Por una taza de cafe

El día de hoy era gris, sin embargo eso no era un impedimento para la bailarina, que tan acostumbrada estaba a los días grises y fríos en su tierra. Pero al parecer los parisinos no opinaban lo mismo y las calles parecían estar inundadas por una grave melancolía,aun así, la rusa haciendo alarde de sus grandes ganas de vivir con un vestido de manga larga y poco vuelo de un color rosa palo y su hermosa cabellera azabache recogida en una trenza, despuntando enormemente con los demás transeúntes, haciéndola única en su especie.

Porque, acostumbrada estaba ya a todo, gajes del oficio, pertenecer a la farándula tenia sus desventajas, pero eso a ella no le importaba, había llegado lejos, había conseguido salir de aquella granja de mala muerte y estaba en París..¡¡hablando en otro idioma!!

La morena, algo sedienta, decidió pararse frente El "café de París", un bonito café de aspecto agradable y reconfortable, Ludimila segura de sus pasos, giro el manillar, la calidez del lugar enseguida fue a recibirla y una sonrisa apareció en sus labios.

Un asiento frente a la ventana seria ideal, la rusa comenzó a andar hasta el lugar deseado, acomodándose en la silla, esperando a que el camarero se acercase a tomar su pedido.

Solo esperaba que aquel lugar estuviese al alcance de sus posibilidades......

Día nublado se podia presenciar hoy en París, en el ambiente habia un estridente sentimiento de tristeza que combinaba perfectamente con los matices grises del cielo.
Este día era como aquellos que se mancharon de sangre inocente en el pasado, mal presagio para un escritor que hayaba su inspiración con aquella gente de costumbres tan extrañas.
Un buen café seria mi consuelo y mi calor a falta de uno que fuese humano o que la valentia proporcionara a mi alma, en mi camino de calles empedradas de suaves y relajantes rocas de rio encontre un café de peculiar estampa que por adorno llevaba una enorme ventana que enmarcaba la mas bella de las musas.
Asi entonces abri la puerta con aire de elgancia sentandome cerca de aquella dama que parecia poseia tal curiosidad como los niños que descubren el mundo a base de risas y preguntas que parecen nunca tener fin.
Parecia que daba un toque iluminado a aquel día tan nublado, un vestido de mangas largas era el encargado de envolver a tan linda figura, por cabello parecia llevar un velo de color tan negro como las noches, atodo sutilmente en una trenza, de tez tan morena como aquel cafe que claro se volvía al mezclarlo con leche y que decir de sus ojos dos violetas tan abiertas y despiertas como en la primavera....
El aire de otro país podía resspirarse a kilometros de distancia y el arte la llevaba en su infante aura, ahora el destino me premiaba al ponerme mujer tan bella junto a una ventana, probable candidata de los mas inocentes de mis poemas.
Saque mis hojas aquellas que tan amarillentas daban un toque rustico a mis escritos, solo la observaba y como si de un dibujante se tratara comence a esbozarle pero con misfinas letras y adornadas palabras, extraño era en verdad que todas las que de mi puño escribia eran dedicadas a la energia vivaz de existir y de amar.
El camarero se acerco ofreciendome un cafe caliente y de oscuro color, recorde aquella joven que tan intrigado me tenía y pensando quiza ella tuviera frio le pedi a aquel noble muchacho llevara la taza a la hermosa flor que se encontraba en la ventana, antes que cumpliera mi mandato le mande junto con aquella taza de tan aperlado color una nota que decia las siguientes palabras

"Acepte usted esta taza de cafe que de mi parte es sin interes alguno mas que brindarle un poco de calor parisino, bebala a su salud y a mi salud pues usted bella flor ha hecho que viaje en vano no sea....
Con respeto y calurosa bienvenida a dama extranjera...
Su eestimado caballero y escritor español
Archibaldo de la Cruz"

Puse mi nacionalidad para explicarle que yo tambien era extranjero y de esta manera no se inhibiera y se fuera seguramente sintiendose ofendida.
El camarero se llevo la taza y nota en mano, segui haciendo mis notas como si nada de aquello estuviese enterado, aquel mesero trajo a mi mesa otra taza de café cuyo humo salia del curioso y pequeño recipiente perdiendose en la nada, deje mis cosas de lado y cuando levante la mirada aquel liquido caliente me daba un reflejo celestial, era aquella chica que estaba frente a mi mesa, sonrei seguro y con un sutil gesto le invite se sentase en mi mesa frente a mi, en aquella sillita de madera de pino con un sencillo acabado .
¿Que me diria tan curiosa y bella violeta?, para mi que pensaba en todo menos en lo mas inesperado era un gran misterio y de pensar que todo comenzo por una taza de café...

La dama rusa seguía inmersa en sus pensamientos, con sus dedos entrelazados en una pose relajada, mirando aquellas espesas y grises nubes, cuando de repente el camarero bandeja en mano, traia una humeante taza de cafe negro.

Ludimila abrió sus ojos violetas algo sorprendida. Ella no había pedido nada y era la primera vez que entraba en ese café, el joven con una suave sonrisa,ladeando levemente la cabeza hacia otra mesa donde un elegante caballero se encontraba escribiendo, le entrego a continuación un papelito con unas lineas escritas, esta aun en su asombro tomo el papel y espero a que el mesero se retirara.

Antes de nada dio un trago al café, así es como le gustaba, puro, intenso, sin edulcorantes ni nada que estropease su sabor original, para a continuación, poner su atención al papel.

En frances, sin duda, estaba escrito, la morena expulso aire por la nariz y puso toda su concentración en leer la nota....si, leer le era más fácil que hablar, entendía perfectamente el frances, podía quedarse horas escuchando una conversación, pero hablar y pronunciar ese caprichoso idioma le costaba mucho.


