AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
2 participantes
Página 1 de 1.
Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
No puedo describir el clima en una sola palabra, no puedo agregar un adjetivo a mi vocabulario, soy libre de sentir el frío goleando mi cuerpo arrastrándolo cuya hoja caída de un árbol dorada por los rayos letales del sol, es así como siento que vago en esta ciudad tan romántica, exquisita y misteriosa, me paseo con cierto bamboleo en mis pasos, soy un noctambulo que despierta feroz como el demonio que es afilando garras y colmillos para poder sobrevivir a este camino a este maldito y bendito don oscuro donde la muerte le dejo, me he ido adaptando a este ritmo de vida, los milenios, paseando como nómada eran de lo más peculiar, pero se terminó, observo el firmamento como si nunca lo hubiera contemplado, parece casi despejado esa hermosa amante de los seres de la noche, la hermosa luna secundada de un camino de perlitas que brillan a su alrededor para decorarle, el susurro del viento que mueve coquetamente unas nubes para cubrir semejante desnudes expuesta con un brillo que le brinda el sol, oculto detrás, en medio de una oscuridad, que pena y que delirio se siente en el eco de mi voz al recordar las soleadas primaveras de niño, pero mi vida humana no importa, fue insignificante y nada relevante al igual que la vida como vampiro errante.
Y solo en mi mente se dibuja un hilillo de sangre entre el terciopelo blanquecino y negro de mis pensamientos, la excitación me llega como un calor opresivo que se alimenta de un deseo de matar, para mi ese alimento consta de un rito sagrado, una pequeña gota es una marea menguante en todo mi putrefacto ser, esta noche sería perfecta para tener el corazón humano entre mis garras y deleitarlo con sabor saciándome de una fruta casi prohibida como la manzana de la discordia en el paraíso, dejándome llevar por el peor de los pecados, hundiéndome en un éxtasis total. No puedo cambiar y aunque mi rostro no muestre emociones o se mueva apenas lo suficiente para borrar seriedad, sigo el camino nocturno, en medio de un barullo que noche y día parecen incesantes, me embriago de los aromas, de los perfumes, de las telas, de la elegancia, del amor, de la moda, del olor peculiar parisino.
Pero no es suficiente cuando se agudiza el sentido del olfato de tal manera que el amargo olor del café paraliza mi ser de pies a cabeza, quisiera ir a sentarme y beber un poco sin sentir nada, sin hallar el sabor en ese penetrante líquido que huele tan maravillosamente, y sin dudarlo, me adentro al primer restaurant, sin temores, sin prejuicios, solo me siento y enseguida veo sus curvas, su calor, su desnudez y la pálida piel que me incitan a hundirme en la pasión. Una coqueta taza de porcelana fina que me llama que me susurra con deseo… ‘tómame y bébeme hasta que sientas el calor de mi miel reconfortar tu ser llevándolo a vibrar hasta dejarlo caer en un agonizante cansancio de seducciones para tus sentidos’…. Puedo tomarle, admirarle y contemplarle e ignorar sus encantos hasta que el calor y la pasión encendida en ese vapor se esfume cual penumbra.
Y apenas le roso, su perfume me inunda, me arrastra, es más penetrante que ninguno, le exhalo de apoco, dejo que mis parpados caigan sobre mis orbes, cerrándolos en una imagen sensual, siento que con solo tocarle, rodearle con las yemas me está volviendo loco, me resisto, pongo abstinencia, le dejo en su lugar y desvió la mirada al cristal con resignación. Es patético entrar a un café solo por divertirse y jugar con una taza de café que ni siquiera puedo probar.
Vivo de sangre, es lo único que me hace sentir, vibrar y despertar pasiones es hora de dejarme resignar y de olvídame llevar por pequeñeces, me levanto, dejo que la taza siga esfumando su aroma por el lugar, con cierta molestia interna, pues mi rostro permanece apacible en todo momento, son solo los puños los que reflejan lo que siento. Pierdo la concentración total de mis movimientos al tropezar con un cuerpo ajeno que acuclillado se encuentra, es una mujer, una dama, a la que sin cuidado he golpeado por la espalda. Sus manos se deslizan sobándose casi instantáneamente. – Pido disculpas – Apenas repito con ese tono educado firme y gallardo, me encuentro con sus orbes casi miel. Le extiendo la mano ayudándole a levantarse, sin recatarme que todo puede cambiar como el vapor de aquella taza de café.
Y solo en mi mente se dibuja un hilillo de sangre entre el terciopelo blanquecino y negro de mis pensamientos, la excitación me llega como un calor opresivo que se alimenta de un deseo de matar, para mi ese alimento consta de un rito sagrado, una pequeña gota es una marea menguante en todo mi putrefacto ser, esta noche sería perfecta para tener el corazón humano entre mis garras y deleitarlo con sabor saciándome de una fruta casi prohibida como la manzana de la discordia en el paraíso, dejándome llevar por el peor de los pecados, hundiéndome en un éxtasis total. No puedo cambiar y aunque mi rostro no muestre emociones o se mueva apenas lo suficiente para borrar seriedad, sigo el camino nocturno, en medio de un barullo que noche y día parecen incesantes, me embriago de los aromas, de los perfumes, de las telas, de la elegancia, del amor, de la moda, del olor peculiar parisino.
Pero no es suficiente cuando se agudiza el sentido del olfato de tal manera que el amargo olor del café paraliza mi ser de pies a cabeza, quisiera ir a sentarme y beber un poco sin sentir nada, sin hallar el sabor en ese penetrante líquido que huele tan maravillosamente, y sin dudarlo, me adentro al primer restaurant, sin temores, sin prejuicios, solo me siento y enseguida veo sus curvas, su calor, su desnudez y la pálida piel que me incitan a hundirme en la pasión. Una coqueta taza de porcelana fina que me llama que me susurra con deseo… ‘tómame y bébeme hasta que sientas el calor de mi miel reconfortar tu ser llevándolo a vibrar hasta dejarlo caer en un agonizante cansancio de seducciones para tus sentidos’…. Puedo tomarle, admirarle y contemplarle e ignorar sus encantos hasta que el calor y la pasión encendida en ese vapor se esfume cual penumbra.
Y apenas le roso, su perfume me inunda, me arrastra, es más penetrante que ninguno, le exhalo de apoco, dejo que mis parpados caigan sobre mis orbes, cerrándolos en una imagen sensual, siento que con solo tocarle, rodearle con las yemas me está volviendo loco, me resisto, pongo abstinencia, le dejo en su lugar y desvió la mirada al cristal con resignación. Es patético entrar a un café solo por divertirse y jugar con una taza de café que ni siquiera puedo probar.
