Blood (Angelo)

por **Summer J. Abadie** Lun Feb 13, 2012 11:46 am

Mi mansión nueva se veía espectacular, había que admitirlo. Le había arreglado hasta el más mínimo detalle a esa vieja casona y ahora había quedado digna de la realeza. Mi nuevo barrio era de ricos, pero no demasiado lejos a los típicos lugares donde solía conseguir a mis víctimas. Así que no tuve que caminar mucho aquel frío anochecer hasta llegar a un callejón oscuro y con unos centímetros de nieve.

Extrañaba la época de La Terreur, esos momentos en que París estaba teñida de rojo, del dulce olor a sangre. Aunque por otro lado había tenido que ocultarme mucho mejor y privado de mis actuales lujos. Una época dura, a decir verdad, pero completamente necesaria. En cuanto al peligro y al miedo que la gente había pasado, era insignificante para mi. Mi único peligro lo representaba la iglesia, con su quema de brujas y persecuciones a las razas sobrenaturales. Aún no me había topado con nadie de la Inquisición, y esperaba poder seguir con esa suerte por mucho tiempo más, aunque sabía que no iba a ser así. Poco sabía, también, de las demás razas. Estaba desconectada del mundo sobrenatural casi por completo.

Me incliné hacia adelante, logrando divisar una figura en el fondo de la callejuela. Necesitaba sangre con urgencia. Adelanté unos pasos hasta donde se encontraba la persona y logré verlo más de cerca. Era guapo, lástima que la suerte no le ayudara a sobrevivir.

por **Angelo Tempest** Lun Feb 13, 2012 4:19 pm

Joder. Golpe con fuerza al hombre scandolo fuera del bar. Que se habria creido. Tratar de semejante manera a una dulce dama como era aquella. No tenia verguenza alguna. Le golpe otro gancho estrellándole contra la pared. Luego me acerqué con fuerza y le cogí por el cuello de la camisa.

-No vuelva a acercarse a la dama me escucha? O será lo ultimo que haga. Y no doy dos oportunidades. -Le suelta.- Largo de mi vista....

Le observa alejarse y mira su mano dolorida maldiciendo mientras se coloca bien la chaqueta y la corbata. Esta chusma de la baja poblacion solo causaba problemas colandose en lugares de alta clase. Más metiendose con bellas damas. Y un caballero como él debia ser quien saliese al encuentro.

Entré de nuevo al local acabé mis whisky pagué y sali del lugar caminando con las manos en los bolsillos. Habia sido una buena noche. Incluso habia podido desarrollar mis musculos. Por desgracia no habia encontrado ninguna mujer de momento perfecta para esta noche. Quizás hoy no tocase. Tampoco me importaba.

Las damas hay que saber tratarlas y si cae alguna mejor aun. Rei ligeramente mejor salir de este tumulo de gente.

Me dirijí a unas callejuelas el sitio perfecto para cambiar de forma y largarme a casa lo más rapido posible. Mañana debia ver unos papeles para padre...Y...oh quien es esa mujer que se aceraba.

Algo en mi decia alerta. Pero me adelanté cogiendo su mano y besandosela con cortesia a la vez que hacia una reverencia sin perder de vista sus ojos.

-Buenas noches madame. Que hace sola por un lugar tan peligroso?

por **Summer J. Abadie** Lun Feb 13, 2012 4:36 pm

El chico pareció darse cuenta de mi cercanía. Se movió rápido, dejándome poco espacio y tiempo para reaccionar, pero de todos modos no quise alejarme de donde estaba. Mi instinto del peligro, ese don sagrado que tenía, latía en mi imperceptible, indicándome que no había un gran peligro alrededor pero que estuviera alerta, tensando mis músculos casi que por reflejo.

Y en cuestión de segundos allí estaba, tomando mi mano y besándola, mirándome a los ojos. Oh, acabar con un Don Juan, que lamentable pérdida de tiempo. No había nada que él pudiera hacer para detener mi propósito esta noche. Por más que se veía guapo y apetecible para otro tipo de cosas más que para tomar su sangre era un lujo que no iba a permitirme. No quería ponerme débil, no podía darme el lujo. Aunque quizás si pudiera divertirme un rato antes de ir a por sus principales conductos de sangre. Si tan solo supiera que el peligro era mi moneda más corriente...

-Buenas noches, señor-respondí en una voz aterciopelada, utilizando mi persuasión sobre él para atraerlo hacia mi. -Lo siento, es que me encuentro perdida por estos lares. No suelo frecuentar este tipo de calles, mucho menos sola y por la noche. Supongo que perdí el camino a mi hogar.

Me abracé a mi misma e hice una pequeña mueca, mirando alrededor.-Uhh... que frío. Usted vive cerca de aquí?

por **Angelo Tempest** Miér Feb 15, 2012 1:04 am

Le solté la mano dulcemente sin daño o brusquedad en ninguno de mis movimientos. Le miré en silencio con la caballerosidad máxima que desprendían mis poros. Era una mujer especial. Podía verlo por varios rasgos. Su tacto su temperatura, su hermosa voz. Su irresistible carácter. Pero no por ello iba a acobardarme. Alguien como yo nunca se acobarda y menos ante una buena mujer.

Continúe mirándole mientras con un ligero y ágil movimiento retiraba la chaqueta de mí y se la tendía a la dama sobre los hombros con cauteloso cuidado.

