gustaban ellos a ella? Entro entonces, de una vez, a la estancia. Con tono bonachón, carraspeando antes, para llamar su atención. -¿Cómo vamos a llevarte a otro lugar, Aly? Alguien tiene que cuidar del gatito!-Dicho eso, se agacho lo suficiente para permitir que el felino diera un salto de sus brazos, al encuentro con la niña. -Y hemos corrido con suerte, Gyula. Afortunadamente, Sali demasiado temprano…-Alzo un tanto la tacita, para que el vampiro pudiese verla.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/01/2011
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Localización : In the 13Gate (?) Ok no, pero, posiblemente más cerca de lo que esperas
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Re: Miduhyo [Imre + Halima (Aly) ]
Mantenía mis brazos extendidos hacía ella, quería que se acercara para poder así subirla y llevarla a la cocina. Tenía que hacerle la leche que tanto deseaba y si no mal recordaba aún quedaba para que la pequeña disfrutara de esta. Sonreí cuando estiro sus propios bracitos hacía mí y la cargue sin dudar, de inmediato esas pequeñas extremidades se aferraron a mi cuello a la vez que apoyaba su cabeza en el hueco que se forma entre el hombro y el cuello. Suspire acariciando esos suaves cabellos de aquel dorado resplandeciente mientras Halima jugaba con los míos, debían de resultarle demasiado curiosos ya que un color igual no se puede apreciar tan fácil.
Siento el abrazo apretarse más por parte de la niña y la separo un poco de mí para verle notando esos ojitos cristalinos por lágrimas y rastros de estas en sus redondas mejillas, le toco ahí con la yema de los dedos de manera lenta para secarlas y le vuelvo a sonreír para transmitirle tranquilidad, no me gustaba verla así.
- Todo va a estar bien, no llores más ¿Si? Todo irá de maravilla –bese su frente atrayéndola de nuevo a mí y sentí como aspiraba el aroma de mis cabellos para a continuación hacer sonar su dulce e infantil voz- oh no te preocupes cariño a ningún lado te irás, nosotros te cuidaremos mucho y jugaremos a lo que tú quieras, serás feliz –le dije con tono cariño volviendo acariciar esos risos hasta que de repente la voz de mi pareja también respondió a la pregunta de la niña.
Me voltee con ella en mis brazos y vimos al gatito ir directo a los de Halima, esta lo tomo y la baje cuando vi la tacita de leche en la mano de Louis, ahora ella debía de alimentarse.
- ¿Vamos a sentarnos mi niña? Ya esta la leche lista -le señale la taza en las manos del cambiante para que pudiera ir acomodarse con el pequeño gato, porque ya me imaginaba que no lo soltaría para nada. Se encontraba bastante entusiasmada con él.
Siento el abrazo apretarse más por parte de la niña y la separo un poco de mí para verle notando esos ojitos cristalinos por lágrimas y rastros de estas en sus redondas mejillas, le toco ahí con la yema de los dedos de manera lenta para secarlas y le vuelvo a sonreír para transmitirle tranquilidad, no me gustaba verla así.
- Todo va a estar bien, no llores más ¿Si? Todo irá de maravilla –bese su frente atrayéndola de nuevo a mí y sentí como aspiraba el aroma de mis cabellos para a continuación hacer sonar su dulce e infantil voz- oh no te preocupes cariño a ningún lado te irás, nosotros te cuidaremos mucho y jugaremos a lo que tú quieras, serás feliz –le dije con tono cariño volviendo acariciar esos risos hasta que de repente la voz de mi pareja también respondió a la pregunta de la niña.
Me voltee con ella en mis brazos y vimos al gatito ir directo a los de Halima, esta lo tomo y la baje cuando vi la tacita de leche en la mano de Louis, ahora ella debía de alimentarse.
- ¿Vamos a sentarnos mi niña? Ya esta la leche lista -le señale la taza en las manos del cambiante para que pudiera ir acomodarse con el pequeño gato, porque ya me imaginaba que no lo soltaría para nada. Se encontraba bastante entusiasmada con él.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/02/2011
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