1+1=2 ; 45+803242 es igual a... . .. ¡AAHH!! ¡ODIO LAS MATEMÁTICAS! [Keith]

por **Helaine Shakespeare** Vie Ene 06, 2012 6:11 pm

¿Qué eran las estaciones al pasar por tus ojos?

Suspirando se encontraba una joven de ojos azules, de bellos cabellos dorados y de una sonrisa agradable que miraba por la ventana de la clase. Su mano apoyaba sin interés alguno parte de su mentón sobre la mesa de madera en la que estaban esparcidos todos los carboncillos, la pluma de escribir y la tinta apoyada sobre un poyete pequeño. Suspiro nuevamente, se ajusto sus lentes sobre el puente de la nariz. Veía por la ventana un patio que estaba desierto a esas horas, no había nadie por aquellas arenas de color amarillo. Ella estando encerrada, en una clase que no le importaba mucho. Por carta, sus padres le preguntaron, que quería ser de mayor, ella dijo que aun no lo sabía y a causa de ello, comenzó la presión. Sus gafas de pasta volvieron a la nariz, se las ajusto de nuevo y entonces decidió prestar atención al profesor de matemáticas que para entonces estaba escribiendo en la pizarra.

Que aburrimiento. Si estuviera en el internado podría ponerse a escribir, a leer las obras de sus ancestros o tal vez a dormir. No le gustaba nada tomar responsabilidades, era muy confuso ya de por si las ecuaciones que mandaban en la universidad- Con números se puede demostrar cualquier cosa....-En eso que dijo el profesor y lo que anoto Helaine en su taco de hojas era cierto-Solo que sumad y multiplicad en la vida, que ella misma ya se ocupara de restar y dividir cosas durante el recorrido de vuestro destino...-ahora la gente aplaudía menos Helaine. ¿Qué había de maravilloso en ello? Sinceramente, no sabía porque la vida tenía que tratar así a un ser humano, era triste y a la vez demasiado cruel.

Miro a su taco de hojas sobre la mesa y con la pluma comenzó a escribir refranes o palabras sin sentido. Su mano se apoyo sobre la mesa, sus uñas comenzaron a hacer una extraña melodía contra la mesa a modo de impaciencia, quería salir de aquella clase, los aplausos habían cedido y el profesor sin que ella se hubiera dado cuenta, se había acercado a ella, cruzándose de brazos hasta que ella se dio cuenta de que estaba mirándola fijamente. Del respingo no quiso ningún accidente, pero al sobresaltarse de la posición de su profesor delante de su mesa, la pluma se cayó manchando la punta de los zapatos de aquel profesor. De cualquier modo, Helaine vio la pluma en el suelo, iba a recogerla, pero el pie del profesor fue a parar a su mano, impidiéndola que pudiera hacer nada-No ha aplaudido...Dije algo verdaderamente cierto...-Dijo con cierta arrogancia, apretando mas la muñeca de Helaine bajo su pie.

Era increíble, esta le miraba incrédula a la estupidez de aquel profesor, solamente porque quizás le falto el respeto a su ego, ahora tenía que pasar por esto. Seria torpe y una despistada, pero no era necesario a llegar a este maltrato.

-Me...me hace daño...-Dijo con una voz dulcificada y que iba perdiéndose en un murmuro. Este, galante e moscón, sonrió con malicia a Helaine que parecía aguantar el dolor y las lagrimas. Ella, buscaba algún modo de escapar su muñeca, pero le era imposible, pues el peligro y la justicia estarían en contra de ella solo por el hecho de ser mujer y de ser una estudiante en una pequeña conferencia de matemáticas a la que le dijeron que iba a estar interesante. Era tan solo una frase estúpida, inventada por un loco científico al que le gustaban las matemáticas.

Bueno, ya se estaba cansando de ello, quería irse a su casa, al internado en donde estaba ingresada desde hace mucho tiempo-...Que pase esta vez...-soltó el agarre que tenia sobre la muñeca de Helaine y este volvía a su mesa para seguir con lo que se estaba celebrando en aquel momento. Helaine, recogió la pluma del suelo y la dejo sobre la mesa. Aguantaba las lágrimas, su mirada andaba perdida en sus rodillas cubiertas por la tela del uniforme. Se masajeaba la muñeca con insistencia, parpadeaba para no llorar-¿Ven señores? La señorita Shakespeare no sabe restar los problemas y darles menor importancia, si no que los suma y con ello se multiplica problemas en el futuro...-Dijo con una voz alta y clara que se escucho en toda la sala. Eso la hizo sentir como un bicho raro, humillada.

No replico nada. Tan solo se puso a mirar hacia delante, a las hojas de papel pintarrajeadas con líneas sin sentido. Miro por la ventana de reojo. Nada, seguía el mismo paisaje que al principio.