Para una cena perfecta...(Aleksandra Kuznetsova)

Se afianzo el abrigo mientras salía del coche y se dirigía a interior de su propio restaurante, tenia un cheff nuevo y deseaba ver por si mismo que tal trabajaba, hacia un par de años que el no trabajaba en nada mas que en la administración de sus bienes, había sido difícil pero había logrado un patrimonio estable y bastante abundante… ahora…la cosa es que su vida estaba tan vacía como el cascaron del polluelo que acaba de nacer. Entro al lugar, se sentía orgulloso cada vez que entraba, de techos altos y elegante decoración, los finos candelabros daban una iluminación casi mágica al lugar. Sonrío y le entrego su abrigo al hombre que se acercó respetuosamente a recogerlo.

Sus dedos se perdieron por su cabello unos segundos y su mirada se vio en uno de los espejos de la pared, aun se veía bien pero era obvio que no era un jovenzuelo… no había nada mas en su vida que el grupo de amigos con el que se reunía una vez por semana para jugar lo que se les ocurriera, daba gracias por que en la mayoría de las veces fuesen juegos de mesa. Aun intentaba mantener una buena condición física no deseaba arriesgarse a romperse algo, aquellos eran sus amigos, pero cierto era que la mayoría eran bastante mas jóvenes que el.

Entro al lugar alejando los pensamientos sobre su vida personal, observo a los clientes e intento buscar alguna señal de disgusto en sus rostros, no había avisado a su personal que estaría ahí así que noto que algunos cometían alguna que otra torpeza, nada demasiado notorio, sonrió un poco, no le molestaba, significaba que les importaba su presencia, sin embargo podía notar por el ambiente que estaban haciendo bien su trabajo y además al parecer no solo los meseros, el cheff estaba teniendo buen recibimiento. Sonrío complacido y camino por el lugar tranquilamente, no deseaba incomodar asi que intentaba que sus movimientos fuesen suaves, de vez en vez preguntaba a algún cliente si estaba satisfecho, recibía algún coqueteo de vez en cuando, a veces solo miradas receptivas, la verdad era que últimamente no sabia como interactuar con el sexo opuesto, era conocido por ser un amante atento pero también nada seguro…el no deseaba mas eso. Quería una compañera, por lo que las aventuras, al parecer habían terminado ya.

Las palabras de la chica le dijeron que estaba en graves problemas, si le era ya difícil controlarse a su lado ahora se sentía como un cachorro al que le ponen la comida frente a el y le dicen que no debe probarla.

La observo en silencio, sin saber exactamente como contestarle, como decirle que merecía algo mejor que un hombre de mediana edad al que el atractivo no le duraría mucho mas, el no creía en las relaciones, el no deseaba enamorarse, el estaba pensando en establecerse pero habia pensado hacerlo con alguna joven que le resultase agradable, una mujer que pudiese compartir su vida y su cama pero que no inundara su corazón, el no quería convertirse en lo que su padre se habia convertido, el no quería depender de alguien al nivel en que su padre le había hecho, el deseaba hijos y deseaba amarlos como merecían. El habia sido amado, pero después de la muerte de su adre no había perdido solo a su madre, también a su padre, el hombre estaba tan loco de dolor que ni siquiera habia volteado a ver a su hijo ni una sola vez, al poco tiempo de enterrar a su madre habia tenido que hacerlo con su padre por que el hombre no habia podido soportar la realidad de una vida sin la mujer que amaba, el no quería ser asi… ya habia sentido lo que era perder a las dos personas que mas amaba en la vida lenta y tortuosamente, no deseaba volver a sentir un dolor similar en la vida y Alekandra amenazaba con inundar su corazón y su mente de un modo que asustaba… Sentado ahí, viéndola a los ojos, temió que su caso fuese peor al de su padre…sospechaba que cuando Aleksandra volviera a su país se llevaría su alma y su deseo de vivir con ella al paso que iban…y lo peor del caso es que ni siquiera se habia dado cuenta del inminente peligro hasta ese momento…pero ya estaba perdido… por que a pesar de sentir todo aquello… no quería alejarse.

