Momentos perrunos de Badou…

por Invitado Sáb Dic 31, 2011 2:04 am

BADOU & MAMA

Había una vez dos perritos uno más pequeño que el otro pues eran hermanitos, el más pequeño acababa de nacer su madre ya era vieja por lo que solo dio a luz al cachorrito en días de primavera, estaba tibiecito olía a nuevecito, como a zorrillito, recordó el aliento de su mamá las lamidas sobre su lomo lleno de líquidos amnióticos, aun no abría sus ojitos y sentía que el frío disipaba al calorcito. Pequeñito, blanquito aunque un gruñido escapo de su hocico, estiro sus patitas y dejo caer su barriguita, el aliento de alguien más le pego sobre las orejas era Atriella.

Esa misma tarde unas manos cogieron al pobre cachorro, acurrucándole en un olor a alcohol, el ruido misterioso de aullidos y mucho ruido, entonces escucho una misteriosa voz, ‘Badou’, ‘Badou’ pronunciaba picando su húmeda nariz que hizo estornudar al animal le hicieron reaccionar.

Un día Badou se sintió más fuerte ya podía caminar, divisaba los barrotes de una jaula pero no a su mamá, solo una mancha negra ‘Atriella’, le daba risa como se balanceaban los arboles con la briza y tuvo dificultad al bajar, haciendo que rodara hasta el pastizal. Se dejo ir de cabeza, cerrando los ojos hasta que una libélula toco su rostro.

Siguió a Atriella, se despido de su mamá que era jalada de la correa, ella le aullaba pero se detrajo con Derek, una oruga simpaticona y re-gordita, que caminaba todos los días sobre la nariz de Badou cuando este era encerrado y se la pasaba llorando.

Era su mejor amigo a veces él le contaba de su mamá mientras Atriella se perdía en la oscuridad, a veces se la pasaban contando cuentos, a veces el cachorro lloriqueaba extrañaba la leche tibia que emanaba de su mamá, a veces una pulga le picaba y no se alcanzaba para rascar, extrañaba a la Canela, Candencia o Matilda… como se llamara la perrita.

Derek la oruga le abandono pues Badou se comió a Cathy su hermana floja y gorda que nunca se transformo, el cachorro llorón extrañaba el calor de ese pelaje blanco o negro, no sabía pero quería los ojos verdes que veía en la perrita, a veces la llamaba en sueños, se revolcaba en su jaula pero nunca se calentaba.

Hasta el día en que su amo le cargo y se acurruco entre sus ropas, entonces dejo de llorar, le gustaba sentirse tibiecito como su mamá….

Y ahora Badou es más fuerte y grande esta soñando como humano con esos momentos, mientras recorre parís encima de una carreta donde hay paja calientita que le recuerda a la Canelita.

Badou y su mamá.