Libro de lobos {Erin Shax}

por **Antonio Velázquez** Jue Ene 05, 2012 5:34 pm

No me siento muy cómodo entre tanta gente. Todos vienen a comprar algún articulo para su cuerpo, algo para su espíritu o el regalo perfecto para la prostituta avara o la esposa celosa. Nunca he tenido la necesidad de llenar el espíritu de otra persona, menos el de la prostituta avara.

Es una tarde nublada de invierno, suficiente para que la brisa te enfríe un poco el rostro, pero no lo bastante para necesitar mas de una chaqueta, como la que llevo puesta, de color café y abierta mostrando mi camisa de un tono oscuro como mis pantalones y zapatos.

Estoy en la zona comercial por puro coincidencia, creo que salí a caminar y acabe en este lugar. Llevo la funda falsa de mi espada colgada al hombro, haciendo crear a todos que es un porta planos. No me gustaría tener que usarla en medio de la multitud, hasta algunos humanos son inocentes, sólo de vez en cuando. Los cazadores e inquisidores son los únicos que necesitan ser juzgados por mi arma y por mi.

Mientras sigo cavilando, paso cerca de una tienda que no había visto antes. Una librería pequeña, colorida y llena de los susurros de personas leyendo, ese sonido curioso que hacemos con la boca mientras seguimos la palabras, como si temiéramos que se perdieran.

Entro, haciendo que la campana suene y llamando la atención del encargado y uno que otro curioso que de seguro no esta tan interesado en su libro, si no el saber que clase de personas entran al lugar. Les dedico una mirada fría a esos últimos y parece retirar sus ojos de vuelta a las letras impresas en el papel. El encargado sólo me sonríe y extiende la mano hacia los estantes, indicándome que puedo pasar y ver todo.

Camino entre las personas leyendo y los libros que su aroma me llena de cada historia en ellos. Algunos vienen de Roma, Italia o Rusia, todos con el olor de su nación.

Tomo un libro oscuro y leo la historia de un caballero, de una espada y de reino, perdido en Inglaterra. Leyendas puestas en papel, llenando de vida mitos que ya no sabemos si pasaron o no. Regreso el libro para seguir caminando.

Sonrío al sentir un olor familiar, alguien de mi especie se encuentra también en el lugar, de seguro igual de curioso que yo por las palabras escritas.

por **Erin Shax** Dom Ene 15, 2012 10:46 am

Caminaba a toda prisa por la zona comercial con la esperanza de llegar a tiempo a mi librería favorita. Sus libros estaban en perfecto estado y su sistema de prestado era de lo más sofisticado. Sin embargo, en toda tienda hay pegas y la suya era que cerraba demasiado pronto, pues los dueños son un poco negados a trabajar demasiadas horas “Si no quieres trabajar que se encierren en sus casas a cotillear como marujas” dije enfadada mientras me abría paso entre la gente con prisa pero con cuidado.

Di la vuelta a la esquina y paré en seco. Desde allí, 6 tiendas más adelante, se encontraba la librería que buscaba pero, para mi desgracia, su puerta azul con una campanita pequeña a un lado, estaba totalmente cerrada a cal y canto. Suspiré resignada, no podría leer ningún libro esta noche o, como decía mi padre adoptivo Lucien, no podría volver a mi mundo perfecto y ficticio. Giré sobre mis pasos para volver hacia donde François me estaba esperando con el carruaje.

Entonces me di cuenta de que había otra librería al lado de una plaza. Ésta, a diferencia de la otra, era pequeña y bastante más alegre, parecía conocida, pues tenía muchos clientes. Me encogí de hombros y entré.Estaba en silencio que solo era roto por el susurro de las personas leyendo en voz baja, o que comentan entre ellas algo interesante que han encontrado en su lectura. Con curiosidad, cogí el primer libro que encontré y lo abría por la primera página. Se puede saber muchas cosas de un libro solo por su primera página. No parecía muy interesante, además de tener numerosos fallos, por lo que lo dejé con una mueca en los labios.

Inspiré profundamente y un olor característico entra por mis fosas nasales. Había un licántropo allí dentro. Miré de reojo en todas direcciones, intentando identificar de donde provenía. Cogí un libro y simulé que estaba ojeándolo, pero en realidad estaba mirando hacia todos los lados de la librería buscando y buscando. Entonces, lo encontré era un hombre joven, aunque siendo licántropo nunca se sabe, moreno y de ojos oscuros, bastante guapo, como solía ser nuestra especie. Estaba sonriendo, por lo que me di cuenta de que ya había captado mi presencia. Lo miré a los ojos y le sonreí también como si guardáramos un secreto.