Al terminar de leer una sonrisa risueña apareció en sus labios e incluso una tímida risilla escapo de su garganta. Se habían fijado en ella y eso le gustaba, después de todo, era una artista. Levanto la cabeza para fijarse mejor en aquel hombre que escribía. este tenia un buen porte y buena presencia y algo que le llamaba la atención, sin duda se trataba de todo un caballero, pero habia algo que no lograba adivinar....sin pensarselo más, el cuerpo de Ludimila se incorporo de su asiento y con paso resuelto y grácil se dirigió a la mesa del atractivo caballero.

Cuando este alzo la mirada, Ludimila le correspondió con una sonrisa sincera y llena de gratitud por el agradable gesto que había tenido para con ella.

-Buenas tardes-termino por decir, intentando vocalizar todas las silabas, esforzándose en la pronunciación- muchas gracias por el taza señor De la Cruz- Mientras, esta ya se habia sentado frente a él, adoptando la pose relajada de antes- Ludimila Petrovya, un gusto

Primero quiero expresar mi sentir en aquel momento en que vi sus infantes reacciones ante mi sutil atención...Como describir lo que sentía...era... una exquites extraordianaria volver a ver aquellos ojos violetas que por un momento se hundieron en los finos pensamientos de su bella dama, ocultandose tras esos parpados dulces parecidos a los melocotones.
No pude evitar soltar una pequeña risa al observar su sorpresa, tan inocente, sabía en el fondo que a ella le agradaría aquel atento detalle y el que me haya fijado en su alma que mi día alegro con su aparición tan milagrosa para este escritor.
¡Como no se me había ocurrido que quiza el frances le costaria tanto trabajo en leer! aquel suspiro con aire de concentración me tradujo todo aquello en un pequeño instante, de vez en cuando mis hojas tan antiguas levantaba y ladeando un poco mi cabeza asomaba aquella mi mirada para poder seguir esbosandola con miles de historias que venian como un rasimo de delicias que probablemente fueran las mas exitosas de mis obras.
Mas de un de repente, me distraje entre mis pensamientos y la escritura, cuando entonces la vi reflejda en mi café, volviendo de mi relato anterior....
Una sonrisa sincera se asomo en sus labios, llena de gratitud por mi humilde taza de café, ¿Impresión?, quizás era aquello que mi rostro reflejaba, ¿Sorpresa?, muy probablemente no esperaba que aquella criatura tan risueña se levantará inmediatamente para dirigirse a mi mesa, en fin cualquiera de las dos sensaciones era aplicable en la expresión de mi faz.
Era rusa de ello no había duda, su esfuerzo eminente ante su pronunciación del idioma frances me lo revelo, fina y melosa voz poseia en verdad ¿Asi de melosa y delicada era la musica de su verso al hablar? pronto iba a averiguarlo.
Al terminar su pequeña oración no pude mas que asombrame, aquella dama tomo asiento frente de mi con una pose tan relajada como la de hace unos instantes, parecía como si nada hubiese pasado. Así que al fin sabía su nombre Ludimila, hermoso nombre pero nunca escuchado por mis oidos en otro lugar, sin dudar diria era unico en su bello tipo.
Pronto guarde mis hojas ocultandolas tras el fino cartón que anunciaba el menú y pluma mas tintero a un lado, no queria que se enterase de mis escritos, por lo menos.... ahora no, puede ser quiza un poco más tarde.
-Dejemonos de formalismos, estas cosas por lo menos en lo personal me desagrada- la mire fijamente sorprendido en su fina figura -Digame Archibaldo y nada mas que Archibaldo-preparé entonces mi cafe con un poco de azucar yo no soportaba tan magnifica bebida con tan amargo sabor, pronto me incorporé a la platica -Aunque en lo personal prefiero que me llamen por Archi- era tan atenta a mis palabras pero me sentia algo desconcertado, en realidad no podia saber si me entendía o le costaba algún trabajo entender, asi que hable un poco mas despacio y con fluidez -Yo soy extranjero, venido de Cataluña, España- rei despacio y discretamente -Mi profesión es una de las mas nobles pero se debe tener paciencia para hayar la inspiración correcta como lo es el día de hoy al verla alli como musa de un bello cuadro que enmarcaba la enorme ventana del frente- suspire al ver que mis alagos surtian efecto y a cada uno ella sonreia, no tuve mas que corresponderle de igual forma al terminar cada frase.
Despues de un sorbo de café decidi a confesarle mi profesión a expensas que me entendiese por que le habia nombrado "mi inspiración -Soy escritor, por eso el atrevimiento de llamarle "mi inspiración" y le agradezco haya aparecido en mi camino, mi trabajo consiste en recolectar las historias de la gente que me es interesante y muchas de ellas las convierto en mis protagonistas de las novelas que suelo escribir, espero entonces no le moleste que usted la tome como posible candidata de un poema o de un cuento-Volví a tomar un poco del café que ya estaba perdiendo calor.
-Vera, en verdad yo me estaba decidido a ir a casa defraudado de haber creido no conocer a una persona interesante y puesto que el día esta nublado, yo considero que....- tome una pausa arrepintiendome de lo que iba expresar mas intente cubrirlo -Disculpe, no tiene importancia, es que...normalmente tengo la manía de ser algo superticioso, seguramente comprendera- suspire y volvi a observarla con detenimiento como si quiese descubrir de ella los pensamientos más secretos y ocultos de su mente.
Interrupí mi analisis, reaccione por un instante al recordar aquel nombre que me era unico pronunciado por aquellos labios finos y de un elegante tono rojo como las cerezas mas deliciosa psoblemente encontradas en un verde y frondoso jardín-¿Asi que es su nombre Ludimila?, hermoso nombre para ten bella violeta de las colinas mas perenes que haya- pense por un instante -pero digame entonces de donde es que proviene su nombre por que me es extraño, tanto tiempo viajando en otros lados y nunca lo habia escuchado por lo menos hasta ahora-, mas sin embargo seguía incomodo asi que considerando que sabía algo del idioma de su región se me ocurrió proponerle -¿Se siente comoda hablando en el frances o ha de preferir hablar en el idioma que hablan en su país natal?, bueno claro todo sea sin el animo de ofender-.
Llame al mesero, ordenandole otro café para mi acompañante, tenia tanta curiosidad de aquella criatura, que empezaba a presentir la conversación sería aun más profunda e interesante de lo que yo mismo habia imaginado...

