AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
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¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
De acuerdo, esto jamás me lo había imaginado.
Ésta vez, para nada se trataba de mi trabajo como cortesana, prostituta, como prefieran decirle, ni por mis hechizos, aquella vez era por mis raíces.
Desde niña sabía que Clarisse no era mi madre, ni nunca cumpliría todo el rol de una. Sin ir más lejos contaré lo que me ocurrió antes de llegar al campamento gitano.
Hoy no me tocaba ir al burdel, luego de mi experiencia sexual- sangrienta, con aquel vampiro que aún vagaba por mis recuerdos, Balthazar me dio un par de días, para que me divirtiera o hiciera algo diferente. A la mañana temprano me dispuse a terminar mis compras para un hechizo que tenía que hacer a la medianoche, había encontrado la mayoría de las cosas, sólo restaba ir a mi antigua casa a recoger un par de velas, libros…y ver mis cosas de niña.
Al llegar, la puerta se vino abajo, no comprendía como esto antes era un castillo para mí. Rápidamente tomé todo lo que necesitaba para mi pequeño trabajo, pasé por mi cómoda de madera y vi mi muñeca de cuando era una niña de tres años. Los recuerdos me vinieron solos, yo…sola en un bosque, mis padres se habían olvidado de mí. No sabía porque estaba allí, sólo quería saber más sobre mis raíces…si era una bruja, para hacer mis conjuros tenía que utilizar mis raíces...¿ cómo hacerlo si no las conocía?.
A lo lejos vi a una joven de cabellos oscuros, decidí acercarme a ella pues era la única que no me miraba con recelo y eso que iba vestida como una bruja, con mi corsé azul oscuro, mi pollera larga y voluptuosa negra, mi capa violeta se ondulaba por el viento que se había levantado.
Cuando estuve cerca de ella, con una sonrisa la saludé.- No te asustes… y por favor…no me mires como tus hermanos y hermanas…
Ésta vez, para nada se trataba de mi trabajo como cortesana, prostituta, como prefieran decirle, ni por mis hechizos, aquella vez era por mis raíces.
Desde niña sabía que Clarisse no era mi madre, ni nunca cumpliría todo el rol de una. Sin ir más lejos contaré lo que me ocurrió antes de llegar al campamento gitano.
Hoy no me tocaba ir al burdel, luego de mi experiencia sexual- sangrienta, con aquel vampiro que aún vagaba por mis recuerdos, Balthazar me dio un par de días, para que me divirtiera o hiciera algo diferente. A la mañana temprano me dispuse a terminar mis compras para un hechizo que tenía que hacer a la medianoche, había encontrado la mayoría de las cosas, sólo restaba ir a mi antigua casa a recoger un par de velas, libros…y ver mis cosas de niña.
Al llegar, la puerta se vino abajo, no comprendía como esto antes era un castillo para mí. Rápidamente tomé todo lo que necesitaba para mi pequeño trabajo, pasé por mi cómoda de madera y vi mi muñeca de cuando era una niña de tres años. Los recuerdos me vinieron solos, yo…sola en un bosque, mis padres se habían olvidado de mí. No sabía porque estaba allí, sólo quería saber más sobre mis raíces…si era una bruja, para hacer mis conjuros tenía que utilizar mis raíces...¿ cómo hacerlo si no las conocía?.
A lo lejos vi a una joven de cabellos oscuros, decidí acercarme a ella pues era la única que no me miraba con recelo y eso que iba vestida como una bruja, con mi corsé azul oscuro, mi pollera larga y voluptuosa negra, mi capa violeta se ondulaba por el viento que se había levantado.
Cuando estuve cerca de ella, con una sonrisa la saludé.- No te asustes… y por favor…no me mires como tus hermanos y hermanas…
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
Me paró una bella mujer de cabellos oscuros como la avellana. Iba de vuelta al campamento cuando me paró y me miro con urgencia. No la entendí cuando dijo lo de que miraba a mis hermanos de una manera, pero no emití ningún sonido. Solo la contemplaba de arriba a abajo intentando recordar donde la había visto, pero no me venia ningún recuerdo. Me acerqué un poco más a la mujer, lo suficiente para mantener una distancia larga. -¿Desea algo?-Pregunte a la mujer finalmente mientras continuaba mirándola con cautela. Algo en me intuía que no era de fiar, pero en su rostro parecía que se había perdido o simplemente iba en busca de algo a lo que a Sirenia no le interesaba. Llevaba una preciosa capa color mora y era otro de mis colores favoritos, este junto con el verde botella.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
Aquella joven de aspecto místico, si se podría llamar de esa forma, la forma de mirar, caminar y hablar que poseía.
Era algo fuera de lo normal, como si tuviera la magia en sus genes, no como yo talvez, la tenía dentro de ella, como un gen que le daba una característica fuera de los parámetros comunes.
Gesticulé con mi mano, no quería asustarla o que sospechara de mí.- Disculpa si te causé incomodidad...- mi voz era ahora un suave murmullo.
Me había dado cuenta que miraba mi capa con notable interés, en vista a eso largué una carcajada. Me la desabroché, la tomé entre mis manos sacándole la energía mágica que había quedado en ella y luego me dispuse a entregársela.- No desconfíes... quiero hacerte una pregunta...- tomé aire..¿ estaba preparada para algo así?...
-¿ No sabes... si hace unos veinte años atrás... por ésta zona había un clan de gitanos que luego huyeron...?.- pregunté desviando mi mirada. Si me detenía en alguna cosa, probablemente lloraría.
Era algo fuera de lo normal, como si tuviera la magia en sus genes, no como yo talvez, la tenía dentro de ella, como un gen que le daba una característica fuera de los parámetros comunes.
Gesticulé con mi mano, no quería asustarla o que sospechara de mí.- Disculpa si te causé incomodidad...- mi voz era ahora un suave murmullo.
Me había dado cuenta que miraba mi capa con notable interés, en vista a eso largué una carcajada. Me la desabroché, la tomé entre mis manos sacándole la energía mágica que había quedado en ella y luego me dispuse a entregársela.- No desconfíes... quiero hacerte una pregunta...- tomé aire..¿ estaba preparada para algo así?...
-¿ No sabes... si hace unos veinte años atrás... por ésta zona había un clan de gitanos que luego huyeron...?.- pregunté desviando mi mirada. Si me detenía en alguna cosa, probablemente lloraría.
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
¿De verdad me estaba ofreciendo su capa? Yo podría hacerme una cuando quisiera, incluso robarla si hiciera falta. Pero negué con la cabeza cuando comenzaba a disculparse.-Oh no...no tiene por que...-Si, me estaba ofreciendo su capa, pero al parecer le puse una mano en alto sobre mi pecho como diciendo que dejara de ofrecerme la capa. ¿Una pregunta? Adelante, no tenia ningún problema si se trataba de preguntas. A lo mejor podría responderlas o no, dependiendo de como fuese la pregunta. Escuche con atención la pregunta que formulo la mujer y entonces mi mirada se perdió en el recuerdo. La verdad, es que estaba aquí desde los ocho años y no había visto a ninguna familia de gitanos.-No....he visto a ninguno de nuestros hermanos cerca de las tierras del campamento......además dicho lugar no se encuentra lejos ¿Porqué no va y pregunta al jefe de nuestro gremio?-Dije antes de echarme a correr.
Esa mujer parecía un tanto desesperada, pero entonces comprendí que si hablaba de algún clan, posiblemente se refería a su familia. Entonces mi gélido corazón se convirtio en unos segundos en un corazón que sentía dolor y recuerdos en pena.-Lo siento...he podido parecer un poco grosera, pero en realidad no he visto dicho clan por estas tierras...-Dije lentamente con pena en mi voz. Vi que desvió la mirada pues podría resultarle dolorosa al recordar el pasado, pero a veces los mares atraen a seres que quieren revivir el recuerdo y remover más sus recuerdos dentro de ellas.-Le puedo acompañar...si lo desea...
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
La joven estaba presa del miedo, sus ojos centellaban cautela, todo su ser parecía estar disupuesto para empezar a correr y dejarme allí, a las manos de cualquier bandido. Al parecer no quería mi capa, y aunque quisiera volver a usarla ya no poseía mi magia, mi energía y mis hechizos echados devidamente sobre ella. Sería inútil que me la quedara, pero más tarde insistiría.
- Es que...- no pude decir más que eso puesto que la joven gitana había empezado a alejarse de mí.
De pronto me sentí desprotegida, sin nadie con quien llorar y compartir cosas, me sentía como cuando era niña.
Bajé mi cabeza cuando anunció aquello.- Entiendo...- notaba como una lágrima húmeda y salada comenzaba a correr por mi mejilla. Aquello me había salido mal, había sido un tiro por la culata y tendría que volver a mi trabajo, sin conocer nada de mi pasado. Sonreí complacida.
- Eso sería muy... amable de tu parte.- Me calcé de nuevo la capa, si bien no me protegía de otras brujas, vampiros y demás, me protegía del frío.
- Es que...- no pude decir más que eso puesto que la joven gitana había empezado a alejarse de mí.
De pronto me sentí desprotegida, sin nadie con quien llorar y compartir cosas, me sentía como cuando era niña.
Bajé mi cabeza cuando anunció aquello.- Entiendo...- notaba como una lágrima húmeda y salada comenzaba a correr por mi mejilla. Aquello me había salido mal, había sido un tiro por la culata y tendría que volver a mi trabajo, sin conocer nada de mi pasado. Sonreí complacida.
- Eso sería muy... amable de tu parte.- Me calcé de nuevo la capa, si bien no me protegía de otras brujas, vampiros y demás, me protegía del frío.
