AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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brillante encuentro
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brillante encuentro
Hacia ya dos semanas que Ludimila habia "aterrizado" en Paris, la ciudad de moda, la ciudad donde uno podia triunfar a lo grande.
Su tutora le habia prometido que ahi encontraria a su representante esperandola, pero ella no habia encontrado a nadie. Ninguna huella, ninguna nota, ningun aviso y eso a la muchacha la preocupada de sobremanera ya que...¿quien le iba a hacer el favor de presentarla en sociedad? ¿quien seria su protector, quien discutiria con los empresarios o firmaria sus contratos? Ella necesitaba un benefactor que supiera promocionarla bien y sin nadie a su lado quedaba en el más absoluto ridículo.
Decidió poner fin a sus angustias de una manera muy especial, se arreglo y salio a la calle, aquel día estaba nublado, hoy el sol no sonreía a a la joven Ludimila. Veria joyas. Nunca había tenido acceso a unas ya que provenía de una clase humilde y su antigua benefactora era un poco tacaña y siempre le había dicho "solo las señoras merecen llevarlas y tu aun no lo eres". Nada más llegar al sitio se quedo viendo el escaparate, que brillaba con fuerza, dejando embobado a cualquiera que supiera apreciar la belleza y el trabajo bien hecho.
La joven rusa de cabellos oscuros, hoy recogidos en un perfecto moño que realzaba la belleza de su rostro, una discreta chaqueta de color mora y un vestido, del mismo color con un pomposo vuelo. Sus delicadas manos iban enfundadas en unos guantes de color negro y para terminar un sombrero de ala grande , de color lila coronado con plumas negras. Bien vestida y bien presentada, entro con gracia a la tienda, observando detenidamente lo que ahí había.
Sin duda, el tesoro que guardaba Alí y sus cuarenta ladrones no se podía equiparar con todas las joyas que ahí se encontraban, pero una especialmente llamo su atención.
Una hermosa gargantilla, de plata dorada con rubíes y gemas engarzadas, brillaba con luz propia. Más gracia tenia ya que había unos motivos vegetales grabados en el metal.Sus sensuales ojos se quedaron prendados de tan grácil pieza, pero enseguida volvió a poner los pies en la tierra, tendría que ser muy cara, quizá solo una reina o una duquesa se permitieran tal capricho. Esta se quedo unos segundos más, admirando tal obra de arte....Más uno de los dependientes aguardaba detrás de Ludimila, esperando alguna reacción por parte de la chica.
Su tutora le habia prometido que ahi encontraria a su representante esperandola, pero ella no habia encontrado a nadie. Ninguna huella, ninguna nota, ningun aviso y eso a la muchacha la preocupada de sobremanera ya que...¿quien le iba a hacer el favor de presentarla en sociedad? ¿quien seria su protector, quien discutiria con los empresarios o firmaria sus contratos? Ella necesitaba un benefactor que supiera promocionarla bien y sin nadie a su lado quedaba en el más absoluto ridículo.
Decidió poner fin a sus angustias de una manera muy especial, se arreglo y salio a la calle, aquel día estaba nublado, hoy el sol no sonreía a a la joven Ludimila. Veria joyas. Nunca había tenido acceso a unas ya que provenía de una clase humilde y su antigua benefactora era un poco tacaña y siempre le había dicho "solo las señoras merecen llevarlas y tu aun no lo eres". Nada más llegar al sitio se quedo viendo el escaparate, que brillaba con fuerza, dejando embobado a cualquiera que supiera apreciar la belleza y el trabajo bien hecho.
La joven rusa de cabellos oscuros, hoy recogidos en un perfecto moño que realzaba la belleza de su rostro, una discreta chaqueta de color mora y un vestido, del mismo color con un pomposo vuelo. Sus delicadas manos iban enfundadas en unos guantes de color negro y para terminar un sombrero de ala grande , de color lila coronado con plumas negras. Bien vestida y bien presentada, entro con gracia a la tienda, observando detenidamente lo que ahí había.
Sin duda, el tesoro que guardaba Alí y sus cuarenta ladrones no se podía equiparar con todas las joyas que ahí se encontraban, pero una especialmente llamo su atención.
Una hermosa gargantilla, de plata dorada con rubíes y gemas engarzadas, brillaba con luz propia. Más gracia tenia ya que había unos motivos vegetales grabados en el metal.Sus sensuales ojos se quedaron prendados de tan grácil pieza, pero enseguida volvió a poner los pies en la tierra, tendría que ser muy cara, quizá solo una reina o una duquesa se permitieran tal capricho. Esta se quedo unos segundos más, admirando tal obra de arte....Más uno de los dependientes aguardaba detrás de Ludimila, esperando alguna reacción por parte de la chica.
Ludimila- Humano Clase Media
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Re: brillante encuentro
Aquella tarde Aurelia había despertado temprano, los últimos rayos del sol aún no terminaban de esfumarse del cielo, pero estaban convenientemente velados por unas gruesas nubes grises. Era el tipo de comienzo que le gustaba, casi como si el sol se retirara reverencial ante ella, ante sus ansias de vivir otra noche en aquella ciudad. Su humor era especialmente optimista y decidió que era hora de gastar un poco de su fortuna en algo que la engalanara como era debido en sus escasas visitas a los sitios públicos, después de todo era una acaudalada viuda que pronto dejaría de llevar el luto.
Así decidió ataviarse con la elegancia necesaria para ir en busca de algunas joyas y quizá también nuevos atuendos. Y aunque muchas tiendas cerraban temprano, no era imposible sobornar a los dependientes ansiosos por una venta lo suficientemente jugosa, por lo que se tomó su tiempo y por fin hizo llamar a su mayordomo para informarle que iría de compras y necesitaría su carruaje. Tan pronto todo estuvo preparado, salió de su casa y se dirigió a la zona de París donde, le habían dicho, se encontraban los establecimientos de renombre adecuados para sus propósitos.
Bajó del carruaje y decidió caminar un poco para poder observar más detenidamente lo que ofrecían las numerosas tiendas. Los vestidos poco llamaban su atención, pero de vez en cuando se detenía a admirar la escrupulosa confección o los suntuosos materiales de algunos de ellos, pues que prefieriera los atuendos masculinos por su comodidad no le impedía apreciar la belleza de aquellas creaciones y además, en algún punto tendría que comprar algunas de ellas. Siguió caminando y en un momento se halló frente a las vidrieras de una joyería, desde donde pudo observar a una joven cuyo rostro le parecía familiar, por lo que se detuvo para pensarlo un poco. Realmente todavía no trataba con demasiada gente en la ciudad, así que debería tratarse de alguien a quien hubiera visto de lejos..."quizá en el teatro", pensó y siguió tratando de recordarla, mientras atravesaba la puerta del lugar.
La chica parecía abstraída mirando una bella pieza que quizá -lo pudo deducir por sus ropas, que aunque elegantes, no parecían ser precisamente de una muchacha rica- se encontraba fuera de su alcance. Aurelia no titubeó al acercarse a ella y preguntarle: - Mademoiselle, ¿acaso es usted actriz? No he podido evitar acercarme, su rostro me parece tremendamente familar y no puedo recordar dónde podría haberla visto-. Le sonrió cálidamente cuando la joven levantó la vista hacia ella con un gesto de extrañeza, como si la mitad de sus palabras se le hubieran extraviado.
Así decidió ataviarse con la elegancia necesaria para ir en busca de algunas joyas y quizá también nuevos atuendos. Y aunque muchas tiendas cerraban temprano, no era imposible sobornar a los dependientes ansiosos por una venta lo suficientemente jugosa, por lo que se tomó su tiempo y por fin hizo llamar a su mayordomo para informarle que iría de compras y necesitaría su carruaje. Tan pronto todo estuvo preparado, salió de su casa y se dirigió a la zona de París donde, le habían dicho, se encontraban los establecimientos de renombre adecuados para sus propósitos.
Bajó del carruaje y decidió caminar un poco para poder observar más detenidamente lo que ofrecían las numerosas tiendas. Los vestidos poco llamaban su atención, pero de vez en cuando se detenía a admirar la escrupulosa confección o los suntuosos materiales de algunos de ellos, pues que prefieriera los atuendos masculinos por su comodidad no le impedía apreciar la belleza de aquellas creaciones y además, en algún punto tendría que comprar algunas de ellas. Siguió caminando y en un momento se halló frente a las vidrieras de una joyería, desde donde pudo observar a una joven cuyo rostro le parecía familiar, por lo que se detuvo para pensarlo un poco. Realmente todavía no trataba con demasiada gente en la ciudad, así que debería tratarse de alguien a quien hubiera visto de lejos..."quizá en el teatro", pensó y siguió tratando de recordarla, mientras atravesaba la puerta del lugar.
La chica parecía abstraída mirando una bella pieza que quizá -lo pudo deducir por sus ropas, que aunque elegantes, no parecían ser precisamente de una muchacha rica- se encontraba fuera de su alcance. Aurelia no titubeó al acercarse a ella y preguntarle: - Mademoiselle, ¿acaso es usted actriz? No he podido evitar acercarme, su rostro me parece tremendamente familar y no puedo recordar dónde podría haberla visto-. Le sonrió cálidamente cuando la joven levantó la vista hacia ella con un gesto de extrañeza, como si la mitad de sus palabras se le hubieran extraviado.