Ludimila siguio con discreción los movimientos de Archibaldo ¿ que seria aquello que estaba escribiendo? suspiro levemente, presa de la curiosidad, pero mejor no meterse en los asuntos de los demás, quiza era su diario y eso solo le podia pertenecer a él. Tambien se fijo en que echaba azucar en el cafe. Su tutora le habia mentido, según ella, los hombres preferian el cafe amargo,. aquello le arranco una picara sonrisa, le gustaba encontrar pequeñas cosas extraordinarias, llevar la contraria a los dichos populares de la gente....

-Archi-pronuncio ella, con naturalidad, mientras asentia a sus palabras. se mostraba relajada, paerecia no tener la necesidad de mostrarse fria o finjir dulzura,todas sus reacciones eran naturales, el escritor tenia en frente a la Ludimila más autentica y sincera.

Y más risas surgieron de su garganta al escuchar lo de "musa" si es que no se lo podia creer. Ella ¿inspirar a un poeta? ¿tan maravillosa parecia? Más no tenia la sensación de que se burlaran de ella y si era un cortejo, era el más extraño que habia escuchado en su vida, no habia tenido la oportunidad de moverse en circulos intelectuales, ya que Archibaldo tenia el porte de un hombre sabio y culto.

-Escritor- repitio esta, no muy sorprendida, la verdad es que se podia sospechar por las cuartillas , la pluma y su tintero, pero lo que si sorprendio gratamente a Ludimila fue su nacionalidad. Una vez más, sus ojos violetas escuadriñaron el rostro que tenia ante ella, eso si, con discreción y elegancia-español-sonrio esta, contenta-España muy bonita, gente apasionada y amable-comento-muchas gracias Archi-volvio a repetir, esta vez con una deliciosa melodia-eres buen español, pero...creo que..que-Ludimila se detuvo, buscando las palabras-yo le puedo decepcionar, no ser tan maraviosa como tu creer-la joven hizo unos gestos, de manera incosciente, al recitar la frase-y mi trabajo ser menos noble, bailarina, se bailar casi todo, pero ballet ser mi pasión...

Esta bajo la mirada, el camarero volvio, con otro cafe para ella, negro como el tizón, en el se reflejaban sus ojos, una mirada relajada y a la vez agradada por todas las hermosas palabras del escritor. Su sonrisa tambien se reflejaba en el liquido pardo, blanca y brillante, aunque a veces desaparecia, más la joven estaba acostumbrada a esconder sus pesares detras de una sonrisa bonita.

Seguramente le habria confundido con una niña de bien o una personalidad de la nobleza, pero Ludimila no era más que una pobre chica que no sabia mucho, solo lo que habia vivido y ella queria creer que era suficiente. Ludimila era de esas mujeres que eclipsaban con su sola presencia pero que enseguida se sabia que no era recomendable acercarse ya que significaba la perdición de los hombres honrados. Y aunque ella ya lo tenia asimilado, en el fondo sabia que no era asi, que ella lo unico que queria era tener buenos amigos, ser aceptada y poder cumplir su sueño.

Sacudio levemente la cabeza, al menos hoy parecia haber encontrado alguien de fiar, Ludimila se encontraba segura conversando con aquel hombre, al fin y al cabo el también era un soñador, ser escritor no era como ser abogado, una persona debia nacer con talento para convertirse en un gran escritor, al igual que un bailarin, de su gracia e imaginación dependia el ganarse el pan de cada dia. Levanto la mirada, ante las ultimas palabras de Archibaldo.

-Soy de Rusia, pais diferente al tuyo- esbozo una sonrisa nostalgica, al recordar su patria- San Petersburgo con exactitud...oh ¿sabes hablar ruso? - arqueo una ceja divertida- maravioso seria, más tengo que practicarrr- cerro su puño, convencida, esa era una meta para la morena, conseguir hablar frances correctamente.

Cogio la taza de cafe y dio un pequeño sorbo, aquello sabia a gloria, recordo en sus pensamientos que el español habia dicho "un poco supersticioso", y a la mente le vino similitudes con su pais, su tutora le dijo, gran conocedora de idiomas, que el español y el ruso compartian muchas raices y palabras, pero Ludimila era tonta y nunca presto atención a temas de cultura.

-No preocupar- contesto divertida, clavando sus traviesos ojos en las pupilas del otro-Rusia encanta temas de ocultismo- deposito su taza sobre la mesita, mientras se dedicaba a juguetear con los guantes-te contare experiencia, he salido de habitación y cuando estar en calle, me he dado cuenta de que olvidar sombrero y yo ¡oh!¡mi sombrero!! ¡no tener en cabeza!- la joven no pudo evitar reirse, tal vez estaba exagerando el relato, o tal vez estaba actuando de manera desastrosa-el caso ser que, cuando olvidas algo en casa, dar mala suerte volver a por el-suspiro y dio otro sorbo a su taza-a no ser que santiguar frente puerta, pero yo no tener esa costumbre- la rusa se relajo en la silla, sin perder la educación claro esta, mientras en sus labios quedaba una sonrisa de satisfacción al contar algo de su amado pais-y yo al final sin bonito sombrero, una pena, pero bueno.