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
Me acerque hasta la bella mujer y con un pañuelo le limpie aquella lagrima traviesa que caia por su mejilla.-No llores…no dejes que el encanto de una mujer se rompa con las lágrimas-Dije sonriendo al final.-Lamento si he sido brusca, pero hace poco tuvimos un ataque en el campamento…y procuramos precaución entre todos..-le coge de la mano y la lleve conmigo hasta la entrada del campamento. Estábamos bien ocultas entre la maleza, lejos de la vista del jefe, de los guardias, y de todos los chismosos del campamento. Le fui señalando quien era quien y le sonreí-Posiblemente, nuestro mayor, conozca algo…de los alrededores y sepa decirte algo…sobre lo que busca…-La mire esperando su respuesta y lo que pude deducir de su interés en conocer el pasado, me anduve con cuidado, pero lo camufle bajo una sonrisa de lado a lado. La guiñe un ojo y Salí corriendo hacia la salida.
Me pare y volví hacia la mujer cogiéndola de la mano de nuevo. Ambas caminamos hacia dentro del campamento y enseguida vi, como todos los del campamento echaban miradas picaronas a la mujer. Puse mi cara de enfado y todos volvieron a sus tareas. –Parece que hechiza a los hombres-Reí. En el fondo, podría no ser tan mala persona, pero ella me transmitía inseguridad. La empatía que tenía me hacía tener cuidado. Me pare en frente de la carpa del mayor del gremio. Solté la mano de la mujer y toque tres veces una pandereta a modo de timbre. Espere mientras dejaba la pandereta en el suelo y sonreí esperando. La cortina de la carpa se corrió dejando ver a un hombre encorvado, de finos cabellos grises y de aspecto cansado con arrugas. Llevaba una calva en el cogote y unas ropas gastadas.
-¡¡Hola Joe!!-Me echo la misma mirada de cascarrabias que tenía y miro a la mujer. Me interpuse entre su mirada y la de la mujer protegiéndola, queriendo protegerla. Joe gruño malhumorado. Dio un respingo al escuchar la voz del mayor que nos dijo que pasáramos. Mire a la mujer y sonreí-¿vamos?
Me pare y volví hacia la mujer cogiéndola de la mano de nuevo. Ambas caminamos hacia dentro del campamento y enseguida vi, como todos los del campamento echaban miradas picaronas a la mujer. Puse mi cara de enfado y todos volvieron a sus tareas. –Parece que hechiza a los hombres-Reí. En el fondo, podría no ser tan mala persona, pero ella me transmitía inseguridad. La empatía que tenía me hacía tener cuidado. Me pare en frente de la carpa del mayor del gremio. Solté la mano de la mujer y toque tres veces una pandereta a modo de timbre. Espere mientras dejaba la pandereta en el suelo y sonreí esperando. La cortina de la carpa se corrió dejando ver a un hombre encorvado, de finos cabellos grises y de aspecto cansado con arrugas. Llevaba una calva en el cogote y unas ropas gastadas.
-¡¡Hola Joe!!-Me echo la misma mirada de cascarrabias que tenía y miro a la mujer. Me interpuse entre su mirada y la de la mujer protegiéndola, queriendo protegerla. Joe gruño malhumorado. Dio un respingo al escuchar la voz del mayor que nos dijo que pasáramos. Mire a la mujer y sonreí-¿vamos?
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
La joven gitana sacó un pañuelo y secó aquella lágrima que furtivamente corría por mi rostro.- Gracias.- Era normal que si habian sufrido un ataque se comportara de esa forma, eso de algún modo hizo que mi carga se aliviara.
Tomé su mano y ambas fuimos a lo que parecía la entrada al campamento. Allí, mi corazón dio un vuelco, quizá estaba tan cerca de mis padres y no me daba cuenta. Cualquier hombre y mujer de unos cuarenta y tantos años podrían ser mis padres. Al escuchar las palabras de la joven sonreí.
Teníamos que tener mucho cuidado, posía ver al jefe, a los que parecían guardias...y como en cualquier otro lugar estaban los chismosos de siempre. Pensé que en todas partes había un jefe, unos guardias... y los chismos que entorpecen las vidas de quienes acusan.
- Entonces... deberíamos hablar con él...- me propuse a mi misma no caer en el pánico ni en la exhaltación.
Desafortunadamente, para mí, los hombres me miraban con la lujuría reflejada en sus ojos, una cosa era cuando trabajaba de noche, en el burdel, donde mi don me servía y mucho...otra cosa era cuando estaba de "civil" y poco me interesaba satisfacer sus necesidades.- Si... lamentablemente... hay veces que resulta... agobiante...- dije con dificultad, tampoco quería que se enterase por mí de mi trabajito nocturno.
Nos paramos frente a una carpa, la misma estaba muy decorada y supuse, por algunos instrumentos que había fuera, ya sea sal o polvo de ladrillo para impedir el paso de seres indesiables, como el pentagrama mágico escrito con tiza, claro que estaba algo cambiando y dentro de mis suposiciones se debía al hecho de su ser gitano, donde mezclaba la magia de oriente y de occidente.
Mientras el sonido de la pandereta me envolvía, un escalofrío recorrío desde mi cabeza hasta mi último chakra. Seguro se debía al crisol de emociones que experimentaba en aquel momento.
Al abrirse la cortina, pude ver a un hombre, ya mayor, de cabellos de humo. Su figura era encorvada, marcando como los años habían pasado sobre él. Me recordaba a alguien, no sabía a quien, pero en los recuerdos de mi ya lejana infancia, había un hombre de cabellos canos, vestido siempre de rojo y dorado, que cada vez que por mi cabeza pasado su recuerdo, soltaba una risita de felicidad, a diferencia de mis padres, que no recordaba mucho, sabía como se llamaba aquel anciano... su nombre era Amelión... quizá Joel, el mayor del campamento, lo habría conocido.
Volviendo a la realidad, aquel hombre parecía estar algo molesto por mi presencia, no sabía bien si le gustaba la idea de que una bruja cayera en su campamento, con su capa de protección... y diciendo...: " Vengo a buscar respuestas". Asentí con la cabeza y entré al interior de la carpa.
- Disculpe la interrupción...- dije acercándome a él, vi que en su mano había un anillo, y sabía muy bien lo que era... justificaba el hecho de ver el pentagrama y el polvo de ladrillo...aquel hombre había sido un brujo...
Di una reverencia con mi capa y besé el anillo, cualquier magia que aquel haya practicado era tan fuerte que seguía impregnada en su carpa, como un perfume fuerte.
No sabía muy bien que pasaría de aquí en adelante...pero valía la pena estar en donde me encontraba.
OFF: Disculpá la tardanza, estaba con el colegio a más no poder...y eso me había quitado inspiración...Espero que te guste la respuesta.Besos Sire
Tomé su mano y ambas fuimos a lo que parecía la entrada al campamento. Allí, mi corazón dio un vuelco, quizá estaba tan cerca de mis padres y no me daba cuenta. Cualquier hombre y mujer de unos cuarenta y tantos años podrían ser mis padres. Al escuchar las palabras de la joven sonreí.
Teníamos que tener mucho cuidado, posía ver al jefe, a los que parecían guardias...y como en cualquier otro lugar estaban los chismosos de siempre. Pensé que en todas partes había un jefe, unos guardias... y los chismos que entorpecen las vidas de quienes acusan.
- Entonces... deberíamos hablar con él...- me propuse a mi misma no caer en el pánico ni en la exhaltación.
Desafortunadamente, para mí, los hombres me miraban con la lujuría reflejada en sus ojos, una cosa era cuando trabajaba de noche, en el burdel, donde mi don me servía y mucho...otra cosa era cuando estaba de "civil" y poco me interesaba satisfacer sus necesidades.- Si... lamentablemente... hay veces que resulta... agobiante...- dije con dificultad, tampoco quería que se enterase por mí de mi trabajito nocturno.
Nos paramos frente a una carpa, la misma estaba muy decorada y supuse, por algunos instrumentos que había fuera, ya sea sal o polvo de ladrillo para impedir el paso de seres indesiables, como el pentagrama mágico escrito con tiza, claro que estaba algo cambiando y dentro de mis suposiciones se debía al hecho de su ser gitano, donde mezclaba la magia de oriente y de occidente.
Mientras el sonido de la pandereta me envolvía, un escalofrío recorrío desde mi cabeza hasta mi último chakra. Seguro se debía al crisol de emociones que experimentaba en aquel momento.
Al abrirse la cortina, pude ver a un hombre, ya mayor, de cabellos de humo. Su figura era encorvada, marcando como los años habían pasado sobre él. Me recordaba a alguien, no sabía a quien, pero en los recuerdos de mi ya lejana infancia, había un hombre de cabellos canos, vestido siempre de rojo y dorado, que cada vez que por mi cabeza pasado su recuerdo, soltaba una risita de felicidad, a diferencia de mis padres, que no recordaba mucho, sabía como se llamaba aquel anciano... su nombre era Amelión... quizá Joel, el mayor del campamento, lo habría conocido.
Volviendo a la realidad, aquel hombre parecía estar algo molesto por mi presencia, no sabía bien si le gustaba la idea de que una bruja cayera en su campamento, con su capa de protección... y diciendo...: " Vengo a buscar respuestas". Asentí con la cabeza y entré al interior de la carpa.
- Disculpe la interrupción...- dije acercándome a él, vi que en su mano había un anillo, y sabía muy bien lo que era... justificaba el hecho de ver el pentagrama y el polvo de ladrillo...aquel hombre había sido un brujo...
Di una reverencia con mi capa y besé el anillo, cualquier magia que aquel haya practicado era tan fuerte que seguía impregnada en su carpa, como un perfume fuerte.
No sabía muy bien que pasaría de aquí en adelante...pero valía la pena estar en donde me encontraba.