Vivo de sangre, es lo único que me hace sentir, vibrar y despertar pasiones es hora de dejarme resignar y de olvídame llevar por pequeñeces, me levanto, dejo que la taza siga esfumando su aroma por el lugar, con cierta molestia interna, pues mi rostro permanece apacible en todo momento, son solo los puños los que reflejan lo que siento. Pierdo la concentración total de mis movimientos al tropezar con un cuerpo ajeno que acuclillado se encuentra, es una mujer, una dama, a la que sin cuidado he golpeado por la espalda. Sus manos se deslizan sobándose casi instantáneamente. – Pido disculpas – Apenas repito con ese tono educado firme y gallardo, me encuentro con sus orbes casi miel. Le extiendo la mano ayudándole a levantarse, sin recatarme que todo puede cambiar como el vapor de aquella taza de café.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
Podria tener mas cuidado y ver por donde andaba, aunque con la cara que traia puesta, parecia que estuviera en babia, en otro mundo, envuelto en sus pensamientos, entonces relaje el rostro ceñudo de mi rostro a uno mucho mas agradable.-Oh..No...pasa nada....-cogi su mano con lentitud y me levanté del suelo para levantarme con la flexion de mis rodillas y finalmente mirarle a los ojos. Sonreí fijamente al hombre y de nuevo me encontre con otro de la misma raza.-Ummmm......-Dije mientras le miraba con los ojos entrecerrados y le estudiaba con la mirada de arriba a abajo. Sus rasgos no eran occidentales pero no me iba a poner a sacarle todo su árbol genealógico. Solte su mano suavemente al ver que la gente parecía mirarnos fijamente a ver que hacíamos después. Sé que por mis pintas, podrían deducir que era de clase baja, alguién inferior a ellos, pero eso no me importaba mucho asi que no le di importancia a las miradas mientras miraba fijamente al hombre que tenía delante de mí.-Gracias por su amabilidad-Dije con tono suave.
Bueno, era de noche y buscaba un sitio donde poder tomar algo caliente para mi delicado cuerpo, pero no iba a molestar a nadie mas con mi presencia y de repente vi la taza que habia sobre la mesa de la cual se había levantado el hombre que me ayudo a levantarme. Estaría esperando a alguien y de su taza salia humo, escapandose de la taza para envolver la cafeteria con aquel delicioso aroma.....de trigo de café. En el campamento tambien hacíamos café, pero era mucho más fuerte y mantenía despierto a uno por mucho tiempo, aunque la verdad, tenía una pinta deliciosa aquella taza de café, sola y esperando a que alguien bebiera de ella lentamente, sorbo a sorbo, pero enseguida sali de mi trance y vi al hombre que me miraba fijamente. No pude evitarme sonrojarme-.Pa...pa...pare de mirarme...-retire un mechón de mi pelo detrás de mi oreja y le miré a los ojos, azules y penetrantes, dios mio que bellos que eran.-No...mireme....-me acerque a sus ojos para observarlos mejor y pude sentir una cierta melancolía el cual hizo que mi corazón se moviera de aquella ternura.
Bueno, era de noche y buscaba un sitio donde poder tomar algo caliente para mi delicado cuerpo, pero no iba a molestar a nadie mas con mi presencia y de repente vi la taza que habia sobre la mesa de la cual se había levantado el hombre que me ayudo a levantarme. Estaría esperando a alguien y de su taza salia humo, escapandose de la taza para envolver la cafeteria con aquel delicioso aroma.....de trigo de café. En el campamento tambien hacíamos café, pero era mucho más fuerte y mantenía despierto a uno por mucho tiempo, aunque la verdad, tenía una pinta deliciosa aquella taza de café, sola y esperando a que alguien bebiera de ella lentamente, sorbo a sorbo, pero enseguida sali de mi trance y vi al hombre que me miraba fijamente. No pude evitarme sonrojarme-.Pa...pa...pare de mirarme...-retire un mechón de mi pelo detrás de mi oreja y le miré a los ojos, azules y penetrantes, dios mio que bellos que eran.-No...mireme....-me acerque a sus ojos para observarlos mejor y pude sentir una cierta melancolía el cual hizo que mi corazón se moviera de aquella ternura.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 366
Fecha de inscripción : 28/06/2011
Edad : 36
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
Aquella mujer delante de mí era hermosa, su rostro me recordaba a la fina porcelana que solo maestro artistas lograban poner con amor en un rostro de una costosa muñeca, disfrazada con ropas victorianas, no pude evitar clavar mis orbes cobalto claro en ella, en todo su ser, me estremecí con el calor del vapor, con el olor, sin miedo a las miradas de los demás, era como si nos enfrascáramos en una burbuja y viajáramos lejos con pensamientos internos en ese reencuentro, no la había soltado, pues me gustaba la sensación de su piel, su habla, su aroma, era lo que yo buscaba, una pieza de inspiración para un poeta tan nefasto como yo, apenas baje mi mano de la suya en un movimiento grácil y delicado, me observo con vergüenza vi aquel pequeño rubor como cuando la sangre se palpa en las mejillas, ladee el rostro buscando su mirada y aquel movimiento me hizo dar un respingo a mi interior, le observe delineando las facciones, la gente nos observaba de reojo, como cotilleando a la graciosa situación, “Míreme” era una demanda y un deseo que sin dudas cumpliría.
Me deje llevar por el perfume de sus cabellos, por la sensación de su piel, el calor de sus sangre en las mejillas, sin musitar palabra alguna, deje que las miradas estuvieran atentas al siguiente acto, apenas sonríe y achique la mirada en un gesto amable, algo no muy común en alguien como yo. – Madame estoy dispuesto a mirarle cuanto me sea posible – Me acerque a su oído y murmure aquello con una sensualidad exitosa que haría estremecer su sistema nervioso. Me aleje para descifrar sus emociones, pero apenas pude con ello, estire mi mano… y sonríe – ¿Gusta tomar algo de beber y un poco de compañía? – la taza aún estaba vacía, era irónico no poder tomar el café, si lo hacía me haría vomitar, como a todo vampiro, pero una o dos no me hacían tanto daño, me había acostumbrado con el paso de los milenios. Señale con la mirada mi antigua mesa, invitándole, sonriéndole. Me preguntaba si era de la ciudad, pero eso sería con más confianza.
Me deje llevar por el perfume de sus cabellos, por la sensación de su piel, el calor de sus sangre en las mejillas, sin musitar palabra alguna, deje que las miradas estuvieran atentas al siguiente acto, apenas sonríe y achique la mirada en un gesto amable, algo no muy común en alguien como yo. – Madame estoy dispuesto a mirarle cuanto me sea posible – Me acerque a su oído y murmure aquello con una sensualidad exitosa que haría estremecer su sistema nervioso. Me aleje para descifrar sus emociones, pero apenas pude con ello, estire mi mano… y sonríe – ¿Gusta tomar algo de beber y un poco de compañía? – la taza aún estaba vacía, era irónico no poder tomar el café, si lo hacía me haría vomitar, como a todo vampiro, pero una o dos no me hacían tanto daño, me había acostumbrado con el paso de los milenios. Señale con la mirada mi antigua mesa, invitándole, sonriéndole. Me preguntaba si era de la ciudad, pero eso sería con más confianza.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
Despertaba de aquel trance hipnótico el cual había infligido aquel hombre de bellos ojos azules, señalándome con la mano, una mesa con dos sillas y una taza vacía. Mire alrededor e hice una reverencia para agradecerle su amabilidad.-Para mí sería un placer acompañarle y degustar...una maravillosa taza de café...-Dije suave y coqueta a lo que mis pies, se movieron enseguida hacia la silla de madera que estaba dentro de la mesa. Un mesero con aire despierto, aparto la silla de la mesa y me ayudo a sentarme para después poner unas cartas de degustación sobre la mesa. Me coloque como lo hacían las señoras que había en el café, rectas, lindas y severas con las manos sobre su regazo esperando a algo que posiblemente vendría o no. Eche mis cabellos hacia atrás, dejando libre la curva de mi cuello para después mirar al hombre con una dulce sonrisa.
