Manto Rojo [Libre]

Camino asta al muelle frente a la vieja casucha abandonada, vio el lago frente a el, la extensión de agua era grande y frunció un poco el ceño, los vampiros tenían dificultades para cruzas el agua corriente pero esta estaba estancada. Vio el bote de remos y subió sabiendo que estaba ahí para el, aunque el lanchero no parecía estar cerca. El bote comenzó a moverse y no se le hizo raro, al parecer habia un hechicero entre sus nuevos socios…levanto la vista, habia una hermosa luna llena aquella noche, frunció un poco el ceño, aquella luna era tan hermosa como peligrosa, el momento en que los licanos eran mas mortíferos. El bote se detuvo abruptamente…volvio la mirada abajo y noto que habia llegado a el otro extraño del lago… habia sido un recorrido rápido o se habia quedado observando el cielo demasiado tiempo? Sin nada que contestara a su pregunta salio del bote y camino viedo como lso arboles parecían demasiado verdes…de un verde oscurecido por la noche y brillante a la luz opaca de la madre de lo astros nocturnos…las hojas secas crujían bajo sus pies…ahora que lo notab hacia frio, después de todo el invierno comenzaba a alejarce pero aun podían sentirse sus estragos…. Y aunque lo sabia, no lo sentía…el viento le golpeaba el rostro y hacia que las hojas secas danzaran en el aire…formando pequeños remolinos como atrayéndolo…haciéndolo caminar bosque adentro… su piel se veia mas pálida de lo normal bajo aquella luz tan extraña y su cabellos danzaban con las hojas… Supo desde el principio que aquellas condiciones para encontrarse con su cliente eran extrañas, supo desde el principio que era una trampa, pero no iba a darce intimidar por semejante tontería, si pretendían acabar con el terminaría con aquello esa misma noche.

De pronto…se encontró frente a una figura grande eh imponente… una nube había ocultado por unos segundos la luz tenue de la luna y no distinguió que era la cosa enorme que estaba frente el… una colina? cuando la luz volvio a iluminar el bosque pudo ver frente a el una casona a medio terminar… o a medio derrumbar? No pudo distinguir la diferencia…no tenian techo aquellas paredes y se encontraban cubiertas de musgo y enramadas… sin saber porque sus pies se movieron como los de un titere al que le jalan los hilos entrando al lugar… el piso estaba cuarteado, en algunas partes se habia levantado surgiendo arboles dentro de aquellas paredes viejas… siguió caminando y al entrar a la ultima de las habitaciones…al parecer la que alguna vez fue la principal se encontró con la imagen de un desnivel sobre el piso… y sobre el desnivel un ataud completamente rodeado de enredaderas como el resto de la casa… mas sin embargo la plata que adornaba el ataúd brillaba como nueva bajo aquella luna tan especial que se dignaba a alumbrar aquella noche espesa… dio apenas un paso hacia el ataúd que parecía atraerlo mas que nada en el mundo y al hacerlo…las lianas que rodeaban el ataud se rompieron…levantándose lentamente la tapa… dejado que la luz entrara al interior…y cuando sus ojos se entrecerraron pera ver atreves de la oscuridad que la luz estaba desapareciendo, filtrándose a través de las ramas de los arboles… lo noto… el colgante en su pecho estaba ardiendo, lo estaban hechizando, frunció el ceño y transfiguro su rostro extendiendo sus colmillos y la visión desapareció, mostrando a un par de brujas que parecían rezar y un par de licanos jóvenes listos para atacar. Nunca era bueno despertar su ira pero en esos momentos parecía aun mas inadecuado, esas perras habían intentado hechizarlo. El cargaba un colgante que lo protegía de hechizos recitados, aunque no de brebajes.

La ira burbujeante en su interior bullo cual volcán en llamas explotando su salvajismo a niveles insospechados, perdió la noción del tiempo y el espacio y al volver en si lo único que habia a su alrededor eran cadáveres, estaba completamente cubierto de sangre y una expresión arrogante se instalo en su rostro.

-estúpidos infelices- mascullo dándole la espalda a los cadáveres, estaban prácticamente destrozados, probablemente culparan a algún otro licano o animal salvaje, quien sabe. No le importaba, ya habia terminado ahí, solo se arrepentía de haber perdido el control. Ahora no sabia quien los habia enviado pero se hacia bastante a la idea.

Camino rumbo a la laguna, no deseaba permanecer con aquella pestilente sangre envolviendo la belleza de su cuerpo.

Giaco percibía algunos de los deseos del chico de manera inconsciente, sonrió notando que estaba disfrutando y movio sus dedos algo mas rápido, al mismo tiempo que los abría como tijeras en su interior, ensanchándolo, esperando que se estirara lo suficiente como para poder entrar en el.
Se mordió el labio inferior un segundo soltando un jadeo después, saco los dedos de dentro del joven y lo levanto en brazos poniéndolo justo sobre su erección, el muchacho se dilataba tan fácilmente, estaba tan encendido como el. Sonrió mientras lo jalaba hacia el haciéndolo bajar lentamente sobre su eje, soltó un ligero jadeo al sentir como la carne ajena lo apretaba, lo succionaba incitándolo a entrar un poco mas. Pero no lo hizo, moviendo el cuerpo sobre el suyo y sus propias caderas lo hizo cabalgarlo de a poco, metiéndose de a poco en su interior, pulgada a pulgada hasta sentirlo por completo alrededor de su mimbro. Un gemido largo y placentero escapo de sus labios ante la sensación- te sientes delicioso- le hablo al oído, mordisqueando la piel sintiendo que el momento de encajar sus colmillos en su dulce cuello se acercaba cada vez mas- tan apretado y caliente…- y lo decía en mas de un sentido, no solo su interior estaba caliente, la imagen completa del hombre encajado sobre el era increíblemente excitante…

Sentirlo rodeándolo completamente fue una delicia, sus colmillos picaban por perforar aquella piel caliente. Lo jalo un poco mas haciendo que su miembro entrara unos milímetros mas y la fricción le sacara un gemido- móntame- le susurro al oído mientras sostenía sus caderas, el podría impartir un ritmo, pero seguramente en medio de la pasión podía perder el cuidado sobre el humano y amenazar con romperlo, era mejor para su amante de una noche que marcara el ritmo por si mismo, por supuesto esto no quería decir que en algún momento no tomase un poco el control para presionar mas sobre si mismo, buscando mas placer.

Sus colmillos presionaron contra la oreja del otro y rasgaron apenas un poco la piel lamiendo las gotitas de sangre que bullían de la piel caliente, la endorfina entraría un poco en el joven pero no con la misma intensidad que una mordida asi que no provocaría el orgasmo del chico…no, el siempre mordía después de este, aumentándole intensidad y disfrutando de la dulce y caliente sangre inundando su boca y sus sentidos.