OFF: Disculpá la tardanza, estaba con el colegio a más no poder...y eso me había quitado inspiración...Espero que te guste la respuesta.Besos Sire
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
No pude evitar sacar una risita tonta mientras me tapaba la boca con la mano. Vi como la mujer besaba el anillo de Joe. Si, es cierto que si se ve a un brujo superior a ti, debes mostrarle respeto, pero el error de la mujer era evidente. Joe rompió a carcajadas cuando vio que la mujer mostraba tantos respetos por tan solo un simple secretario y fiel servidor del campamento. Pare mis risas en cuanto Joe las intensifico dejando en ridículo a la mujer. Me acerque a la mujer pero al tener tan cerca a Joe no pude evitar hacerle una llave de yudo a Joe por el comportamiento que estaba realizando ante nuestra invitada. Cayó de espaldas y cuando Joe comenzó de nuevo a reírse mientras se levantaba, entro en el campamento un hombre alto, metro noventa, ojos azules, perilla oscura a juego con su melena por las orejas. Era mi amor platónico. Aquel hombre me hacía sentir como una niña y cada vez que le veía andar por el campamento, temblaba por dentro y fuera. Pero cuando era por la noche se comportaba de una manera demasiado extraña. Me daba igual lo que hiciera pues la última vez que el campamento fue abordado con manadas de hombres lobo y de vampiros, todos a la vez, él y unos cuantos hombres mas armados hasta las trancas, con armas de fuego, bastones de madera, navajas y todo lo que disponíamos en el campamento, se dispusieron a defender al campamento con su alma y con el riesgo de no poder sobrevivir ni al principio del contraataque.
Sonreí cuando se me acercó, no bese ninguno de sus anillos, pues era un hombre bastante posesivo con lo que era suyo, era un hombre protector, duro y sabio cuando la ocasión requería de su don. Suspire aliviada al verle que estaba de una pieza, pues era muy osado a ir a fiestas de caza y de peleas......mejor eso es otra historia. Me acerque hacia el e hice una reverencia cruzando mis brazos por encima de mi pecho e inclinaba mi cabeza con la mirada hacia el suelo. Cuando me incorpore ya podía mostrarme con total confianza con él, pero dado que teníamos una invitada, decidí hacer la reverencia y responder en ayuda de la mujer que venía en busca de información. Como todos los de mi calaña, siempre teníamos que mantener el ojo encima del extraño y como me enseñaron bien las costumbres de este campamento, mantuve mi atención en la mujer, procurando escuchar atentamente sus intenciones sobre sus palabras a la vez que la vigilaba por si lo pasaba mal. Se llamaba Gilbert, incluso su nombre sonaba a canto celestial. Ande hasta que me quede al lado de la mujer y Gilbert se colocaba en el trono de terciopelo que se escondía detrás de la mesa de roble. Presencia y poder desprendía del lugar donde se encontraba Gilbert sentado. Se quedo de pie e hice otra reverencia a lo que la mujer me copio detrás de mí. Se sentó en el trono y me incorpore fijando mi mirada en sus ojos diamantinos.
-Bien...-Comenzó a decir lentamente con esa voz grave de su garganta-Sirena...-comenzó por mi nombre el cual no me gustaba que me llamaran así. Lo hacía porque sabía que no me gustaba. Sonreí sugerente mente de lado y comencé el juego también-Jinebro...-Era el nombre de un brebaje que dejaba estériles a los de nuestra raza por castigarles un poco por fechorías graves. Sonrió tensando la mandíbula pues le había pillado desprevenido, pero no hizo presencia de ningún gesto nervioso.- ¿Quién es tu amiga? Sirena...-Volvió a decir mal el nombre pero ya desistí pues no quería montar un numerito en medio de la tienda.
-Ella es un alma perdida en busca de su pasado. Habrá venido de muy lejos para encontrar algo que perdió...como un recuerdo...una vida....unos padres....-Fui hablando poco a poco mientras veía que Gilbert, jugaba con su perilla oscura y me miraba de arriba abajo. Después fijo su mirada brillante en el cuerpo de la mujer.-Sirena... ¿Dónde está el pañuelo que te regale?-Pregunto con un poco de arrogancia en la voz y frunciendo los labios lentamente. Le mire a los ojos y mi sonrisa se disipo en un gesto de temor, pero no aparte mi mirada de sus ojos.
-Robado-Mentí. En realidad se me había perdido. Gilbert frunció el ceño y se fijo seriamente en la mujer.
-¿Qué busca la mujer?-Dijo con severidad mientras me miraba fijamente a los ojos.
-Lo he dicho, quiere encontrar algo que perdió.-Dije haciendo un ademan leve de mi mano izquierda en el aire.-Solamente será información.-Dije antes de que hiciera ademan de silencio con la mano en alto. Después hizo un ademan para que me acercara a su lado. Camine y al cogerme del mentón para robarme un beso de mis labios, gemí, suplique, lo respondí, subí al cielo y baje cayendo de bruces contra el suelo en cuanto mis labios se separaron de los suyos. Termine con mi mirada fija en sus labios y jadeando un poco. Aún me tenia sujeta del mentón y con la mano que tenia libre me alzo sin esfuerzo hasta ponerme a horcajadas sobre él. Cerré mis labios para callar el descontrol que poseía mi cuerpo. Me fije en un punto fijo y cuando me calme un poco, le mire que miraba a la mujer.
-¿Qué buscas exactamente?-Pregunto con tranquilidad mientras me tenia agarrada por la cintura con uno de sus brazos.
-Responde....por...favor-Dije un poco afligida. El calor que invadía mi cuerpo y la forma en la que me había colocado sobre él, me hacía perder poco a poco la consciencia y si su muslo rozaba mi interior por un momento más...sería fatal para mí.
-Responde o tu amiga sufrirá las consecuencias de mi poder dentro de ella-Dijo con un tono burlón a la vez de lascivo. Su brazo que sujetaba mi cintura, agarro mi pelo haciendo que mi cabeza fuera hacia atrás para que él tuviera espacio sobre mi cuello y lamerme con lentitud. Mis manos estaban atrapadas por debajo del brazo y me era imposible hacer nada. Por favor, ayuda.
Sonreí cuando se me acercó, no bese ninguno de sus anillos, pues era un hombre bastante posesivo con lo que era suyo, era un hombre protector, duro y sabio cuando la ocasión requería de su don. Suspire aliviada al verle que estaba de una pieza, pues era muy osado a ir a fiestas de caza y de peleas......mejor eso es otra historia. Me acerque hacia el e hice una reverencia cruzando mis brazos por encima de mi pecho e inclinaba mi cabeza con la mirada hacia el suelo. Cuando me incorpore ya podía mostrarme con total confianza con él, pero dado que teníamos una invitada, decidí hacer la reverencia y responder en ayuda de la mujer que venía en busca de información. Como todos los de mi calaña, siempre teníamos que mantener el ojo encima del extraño y como me enseñaron bien las costumbres de este campamento, mantuve mi atención en la mujer, procurando escuchar atentamente sus intenciones sobre sus palabras a la vez que la vigilaba por si lo pasaba mal. Se llamaba Gilbert, incluso su nombre sonaba a canto celestial. Ande hasta que me quede al lado de la mujer y Gilbert se colocaba en el trono de terciopelo que se escondía detrás de la mesa de roble. Presencia y poder desprendía del lugar donde se encontraba Gilbert sentado. Se quedo de pie e hice otra reverencia a lo que la mujer me copio detrás de mí. Se sentó en el trono y me incorpore fijando mi mirada en sus ojos diamantinos.
-Bien...-Comenzó a decir lentamente con esa voz grave de su garganta-Sirena...-comenzó por mi nombre el cual no me gustaba que me llamaran así. Lo hacía porque sabía que no me gustaba. Sonreí sugerente mente de lado y comencé el juego también-Jinebro...-Era el nombre de un brebaje que dejaba estériles a los de nuestra raza por castigarles un poco por fechorías graves. Sonrió tensando la mandíbula pues le había pillado desprevenido, pero no hizo presencia de ningún gesto nervioso.- ¿Quién es tu amiga? Sirena...-Volvió a decir mal el nombre pero ya desistí pues no quería montar un numerito en medio de la tienda.
-Ella es un alma perdida en busca de su pasado. Habrá venido de muy lejos para encontrar algo que perdió...como un recuerdo...una vida....unos padres....-Fui hablando poco a poco mientras veía que Gilbert, jugaba con su perilla oscura y me miraba de arriba abajo. Después fijo su mirada brillante en el cuerpo de la mujer.-Sirena... ¿Dónde está el pañuelo que te regale?-Pregunto con un poco de arrogancia en la voz y frunciendo los labios lentamente. Le mire a los ojos y mi sonrisa se disipo en un gesto de temor, pero no aparte mi mirada de sus ojos.
-Robado-Mentí. En realidad se me había perdido. Gilbert frunció el ceño y se fijo seriamente en la mujer.
-¿Qué busca la mujer?-Dijo con severidad mientras me miraba fijamente a los ojos.
-Lo he dicho, quiere encontrar algo que perdió.-Dije haciendo un ademan leve de mi mano izquierda en el aire.-Solamente será información.-Dije antes de que hiciera ademan de silencio con la mano en alto. Después hizo un ademan para que me acercara a su lado. Camine y al cogerme del mentón para robarme un beso de mis labios, gemí, suplique, lo respondí, subí al cielo y baje cayendo de bruces contra el suelo en cuanto mis labios se separaron de los suyos. Termine con mi mirada fija en sus labios y jadeando un poco. Aún me tenia sujeta del mentón y con la mano que tenia libre me alzo sin esfuerzo hasta ponerme a horcajadas sobre él. Cerré mis labios para callar el descontrol que poseía mi cuerpo. Me fije en un punto fijo y cuando me calme un poco, le mire que miraba a la mujer.
