AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La chica y los lobos {Alexyandra Saint-Cyr+Ulric Von Liechtenstein)
2 participantes
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La chica y los lobos {Alexyandra Saint-Cyr+Ulric Von Liechtenstein)
por Antonio Velázquez Lun Ene 16, 2012 10:24 am
Llego a la esquina puntual, el sol ni siquiera se ha colocado para indicar las 10 de la mañana.
En mi tierra aprendimos a ver el sol y encontrar la hora exacta, creamos relojes en el suelo, que daban la hora con la sombra de la luz. El gigante del cielo fue nuestro protector y amigo durante milenios. Creíamos que había habido más soles antes y que estos fueron muriendo. Bueno, nuestros hermanos Mayas seguían eso, nosotros lo tomamos. Igual que algunas de sus ideas, fuimos los más poderosos de nuestras tierras.
La calle está repleta de personas comprando en las florerías, las joyerías y los establecimientos en la calle. La zona comercial es enorme, llena de colores y bullicio. Entre la multitud encuentro el aroma de distintos seres como yo y hasta brujos que de seguro buscan los ingredientes necesarios para sus siguientes pociones maravillosas y llenas de vida.
Hace unos meses llegue aquí buscando a un brujo que desapareció, nunca lo encontré. Su nombre era Rayner Andrews, de seguro lo cazaron y despareció de la vista de todos. Tal vez simplemente huyo para poder tener una vida feliz, completa, donde huir de las pesadillas que caminan en este pavimento.
-Hace mucho que no puedo dejar la melancolía-me digo a mi mismo mientras continuo pensando en la muerte.
Localice la herrería del hombre del muelle. Su nombre es Ulric, fue un esclavo, como yo. Tenemos un pasado parecido, el eligió una vida honrada, yo la de un monstro. Tal vez niega la luna mientras yo la abrazo cuando esta llena y elevada en el cielo.
La jovencita que entrenaré se ve débil, pero de corazón fuerte. No sé qué hare una vez que la lleve al bosque a entrenar ¿Me atreveré a ser un maestro cruel o tendré la benevolencia de buda?
Me recargo en la esquina y suspiro. Llevo mi espada al hombro, oculta como siempre en su funda falsa, Mi chaqueta negra evita que tenga frio en este frio día. Mis pantalones oscuros y mi camisa blanca, me hacen lucir parecido al momento en que conocí a la muchacha, facilitará que me reconozco, aunque no hay muchos morenos en esta tierra, al menos no libres.
A lo lejos veo llegar a la chica. Debería de llamarla por su nombre.
-Buenos dias,Alexyandra.
En mi tierra aprendimos a ver el sol y encontrar la hora exacta, creamos relojes en el suelo, que daban la hora con la sombra de la luz. El gigante del cielo fue nuestro protector y amigo durante milenios. Creíamos que había habido más soles antes y que estos fueron muriendo. Bueno, nuestros hermanos Mayas seguían eso, nosotros lo tomamos. Igual que algunas de sus ideas, fuimos los más poderosos de nuestras tierras.
La calle está repleta de personas comprando en las florerías, las joyerías y los establecimientos en la calle. La zona comercial es enorme, llena de colores y bullicio. Entre la multitud encuentro el aroma de distintos seres como yo y hasta brujos que de seguro buscan los ingredientes necesarios para sus siguientes pociones maravillosas y llenas de vida.
Hace unos meses llegue aquí buscando a un brujo que desapareció, nunca lo encontré. Su nombre era Rayner Andrews, de seguro lo cazaron y despareció de la vista de todos. Tal vez simplemente huyo para poder tener una vida feliz, completa, donde huir de las pesadillas que caminan en este pavimento.
-Hace mucho que no puedo dejar la melancolía-me digo a mi mismo mientras continuo pensando en la muerte.
Localice la herrería del hombre del muelle. Su nombre es Ulric, fue un esclavo, como yo. Tenemos un pasado parecido, el eligió una vida honrada, yo la de un monstro. Tal vez niega la luna mientras yo la abrazo cuando esta llena y elevada en el cielo.