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/11/2011
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Re: brillante encuentro
"¿Acaso es usted actriz?" esas pocas palabras fueron suficientes para que Ludimila saliera de su ensimismamiento, buscando con su mirada a la interlocutora, encontrándose con una figura sin igual, la rusa se quedo sin palabras.
Quizá todas las damas de la aristocracia rusa que ella había conseguido ver no tenían comparación con la señora que ahora mismo tenia delante.
Era tal su finura y elegancia...un conjunto totalmente armónico, igual que una escultura griega. Elegancia, discreción y sobriedad, eran las palabras perfectas para aquella dama.
-¿yo..yo?-respondió al final la rusa, bastante impresionada, aquella mujer deslumbraba en todos los sentidos, brillaba con luz propia- yo...ser bailarina...-respondio al final, algo azorada, sus ojos violetas se atrevieron a cruzarse con los suyos...se sentia tan pequeña. Ludimila aspiraba a convertirse algun dia en una mujer como esa.
Termino por volverse, para mirar a la mujer como se merecía, a pesar del sopor que sentia, alzo la mirada atrevida, sonriendo de manera agradable a su interlocutora, había algo en ella que le atraía, una especie de misterio indescifrable.
-Ludimila Petrovya...-no obstante, inclino la cabeza a modo de saludo respetuoso-un placer conocer señora.
Y a pesar de su alto estatus social, la mujer no iba tan llamativa como muchas otras señoras, podia observarse en ella alguna gran pieza de orfebrería pero...con un porte así ¿quien las necesitaba? Teniendo una mujer de esas características delante, la joven aprendió una valiosa lección...quien es bella no necesita de joyas y opulencias...aun así..se había enamorado perdidamente de aquella gargantilla....
Quizá todas las damas de la aristocracia rusa que ella había conseguido ver no tenían comparación con la señora que ahora mismo tenia delante.
Era tal su finura y elegancia...un conjunto totalmente armónico, igual que una escultura griega. Elegancia, discreción y sobriedad, eran las palabras perfectas para aquella dama.
-¿yo..yo?-respondió al final la rusa, bastante impresionada, aquella mujer deslumbraba en todos los sentidos, brillaba con luz propia- yo...ser bailarina...-respondio al final, algo azorada, sus ojos violetas se atrevieron a cruzarse con los suyos...se sentia tan pequeña. Ludimila aspiraba a convertirse algun dia en una mujer como esa.
Termino por volverse, para mirar a la mujer como se merecía, a pesar del sopor que sentia, alzo la mirada atrevida, sonriendo de manera agradable a su interlocutora, había algo en ella que le atraía, una especie de misterio indescifrable.
-Ludimila Petrovya...-no obstante, inclino la cabeza a modo de saludo respetuoso-un placer conocer señora.
Y a pesar de su alto estatus social, la mujer no iba tan llamativa como muchas otras señoras, podia observarse en ella alguna gran pieza de orfebrería pero...con un porte así ¿quien las necesitaba? Teniendo una mujer de esas características delante, la joven aprendió una valiosa lección...quien es bella no necesita de joyas y opulencias...aun así..se había enamorado perdidamente de aquella gargantilla....
Ludimila- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 09/07/2011
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Re: brillante encuentro
La chica le respondió en un pésimo francés que era bailarina y luego se presentó como Ludimila Pretrova. Claro, eso explicaba su gesto de extrañeza, quizá a duras penas había conseguido articular aquellas palabras en francés. Aurelia sonrió, le agradaba la expresión sencilla de la joven, quien la miraba con un indudable rastro de admiración.
Aurelia había tenido tiempo suficiente de aprender otras lenguas conforme había pasado el tiempo, había conocido algunas versiones màs arcaicas de las que se hablaban actualmente y supo, por el inconfundible acento, que la chica era rusa, por lo que decidió hablarle en esa lengua para hacerla sentir menos incómoda.
-Bueno, eres bailarina, pero aún no termino de recordar dónde pude verte antes. Tu nombre tampoco me resulta familiar, querida.¿Acaso te has presentado en algún espectáculo ya?
Ludimila pareció un poco incómoda con la pregunta, pero la intención de Aurelia no había sido en ningún momento mortificarla. Esperó a que ella le respondiera y mientras tanto, observó con mayor detenimiento la joya que había estado mirando cuando ella entró en el local. Se trataba de una gargantilla de exquisita confección, era totalmente comprensible por qué la observaba con anta avidez la muchacha. Luego paseó sus ojos por otras joyas. Vio una sortija que lucía un enorme rubí y decidió comprarlo, junto con unos delicados pendientes que armonizarían con él. Agradeció al dependiente y le pidió en francés que por favor le reservara aquella hermosa gargantilla. Esperaba sinceramente que esa pequeña conversación no hubiera sido entendida por la joven, pero quería medir su reacción, cuando el empleado de la joyería la guardó en un bello estuche y lo retiró del mostrador.
-No me has respndido, querida- le dijo otra vez en ruso.
Aurelia había tenido tiempo suficiente de aprender otras lenguas conforme había pasado el tiempo, había conocido algunas versiones màs arcaicas de las que se hablaban actualmente y supo, por el inconfundible acento, que la chica era rusa, por lo que decidió hablarle en esa lengua para hacerla sentir menos incómoda.
-Bueno, eres bailarina, pero aún no termino de recordar dónde pude verte antes. Tu nombre tampoco me resulta familiar, querida.¿Acaso te has presentado en algún espectáculo ya?
Ludimila pareció un poco incómoda con la pregunta, pero la intención de Aurelia no había sido en ningún momento mortificarla. Esperó a que ella le respondiera y mientras tanto, observó con mayor detenimiento la joya que había estado mirando cuando ella entró en el local. Se trataba de una gargantilla de exquisita confección, era totalmente comprensible por qué la observaba con anta avidez la muchacha. Luego paseó sus ojos por otras joyas. Vio una sortija que lucía un enorme rubí y decidió comprarlo, junto con unos delicados pendientes que armonizarían con él. Agradeció al dependiente y le pidió en francés que por favor le reservara aquella hermosa gargantilla. Esperaba sinceramente que esa pequeña conversación no hubiera sido entendida por la joven, pero quería medir su reacción, cuando el empleado de la joyería la guardó en un bello estuche y lo retiró del mostrador.
-No me has respndido, querida- le dijo otra vez en ruso.
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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Re: brillante encuentro
La elegante dama le respondió en un ruso perfecto, Ludimila se relajo ya que no tendría que esforzarse en hablar en ese idioma tan caprichoso...aunque en mayor parte eso no era nada beneficioso para ella ya que debía practicar francés.
Aunque por una vez lo dejo pasar y prefirió hablar en su amada lengua materna....aunque.....aquellas palabras la dejaron un poco perpleja, la mujer quería saber más de ella pero ella no era nadie, aquello le hizo pensar el largo camino que aun le quedaba y ciertamente se quedo algo pensativa.
Cuando alzo la mirada pudo darse cuenta de que la dama estaba realizando unas compras...oh, claro, ella se lo podía permitir. También se dio cuenta de que susurro algo al dependiente y este asintió con un gesto discreto, más ella no pudo descifrar de que se trataba la conversación, se mordió el labio, intrigada.
-No me has respndido, querida- formulo de nuevo la bella mujer, eso hizo que Ludimila saliera de su ensimismamiento.
-no señora-respondió más tranquila-he estado pendiente en presentarme a todas las pruebas posibles...quizá es posible que me cojan en alguna, pero de momento no he participado en ningún espectáculo-suspiro, algo sobrecogida por la presencia de la dama, había algo hipnotizante en ella, si Ludimila fuera un hombre ya se habría echado a sus brazos-disculpe, pero...¿cual es su nombre señora?-esta aguardo a que le respondiera, formándose una discreta sonrisa en sus carnosos labios-¿le interesa el baile? Poca gente sabe apreciarlo como una disciplina artística, me temo.
Aunque por una vez lo dejo pasar y prefirió hablar en su amada lengua materna....aunque.....aquellas palabras la dejaron un poco perpleja, la mujer quería saber más de ella pero ella no era nadie, aquello le hizo pensar el largo camino que aun le quedaba y ciertamente se quedo algo pensativa.
Cuando alzo la mirada pudo darse cuenta de que la dama estaba realizando unas compras...oh, claro, ella se lo podía permitir. También se dio cuenta de que susurro algo al dependiente y este asintió con un gesto discreto, más ella no pudo descifrar de que se trataba la conversación, se mordió el labio, intrigada.
-No me has respndido, querida- formulo de nuevo la bella mujer, eso hizo que Ludimila saliera de su ensimismamiento.
-no señora-respondió más tranquila-he estado pendiente en presentarme a todas las pruebas posibles...quizá es posible que me cojan en alguna, pero de momento no he participado en ningún espectáculo-suspiro, algo sobrecogida por la presencia de la dama, había algo hipnotizante en ella, si Ludimila fuera un hombre ya se habría echado a sus brazos-disculpe, pero...¿cual es su nombre señora?-esta aguardo a que le respondiera, formándose una discreta sonrisa en sus carnosos labios-¿le interesa el baile? Poca gente sabe apreciarlo como una disciplina artística, me temo.
Ludimila- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 09/07/2011
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Re: brillante encuentro
-Soy Aurelia Sila, querida- le respondió, incliando levemente la cabeza y sonriéndole.