-¿Qué buscas exactamente?-Pregunto con tranquilidad mientras me tenia agarrada por la cintura con uno de sus brazos.
-Responde....por...favor-Dije un poco afligida. El calor que invadía mi cuerpo y la forma en la que me había colocado sobre él, me hacía perder poco a poco la consciencia y si su muslo rozaba mi interior por un momento más...sería fatal para mí.
-Responde o tu amiga sufrirá las consecuencias de mi poder dentro de ella-Dijo con un tono burlón a la vez de lascivo. Su brazo que sujetaba mi cintura, agarro mi pelo haciendo que mi cabeza fuera hacia atrás para que él tuviera espacio sobre mi cuello y lamerme con lentitud. Mis manos estaban atrapadas por debajo del brazo y me era imposible hacer nada. Por favor, ayuda.
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Bueeee...me pase un poco..XD Soy incorregible para estas cosas cuando me emociono O w O
Espero que....te guste
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/06/2011
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
No sabía muy bien que pasaría de aquí en adelante...pero valía la pena estar en donde me encontraba.Okey, ya no estaba tan segura. Miré sin expresión alguna a la joven gitana, pero ella tampoco hacía nada, ni se había movido. De repente, comencé a preguntarme si aquel acto humillante para mí no tendría sus consecuencias ahora mismo.
Al despertarme de aquel miedo al bochorno, fui testigo de que aquello ya se estaba desatando y pude percibir como mis nervios se agudizaban hasta tal punto que pensé en que estaba en un mundo inverso. Digamos que no exagero, es propio de mí que mi orgullo me transformara en digamos... alguien sin cerebro funcional.
El alma se me vino a los pies. Comúnmente, los brujos adoraban que le besaran los anillos, se sentían superiores al resto , y después de resistirme a ello para luego pagar por mis actos, se me había vuelto una costumbre. El anciano largó una carcajada, mostraba una humildad poco común en aquellos días y más en un hombre brujo. Ya me estaba cayendo bien.
No pude evitar sonreir, algo apenada.
- Lo siento...- murmuré mirándolo a los ojos.
El anciano se descostillaba de la risa, pero ya no me parecía en tono burlón, o por lo menos no contra mí. Comencé a reirme, su risa era demasiado contagiosa.
Un hombre de buena apariencia se acercó a nosotros, cerré mis ojos y comencé a ver su propia alma, sus sentimientos, aunque debo confesar que carecía, en su mayoría, de ellos.
Con mis ojos cerrados pude notar los sentimientos nobles de la joven y los sentimientos de Joe, pero me volvía totalmente loca no saber que era lo que le pasaba por el corazón. Abrí mis ojos de golpe, para copiar a la joven en lo que parecía ser una reverencia.
Al sentarse en su trono, me dije a mi misma que aquel sujeto era de mala entraña.
Así que ella se llamaba sirena, sonreí de lado, eso me recordaba al mar y por más que no estuviera casi relacionada con el mar físico, si lo estaba con el espiritual, tenía relación con el agua salada, con sus olas y con su magia. Sin que se dieran cuenta, mientras hablaban, cerré mis ojos y comencé a ver con mi visión mental y espiritual. Sólo podía ver cosas, en movimiento rápido, sin poder decir que objeto material era, pero podía ver el aura y con eso...sus sentimientos. No me asombré al ver un aura pálida cuando me detuve en aquel hombre.
Cuando escuché la dulce voz de mi compañera, abrí mis ojos de par en par. De pronto y sin quererlo vi como el hombre no me quitaba los ojos de encima, más cosas para hacerme enojar...pues...que bien.
¡ Ah bueno... hasta aquí!.
- Escucha granuja...- dije mirando a el sucio, cochino y repugnante hombre.- Me cruzo cada minuto de mi vida con arrogantes como usted...- ¿ Cúal era el hechizo para que apareciera un perro gigante imaginario?, traté de forzar mi mente para recordarlo pero era inútil.
- Vengo a buscar información sobre una pareja de hace ya muchos años...- ¡ No lloraré!.- O un clan, no recuerdo mucho... - me quité la capa, si iba a usar magia, me la tendría que quitar.
- Y tú sufrirás con el mio.
Cerré los ojos, me llené de una calma hipócrita, lo visualicé...- Bajo una cruz encontré siete pétalos de rosa blanquecinos como nieve. Can cerbero, que moras en el infierno... ven aquí, sólo... hónrame con tu presencia...- aquello venía a simular el..mira y no toques.
Si bien el hechizo era posible que lo cofundieran con magia negra, no lo era. Era magia blanca, pero usada con justicia. Una neblina inundó la carpa, unas pisadas rudas se escucharon desde lo lejos. Sin inmutarme, cree la figura del can. Un perro negro, con ojos brillantes, muy grande, con olor a azufre.
- Señor...-dije dirigiéndome a Joe.- No es para usted...ni para tí compañera...- musité cuando sentí una corriente de energía.- Es para él...- señalé al puerco.
La única manera de deshacerse de la ilusión era soltándola y pidiendo disculpas.
El can Cerbero, con voz irreal susurró a mi oido.
- El nombre de la invocante...
Sin muchas opciones, susurré.- Soraya Dalnight...- Así fue como la ilusión, tomó parte de mi energía. Seguramente era un espíritu de un perro que había fallecido, claro que...por si no lo sabían, el alma de un perro fallecido es agresiva. Y para enfocarte para crear el hechizo... necesitas tener un alma, de lo que quieras proyectar...cerca. Muy cerca.
Al despertarme de aquel miedo al bochorno, fui testigo de que aquello ya se estaba desatando y pude percibir como mis nervios se agudizaban hasta tal punto que pensé en que estaba en un mundo inverso. Digamos que no exagero, es propio de mí que mi orgullo me transformara en digamos... alguien sin cerebro funcional.
El alma se me vino a los pies. Comúnmente, los brujos adoraban que le besaran los anillos, se sentían superiores al resto , y después de resistirme a ello para luego pagar por mis actos, se me había vuelto una costumbre. El anciano largó una carcajada, mostraba una humildad poco común en aquellos días y más en un hombre brujo. Ya me estaba cayendo bien.
No pude evitar sonreir, algo apenada.
- Lo siento...- murmuré mirándolo a los ojos.
El anciano se descostillaba de la risa, pero ya no me parecía en tono burlón, o por lo menos no contra mí. Comencé a reirme, su risa era demasiado contagiosa.
Un hombre de buena apariencia se acercó a nosotros, cerré mis ojos y comencé a ver su propia alma, sus sentimientos, aunque debo confesar que carecía, en su mayoría, de ellos.
Con mis ojos cerrados pude notar los sentimientos nobles de la joven y los sentimientos de Joe, pero me volvía totalmente loca no saber que era lo que le pasaba por el corazón. Abrí mis ojos de golpe, para copiar a la joven en lo que parecía ser una reverencia.
Al sentarse en su trono, me dije a mi misma que aquel sujeto era de mala entraña.
Así que ella se llamaba sirena, sonreí de lado, eso me recordaba al mar y por más que no estuviera casi relacionada con el mar físico, si lo estaba con el espiritual, tenía relación con el agua salada, con sus olas y con su magia. Sin que se dieran cuenta, mientras hablaban, cerré mis ojos y comencé a ver con mi visión mental y espiritual. Sólo podía ver cosas, en movimiento rápido, sin poder decir que objeto material era, pero podía ver el aura y con eso...sus sentimientos. No me asombré al ver un aura pálida cuando me detuve en aquel hombre.
Cuando escuché la dulce voz de mi compañera, abrí mis ojos de par en par. De pronto y sin quererlo vi como el hombre no me quitaba los ojos de encima, más cosas para hacerme enojar...pues...que bien.
¡ Ah bueno... hasta aquí!.
- Escucha granuja...- dije mirando a el sucio, cochino y repugnante hombre.- Me cruzo cada minuto de mi vida con arrogantes como usted...- ¿ Cúal era el hechizo para que apareciera un perro gigante imaginario?, traté de forzar mi mente para recordarlo pero era inútil.
- Vengo a buscar información sobre una pareja de hace ya muchos años...- ¡ No lloraré!.- O un clan, no recuerdo mucho... - me quité la capa, si iba a usar magia, me la tendría que quitar.
- Y tú sufrirás con el mio.
Cerré los ojos, me llené de una calma hipócrita, lo visualicé...- Bajo una cruz encontré siete pétalos de rosa blanquecinos como nieve. Can cerbero, que moras en el infierno... ven aquí, sólo... hónrame con tu presencia...- aquello venía a simular el..mira y no toques.
Si bien el hechizo era posible que lo cofundieran con magia negra, no lo era. Era magia blanca, pero usada con justicia. Una neblina inundó la carpa, unas pisadas rudas se escucharon desde lo lejos. Sin inmutarme, cree la figura del can. Un perro negro, con ojos brillantes, muy grande, con olor a azufre.
- Señor...-dije dirigiéndome a Joe.- No es para usted...ni para tí compañera...- musité cuando sentí una corriente de energía.- Es para él...- señalé al puerco.
La única manera de deshacerse de la ilusión era soltándola y pidiendo disculpas.
El can Cerbero, con voz irreal susurró a mi oido.
- El nombre de la invocante...
Sin muchas opciones, susurré.- Soraya Dalnight...- Así fue como la ilusión, tomó parte de mi energía. Seguramente era un espíritu de un perro que había fallecido, claro que...por si no lo sabían, el alma de un perro fallecido es agresiva. Y para enfocarte para crear el hechizo... necesitas tener un alma, de lo que quieras proyectar...cerca. Muy cerca.