Penso que habia merecido la pena salir, bueno, ella siempre pensaba que las cosas merecian la pena, por mucho que se sufriera en el transcurso de la acción, la vida era hermosa y habia que disfrutarla cada segundo, todo tenia un significado y seguramente Ludimila enmarcaria este recuerdo como algo maravilloso y además con la esperanza de trabar una gran amistad y la construcción de una bella historia, suspiro complacida, ya que aquello tenia sentido, el era escritor, aunque no se terminaba de creer que gracias a ella pudiese servir para escribir un poema.

Solo, podia observarla, cada gesto, cada movimiento suyo eran perfectos como un hermoso cisne en medio de un lago.
Mi sorpresa se expreso en el rostro al descubrir que mi imaginación había acertado, o me había dado una pista de lo que ella se dedica, asi que era una bailarina de ballet hermoso arte que siempre capto mi atención, más para ella parecía algo simple sin algún contenido de nobleza, negue con la cabeza -No hermosa dama- tomé una pausa -A veces las cosas más sencillas, y al parecer sin nobleza suelen ser las más bellas- me incline un poco hacia ella como si al decir esto en realidad estuviese contando un secreto -Es curioso- rei -Al verla fijamente, sus movimientos se me figuraron los más perfectos y bellos, en mi mente se dibujo un bello cisne y mire ¡Resulta es bailarina de ballet!-tome un sorbo de café -es como aquella escena donde el cisne se encuentra con el principe y danzan con amor y armonía, si asi fue como me la habia imaginado, ¡Coincidencias que da la vida!- en realidad en lo profundo de mi ser, algo de miedo empezó a producirse, otra vez mi imaginación comenzaba con sus tretas y aciertos sobre la vida de la gente, en fin después de esa experiencia alguna secuela por castigo debía quedarme.
Mis pensamientos se externaron en mis movimientos al encojerme de hombros, la joven miraba dulcemente, quizá algo extrañada -Disculpe, solo pensaba- suspire -pero continue, continue que parece del todo magico este encuentro-.
Ai continuo platicandome sobre Rusia y San Petersburgo, más de pronto interrumpio su relato al sorprenderse de que podia hablar su idioma -Va lograr que me sonroje, y creame que es algo difil que una persona logre algo así en mí-reí -No se sorprenda, mi...-interrumpí la frase, iba a decirle sobre mi experiencia sobre ese demoniaco artefacto,mismo que me obligo a viajar, pero pense quiza sería algo ridiculo y fuera de la conversación -iba a decir que mi experiencia me ha llevado a conocer diferentes paises e idiomas, tanto como usted parece conocer y describir a la perfección a la gente de mi país-acaricie el fino mantel perlado que había en la mesa y que de tantos ademanes habia desacomodado -Si, asi lo profiere, practique entonces usted conmigo- respondí a su comentario mientras hacia mi taza e instrumentos de lado para acomodar el mantel, pero su puño cerrado al caer en la mesa sinceramente me había tomado por sorpresa -Entiendo, una misión por cumplir- tome su mano con atrevimiento, abrí su puño y coloque su mano abierta en la mesa -Relajese y descuide, que si todo va bien seguramente esta conversación le servira de practica y algo bueno se debe llevar de ella- volvi a tomar mi taza y la alce lijeramente en forma de brindis.
Ella tambien tomo su taza y comenzo a beber, de pronto quizá al recordar mis palabras que contenian cosas sobre supersticiones, ella conto una anecdota, que mas de una vez me provoco una sutil sonrisa.
Pensaba en mi mente que de haber sido el viejo y maldecido Archibaldo, la habría asesinado con gusto, una carcajada salio de mis labios, negue con la cabeza -En verdad este ha sido mi día de suerte, me ha hecho reir, como no reia desde hace tiempo-tome aliento -Lo bueno de todo esto que su experiencia a sido con un sobrero y no con una caja como yo-.
En sus ojos también se dibujaba felicidad y un brillo especial, que me deslumbro por completo, me tranquilise y nuevamente habiendo acomodado mis cosas en su lugar, tome una pluma y escribí la idea que mi visión habia provocado.
Sabía comemzaba a darle curiosidad, pero al parecer la fina chica rusa, sabía ser repetuosa y prudente-Se lo agradezco enormemente- me observo extrañada con su taza de café en la mano -Disculpe, pero es que a veces suelo hablar, como si la gente supiera lo que pienso- deje la pluma de lado acomodandola de forma que quedase aliniada -es que usted es la primera mujer que respeta la privacidad de mis escritos- me birndo una sonrisa sincera y asintio con la cabeza.
-Una diía de cielo gris-dirigí mi mirada a la ventana -¿Me preguntaba que hace tan bello girasol, en un pais de clima ta impreciso como este?- dirigí mi mirada a ella nuevamente quuien seguia mirandome con una sonrisa traviesa y ojos suspicazes, yo le sonrei invitandola a que continuara para que la charla nos fuera amena como si se tratase de dos viejos y conocidos amigos.

La charla parecia estar resultando agradable, cada vez Ludimila tenia menos reparos...bueno, era de esas personas que cogian confianza enseguida si veia buenos sentimientos en su interlocutor, más habia algo en aquel caballero..no era algo malo..pero....tenia un alo de misterio alrededor de él.

-a mi parecer bonito-suspiro la rusa, respondiendo a su comentario...¡¡que alegria saber que habia gente que apreciaba la danza!!! ¡¡al demonio esas estrictas personas de sobria vida y gran fanatismo religioso..o aquellos hipocritas que presumian de ser correctos y buenos cristianos...-pero sociedad pensar eso de artistas- volvio a suspirar, más pesadamente-bueno, usted saber bien.