-no pienso menos de mi… simplemente creo que no hay hombre que pueda merecer lo que dios parece haberse empeñado en hacer tan perfecto- sonrió acariciando los dedos ajenos entre los suyos, ella decía que quería estar con el incluso los sábados y el sabia que de negarlo ella podría entender algo equivocado- déjeme contarle algo- le hablo haciendo aun lado su comida con un movimiento ligero- cando era pequeño hubo un tiempo en el que sentía que no tenia a nadie, tenia amigos si… pero no em llenaban o eso crei, entre la gran cantidad de amigos había algunos especiales, unos que nunca siquiera considere de verdad, ellos comenzaron a buscarme una vez por semana “casualmente” para pasar el dia conmigo, ellos son la única cosa que puedo llamar familia, ahora son todos adultos y han tomado caminos distintos, hemos crecido no solo como personas si no también financieramente…pero aun nos reunimos en el mismo lugar de siempre… y pasamos el dia juntos… hemos perdido muchas cosas con los años, pero de esta manera no estamos solos, yo ceno con ellos cada sábado- sonrió condescendientemente y una idea le surco por la cabeza, algo alocada pero se arriesgo- le gustaría conocerles? – apretando los dedos que permanecían entre los suyos- aunque creo que tendría que vestir algo mas sencillo le gustaría? –pregunto arriesgándose un poco, jamas jamas en la vida habia llevado compañía a las reuniones de los sábados… que locura le estaba haciendo pedírselo a aleksandra? No estaba muy seguro.

Soltó su mano inmediatamente y le sonrió- lo lamento anda come, y claro que no es broma, y descuida, talan ha pasado la vida diciéndonos que el día que encuentre a la mujer de su vida la llevara con nosotros y nos estregara en la cara lo feliz que es- sonrió, hablar de sus amigos le hacia tambalear de buen humor, con el cuerpo vibrante y algo emocionado-son un grupo peculiar asi que probablemente quieras saber algo de ellos antes de darme tu si definitivo, de pequeños vivíamos en barrios cercanos, mi familia tenia este restaurante, en ese tiempo no era tan prestigiado, inicie joven y me dedique a esto y tuve suerte en hacer fortuna, de mis amigos, tenemos a Ángelo, es un hombre muy educado y ama las cosas finas, se dedica a la importación y exportación de telas ha hecho gran fortuna en eso, no le preguntes por que no esta casado, se pondrá nervioso- no estaba seguro de si decirle a Aleksandra acerca de las preferencia de Ángelo, en el grupo todos habían notado en algún punto la preferencia del hombre después de años de conocerlo, pero Ángelo aun no se sentía preparado para confesárselos…así que quizás era mejor que no hablara del tema, no era su derecho mencionarlo- talan el que te mencione es un hombre bien parecido y joven era un chiquillo cuando se pegaba a nosotros, ahora es un hombre algo engreído pero agradable, es dueño de uno de los mejores viñedos de Francia, lo heredo de sus padres hace algunos años.

Sonrió al recordar lo mucho había cambiado el mocoso que se pegaba a sus pantalones hasta ser el hombre algo arrogante que a menudo llevaba alguna botella de buen vino solo para presumir lo que generaba su familia, aunque también noto que para variar el entusiasmo un poco demasiado al hacerlo. Movió un poco los hombros como relajándose- espero que no te este aburriendo con mi parlotearía- nunca hablaba de su vida con las mujeres que salía, mucho menos de sus amigos, si algo llegaba a suceder no deseaba que se vieran envueltos, el intentaba ser lo mas caballero y claro posible con las mueres que salía, también cuidaba de tener tacto cuando terminaba las relaciones, pero por cualquier razón prefería no mostrarle a nadie aquello que amaba, por que no soportaría que nadie les hiciera daño. De alguna forma aleksandra era diferente… sentía… que no había problemas ni peligro con la chica, no había diferencia exterior en la muchacha significativa a otras mujeres que había conocido, era hermosa, cierto, también había conocido otras mujeres hermosas, mujeres buenas y aun así su instinto le habia dicho que fuera receloso, que no confiara… ese instinto…parecía completamente apagado con la dama frente a el.