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
Era increíble lo que estaba ocurriendo ahora mismo delante de mis ojos. No podía creer lo que había delante mía. Un perro negro con dos cabezas, babeando con los ojos rojos llenos de odio y con ganas de comerse a buen cacho de carne. No pude más que esbozar una línea horizontal y suplicar en silencio por que aquella imagen desapareciera de mi vista. Aterrada estaba. No respondía a mi cuerpo, pues lo único que pude sentir es que mi cuerpo, muerto cayó sobre los brazos de Gilbert.
-Bruja infernal del demonio…-Dijo Gilbert-mira lo que has hecho con tu poder…has hecho que se desmaye y este a mi servicio…-rió a carcajada limpia mientras manoseaba el cuerpo de Sirenia a su antojo, como si se tratara de una muñeca sin sentimientos. Claro, con Sirenia desmayada no sabía si sentía las caricias de Gilbert sobre su cuerpo, pero decidió coger en brazos a Sirenia y llevarla a su habitación, para dejarla arropada tiernamente hasta su cuello.-no luchare con una fusilanime y barata bruja…-se acercó hasta Soraya y fue acorralándola poco a poco contra la mesa del escritorio, ignorando la ilusión del cerbero el cual Gilbert sabía que era algo inexistente. Una vez que la mantuvo acorralada, le agarro de las muñecas y fue directo a besarle el cuello lentamente mientras que con sus piernas intentaba abrir las de Soraya para poder acercarse más a ella.
Subió con sus labios hasta los de Soraya y los aprisiono en un beso apasionado y lleno de lascivia, más de la que te pudiera transmitir Gilbert con la mirada. Se separó de Soraya y deslizo sus manos hasta posarlas en sus caderas y tumbar lentamente a Soraya sobre la mesa del escritorio-Aunque…la verdad, si quieres información, tendrás que darme algo…-Iba hablando mientras le acariciaba las piernas lentamente, de arriba abajo, con las yemas de los dedos hasta que una de sus manos se quedó cerca de su escondite y la otra se deslizaba hasta su escote, para comenzar un masaje sobre sus pechos.-a cambio...¿Se te ocurre algo?
Abrí mis ojos, me encontraba sobre la cama de Gilbert, arropada hasta el cuello y con una sensación de terror en el cuerpo, pero… ¿Dónde se encontraba Gilbert? No estaba por ningún lado y estaba un poco desorientada. No sabía dónde estaba, bueno si, en la habitación del mayor, pero este lugar me transmitía un poco de inquietud. ¿Gritos? ¿De dónde venían? No podía ser, Soraya estaba en peligro. Corriendo y un poco desorientada por el desmayo, corrí fuera de la habitación de Gilbert para encontrarme con la escena de Gilbert apunto de violar a Soraya. Maldito mal nacido, pagara por esto. Mi rostro inocente, paso a ser el de la furia de los mares de Poseidón, la misma ira que se llevaba a los piratas con la marca de la muerte sobre su destino, y que estaban preparados para morir.
Bien, Gilbert desconocía de mi pasado pero conocía uno falso. No sabía que era hija de un pirata y de una bella dama con la belleza de las sirenas, aunque bastante infiel a su corazón. Cogí aire y me lance contra Gilbert para hacerle un placaje como pude. Como era de esperar, no le hice nada, ni siquiera le moví del sitio. Se reía con ganas al ver mi intento fallido y se alejó de Soraya para abalanzarse sobre mí y ponerme debajo suya sobre el mullido césped del campamento. Negaba con insistencia, que me soltara, que me dejara libre a mí y a Soraya. Ella solo quería un poco de información y tan solo se ha desencadenado la lujuria desenfrenada mezclada con la desesperación de plantar el nabo dentro de algún huerto. Yo se lo decía a veces. Lee decía a veces que debería ir a un psicólogo o a algún curandero que le mirara el cerebro, pues no le funcionaba en condiciones.
Yo sabía que cuando vine al campamento el año pasado, largas historias escuche de él y todas eran bondadosas y llenas de ternura. Era como un guerrero vikingo, que ayudaba a los más necesitados con su corazón de oro. Pero algo cambio en él o simplemente se aburría e iba divirtiéndose asustando a las chicas de una en una. Me dio una bofetada con la que comencé a llorar mirando hacia un lado, cerré los ojos y lo que sentí fue los labios de Gilbert sobre mi piel, sobre mi cuello. Un desgarre escuche y para cuando gire mi vista hacia abajo, vi sus manos sobre mis pechos, masajeándolos en círculos. Si, sentía un ardor recorriendo mi cuerpo a la vez que un cosquilleo hacia apretar mis ojos para soportar aquello que llamaban las cortesanas placer. ¿Era esta clase de placer la cual sentían aquellas mujeres, que deambulan por las calles en busca de compañía?
Instintivamente, me defendí poniendo una pierna sobre el pecho de Gilbert y empujándolo de mi cuerpo fuertemente mientras me tapaba los pechos para escapar mi vergüenza. Lo estampe contra algo, no sé lo que fue, ni contra que se chocó, pero Salí corriendo de la tienda hacia algún lugar entre la maleza con mis manos entre mi escote desgarrado. No podía creer lo que había estado a punto de ocurrir. Por poco…había estado a punto de perder su inocencia, su tesoro más preciado, el cual se llevaría el mejor de los piratas a su barco. Rompí a llorar echa un ovillo, desahogándome a pleno pulmón sin que nadie pudiera oírme. temblaba de cabo a rabo, intente levantarme, pero caí en redondo y no pude hacer otra cosa que llorar y llorar echa un ovillo y con mis brazos abrazada alrededor de mis rodillas.
-Aullidos en la noche, venid a mi…ahuyentad el miedo del cual me atormenta…-No podía ni terminar de recitar el conjuro de protección que me enseño mi madre.-Ocus..odis…-mi voz salía aguda, como el grito de una banshee ahogada en dolor, pero lo que yo sentía…no era dolor…sino miedo. Ese hombre era aterrador, enseguida eche a correr como pude y me escondí tras un árbol a esconderme de una silueta delgada…era Soraya.
-Bruja infernal del demonio…-Dijo Gilbert-mira lo que has hecho con tu poder…has hecho que se desmaye y este a mi servicio…-rió a carcajada limpia mientras manoseaba el cuerpo de Sirenia a su antojo, como si se tratara de una muñeca sin sentimientos. Claro, con Sirenia desmayada no sabía si sentía las caricias de Gilbert sobre su cuerpo, pero decidió coger en brazos a Sirenia y llevarla a su habitación, para dejarla arropada tiernamente hasta su cuello.-no luchare con una fusilanime y barata bruja…-se acercó hasta Soraya y fue acorralándola poco a poco contra la mesa del escritorio, ignorando la ilusión del cerbero el cual Gilbert sabía que era algo inexistente. Una vez que la mantuvo acorralada, le agarro de las muñecas y fue directo a besarle el cuello lentamente mientras que con sus piernas intentaba abrir las de Soraya para poder acercarse más a ella.
Subió con sus labios hasta los de Soraya y los aprisiono en un beso apasionado y lleno de lascivia, más de la que te pudiera transmitir Gilbert con la mirada. Se separó de Soraya y deslizo sus manos hasta posarlas en sus caderas y tumbar lentamente a Soraya sobre la mesa del escritorio-Aunque…la verdad, si quieres información, tendrás que darme algo…-Iba hablando mientras le acariciaba las piernas lentamente, de arriba abajo, con las yemas de los dedos hasta que una de sus manos se quedó cerca de su escondite y la otra se deslizaba hasta su escote, para comenzar un masaje sobre sus pechos.-a cambio...¿Se te ocurre algo?
Abrí mis ojos, me encontraba sobre la cama de Gilbert, arropada hasta el cuello y con una sensación de terror en el cuerpo, pero… ¿Dónde se encontraba Gilbert? No estaba por ningún lado y estaba un poco desorientada. No sabía dónde estaba, bueno si, en la habitación del mayor, pero este lugar me transmitía un poco de inquietud. ¿Gritos? ¿De dónde venían? No podía ser, Soraya estaba en peligro. Corriendo y un poco desorientada por el desmayo, corrí fuera de la habitación de Gilbert para encontrarme con la escena de Gilbert apunto de violar a Soraya. Maldito mal nacido, pagara por esto. Mi rostro inocente, paso a ser el de la furia de los mares de Poseidón, la misma ira que se llevaba a los piratas con la marca de la muerte sobre su destino, y que estaban preparados para morir.
Bien, Gilbert desconocía de mi pasado pero conocía uno falso. No sabía que era hija de un pirata y de una bella dama con la belleza de las sirenas, aunque bastante infiel a su corazón. Cogí aire y me lance contra Gilbert para hacerle un placaje como pude. Como era de esperar, no le hice nada, ni siquiera le moví del sitio. Se reía con ganas al ver mi intento fallido y se alejó de Soraya para abalanzarse sobre mí y ponerme debajo suya sobre el mullido césped del campamento. Negaba con insistencia, que me soltara, que me dejara libre a mí y a Soraya. Ella solo quería un poco de información y tan solo se ha desencadenado la lujuria desenfrenada mezclada con la desesperación de plantar el nabo dentro de algún huerto. Yo se lo decía a veces. Lee decía a veces que debería ir a un psicólogo o a algún curandero que le mirara el cerebro, pues no le funcionaba en condiciones.
Yo sabía que cuando vine al campamento el año pasado, largas historias escuche de él y todas eran bondadosas y llenas de ternura. Era como un guerrero vikingo, que ayudaba a los más necesitados con su corazón de oro. Pero algo cambio en él o simplemente se aburría e iba divirtiéndose asustando a las chicas de una en una. Me dio una bofetada con la que comencé a llorar mirando hacia un lado, cerré los ojos y lo que sentí fue los labios de Gilbert sobre mi piel, sobre mi cuello. Un desgarre escuche y para cuando gire mi vista hacia abajo, vi sus manos sobre mis pechos, masajeándolos en círculos. Si, sentía un ardor recorriendo mi cuerpo a la vez que un cosquilleo hacia apretar mis ojos para soportar aquello que llamaban las cortesanas placer. ¿Era esta clase de placer la cual sentían aquellas mujeres, que deambulan por las calles en busca de compañía?