Ludimila parecía extrovertida y segura de sí misma, aunque las circunstancias no parecían ayudarla del todo. Siempre era duro llegar a una gran ciudad siendo extranjero, más todavía, si no se dominaba el idioma. Fue por esa razón que Aurelia prefirió hablarle a la joven en ruso. Así podría contarle su historia con fluidez, y ella podría escucharla atentamente; la bailarina le había parecido agradable. Se notaba que era decidida, fuerte bajo su físico tan femenino y delicado. Ludimila no se escapó de la inspección bajo la mirada aguda de la vampiresa, quien confirmó la línea de su cuerpo y el porte ligero, grácil que delataban su ocupación.
La chica le explicó que aún no se presentaba, así que tal vez la habría visto en alguna audición, pero dejó de lado el asunto por un momento. Algo más sobre lo que le dijo Ludimila había captado su atención, la danza era menospreciada y considerada indigna, era cierto, pero gracias a su edad ella podía encontrar belleza hasta en las cosas más vilipendiadas, había aprendido que los cánones cambian caprichosamente y lo que no es admirado hoy, lo será mañana; algo que a los humanos podía escapárseles fácilmente, tomando en cuenta la brevedad de sus vidas. "Si no temiera tanto crear a otros como yo, seguramente iría poblando el mundo con vampiros artistas", pensó un tanto divertida.
-Te entiendo, Ludimila, pero eso cambiará... tenlo por seguro. Y sobre las audiciones, es algo de lo que debería ocuparse tu representante, ¿no es así?
Al parecer era hora de cerrar, pues el dependiente les lanzaba de cuando en cuando alguna mirada impaciente. Aurelia entendió el mensaje. Tomó a Ludimila del brazo y la invitó a acompañarla.
-¿Pero por qué no me cuentas mientras vemos otras tiendas? Este pobre hombre parece apurado por llegar a casa- le dijo amablemente al tiempo que agradecía con un ademán al hombre y salía de la tienda junto con la joven bailarina.
Ludimila parecía extrovertida y segura de sí misma, aunque las circunstancias no parecían ayudarla del todo. Siempre era duro llegar a una gran ciudad siendo extranjero, más todavía, si no se dominaba el idioma. Fue por esa razón que Aurelia prefirió hablarle a la joven en ruso. Así podría contarle su historia con fluidez, y ella podría escucharla atentamente; la bailarina le había parecido agradable. Se notaba que era decidida, fuerte bajo su físico tan femenino y delicado. Ludimila no se escapó de la inspección bajo la mirada aguda de la vampiresa, quien confirmó la línea de su cuerpo y el porte ligero, grácil que delataban su ocupación.
La chica le explicó que aún no se presentaba, así que tal vez la habría visto en alguna audición, pero dejó de lado el asunto por un momento. Algo más sobre lo que le dijo Ludimila había captado su atención, la danza era menospreciada y considerada indigna, era cierto, pero gracias a su edad ella podía encontrar belleza hasta en las cosas más vilipendiadas, había aprendido que los cánones cambian caprichosamente y lo que no es admirado hoy, lo será mañana; algo que a los humanos podía escapárseles fácilmente, tomando en cuenta la brevedad de sus vidas. "Si no temiera tanto crear a otros como yo, seguramente iría poblando el mundo con vampiros artistas", pensó un tanto divertida.
-Te entiendo, Ludimila, pero eso cambiará... tenlo por seguro. Y sobre las audiciones, es algo de lo que debería ocuparse tu representante, ¿no es así?
Al parecer era hora de cerrar, pues el dependiente les lanzaba de cuando en cuando alguna mirada impaciente. Aurelia entendió el mensaje. Tomó a Ludimila del brazo y la invitó a acompañarla.
-¿Pero por qué no me cuentas mientras vemos otras tiendas? Este pobre hombre parece apurado por llegar a casa- le dijo amablemente al tiempo que agradecía con un ademán al hombre y salía de la tienda junto con la joven bailarina.
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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Re: brillante encuentro
-Aurelia-pronuncio por primera vez la joven, sin temor pero con cierto respeto, con un tono melodioso en su voz y su característico acento.
Si es que, esta mujer tenia hasta el nombre bonito.
Ludimila sonrió, por no llorar, era una artista sin dueño, sin la tutela de nadie, una bailarina errante.
-Bueno, señora Aurelia.....el viaje fue tan precipitado...-dio un leve respingo cuando esta la tomo del brazo, pero no sugería molestia, más bien una leve sorpresa-me prometieron que habría alguien esperándome..pero no halle representante alguno...-bajo un poco la morada, mientras salían de la tienda.
El resonar de las campanillas indicaban que las dos damas ya se hallaban fuera, el día permanecía nublado, con inmensos y grises nubarrones, tal vez acabaría lloviendo o simplemente permanecería así hasta la caída de la noche-así que voy probando suerte, pero es tan estresante, no puedo llevar todas las cuentas..je, soy un poco inútil en esos temas....
Y a pesar del mal día, la gente seguía haciendo su vida habitual, en aquella zona comercial solo se veía ilustres caballeros y elegantes damas, Ludimila no parecía estar incomoda, pero tampoco se sentía identificada, más ahora estaba más relajada y quizá un poco más humilde ante la presencia de Aurelia, tal vez en ella veía el modelo de la mujer que quería llegar a ser.
Advirtió que aquella dama llevaba puesto un perfume cautivador, pensar en ello hizo que sus mejillas se ruborizasen.
-Si esta tan segura...-miro al horizonte-le creeré, para mi bailar es como respirar..¿entiende a lo que me refiero? Me entrego en cuerpo y alma a la melodía y si no, la imagino en mi mente y mi cuerpo se deja llevar....- Sus palabras se perdieron en el ambiente melancólico de aquel día nublado, para dejar paso a una pequeña sonrisa y un brillo en aquellos ojos violetas, del amor que sentía por esa disciplina artística....
Si es que, esta mujer tenia hasta el nombre bonito.
Ludimila sonrió, por no llorar, era una artista sin dueño, sin la tutela de nadie, una bailarina errante.
-Bueno, señora Aurelia.....el viaje fue tan precipitado...-dio un leve respingo cuando esta la tomo del brazo, pero no sugería molestia, más bien una leve sorpresa-me prometieron que habría alguien esperándome..pero no halle representante alguno...-bajo un poco la morada, mientras salían de la tienda.
El resonar de las campanillas indicaban que las dos damas ya se hallaban fuera, el día permanecía nublado, con inmensos y grises nubarrones, tal vez acabaría lloviendo o simplemente permanecería así hasta la caída de la noche-así que voy probando suerte, pero es tan estresante, no puedo llevar todas las cuentas..je, soy un poco inútil en esos temas....
Y a pesar del mal día, la gente seguía haciendo su vida habitual, en aquella zona comercial solo se veía ilustres caballeros y elegantes damas, Ludimila no parecía estar incomoda, pero tampoco se sentía identificada, más ahora estaba más relajada y quizá un poco más humilde ante la presencia de Aurelia, tal vez en ella veía el modelo de la mujer que quería llegar a ser.
Advirtió que aquella dama llevaba puesto un perfume cautivador, pensar en ello hizo que sus mejillas se ruborizasen.
-Si esta tan segura...-miro al horizonte-le creeré, para mi bailar es como respirar..¿entiende a lo que me refiero? Me entrego en cuerpo y alma a la melodía y si no, la imagino en mi mente y mi cuerpo se deja llevar....- Sus palabras se perdieron en el ambiente melancólico de aquel día nublado, para dejar paso a una pequeña sonrisa y un brillo en aquellos ojos violetas, del amor que sentía por esa disciplina artística....
Ludimila- Humano Clase Media
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Re: brillante encuentro
El tono de la respuesta que obtuvo de la chica encerraba cierta tristeza soñadora, la pasión asomó a los ojos de singular color de Ludimila mientras hablaba de bailar. "Pobre", se dijo Aurelia, "sola, extranjera y bailarina... no es la combinación ideal en una ciudad tan grande".
Aurelia guardaba silencio, le daba vueltas en la cabeza a una ocurrencia que acababa de tener, calibrando si sería prudente hacer el ofrecimiento o esperar un poco más, ganarse la confianza y el aprecio de la joven antes de proporcionarle su ayuda. Se preguntaba cómo tomaría ella aquél gesto. Por lo pronto, seguían caminando tomadas del brazo, entre la multitud de parisinos que llenaban aquellas calles. Por fin Aurelia se decidió a hablar.
-Yo también soy extranjera, y sé lo abrumador que puede ser el primer contacto... al menos, alguna vez lo fue para mí también-. Recordó los tiempos en que salió del mundo grecorromano, hacía ya tantos ayeres, aventurándose por lo que en su juventud eran considerados territorios bàrbaros; las lenguas le parecían burdas, pero todo era cuestión de adaptarse... tenía que hacerlo conforme pasaban los años y el latín se fue mezclando con aquellas lenguas dando origen a otras. Con la ventaja de no tener el tiempo contado, pronto su habilidad para aprender los idiomas de los países que visitaba, fue notable. Para cuando llegó a las frías tierras rusas, era capaz de dominar la lengua como una nativa. Una diminuta gota de agua fría cayó en su nariz, sacàndola de su pequeña digresión. Sí, ese era el primer problema que debía resolver Ludimila, puesto que los fuereños siempre son un poco relegados (no importa el país) al menos debía aprender a comunicarse con fluidez en el lenguaje adecuado.