La jovencita que entrenaré se ve débil, pero de corazón fuerte. No sé qué hare una vez que la lleve al bosque a entrenar ¿Me atreveré a ser un maestro cruel o tendré la benevolencia de buda?
Me recargo en la esquina y suspiro. Llevo mi espada al hombro, oculta como siempre en su funda falsa, Mi chaqueta negra evita que tenga frio en este frio día. Mis pantalones oscuros y mi camisa blanca, me hacen lucir parecido al momento en que conocí a la muchacha, facilitará que me reconozco, aunque no hay muchos morenos en esta tierra, al menos no libres.
A lo lejos veo llegar a la chica. Debería de llamarla por su nombre.
-Buenos dias,Alexyandra.
Antonio Velázquez- Licántropo Clase Media
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Re: La chica y los lobos {Alexyandra Saint-Cyr+Ulric Von Liechtenstein)
por Alexyandra Saint-Cyr Sáb Ene 21, 2012 10:00 pm
No le gusta pasearse cuando hay gente, en cierto modo no le gusta la gente, tanta...Es... Demasiado...
Sus faldones de color azul son negros en los bajos, pues la calzada suele estar siempre sucia, no le importa, pero tampoco que la echen en falta en el Palacio.. Nadie se dará cuenta...eso seguro.... Camina hasta llegar a esa tienda... la Herreria...
Cuento los adoquines que me quedan hasta llegar a la puerta.... Me distrae de pregunarme "¿Que demonios haces aqui Alexya?"
El olor de la fragua contamina el aire a cada paso, es un adoquin menos que evita una pregunta pero el olor recuerda otras preguntas cerca del bosque.. de Londres... el miedo siempre esta de vueta de todo y este camino hoy, sin duda, se hizo árduo e intenso... queda poco, pero es demasiado largo.
Ahi está le veo... Es él.... Tomo aire y trago saliva como si fuera una gallina camino de la cocina, aqui hay un punto de inflexión, hoy es el día... Temo este momento tanto como temí huir de Londres, tanto como temo aquello que no se explicar.... El sombrero oculta mis dudas mi falsa seguridad mi temor y mi inquietud es subordinana a las oredenes de la defensa propia, engalanada con falsa seguridad.
Sonrio y le hago la revencia propia, no conozco otra forma, le admiro, quiero saber más de él.. Quiero recorrer un camino que suele negarse a mi sexo y a mi condición... Él puede darme lo que busco o negarmelo todo, sea como fuere.. no quiero volver a oirme decir "Que demonios haces Alexya".
Me coloco frente a él y le sonrío, recta y puntual, impecable bajo el vestido azul, sombrero en la mano ostrando gracia y sonrisa perfecta mostrando seguridad.
"Bonjour, mêtre"
Sus faldones de color azul son negros en los bajos, pues la calzada suele estar siempre sucia, no le importa, pero tampoco que la echen en falta en el Palacio.. Nadie se dará cuenta...eso seguro.... Camina hasta llegar a esa tienda... la Herreria...
Cuento los adoquines que me quedan hasta llegar a la puerta.... Me distrae de pregunarme "¿Que demonios haces aqui Alexya?"
El olor de la fragua contamina el aire a cada paso, es un adoquin menos que evita una pregunta pero el olor recuerda otras preguntas cerca del bosque.. de Londres... el miedo siempre esta de vueta de todo y este camino hoy, sin duda, se hizo árduo e intenso... queda poco, pero es demasiado largo.
Ahi está le veo... Es él.... Tomo aire y trago saliva como si fuera una gallina camino de la cocina, aqui hay un punto de inflexión, hoy es el día... Temo este momento tanto como temí huir de Londres, tanto como temo aquello que no se explicar.... El sombrero oculta mis dudas mi falsa seguridad mi temor y mi inquietud es subordinana a las oredenes de la defensa propia, engalanada con falsa seguridad.
Sonrio y le hago la revencia propia, no conozco otra forma, le admiro, quiero saber más de él.. Quiero recorrer un camino que suele negarse a mi sexo y a mi condición... Él puede darme lo que busco o negarmelo todo, sea como fuere.. no quiero volver a oirme decir "Que demonios haces Alexya".