Miré al mesero y le observe que aun estaba esperando una respuesta-Oh...Quisiera por favor un café...por favor-Le dije lentamente al mesero con la poca valentía que tenia para decir las cosas a la cara, pero al final, cuando vi que se iba poco a poco hacia detrás de la barra, supe que al final no había sido para tanto. Sentí aquella sensación en la que poco a poco una vergüenza que siempre tenía, desaparecía poco a poco de mi y bueno ahora me dispuse a mirar al hombre... ¿dónde estaba? Miré al frente y di un respingo al encontrarle sonriendo-¡Ay! Que susto me ha dado...-Dije poniendo mi mano en el pecho junto con otra sobre mi frente.
Aparte las manos y mire al plato un poco avergonzada-Por un milisegundo pensé que tenía que pagar yo el café....-Dije sin más, no tenía ni un duro y apenas había hecho con la fortuna que había encontrado en los bosques el otro día. Comencé a jugar con un trozo de mantel cuando de repente volvió el mesero de la barra con las manos vacías. Miro al hombre y se acerco un poco a él, se acercaba más hasta llegar a susurrarle algo que no entendí. El mesero me miró feo y con gesto de asco, algo que hizo que mirase a otro lado, ocultando mí rostro lejos de la de aquel hombre. Pude sentir una suave brisa a mi lado y cuando me voltee para ver que fue aquello, vi que el mesero volvía a detrás de la barra.
Algo que seguramente sabía, se lo había dicho al hombre con el cual compartía mesa-Puede que aquel hombre haya contado mentiras sobre mí...-Dije acercándome un poco al hombre con ambas manos bajo mi mentón a la vez que apoyaba mis codos sobre el canto de la mesa-Si le ha dicho cosas horribles...no son ciertas, ese hombre me miro con asco, como si fuera alguna clase de experimento raro.-Dije mirando de pico en pico, de baldosa en baldosa y procurando evitar los nervios que me entraban cuando miraba aquellos ojos azules, que destacaban sobre la pálida piel del hombre.
Miré al mesero y le observe que aun estaba esperando una respuesta-Oh...Quisiera por favor un café...por favor-Le dije lentamente al mesero con la poca valentía que tenia para decir las cosas a la cara, pero al final, cuando vi que se iba poco a poco hacia detrás de la barra, supe que al final no había sido para tanto. Sentí aquella sensación en la que poco a poco una vergüenza que siempre tenía, desaparecía poco a poco de mi y bueno ahora me dispuse a mirar al hombre... ¿dónde estaba? Miré al frente y di un respingo al encontrarle sonriendo-¡Ay! Que susto me ha dado...-Dije poniendo mi mano en el pecho junto con otra sobre mi frente.
Aparte las manos y mire al plato un poco avergonzada-Por un milisegundo pensé que tenía que pagar yo el café....-Dije sin más, no tenía ni un duro y apenas había hecho con la fortuna que había encontrado en los bosques el otro día. Comencé a jugar con un trozo de mantel cuando de repente volvió el mesero de la barra con las manos vacías. Miro al hombre y se acerco un poco a él, se acercaba más hasta llegar a susurrarle algo que no entendí. El mesero me miró feo y con gesto de asco, algo que hizo que mirase a otro lado, ocultando mí rostro lejos de la de aquel hombre. Pude sentir una suave brisa a mi lado y cuando me voltee para ver que fue aquello, vi que el mesero volvía a detrás de la barra.
Algo que seguramente sabía, se lo había dicho al hombre con el cual compartía mesa-Puede que aquel hombre haya contado mentiras sobre mí...-Dije acercándome un poco al hombre con ambas manos bajo mi mentón a la vez que apoyaba mis codos sobre el canto de la mesa-Si le ha dicho cosas horribles...no son ciertas, ese hombre me miro con asco, como si fuera alguna clase de experimento raro.-Dije mirando de pico en pico, de baldosa en baldosa y procurando evitar los nervios que me entraban cuando miraba aquellos ojos azules, que destacaban sobre la pálida piel del hombre.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 366
Fecha de inscripción : 28/06/2011
Edad : 36
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
La mirada se me entretuvo en una bella imagen por la ventana el humeante café se transparentaba en un recuerdo, que casi me pudo transportar al pasado, con una melodía de fondo, que maravillosos días de invierno, aunque no llegaban, anhelaba que lo fueran, que vinieran que me arrastraran a ese calor bajo la manta blanca, deseaba coquetear con el olor y aroma de los granos tostados de aquella ferviente bebida que era un deleite para los humanos. Y alguien vino a mi mente, aunque le mire coquetamente añoraba esa imagen, si, los recuerdos me llovían ahora, suspire bajito, esperando a que el mesero hiciera lo suyo, mil cosas me hacían regresar una vez más a lo más hermoso que he visualizado en este mundo, le observe de nuevo, sí, mi rostro no se movía lo suficiente y una sonrisa me costaba más de lo que nadie se imaginaba era muy difícil que alguien me sacara algo como ese gesto tan personal.
Tome asiento, acomodando el abrigo, y tomando la rectitud que por educación Isaak me había enseñado, claro, le había asustado, porque me encontraba ensimismado en mis recuerdos, en cosas que no debía traer en este momento, ladee el rostro al leer la carta – Un café muy cargado por favor – ordene, pero claro, quería que el aroma se intensificará en el lugar, ¿probarlo?, podría pero no era lo más correcto, después me tendría que alimentar de algún mortal para aguantar la noche, o vomitar en defecto, porque mi organismo está muerto, no entra en calor, no de manera física. – Jamás dejaría que una hermosa dama pagara el café – asentí y volví la mirada a sus orbes, sí, me gustaba permanecer siempre atento a las personas y mirarles con fijeza, porque descifraba como eran, podía inmiscuirme en las ventanas de su alma.
La gente empezaba a juzgarle, pero me había pasado antes, siempre, la gente se dejaba llevar por las apariencias desde que tengo memoria, desde que soy consciente de la sociedad, me imaginaba y leía los buenos y malos comentarios de mi persona en las mentes de los demás, ah, claro era algo que me daba igual, siempre y cuando pasara un buen momento, no me dejaba trastornar por lo que otros me dijeran. Observe al mesero, cuando puso la taza en frente de ella y después de mí.
Una mirada casi asesina con ese instinto animal se me reflejo sin querer, cuando me observo, una cínica sonrisa malévola jalando a través de los músculos necesarios de mis facciones se formó y el hombre trago saliva, observe las venas de su cuello, si no fuera por la gente me lo succionaría con ganas hasta dejarle muerto, era alguien de pocos valores, lo leía en sus comentarios hacia mi compañera, se fue y después regrese donde ella. – La gente es así, afortunadamente se de quien fiarme y de quien no, deje que comenten, no creeré nada hasta conocerle – musite sereno y observe su piel recorriendo con la mirada su cuello, el aroma de sangre con… un poco de esencia a café… me excitaban de manera pasional, y me di a la necesidad de concentrarme en el café - ¿Es parisina o proviene de tierras lejanas? – rodee la taza con las manos y pregunte sin verle mucho…
Tome asiento, acomodando el abrigo, y tomando la rectitud que por educación Isaak me había enseñado, claro, le había asustado, porque me encontraba ensimismado en mis recuerdos, en cosas que no debía traer en este momento, ladee el rostro al leer la carta – Un café muy cargado por favor – ordene, pero claro, quería que el aroma se intensificará en el lugar, ¿probarlo?, podría pero no era lo más correcto, después me tendría que alimentar de algún mortal para aguantar la noche, o vomitar en defecto, porque mi organismo está muerto, no entra en calor, no de manera física. – Jamás dejaría que una hermosa dama pagara el café – asentí y volví la mirada a sus orbes, sí, me gustaba permanecer siempre atento a las personas y mirarles con fijeza, porque descifraba como eran, podía inmiscuirme en las ventanas de su alma.