Instintivamente, me defendí poniendo una pierna sobre el pecho de Gilbert y empujándolo de mi cuerpo fuertemente mientras me tapaba los pechos para escapar mi vergüenza. Lo estampe contra algo, no sé lo que fue, ni contra que se chocó, pero Salí corriendo de la tienda hacia algún lugar entre la maleza con mis manos entre mi escote desgarrado. No podía creer lo que había estado a punto de ocurrir. Por poco…había estado a punto de perder su inocencia, su tesoro más preciado, el cual se llevaría el mejor de los piratas a su barco. Rompí a llorar echa un ovillo, desahogándome a pleno pulmón sin que nadie pudiera oírme. temblaba de cabo a rabo, intente levantarme, pero caí en redondo y no pude hacer otra cosa que llorar y llorar echa un ovillo y con mis brazos abrazada alrededor de mis rodillas.
-Aullidos en la noche, venid a mi…ahuyentad el miedo del cual me atormenta…-No podía ni terminar de recitar el conjuro de protección que me enseño mi madre.-Ocus..odis…-mi voz salía aguda, como el grito de una banshee ahogada en dolor, pero lo que yo sentía…no era dolor…sino miedo. Ese hombre era aterrador, enseguida eche a correr como pude y me escondí tras un árbol a esconderme de una silueta delgada…era Soraya.
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
La energía en mi interior desbordaba, era como si en realidad estuviera el Can Cerbero, mi cuerpo ardía, mi mente se colapsaba mas no era lo suficientemente hábil o inteligente como para romper aquella ilusión. El impulso de una nueva oleada hizo que abriera los ojos, la joven gitana caía en los brazos de aquel sucio y cruel hombre. No pude evitar desconcentrarme, no pude evitar que mi espíritu aullara de dolor al sentir la fría presencia de aquella ilusión, lentamente me volvía la ilusión y lentamente la ilusión tomaba mi lugar.
- Infernal...-murmuré con una sonrisa oscura en mi rostro...- ¡ Oh...eso suena lindo!...- aquel gitano cruel no me asustaba, ni siquiera el uso de la magia más antigua me pararía, era él...o yo; y sin duda prefería que fuera él.
El gitano me acorraló, estaba en problemas...¿ pero acaso me había olvidado que aquello era mi deporte de todos los días?, meterme en problemas era fácil...salir de ellos, no mucho. En fin, aquí estaba yo, salvada por una vieja mesa de madera que oficiaba de escritorio. Me tomó de las muñecas. Perdí el control de mi ilusión, aquel perro había desaparecido. Tardaría a menos de cinco minutos en volver hacia mí, con todo el horror que quería causarle a él.
- ¡Uy me quiere violar!...- dije enfrentándolo, sinceramente aquel episodio ya lo había pasado, si bien sus recuerdos eran dolorosos, me había fortalecido.
De repente todo se nubló, ya no escuchaba nada, sólo un leve murmullo. Todo estaba oscuro, una nuebla cubría el piso infértil que tenía debajo de mis pies, no podía salir de allí, estaba acorralada. A lo lejos una silueta canina apareció en un remolino, comenzó a tomar forma, era una silueta humana, soltó una carcajada, de esas que te provocan un antiguo sentir: el miedo.
Las cavidades de mis ojos me dolían, me dolía tanto que ni siquiera podía volver a la realidad. El hombre sonrío, sus ojos y dientes parecían a los de un lobo. Era mi ilusión, y ahora venía por mí. Grité, no recuerdo qué, sólo grité, tenía pánico, mi cuerpo era inexistente allí, en aquel mundo ilusorio.
Por fin desperté de aquella ilusión, estaba fría, muy fría. El gitano estaba encima mio, moví la mano por encima de la mesa, me topé con el frío filo de una daga que seguro Joe usaba para sus trabajos de magia. Le compraría otra, le haría una protección, incluso trabajaría para él con mi magia, lo haría, si sobrevivía.
Alcé la daga y se la clavé en el pecho, pero no me sirvió nada. La joven gitana estaba siendo atacada de nuevo, quería hechizarlo, mandarlo a una muerte segura, pero no podía, no ahora, no cuando tenía mi fuerza espiritual y mis dones fuera de juego, no después de haber gastado todo en aquella ilusión.
Escuchaba su lamento, corrí al seguirlo, la ayaría, la ayudaría... lo mio podía esperar.
- Tranquila...- murmuré cuando vi que corría hacia el árbol.- Soy...yo...- caí al suelo, casi vencida.- Disculpame por favor...- dije con un hilo de voz.
- Infernal...-murmuré con una sonrisa oscura en mi rostro...- ¡ Oh...eso suena lindo!...- aquel gitano cruel no me asustaba, ni siquiera el uso de la magia más antigua me pararía, era él...o yo; y sin duda prefería que fuera él.
El gitano me acorraló, estaba en problemas...¿ pero acaso me había olvidado que aquello era mi deporte de todos los días?, meterme en problemas era fácil...salir de ellos, no mucho. En fin, aquí estaba yo, salvada por una vieja mesa de madera que oficiaba de escritorio. Me tomó de las muñecas. Perdí el control de mi ilusión, aquel perro había desaparecido. Tardaría a menos de cinco minutos en volver hacia mí, con todo el horror que quería causarle a él.
- ¡Uy me quiere violar!...- dije enfrentándolo, sinceramente aquel episodio ya lo había pasado, si bien sus recuerdos eran dolorosos, me había fortalecido.
De repente todo se nubló, ya no escuchaba nada, sólo un leve murmullo. Todo estaba oscuro, una nuebla cubría el piso infértil que tenía debajo de mis pies, no podía salir de allí, estaba acorralada. A lo lejos una silueta canina apareció en un remolino, comenzó a tomar forma, era una silueta humana, soltó una carcajada, de esas que te provocan un antiguo sentir: el miedo.
Las cavidades de mis ojos me dolían, me dolía tanto que ni siquiera podía volver a la realidad. El hombre sonrío, sus ojos y dientes parecían a los de un lobo. Era mi ilusión, y ahora venía por mí. Grité, no recuerdo qué, sólo grité, tenía pánico, mi cuerpo era inexistente allí, en aquel mundo ilusorio.
Por fin desperté de aquella ilusión, estaba fría, muy fría. El gitano estaba encima mio, moví la mano por encima de la mesa, me topé con el frío filo de una daga que seguro Joe usaba para sus trabajos de magia. Le compraría otra, le haría una protección, incluso trabajaría para él con mi magia, lo haría, si sobrevivía.
Alcé la daga y se la clavé en el pecho, pero no me sirvió nada. La joven gitana estaba siendo atacada de nuevo, quería hechizarlo, mandarlo a una muerte segura, pero no podía, no ahora, no cuando tenía mi fuerza espiritual y mis dones fuera de juego, no después de haber gastado todo en aquella ilusión.
Escuchaba su lamento, corrí al seguirlo, la ayaría, la ayudaría... lo mio podía esperar.
- Tranquila...- murmuré cuando vi que corría hacia el árbol.- Soy...yo...- caí al suelo, casi vencida.- Disculpame por favor...- dije con un hilo de voz.
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
No pude negarme a acercarme a la silueta a la que era Soraya cerca de un arbol. Me acerque, la abrace fuertemente y en cuanto me había calmado un poco, le miré a los ojos. Parecía asustada o preocupada por algo.
-So..soraya...-Dije aun temblando por lo que habia pasado. No me imagine que Gilbert pudiera ser asi de cruel, en serio. Me separe un poco de Soraya y le cogi de la mano para echar a correr al ver Joe y otros hombres nos perseguían de cerca. La lleve lejos del campamento, entre la selva del bosque, nos metimos para escondernos hasta que pasara la tormenta y despues viniera la calma. Estuvimos un buen rato juntas, sin decir nada y de la mano aún. Solté su mano y me senté en la hierba del bosque y me puse a observar las estrellas. ¿Donde estaría aquella valentía de la cual pudo obtener de su padre? Pero, quizás habría cogido los genes de mi madre, menudo rollo. Simplemente no sabía que hacer, miraba a Soraya pero aquel silencio incomodo, en el que no hablaba nadie se hacia cada vez más presente. Miré a los alrededores y vi a Soraya. Me encogi de hombros y me acerque a ella con una debil sonrisa.-¿Estas bien? No pude evitar...usar la violencia contra Gilbert....¿Qué pensaba hacerte?-Dije para dar un poco de conversacion aun sabiendo claramente que lo que queria Gilbert era violar a Soraya.
Me sente mas cerca de Soraya y sin poder evitarlo, me acurruque en su pecho. Necesitaba sentir el calor de una mujer, el olor maternal. No sabia porque, hacia un año en el que ya no estaba con mi madre y aunque me podía apañar perfectamente no la necesitaba, pero los consejos maternales...bueno, habia tenido tantas madres, que ya no sabia en cual pensar. A su madre verdadera nunca la vio, a su otra madre la vio media hora antes de un naufragio y en cuanto la encontraron a orillas de una feria gitana, vio a su madre definitiva. Mire a Soraya y parecia lo bastante mayor. Era alguien muy madura, al parecer. Bueno, seguímos esperando a que la cosa se tranquilizara un poco, pues ahora estarían buscandonos por todo los rincones del campame nto. La verdad, me encontraba agusto entre los brazos de Soraya. Hombres, eran unos machos en cuanto se le presentaba la oportunidad, pero en cuanto estan acorralados frente a algo son unos bebes. Suspire y comence a cantar sin poder evitarlo. Canté la nana pirata que al parecer, la mujer que decidio mi destino como su hija, me cantaba esa canción debido a mi procedencia de los mares.