- Me parece que lo primero que deberías hacer es encontrar un buen profesor de francés- le dijo con cierto aire pensativo. Ignoraba cuàl sería la situación financiera de la bailarina, pero seguramente no se encontraba en una posición precisamente holgada. Su propuesta estaba tomando la forma necesaria para materializarse; considerando que no había encontrado algo productivo en que ocupar sus ratos libres, hallaba atractiva la idea de tomar como pupila a la chica. - Si no te parece un atrevimiento de mi parte, linda, me ofrezco para ayudarte con las lecciones-.
Aurelia guardaba silencio, le daba vueltas en la cabeza a una ocurrencia que acababa de tener, calibrando si sería prudente hacer el ofrecimiento o esperar un poco más, ganarse la confianza y el aprecio de la joven antes de proporcionarle su ayuda. Se preguntaba cómo tomaría ella aquél gesto. Por lo pronto, seguían caminando tomadas del brazo, entre la multitud de parisinos que llenaban aquellas calles. Por fin Aurelia se decidió a hablar.
-Yo también soy extranjera, y sé lo abrumador que puede ser el primer contacto... al menos, alguna vez lo fue para mí también-. Recordó los tiempos en que salió del mundo grecorromano, hacía ya tantos ayeres, aventurándose por lo que en su juventud eran considerados territorios bàrbaros; las lenguas le parecían burdas, pero todo era cuestión de adaptarse... tenía que hacerlo conforme pasaban los años y el latín se fue mezclando con aquellas lenguas dando origen a otras. Con la ventaja de no tener el tiempo contado, pronto su habilidad para aprender los idiomas de los países que visitaba, fue notable. Para cuando llegó a las frías tierras rusas, era capaz de dominar la lengua como una nativa. Una diminuta gota de agua fría cayó en su nariz, sacàndola de su pequeña digresión. Sí, ese era el primer problema que debía resolver Ludimila, puesto que los fuereños siempre son un poco relegados (no importa el país) al menos debía aprender a comunicarse con fluidez en el lenguaje adecuado.
- Me parece que lo primero que deberías hacer es encontrar un buen profesor de francés- le dijo con cierto aire pensativo. Ignoraba cuàl sería la situación financiera de la bailarina, pero seguramente no se encontraba en una posición precisamente holgada. Su propuesta estaba tomando la forma necesaria para materializarse; considerando que no había encontrado algo productivo en que ocupar sus ratos libres, hallaba atractiva la idea de tomar como pupila a la chica. - Si no te parece un atrevimiento de mi parte, linda, me ofrezco para ayudarte con las lecciones-.
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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Re: brillante encuentro
-¿Es usted extranjera?-pregunto Ludimila sin ningún temor, con un brillo especial en sus ojos, la muchacha se aferro un poco más al brazo de la dama, como lo hace una hermana pequeña con una hermana mayor, con ese toque inocente e infantil-¿de donde es?-la curiosidad de la rusa se acrecentaba...era tan curiosa, tan cotilla a veces.....
Quizá española....eso le evocaba el nombre..o tal vez alemana, si, eso era más factible debido al color pálido de su piel, estuvo unas semanas en tierras españolas y sus habitantes portaban una piel más bronceada.
Siguieron caminando, unas gotitas empezaron a caer, con lentitud y parsimonia, no constituían ninguna amenaza para los viandantes, sin embargo Ludimila busco algún porche para que Aurelia no echara a vestir su elegante vestido.
-Oh...pues si, me hace falta pero....- Ludimila callo...acaso...¿Acaso había escuchado bien? Abrió su boca de la sorpresa y se llevo la mano rápidamente para taparla...-oh cielos...¿de verdad lo dice? Pero..pero..nos acabamos de conocer Aurelia......¿seguro que quiere perder el tiempo conmigo?-Sin embargo la joven estaba henchida de felicidad y se le notaba en los gestos, en su mirada, en su sonrisa e incluso apretó con un poco de confianza el brazo de la distinguida dama.
Así de loca estaba Ludimila, era tan fácil hacerla feliz..pero es que simplemente la joven amaba la vida, hasta el más absurdo detalle de ella.
Por fin advirtió un porchecito de una floristería, donde había un montón de flores coloridas, exponiendo su belleza de manera coqueta.
-oh, Aurelia, sigame por favor...-la joven tiro suavemente de la mujer indicándole que le siguiera, hasta llegar a aquel porche, de momento las gotas seguían siendo inofensivas, pero tal vez de un momento a otro cayera un chaparrón.
Quizá española....eso le evocaba el nombre..o tal vez alemana, si, eso era más factible debido al color pálido de su piel, estuvo unas semanas en tierras españolas y sus habitantes portaban una piel más bronceada.
Siguieron caminando, unas gotitas empezaron a caer, con lentitud y parsimonia, no constituían ninguna amenaza para los viandantes, sin embargo Ludimila busco algún porche para que Aurelia no echara a vestir su elegante vestido.
-Oh...pues si, me hace falta pero....- Ludimila callo...acaso...¿Acaso había escuchado bien? Abrió su boca de la sorpresa y se llevo la mano rápidamente para taparla...-oh cielos...¿de verdad lo dice? Pero..pero..nos acabamos de conocer Aurelia......¿seguro que quiere perder el tiempo conmigo?-Sin embargo la joven estaba henchida de felicidad y se le notaba en los gestos, en su mirada, en su sonrisa e incluso apretó con un poco de confianza el brazo de la distinguida dama.
Así de loca estaba Ludimila, era tan fácil hacerla feliz..pero es que simplemente la joven amaba la vida, hasta el más absurdo detalle de ella.
Por fin advirtió un porchecito de una floristería, donde había un montón de flores coloridas, exponiendo su belleza de manera coqueta.
-oh, Aurelia, sigame por favor...-la joven tiro suavemente de la mujer indicándole que le siguiera, hasta llegar a aquel porche, de momento las gotas seguían siendo inofensivas, pero tal vez de un momento a otro cayera un chaparrón.
Ludimila- Humano Clase Media
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Re: brillante encuentro
-Sí, soy extranjera. Nací en Roma, pero he viajado por tantos lugares que a estas alturas podría decirse que soy una cosmopolita-. No quería sonar presuntuosa, sólo que así surgieron las palabras. Aquella chica le infundía la confianza necesaria para dejarse llevar por la espontaneidad. En realidad tenía suerte de que Aurelia no estuviera sedienta, ya que irradiaba tanta vida que estaba segura de que sería una golosina deliciosa: sí, golosina.
La propuesta sobre las lecciones de francés, como era de esperarse, dejó a Ludimila estupefacta, pero sus ojos sonreían. Había gratitud en sus palabras, pero una pequeña duda salió a flote, Aurelia infirió que la joven se sentía quizá insignificante, indigna de esa atención, pero no era así y ella no titubeó al hacérselo saber. -No, de ninguna manera será una pérdida de tiempo. Podrías considerarlo, si así lo prefieres, un gesto ligeramente egoísta de mi parte, pues estoy tan sola como cuando llegué a París, excepto tal vez por un par de personas, y no me vendría nada mal la compañía de alguien tan alegre como tú. Además, es un tanto cruel dejar a su suerte a una chica tan encantadora y que puede llegar a ser toda una estrella... quien quiera que haya sido ese representante que nunca apareció, llorará su suerte cuando lo seas-. La vampiro sonrió, dejándose conducir a un sitio donde las incipiente llovizna no pudiera alcanzarlas. En realidad a ella no le importaba demasiado mojarse, pero no sería justo con su acompañante, ella sí que sentiría la humedad calarle hasta los huesos.
Aurelia ya no pretendía realizar más compras. Ahora algo mucho menos frívolo ocupaba su atención. Se imaginó lo gratificante que sería instruir a Ludimila, ayudarla a encumbrarse y verla resplandecer como las joyas que habían estado mirando. Decidió que sería mejor marcharse y se lo comunicó: - ¿Qué te parece si nos vamos de aquí? Mi carro no se encuentra lejos. Si te apetece, podemos ir a mi casa y charlar con más detalle sobre tus lecciones; o si prefieres, te llevo a la tuya y acordamos otro encuentro. Es tu elección, querida.
Aún sin haber llegado a ningún plan concreto, Aurelia comezó a estructurar todo lo que debía enseñarle a la chica, había tantas cosas además de la disciplina en la danza para aspirar a tener renombre... la idea le entusiasmaba, hacía siglos (literalmente) que no hacía el papel de maestra de nadie. Sin duda sería una aventura interesante.
La propuesta sobre las lecciones de francés, como era de esperarse, dejó a Ludimila estupefacta, pero sus ojos sonreían. Había gratitud en sus palabras, pero una pequeña duda salió a flote, Aurelia infirió que la joven se sentía quizá insignificante, indigna de esa atención, pero no era así y ella no titubeó al hacérselo saber. -No, de ninguna manera será una pérdida de tiempo. Podrías considerarlo, si así lo prefieres, un gesto ligeramente egoísta de mi parte, pues estoy tan sola como cuando llegué a París, excepto tal vez por un par de personas, y no me vendría nada mal la compañía de alguien tan alegre como tú. Además, es un tanto cruel dejar a su suerte a una chica tan encantadora y que puede llegar a ser toda una estrella... quien quiera que haya sido ese representante que nunca apareció, llorará su suerte cuando lo seas-. La vampiro sonrió, dejándose conducir a un sitio donde las incipiente llovizna no pudiera alcanzarlas. En realidad a ella no le importaba demasiado mojarse, pero no sería justo con su acompañante, ella sí que sentiría la humedad calarle hasta los huesos.