La gente empezaba a juzgarle, pero me había pasado antes, siempre, la gente se dejaba llevar por las apariencias desde que tengo memoria, desde que soy consciente de la sociedad, me imaginaba y leía los buenos y malos comentarios de mi persona en las mentes de los demás, ah, claro era algo que me daba igual, siempre y cuando pasara un buen momento, no me dejaba trastornar por lo que otros me dijeran. Observe al mesero, cuando puso la taza en frente de ella y después de mí.
Una mirada casi asesina con ese instinto animal se me reflejo sin querer, cuando me observo, una cínica sonrisa malévola jalando a través de los músculos necesarios de mis facciones se formó y el hombre trago saliva, observe las venas de su cuello, si no fuera por la gente me lo succionaría con ganas hasta dejarle muerto, era alguien de pocos valores, lo leía en sus comentarios hacia mi compañera, se fue y después regrese donde ella. – La gente es así, afortunadamente se de quien fiarme y de quien no, deje que comenten, no creeré nada hasta conocerle – musite sereno y observe su piel recorriendo con la mirada su cuello, el aroma de sangre con… un poco de esencia a café… me excitaban de manera pasional, y me di a la necesidad de concentrarme en el café - ¿Es parisina o proviene de tierras lejanas? – rodee la taza con las manos y pregunte sin verle mucho…
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
Lo mire con cierto aire inocente. No sabía porque la ternura hacia aquel hombre-Podría decirse...que ya me he adaptado a la ciudad-Dije con una sonrisa de lado a lado mientras rodeaba la taza con ambas de mis manos., acariciando la suave superficie de porcelana que vestía de fondos blancos y exquisitos estampados sobre la cerámica de la vajilla.-Creo..Que mis modales no han sido correctos...-se me había olvidado preguntarle cómo se llamaba, porque estaría tomando café con un extraño-Me llamo Sirenia...-Sonreí omitiendo más datos de mi persona, dado que después de este café, podría olvidarse de aquel nombre al que todos lo relacionaban con “sirenas”.
Era un nombre significativo, hija de un pirata y con una cierta atracción sobre las lunas llenas de mar en calma, en amplio mar. Tan solo sabía que el pergamino con el que llego a brazos del mar, era de la letra y puño de mi padre, el cual nunca volví a saber de él. Un aire nostálgico inundo mis pensamientos en aquel instante, respirando, oliendo aquella fragancia exótica que el café ofrecía a mis fosas nasales.
-Usted debo acertar que puede que lleve como un milenio sobre estas calles...-Dije una vez conseguí centrarme en la realidad y en lo primero en donde puse mis ojos, fue en aquellos ojos azules-Veo cierto aire melancólico en sus ojos, Monsieur...como si la eternidad pasara de largo como una melodía que se canta para quedar en los caminos, como un bálsamo de los días vividos....-sonreí levemente, para después llevarme el café a los labios que fueron colocándose sobre el canto de la taza. Un sorbo lento y tranquilo fue llenando mi garganta con un suave aroma a dulce café y que entraba perfectamente en mi cinco sentidos, reconfortándome de arriba abajo. Deje la taza lentamente sobre el cuerpo de cerámica, para después agarrar mi densa melena y ponerla a un lado para poder acomodarlo mejor, dejando libre la curva de mi cuello mientras miraba con disimulo las puntas abiertas. Tendría que volver a pasar la tijera, pero aun no era momento. Quién sabe si en algún momento tenía que arreglármelo para alguna ocasión.
Lo deje descansar sobre mi hombro para volver a mirar al desconocido, bueno yo ya me presente...tarde pero me presente y ahora le miraba de nuevo a su rostro. Podía mirar hacia el techo, pero nada se me había perdido allá arriba y bueno, el mesero iba y venía como si no terminara de decidirse. Algunas veces yo no entendía a la gente, quizás el mesero era actor en algún teatro ambulante y estaba haciendo algún numerito con los pies, pero o venia o se iba, así que deje de mirarle para posar una mejilla sobre mi mano a la vez que sonreía al hombre de delante.-¿No...se bebe el café?
Era un nombre significativo, hija de un pirata y con una cierta atracción sobre las lunas llenas de mar en calma, en amplio mar. Tan solo sabía que el pergamino con el que llego a brazos del mar, era de la letra y puño de mi padre, el cual nunca volví a saber de él. Un aire nostálgico inundo mis pensamientos en aquel instante, respirando, oliendo aquella fragancia exótica que el café ofrecía a mis fosas nasales.
-Usted debo acertar que puede que lleve como un milenio sobre estas calles...-Dije una vez conseguí centrarme en la realidad y en lo primero en donde puse mis ojos, fue en aquellos ojos azules-Veo cierto aire melancólico en sus ojos, Monsieur...como si la eternidad pasara de largo como una melodía que se canta para quedar en los caminos, como un bálsamo de los días vividos....-sonreí levemente, para después llevarme el café a los labios que fueron colocándose sobre el canto de la taza. Un sorbo lento y tranquilo fue llenando mi garganta con un suave aroma a dulce café y que entraba perfectamente en mi cinco sentidos, reconfortándome de arriba abajo. Deje la taza lentamente sobre el cuerpo de cerámica, para después agarrar mi densa melena y ponerla a un lado para poder acomodarlo mejor, dejando libre la curva de mi cuello mientras miraba con disimulo las puntas abiertas. Tendría que volver a pasar la tijera, pero aun no era momento. Quién sabe si en algún momento tenía que arreglármelo para alguna ocasión.
Lo deje descansar sobre mi hombro para volver a mirar al desconocido, bueno yo ya me presente...tarde pero me presente y ahora le miraba de nuevo a su rostro. Podía mirar hacia el techo, pero nada se me había perdido allá arriba y bueno, el mesero iba y venía como si no terminara de decidirse. Algunas veces yo no entendía a la gente, quizás el mesero era actor en algún teatro ambulante y estaba haciendo algún numerito con los pies, pero o venia o se iba, así que deje de mirarle para posar una mejilla sobre mi mano a la vez que sonreía al hombre de delante.-¿No...se bebe el café?
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 366
Fecha de inscripción : 28/06/2011
Edad : 36
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
Eternidad, eternidad, a ¿Qué tú le llamas eternidad dulce sirena del mar?, son tantos los misterios dentro de mi vida como lo es tu frágil figura sobre las olas que mis orbes poseen, son demasiadas las horas bajo un hambriento camino asesino, es tan largo el letargo de un cuerpo sin vida, de un corazón anestesiado que no se escucha más cuando observo las olas en la oscuridad y ninguna gaviota puede saludarme ya.