Con el libro aún en la mano, me acerqué a él, majestuosa y delicadamente. Sentía curiosidad por lo que decidí presentarme. –Hola, me llamo Erin Shax. No sabía que hubiera más gente como nosotros por aquí –le dije extendiendo la mano.

OFF: disculpa la tardanza y la pobre calidad del post. el próximo será mucho mejor, prometido ^^

por **Antonio Velázquez** Miér Ene 18, 2012 11:15 am

El aroma es dulce, fresco, intoxicadamente delicioso. No sólo pertenece a alguien de mi especie, si no que a una mujer. Si de por sí, el aroma de una mujer es sumamente sensual, si le agregas el de licantropa puede ser una formula peligrosa para alguien como yo, que lleva sólo tantos años que ha perdido la cuenta de ellos, sin contar los que estuve hibernando en el mar, a la deriva.

Trato de mantener la atención en los libros, acariciando los lomos de algunos, buscando obras magnificas como las de Shakespeare, Macbeth o tal vez a Cyrano de Bergerac. Es difícil cuando ese dulce sentimiento que entra por la piel indica que la fuente de deseo se va acercando hacia ti. Si fuera un humano, sudaría como un cerdo en estos momentos, pensando en las primeras palabras que debo de decirle, sin embargo, soy un licántropo y no veo interés en los vanos movimientos de conquista de los humanos y mi soledad, para ser franco, me a dejado atrofiado ese sentido seductor que uno tiene como hombre.

Cruzar mi mirada con la de ella, pude apreciar un par de ojos grandes, profundos, bellos. Es común que los ojos sean la ventana de todo lo que llevamos dentro. Vuelvo a mi libro y espero hasta que ella se acerque para hablar.

–Hola, me llamo Erin Shax. No sabía que hubiera más gente como nosotros por aquí.

Una jovencita confiada de lo que es, debo de decir. No muchos hablarían así con otro de su especie, como si fuéramos solamente los dos en el pequeño lugar.

Me inclino a su mano y se la beso, presentándome.

-Makoto Inoue. Eres confiada para decir lo que somos con tanta naturalidad, Erin-le digo con seriedad.

No es común que hable con formalidades, siempre lo hago sin cuidado y atacando con palabras, tal vez su atractivo me aturde, espero que no sea eso, tal vez pueda estar perdiendo el toque.

-Siempre hay alguien como nosotros ¿No lo crees? Mas bien habría que preguntarnos ¿Por qué la mañana junto a dos como nosotros este día?

Le sonrío un poco. No es normal que socialice con los de mi especie. Realmente, no es normal que socialice, sólo hablo a través de mi espada, matando cazadores, dejando huérfanos a sus hijos, si es que han tenido la dicha de tenerlos.

¿Cuál será tu historia Erin Shax? Digna de un libro de este establecimiento, seguramente. Una interesante aventura de coincidencias, como todas las vidas que se crean bajo la luna llena que nos alimenta el alma.

por **Erin Shax** Miér Feb 01, 2012 1:29 pm

La gente entraba y salía de la tienda como si estuvieran entrando a cualquiera de las habitaciones de su casa. Todos ajenos a lo que ocurría a su alrededor, inmersos en sus lecturas, conversaciones susurradas o en alguna mota de polvo encontrada ente el aburrimiento. Sin embargo, yo estaba ojeando a la persona que tenía delante de mí con curiosidad, con los brazos cruzados y una media sonrisa en mis labios. Era bastante guapo, como solía cualquier licántropo y su olor era un tanto peculiar pero igual de interesante que la aureola misteriosa que lo rodeaba.

Después de mi presentación, me miró un tanto sorprendido por mi forma de hablar tan natural. Su voz sonó suave pero cautelosa cuando se presentó y plantó un beso en mi mano enguantada. Makoto Inoue, un nombre poco común por lo que me sería fácil de memorizar. Su comentario hizo salir a la luz una de mis sonrisas encantadoras y la ceja izquierda se levantó tanto que parecía que quería encontrarse con el inicio de mi cabello liso y moreno. –Bueno, no he dicho nada que nos delatase, pues podríamos ser cualquier otra cosa común entre los humanos –dije bajando la voz a un susurro con mis últimas palabras.