Aurelia ya no pretendía realizar más compras. Ahora algo mucho menos frívolo ocupaba su atención. Se imaginó lo gratificante que sería instruir a Ludimila, ayudarla a encumbrarse y verla resplandecer como las joyas que habían estado mirando. Decidió que sería mejor marcharse y se lo comunicó: - ¿Qué te parece si nos vamos de aquí? Mi carro no se encuentra lejos. Si te apetece, podemos ir a mi casa y charlar con más detalle sobre tus lecciones; o si prefieres, te llevo a la tuya y acordamos otro encuentro. Es tu elección, querida.
Aún sin haber llegado a ningún plan concreto, Aurelia comezó a estructurar todo lo que debía enseñarle a la chica, había tantas cosas además de la disciplina en la danza para aspirar a tener renombre... la idea le entusiasmaba, hacía siglos (literalmente) que no hacía el papel de maestra de nadie. Sin duda sería una aventura interesante.
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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Re: brillante encuentro
Vaya, pues se había equivocado ...ni española ni alemana..¡¡era italiana!! De Roma, una ciudad también muy bella, como la dama que tenia a su lado....más debía de haber viajado tanto que ya a penas se le notaba el acento italiano. Este hecho hizo que la curiosidad de la rusa aumentara potencialmente.
A pesar del poco interés que mostraba por los libros, si se sabia enseñar bien a la muchacha quizá podía adquirir una gran cultura, ya que tenia capacidad suficiente, pero eso ella no lo sabia.
-¡oh maravilloso! Es una ciudad bonita...¿verdad?-pregunto curiosa, con una chispita en sus ojos.
Ludimila se sintió dichosa al encontrar a una mujer tan amable, además de guapa y distinguida..pero ¿ que tenia ella de especial? Tal vez la mujer verdaderamente sabia de danza..pero sin embargo no la había visto bailar..de todos modos a Ludimila le quedo claro que aun existían personas bondadosas y desinteresadas por le mundo, al menos esperaba que Aurelia fuera así, pero la morena estaba segura de su olfato con las demás personas y esta mujer estaba desposeída de cualquier intención maliciosa sobre ella.
Tenia ganas inmensas de darle un abrazo...pero...¿que demonios? Ludimila se lo dio, pero uno discretito, no muy brusco....
-espero que no le moleste...-se ruborizo levemente...era así de impulsiva....miro de reojo a Aurelia..no parecía estar molesta.
Sopeso sus ultimas palabras..¿tan pronto debía acabar ese encuentro? Ella quería pasar más rato con aquella mujer tan agradable....tampoco quería que viese donde vivía...pero tal vez así madame Bleu ya no se atrevería a tratarla mal...¡¡bah!! al cuerno.....
-Pues...si puedo hacer una visita a su casa... así me aprendo el camino-sonrió levemente.
Aurelia la conducio hasta el carruaje, no se hallaba muy lejos de ahi.....
A pesar del poco interés que mostraba por los libros, si se sabia enseñar bien a la muchacha quizá podía adquirir una gran cultura, ya que tenia capacidad suficiente, pero eso ella no lo sabia.
-¡oh maravilloso! Es una ciudad bonita...¿verdad?-pregunto curiosa, con una chispita en sus ojos.
Ludimila se sintió dichosa al encontrar a una mujer tan amable, además de guapa y distinguida..pero ¿ que tenia ella de especial? Tal vez la mujer verdaderamente sabia de danza..pero sin embargo no la había visto bailar..de todos modos a Ludimila le quedo claro que aun existían personas bondadosas y desinteresadas por le mundo, al menos esperaba que Aurelia fuera así, pero la morena estaba segura de su olfato con las demás personas y esta mujer estaba desposeída de cualquier intención maliciosa sobre ella.
Tenia ganas inmensas de darle un abrazo...pero...¿que demonios? Ludimila se lo dio, pero uno discretito, no muy brusco....
-espero que no le moleste...-se ruborizo levemente...era así de impulsiva....miro de reojo a Aurelia..no parecía estar molesta.
Sopeso sus ultimas palabras..¿tan pronto debía acabar ese encuentro? Ella quería pasar más rato con aquella mujer tan agradable....tampoco quería que viese donde vivía...pero tal vez así madame Bleu ya no se atrevería a tratarla mal...¡¡bah!! al cuerno.....
-Pues...si puedo hacer una visita a su casa... así me aprendo el camino-sonrió levemente.
Aurelia la conducio hasta el carruaje, no se hallaba muy lejos de ahi.....
Ludimila- Humano Clase Media
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Re: brillante encuentro
La pequeña efusión de Ludimila la tomó por sorpresa, pero el gesto la reconfortó. Después de tanto tiempo de no ser humana, todavía podía inspirar cierto afecto a los mortales y la joven no parecía ya intimidada por su aspecto aristocrático... mucho menos parecía advertir peligro alguno en su persona. -No me molesta, linda- le respondió en tono dulce.
Subieron al carro y Aurelia reanudó la charla que habían dejado pendiente antes de acomodarse en los asientos, frente a frente. Suspiró ante el recuerdo de su amada ciudad natal. - Sí, es muy hermosa la Ciudad Eterna-. Siempre que alguien mencionaba Roma, no podía evitar perderse unos instantes en sus recuerdos, los bellos y los dolorosos, todos ya borrosos como un sueño apenas vislumbrado, pero la melancolía se esfumó pronto. La presencia de la bailarina la animaba a emprender nuevas cosas; y era tan vivaz, que tampoco es que le permitiera perderse en viejas quimeras por mucho tiempo.
Pronto llegaron al portón que era la entrada a la mansión y los sirvientes se apresuraron a abrirla. Cruzaron los vastos jardines y por fin las dejaron justo a las puertas de la casa. La lluvia amenazaba con desatarse de un momento a otro, pero ellas ya podían considerarse a salvo.
Aurelia la condujo a de las estancias más íntimas, donde ardía un pequeño fuego en el hogar. A Aurelia le encantaba que la casa se mantuviera cálida y adoraba sentarse ante el calor de la chimenea. Invitó a Ludimila a ponerse cómoda y la chica no tardó en hacerlo, después de asimilar lo que veía. La dueña de la casa llamó a un sirviente y le pidió que les llevara bocadillos y té; no le parecía propio ofrecer vino todavía, pues tenían que hablar de asuntos importantes y ella tenía en mente una petición especial para la joven. -Ludimila, ¿serías tan amable de mostrarme tu danza?-. No había por qué retrasarlo más, así sabría pronto si su instinto no se había equivocado con ella. -Después de eso regresaremos por el té- le dedicó su sonrisa más cálida, quería que se sintiera protegida, en total confianza.
La condujo hacia un amplio salón, destinado a ser pista de baile, con el piso cubierto de madera bellamente pulida. Allí podría desenvolverse bien.
Subieron al carro y Aurelia reanudó la charla que habían dejado pendiente antes de acomodarse en los asientos, frente a frente. Suspiró ante el recuerdo de su amada ciudad natal. - Sí, es muy hermosa la Ciudad Eterna-. Siempre que alguien mencionaba Roma, no podía evitar perderse unos instantes en sus recuerdos, los bellos y los dolorosos, todos ya borrosos como un sueño apenas vislumbrado, pero la melancolía se esfumó pronto. La presencia de la bailarina la animaba a emprender nuevas cosas; y era tan vivaz, que tampoco es que le permitiera perderse en viejas quimeras por mucho tiempo.
Pronto llegaron al portón que era la entrada a la mansión y los sirvientes se apresuraron a abrirla. Cruzaron los vastos jardines y por fin las dejaron justo a las puertas de la casa. La lluvia amenazaba con desatarse de un momento a otro, pero ellas ya podían considerarse a salvo.
Aurelia la condujo a de las estancias más íntimas, donde ardía un pequeño fuego en el hogar. A Aurelia le encantaba que la casa se mantuviera cálida y adoraba sentarse ante el calor de la chimenea. Invitó a Ludimila a ponerse cómoda y la chica no tardó en hacerlo, después de asimilar lo que veía. La dueña de la casa llamó a un sirviente y le pidió que les llevara bocadillos y té; no le parecía propio ofrecer vino todavía, pues tenían que hablar de asuntos importantes y ella tenía en mente una petición especial para la joven. -Ludimila, ¿serías tan amable de mostrarme tu danza?-. No había por qué retrasarlo más, así sabría pronto si su instinto no se había equivocado con ella. -Después de eso regresaremos por el té- le dedicó su sonrisa más cálida, quería que se sintiera protegida, en total confianza.
La condujo hacia un amplio salón, destinado a ser pista de baile, con el piso cubierto de madera bellamente pulida. Allí podría desenvolverse bien.
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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Re: brillante encuentro
Ludimila se acomodo en el carruaje, un lugar suntuoso y muy cómodo. Los caballos comenzaron a andar haciendo su recorrido.
