La bruja enamorada del mar - Shanen Fraser || ID

por **Shanen Fraser** Lun Dic 21, 2015 6:18 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Shanen Fraser

▲EDAD▲

27 AÑOS

▲ESPECIE▲

Humana - Hechicera

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

Ninguna

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase Alta

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Highland - Escocia

▲HABILIDADES/PODERES▲

→ Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiantes cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

→ Reminiscencia: Poder para bucear en los recuerdos humanos de los mortales e inmortales.

→ Empatía: Permite conocer los sentimientos de otras personas e intuir sus movimientos. En formas más avanzadas, permite incluso variar sentimientos ajenos o controlarlos. Funciona de manera parecida a la telepatía, pero no es tan eficiente como esta.

→ Premonición: Habilidad para percibir el futuro. En ocasiones solamente se expresa en forma de vagos sueños mientras se duerme, mientras que otras veces es clara y ocurre a voluntad, mientras se está despierto.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Empática, por su forma de ser, jamás podrá dejar de lado el dolor ajeno, siempre estará atenta a todo aquel que la rodee. En especial si son sus amigos. Siempre intentará ayudar, hacer que los demás sean felices, aunque sienta que esa posibilidad, está cerrada para ella.

Prudente, mas que cuidadosa. Usará sus poderes, solo si con ellos cree que podrá mejorar la vida de un ser, aunque para decidirse, deba bucear de vez en cuando en el pasado de esas personas.

Compasiva, con la mayoría de las personas, aunque le cuesta serlo con los seres que fueron responsables por la muerte de su hijo y la posterior depresión de su amado, que lo llevara a la muerte.

Cariñosa con los niños, porque le recuerdan a su hijo Sean. Por eso no es raro ver su casa convertida en algún tipo de orfanato, o refugio, en espacial para los niños de clase baja o maltratados.

Melancólica, no puede dejar de serlo, ¿acaso no lo sería alguien que ha perdido a su familia, de forma tan trágica como lo vivido por Shanen? No te enojes con ella, si algun día está demasiado callada, o la vez llorar sin razones aparentes. No la juzgues, solo quédate a su lado, devuelve el apoyo que ella - de seguro - te ha dado.

HISTORIA

Shanen, nació en las tierras altas de Escocia. De familia pudiente, perteneciente a una de los mas importantes clanes, los Stewart. Pero como es lógico, cuando se casó, su apellido pasó a ser el del clan de su esposo los Fraser. Desde mucho antes que ella naciera, las familias acordaron una unión. Cuando nació y fue presentada a su futuro esposo, ella tenía tan solo un año y él ocho años, Ninguno de los dos podría entender aquello que los mayores acordaban, para el pequeño, la niña solo era bonita pero llorona.

Al cumplir los dieciseis años, Shanen, fue conducida a su nuevo hogar, el la pujante ciudad de Aberdeen, en donde su prometido le esperaría. En todos esos años, desde la primera vez que se vieron, jamás volvieron a encontrarse o mandarse un retrato, Shanen, no podía hacerse una idea de como sería su esposo. Triste pero decidida a cumplir su destino, realizó el viaje que la llevaría a un matrimonio sin amor. ¿porqué estaba tan segura? pues porque cuando pasó de niña a jovencita, sus poderes despertaron. Una noche, ella pudo ver con claridad, quien sería el amor de su vida, aunque no sabía como llegaría a él, se juró no amar, hasta que le encontrara. Su padre, le contó que quien sería su esposo se llamaba Alistair Fraser, que un hombre bueno, de veinticinco años, empresario naviero, y un marinero de alma y cuerpo, - hija no debes preocuparte, si llegaras a no amarle, al ser marinero, no estará mucho en tierra y podrás volver en sus ausencias con nosotros - la consoló.

El día de su matrimonio, a Shanen le temblaban las piernas, no podía dejar de llorar, aunque se mantenía lo mas estoica que podía. Cuando el carruaje se detuvo frente al atrio de la iglesia, y tras abrir la puerta descendió, alzó su vista y sus ojos se unieron a los del hombre que la esperaba, para entrar juntos a la iglesia y jurar sus votos. El corazón casi se detuvo, allí, parado, mirándola con mucho amor, se encontraba el que sería su alma gemela, el mismo que viera en sueños tantos años atras.