Es tan irónico, que tu criatura, leyenda de los mares me preguntes sobre eso, cuando eres un misterio al igual que mi presencia, ¿Quién adora los ojos de un ser así?, solo aquella madre que me tuvo en sus brazos con amor, solo aquellos mares que me atendieran de humano. Más sus preguntas le hacían evidente, no, no iba a revelar quién era nunca lo he hecho, no había motivos para fiarme de medio mundo. – Asagi Dunkelheit…- le mire con detenimiento, quitando la expresión de poeta nostálgico de mis ojos, condenando a la bestia negra en mi interior, si, no quería que mis ‘debilidades’ salieran a flote como los demás vampiros hacían, no, yo no era como ellos. –El placer es todo mío, hermoso nombre Madame – baje la mirada a la humeante taza, con mucho detenimiento, acariciando el calor en mis yemas que nada podían sentir.
-¿Así que nostalgia y eternidad? – no había mostrado palabras, me había desecho del poeta que era, para mostrar al hijo bastardo que se encontraba ahora ante su presencia, aquel hijo que Dios desterró, el mismo pecador de sangre que tomo la taza sin miedos y en un acto de valor enorme bebió de golpe el contenido de aquel negro café, como si no hubiera nada más, me debía atener a los daños que algo tan escasamente mortal pudiera provocar en el veneno de mis venas. – Es la nostalgia quien me acompaña, es la eternidad la que se llama ‘vida’ mía ahora… así que no ha visto mal, una nostalgia que me hace engatusar los sentidos mortales… -musite bajito, mientras llevaba finamente derrochando elegancia aquella taza de porcelana.
Es tan irónico, que tu criatura, leyenda de los mares me preguntes sobre eso, cuando eres un misterio al igual que mi presencia, ¿Quién adora los ojos de un ser así?, solo aquella madre que me tuvo en sus brazos con amor, solo aquellos mares que me atendieran de humano. Más sus preguntas le hacían evidente, no, no iba a revelar quién era nunca lo he hecho, no había motivos para fiarme de medio mundo. – Asagi Dunkelheit…- le mire con detenimiento, quitando la expresión de poeta nostálgico de mis ojos, condenando a la bestia negra en mi interior, si, no quería que mis ‘debilidades’ salieran a flote como los demás vampiros hacían, no, yo no era como ellos. –El placer es todo mío, hermoso nombre Madame – baje la mirada a la humeante taza, con mucho detenimiento, acariciando el calor en mis yemas que nada podían sentir.
-¿Así que nostalgia y eternidad? – no había mostrado palabras, me había desecho del poeta que era, para mostrar al hijo bastardo que se encontraba ahora ante su presencia, aquel hijo que Dios desterró, el mismo pecador de sangre que tomo la taza sin miedos y en un acto de valor enorme bebió de golpe el contenido de aquel negro café, como si no hubiera nada más, me debía atener a los daños que algo tan escasamente mortal pudiera provocar en el veneno de mis venas. – Es la nostalgia quien me acompaña, es la eternidad la que se llama ‘vida’ mía ahora… así que no ha visto mal, una nostalgia que me hace engatusar los sentidos mortales… -musite bajito, mientras llevaba finamente derrochando elegancia aquella taza de porcelana.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
Mire fijamente a Asagi, tenía un bonito nombre -Tiene un nombre precioso....y el mío me lo pusieron por mi madre....-baje la mirada. Era verdad. Mi madre, al decir verdad, le encantaba el mar y mi padre estaba enamorado de los amplios mares sin terminación, sin límite alguno, pero fruncí el ceño en cuanto comenzó a bajar el volumen de su voz, que a la vez me apaciguaba los sentidos, pero hablando tan bajo, no entendí lo que sus ultimos suspiros dijeron de su corazón, de ese tono neutro que era lineal.-La eternidad es algo con lo que soñamos cualquier mortal, cualquier mujer u hombre que...-bebi un trago de mi taza de porcelana y delicadamente me sequé con la servilleta para después continuar con mi platica-Si usted...tiene la suerte de tenerla, debería estar viviendo a ton ni son, libremente como una perdiz....-Dije con tranquilidad.
Mis palabras podrían sonar a las de un experto si experiencias, pero sentía que era dos personas en uno. Su aura, negra y blanca, tranquila e impaciente. Comencé a sentirme un poco nerviosa, pero la verdad, es que intenté que no se notara en absoluto. Volvi a jugar un poco con mi pelo, lo puse a un lado y en cuanto dirijo mis manos a coger la taza de café que, por Dios, estaba deliciosa, el mesero se acercó con bastante prisa a las puertas del Café, salio a la calle y comenzó a sonreir de un lado a otro. ¿Que le había pasado? Alze una ceja mirando a Asagi, señalandole con la cabeza al mesero que habia salido por alguna razón y volví a dar el último trago a la taza de café.
-¡AAAAAAAGHHH!!-Escupí hacia un lado reaccionando al grito que escuché y miré hacia donde habia salido el mesero y de repente vi como entraba un hombre alto, cabellos oscuros mientras sujetaba del cuello al mesero con...dos agujeros cerca de la curva de su cuello. Salí de donde estaba para esconderme detras de la mesa, la gente huia hacia las paredes, otras ni se inmutaban, ¿Que pasaba? ¿Porque nadie salía corriendo? De nuevo más personas entraron por doquier, yendose a un lado, a otro en busca de lo que parecía para ellos "comida". Intenté acercarme a Asagi pero me di cuenta que estaba a dos mesas de él, me había movido sin darme cuenta mientras miraba a la gente gritar.-Aaaaggh!! ¡NOO DEJEME!-Escuche a mis espaldas el grito de una joven a la cual no miré por miedo a que llamara la atención de lo que estuviera detrás y en cuanto me agaché escondiendome debajo de una mesa, solamente quería que pasara esta masacre. Busque a Asagi con la mirada y en cuanto le encontré, Bingo....estaba en la misma mesa, en la misma silla bebiendo tranquilamente su taza de café. ¿Pero que hacía? Bueno...creo pensar, que debe de estar como en casa.
Mis palabras podrían sonar a las de un experto si experiencias, pero sentía que era dos personas en uno. Su aura, negra y blanca, tranquila e impaciente. Comencé a sentirme un poco nerviosa, pero la verdad, es que intenté que no se notara en absoluto. Volvi a jugar un poco con mi pelo, lo puse a un lado y en cuanto dirijo mis manos a coger la taza de café que, por Dios, estaba deliciosa, el mesero se acercó con bastante prisa a las puertas del Café, salio a la calle y comenzó a sonreir de un lado a otro. ¿Que le había pasado? Alze una ceja mirando a Asagi, señalandole con la cabeza al mesero que habia salido por alguna razón y volví a dar el último trago a la taza de café.