-seguramente lo es-contesto esta suspirando-me gustaría verla algún día-Las pocas giras que había hecho se habían limitado a todo el imperio ruso y una pequeña parte de España.
Se quedo mirando por la ventana, como iban avanzando por las calles de París, hasta entrar en una zona residencial. pronto llegaron al hogar de Aurelia ¡¡que mansión!!! Ludimila abrió ligeramente la boca al ver tan magnifica casa...que jardines tan bellos y que casa tan elegante era aquella.
La muchacha rusa siguio a la dama, mirando curiosa todo lo que se le ponia delante...¡¡dioses que grande!! y que mediocre se sentia ella, se ruborizo levemente al hacer la comparación de las residencias.
Llegaron a un cuarto acogedor, donde el fuego ardía lentamente, Ludimila de forma instantánea se acerco a las llamas para calentarse las manos.
-Por supuesto que si-contesto la rusa antes de dejar que Aurelia le condujese a una estancia donde el suelo era de madera.
-bien...-murmuro esta, observando el lugar. Se quito los zapatos y los dejo en un rincón.
En su mente empezó a orquestar alguna selección musical..pero..¿y el vestido? era un poco pomposo para ponerse a bailar con él....
-euh..Aurelia, espero que pueda disculparme por hacer esto....-acto seguido la chica roja como un tomate se deshizo del vestido, quedando con una muda larga.
Quitándose los demás pensamientos de la cabeza, Ludimila adopto una pose grácil y delicada, para empezar a dar los primeros pasos, saltando en el aire, moviendose como una mariposa, pero aquello solo era el principio, ya que la gracia que tenia Ludimila no era la delicadeza, si no una fuerza digna de una hermosa bestia como lo era el leon.
Si, la bailarina parecía un animal salvaje con sus movimientos, precisos pero apasionados, saltos, giros estremecedores sin llegar a perder encanto ni belleza.
paro, se detuvo en seco, junto sus piernas y a continuación hizo una reverencia a la dama.
-seguramente lo es-contesto esta suspirando-me gustaría verla algún día-Las pocas giras que había hecho se habían limitado a todo el imperio ruso y una pequeña parte de España.
Se quedo mirando por la ventana, como iban avanzando por las calles de París, hasta entrar en una zona residencial. pronto llegaron al hogar de Aurelia ¡¡que mansión!!! Ludimila abrió ligeramente la boca al ver tan magnifica casa...que jardines tan bellos y que casa tan elegante era aquella.
La muchacha rusa siguio a la dama, mirando curiosa todo lo que se le ponia delante...¡¡dioses que grande!! y que mediocre se sentia ella, se ruborizo levemente al hacer la comparación de las residencias.
Llegaron a un cuarto acogedor, donde el fuego ardía lentamente, Ludimila de forma instantánea se acerco a las llamas para calentarse las manos.
-Por supuesto que si-contesto la rusa antes de dejar que Aurelia le condujese a una estancia donde el suelo era de madera.
-bien...-murmuro esta, observando el lugar. Se quito los zapatos y los dejo en un rincón.
En su mente empezó a orquestar alguna selección musical..pero..¿y el vestido? era un poco pomposo para ponerse a bailar con él....
-euh..Aurelia, espero que pueda disculparme por hacer esto....-acto seguido la chica roja como un tomate se deshizo del vestido, quedando con una muda larga.
Quitándose los demás pensamientos de la cabeza, Ludimila adopto una pose grácil y delicada, para empezar a dar los primeros pasos, saltando en el aire, moviendose como una mariposa, pero aquello solo era el principio, ya que la gracia que tenia Ludimila no era la delicadeza, si no una fuerza digna de una hermosa bestia como lo era el leon.
Si, la bailarina parecía un animal salvaje con sus movimientos, precisos pero apasionados, saltos, giros estremecedores sin llegar a perder encanto ni belleza.
paro, se detuvo en seco, junto sus piernas y a continuación hizo una reverencia a la dama.
- Spoiler:
- se me ha ido un poco la cabeza...perdón xD
Ludimila- Humano Clase Media
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Re: brillante encuentro
De haber sido otra persona, Aurelia se habría molestado cuando la bailarina se despojó de su voluminoso vestido; pero siendo ella, ese detalle no le resultó chocante, pues aunque se esforzaba en mantener la pose de dama respetable como correspondía a su posición, en el interior creía que la moral imperante era absurda en su rigidez. Pero estaban tras sus muros y nadie podía verlas y mucho menos juzgarlas.
Lo que vio a continuación la sorprendió gratamente. La joven comenzó a desplazarse ágilmente, ejecutando distintos movimientos en los que no sólo se podía observar el dominio que tenía de la disciplina, sino su emoción y capacidad de improvisar. Aurelia comprendió que no se había equivocado:Ludimila expresaba su pasión por la danza con una energía tremenda, sin por ello restar delicadeza a su interpretación. La chica concluyó su pequeña audición con un saludo y casi con la misma presteza con que se había desembarazado del atuendo, volvió a ponérselo.
Aurelia le aplaudió sinceramente y le agradeció por no haberse cohibido frente a ella; luego regresaron a la estancia donde ya estaba servido el té. Aurelia guardaba silencio; pensaba en el destino, se preguntaba si aquel encuentro les habría estado reservado, por que no encontraba otra explicación. También reflexionaba sobre cómo mostrarle a Ludimila su agrado sin parecer pueril o demasiado expuesta; estaba consciente del efecto que le había producido la demostración, estaba entusiasmada por haber hallado de manera tan fortuita un destello de belleza que iluminara su eterna noche.
-Entonces tenemos que encontrarte un buen profesor de francés y puedes tomar las lecciones aquí, si así lo deseas; pero debes guiarme sobre otras necesidades que tengas... y quizá quieras contarme más sobre ti, anda, tenemos toda la noche.
Lo que vio a continuación la sorprendió gratamente. La joven comenzó a desplazarse ágilmente, ejecutando distintos movimientos en los que no sólo se podía observar el dominio que tenía de la disciplina, sino su emoción y capacidad de improvisar. Aurelia comprendió que no se había equivocado:Ludimila expresaba su pasión por la danza con una energía tremenda, sin por ello restar delicadeza a su interpretación. La chica concluyó su pequeña audición con un saludo y casi con la misma presteza con que se había desembarazado del atuendo, volvió a ponérselo.
Aurelia le aplaudió sinceramente y le agradeció por no haberse cohibido frente a ella; luego regresaron a la estancia donde ya estaba servido el té. Aurelia guardaba silencio; pensaba en el destino, se preguntaba si aquel encuentro les habría estado reservado, por que no encontraba otra explicación. También reflexionaba sobre cómo mostrarle a Ludimila su agrado sin parecer pueril o demasiado expuesta; estaba consciente del efecto que le había producido la demostración, estaba entusiasmada por haber hallado de manera tan fortuita un destello de belleza que iluminara su eterna noche.
-Entonces tenemos que encontrarte un buen profesor de francés y puedes tomar las lecciones aquí, si así lo deseas; pero debes guiarme sobre otras necesidades que tengas... y quizá quieras contarme más sobre ti, anda, tenemos toda la noche.
- Spoiler:
- Descuida No pasa nada...
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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Re: brillante encuentro
Después de que Ludimila se volviera a poner el traje-con rapidez, ya que le daba cierta vergüenza, a pesar de que la dama no hubiese expresado malestar- y se dirigieron a la anterior sala.
El agradable olor a te llego hasta ella, sus músculos se relajaron y un montón de recuerdos acudieron a su cabeza. En Rusia también era costumbre tomar el té, al lado del samovar. Seguramente este té fuera distinto al que tomaban allá en San Petersburgo.
Ludimila se acomodo en el sillón y cogió la taza con sendas manos, para recibir su agradable calor.
-oh bueno...-la joven se relamió los labios...¿por donde empezaba?-pues vivo en una pensión en pleno centro de París...la dueña es....es una aprovechada....-la joven dejo que sus largas pestañas cayeran, bajando los parpados- ahora como necesito trabajo, pues cada vez el dinero escasea y ella no dudara en echarme-esta suspiro pesadamente-realmente, lo que necesito es un trabajo estable y mejor si es bailando......nada más Aurelia.
Hizo una breve pausa para tomar el té. Que rico.
-y si, nada más me gustaría tomar aquí las clases, no creo que sea posible en otro lugar, mi habitación no es lo suficientemente grande para dar clases de manera decente....-apoyo la espalda en el respaldo del sillón-Realmente...yo nací siendo una campesina, en un lugar pobre...pero mi madre me recomendó a una casa de nobles y salí de ese lugar...era feliz, pero a veces llegábamos a padecer mucho....
El agradable olor a te llego hasta ella, sus músculos se relajaron y un montón de recuerdos acudieron a su cabeza. En Rusia también era costumbre tomar el té, al lado del samovar. Seguramente este té fuera distinto al que tomaban allá en San Petersburgo.
Ludimila se acomodo en el sillón y cogió la taza con sendas manos, para recibir su agradable calor.
-oh bueno...-la joven se relamió los labios...¿por donde empezaba?-pues vivo en una pensión en pleno centro de París...la dueña es....es una aprovechada....-la joven dejo que sus largas pestañas cayeran, bajando los parpados- ahora como necesito trabajo, pues cada vez el dinero escasea y ella no dudara en echarme-esta suspiro pesadamente-realmente, lo que necesito es un trabajo estable y mejor si es bailando......nada más Aurelia.