-Mejor así madame. No puedo permitir que una dama tan hermosa como vos este aquí pasando frio innecesariamente. –ME alejé unos centímetros sin dejar de mirarla. – En efecto este no es lugar para frecuentar en soledad nunca sabe lo que puede esperarte en una esquina verdad madame?- Sonreí de lado con el doble efecto de mi frase y le cogí la mano. –Por desgracia madame mi casa nos e encuentra cerca de aquí. Se sitúa algo alejada. Me disponía precisamente a volver a casa. Cuando la he visto tan oportunamente acercarse a mi persona.

La miré de nuevo y cogiéndole una mano la observé mientras la otra en un ágil y hábil movimiento sacaba una hermosa y espectacular pluma de halcón negro. Con aun más delicadeza se la tendí a la mujer. Los halcones eran aves valiosas pero escasas o nulas en ciudades así. Le hice otra reverencia una vez que tomó la pluma entre sus manos.

-Permítame que me presente madame. Soy Angelo Tempest para servirle. ¿Desea pues que la saque de estos callejones oscuros? Si lo desea puedo conducirla.

por **Summer J. Abadie** Miér Feb 29, 2012 11:04 am

Sonreí internamente cuando me puso su chaqueta alrededor de los hombros, todo un caballero inglés. La sostuve alrededor de mi cuerpo con cuidado y logré sentir su aroma. Olor a cuero, a hombre. Lo guardé en mi infallable memoria. Suspiré inaudible mirando hacia el cielo por unos segundos, observando las nubes. Solo un poco más...

-Muchas gracias- bajé la mirada, sin soportar la de él sobre mi. Por un momento la sed quedó a un lado y tuve un gran remordimiento. Pero la necesidad ganó a los principios. Negué con la cabeza ante lo que dijo. En efecto, era un lugar peligroso para una mujer corriente.

Me quedé mirando sus ojos cuando sacó una pluma negra. Era extraña, no había visto una así nunca. Aunque no estaba muy informada sobre aves, parecía especial. La tomé entre mis manos sin siquiera pensarlo y la quedé observando, sonriendo cuando hizo una reverencia. Me quedé un tanto pensativa, tendría que hacerlo ahora o esperar a estar más cerca? Tragué saliva.

-De acuerdo. -puse una pequeña sonrisita-Pero no me gustan los lugares muy concurridos. -Me balanceé sobre mis pies, mirando el suelo y luego lo volví a mirar, acercándome y hablando con una voz seductora -A dónde me va a llevar entonces?

off. Lamento no haber respondido antes, estaba de vacaciones :c

por **Angelo Tempest** Dom Mar 04, 2012 5:27 am

Sonreí ante sus palabras y su hermosa voz. Estaba seguro de que no era una mujer corriente. No por ello iba a amedrentarme ni mucho negro. Para mi las mujeres son todas hermosas y valiosas. Todas pueden ser la perfecta dama o el ser más peligroso del mundo entero. Habia pues de todo. Y nada iba a negarme pasar un rato con una bella dama. Ni dos colmillos lo lograrían.

Galantemente le tendí mi brazo para que se cogiese a mi con calma con toda la educación que pude saliendo de mis poros.

-Por supuesto madame sus deseos son ordenes para mi.- Le guiñé un ojo y comencé a andar.- Dudo que a estas horas haya ningun sitio demasiado concurrido madame. Pero pensé que podríamos dar una vuelta y al menos sacarla de este oscuro lugar. Pues no pretendo por más que protegerla bella dama. No es otra que esa mi intención.

Besé la mano de ella con galantería sin romper en ningun momento el contacto con nuestro ojos antes de comenzar de nuevo a andar a paso lento pero decidido mirándola sonriendo.

por **Summer J. Abadie** Dom Mar 11, 2012 1:03 pm

Tomé su brazo con decisión pero suavidad y con mi otra mano acomodé un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Lo único que no quería era terminar en algún bar lleno de gente, odiaba las multitudes desde que pertenecía a la luna. Aunque los hombres fornidos, llenos de olor a alcohol y transpiración que te molestaban en los bares nunca habían sido de mi agrado por más que pudiera defenderme bien sola.

-Confío en sus buenas palabras, señor. Al igual que en sus intenciones- observé sus ojos con una sonrisita y luego caminé a su lado, dejando mis dedos de la mano libre jugar con los botones de la chaqueta que me había prestado. Luego volví mi atención a la pluma.

-De dónde ha sacado usted esta? Nunca había visto una parecida antes. Acaso es usted extranjero?-pregunté con curiosidad para sacar conversación, aunque si el hombre sabía algo de aves ya me sería difícil seguir la conversación con honra y sin meter la pata.

por **Angelo Tempest** Lun Abr 09, 2012 2:28 am

Sonreí ante su pregunta y negué delicadamente mientras saliamos de aquel callejón y comenzábamos a andar por una calle poco concurrida a aquellas horas de la noche.

-Soy de París madame. Y esta es una pluma perteneciente a un Halcón negro, de clase especial. Son veloces y poco comunes aquí menos en la ciudad. Residen más en altas montañas donde las presas son muchas y la tranquilidad y el espacio amplio.

Sonreí sin dejar de guiarla. Ciertamente ir andando quedaba lejos nuestro destino. Pero por otro lado estaba completamente seguro que seria del agrado de la dama. Pues era un sitio simplemente mágico. Y aunque habia compañía siempre podría contar a su vez con una soledad. Pero antes dabia acabar de comprobar las intenciones de la dama. Pues no era normal que una dama como ella se encontrase sola en un lugar y a esas horas.

-Y el lugar de procedencia de esta. Digamos que siento aprecio por las aves. En ocasiones me siento una más. –Sonreí de lado.-Cuento con un amplio espacio acondicionado y lleno de plantas y aves.

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