-¡AAAAAAAGHHH!!-Escupí hacia un lado reaccionando al grito que escuché y miré hacia donde habia salido el mesero y de repente vi como entraba un hombre alto, cabellos oscuros mientras sujetaba del cuello al mesero con...dos agujeros cerca de la curva de su cuello. Salí de donde estaba para esconderme detras de la mesa, la gente huia hacia las paredes, otras ni se inmutaban, ¿Que pasaba? ¿Porque nadie salía corriendo? De nuevo más personas entraron por doquier, yendose a un lado, a otro en busca de lo que parecía para ellos "comida". Intenté acercarme a Asagi pero me di cuenta que estaba a dos mesas de él, me había movido sin darme cuenta mientras miraba a la gente gritar.-Aaaaggh!! ¡NOO DEJEME!-Escuche a mis espaldas el grito de una joven a la cual no miré por miedo a que llamara la atención de lo que estuviera detrás y en cuanto me agaché escondiendome debajo de una mesa, solamente quería que pasara esta masacre. Busque a Asagi con la mirada y en cuanto le encontré, Bingo....estaba en la misma mesa, en la misma silla bebiendo tranquilamente su taza de café. ¿Pero que hacía? Bueno...creo pensar, que debe de estar como en casa.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 366
Fecha de inscripción : 28/06/2011
Edad : 36
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
¿Qué le pasaba a esta mujer?, ¿Trataba de sacarme de mis casillas?, ¡CLARO MALDITOS HUMANOS! Siendo atraídos por lo sobre natural, era una burla, ¿Qué sabía ella de estar milenios sin sentir nada?, Ah, claro mi furia se desataba, hombres y mujeres que deseen ese don oscuro estaban equivocados, demasiados… ¡Ah! ¡Maldición!, no encontraba la estúpida palabra que definiera a la humanidad. Arque una ceja, fruncí el ceño, ¿Qué estupidez me estaba diciendo?, no era buen momento me calme hice grandiosos esfuerzos por hacerlo, recupere mi calma.
Alguien así no siente, no puede comer porque eso nos provoca un daño mínimo, no respiramos, no suspiramos, ni siquiera sentimos dolor, somos, somos la aberración más grande en este mundo y a los humanos les parece atractivo. Vaya paradoja. Simule suspirar tratando de no observarla para no gritarle todo aquello. - ¿Así que todos? Mmm… que interesante – musite con algo de calma pero disfrazado, porque el tinte claro de esas palabras era Sarcasmo y bueno escuche su nombre, un bello nombre que pertenecía a su madre. – Pues quizá no sea algo en común, pero mi nombre fue dado por mi madre. – le mire con esfuerzos casi de manera amable. – No sabe de lo que habla respecto a la eternidad – mis orbes se fundieron en una mirada con desprecio total.
Y de pronto el panorama había cambiado, un par de ‘vampiros’ que no durarían mucho empezaron a dar disturbios entre la gente de aquel local, uno era mucho más robusto y de gran fuerza que otro, más viejo también eso lo note en sus orbes al verle con detenimiento mientras inclinaba la cabeza, mi acompañante había huido despavoridamente, me quede ahí, haciendo que la cucharita del azúcar tintineara sobre la taza de porcelana, todos asustados menos yo ¿Qué que iba a hacer?, nada, nada, porque no era mi asunto no me concernía.
Escuche como tomaron a una joven después de al mesero, me daban igual lo que hicieran, esos vampiros no durarían otra noche más en parís, y de pronto se me acerco el más robusto de un puñetazo a la mesa acaparo mi atención. – Monsieur – su tono era burlón, ah, eran extranjeros - ¿Acaso no me teme? – no dije nada, no hice el más mínimo movimiento y claro se lo tomo a mal, quiso golpearme pero detuve su puño, mi apariencia no era demasiado frágil, mis obres tomaron un tinte rojo como la sangre… - Váyanse de aquí, ordeno.- Manipulación, el tipo salió y secundándolo su amigo, había hecho uso de mis habilidades hasta ese momento. Y después volví a mi mesa, con las miradas sobre de mí. – Vaya creo que le temen al barón de Francia – lance ese comentario solo para despistar a la gente.
Alguien así no siente, no puede comer porque eso nos provoca un daño mínimo, no respiramos, no suspiramos, ni siquiera sentimos dolor, somos, somos la aberración más grande en este mundo y a los humanos les parece atractivo. Vaya paradoja. Simule suspirar tratando de no observarla para no gritarle todo aquello. - ¿Así que todos? Mmm… que interesante – musite con algo de calma pero disfrazado, porque el tinte claro de esas palabras era Sarcasmo y bueno escuche su nombre, un bello nombre que pertenecía a su madre. – Pues quizá no sea algo en común, pero mi nombre fue dado por mi madre. – le mire con esfuerzos casi de manera amable. – No sabe de lo que habla respecto a la eternidad – mis orbes se fundieron en una mirada con desprecio total.
Y de pronto el panorama había cambiado, un par de ‘vampiros’ que no durarían mucho empezaron a dar disturbios entre la gente de aquel local, uno era mucho más robusto y de gran fuerza que otro, más viejo también eso lo note en sus orbes al verle con detenimiento mientras inclinaba la cabeza, mi acompañante había huido despavoridamente, me quede ahí, haciendo que la cucharita del azúcar tintineara sobre la taza de porcelana, todos asustados menos yo ¿Qué que iba a hacer?, nada, nada, porque no era mi asunto no me concernía.
Escuche como tomaron a una joven después de al mesero, me daban igual lo que hicieran, esos vampiros no durarían otra noche más en parís, y de pronto se me acerco el más robusto de un puñetazo a la mesa acaparo mi atención. – Monsieur – su tono era burlón, ah, eran extranjeros - ¿Acaso no me teme? – no dije nada, no hice el más mínimo movimiento y claro se lo tomo a mal, quiso golpearme pero detuve su puño, mi apariencia no era demasiado frágil, mis obres tomaron un tinte rojo como la sangre… - Váyanse de aquí, ordeno.- Manipulación, el tipo salió y secundándolo su amigo, había hecho uso de mis habilidades hasta ese momento. Y después volví a mi mesa, con las miradas sobre de mí. – Vaya creo que le temen al barón de Francia – lance ese comentario solo para despistar a la gente.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
Ya tenía suficiente con aquello, era increíble que aquellos seres que bebían de la gente para sobrevivir, ya había visto mucho, pero ¿Barón de Francia? Dios mío, tierra trágame, me viene de perlas ir ahora a la horca o vete tú a saber a dónde me tocaría ir... ¿Le habría ofendido? Jesús no, no quiero morir, no ahora. Me encogí en el sitio, para después acurrucarme debajo de la mesa y poder ocultar mi rostro entre mis piernas. Ya paso-me dije a mi misma con la voz en susurros suaves, para calmar los nervios que poco a poco florecían en mi interior, amenazaban con avergonzar mi cuerpo y la imagen que estaba dando al público. Bueno, era bailarina y la verdad no tenía ningún problema enfrentarme al público, pero aquello que había pasado, como se habían ido insitu aquellos dos asesinos, había resultado algo extraño.
La gente se levantaba de sus sillas, salían por alguna puerta trasera del bar o algunas volvían a sus sitios, para coger de nuevo sus pertenecías y con prisa en el alma, salían de la cafetería dejándola desierta, casi desierta olvidándose de las demás personas que estaban en el interior. Mire a mi...acompañante, mire a Asagi y al resto de la gente, dos o tres personas yacían fallecidas. Mire al suelo, hice un esfuerzo por levantarme pero ya habían aparecido los temblores, las respiraciones agitadas y volví a acurrucarme en mis piernas, ocultándome de todas las miradas que me estuvieran estudiando ahora.