Hizo una breve pausa para tomar el té. Que rico.
-y si, nada más me gustaría tomar aquí las clases, no creo que sea posible en otro lugar, mi habitación no es lo suficientemente grande para dar clases de manera decente....-apoyo la espalda en el respaldo del sillón-Realmente...yo nací siendo una campesina, en un lugar pobre...pero mi madre me recomendó a una casa de nobles y salí de ese lugar...era feliz, pero a veces llegábamos a padecer mucho....
Ludimila- Humano Clase Media
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Re: brillante encuentro
Escuchó con calma a la chica y llegó a la conclusión de que se habían encontrado justo en el momento preciso. No podía sentirse ángel de la guarda, pero le daría la protección necesaria para que su talento no terminara rodando por el arroyo. Ella tenía tantas cosas de sobra (por ejemplo, comida de verdad en sus despensas) que no le vendría nada mal darles el uso para el que estaban destinados. Era una lástima tener que desperdiciar tantas cosas sólo por que su coartada para parecer humana así lo precisaba. Pero no se trataba de una obra de caridad, Aurelia no pensaba regalar nada.
La habló a Ludimila cuando ésta hubo terminado de decirle lo que creía necesario. -Las lecciones de francés comenzarán en cuanto halle un profesor, pero hay otras cuestiones como la ropa y tu bienestar en general. No me agrada la idea esa casera abusiva y te propongo abrir las puertas de esta casa siempre que desees refugiarte de ella; por ahora no me atrevo a más pues corro el riesgo de parecer demasiado osada. Aquí puedes practicar tu danza y si crees necesitar también una maestra para ello yo no dudaré en conseguirla, además está la biblioteca y los jardines, los pongo a tu disposición para que el servicio se vaya haciendo a la idea de que pronto serás parte de su vida diaria-.
Vio a la joven bailarina abrir los ojos como platos y supo que no daba crédito a lo que escuchaba. Pero, ¿qué pensaría? Necesitaba tranquilizarla y ofrecerle su hospitalidad sin generarle un rechazo instintivo, pues sin duda es extraño que un desconocido quiera ayudarte sin alguna oscura intención escondida. -Querida, no sé cuál sea la impresión que te causo, pero me gustaría saber ese detalle antes de continuar, no quiero que el miedo asome en tu corazón ya que no quiero hacerte daño alguno. Al contrario, piensa que tu credibilidad se vería aumentada con el solo hecho de contar con el respaldo de alguien de mi posición-. Esas palabras eran terriblemente ciertas, por más talentosa que fuera ella, si se presentaba a las pruebas ella sola, con un arreglo tan sencillo y con esa innegable sensación de abandono, no lograría mucho... el mundo era injusto.
La habló a Ludimila cuando ésta hubo terminado de decirle lo que creía necesario. -Las lecciones de francés comenzarán en cuanto halle un profesor, pero hay otras cuestiones como la ropa y tu bienestar en general. No me agrada la idea esa casera abusiva y te propongo abrir las puertas de esta casa siempre que desees refugiarte de ella; por ahora no me atrevo a más pues corro el riesgo de parecer demasiado osada. Aquí puedes practicar tu danza y si crees necesitar también una maestra para ello yo no dudaré en conseguirla, además está la biblioteca y los jardines, los pongo a tu disposición para que el servicio se vaya haciendo a la idea de que pronto serás parte de su vida diaria-.
Vio a la joven bailarina abrir los ojos como platos y supo que no daba crédito a lo que escuchaba. Pero, ¿qué pensaría? Necesitaba tranquilizarla y ofrecerle su hospitalidad sin generarle un rechazo instintivo, pues sin duda es extraño que un desconocido quiera ayudarte sin alguna oscura intención escondida. -Querida, no sé cuál sea la impresión que te causo, pero me gustaría saber ese detalle antes de continuar, no quiero que el miedo asome en tu corazón ya que no quiero hacerte daño alguno. Al contrario, piensa que tu credibilidad se vería aumentada con el solo hecho de contar con el respaldo de alguien de mi posición-. Esas palabras eran terriblemente ciertas, por más talentosa que fuera ella, si se presentaba a las pruebas ella sola, con un arreglo tan sencillo y con esa innegable sensación de abandono, no lograría mucho... el mundo era injusto.
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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Re: brillante encuentro
Ludimila permaneció con los ojos abiertos a medida que la dama hablaba ¿ qué? Simplemente no podía creérselo...pero ¿por qué ella? ¿qué había hecho para que la dama le presentase tanta amabilidad.
-No Aurelia- respondió de repente- No podía pensar mal de ti-se llevo la taza a los labios y bebió del liquido-sobre todo alguien como yo...seria injusto e incluso irónico pensar mal...-se rió suavemente, llevándose una mano a la nuca, aun incrédula por lo que estaba sucediendo-comprendo muy bien como funciona esto...y te lo agradezco de corazón.
La joven cerro los ojos con fuerza, y apoyo su espalda sobre el respaldo del sillón donde se hallaba sentada....Puede que ya sus preocupaciones terminaran.
-Entonces ¿quieres ser mi representante?-La joven se relajo y en sus ojos podía visibilizarse un brillo, parecia que su alma ya se habia librado de su angustia......todo comenzaba a ser más claro. Estaba conociendo a gente interesante y muy amable y ahora esto.
-En una cosa necesito ayuda....-hizo una breve pausa- tengo unos ahorros guardados....y quiero salir cuanto antes de esa pensión, busco una casa normal, que se ajuste a mi nivel económico...para poder vivir tranquila y hacer vida normal...sin las restricciones de mi pensión....-levanto la vista y miro a Aurelia-¿Sabrias de una casa de ese estilo?.
De verdad lo necesitaba, la joven creía que..si permanecía un día más en esa habitación se volvería loca y discutiría con la casera...y tendría serios problemas.
-Por mi, estaría dispuesta a empezar mañana las clases....y me gustaría utilizar esa sala para practicar los pasos.
Aun seguía azorada por su nueva situación.
-¿como puedo agradecerte todo esto Aurelia?
-No Aurelia- respondió de repente- No podía pensar mal de ti-se llevo la taza a los labios y bebió del liquido-sobre todo alguien como yo...seria injusto e incluso irónico pensar mal...-se rió suavemente, llevándose una mano a la nuca, aun incrédula por lo que estaba sucediendo-comprendo muy bien como funciona esto...y te lo agradezco de corazón.
La joven cerro los ojos con fuerza, y apoyo su espalda sobre el respaldo del sillón donde se hallaba sentada....Puede que ya sus preocupaciones terminaran.
-Entonces ¿quieres ser mi representante?-La joven se relajo y en sus ojos podía visibilizarse un brillo, parecia que su alma ya se habia librado de su angustia......todo comenzaba a ser más claro. Estaba conociendo a gente interesante y muy amable y ahora esto.
-En una cosa necesito ayuda....-hizo una breve pausa- tengo unos ahorros guardados....y quiero salir cuanto antes de esa pensión, busco una casa normal, que se ajuste a mi nivel económico...para poder vivir tranquila y hacer vida normal...sin las restricciones de mi pensión....-levanto la vista y miro a Aurelia-¿Sabrias de una casa de ese estilo?.
De verdad lo necesitaba, la joven creía que..si permanecía un día más en esa habitación se volvería loca y discutiría con la casera...y tendría serios problemas.
-Por mi, estaría dispuesta a empezar mañana las clases....y me gustaría utilizar esa sala para practicar los pasos.
Aun seguía azorada por su nueva situación.
-¿como puedo agradecerte todo esto Aurelia?
Ludimila- Humano Clase Media
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Re: brillante encuentro
La vampiro se sentía como aquellos mecenas renacentistas (salvando las debidas diferencias, por supuesto) y le complacía su recién adquirido papel. Su corazón se alegraba con el hecho de poder ayudar a esa chica si con ello dotaba al mundo de una nueva y brillante estrella. Estaba convencida de que la danza sería finalmente apreciada y aunque no sabía con exactitud cuándo, esperaba que su contribución fuera importante... el detalle de que su nombre pasara al olvido era una fruslería cuando tal vez de Ludimila sólo quedara eso.
Ahora debían solucionar cuestiones prácticas y de las peticiones que la joven tenía ninguna era difícil de resolver. Una casa adecuada, las lecciones y representación. Bueno, quizá eso último sí resultara complicado para ella dadas sus limitantes diurnas, pero no faltaría algún mortal al que poder seducir y encomendar esa tarea. En un principio había pensado invitar a la bailarina como huésped a su casa, pero era mucho mejor que ella no llegara a albergar sospechas sobre su extraña forma de vida.
-Nada es problema, querida. Tendrás tu propia casa y dejarás de angustiarte por tu casera. Daré instrucciones a mis empleados y mañana todos esos asuntos estarán solucionados-. Hizo una pausa para tomar una de las tazas de té y aspirar el aroma. Era ese tipo de detalles que no deben descuidarse, pues casi siempre se desvelan los grandes misterios gracias a nimiedades. Fingió dar un sorbo diminuto al líquido y volvió a la charla. - Y respecto a tu manera de agradecerlo, sólo espero que te esfuerces bastante para que esto valga la pena... yo no tengo nada que perder, como puedes darte cuenta- dijo señalando alrededor- , mira este encuentro como un obsequio de la diosa Fortuna-.