Saber que ella se encontraba interesada en lo que le hablaba fue una buena señal para el… a ella le interesaban sus amigos y desde su punto de vista sus amigos, el propósito que los unía y ese restaurante, el primero que le habían dejado sus padres encabezaban la lista de cosas importantes que había habido en su vida hasta ahora… cierto era que su madre había muerto siendo el joven y que su padre no había mostrado mas interés por el después de eso, se había hundido en su dolor olvidándose del hijo que lo necesitaba mas que nunca… el había entendido eso pero no quería ser como su padre… extrañamente…esa noche, con aleksandra frente a el podía comprender mas que nunca…el dolor que habia consumido a su padre matándolo en vida. El nunca habia odiado a su progenitor y aunque en su juventud le habia tenido cierto resentimiento, cierta rabia por dejarle abandonado de aquel modo habia llegado a entender y perdonar, borrando de su mente aquellos últimos meses quedándose solo con los felices recuerdos que habían tenido hasta la muerte de su madre… ahora… pdria sentir la tristeza que habia sentido en aquellos días… tal vez el que habia fallado no habia sido su padre…tal vez el que habia fallado habia sido el, u padre se habia hundido en l depresión se habia ido muriendo poco a poco en medio de aquel agonizante dolor… y el no habia hecho nada para salvarlo.

-Me alegra no estarte aburriendo- le sonrió tranquilamente, con un deje de melancolía por los pensamientos que inundaban su ser al mismo tiempo que se mezclaban con tranquilidad, con una sentimiento de perdón y culpa que se encontraban en su corazón, al mismo tiempo con una dicha tranquila, con la dicha de no sentir mas ningún tipo de rencor con aquel… al que habia amado tanto- pero tienes razón yo apenas y he probado bocado por estar de boca floja- rio recuperando un poco el ánimo que habia decaído por unos instantes, en un momento tan importante para el que dudaba que aleksandra pudiese saber lo que acababa de hacer dentro de el simplemente con su presencia “no morelli…no lo sabe, para ella eres otro viejo que deslumbra zon su juventud y belleza… no es para ti” era deprimente cuando su propia cabeza se habia resignado y ni siquiera intentaba dedicarle un pensamiento sarcástico- pero es cierto, por que no me habla un poco mas de usted? No lo se… tiene familia… a que se dedica…- ella decía que habia ido a parís por asuntos de estado… se preguntaba que clase de asuntos podrían traerla… que tipo de vida era la que llevaba? Habia tantas cosas que quería saber…asi al menos podría hacerla suya en su mente “ a quien engañas morelli tarde o temprano intentaras tenerla para ti, cuanto crees que te dure esto de la reforma?” jaja bien al menos su cabeza ya estaba burlándose de el nuevamente…esa era una buena señal.

Sonrió ante las palabras de la joven y Se mantuvo lo mas tranquilo que podia “esta fuera de tu alcance morelli” se dijo a si mismo, definitivamente Aleksandra era un castigo divino, no solamente era demasiado joven para el, también estaba a un nivel completamente diferente, lo que ella merecía y seguramente tendría estaba muy por encima de los estándares normales, la duda que le había rondado la mente todo aquel tiempo por fin se esclareció… ella no estaba casada por gusto, era por que no había aparecido hombre que pidiese besar sus plantas siquiera. Sonrió para sus adentros, debía ser frustrante para cada uno de sus pretendientes siquiera intentar acercarse y vaya que podía entenderlo el en esos precisos momentos… pero es que que decir? La confianza del zar? Verdaderamente? Sonrió ante la joven. Había entendido en ese corto tiempo el nivel de la chica y no estaba muy seguro ya de llevarla con sus amigos…

-postre a la orden- hablo haciendo una seña a el joven que se había quedado cerca para que les sirviera, lo habia dejado enfriando desde antes de comer asi que seguramente estaría perfecto en esos momentos. La joven estaba acostumbrada solo a lo mejor… su restaurante era de lo mejor de parís… pero para ella debía ser un restaurante mas- le contare de ellos cuando usted termine de contarme de usted- hablo viendo como servían los platillos y despidiendo a el joven mesero que se retiro en silencio.

Tomo una pequeña cuchara y con la mejor actitud que tenia le miro esperando que continuara, comiendo un poco de su postre, el creía en dios y ahora sabia que el infierno también existía, por que no podia llamarse de otra forma a aquel castigo que dios le habia enviado… acaba de poner a la mujer perfecta frente a el, a la mujer que le hacia saltar el pecho y ponerse nervioso como nunca lo habia hecho siquiera en su adolescencia y resultaba que era completamente inalcanzable. Era como poner un jugoso filete frente al cachorro hambriento y acortar la correa para que no pudiese alcanzarlo. El siendo quien era sabia perfectamente su lugar ahí… Ángelo era un hombre exitoso y talan no envidiaba a nadie ni lo habia visto sentirse inferior ante nadie… pero Marco… Yeremaya… ellos podrían sentir incomodidad si sabían de la influencia y el poder que recaían sobre la joven…en fin no iban a legar anunciando “mírenme mi acompañante es una mujer de la confianza del zar ruso” se dijo a si mismo y su conciencia no tardo en contestarle “oh no pero seguro verán tu rostro de idiota morelli, miren, el mujeriego de toda la vida, al que nada le falta decidió interesarse de verdad en la mujer mas imposible que se encontró, que les parece no es de risa?”

Simplemente sonrío ante el primer comentario de la chica- y tenga por seguro que lo serán- aseguro comenzando con su propio postre, esperando escuchar mas de las palabras de la joven, no estaba seguro de si la chica había insistido en que le dejase hablar para darle tiempo de comer, por la necesidad de compartirle algo o para dejar claro los mundos a los que pertenecían. Fuese cual fuese la intención disfrutaba de la compañía ajena así que a pesar de lo sucedido o de la posibilidad de cualquier mensaje en sus palabras el permaneció con la misma actitud que había tenido hasta ahora.

En realidad no dudaba de lo que le decía, era obvio que los asuntos que trataba eran importantes, por lo que no podía soltarlos a la ligera sobre la mesa de un desconocido, aun así lo que le había dicho hasta ahora demostraba suficiente confianza para el, cuando menciono que casi no tenia amigos no era algo que dudara, las amistades sinceras son raras y cuando se tienen puestos altos y que implicaban poder era un mas difícil conseguir amistades sinceras, el se consideraba afortunado, creía que tenia el balance perfecto entre buena posición y amistades valiosas y confiables, no pediría mas poder si por ello tuviese que renunciar a alguno de sus amigos-lo creo- asintió. Ella comenzó a hablar entonces de su único amigo… el no tenia amigas del sexo opuesto, se le hacia una relación algo difícil, era difícil encontrar una mujer en la que confiar, en la que apoyarse sin enamorarse de ella, conociendo lo poco que conocía a aleksandra los celos se arremolinaron en su interior ante la mención del otro sujeto, ella hablaba tan entusiasta…sus ojos brillando de emoción que se pregunto si no abría sentimientos mutuos ahí…

Ella comenzó a hablar después acerca de isis mima y como se definía, el no dudaba de ninguna de sus palabras, ella le parecía todas y cada una de las cosas que mencionaba y algo mas… mas maravillosa, mas especial… pero no pensaba decirlo en voz alta, dejar caer halagos casualmente eran su especialidad, pero no en esta ocasión, no con ella. El nerviosismo penetro por unos segundos en la joven y el supo que ella habia dicho todo lo que deseaba decir en esos momentos, si habia mas que hablar y si el destino le sonreía como para poder permanecer mas tiempo junto a la joven, seguramente se ganaría la confianza de que revelase sus secretos, pero por ahora sabia cuando debía dejar las cosas estar- le falto mencionar hermosa, agradable y simpática- termino mientras tomaba una cucharada de su postre y le sonreía casualmente “que no harías que morelli? Como si pudieses evitarlo”

La pregunta le dejo en silencio algunos segundos, el había sido amigo del padre de marco, amigo verdaderamente cercano, consideraba al chico como si fuera verdadera familia como sabia lo consideraban el resto del grupo, que si se sentía orgullos? Que podía decir? Sonrió para sus adentros ante la respuesta. Ellos eran hombres no con frecuencia pensaban en los sentimientos que tenían el uno por el otro eso era raro…bueno sabía que angeló lo hacia el hombre era como ya había mencionado de gustos diferentes y constantemente hacían burlas sobre su forma de ser pero nada en serio. Simplemente comentarios amistosos, todos sabían la verdad sobre el hombre y les importaba poco a estas alturas a quien quisiera meter en la cama. Era su amigo y nada cambiaria eso pero… respecto a Marco- Si- contesto con sinceridad- me siento orgulloso de el- el joven era un remolino de energía, siempre estaba haciendo bromas y la sonrisa parecía estar pegada a su rostro… el tenia posiblemente la vida más difícil de todos ellos y sin embargo tomaba la vida con determinado optimismo y valoraba cada cosa buena que aparecía… podía ser algo cruel con Ángelo a veces pero es porque eran especialmente cercanos. Parecía que se tenían más confianza entre ellos que con el resto del grupo. Lo entendían, como había dicho antes, Ángelo era el más dado a los sentimientos de todos ellos.

Rio un poco cuando ella pregunto si se consideraba un sujeto aburrido- oh bueno, todo en esta vida es relativo y con semejante compañía no es mucho lo que puedo decir de mí mismo… su presencia deslumbra, mis empleados son los más profesionales y aun a ellos les tiene embelesados- y no es que los muchachos no estuviesen acostumbrados a atender a las bellezas más deslumbrantes de parís…pero había algo en Aleksandra que era diferente. Ella no solo era hermosa, había una mezcla en ella que no dejaba de intrigarlo, ella era cálida, tierna pero no se sentía como una chiquilla indefensa, había pasión en sus ojos y algo salvaje que le rodeaba, como diciendo que había terreno peligroso en torno a ella…simplemente una dama fascinante con una mezcla de elegancia, delicadeza y simple y llana salvaje belleza mesclados en un coctel perfecto de virtudes- acostumbra siempre llamar asi la atención? O debo preocuparme por que mi personal se esté volviendo poco profesional. A el no le cabía duda que donde quiera que fuese la chica atraía miradas… Talan le había mencionado una vez que cuando conociera a la mujer de su vida la reconocería al instante, había algo en su naturaleza que se lo indicaría. Talan era arrogante pero la idea de encontrar a su “pareja predestinada” siempre le había hecho poner una cara soñadora y tonta… seria acaso que el destino también tenía a alguien para el? Sería que era el destino el que lo tenía casi besando los pies de la chica

“no sueñes Morelli, puedes desearla todo lo que quieras, pero también el hombre desea la luna y no por ello va a tenerla.

Rio un poco ante las disculpas de aleksandra y siendo claramente como era por inercia tomo la mano de la joven y la llevo a sus labios- descuide mi preciosa dama, ellos seguramente harán su trabajo como se debe a pesar del increíble distractor. Por otro lado no es culpa de la rosa que los insectos vayan a ella, rio solo un poco ante la insistencia de la chica en que le contara sobre el mismo, posiblemente habia muchas cosas que contar, pero también era cierto que muchas de esas cosas eran algunas que prefería no platicar con ella. Tener el conocimiento de su pasado era una cosa, pero hablar de ellos no le parecía el mejor tema de conversación, que iba a hacer, contarle como se habían dado cada una de las fugaces relaciones que había tenido con todas las mujeres de su vida? El nunca habia estado con mas de una mujer a la vez, cuando salía con alguna lo hacia exclusivamente con ella aunque su relación durara poco. De igual manera mantenía la discreción lo mas alta posible, intentando no afectar en lo mas mínimo la reputación de quien estaba con el, sus relaciones terminaban pacíficamente en algunos casos, en otros no tanto pero al final del dia cada mujer sabia que no habia perjurio en su contra, incluso aquellas que habían atentado en su contra, pensando que tal vez el intentaría hacerlo al final del dia solo se habían quedado esperando. Conocia bien sus faltas y sin importar lo que viniese sobre el estaba dispuesto a soportarlo como precio por el estilo de vida que habia decidido llevar. Solo esperaba que no viniese a mordele ahora que sentía por primera vez que no quería mostrarle a alguien todo lo malo de el.

Se preguntaba si ella estaba en una situación similar, alegaba que no habia hecho alguno en ella que incitara a llamar la atención pero el podia verlo, a ella le gustaba atraer miradas, como toda mujer bella se sentía bien en descolocar a los hombres a su alrededor. Eso no la hacia mala, solo resaltaba que se queria a si misma y era conocedora de la belleza que poseía, que no quisiere admitirlo le hacia pensar que tal vez solo lo hacia para resaltar su belleza, pero otra opción y la que mas le agradaba pensar era que quizás…solo quizás…sintiese algo similar al miedo que el sentía de mostrarse tal y como era.

“sueñas no cuenta nada morelli”

Se dijo a si mismo. Tomando su copa noto que no había mucho mas que le mantuviese al lado de la joven, el postre ya se habia terminado, ella se retiraría en cualquier momento, no deseaba dejarla ir pero posiblemente era lo mejor, separarse mientras el interés seguía vivo, antes de que llegase a abuirrice de el. Un pequeño descansó hasta el dia siguiente, cuando como habia prometido volviese al lugar. El iba a tener que ajustar sus horarios para revisar los otros restaurantes durante el dia y pasar sus noches en aquel restaurante. Ya en sus relaciones anteriores había hecho tiempo para las mujeres que le acompañaban…esta no era una relación, pero estaba seguro de que darle tiempo a aquella joven seria mucho mas fácil que como lo habia sido en su pasado- como le dije, no es culpa suya si su belleza pone de cabeza a mi personal, ya tendré que educarles mejor- hablo acariciando sus dedos- ya vera, mañana cuando vuelva el servicio no podrá ser menor que perfecto- volviendo a besar aquella mano que daba gracias al cielo, ella no habia apartado.

Rio ante la pregunta de la joven- implacable- le contesto con el mismo humor. El debía comprender mejor que nadie el efecto que esta dama en especial podía causar “oh si Morellli tu eres el vivo ejemplo de como se le puede a un tonto viejo darle una cucharada de su propia comida” lo cual era bastante irónico teniendo en cuenta su profesión. Dios tenia que dejar de perderse en sus propios pensamientos, tenia la repentina sensación de que pensaba demasiado, pensar mucho nunca habia sido problema era un hombre inteligente y pensaba bien las cosas antes de actuar. Eso le habia mantenido en el negocio y con vida en mas de una ocasión. Esperaba que su repentina locura en el amor solo se quedase en aquella área, no quería terminar muerto antes de encontrar al sujeto que el y sus amigos estaban buscando. El repentino pensamiento le dejo helado, hasta ahora nunca se habia tenido que preocupar por que sus relaciones resultasen lastimadas, duraban tan poco que nadie podria intentar nada con ellas para dañarlo, incluso si lo hicieran eran perfectamente consientes de que, aunque sonase horrible entre sus amigos y una aventura, una perfecta mujer que le hubiese dado el honor de compartir su cama, aun se quedaría con sus amigos, con la única familia que reconocía. Pero aleksandra… el pensaba frecuentarla, cenar con ella cada noche. Si llegaban a hacercarce de mas a su objetivo eso no significaría un peligro para la chica? Solo pensarlo hacia que un sentimiento de ansiedad lo llenara. “cálmate morelli, aun no sucede nada y ya estas alucinando peligros que no tienen por que se” Ella probablemente se marchara de parís antes de que una buena pista surgiera.

Ella anuncio que se verían la próxima noche y supo que era el anuncio de su partida- y los míos se embelesaran con usted- le anuncio mientras soltaba su mano y se levantaba para ayudarle a retirar la silla y volver a colocarla en su lugar, con un ademan lento le tendió el brazo con una blanca sonrisa- permítame escoltarle mi preciosa dama- exclamo con exagerada y fingida cortesía, pero no infundada, dada la posible reputación que podría haberse ganado y lo cercano que pretendía ser de la joven el respeto extremo para con ella era la mejor de las salidas. El no iba a mancharla por mucho que la deseara, por el no obtendría daño ni perjurio alguno.

-hay algún tipo de sabor que prefiera?- pregunto mientras bajaban las escaleras, atrayendo las miradas curiosas de algunos de los comensales, había quien estaba mas interesado en sus asuntos pero aquellos, pendientes de los actos de los demás nunca faltaban- si me lo dice podría prepararle algo que vaya mucho mejor con sus gustos.

Le sonrió besando una de sus manos ante la pregunta- cada vez que mis ojos la encuentren- le aseguro, decían que el efecto de la apariencia de una persona ser pedía después de contemplarle durante tres días seguidos, la belleza pasaba a segundo termino y aunque fuese cierto tenia que había algo mas que belleza en la joven que hacia que no pudiese apartar sus ojos de ella. Posiblemente su carácter, tal vez la simple forma en que sus dorados ojos brillaban con la luz de las velas del lugar, posiblemente por que su cabello enmarcaba su rostro con aquel tono dorado y miel que hacían querer saborear sus dulces por siempre… quien sabe, tal vez simplemente por que su voz hacia vibrar cada fibra de su ser…

-Tuene usted gustos bastante definidos- le sonrió con una sonrisa cómplice, con una ceja levantada y solo un dejo de coqueteo en su voz, algo de insinuación resalto en sus palabras- le prometo que hare lo que este en mis manos para complacerla mi preciosa dama, agrio como el peligro y dulce como el amor- bajo un poco la voz, solo un poco pero no lo suficiente como para que la joven no pudiese escucharle.

Cuando ella se ajusto un poco mas a su cuerpo sonrió complacido, sabiendo que ella no podía verle directamente, sus ojos observaron la cima de su cabeza y se debatio entre lo placentero y lo correcto. Si era sincero no sentía la mas minima ansia de separarla de si, pero sabia que por el bien de la joven no era bueno que les viesen tan juntos, no con tantas miradas sobre ellos. Pese a todo sus deseos ganaron y la mantuvo cerca, disfrutando de la suavidad y el calor de su cuerpo joven, esperando que mantener una actitud correcta y un gesto caballeroso compensaran el hecho.

-esperare ansioso- se despidió cuando llego el tiempo de despedirse, cuando sus pasos les llevaron a la entrada del restaurante, después de colocarle el abrigo y que su carruaje llegase por ella, el sabia que solo serian unas horas, sabia que aquel non era un adios y sin embargo soltar su brazo fue posiblemente una de las acciones mas difíciles a tomar por su cuerpo que habia tenido antes. Nunca antes sus propio cuerpo le habia renegado de acción alguno, nunca hasta ahora- que tenga buena noche my lady…- y dejo igualmente un beso casto aunque posiblemente atrevido en su mejilla.