-Todo está bien...-Dijo una voz femenina. Alce mi mirada y vi a una mujer, bella de ojos verdes-¿Madre?-Dije sin apenas equivocarme, pero la mujer soltó una risa inocente a la vez que negaba con delicadeza-Lo siento....-Dije con un cierto rubor en mis mejillas por la equivocación. Baje mi mirada y poco a poco fui levantándome con ayuda de la mujer, me dio un tierno beso en la sien y mi corazón comenzó a temblar de nostalgia, pude sentir cierta ternura en el aura de aquella mujer que hizo que mis ojos desbordaran un mar de lagrimas, rodando por mi mejilla con fluidez hasta acabar en el pañuelo de mi falda con el que fui a socorrer inmediatamente.
Hice una reverencia como pude, me aleje de la mujer y enseguida pase por el lado de Asagi, le hice una reverencia a él también mientras gimoteaba por el sentimiento que tuve hace poco-¿Barón?-Dije a modo de curiosidad. Había estado hablando con un noble y ni me había dado cuenta la verdad por esto me podrían llevar a la horca.-Siento sin en algún momento le moleste....-Dije mirando al suelo, avergonzada por mi comportamiento y en cierto modo sorprendida-No quiero que me lleven a la horca, se lo suplico...-me arrodille, humillándome en frente de todos, pues ahora no quería perder mi vida, que era lo más preciado y bueno, tenía a otras personas también que tampoco quería perderlas. Estuve un buen rato de rodillas hasta que note algo extraño, un aura benigna en frente mía. ¿Qué era?
La gente se levantaba de sus sillas, salían por alguna puerta trasera del bar o algunas volvían a sus sitios, para coger de nuevo sus pertenecías y con prisa en el alma, salían de la cafetería dejándola desierta, casi desierta olvidándose de las demás personas que estaban en el interior. Mire a mi...acompañante, mire a Asagi y al resto de la gente, dos o tres personas yacían fallecidas. Mire al suelo, hice un esfuerzo por levantarme pero ya habían aparecido los temblores, las respiraciones agitadas y volví a acurrucarme en mis piernas, ocultándome de todas las miradas que me estuvieran estudiando ahora.
-Todo está bien...-Dijo una voz femenina. Alce mi mirada y vi a una mujer, bella de ojos verdes-¿Madre?-Dije sin apenas equivocarme, pero la mujer soltó una risa inocente a la vez que negaba con delicadeza-Lo siento....-Dije con un cierto rubor en mis mejillas por la equivocación. Baje mi mirada y poco a poco fui levantándome con ayuda de la mujer, me dio un tierno beso en la sien y mi corazón comenzó a temblar de nostalgia, pude sentir cierta ternura en el aura de aquella mujer que hizo que mis ojos desbordaran un mar de lagrimas, rodando por mi mejilla con fluidez hasta acabar en el pañuelo de mi falda con el que fui a socorrer inmediatamente.
Hice una reverencia como pude, me aleje de la mujer y enseguida pase por el lado de Asagi, le hice una reverencia a él también mientras gimoteaba por el sentimiento que tuve hace poco-¿Barón?-Dije a modo de curiosidad. Había estado hablando con un noble y ni me había dado cuenta la verdad por esto me podrían llevar a la horca.-Siento sin en algún momento le moleste....-Dije mirando al suelo, avergonzada por mi comportamiento y en cierto modo sorprendida-No quiero que me lleven a la horca, se lo suplico...-me arrodille, humillándome en frente de todos, pues ahora no quería perder mi vida, que era lo más preciado y bueno, tenía a otras personas también que tampoco quería perderlas. Estuve un buen rato de rodillas hasta que note algo extraño, un aura benigna en frente mía. ¿Qué era?
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 366
Fecha de inscripción : 28/06/2011
Edad : 36
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
Más tarde me encargaría de aquellos dos vampiros que habían aparecido, estaban violando leyes del bajo mundo, seguro que alguno que otro licántropo se molestaría, esa forma en a ser expuestos ante los ojos de la humanidad, que modos aquellos y no podía apaciguar cada una de las mentes aturdidas de esa gente, me quede quieto en mi silla, recargado analizando y escuchando cada susurro, ah claro de mi identidad, nada más que Barón de Francia se sabía, menos mal, no quería llevar las cosas aun extremo innecesario.
Suspire mirando el café fingiendo ‘humanidad y normalidad’ y mi acompañante parecía más sorprendida, tan bello rostro con esa expresión de miedo, no me sentía orgulloso de pertenecer a la realeza, ese título tan inútilmente otorgado no me hacía ‘más que nadie’ – No me has molestado – repuse pero antes ya le miraba ahí en el suelo, de rodillas suplicando por su vida.
Naturalmente como toda bruja, gitana, y etc., venía a mí de esa manera al enterarse de lo que yo era, nunca pensé en llevar a alguien de ese modo a la muerte, en todo caso sería yo quien con mis propias manos he de llevarles, me levante de un golpe de la silla, mirándole, con ese aire imponente, casi pude reírme, claro para mis adentros jamás en público, le tome del brazo y le levante quizá con un poco de brusquedad. – No haré eso, no contigo… - fingí amabilidad, pero en cuanto susurre a su oído su expresión cambio rotundamente – Pórtate bien, porque no te llevaré ante la horca o algo parecido, yo mismo me encargaré de llevarte ante los brazos de la muerte, de una manera sutil y cruel… - me lleve los dedos a los labios.
Ahora tenía una víctima, ¿Qué le haría?, ¿Beber, saciarme sexualmente?, claro muchos dicen que no me va lo ‘cruel y malo’ pero es que no me conocen aún, le tome del brazo con menos fuerza y le obligue a salir del establecimiento, el olor a sangre ahí dentro hacía que mis ojos tomaran un tinte sádico rojo, moví un poco ese apacible rostro mío y le mire. – No tengas miedo… Solo caminemos un poco más, será tu trabajo sacarme de la rutina cruel… - ladee el rostro esperando por una respuesta.
Suspire mirando el café fingiendo ‘humanidad y normalidad’ y mi acompañante parecía más sorprendida, tan bello rostro con esa expresión de miedo, no me sentía orgulloso de pertenecer a la realeza, ese título tan inútilmente otorgado no me hacía ‘más que nadie’ – No me has molestado – repuse pero antes ya le miraba ahí en el suelo, de rodillas suplicando por su vida.
Naturalmente como toda bruja, gitana, y etc., venía a mí de esa manera al enterarse de lo que yo era, nunca pensé en llevar a alguien de ese modo a la muerte, en todo caso sería yo quien con mis propias manos he de llevarles, me levante de un golpe de la silla, mirándole, con ese aire imponente, casi pude reírme, claro para mis adentros jamás en público, le tome del brazo y le levante quizá con un poco de brusquedad. – No haré eso, no contigo… - fingí amabilidad, pero en cuanto susurre a su oído su expresión cambio rotundamente – Pórtate bien, porque no te llevaré ante la horca o algo parecido, yo mismo me encargaré de llevarte ante los brazos de la muerte, de una manera sutil y cruel… - me lleve los dedos a los labios.