Ludimila abrio sus ojos violetas y afino su oido cuando este se acerco...¿que le diria? Que parecia un cisne...esta sonrio ampliamente...¡¡que zalamero!! pero seria una mentirosa si dijera que no se encontraba halagada y bien a gusto...como se notaba que era escritor...que palabras tan bonitas le dedicaba-¿cisne?-repitio divertida-¡¡que cosas tener Archie!!-agito la mano-¿y quien ser el principe? digame. Tal vez..¿usted?-arqueo una ceja para más tarde volver a tomar su taza de cafe.

Ante su repentino arranque de efusividad al manifestarle que preferia practicar el idioma, lo que no se esperaba la joven rusa es que Archibaldo le cogiera la mano, esta dio un respingo, habia mucho contraste entre las dos...más le parecio un gesto adorable por su parte, tal vez otra señorita se hubiera molestado y haberle expresado su desagrado, pero ella no era asi, le gustaba el contacto con las personas y cuando llevaba más tiempo relacionandose con alguien solia mostrarse cariñosa y atenta, a pesar de que los rusos por lo general tuvieran un caracter algo frio y reservado con los desconocidos. Acepto el improvisado brindis y volvio a tomar de su cafe.

-seguro-respondio complacida-oh, pues yo tambien sentir feliz de que usted este a gusto con mi-sonrio una vez, de manera radiante.

Pudo notar que a veces el semblante de Archibaldo se perturbaba por unos segundos y que...alguna vez meditaba bien lo que iba a decir....¿habia mencionado una caja? Esta arqueo levemente una ceja, sumergiendose por unos instantes en su mundo, hasta que el español volvio a la carga con su pluma, trazando en el papel unas cuantas palabras. Sintio mucha curiosidad más no se atrevio a acercarse cuando este dijo "se lo agradezco enormemente", la joven alzo las cejas con extrañeza y el escritor dio su explicación.

-oh...gente muy meticona..reconocer que ser muy curiosa-desvio la mirada algo sonrojada, al menos no habia hecho gala de su tremenda curiosidad....resoplo..pero termino riendose-ay...bueno, respetare en lo que usted diga Archie...oh..¿cuantas mujeres ver?-demonios, otra ves la jovencita queirendo saber más y más, luego fruncio los labios, más lucia como si no hubiese hecho ninguna travesura. Es más, tal vez podria considerarse un gesto de coqueteria, algo que ella ya consideraba natural.

-um-medito un poco-Paris...ser lugar ideal para convertir en estrella ¿entiende?-Ludimila inclino levemente el rostro, como acentuando lo que habia dicho-ser ciudad del amor, y del arte...¡¡ser perfecta!! y si triunfar en Paris...triunfar en mundo entero...-junto sus manos, con gesto soñador.

Pero el brillo en sus ojos duro poco, volvió a mirar fijamente a Archibaldo.

-querer saber algún titulo de novela suya..¿que recomendar a una alma loca?

A veces, quisiese o no reconocerlo, aquella jovencita parecía analizar cuidadosamente cada gesto, cada movimiento, para mi era algo curioso pero atractivo, también me era exquisito que de repente se sumergiera en su propio mundo, obligando a su mirada traviesa y bella ver fijamente a la nada.
Suspiraba ante mis comentarios y respondia con el mismo gesto ¿Acaso es tan obvio la incompresión de la gente hacia nosotros los artistas?,parecia Ludimila lo habia sufrido en carne propia -Si se perfectamente a lo que se refiere- asintio con la cabeza -A todos nos concideran, personas locas y sin sentido cuyas ideas son adelantadas a su epoca- suspiro por un momento, despues rio -¡Oh ya ve hasta a mi me ha hecho suspirar!-exclame bebiendo un poco de café.
Sabia que mi comentario de los cisnes le haria reir y devertir un poco, ante su pregunta asenti con la cabeza, volviendo a tomar cafe, mientras negaba con la cabeza y la mano, pero mi sorpresa se reflejo dejando aquel aperlado recipiente de un derrepente en aquella mesita, tomo una servilleta tratandose de pasar el trago lo mas rapido posible -¿Principe yo?- sacudi la cabeza -¡De que ocurrente es usted Ludimila!- mas en su mirada estaba aquella con la ceja arqueada de las cuales una y mil veces me habian impresionado de mujeres diferentes -Quizá, si usted me dejase podria serlo- dijo en tono algo seductor -Pero me temo por mucho que al conocerme mejor termine siendo el cisne negro- dijo con seriedad borrandose toda sonrisa de su rostro -En fin cambiemos de tema- una vez más volvia a dar un poco de misterio, pero el pasado... era algo dificil de ocultar.
-Claro- asenti a su comentario - y como no iba estarlo con esta bella y risueña flor violeta de San Petersburgo-, bajando la mirada volvi a apuntar otras cuantas ideas que habían surgido al escuchar comentario tan lleno de alegria de los labios de Ludimila.
-¿En verdad es curiosa?, por que a mi parecer usted no lo ha sido- dijo con franquesa sonriendo -Descuide la curiosidad mata al gato no a los artistas, si usted desea leer mi escritos no me molestaré- guardo silencio -De hecho usted me inspira, por extraño y repentino que parezca, siento en usted confianza verdadera-. suspiro -de hecho deseo escuche lo que escrito para la musa de inspiración con la que me he topado hoy-, asi pues comence a recitar con inspirado acento:

Baila, bailarina, danza,
danza, sin parar….
Jugaba siendo pequeña,
y no paraba de bailar.
Jugaba siendo pequeña,
a bailar bajo la luna
Creció bailando en las nubes,
con la ilusión como cuna
Creció creyéndose cisne
y bailaba a todas horas
Creció bailando la música,
que le tocaban las olas.
Quiso elevar un rezo,
que le llegase hasta Dios
Pidió aprender a volar,
a bailar, como en su sueño danzaba
Y Dios le tocó con el don,
con el que ella soñaba
Baila, baila sin parar,
Baila, baila a todas horas
Baila al compás de la música,
que te regalan las olas
Baila, bailarina,
baila y danza sin parar
Baila, que ya eres un cisne
y ahora sabes bailar…

Termine viendola fijamente a los ojos -Espero haya sido de su agrado- asenti con una sonrisa, mientras en ella estaba de nuevo ese brillo especial, esa mirada tierna, aniñada y risueña, deje la hoja sobre la mesa, dejandola lejos de los cafés que por error se derramasen, el escrito se pudiera manchar.
Después la vi sorprendido ante su pregunta, desvie la mirada, frunciendo el ceño ligeramente, volteando a ver una mesa vacia, muy cerca de la entrada, otra vez esa melodía regresaba a mi mente, cada compás, como rafaga recordaba la sangre correr de mi madre y la muerte de cada mujer a la que habia visto y que por poco mi corazó toruosa haria suyas al darle su amor incomprendido, estaba tan sumido en mis pensamientos que no me habia percatado que me llamaba, sacudi mi cabeza nuevamente aclarando mis ideas y trantando de alejar mis malos recuerdos -Disculpe usted- sonrei apenado -Estaba contando todas las mujeres que he visto, desgraciadamente soy bueno para las letras y no para las sumas y las restas- rei un poco nervioso tratando de ocultar mi preocupación -Descuide son pocas a las que he tenido la fortuna de conocer y la amargura de verlas morir- guardé silencio -en fin esa es una historia antigua y vieja, si se la contara como vivencia mia no la creeria, en cambio que mi mundo de fantasia la ha transformado en una novela, todo el mundo la imagina como simple pesadilla-.
Seguia contandome sus más profundos anhelos, sus sueños, lo que esparaba de París, eso en verdad tranquilizaba todo pesar de aquel traumatico memento en mi concentración -París sabe corresponder, es más le prometo que le ayudaré a conseguir sus anhelos apoyandola, todo lo que pueda, incluso me atreverá a decir que su rutina de baile será perfecta y excelente- dije con entusiamo creciente -No me haga caso pero lo presiento, solo presiento-.
Un suspiro y un dedo en mis labios fueron mis gestos al pensar sobre la obra que me habia pedido -En realidad, no creo que le gusten los cuentos de horror y muerte, su divina dulzura no puede ser manchada por maldito carmín que vino de mi mente de escritor, pero si le sirve de consuelo, la obra que me ha llevado a la cuspide de mi carrera ha sido "Ensayo de un crimen", advierto no es una novela policiaca-. negue con el dedo -Y la siguiente será -"Por una taza de café"- señale su taza y a ella refiriendome a que el contenido sera este curioso encuentro.
-Digame más de usted, deseo saber en que bailes a participado, puede que la haya visto alguna vez- sonrei intentando darle confianza -y que me dice de sus pretendientes ¿Alguno al que deba temerle?- pregunte tomando un poco más de ese liquido protagonista de este día.

Ludimila sonrio más tranquila al saber que al igual que ella, tal vez Archibaldo habia pasado momentos de dificultad debido a su profesión.
Más se quedo un poco perpleja cuando el hispano mento "el cisne negro". Aquellas palabras sonaban tan lugubres, haciendo que alrededor de Archibaldo se formara un halo de misterio. ¿que esconderia Archibaldo? arqueo una ceja intrigada, más solto un leve suspiro cuando el escritor expreso que tal tema no era de su agrado. Si. Mejor no molestar.

Y toda esa aura tenebrosa se esfumo de un plumazo cuando Archibaldo comenzo a recitar aquellas palabras que habia escrito previamente, aquellos versos objetos de la insana y traviesa curiosidad de Ludimila..¡¡por fin los estaba escuchando!! Y que hermosos eran, como si se trataran de caricias de un amante. La muchacha se enrojecio levemente ¿ como ella habia podido inspirar todo eso? Simplemente no se lo creia.

Cuando el catalan termino su recital, la muchacha aplaudio entusiasmada.

-oh ¡¡bravo!!- exclamo en su lengua materna, estaba demasiado emocionada- ¡¡que bonito Archie!! Pues claro que es de mi agrado, lo recordare con infinito cariño-se humedecio los labios, se habia pasado escuchando con la boca abierta y ahora tenia la boca seca, bebio lo que quedaba del cafe y recordo que habia estado hablando en ruso. Se reprendio mentalmente.

Más todo volvio a tornarse pasado. ¿Haberlas visto morir? Que espanto. En el poco tiempo que llevaban charlando Ludimila estaba advirtiendo un pasado tormentoso del escritor. Sintio ganas de ayudarle, pero tampoco queria parecer una entrometida.

-Gracias-respondio agradecida- palabras asi animar mucho-suspiro levemente-me ustar enseñar alguna vez mi danza y por supuesto estar invitado cuando trabajar en alguna compañia- acto seguido solto una suave carcajada- bien, confiar en usted.

-Por una taza de cafe- repitio sorprendida, luego se volvio a reir-oh Archie, es divino-aclaro su garganta-pero pensar demasiado bien de mi y tal vez no ser tan joven como usted pensar-esta le guño un ojo picara. No veia tan mayor a Archibaldo y ella tenia 25 años bien entrados. Trago un poco de saliva- y no preocupar, puede confiar en lo que usted querer...veo que esconde a veces partes de su ser, no temer Archie, veo en usted un buen hombre....no conocer mucho, pero poder ver en las personas..el mundo..el mundo no ser blanco y negro....

Y se quedo muda durante un momento. tal vez se habia tomado varias confianzas. Un sofoco invadio su pecho, preludio de un torrente de verguenza y miedo a hacer el ridiculo.

-ah...no...no haber nadie- articulo patosamente refiriendose a hombres.

Aunque en esos mismos instantes lo unico que deseaba era que la tierra se la tragase.

Era una joven emocionada en aquellos momentos, su emoción era tal que se le olvido por completo que estabamos hablando francés, tanta era su alegría que empecé a reir con ella al unisono, creo comenzó a contagiarme felicidad, felicidad que no tenía desde hace tanto tiempo, suspire al tiempo en que mi dulce acompañante decia bellas frases, frases no vanas más bien sinceras -Yo recordaré este momento también con todo el corazón, con todo alegre recuerdo, en días como este me acordaré de su sonrisa-.
Mis palabras solo hacian relucir, el profunod gusto que había tenido en charlar con aquella joven, quién sin saberlo más de mil ideas había inspirado en mi ser, más de un millón de palabras, había hecho brotar de mi pluma y tintero -Al contrario, a mí se me hace poco pago el apoyarle, me gustaría brindarle algo más debido a la inspiración tan espontanea que me ha dado, pero no se me ocurre alguana otra idea- al final exclamé -Claro para mí será un placer acompañarla verla trabajar en una gran compañía, ansioso estaré por que llegue la invitación- me detuve al hablar, con la mirada sin parpadear otra vez a mi mente venía otro torrente de ideas, me supongo la espante por mi reacción tan inesperada.
Por lo poco que podía ver a los costados, algunas personas fijaban sus miradas en nosotros, el aroma a café se hacia más intenso a medida que el tiempo marchaba con sus caracteristicos pasos rapidos -Disculpe mi actuación tan espontanea, su nivitación y la mirada de la gente a nuestra mesa me han otorgado otras ideas- parecía algo contrariada, supuse que ella no sabía lo que estaba sucediendo y ha decir verdad yo tampoco sabía el porque de sus miradas, me encogí de hombros, regresando mi mirada a la suya -Seguramente tienen ennvidia- tome una pausa -Pocos sabemos que entre risas, charla y arte el tesoro que fluye en nuestras manos no es desperdiciado con pensares negativos, cada minuto solo se vive una vez-.
Mis escritos, mis novelas volvieron a desviar la conversación en otros terminos, pero de verdad aquella idea del titulo de la novela podía ser perfecto, solo llevandola de la mano por el sendero correcto y las inspiraciones más bellas, juventud y tiempo apariencias y realidades parecian aclararse poco a poco, sus palabras traviesas, su guiño coqueto y suspicaz me hacían esboszar un sonrisa franca y brillante -Yo solo digo lo que el reflejo del alma me esboza cadavez que me veo en sus ojos de inusual color violeta, aunque tiene razón creo que a veces mi pasado ahoga mis palabras en el misterio- el hecho de saber que no temía de mí me hizo sentir más tranquilo, por un breve instante sus palabras me hicieron temblar, pense que tanto misterio la alejaría, pero no fue así, soy tonto en ocasiones, la imaginación me sigue jugando malas pasadas, aunque ya no sean mortales.
Suspiraba aliviado -Si, el mundo también tiene matices de colores llenos de paz y libertad, colores a vida-,cerre los ojos y tome un sorbo de café.
Parecía incomodarle la idea de hablar de hombres, su actitud era por demás facil de interpretar, sentía pena ¿Algín habra tenido aquella muchacha -No fue mi intención importunarla, pense que siendo tan bella e inmiscuida en el arte quizás un principe bailarín viniera por su cisne encantado- de pronto la idea broto de repente -¿Tiene algun familiar aquí? ¿O amigos?, me entristecería mucho saber que alma tan pequeña y fragíl se encuentra sola aquí y en la vida?- sabía lo que era estar solo, diambulando por allí cuesta arriba en busca de un sueño, que haría si ella me decía que sí, lo más seguro es que ya no permitiría que estuviese sola, por lo menos en un amigo podría convertirme para que caminara acompañada en su largo camino...

Ludimila volvio a sonreir.

-¿Sabe?-inquirio, una vez terminada su taza de cafe-ahora creer de verdad que, haber buenas personas en todos los lugares...

La joven suspiro, de verdad estaban llamando la atención de los demás y eso hizo que se ruborizara levemente. Para nada parecia una señorita de clase media ya que sus

origenes eran bien distintos y apenas le habian enseñado modales. Ella era alguien que no se cohibia a la hora de mostrar sus sentimientos.

-¿envidia?-arqueo una ceja divertida-los franceses ser extraños, parecer que tener dos caras-se rio levemente-pues no dude Archie, deme su dirección para poder escribir y, cuando encontrar suerte, le mandare mi más cordial invitación-propuso esta mientras exageraba un poco los gestos, la felicidad le embargaba por todos los lados, poco a poco iba viendo las cosas con más claridad-además asi no perder contacto Archie, quiero que amistad siga creciendo-esta sonrio dulcemente.

Ella estaba sola en aquel lugar, pero poco a poco, iba conociendo personas que merecian la pena.

-oh..no, ojala tener algun familiar...-suspiro, al parecer, su inexistente representante le habia dejado tirada...¡que aparatoso despiste por parte de Margaret, la que había sido su instructora durante tantos años!-pero ya tener a ti Archie.

Ludimila dirigió sus ojos violáceos hacia la ventana...¿ había pasado ya tanto tiempo? Más descubrió que, el cielo gris había cambiado a un azul anaranjado y que el sol había hecho acto de presencia. Los nubarrones se bañaban de dorado, dando un paisaje muy hermoso....¡hasta el día se había arreglado!