A continuación, bajé la cabeza e hice una reverencia de saludo –es un placer conocerle, Señor Inoue. No suele moverse por estas calles, ¿cierto? –le pregunté observando su rostro en busca de alguna reacción, viendo su mirada de ojos oscuros, siguiendo todos sus movimientos. Sentía curiosidad por aquel hombre y aún no había descubierto el motivo, “¿su atractivo? ¿Su forma de hablar y de dirigirse hacia mí?” pensé frunciendo un poco el ceño un tanto confusa. Desde que Yareth murió nunca había logrado fijarme en alguien de la misma manera que lo observaba a él. Fue el amor de mi vida y un estúpido y asqueroso vampiro me lo arrebató. A partir de ahí, dejé de mirar a los hombres fijamente, intentando no quedarme embobada ante su belleza, cosa que no ocurría con mi padre adoptivo, Lucien, pues si fuera así me llamaría loca y luego me llevaría a fiestas donde hubieran otros hombres hermosos. Sonreí ante el recuerdo de la última vez que ocurrió algo semejante.

Las palabras del licántropo que me acompañaba, me alejaron de los recuerdos para volver a la realidad. Su frase recién formulada sonaba como una adivinanza, que encontré divertida, así que dejé que una ligera carcajada saliera de mis labios –eso es algo que aún está por descubrir, me temo. Nunca sabremos lo que nos depara el destino, solo podemos disfrutar de los momentos que nos ofrece como si la vida nos fuera en ello –dije intentando imitar su tono de intelectual y que tanto me agradaba. –Debo preguntarle, mi querido Señor Inoue, ¿qué le trae por esta librería? Siento bastante curiosidad por su persona, si me permite el atrevimiento –le dije sacando mi comportamiento más elegante y formal pues, a pesar de que yo siempre había sido muy social y contraria a las formalidades, tampoco quería espantar a aquel licántropo con mi personalidad como había ocurrido con algunas personas importantes que Lucien me había presentado. La mayoría de ellos habían salido huyendo como quién ve a un monstruo yendo en su dirección.

por **Antonio Velázquez** Miér Feb 01, 2012 4:45 pm

Cuando responde a mi comentario, me da un poco de gracias, no había notado que sólo yo lo había vista desde un punto negativo. Podremos ser cualquier cosa, aunque en la condición actual humana, lo diferente, siempre es del demonio y debe de ser extinguido por su amado Papa.

-Claro, tienes razón, podríamos ser…¿Voyeristas?-le sonrío con gracia, algo que no suelo hacer, a veces se me escapan comentarios así.

Como muchas de las licans que he conocido últimamente, Erin es de una piel brillante y aperlada. Aunque muchos no lo sepan, las mujeres de mi especie son tremendamente sensuales, yo diría que mucho mas que una vampiresa, mientras ellas se apoyan con los encantos que les da su condición de no humanos, las mujeres de mi estirpe lo hacen de forma natural. Una hermosura mas salvaje y misteriosa que hace querer hundirse en sus fragancias como el que nada en un mar de pétalos rojos. Impregnarse de ella.
-Exactamente hago lo que mencionaste-le digo quitando el usted de mis palabras lo hago comúnmente, no estoy acostumbrado a hablar mucho, al menos no con mis labios.

Regreso un último libro a su estante antes de comenzar a hablar de nuevo. Los susurros de los lectores vecinos parecen a ver aumentado en el intervalo de silencio entre los dos.

-Simplemente nunca sabremos lo que nos depara el destino. A mí algo me llamo aquí, leer algo, cosa que, como ya viste, no frecuento, no suelo tener le tiempo para leer o establecer una conversación con alguien.

Mientras hablo la veo directamente, por lo que analizo, una mujer de grandes modales, diferentes a los míos, que no habitan en mi mente y la ocupa con mis responsabilidades de mercenario, como los nombres de los inquisidores que caerán a mi merced.

-Tú, por otra parte, parece que si venias a algo, a leer un poco, obviamente. Pero lo interesante estará en saber que es, pues uno puede ver el corazón de la gente cuando se mira el libro que lleva frente a su ojos.

por Contenido patrocinado

Libro de lobos {Erin Shax}

Libro de lobos {Erin Shax}

Re: Libro de lobos {Erin Shax}

Re: Libro de lobos {Erin Shax}

Re: Libro de lobos {Erin Shax}

Re: Libro de lobos {Erin Shax}

Re: Libro de lobos {Erin Shax}