Aurelia se concentró para ver en los recuerdos de Ludimila y encontró oculta, pero persistente, la imagen de la joya que miraba cuando la conoció; después de todo, ahora quizá pudiera portarla dignamente si las cosas marchaban bien. Ella la compraría y se la obsequiaría como señal de su triunfo, pero la chica no debería saberlo hasta que llegara el momento adecuado. Sonrió enigmáticamente, más para sí misma que queriendo expresar algo para su interlocutora y volvió a hacer el ademán de beber.
Ahora debían solucionar cuestiones prácticas y de las peticiones que la joven tenía ninguna era difícil de resolver. Una casa adecuada, las lecciones y representación. Bueno, quizá eso último sí resultara complicado para ella dadas sus limitantes diurnas, pero no faltaría algún mortal al que poder seducir y encomendar esa tarea. En un principio había pensado invitar a la bailarina como huésped a su casa, pero era mucho mejor que ella no llegara a albergar sospechas sobre su extraña forma de vida.
-Nada es problema, querida. Tendrás tu propia casa y dejarás de angustiarte por tu casera. Daré instrucciones a mis empleados y mañana todos esos asuntos estarán solucionados-. Hizo una pausa para tomar una de las tazas de té y aspirar el aroma. Era ese tipo de detalles que no deben descuidarse, pues casi siempre se desvelan los grandes misterios gracias a nimiedades. Fingió dar un sorbo diminuto al líquido y volvió a la charla. - Y respecto a tu manera de agradecerlo, sólo espero que te esfuerces bastante para que esto valga la pena... yo no tengo nada que perder, como puedes darte cuenta- dijo señalando alrededor- , mira este encuentro como un obsequio de la diosa Fortuna-.
Aurelia se concentró para ver en los recuerdos de Ludimila y encontró oculta, pero persistente, la imagen de la joya que miraba cuando la conoció; después de todo, ahora quizá pudiera portarla dignamente si las cosas marchaban bien. Ella la compraría y se la obsequiaría como señal de su triunfo, pero la chica no debería saberlo hasta que llegara el momento adecuado. Sonrió enigmáticamente, más para sí misma que queriendo expresar algo para su interlocutora y volvió a hacer el ademán de beber.
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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Re: brillante encuentro
El rostro de la joven se ilumino ¡¡si es que aun no se lo podía creer!!
Ahora mismo flotaba en una nube de ensueño, si, notaba como si pudiese levitar, tenia ganas de levantarse y ponerse a bailar de nuevo, pero esta vez sin compás ni decoro, como lo hace un hombre al saber que ha sido padre o cuando a alguien le da una buena noticia.
-¡¡eres un ángel Aurelia!!-exclamo Ludimila rebosante de felicidad. Comenzó a reír, no quería cortarse, sentía confianza con aquella dama a pesar de que llevaba pocas horas conociéndola-¡¡te juro que no te decepcionare!!-pero de repente a la joven comenzó a temblarle el labio, su pecho se encogió y de sus ojos nacieron lagrimas...pero...no se sentía mal...¡¡lloraba de alegría!!
-Ay Aurelia...-se seco con el dorso de la mano aquellas lagrimas-discúlpame..pero es que..tengo la necesidad de manifestar mi alegría....-se incorporo y se acerco a la italiana, arrodillándose a su lado-en serio...muchas gracias....
Ya no sentía miedo..si no todo lo contrario, Ludimila comenzaba a pensar que a partir de ahora, todo iría bien, de bien a mejor...sus sueños tenían posibilidades de cumplirse....
Y..¿que decir de la soledad? Ahora se sentia arropada y bienvenida en un hogar, que dama tan bondadosa y caritativa...¡¡hacia falta mas gente como ella!! que se arriesgaran en invertir en jovenes artistas....Deseaba no separarse de Aurelia, por lo pronto, ya la veia como una hermana mayor, en la que podia confiar....
Ahora mismo flotaba en una nube de ensueño, si, notaba como si pudiese levitar, tenia ganas de levantarse y ponerse a bailar de nuevo, pero esta vez sin compás ni decoro, como lo hace un hombre al saber que ha sido padre o cuando a alguien le da una buena noticia.
-¡¡eres un ángel Aurelia!!-exclamo Ludimila rebosante de felicidad. Comenzó a reír, no quería cortarse, sentía confianza con aquella dama a pesar de que llevaba pocas horas conociéndola-¡¡te juro que no te decepcionare!!-pero de repente a la joven comenzó a temblarle el labio, su pecho se encogió y de sus ojos nacieron lagrimas...pero...no se sentía mal...¡¡lloraba de alegría!!
-Ay Aurelia...-se seco con el dorso de la mano aquellas lagrimas-discúlpame..pero es que..tengo la necesidad de manifestar mi alegría....-se incorporo y se acerco a la italiana, arrodillándose a su lado-en serio...muchas gracias....
Ya no sentía miedo..si no todo lo contrario, Ludimila comenzaba a pensar que a partir de ahora, todo iría bien, de bien a mejor...sus sueños tenían posibilidades de cumplirse....
Y..¿que decir de la soledad? Ahora se sentia arropada y bienvenida en un hogar, que dama tan bondadosa y caritativa...¡¡hacia falta mas gente como ella!! que se arriesgaran en invertir en jovenes artistas....Deseaba no separarse de Aurelia, por lo pronto, ya la veia como una hermana mayor, en la que podia confiar....
Ludimila- Humano Clase Media
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Re: brillante encuentro
Un ángel, sí... últimamente parecía que quisiera ganarse el cielo, pero esa era una apreciación engañosa porque ella seguía pensando como romana y era mucho más pragmática: no valía para nada pensar en una recompensa que viniera tras la muerte si no se tenía contemplado morir; lo único que buscaba era renovar el frágil vínculo con su humanidad.
Las lágrimas de la rusa debieron conmoverla, pero toda esa catarata de emociones la sobrepasaba y algo en su interior le impedía montar una gran farsa: no saltaría de alegría ni demostraría una euforia que no sentía; no obstante, sonrió amablemente, sujetó con su fría y blanca mano el mentón de Ludimila y la ayudó a levantarse. Luego tomó sus manos entre las suyas, demostrando su auténtica gentileza, y la miró a los ojos. –Todo va a ir bien de ahora en adelante, querida-. Sacó un delicado pañuelo de hilo y enjugó las lágrimas de su nueva protegida. –Se está haciendo un poco tarde, ¿no crees? Tal vez ahora sea mejor que descanses y te prepares para los cambios que se avecinan; pronto tendremos más tiempo de charlar y conocernos mejor-. Aurelia hubiera querido invitarla a una de las tantas habitaciones que había sin ocupar en la mansión, pero apresurar las cosas podría despertar alguna suspicacia en la chica y no quería truncar esa naciente relación por la impaciencia impropia en alguien de su edad, así que era mejor hacerla marchar, darle tiempo para asimilarlo todo y habituarse a la idea de que tendría alguien que velara por ella. Todavía quedaba noche para gastar, pero la anfitriona también necesitaba tiempo para organizarse. –Mi cochero te llevará de regreso a casa y si así lo deseas, puede permanecer a tu disposición para cuando vuelvas. No tendrás más que presentarte y podrás disponer de lo que ya te he ofrecido, aunque yo no esté presente-.
La voz de la vampiresa mantenía su tono imperturbable, pero en su interior comenzaba a sentir el calor de la vida otra vez, la idea de no sentirse tan sola era, sencillamente, irresistible.
Las lágrimas de la rusa debieron conmoverla, pero toda esa catarata de emociones la sobrepasaba y algo en su interior le impedía montar una gran farsa: no saltaría de alegría ni demostraría una euforia que no sentía; no obstante, sonrió amablemente, sujetó con su fría y blanca mano el mentón de Ludimila y la ayudó a levantarse. Luego tomó sus manos entre las suyas, demostrando su auténtica gentileza, y la miró a los ojos. –Todo va a ir bien de ahora en adelante, querida-. Sacó un delicado pañuelo de hilo y enjugó las lágrimas de su nueva protegida. –Se está haciendo un poco tarde, ¿no crees? Tal vez ahora sea mejor que descanses y te prepares para los cambios que se avecinan; pronto tendremos más tiempo de charlar y conocernos mejor-. Aurelia hubiera querido invitarla a una de las tantas habitaciones que había sin ocupar en la mansión, pero apresurar las cosas podría despertar alguna suspicacia en la chica y no quería truncar esa naciente relación por la impaciencia impropia en alguien de su edad, así que era mejor hacerla marchar, darle tiempo para asimilarlo todo y habituarse a la idea de que tendría alguien que velara por ella. Todavía quedaba noche para gastar, pero la anfitriona también necesitaba tiempo para organizarse. –Mi cochero te llevará de regreso a casa y si así lo deseas, puede permanecer a tu disposición para cuando vuelvas. No tendrás más que presentarte y podrás disponer de lo que ya te he ofrecido, aunque yo no esté presente-.
La voz de la vampiresa mantenía su tono imperturbable, pero en su interior comenzaba a sentir el calor de la vida otra vez, la idea de no sentirse tan sola era, sencillamente, irresistible.
Aurelia Sila- Vampiro Clase Alta
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