-Te perderas...en el agujero de las aventuras....con mil vientos a tu favor..-fui cantando poco a poco hasta que un bostezo travieso hizo abrir mi boca con la que fue tapada con mi mano.-Y los mares veras...Yo..ho...todos juntos...milein..moriee...-Estas últimas palabras sonaron de mi garganta un poco debiles debido al cansancio, pero no nos podiamos quedar aqui...y sin ninguna cama en la que poder descansar.
-So..soraya...-Dije aun temblando por lo que habia pasado. No me imagine que Gilbert pudiera ser asi de cruel, en serio. Me separe un poco de Soraya y le cogi de la mano para echar a correr al ver Joe y otros hombres nos perseguían de cerca. La lleve lejos del campamento, entre la selva del bosque, nos metimos para escondernos hasta que pasara la tormenta y despues viniera la calma. Estuvimos un buen rato juntas, sin decir nada y de la mano aún. Solté su mano y me senté en la hierba del bosque y me puse a observar las estrellas. ¿Donde estaría aquella valentía de la cual pudo obtener de su padre? Pero, quizás habría cogido los genes de mi madre, menudo rollo. Simplemente no sabía que hacer, miraba a Soraya pero aquel silencio incomodo, en el que no hablaba nadie se hacia cada vez más presente. Miré a los alrededores y vi a Soraya. Me encogi de hombros y me acerque a ella con una debil sonrisa.-¿Estas bien? No pude evitar...usar la violencia contra Gilbert....¿Qué pensaba hacerte?-Dije para dar un poco de conversacion aun sabiendo claramente que lo que queria Gilbert era violar a Soraya.
Me sente mas cerca de Soraya y sin poder evitarlo, me acurruque en su pecho. Necesitaba sentir el calor de una mujer, el olor maternal. No sabia porque, hacia un año en el que ya no estaba con mi madre y aunque me podía apañar perfectamente no la necesitaba, pero los consejos maternales...bueno, habia tenido tantas madres, que ya no sabia en cual pensar. A su madre verdadera nunca la vio, a su otra madre la vio media hora antes de un naufragio y en cuanto la encontraron a orillas de una feria gitana, vio a su madre definitiva. Mire a Soraya y parecia lo bastante mayor. Era alguien muy madura, al parecer. Bueno, seguímos esperando a que la cosa se tranquilizara un poco, pues ahora estarían buscandonos por todo los rincones del campame nto. La verdad, me encontraba agusto entre los brazos de Soraya. Hombres, eran unos machos en cuanto se le presentaba la oportunidad, pero en cuanto estan acorralados frente a algo son unos bebes. Suspire y comence a cantar sin poder evitarlo. Canté la nana pirata que al parecer, la mujer que decidio mi destino como su hija, me cantaba esa canción debido a mi procedencia de los mares.
-Te perderas...en el agujero de las aventuras....con mil vientos a tu favor..-fui cantando poco a poco hasta que un bostezo travieso hizo abrir mi boca con la que fue tapada con mi mano.-Y los mares veras...Yo..ho...todos juntos...milein..moriee...-Estas últimas palabras sonaron de mi garganta un poco debiles debido al cansancio, pero no nos podiamos quedar aqui...y sin ninguna cama en la que poder descansar.
- Spoiler:
- Perdoname por la tardanza....u.u
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
Me reconfortó la idea de que la joven me abrazara, no dejaba de sentirme cumpable por aquel funesto episodio. Si yo no hubiera venido, si me hubiera quedado en casa o en el burdel, ésto jamás habría ocurrido. Respondí a su abrazo, me alegraba que estuviera entera.
- No te preocupes por nada...- dije con voz apenas audible, estaba cansada y mucho.Enseguida, nos vimos envueltas en una persecución, unos cuantos hombres acompañados por Joe nos estaban persiguiendo a corridas. ¿ Acaso había algo peor que ésto?. Yo venía a buscar respuestas, no mi muerte, ni mucho menos la muerte de una inocente... La miré.-¿ Estás bien?...- mi voz era apenas un suave murmullo, no podía hablar más alto... aunque quisiera.
Corrimos sin mirar atrás. Llegamos sin aliento a la parte más profunda del bosque, a aquel lugar donde nadie se atreve a entrar sin tener una buena razón. No tenía ganas de hablar, no porque estaba enojada ni nada por el estilo, mi hechizo había salido como un tiro por la culata, me había debilitado a mí en lugar de él. Sinceramente quería mandar todo al drenaje, pero a éstas alturas del partido me eran imposibles.
Sabiendo que ella lo sabía, dejé de lado mi recuperación, eso lo podría hacer más tarde. Miré con asombro el cielo,¡ Qué perfecto que era!.
- Mmm...- dije con pesadumbre.- Ni se te ocurra hacerte responsable por ésto...- me crucé de brazos. No porque quería dar una impresión de chica dura, sino porque estaba nerviosa, muy nerviosa.- Sí estoy bien...¡ Pero qué desgraciado!...- sólo aquello fui capaz de decir.
Así estábamos, las dos sentadas en el piso, ambas acurrucadas buscando el calor de la otra. Después de todo, estábamos juntas en ésto... y dos cabezas piensan mejor que una marchita. Me dediqué a ver a Sirenia, era joven, seguro estaría pisando su adolescencia madura. No pude evitar sentirme algo vieja, como se siente una mujer madura que desea fébrilmente ocultar su edad.
Su voz era dulce, e increíblemente serena. Unas lágrimas me recorrieron las mejillas, el mar era mi fuente de energía, el agua en sí lo era. La única vez que había estado en el mar fue en una de mis reuniones con las brujas mayores. En aquellos tiempos era una niña y no podía comprender mucho de lo que esas mujeres me decían, con sus extraños acentos y su cuidada vestimenta.
De repente me oí cantando...- Ella es una rosa que no tiene espinas... ella es una rosa..que nació en mi camino...
Aquella canción pertenecía a las creencias de muchas de mis compañeras, y como me sentía a gusto con sus músicas... me la había aprendido todas.
- Bueno...- dije con una sonrisa...Me levanté sin maltratar a Sirenia.- Con las almas, las almas, de noche van a llegar... alma gitana...de noche va a llegar...- no pude evitar moverme al compás de aquella canción.
Mientras tanto, en mi mente, un conjuro de cambio de destino se llevaba a cabo. Aquel cambio era para los hombres que nos perseguían, perderían la noción de tiempo y espacio y volverían al campamento gitano. Miré a Sirenia, me tenía que disculpar, quizá mi cantar la molestaba.
- Disculpa... son canciones que me han enseñado mis compañeras brujas... si te molestan... avisame...- cerré mis ojos. Nuestras emociones eran violentas, se rodeaban entre sí. En fin, era un caos.
- No te preocupes por nada...- dije con voz apenas audible, estaba cansada y mucho.Enseguida, nos vimos envueltas en una persecución, unos cuantos hombres acompañados por Joe nos estaban persiguiendo a corridas. ¿ Acaso había algo peor que ésto?. Yo venía a buscar respuestas, no mi muerte, ni mucho menos la muerte de una inocente... La miré.-¿ Estás bien?...- mi voz era apenas un suave murmullo, no podía hablar más alto... aunque quisiera.
Corrimos sin mirar atrás. Llegamos sin aliento a la parte más profunda del bosque, a aquel lugar donde nadie se atreve a entrar sin tener una buena razón. No tenía ganas de hablar, no porque estaba enojada ni nada por el estilo, mi hechizo había salido como un tiro por la culata, me había debilitado a mí en lugar de él. Sinceramente quería mandar todo al drenaje, pero a éstas alturas del partido me eran imposibles.
Sabiendo que ella lo sabía, dejé de lado mi recuperación, eso lo podría hacer más tarde. Miré con asombro el cielo,¡ Qué perfecto que era!.
- Mmm...- dije con pesadumbre.- Ni se te ocurra hacerte responsable por ésto...- me crucé de brazos. No porque quería dar una impresión de chica dura, sino porque estaba nerviosa, muy nerviosa.- Sí estoy bien...¡ Pero qué desgraciado!...- sólo aquello fui capaz de decir.
Así estábamos, las dos sentadas en el piso, ambas acurrucadas buscando el calor de la otra. Después de todo, estábamos juntas en ésto... y dos cabezas piensan mejor que una marchita. Me dediqué a ver a Sirenia, era joven, seguro estaría pisando su adolescencia madura. No pude evitar sentirme algo vieja, como se siente una mujer madura que desea fébrilmente ocultar su edad.
Su voz era dulce, e increíblemente serena. Unas lágrimas me recorrieron las mejillas, el mar era mi fuente de energía, el agua en sí lo era. La única vez que había estado en el mar fue en una de mis reuniones con las brujas mayores. En aquellos tiempos era una niña y no podía comprender mucho de lo que esas mujeres me decían, con sus extraños acentos y su cuidada vestimenta.
De repente me oí cantando...- Ella es una rosa que no tiene espinas... ella es una rosa..que nació en mi camino...
Aquella canción pertenecía a las creencias de muchas de mis compañeras, y como me sentía a gusto con sus músicas... me la había aprendido todas.
- Bueno...- dije con una sonrisa...Me levanté sin maltratar a Sirenia.- Con las almas, las almas, de noche van a llegar... alma gitana...de noche va a llegar...- no pude evitar moverme al compás de aquella canción.