Me coloco frente a él y le sonrío, recta y puntual, impecable bajo el vestido azul, sombrero en la mano ostrando gracia y sonrisa perfecta mostrando seguridad.
"Bonjour, mêtre"
Alexyandra Saint-Cyr- Humano Clase Baja
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Re: La chica y los lobos {Alexyandra Saint-Cyr+Ulric Von Liechtenstein)
por Antonio Velázquez Miér Feb 01, 2012 12:17 pm
Le ofrezco una media sonrisa, no puedo ser tan feliz, no siempre, aunque trate, mi condición de asesino me ha hecho un tanto frio y cruel. Esta muchacha no tiene que sufrir eso ¿Entonces por que deseo ayudarla?
-Tranquila, tu aroma de miedo se puede percibir cuadras a la redonda, si vas así con el herrero, de seguro no querrá ayudarnos-le digo con seriedad.
La verdad dudo mucho que le importe el aroma de la muchacha, como ya lo sé, el no es como yo, no es un cazador es un licántropo que tiene paz consigo mismo, cosa que yo no tengo y nunca he tenido. Tal vez por eso quiere a Alexya cerca, para que ella sea mi paz.
Me separo de la pared y miro el reloj de mi muñeca, justo a tiempo para llegar a la herrería del licántropo. Si mal no estoy, está en esta cuadra, justo a la vista.
-Conozco poco a Ulric, pero sé que sus habilidades han sido famosas los últimos años. Un antiguo esclavo liberado, como yo, mientras, como te dije, yo soy un monstruo, el es un ser que ha encontrado la paz bajo el humilde oficio que ejerce. Mi oficio es diferente, menos sedentario.Le hablo demasiado, como si quisiera que ella supiera a donde se esta metiendo, pero tampoco quiero que tenga miedo, ella es una humana, merece vivir como tal, no tiene que compartir la forma de pensar conmigo.
-Discúlpame, tal vez no quieras saber tanto de mi, mi trabajo no es bonito, es lo mejor que puedo hacer.
La invito a caminar con mi mano extendida hacia el camino y le hago una reverencia. A si noto su ropa completamente, confirmando lo que ya sabía cuando la vi la última vez. Ella es de una clase muy humilde, un corazón puro atrapado en una sociedad cruel con los pobres. Donde el rico mira por abajo a todo aquel que no lleva el mismo perfume caro o los colores brillantes y ridículos que suelen traer. Un alma pura como la de ella, con un corazón de acero, me suena a una leyenda de mi tierra.
Pronto camino a su lado y puedo sentir las miradas de algunas personas, no es normal ver a una combinación como la nuestra, mientras ella es una mujer de clase humilde, no es normal que vaya acompañada de alguien como yo, un moreno que no viste con harapos como aquellos esclavos en las haciendas.
-Es allá, con ese letrero negro y la herradura dibujada.
Le digo mientras trato de buscar el aroma del lobo, si no está, tendré que improvisar la creación de la espada yo mismo, después de todo, fui el esclavo de un herrero allá en la Nueva España.
-Tranquila, tu aroma de miedo se puede percibir cuadras a la redonda, si vas así con el herrero, de seguro no querrá ayudarnos-le digo con seriedad.
La verdad dudo mucho que le importe el aroma de la muchacha, como ya lo sé, el no es como yo, no es un cazador es un licántropo que tiene paz consigo mismo, cosa que yo no tengo y nunca he tenido. Tal vez por eso quiere a Alexya cerca, para que ella sea mi paz.
Me separo de la pared y miro el reloj de mi muñeca, justo a tiempo para llegar a la herrería del licántropo. Si mal no estoy, está en esta cuadra, justo a la vista.
-Conozco poco a Ulric, pero sé que sus habilidades han sido famosas los últimos años. Un antiguo esclavo liberado, como yo, mientras, como te dije, yo soy un monstruo, el es un ser que ha encontrado la paz bajo el humilde oficio que ejerce. Mi oficio es diferente, menos sedentario.Le hablo demasiado, como si quisiera que ella supiera a donde se esta metiendo, pero tampoco quiero que tenga miedo, ella es una humana, merece vivir como tal, no tiene que compartir la forma de pensar conmigo.