-um...ser ya poco tarde-sentencio la joven, volviendo la mirada a su interlocutor-ser una tarde maravillosa Archie-la joven tendió una mano, a modo de despedida.

Spoiler:

Después de haber escuchado tan curioso aprendizaje, asentí sin más con la cabeza -Creame hallar personas que son tan blancas en el alma como la nieve que cae en invierno, el único problema es que son como los copos dificilés de hallar en alguna parte o algún lugar- sonrei francamente.
Su pensar me tenía sorprendido, que manera tan curiosa y clara de ver al mundo y su gente, como describía a los franceses y lo más gracioso de todo es que tenía razón -Creo que esta en lo cierto- volteba a ver a los que ahora allí sentados disfrutaban de ese café de humeante imagen y de diferentes sabores, todos allí abigandose del frío -La cultura de todos los que aquí estamos, los que habitan París hacen que nos veamos tan... extraños ante los demás, si alguna vez va España, creo verá lo mismo que en París- veia el café frío -Aunque creo yo no soy el mejor ejemplar español para comprobar la teoría- tome un sorbo y rachacé el café casi de inmediato -Lo lamento, no es descortesía, el café se ha enfriado, así no es de mi agrado- me disculpe de inmediato, porque lo hacía muy probablemente al fin encontré a una amiga, una mujer que había salido con vida después de conocerme, para mi eso era valioso.
Un toque de desanimo vino a mis rostro << Dirección >> pense dentro de m mismo, estaba en hotel, pero yo sabía que mi estancia en esta tierra de amores y de misterios no era permanente -En París, no tengo una dirección fija- dije seriamente -Ahora mismo estoy en hotel pero mi estancia en París no es permanente, quizá este día este aquí, mañana.... ummm quién sabe-Vi hacía la ventana, al enorme cristal que mudo había estado con nosotros aquel día -Mi casa esta en España, pero desde hace algunos años ya no estoy en sus adentros, soy como un andariego- rei para finalizar -Mandeme su invitación allá, en mi tierra natal, siempre sin importar donde este tendrá mi amistad, hasta el final de la historia de mi vida, cuando cansado este dejando mi juventud atrás y el destino quiera sellar mi espiritú, aún hasta ese momento mi amiga será-.
¿Yo la famila de alguién era de lo más curioso, entre los libros y la soledad, mi poco circulo social se reducia a la nada -Yo la tengo a usted como la más cercana y unica de mis amistades- hice una reverencia -Estoy complacido con haberle conocido llevando me con creces un lugar en su vida- la despedida se veía proxima, su presencia a lo lejos de los minutos ya sentía, pero ella tenía motivos, sin percatarme el día había vuelto a sonreir, el sol brillaba dando en sus rizos solares el solticio de una tarde que jamás olvidaría, había pasado tan rapido el tiempo y la platica tan pacentera que el pasar de la horas nunca ví correr por enfrente de nosotros, había más gente en las calles, parejas alegres, amigos contando chascarrillos, uno que otro distraiido buscando alguna calle, más clientes entraban al café y nosotros dos a punto del adiós.
Finalmente la joven pronuncio mi presentimiento, tarde era ya de verdad que para una joven tan hermoso andar a horas que se teñian de oscuridad era peligrosa, la mano estaba extendida, ¿pero que era lo que me incadio entonces, al ver ya despedida? alparecer era melancolía en la que tenía tan maracada que yo la sentía y alguien más la veía -Es verdad- acaricié su mano cobijandola entre las mías -El tiempo para nosotros, simples mortales no es eterno, peligros corremos y usted con su belleza puede estar expuesta, le dejo ir no quiero que alguién más muera por mi culpa- bese su mano finalmente soltandola de inmediato, más entonces ella no se iba, el silencio se hizo tenso, su mirada de sorpresa estaba allí de nuevo, deseaba que la tierra me tragase o en su defecto y ella olvidase mis palabras y fuera una cordial despedida.

P.D

Spoiler:

Ludimila frunció el ceño algo decepcionada, España estaba relativamente cerca, pero no estaba tan cerca como lo estaría una calle de París y tal y como había dicho el catalán su estancia no era permanente, tal vez mañana ya podría abandonar esas tierras.

Simplemente suspiro y asintió.

-De acuerdo, entonces yo escribir, seguro que con famoso que es no tardaran en saber que tratar-sonrió ampliamente.

Para ella Archibaldo encajaba perfectamente en la etiqueta de caballero, además el ser español era un plus ya que el poco tiempo que habia conversado con él le transmitía la tan famosa calidez que solo alguien de sangre hispana podía tener.

-¡Si!-asintió enérgicamente- Archie, ahora tu ser mi amigo...¡mi primer amigo!-la joven apretó las manos entre las suyas, emocionada, oh, solo con un español se podía tener tanta confianza y Ludimila resultaba ser la excepción, ya que por lo general un ruso en un primer encuentro se muestra más frío que un tempano-¡y eso hacer feliz!

Más ya se acercaba la hora de las despedidas y el saber que podía pasar mucho tiempo hasta que le volvieran a ver le entristecía de sobremanera.

Pero las palabras que escucho la joven a continuación le dejaron pasmada...¿morir por su culpa? Ludimila se mordió los labios, y sin poder reprimirse expreso su preocupación en su lengua materna.

-Archibaldo ¿a que se refiere?-interrogo bruscamente, algunos de los allí presentes giraron la mirada hacia la mujer, ya que ahora hablando en ruso se les hacia muy peculiar y llamativa-¿que es lo que le preocupa? ¿Es algún mal fario? ¡ cuénteme!-le ordeno imperante. Cuando la joven tenia libertad de palabra, y eso de momento solo se lo podía proporcionar el ruso, se volvía osada y atrevida.

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