Mientras tanto, en mi mente, un conjuro de cambio de destino se llevaba a cabo. Aquel cambio era para los hombres que nos perseguían, perderían la noción de tiempo y espacio y volverían al campamento gitano. Miré a Sirenia, me tenía que disculpar, quizá mi cantar la molestaba.
- Disculpa... son canciones que me han enseñado mis compañeras brujas... si te molestan... avisame...- cerré mis ojos. Nuestras emociones eran violentas, se rodeaban entre sí. En fin, era un caos.
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
Observaba con gracia a Soraya, pues al parecer se había animado bastante con la canción que cantaba. Sonreí, no pude evitarlo, pero de lo que me di cuenta era de que los que habían salido en nuestra búsqueda, ya no se acercaban ni me sentía cohibida por el miedo de que nos capturaran. Todo había sido muy rápido, el intento de hacer algo con ambas que pasaba a mayores, era algo que no me cuadraba, pero de todas maneras, no tendría remedio que aceptarlo y pasar página. Mire a Soraya y le sonreí. Me acerque hasta ella, le cogí de la mano y me dispuse a llegar hasta la playa con brincos y un poco más animada. Cuando llegué con Soraya a la playa, me desnude entera y me metí de lleno en el agua salada.
Estuve nadando un buen rato por el mar en calma que poco a poco iba turbándose con el movimiento que hacia al moverme dentro del mar. Me quede quieta un momento mientras miraba a Soraya que al parecer estaba en la orilla todavía. Hice varios ademanes de que se metiera conmigo dentro del mar, estaba especialmente buenísima el agua esta noche. Me reí, me hice el muerto hasta unas rocas bien lejos de la orilla y volví de nuevo hasta cerca de la orilla para esperar o no a Soraya.
-El agua está buenísima Sora-Sonreí de lado a lado y cuando mire la luna otra vez me recogí el pelo hacia un lado. Me tape bajo el agua de pecho para abajo y daba vueltas esperando a que algo bueno pasara-Soraya…-dije de nuevo pues parecía que no me había escuchado-Oye… ¿Qué te pasa?-Salí del agua en dirección a mis ropas para taparme un poco y me acerque hasta ella por si le pasaba algo. Por un momento me preocupe, pero cuando me acerque, pude sentir que su aura estaba algo inquieta, no sabía el porqué, pero al parecer nos habíamos ido sin ninguna información sobre lo que ella vino buscando.-Si es porque aún no hemos encontrado alguna información, algún otro campamento debe de saberlo..-dije con una sonrisa afable para calmar su preocupación mientras terminaba de secarme y me colocaba mi falda y después mi camisa junto con mi corsé de lino blanco.
Estuve nadando un buen rato por el mar en calma que poco a poco iba turbándose con el movimiento que hacia al moverme dentro del mar. Me quede quieta un momento mientras miraba a Soraya que al parecer estaba en la orilla todavía. Hice varios ademanes de que se metiera conmigo dentro del mar, estaba especialmente buenísima el agua esta noche. Me reí, me hice el muerto hasta unas rocas bien lejos de la orilla y volví de nuevo hasta cerca de la orilla para esperar o no a Soraya.
-El agua está buenísima Sora-Sonreí de lado a lado y cuando mire la luna otra vez me recogí el pelo hacia un lado. Me tape bajo el agua de pecho para abajo y daba vueltas esperando a que algo bueno pasara-Soraya…-dije de nuevo pues parecía que no me había escuchado-Oye… ¿Qué te pasa?-Salí del agua en dirección a mis ropas para taparme un poco y me acerque hasta ella por si le pasaba algo. Por un momento me preocupe, pero cuando me acerque, pude sentir que su aura estaba algo inquieta, no sabía el porqué, pero al parecer nos habíamos ido sin ninguna información sobre lo que ella vino buscando.-Si es porque aún no hemos encontrado alguna información, algún otro campamento debe de saberlo..-dije con una sonrisa afable para calmar su preocupación mientras terminaba de secarme y me colocaba mi falda y después mi camisa junto con mi corsé de lino blanco.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
Sin darme cuenta llegamos a la playa. Cerré mis ojos para disfrutar la brisa marina, me sentía libre sin pesados recuerdos vagando con mi mente. Di unos pequeños giros con mis ojos aún cerrados. El mar, era mi fuente de energía, siempre debía llevar cuando hacía conjuros agua salada del mar.
Al abrir mis ojos, noté como unas lágrimas escurridizas se deslizaban por mis mejillas. También vi como la ropa de Sirenia se encontraba a un lado mio y su cabeza asomaba por entre el oleaje. Sin duda parecía una sirena.
Comencé a sentirme mareada, perdida, con ganas de llorar. Me senté en la orilla, donde mi vestido se mojaba con el agua, miraba la arena que tenía un brillo especial aquella noche, sobre todo porque sin darme cuenta... aquella noche me habían abandonado.
Esa noche, me había engañado para que fuera con ellos al bosque, y me dejaron allí, a mis tres años con mi muñeca en brazos, sola. Comencé a llorar cada vez más, sentía como el oleaje desde lejos se volvía agresivo, pero era propio de mi estado de ánimo.
Sirenia comenzó a acercárse a mí, no quería ponerla mal, ambas habíamos tenido una experiencia horrenda hacía un rato. Lo peor era que no teníamos ninguna información, no sabíamos nada y me dolía aquello.
- Sire...- musité...- quizá... pero... no me acompañarás sino quieres... quizá caminemos demasiado... y nos alejaremos de tu hogar...- Me paré, pero antes toqué el agua marina, llevandome mis dedos húmedos a la frente. Protección improvisada.
- Salve Mare...- dije antes de hacerme una línea en la frente.
A partir de ese momento tendría que recorrer cada campamento para saber algo de mi familia, quizá alguna vez los encontraría.
- ¿ Qué dices Sire... me acompañas?...-pregunté con una sonrisa.- Si es así... ¿ te molesta mucho si hago un hechizo para que no nos corra nadie?.- Mi voz en ese momento era infantil, ingenua y pura, no había nada de dobles intenciones. Además de todo, me había hecho una verdadera amiga. Mientras esperaba su respuesta comencé a buscar lo que necesitaba para el hechizo, cerca habían unos caparazones de caracoles de mar, algas, una rama para dibujar las figuras : el círculo, mi incial, un ancla, las olas y una estrella.
Al abrir mis ojos, noté como unas lágrimas escurridizas se deslizaban por mis mejillas. También vi como la ropa de Sirenia se encontraba a un lado mio y su cabeza asomaba por entre el oleaje. Sin duda parecía una sirena.
Comencé a sentirme mareada, perdida, con ganas de llorar. Me senté en la orilla, donde mi vestido se mojaba con el agua, miraba la arena que tenía un brillo especial aquella noche, sobre todo porque sin darme cuenta... aquella noche me habían abandonado.
Esa noche, me había engañado para que fuera con ellos al bosque, y me dejaron allí, a mis tres años con mi muñeca en brazos, sola. Comencé a llorar cada vez más, sentía como el oleaje desde lejos se volvía agresivo, pero era propio de mi estado de ánimo.
Sirenia comenzó a acercárse a mí, no quería ponerla mal, ambas habíamos tenido una experiencia horrenda hacía un rato. Lo peor era que no teníamos ninguna información, no sabíamos nada y me dolía aquello.
- Sire...- musité...- quizá... pero... no me acompañarás sino quieres... quizá caminemos demasiado... y nos alejaremos de tu hogar...- Me paré, pero antes toqué el agua marina, llevandome mis dedos húmedos a la frente. Protección improvisada.
- Salve Mare...- dije antes de hacerme una línea en la frente.
A partir de ese momento tendría que recorrer cada campamento para saber algo de mi familia, quizá alguna vez los encontraría.
- ¿ Qué dices Sire... me acompañas?...-pregunté con una sonrisa.- Si es así... ¿ te molesta mucho si hago un hechizo para que no nos corra nadie?.- Mi voz en ese momento era infantil, ingenua y pura, no había nada de dobles intenciones. Además de todo, me había hecho una verdadera amiga. Mientras esperaba su respuesta comencé a buscar lo que necesitaba para el hechizo, cerca habían unos caparazones de caracoles de mar, algas, una rama para dibujar las figuras : el círculo, mi incial, un ancla, las olas y una estrella.
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Re: ¡ Rosa mágica!...el encuentro de las raíces.( Sirenia Von Lunirae)
Off: Dios santo, lo siento Soraya u.u siento la longitud...pero el proximo sera mas grande.
¿Un conjuro? No sabia si era buena idea, pero Soraya se veia muy ilusionada con hacerlo, hasta ya habia recogido los materiales para que pudiera hacerlo. Le mostre una dulce sonrisa, le di un abrazo tierno y suave para que no le faltara afecto a las palabras que iba a decir. La mire a los ojos y simplemente no queria herir sus sentimientos.
-Soraya....mira...-comence a hablar lentamente con una sonrisa en mi cara-creo que esto, deberiamos dejarlo para mas adelante..aunque nose si deberiamos hacerlo..-baje la mirada un poco avergonzada, sonrojada por tener que decirle a Soraya delicadamente, que no estaba segura de que hicieramos algo asi.-Preferiria esperar...un poco, al menos lo suficiente para ver como evooluciona esta amistad-dije con firmeza mientras la miraba a los ojos-No quiero que nos enfademos por algo estupido y que por ello el hechizo tenga un efecto contrario...no se si me entiendes-la mire ladeando un poco la cabeza y volvi a colocarla bien.
Me sente en la arena aún con la ropa media seca, y bueno, no me importaba mucho. Mire a Soraya de reojo y la vi que aun tenia las cosas en la mano. Tire de su falda hacia abajo para que se sentara a mi lado y que pudieramos hablar tranquilamente. Me caia bien, pero creo que era mejor que fueramos poco a poco.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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