Azul brillante ~#Shanen

por **Eve D'Ascoli** Lun Jul 11, 2016 12:23 pm

Gota tras gota, éstas caían lentamente del cielo, cómo si de las lágrimas del mismo cielo se trataran, mostrando solo de esa manera la tristeza provocada por las grises nubes. A pesar de que sabía bien que la lluvia era, casi siempre, el mecanismo de la naturaleza para bañar las tierras y que éstas no perdieran su capacidad de ser cultivadas, no podía evitar sentirme atraída y fascinada por los mismos. Tal vez era debido al hecho que poseía la capacidad de manipular a una escala menor dichos factores de la naturaleza que me sentía tan unida a la naturaleza como lo hacía; pero no podía negar que no había encontrado mayor belleza que la del sol en un atardecer, o en un amplio campo de flores de mil y un colores brillando como joyas bajo el sol tras una leve llovizna. No era capaz de comprender cómo muchos no eran capaces de observar la magnificencia de la naturaleza y apreciarla tal y cómo era, cómo simplemente preferían todo aquello que era material, que se podía comprar y vender. Era mas que consciente que había nacido en una posición privilegiada, pero a la vez que sabía bien el valor que tenían las cosas materiales había aprendido a valorar las cosas mas pequeñas, aquellas que, tal vez, para muchos serían una tontería, un absurdo o demasiado insignificantes.

Dejando escapar un suspiro, sumida en mis pensamientos, mi mirada se fijó en el ventanal, la lluvia finalmente había cesado y el sol empezaba a brillar de nuevo. Sin pensarlo dos veces, me levanté del butacón frente al ventanal en dónde me encontraba y me dispuse a arreglarme para salir. Tal vez no tuviera un lugar fijo a dónde ir, pero sabía bien que, confiando en mis propios pasos, siempre terminando yendo a algún lugar en dónde quisiera ir o encontrara algo que me resultara agradable, algo que pudiera apreciar y valorar, ya fuera algo simple y sencillo como una flor en el jardín botánico como la inmensidad del mar si éstos me llevaban a la playa. A pesar de que fuera de día las calles se encontraban prácticamente vacías debido al hecho que ahora el sol volviera a brillar ténuemente, momentos antes, había estado lloviendo. Esbozando una leve sonrisa, mientras caminaba despacio por las vacías calles, mi mirada iba fijándose en las gotas que habían quedado incrustadas en tejados, farolas o cualquier objeto que se encontrase en la calle.

Absorta en mis pensamientos y en la admiración del entorno, mis pasos lentamente me condujeron hacia un lugar en concreto, el cual percibí antes de llegar al oír el suave murmullo de las rocas estrellándose contra las rocas. Cuando finalmente mis pies se posaron sobre la arena de la playa, mi sonrisa se acrecentó aún mas al percibir el maravilloso y radiante arcoiris brillando con todo su esplendor. Definitivamente, con tal de tener el privilegio de poder admirarlo por un momento, el paseo había valido la pena. Tras un momento con mi mirada y atención solo centradas en los colores que surcaban el cielo ésta recorrió el lugar, considerando que la playa se encontraba vacía y detallando en una gran roca en dónde tomar asiento y seguir observando el cielo. Sin importarme mucho que ésta pudiera estar húmeda, en cuando mis pasos me acercaron a ésta, tomé asiento en ella dándome cuenta, al hacerlo, del gran charco de agua que tenía a un lado. Siendo consciente de que me encontraba completamente sola, invoqué una ligera brisa, haciendo que pequeñas gotas se elevaran a poca altura y empezaran a formar un segundo arcoiris en una escala mucho mas menor que el que se encontraba varios metros mas arriba y que, poco a poco, se iba difuminando en el intenso azul del cielo.

por **Shanen Fraser** Vie Ago 12, 2016 6:10 pm

El día había sido de aquellos que le recordaban su vida en Escocia, la llovizna, había traído con sigo, no solo el aroma de tierra mojada, sino el recuerdo de momentos únicos, como su infancia en las tierras altas, sus primeros años en Aberdeen, luego de su casamiento, las tardes en que abandonaba su casa, y caminaba por la calle que descendía hasta la costa, esperando que Alistair llegara, - Alistair - susurró mientras suspiraba, cuanto lo extrañaba, cuan importante había sido para ella aquel hombre, que luego de tres años, de ausencia, seguía sintiendo en el fondo de su corazón, que él volvería, que el mar, traería su barco a donde ella se encontraba y volverían a ser felices.

Tal voz por haberle recordado, por necesitar expresar ese dolor, decidió permanecer en su alcoba, sentada frente a su secreters, escribiendo sin parar en su diario, todo aquello que llegaba a su mente. temía, temía que algún día su memoria le fallara y que ya no pudiera recordarlo, -¿que será de mí el día en que su voz no resuene en mi cabeza? ¿si dejara de recordar sus bellos ojos, su sonrisa? - negó con un suave movimiento de cabeza, no, no deseaba pensar en ello, por eso prefería escribirlo, para algún día releer junto a su amado, esa paginas y contarle que en todo ese tiempo ella estuvo segura que volvería a sus brazos.

Apenas comió, le costaba tanto probar bocado, pues era tan triste sentarse a la mesa y comer sola, sin alguien que amenizara aquel momento, sonrió pensando en las cenas en que so esposo se dedicaba a contar sus hazañas marinas, a su pequeño Sean, y el niño abría sus ojos sorprendido por aquellos relatos, de olas gigantescas que azotaban las embarcaciones que parecían que en cualquier momento zozobrarían, mas su padre siempre terminaba aquellas historias, diciendo que el mar se calmaba, como un caballo al terminar de ser domado, y que entonces la nave llegaba tranquila al puerto, llevando abundancia para los pobladores y felicidad para las familias de los marinos.

-Que bellas eran tus historias amor mio - dijo, secándose una lagrima de la mejilla, acariciando luego el cristal que protegía el daguerrotipo que mostraba la esbelta imagen de aquel marinero, de ese hombre que le había conquistado el corazón y el alma, como dominaba las tormentas y las naos. Depositó con cuidado el retrato y decidió que lo mejor sería salir a caminar, se abrigó, pues deseaba caminar por la playa, aun el sol estaba alto, y la lluvia había cesado. Caminó por la playa, cantando una canción escocesa, que hablaba sobre las mujeres que esperaban a sus hombres llegar desde el mar, se detuvo al contemplar el azul profundo del cielo y el arco iris que en él se formaba, - cumple tu promesa, vuelve a mi... vuelve... - dijo mientras su voz se quebraba y las lagrimas descendían bañando sus mejillas.

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