-Discúlpame, tal vez no quieras saber tanto de mi, mi trabajo no es bonito, es lo mejor que puedo hacer.
La invito a caminar con mi mano extendida hacia el camino y le hago una reverencia. A si noto su ropa completamente, confirmando lo que ya sabía cuando la vi la última vez. Ella es de una clase muy humilde, un corazón puro atrapado en una sociedad cruel con los pobres. Donde el rico mira por abajo a todo aquel que no lleva el mismo perfume caro o los colores brillantes y ridículos que suelen traer. Un alma pura como la de ella, con un corazón de acero, me suena a una leyenda de mi tierra.
Pronto camino a su lado y puedo sentir las miradas de algunas personas, no es normal ver a una combinación como la nuestra, mientras ella es una mujer de clase humilde, no es normal que vaya acompañada de alguien como yo, un moreno que no viste con harapos como aquellos esclavos en las haciendas.
-Es allá, con ese letrero negro y la herradura dibujada.
Le digo mientras trato de buscar el aroma del lobo, si no está, tendré que improvisar la creación de la espada yo mismo, después de todo, fui el esclavo de un herrero allá en la Nueva España.
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Re: La chica y los lobos {Alexyandra Saint-Cyr+Ulric Von Liechtenstein)
por Alexyandra Saint-Cyr Lun Feb 20, 2012 2:13 pm
Le miro y le sonrio, mis pasos firmes se tornan vergonzosos pues ha captado mi miedo... Suelo esconderlo muy bien, no dejo que se me note, nadie lo nota...
Trago saiva y le sonrio mientras me habla y frunzo el ceño cuando oigo la palabra esclavo "Preguntarle seria una ofensa" pienso para mi mientras camino junto a él..
"Me mira de un modo extraño, o.. ¿Es que no me mira?" no se que parte de él me pone más nerviosa, hay algo que no logro controlar, pero soy buena farsante, nunca estoy nerviosa, aunque el pueda verlo. Sucumbe ante el pensamiento se que un silencio suyo son doscientos pensamientos, o tan solo uno... Su tranquilidad consigue enervarme, pero m emantengo calmada y sosegada...
He oido historias y estoy preparada con la mano alerta por si debiera sacar la daga.
"Si no te fias al cien por cien porque estas aquí Aleya?" me pregunto y cayo el pensamiento respirando hondo para mi, vuelvo a sonrerir.
Conseguir engañarle será todo un acontecimiento, le miro de soslayo y sonrie para mis adentros "Es agradable" rio para mi pensando que es un hombre prudente.
La gente mira, núnca me importó la gente, voy a vuelvo de mis pensamientos curioseando en mi cabecita qué historias tiene que contar que no desea decir nada. Me miro caminar junto a él, el vaivén de mis pasos hacen que el vestido limpie el acerado, de nuevo sonrio, pensando en que los adoquines forman parte de un camino que empieza.. Aunque solo Dios sabe cuando empezó.. ayer por la noche, o esta mañana cuando decidí venir... Quizá ahora que no puedo evadirme pues él está aquí...
Me paro un momento para mirarle y sonreirle, abandono mi miedo y mi falsa seguridad, le miro a los ojos sincera y con sutil inocencia me veo preguntandole "Quien sois vos?" Por lo poco que se, no le gustará la pregunta, agacho la mirada al suelo y vuelvo para caminar con él.
Trago saiva y le sonrio mientras me habla y frunzo el ceño cuando oigo la palabra esclavo "Preguntarle seria una ofensa" pienso para mi mientras camino junto a él..
"Me mira de un modo extraño, o.. ¿Es que no me mira?" no se que parte de él me pone más nerviosa, hay algo que no logro controlar, pero soy buena farsante, nunca estoy nerviosa, aunque el pueda verlo. Sucumbe ante el pensamiento se que un silencio suyo son doscientos pensamientos, o tan solo uno... Su tranquilidad consigue enervarme, pero m emantengo calmada y sosegada...
He oido historias y estoy preparada con la mano alerta por si debiera sacar la daga.
"Si no te fias al cien por cien porque estas aquí Aleya?" me pregunto y cayo el pensamiento respirando hondo para mi, vuelvo a sonrerir.
Conseguir engañarle será todo un acontecimiento, le miro de soslayo y sonrie para mis adentros "Es agradable" rio para mi pensando que es un hombre prudente.
La gente mira, núnca me importó la gente, voy a vuelvo de mis pensamientos curioseando en mi cabecita qué historias tiene que contar que no desea decir nada. Me miro caminar junto a él, el vaivén de mis pasos hacen que el vestido limpie el acerado, de nuevo sonrio, pensando en que los adoquines forman parte de un camino que empieza.. Aunque solo Dios sabe cuando empezó.. ayer por la noche, o esta mañana cuando decidí venir... Quizá ahora que no puedo evadirme pues él está aquí...
Me paro un momento para mirarle y sonreirle, abandono mi miedo y mi falsa seguridad, le miro a los ojos sincera y con sutil inocencia me veo preguntandole "Quien sois vos?" Por lo poco que se, no le gustará la pregunta, agacho la mirada al suelo y vuelvo para caminar con él.
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Re: La chica y los lobos {Alexyandra Saint-Cyr+Ulric Von Liechtenstein)
por Antonio Velázquez Jue Feb 23, 2012 12:10 pm
La chica cree que puede ocultar sus miedos de un lobo como yo. He matado a valientes y cobardes por igual. Incluso a hermanos de raza que disfrutaban de asesinar por placer, no he tenido piedad de nuestra hermandad y acabe con ellos como si fueran basura. Cazadores que creían ser más listos que yo, incluso el Papa sabe que existen seres como yo, cazando a los que llama ángeles.
Al escuchar su pregunta, no puedo evitar mirarla y sonreírle. No sé cómo responderle, puedo decirle que soy un viajero, que hace lo que puede para mantenerse vivo. Pero ya le he dicho lo que soy, creo que tendría que acabar la historia.
Antes de hablar, llegamos a la herrería, cerrada. Empujo la puerta un poco y la madera cruje con suavidad, rompiendo el cerrojo de tal manera que parece que pareciera que fue abierta con normalidad.
Cuando entra la luz del día, hablo.
-Tengo suficientes años para decirte que nací viviendo feliz, como un guerrero en mi pueblo cuyo esplendor ya no existe. Conquistados y acabados por españoles, me hicieron un esclavo hasta que otro como yo, me mando a altamar. No sé qué paso, pero dormí por tantos años, que cuando desperté estaba en un mundo diferente, lleno de espadas y personas de raza diferente a la mía. Viví muchos años en Japon, hasta que me hice viajero. ¿Cómo vivo tanto tiempo? Porque no soy humano.
Al decirlo, enciendo las velas de la herrería. Rápidamente me despojo de mi chaqueta y camisa.
-El dueño no está, tendremos que hacer esto nosotros mismos
Al escuchar su pregunta, no puedo evitar mirarla y sonreírle. No sé cómo responderle, puedo decirle que soy un viajero, que hace lo que puede para mantenerse vivo. Pero ya le he dicho lo que soy, creo que tendría que acabar la historia.
Antes de hablar, llegamos a la herrería, cerrada. Empujo la puerta un poco y la madera cruje con suavidad, rompiendo el cerrojo de tal manera que parece que pareciera que fue abierta con normalidad.
Cuando entra la luz del día, hablo.
-Tengo suficientes años para decirte que nací viviendo feliz, como un guerrero en mi pueblo cuyo esplendor ya no existe. Conquistados y acabados por españoles, me hicieron un esclavo hasta que otro como yo, me mando a altamar. No sé qué paso, pero dormí por tantos años, que cuando desperté estaba en un mundo diferente, lleno de espadas y personas de raza diferente a la mía. Viví muchos años en Japon, hasta que me hice viajero. ¿Cómo vivo tanto tiempo? Porque no soy humano.
Al decirlo, enciendo las velas de la herrería. Rápidamente me despojo de mi chaqueta y camisa.
-El dueño no está, tendremos que hacer esto nosotros mismos
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