Y fue muy feliz, junto a su amado marinero, durante largos y pacíficos catorce años. Bendecidos por Dios con la llegada de un bebé a la familia, al que llamaron Sean, en honor al padre de Alistair. No había secretos entre ellos, su esposo, su amado, sabía que ella era una hechicera y que probablemente sus dones pasarían a su hijo, pero eso no le preocupaba, porque jamás había sido una condena los dones que tenía ella, así que tampoco traerían problemas los de su hijo. Mas como en la vida, existen momentos de clama, que anteceden a las tormentas devastadoras, y la familia Fraser, no sería la excepción. La tragedia llegaría por primera vez, a sus vidas, en forma de fuego, un incendio que consumiría lo que mas amaban.

Su pequeño Sean, llegó dos años después de haberse casado. Sean, era su solaz en los días y noches en que su esposo faltaba del hogar. Como lo dijera aquella vez su padre, Alistair, no podía dejar de salir al mar. Aunque amaba con el alma a su familia, el mar siempre lo llamaba, desde que había tenido conciencia. Con ayuda de su padre, Alistair, había embarcado por primera vez, a los nueve años, y desde ese entonces, no pasaba mas de dos semanas en tierra, el suficiente tiempo como para controlar sus inversiones, sus tierras, su esposa y su adorado hijo.

Cuando Sean, cumplió los ocho años, los poderes se fueron haciendo mas fuertes e incontrolables. Aunque Shanen, le enseñaba lo mejor que podía, pronto se dio cuenta que no era suficiente para ayudar a su hijo. Por esa razón, buscó a un hechicero, capaz de enseñarle a manejar correctamente sus poderes. Fue así como todas las tardes, Sean, se despedía de su madre y partía a tomar clases con aquel brujo poderoso. Una tarde, supo que el maestro no podría darle las clases, ya que debía partir, y no sabía cuando podría regresar. Preocupada, pensó pedir a su esposo que se mudaran a otra ciudad, donde el niño pudiera tener una mejor educación, tanto en lo cotidiano, como en lo relativo a sus dones. Mientras tanto, el niño solía ir a la biblioteca del pueblo, para leer sobre historia, batallas y navíos. Una noche, Shanen soñó con un incendio, se vió intentando salvar a su hijo, que la llamaba desde las llamas. Desde ese momento, no dejó que su hijo se alejara de su hogar, de la seguridad de su mirada. Mas un dia, pasados unos meses, una de las maestras del pueblo, fue a pedir que le permitiera que Sean la ayudara a acomodar unos libros en la biblioteca de Aberdeen, a regañadientes, ella aceptó, diciendo que en unas horas le llevaría algo para merendar y que entonces volverían juntos al hogar. Contento, lo vió alejarse, junto a la maestra, por la calle que llevaba al centro de la ciudad.

Cuando tras unas horas, Shanen, con su cesta en manos, se dirigió a la biblioteca, pudo ver que algo ocurría en el centro de la ciudad, una columna de humo subía hasta los cielos. El corazón de la madre se paró, cuando comprendió que aquello era el incendio de sus sueños. Soltó la canasta con la merienda y corrió, golpeando a las personas que se interponían, mientras gritaba el nombre de Sean, una y otra vez. Al ver las llamas consumir el edifico, supo que su hijo no había podido abandonar el edificio. Con el alma destrozada, quiso internarse en las llamas, pero fueron los brazos de su marido quien la retuvieron, - no amor, no lograrás nada, ya lo hemos intentado todo... cielo... amor mio... déjalo... déjalo partir. -, Podía sentir las lagrimas de su amado derramarse en su cuello, pero ella insistía en entrar al infierno y salvar el alma de su hijo.

Fue el desmayo el que la dejó inerte en los brazos de su amado. La fiebre, la debilidad, se apoderaron de su cuerpo. Sumida en la inconsciencia, sollozaba y nombraba una y otra vez el nombre de Sean. Cuando días después, fue recuperándose - físicamente - poco a poco, Las demostraciones de amor y cariño de su esposo la ayudaron a poner su fuerza en volver junto a su amado. Mas su corazón estaba herido y su alma seguía sufriendo. Cada día se fueron uniendo mas y mas, hasta que pasar un segundo sin su amado, le provocaba una angustia insoportable, mas jamás se lo hacía notar. Siempre pensando en la felicidad de los demás, mostraba una sonrisa en los labios, aunque su alma se desgarrara por la pronta partida de su marido, pues como era de esperar, el mar le llamaba constantemente. Cuando una mañana, apenas el sol amanecía, le despidió en la puerta de su hogar, un presentimiento, negro como las nubes que comenzaban a cubrir el cielo, le hicieron temer lo peor. Intentó retenerlo en el abrazó, en el beso y aún en la mano extendida, saludándole, mientras lo contemplaba, caminar llevando su bolsa de viaje, listo para zarpar en una travesía que no dudaría mas de una semana.

Días después, un capitán de otro barco, golpeó la puerta de su hogar. Traía la noticia que Shanen presintió, aquella mañana, cuando le vio por última vez. El barco de su esposo había naufragado, producto de una tormenta, y que aunque varios de los marineros pudieron ser rescatados, su amado esposo, desapareció en las profundidades del mar.

Aunque su familia, la de su padre, intentó llevarla con ellos, devuelta a las altas tierras escocesas, ella no podía dejar la costa, pues sentía que era la única manera de estar de algún modo, cerca de su amado. La depresión volvió a herir su alma, llevándola a un acantilado el primer año en que se cumplía la muerte de su hijo. Sus pasos se acercaron al abismo, sintió la brisa acariciar su rostro y en ella, creyó escuchar la voz de su amado esposo, suplicándole que no lo hiciera, prometiendo que tras la muerte, volverían a estar juntos, los tres.

La paz volvió a su alma, de algún modo, mas supo que no podría vivir mas en aquel lugar, decidió dejar Escocia, partir de Inglaterra y cruzar el canal, allí, en las verdes tierras de Francia, intentaría reconstruir su vida, o lo que pudiera de ella. Por eso, vendió los negocios de su esposo, compró un piso en París, y dejó el resto de sus bienes para ser manejados por una firma de abogados, ellos sabrían en qué convenía invertir, lo único que pedía era poder comprar una pequeña casa, a orillas de la playa, para poder esperar allí, aquel maravilloso día, en que tanto Sean y Alistair, volverían a buscarla.

DATOS EXTRA

Antes de llegar a París, vivía en Aberdeen, en donde compartía su vida con su hijo y su amado esposo, al morir sus seres queridos, decidió buscar un lugar donde esperar que regresaran a buscarla, el día de su muerte.

El mar la vuelve melancólica, mas a la vez, el estar a su orilla, le devuelve parte de la paz perdida, cuando Alistair murió.

El fuego produce un tipo de sensación hipnótica, en la que siente la necesidad de ir a él y dejar que las llamas la consuman, como consumieron el pequeño cuerpo de su hijo.

Aquellos que logran conocerla, saben que es dulce y pacifica, pero aunque ha intentado perdonar a esa maestra que llevó a su pequeño a la muerte, o a los marineros, o a las tormentas, no puede dejar de sentir rencor, porque los cree culpables de las muertes de sus amados, tanto como ella lo es, pues aún con las premoniciones, no fué capaz de retenerlos a su lado, de protegerlos de tan crueles destinos.

Ama cantar, en especial las antiguas canciones escocesas, esas que su amado le cantaba, y que luego cantara a su pequeño hijo Sean.

Usa sus poderes solo en contadas ocasiones, pues siempre han tenido un halo de tragedia, a excepción del día en que conoció a su amado esposo.

por **Tarik Pattakie** Lun Dic 21, 2015 6:48 pm

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