Ahora tenía una víctima, ¿Qué le haría?, ¿Beber, saciarme sexualmente?, claro muchos dicen que no me va lo ‘cruel y malo’ pero es que no me conocen aún, le tome del brazo con menos fuerza y le obligue a salir del establecimiento, el olor a sangre ahí dentro hacía que mis ojos tomaran un tinte sádico rojo, moví un poco ese apacible rostro mío y le mire. – No tengas miedo… Solo caminemos un poco más, será tu trabajo sacarme de la rutina cruel… - ladee el rostro esperando por una respuesta.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Taza vacía [Sirenia Von Lunirae]
Haz el amor como si lucharas en la guerra, brilla por las estrellas que son mil y un secreto para el hombre. Que me digan abiertamente los futuros de este hombre, que sus ojos rubi veía con el gesto preocupado. Algo, en él había cambiado, su aura interior, de un negro burdeos le rodeaba su karma, ciertamente por completo, un suave gris plata le pintaba la piel, bajo unos mechones antiguos de negro carbón. Un titulo enorme para sus palabras amables que me ayudaron a levantarme del suelo, algo que en sus sonidos vocales pude encontrar la benevolencia en ellas. Un error me llevo a confiarle mi confianza, mi asentimiento de acompañarle calle adentro cerca de las paredes de piedra de la cafetería. Un olor amargo se alejaba de nosotros, para que se suplantara por el hedor frio de la noche. Un nervio me concomía por dentro, algo no sabía, pero cierto era que posiblemente, el halito de la muerte estuviera cerca de mi persona, aun siendo tan joven.
Dieciséis primaveras, veranos, inviernos y medio otoño pase, pero con la búsqueda de mi padre, que aun podría estar vivo... ¿Qué pasaría? Dime si no es correcto lo que hago, avísame a tiempo para que vuelva contigo... No quería estar cerca de aquel premurió, de aquella amiga envuelta en velos negros que silenciaba los gritos de la alegría, pero él, Asagi hacia que estuviera más segura de su novia, aquella que podría acallar el temor de mis penurias, por el que aun rezaba por olvidar. Si...él fuese como yo creí ver en su calma dentro de la cafetería, simplemente la huida podría ser ahora mismo, ¡Ya!.. , pero nada hacía que me moviera, mi cuerpo se quedaba a su lado en un intento de curiosidad. ¿Qué iba a hacer? Simplemente su mirada enrojecida hacia que se me tensara el cuerpo, sin darme cuenta choqué contra la pared, sin huida, ahora solo tenía ambos lados, sin más, ¿izquierda o derecha? –Ahora estamos...aquí...-Trague saliva para recuperar la calma que el miedo había hecho dueño de mi, para mirarle a los ojos sin miedo alguna y alguna que otra sonrisa.
-Si los iguales que eran igual que tú, toman de la misma manera a sus presas, no creo que seáis de menos, majestad...-la altura cultural no era la misma entre ambos, el era más culto que yo, podrían haberse escuchado mis palabras como algo erróneas, hasta sin educación, pero lo intente hacer lo mejor que pude. Deslicé mi cabello a un lado, dejando libre la curva de mi cuello. Sí, en ciertos ámbitos de París, puedo ser alguien que teme, pero de sangre de mar, de raíces barbarás y bucaneros de proa yo vine entre los mares a enfrentarme con la valentía que debía de tener escondida bien dentro de mí. No temía ¿A quién le importaba? Creo que nadie tenga la bondad de molestarse en perderse en sus recuerdos para acordarse de mí, de alguien que regala sonrisas. Los malos eran los pagados y los buenos los que pagaban las consecuencias de los malos. Esperando a algo que viniera de él, tan solo espere a que decidiera a mover ficha. Mi mirada baja , hacia el suelo contemplaba una pequeña lucha de hormigas por un mendrugo pequeño de pan, mis manos aun sujetaban el pelo.
-Si vais a hacerlo...si vais a deshaceros de una gitana que no desea nadie, en quien no piensa nadie, en quien no recuerda nadie, en quien...se sienta sola a mirar las estrellas-Le mire replicando cada palabra de mi recalcada soledad-Vos decidís-Aquella palabra fue fuerte, marcada, llena de dolor y mis ojos dejaron escapar varias lagrimas ya por el miedo con el que me derrumbe en el suelo. Un intento de abrazarme a mi misma funciono, acurrucándome en un ovillo, escondiendo mi rostro. No quiero más auras negras sin lunas blancas que ver cada noche.
Dieciséis primaveras, veranos, inviernos y medio otoño pase, pero con la búsqueda de mi padre, que aun podría estar vivo... ¿Qué pasaría? Dime si no es correcto lo que hago, avísame a tiempo para que vuelva contigo... No quería estar cerca de aquel premurió, de aquella amiga envuelta en velos negros que silenciaba los gritos de la alegría, pero él, Asagi hacia que estuviera más segura de su novia, aquella que podría acallar el temor de mis penurias, por el que aun rezaba por olvidar. Si...él fuese como yo creí ver en su calma dentro de la cafetería, simplemente la huida podría ser ahora mismo, ¡Ya!.. , pero nada hacía que me moviera, mi cuerpo se quedaba a su lado en un intento de curiosidad. ¿Qué iba a hacer? Simplemente su mirada enrojecida hacia que se me tensara el cuerpo, sin darme cuenta choqué contra la pared, sin huida, ahora solo tenía ambos lados, sin más, ¿izquierda o derecha? –Ahora estamos...aquí...-Trague saliva para recuperar la calma que el miedo había hecho dueño de mi, para mirarle a los ojos sin miedo alguna y alguna que otra sonrisa.
-Si los iguales que eran igual que tú, toman de la misma manera a sus presas, no creo que seáis de menos, majestad...-la altura cultural no era la misma entre ambos, el era más culto que yo, podrían haberse escuchado mis palabras como algo erróneas, hasta sin educación, pero lo intente hacer lo mejor que pude. Deslicé mi cabello a un lado, dejando libre la curva de mi cuello. Sí, en ciertos ámbitos de París, puedo ser alguien que teme, pero de sangre de mar, de raíces barbarás y bucaneros de proa yo vine entre los mares a enfrentarme con la valentía que debía de tener escondida bien dentro de mí. No temía ¿A quién le importaba? Creo que nadie tenga la bondad de molestarse en perderse en sus recuerdos para acordarse de mí, de alguien que regala sonrisas. Los malos eran los pagados y los buenos los que pagaban las consecuencias de los malos. Esperando a algo que viniera de él, tan solo espere a que decidiera a mover ficha. Mi mirada baja , hacia el suelo contemplaba una pequeña lucha de hormigas por un mendrugo pequeño de pan, mis manos aun sujetaban el pelo.
-Si vais a hacerlo...si vais a deshaceros de una gitana que no desea nadie, en quien no piensa nadie, en quien no recuerda nadie, en quien...se sienta sola a mirar las estrellas-Le mire replicando cada palabra de mi recalcada soledad-Vos decidís-Aquella palabra fue fuerte, marcada, llena de dolor y mis ojos dejaron escapar varias lagrimas ya por el miedo con el que me derrumbe en el suelo. Un intento de abrazarme a mi misma funciono, acurrucándome en un ovillo, escondiendo mi rostro. No quiero más auras negras sin lunas blancas que ver cada noche.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 366
Fecha de inscripción : 28/06/2011
Edad : 36
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Buzón de Sirenia Von Lunirae [de una dama de mar]
» ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
» Il ouvrit les yeux voient la vraie liberté. [~ Sirenia von Lunirae ~]
» Butaca vacía (Libre)
» ¿Qué sientes cuando bebes una taza de café? [Marko Santini]
» ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
» Il ouvrit les yeux voient la vraie liberté. [~ Sirenia von Lunirae ~]
» Butaca vacía (Libre)
» ¿Qué sientes cuando bebes una taza de café? [Marko Santini]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour