Te encontré en la oscuridad [Maryeva Aude]

No todas las noches se podía apreciar las estrellas de este modo. Comprendí lo afotunada que era al tener esta libertad que a ciencia cierta ninguna joven de una clase alta, como la mia, podria darse en lujo de disfruta. No solo por lo inoportuno y mal visto, sino por los peligros que depara la noche y mucho mas estas zonas alejadas del centro de Paris.
Había montado a "corazon negro" - un caballo pura sangre que desde mi llegada a Francia me había acompañado- y me dispuse a dar un lindo paseo por las afueras de la ciudad.
Pero no es lo mismo el poder andar por tus propios medios que estar subido a un animal que aunque te conoce, se da cuenta que no eres un ser común y esta siempre espantándose por todo y por nada. Decidí dejarlo atado a unas ramas y me eche a andar por un camino que parecía bastante seguro, pues la luna lo iluminaba todos y mis ojos podían distinguir bien todo con la escasa luz. Era como un terreno descampado, con pocos arboles altos pero con arbustos mediano que daban a esa hora de la noche un aire fantasmagórico.
Caminaba ensimismada pensando en la forma de conseguir aliados que me ayudaran a cobrarme algunas cuentas que me debian. Cuando sentí justo detras de mí como si un animal que intentaba cazar una presa. Mis reflejos fueron mas rapidos y me di vuelta, institivamente saque la daga que tenia escondida en la faja del traje de montar y me dispuse a atacar.
Cuan grande fue mi asombro, al ver a un joven. me austé por lo palido y enfermo que parecia. Estaba muy debil, de rodillas frente a mí y con una cara de perplejidad y angustia.
No era un bandido, porque en ese estado no podría haber robado a a nadie, tampoco un satiro, por la misma razón, con un golpe bastaba para tirarlo al piso.
A demas el esfuerzo que había hecho por tratar de atrapar me le había quitado el aliento.
Me acerque con mucho cuidado, siempre a una distancia prudente, no tenía mucho conocimiento, pero sabía que xistían seres sobrenaturales, si hasta no hacia mucho tiempo había tenido de amigo a un vampiro, pero él nunca había tratado de morderme.
Decidí que era uno de esos seres, parecía que no se había alimentado por días. Miré a todos lados y cuando advertí que estabamos solos le dije, mirandolo a los ojos.
- No pienso ser tu cena, pero tampoco puedo dejarte así, para que nuestros enemigos en común hagan contigo un festin. - aclaré mi voz antes de decir lo que se me había ocurrido, era en verdad una locura pero no encontraba otra salida.
- Prometeme que si te ayudo, no pondras en peligro mi vida y me ayudaras si alguna vez te lo pido..Esperé paciente su respuesta, en ese momento parecia no poder hablar asi que di por sentado que el silencio significaba un si.
- Esto es lo unico que se me ocurre... te doy de mi sangre para que puedas pararte y te llevo en mi caballo hasta algun lugar donde puedas cazar una presa. Si intentas pasarte de listo, te dejo sin tu linda cabecita - me sonrei maliciosamente mientras le mostraba la daga de larga hoja y de doble filo - entiendes?
Hice un hondo suspiro y me puse a su espalda coloque el filo de la daga en su bella garganta y mi muñeca a la altura de su boca.
- Por favor no seas bruto, yo me quedo sin muñeca pero tu sin cabeza. - Inspiré y contuve la respiración livida, esperando el mordisco del vampiro.

Sus colmillos se clavaron en mi muñeca como si fuesen espinas filosas y luego una sensación realmente extraña, algo así como cuando un ternero se alimenta de su madre, entre desesperado y agradecido, pero al ir recuperando sus fuerzas, el movimiento era mas exigente y sentí que si no se paraba pronto me iria debilitando. Apreté solo un poco el puñal en su blanquisimo cuello para que fuera deteniendose. Era realmente un ser bello, sus cabellos de un dorados cobrizo, sus ojos penetrantes y hermosos, que estaban entornados como si lo que estuviera haciendo no fuera alimentarse sino... - me puse roja por lo que se ma había pasado por la cabeza - seguí observandolo y a cada segundo sus fuerzas reaccionaban mejor.
Soltó mi muñeca y usando el pañuelo bordado que tenía escondído en el bolsillo del traje vendé la mordedura.
Se incorporó con dificultad, dijo que se aliaría a mi para conseguir mi venganza - en esos momentos la anhelaba con toda mi alma - solo debía llamarlo - entonces pense... a donde? - , se quedo unos instantes mirandome fijamente, como escrutándome, eso me turbó, era como si de pronto sintiera que ese vampiro podía leer mis pensamientos, traté de poner mi mente en blanco para que él no pudiera entrar en ella.
Acercándose, tomo mi mano y se presentó, - Zayn Luam´s, repetí en voz baja - luego la beso, no pude controlar una sensación de frio recorriendo mi espalda. Era como que desde el acto de beber mi sangre un hilo invisible me uniera a él - que he hecho... si, ya se me pasará, es el efecto de su mordida, como cuando algo te pica o muerde, es como si su veneno corriera por mis venas... no... era... como si una infinitésima parte de Zayn, corriera por mi torrente sanguineo, como si fuera un tósigo -
Divagando, como estaba, no escuché cuando el se dirigía a mi caballo y ya muy cerca de la montura lo escuche decir que esas fuerzas no le serían suficiente por mucho tiempo. Me apresuré a llegar a su lado, y subír al caballo. Lo miré desde arriba y le dije, - Sube, pero no me mires el cuello, ni intentes tomar mas sangre. Dime a donde quieres que te lleve y lo hare. Trataba de que mi voz saliera con firmesa, como enojada, no quería mostrar debilidad.
Esperé pacientemente a que montara, temiendo que al ponerse atras de mi, tomara mi cuello y se bebiera lo que quedaba de sangre, pero confié que un pacto es algo de caballeros y aun siendo un vampiro debería actuar en consecuencia.
El caballo se movio inquieto, estaba acostumbrado a un cambiaforma, pero llevar ademas a un vampiro era algo que el pobre animal no olvidaría en su vida.
- Oh!, disculpa, que descortes he sido, mi nombre es Maryeva Aude, - aseveré con una voz mas dulce acorde a mi modo de ser - y seguramente ya te has dado cuenta soy un cambiaforma. - no le dije de que tipo, no quería darle tanta ventaja - Ahora dime adonde vamos?

Zayn, trató de subir al caballo, pero este caracoleaba y lebantaba las patas delanteras parandose en los cuartos traceros. Le acaricié el pescuezo y hablandole suavemente al oido lo tranquilicé. Aún así, bufaba y masticaba furioso su freno. Se dejo montar, aunque sentía como bajo nosotros el animal temblaba.
Cuando por fin pudo subir comenzamos a paso firme el camino hasta la vieja construcción que él había mencionado. En mis noches de paseo felino había visto que era un lugar de indeseables, borrachos, asesinos y violadores que se escondian de la justicia. mas de una vez había hecho que alguna jovencita se salvara asustando a sus captores convertida en pantera.
Podía sentir que le costaba mantenerse erguido - seguramente no querrá recostarse en mi espalda, pretende comportarse como un caballero, pero se nota que sus fuerzas no le son suficientes - entonces le dije - Aférrate fuerte, trataré de acortar distancia y si no lo haces bien creo que te dejaré por el camino. Apoyate en mi, pronto podras alimentarte.
A lo lejos divisé la construcción, como creía, se encontraban en ella tres o cuatro hombres.
Dejamos el caballo atado en uno bosquecillo, miré al vampiro y le pedí que se escondiera a poca distancia de la cabaña. Mi intención era aparentar ser una joven extraviada, una presa facil, para los delincuentes. Sabía que no dejarían pasar la oportunida, una chica sola e indefenza, en cuanto me vieran querrían divertirse a mi costa.
Me pareció que sus fuerzas cada vez eran mas debiles.
- Aguanta y prepárate, te traeré una presa, luego te serviras tu solo de los demas.
Me dirigí con pie inseguro, a la zona donde se encontraban los delincuentes. Como pensaba uno de ellos, se codeó con los otros y escuché cuando le decía a los demas que cenaría una palomita.
Cuando caminé internandome en el bosquecillo intuyendo que ese asesino me seguía, no pude contener una sonrisa de placer, si Zayn no lo secaba como un fruto deshidratado, yo le destrozaría con gusto el cuello.
Divisé a mi nuevo acompañante y socio, entre un grupo de arboles, sus ojos parecian centellar en la oscuridad.
Me di vuelta y sonreí con picardia al hombre que me seguia.
- Quieres probar esta cervatilla?, tendras que alcanzarme - le dije mientras pasaba al lado de Zayn. - Todo tuyo - susurre - buen provecho.
Solo sentí una exclamasión ahogada y supe que el vampiro se estaría alimentando.

Me detuve a pocos pasos de donde él estaba y cuando escuché que decía "listo" me di vuelta, con una expresión de triunfo y complicidad en mi rostro pero ésta se desvaneció, cuando en menos de un segundo, cruzó los metros que nos separaban tomándome por los hombros y lanzándome con fuerza contra el tronco de un arbol.
No podía creer lo que me estaba haciendo - pero si yo lo ayudé, pensé, que estúpida fui por creer en él -, mi cabeza me dolia al igual que mi espalda, estaba mareada y un ardor en el costado me hizo llevar mi mano hasta mi cintura, la sentí húmeda y pegajosa, la levanté para ver que me había pasado y descubrí que estaba herida - sangraba profusamente y no entendía el porqué.Busqué con la mirada a mi compañero y lo ví con su camisa rasgada y sangrienta, me dí cuenta que tenía una herida en su abdomen y que miraba con fijeza a algo que tenía en frente. Giré la cabeza y pude ver que era un cazador.
Quise incorporárme, transformárme para ayudarlo, pero mis fuerzas me dejaban, la sangre que perdía mas la que le había dado a Zayn me habían dejado extenuada.
- cuidado!!! detras tuyo hay otro!!! - mi voz salia tan devil que no creí que me pudiera escuchar. - No Dios otra vez no. No dejes que le hagan daño. Que estaba pidiendo? si él era un engendro del demonio, segun los cazadores e inquisidores y yo suplicando nos salvara - huye deja que me atrapen pero huye. En ese momento sentí que me caragaba y corría conmigo en sus hombros y entonces me desvanecí.

En el momento que me desvanecia, sentí como me llevaba en sus brazos. Por largos segundo caía en la inconsciencia y en otros volvía a despertár.
En los momentos de lucidez, podía escuchar sus pasos entre la hoajarsca del suelo. Mi herida había dejado de perder tanta sangre pero aún me empapaba la blusa y el justillo.
En determinado momento me tendió en el suelo - Soy una carga, si no me dejas te atraparan - le dije con las pocas fuerzas que me restaban. - huye - Pero él pareció no escucharme, su rostro demostraba la preocupación que vivía. Mantenía los ojos cerrados y trataba de tranquilizarme. Oí cuando razgó una tela y se acercó a donde me encontraba - mis sentidos auditivos y olfativos estaban muy alertas apesar de mi debilidad. Podía distinguir todos sus movimeintos pero tambien los lejanos pasos herráticos de los cazadores. - Me envolvió la cintura con su camisa razgada convertpida en venda y luego volvió a cargarme en sus brazos. Uno de mis brazos colgaba a un costado y con el que tenía libre acaricié su mejilla y traté de articular un gracias - volví a desvanecerme -.
Entre la nebulosa de la inconciencia, pude escuchar sus palabras suplicando que no me diera por vencida, pero tambíen escuchaba a los pájarós que antes de que los primeros rayos del sol llegaran ya comenzaban a festejar la mañana.
No sé cuantos minutos estuve totalmente incociente pero cuando reaccioné, me di cuenta que me encontraba en una construcción, cálida y confortable. Me encontraba recostada en una cama y una mujer me había acercado a la nariz un quemadizo que me despabiló.
Trabajaba en total silencio, moliendo hierbas y granos en un almirez, mezclándolo con otros elementos. La observé, sus ojos eran enormes y dulces de un color celeste azulado, su palidez me sorpredió y sus cabellos rojizos ensortijados me hizo recordar a mi nodriza, Eileen, quien era de sangre celta y que por sus venas corrían la sangre de grandes druidas, seguramente que por las venas de esta bella mujer tambien correrían dichos ancestros. Pude notar que era una gran herbolaria. De pronto me acordé de Consuelo, ella me podría ayudar, pasaría mi convalescencia en su casa.
Me ayudó a sacarme la venda improvisada, el justillo y la blusa dejandomé el torso desnudo - Aunque estaba debil me daba mucho pudor que alguien viera mi desnudez. -
Trajo un bebedizo y me apuró a tomarlo, en cuanto lo hice quedé profundamente dormida.
Volví a despertar - supongo - varias horas despues, me latía la herída, seguramente tubo que coserla. Aun media dormida pude escuchar que los pájaros comenzaban a dejar de cantar y que la temperatura menguaba.
Abri los ojo, dando un profundo suspiro, y... lo primero que ví fueron los intensos y bellos ojos de Zayn. Extendí mi mano y le acaricié la mejilla, el cuello y detuve mi mano en su pecho.
- Gracias... por salvarme, por traerme a está mujer sabia, por preocuparte. Ya puedes irte, has saldado tu deuda, si alguna vez la tuvisteis, pero yo nunca te la hubiera hecho pagar, - mi mano descendió aun mas hasta su abdomen y comprobé que su herída, mucho peor que la mía estaba curada - me alegro de que te pudieras recuperar pronto - sonreí, me dio gracia la estupidez que había dicho. Era un vampiro, es lo que hacen cuando se los hiere, se curan rapidamente -.
Crucé mis manos en mi pecho y volví a suspirar. mi vísta volvió a sus ojos, claros como el cielo diurno. - No quisiera molestarte, pero necesitaría que traigas un vehiculo, no podré moverme a caballo. Ni volver a la casa de mis familiares así. Tendré que pasar unos días en la residencia de una buena amiga, - Mantenía mis ojos en los de él, me daba la sensación que en ese contacto estaba más segura - ademas, podrías visitarme si lo deseas - Le sonreí. Que acababa de decir? me sonrosé apenas.
Entonces me di cuenta que lo único que cubría mi desnudez eran las mantas de la cama - sentí que la poca sangre que me quedaba se agolpaba desde mi pecho a las orejas.

Zayn, se levantó a buscar un camisón para mí y al hacerlo me miró de una forma que me pareció en verdad extraña. No podía resolver por qué, pero el solo hecho de que se hubiera alejado unos instantes me parecían eternos. No era lógico, recién lo conocía y me resultaba necesario e imprescindible que estuviera a mi lado.

Menee la cabeza en un movimiento de negación - no esto no era lógico - pero ahí estaba, sintiéndome una niña indefensa si él se demoraba.

Por un segundo pensé - fue a buscar una ropa de dormir, pero yo sola no puedo ponérmela. Espero que la muchacha me ayude porque no sé qué haría si él me pusiera el camisón.

Con muchísimo cuidado, pero más repuesta, me senté en la cama. No podía flexionar las piernas hacia mi vientre porque me tiraban las costuras y el dolor era - aunque soportable para mí -molesto. Tironeé las cobijas y me tape hasta la barbilla. Con los ojos enormemente abiertos, miré expectante la entrada de Zayn a la habitación.

Por suerte - más porque me ponía muy nerviosa que por otra cosa - entró la muchacha y me ayudó a ponerme la ropa de dormir. Antes revisó la herida y su sonrisa me hizo comprender que estaba curando rápidamente. Tuve un poco de temor ya que se daría cuenta a simple vista de que ningún humano se puede curar tan rápido y tanto Zayn como yo teníamos las ropas rotas y ensangrentadas y tanta sangre denotaba que las heridas eran graves, casi mortales. Entonces, como dos humanos podían sanarse casi por ensalmo? solo siendo seres especiales. Pero, pude sentir que ella tampoco era lo que aparentaba y que por lo menos no estaba en contra de nosotros, no nos entregaría, porque no deseaba que la inquisición tocara a su puerta.

Cuando me hubo terminado de curar la herida y ayudado con la ropa. Dijo algo en latín "The Via est longa vita, non erit tempus, ut suscipias me" *, me costó traducirlo mentalmente pero gracias a las cartas que en secreto manteníamos con Consuelo, pude entender de algún modo la podríamos ayudar en el largo camino de la vida. Que ella como mi dulce hermana, era una bruja.

- Si, seguramente tendremos tiempo de devolverte el favor, pero igual muchas gracias. - Sonrió complacida de que le hubiera entendido y se retiró sin casi hacer ruido.

Necesitaba de la compañía de Zayn. Miré ansiosa a la puerta que continuaba cerrada. - Donde estaría en esos momentos? porque no venía a estar a mi lado? - pensé – tal vez esta sensación de necesitarlo es solo mía y a él no le ocurre lo mismo.

* El Camino de la vida es largo, ya habrá tiempo para que me ayuden

Vi a la mujer tomar un gran camisón de color salmón, sonreí un poco al imaginarme a Maryeva usándolo, ella me miro fijamente y en ese momento comprendí que ella era algo mas que humana, le vi dando la vuelta y desapareciendo al cruzar a la derecha justo a la habitación donde se encontraba aquella persona que empezaba a ocupar mi cabeza, baje a paso lento aquella viejas escaleras haciendo un poco de tiempo mientras podía volver junto a Maryeva.

Vaya -dije asombrado-

en un cuadro colgado justo en la pared que se encontraba frente a mi pude observar un verdadero arte, era una pintura que mostraba la soledad de manera tan llamativa y tétrica, con cierto relieve en el contorno de las nubes y montañas, era bastante grisáceo y solo se distinguía una pequeña luz de donde se podían ver dos siluetas, lo descolgué de la pared donde se encontraba y al instante cayeron unas cuantas cartas y fotos.

"Que hacéis¿?" -escuche de pronto a mis espaldas-

Mira la cara pálida de la muchacha mientras recogía todo aquello que se había caído

Lo lamento -dije mientras intentaba ayudarle- lo que ocurre es que me ah gustado mucho este cuadro -dije tomándolo con fuerza del marco y acercándolo mas a mi rostro-

"Bien" -respondió con voz neutra- "seria bueno que vayáis con la joven, se encuentra un poco ansiosa por veros"

Le quede mirando y sonreí, me gustaba que sintiera mi ausencia aunque a mi no me gustase sentir la suya, eso quería decir que se sentía tan segura a mi lado como yo al suyo.

Podría llevarme el cuadro para que ella lo viese? -pregunto dudan su respuesta-

Al ver su asentimiento, le guiñe un ojo y camine sonriente escaleras arriba, respire profundo y cerré los ojos, me adentre a la habitación y me acerque.

Hola -dije sonriente acercándome bastante- quiero que veáis esta pintura -dije colocandola en sus piernas- veis este paisaje triste? -pregunte para luego continuar hablando- en el hay esta pequeña luz donde se ven dos sombras -señale aquello mientras mis ojos se clavaban en aquella pintura- esas sombras somos nosotros -dije mientras sonreía- así estaré yo para ti, como una sombra que te protegerá y ayudara siempre que lo necesites

Coloque mi mano en su barbilla y mirándole fijamente sonreí.

No creas que es por deuda -hice una pausa para alejarme un poco- te quiero proteger porque me nace hacerlo

Un sonido en la ventana, me hizo caminar hacia ella y asomarme con cautela[/i]

Zayn, apareció sonriente, se notaba que estaba tranquilo y eso a mí me tranquilizaba mucho, esperaba que los inquisidores y cazadores no encontraran nuestro refugio. Temía ya no solo por nosotros dos, sino también por aquella muchacha que nos había ayudado.
Cuando entró a la habitación me sorprendió que trajera entre sus manos una pintura, Con delicadeza la puso en mis piernas y me explicó que significado le daba al cuadro. Me gustó muchísimo su forma velada de decirme que estaría conmigo cuando más lo necesitara. Estaba tan concentrado en la explicación y en la pintura que no me veía como lo estaba observando y que mis ojos se acuaban y mi rostros se sonrojaba. No era solo por lo que él estaba diciéndome en ese momento, sino por el hecho que ese cuadro me recordaba algo que había leído junto con mi madre en la biblioteca de la mansión de mi infancia. - En mi mente se plasmó la ilustración del libro donde mostraban una imagen similar pero esta era una representación de la ascensión de las almas al cielo, pintada por un herético, Hieronymus Bosch, se decía de él que tenía un acercamiento con lo sobrenatural, que pintaba en total oscuridad y que un ser le indicaba que plasmar. Pensé que tanto Zayn y en mí, teníamos las puertas vedadas a ese cielo que representaba la luz. Pero que a pesar de todo nos teníamos el uno al otro -.
Sequé furtivamente mis mejillas con el dorso de la mano y sonreí cuando él se giró y me miró.
Algo llamó su atención, porque en un instante estuvo junto a la ventana observando el exterior de la vivienda. La tarde ya se había convertido en noche y todo ruido se volvía más audible.
Me senté en el borde de la cama, a cada instante me sentía más fuerte. Pensé en vestirme, si él creía que sería mejor abandonar la construcción, me llevaría un momento hacerlo.
- que sucede, Zayn? - agudice mi oído pero no lograba distinguir nada.

Zayn tenía razón, debíamos abandonar ese refugio. La noche nos daba una oportunidad muy importante para despreciarla y además estaba en juego la seguridad de la muchacha que nos había ayudado. Volví mis ojos a la pintura y con la punta de mis dedos acaricié la sombra que él me había dicho que lo representaba.
En verdad no me importaba morir. Cuando pierdes todo, cuando lo que le daba sentido a tu vida ya no está, vale tan poco vivir un día más o un día menos – En mi mente se presentaron unos ojos azules como el cielo de la mañana y una sonrisa expansiva y cristalina como el cantar del arroyuelo que bordeaba los límites de mi estancia. Era, el recuerdo de alguien a quien había amado muchísimo y que no pude defender. – Mis manos se crisparon – no, me dije mentalmente, no dejaría que le pasara nada a este ser que me estaba devolviendo las ganas de vivir, de tener un amigo, de reír, de soñar.
Le sonreí tristemente y suspire, ese lugar había sido como un santuario, un lugar apartado del mundo que nos había permitido conocernos mínimamente y deseaba seguir haciéndolo, aunque perteneciéramos a mundos tan opuestos, tan diferentes. En este lugar nimbado en donde nos habíamos disociado de todo lo exterior, ya no estábamos seguros y era indispensable pensar en otro refugio no muy distante.
Mientras él se alejaba y desaparecía tras la puerta, me fui levantando poco a poco, el esfuerzo hacía que por momentos la herida tirara y una tiara de pequeñas perlas de sudor adornaban mi frente. A pesar de eso pude vestirme. Sobre una silla, me habían dejado un vestido sencillo, de color parduzco – claro pensé que pretendías, un azul de Prusia, con bordados en plata?, reí al pensar en algo tan superfluo en un momento complicado. Es que deseaba verme linda para él. Me sonrose. Mi vestido había ido a parar a las llamas de una hoguera, no convenía dejar rastros o vestigios que acercaran a nuestros perseguidores -.Las botas no me las podía atar sola pero por suerte, entró la mujer y con su ayuda me la arregle hasta con mis cabellos.
Traía un zurrón con alimento para mí y dos pequeñas botas de vino, me las extendió, mientras me explicaba que una contenía una tisana para el dolor de la herida y la otra sangre de un cordero que ella había sacrificado esa tarde. - Como hizo para que aquel liquido se mantuviera sin corromperse? no me lo podía imaginar, solo mediante un encantamiento y no se lo preguntaría tampoco. Ya veríamos si confiaría en tomarlo o no - Agradecí y me lo puse al hombro del lado que no tocara la herida.
Caminamos hasta la puerta y la abría me apoyé en la joven. Del otro lado se encontraba Zayn, Busqué su cuerpo como punto de apoy. La muchacha, caminó a prisa desapareciendo escaleras abajo.
- Debemos ir a la casa de mi hermana, ella nos ayudará. - mientras hablaba le extendí un papel con una dirección escrita en la bella y prolija letra de mi amiga del alma - toma, esta es la dirección de Consuelo Tejeda.
Comencé a bajar las escaleras y al encontrarme con la mujer en el rellano, nos informó que había preparado un caballo para que pudiéramos huir. Agradecí con una sonrisa y me di vuelta como buscando la aprobación de él.

Mientras Zayn se despedía de la mujer, tomé las riendas del caballo y monté con un poco de dificultada - la sensación era de quemazón, cuando la pollera del vestido rozaba el vendaje de la herida - me di cuenta que estaba todavía débil cuando por un segundo sentí que todo se movía y giraba, me aferre entonces más a la montura y tomé todo el oxígeno que mis pulmones podían soportar. Por primera vez podía observar la cabaña, ya que había llegado inconsciente a esta y no había salido de ella en ningún momento.
Era una bella y sencilla construcción de dos pisos, con techos a dos aguas, y varias salidas de chimeneas, parecía más grande de lo que pude apreciar adentro, claro como estaba no había podido inspeccionar la construcción como lo habría hecho de sentirme bien. Aunque mi apariencia externa fuera la de una mujer, no dejaba de tener la curiosidad típica de los felinos. Lamentablemente me quedaría con las ganas de conocer mejor el lugar. Tal vez más adelante Zayn me pudiera comentar algo de su recorrido por la casa. - Me sonreí pensando en que luego de todo este periplo volveríamos a encontrarnos y nos convertiríamos… al menos en buenos amigos…o algo más?, se tiñeron mis mejillas de rubor de solo pensar en… algo más! - Pero entonces, al volver la vista a donde ellos se encontraban, escuché que él le decía palabras dulces y tiernas a la mujer y que esta se reía suavemente. - sabía que no tenía ningún derecho sobre él y que ni siquiera era, hasta este momento, un amigo. Que lo había encontrado en medio de la oscuridad y que me había querido morder – como podía importarme entonces? – en ese momento un sentimiento de rabia y celos me invadió y estuve a punto de espolear al animal y salir huyendo de ahí - el dolor molesto de la herida me trajo de vuelta a la realidad y buscando calmarme acaricie dulcemente la crin del caballo.
Para distraerme pensé cual sería el camino más adecuado y seguro para llegar sin ser vistos a la casa de Consuelo. Mentalmente fui haciendo aquel recorrido. Deberíamos tomar la salida oeste del bosque – la más tupida y menos iluminada, aunque eso también conllevaba a que nos salieran al encuentro otros vampiros, licántropos que estuvieran buscando presas -. Luego rodear la laguna, adentrarnos en el sector del hospital, cuidándonos de los cazadores que merodeaban esa zona en busca de los seres que iban a curarse al antiguo centro y seguir derecho hasta los campos sembrados. Allí en una pequeña Villa se encontraba la Petit Villa Abreu, una bella construcción del siglo XVI, perteneciente a unos condes que tras la revolución habían perdido además de sus campos la cabeza en la sanguinaria Madame Guillotin. Cada vez que iba a visitarla me sorprendía su acertado modo de arreglarla y como florecía nuevamente en la elegancia y cuidado de Consuelo. Una hermosa construcción de piedra, con ventanales altos y angostos, de tres pisos, con pequeñas mazmorras convertidas en bodegas y pasadizo secreto que tenían su salida en un pequeño bosquecillo al final de la propiedad en la zona del cementerio. Como toda propiedad de la nobleza poseía su propio campo santo y era un muy buen lugar para ocultar la salida o entrada secreta de la mansión. – Deduje que era el mejor lugar para entrar sin ser vistos - Sabía dónde Consuelo me dejaba una llave para entrar cuando me encontraba de rondas nocturnas y se adelantaba la madrugada, obviamente no podía llegar a la Mansión Buganvilla convertida en un puma o una pantera – que eran las formas que tomaba si mis salidas eran nocturnas -.
Miré a donde se encontraba Zayn y le dije - Deberíamos partir, antes de que los soldados del inquisidor nos alcancen. - vi que su rostro se turbaba, - que estaría pensando? Seguramente no le gustaría dejar a su… lo que fuera… en ese lugar sola y con las posibilidades de que llegaran cazadores - nos queda un largo camino y aunque la noche es larga nos llevará su buena parte el poder llegar a destino. – traté de que mi sonrisa no fuera falsa al dirigir una mirada a la mujer, aunque sabía que no lo había logrado.
Desvíe mi mirada por si esos dos necesitaban despedirse de una manera más... intima - otra vez la oleada de celos se quiso imponer a lo conveniente - , hice caracolear al caballo, poniéndolo, como era de suponer, un poco molesto y confuso.
Había quedado en una postura que me ponía justo delante de ellos en el momento en que él la abrazaba. A pesar de ser una noche bastante gélida, sentía que el calor me consumía las venas. - Si... reflexione, siempre fui una mujer demasiado celosa, posesiva... y era algo que no podía cambiar, no por el momento. - Acerqué la montura a la pareja, buscando separarlos. Me quedé mirándolo a los ojos fijamente, bastante turbada y molesta conmigo misma por dejar tan en evidencia mis sentimientos.

Parte del camino lo hicimos en un total silencio solo se podía oír el paso del animal en la hojarasca. Me sentía pésima, más porque estaba muy molesta conmigo misma por haber actuado de esa forma prepotente e inmadura delante de la joven y de Zayn, en verdad me sentía mortificada. Nada me unía a él para pedir ciertos derechos que no me correspondían ya que solo éramos amigos y por cierto muy reciente.
Cuando él me abrazó suavemente al acomodarse en el caballo, un escalofrío recorrió mi cuerpo, el hecho de sentir su respiración tan cerca me alteraba. Pero no era miedo porque él se alimentara de mí, no ese miedo no existía y si lo hubiera querido no se lo impediría, intuía que me cuidaría a pesar de su hambre y también era consiente que no sería digamos ninguna presa fácil, ni para él, ni para nadie, aunque en este momento me encontrara herida.
La luna iluminaba el sendero en el bosque y nos permitía ir bastante rápido por sus zigzagueantes y peligrosos caminos. Al acercarnos al hospital, aun dentro del bosque, noté que Zayn estaba muy inquieto, me dijo que detuviera el caballo, salto de la grupa y se internó por uno de los senderos secundarios. Agudicé el oído y pude escuchar un tipo de ensalmo o frases cadenciosas y me parecieron típicas de los brujos, a los que más de una vez, en este bosque, había espiado. Lo vi volver apurado y sin hacer un mínimo ruido, su agilidad para moverse era asombrosa.
Seguimos camino mucho más aprisa, él se dio cuenta que con el espectáculo que estaban haciendo esos brujos llamarían la atención de los cazadores y mi herida estaba todavía bastante fresca, tanto así que él se había percatado que por momentos sangraba. Teníamos que llegar velozmente a destino o podría infectarse y ser más difícil de curar.
Cruzamos las callejuelas que circundaban uno de los edificios del Hospital Mental, con sus grandes muros y su edificación en piedra de varios pisos, de ventanales altos y delgados que daban la sensación de ser ojos extremadamente abiertos de color amarillo ámbar, un ser demoniaco que se despertaba en la mitad del lugar como si tratara de engullirse la ciudad. Por momentos el viento ululante traía hasta nosotros los gritos de algún demente o alguna víctima de esos seres que bajo la apariencia de hombres nobles, cometían hechos espantosos con los pobres enfermos.
Los cascos del caballo golpeaban en la calle empedrada y mal iluminada, a los costados se podía ver uno que otro mendigo arropado con andrajos tratando de cubrirse del frio - más de unos quedará helado esta noche - pensé - cuan cruel puede ser la vida para los seres humanos. Eran como bultos esperando ser recogidos por otros seres tan trágicos como ellos. – Me acordé de una ilustración que de pequeña helaba mis venas, era un asno tirando de una carreta en la cual había bultos como estos y detrás de ella seres humanoides con cabezas de pájaro de picos largos y ojos saltones. Mi madre me había explicado que eran los encargados de levantar los cuerpos de los infectados por la peste en estos países allá por el año 1000 – es algo dantesco susurre.
Nos dirigimos a las afueras de la ciudad, el miasma de putrefacción que nos había envuelto en las cercanías del hospital se desvanecía y el viento frio y cortante acariciaba las copas de los árboles y algunos matorrales.
- Zayn, no crees que deberíamos descansar? nos queda mucha noche y no muy lejos de aquí esta nuestro refugio. Además no te has alimentado y tal vez quieras cazar algo para ti.
Sabía que él estaba muy cerca de mi cuello y que su respiración era un poco entrecortada, lo que no tenía claro era, si eso se debía a que estaba nuevamente hambriento o algo lo inquietaba.
- Está todo bien? - pregunté mientras me quedaba en silencio esperando su respuesta.