A tres minutos de la media noche [Privado]

por **Lucien Greymark** Miér Feb 15, 2012 11:06 am

Como siempre ocurría los días oscuros. Las noches de Paris seguían siendo tranquilas la mayor parte del tiempo, menos en el Moonlight. La taberna estaba hasta arriba de gente, no quedaba ni una sola habitación libre para los próximos días, y no era de extrañar teniendo en cuanta que la luna se aproximaba como un cazador, esperando el momento para atrapar a cualquiera de nosotros en sus poderosas garras y hacernos perder el poco juicio que a la mayoría de nosotros nos queda. En noches como esas debía estar allí, pues mi obligación por encima de todo era proteger a mi especie, tanto de los demás como de si mismos, y muchos de ellos no serian capaces de recuperarse del shock que supondría dañar a cientos de humanos antes de que alguien pudiese meterle una bala de plata en la cabeza. Esas noches amargas servían de mucho, no solo para proteger a los humanos de nuestra transformación, sino que además me permitía controlar a todos los licántropos de la ciudad, pues seguía habiendo algunos de los nuestros que se dejaban llevar por su lado salvaje, por aquella fracción de si mismos que nunca debería salir a la luz en publico. La posada se había convertido en un local de refugio para nosotros, un sitio donde podíamos hacer lo que todos sabíamos que podíamos hacer. Es por eso que a medida que caminaba por el pasillo central recorriendo las mesas había hombres y mujeres bebiendo, cantando e incluso algunos lo hacían a una velocidad que resultaba inhumana, todos podían vislumbrar los colmillos caninos de sus hermanos, manadas enteras… todas reunidas bajo un mismo techo para compartir una vida que no se diferenciaba en casi nada de la de cualquier humano. En ciento modo me hacia sentir orgulloso.

Los saludos a varios lobos a los que conocía se postergaron durante aproximadamente media hora, pues había muchos que sabían de mi condición como conde y también la otra que llegaba a ser incluso más conocida entre los nuestros: cazavampiros. No obstante llego ya un momento en que ya no podía aguantar más y me dirigí como alma que lleva al diablo de camino a la barra. El encargado de servir las copas y dirigir a los camareros era un viejo amigo mio de Dinamarca, un licántropo regordete y con una sorprendente mata de pelo atado en la parte de atrás de la cabeza. – Buenas noches amigo mio, tienes pinta de necesitar una copa. – Y como de costumbre tenia razón. Los asuntos de la cámara cada vez me tenían mas ocupado y rara vez tenía la ocasión de poder descansar como era debido, otro de los inconvenientes de que tus enemigos durmiesen durante el día es que tenías que adaptarte a su horario para poder interactuar con ellos. Todo sea por poner las cosas más fáciles ¿no? Me senté en uno de los grandes taburetes de la barra mientras cogía un vaso de wiski escoces, de los mejores la verdad, antes de mirar a mi viejo amigo de reojo. - ¿Sabes quien no la necesita? Erin… Ya me he enterado de que has estado sirviéndole alcohol y sabes lo que opino de eso. – Mí querida hija se estaba volviendo mucho más rebelde de lo que pretendía, aunque en realidad creo que solo se estaba haciendo adulta, cosa que me gustaría que no ocurriese. Como si hubiese hablado en voz alta mi amigo me respondió. – Cada día se parece más a ti… No deja que nadie le diga lo que tiene que hacer, simplemente lo hace. – A mi pesar sonreí un poco, Erin era mi orgullo y posiblemente la única familia que tendría nunca, me alegraba de que al menos se le hubiese pegado algo de mí.

La noche prometía ser tranquila, o por lo menos esperaba que lo fuese porque no me apetecía tener que lidiar con malas formas ni tampoco con las clásicas rencillas entre los borrachos o los clanes vecinos. Apure lo que me quedaba de la copa y me marche de la barra en dirección a la pequeña chimenea que había al otro lado de la sala, no era precisamente la más grande pero era apartada y tranquila. Una pequeña música empezó a sonar desde el fondo de la sala y las risas se amortiguaron ligeramente ante el bailar de las notas, los olores familiares de nuestra especie se difuminaban por todo el salón, y solo faltaba una pequeña cosa para que todo fuese perfecto…Solo una.

por **Lyuba A. Yumara** Miér Abr 04, 2012 12:11 pm

Su respiración regular se fue acelerando y,de pronto,su mano aferró con fuerza las sabanas y un profundo estremecimiento cubrió todo su cuerpo como si tuviera fiebre.Tensó las piernas y luego las dobló,así sucesivamente hasta que de sus labios brotaron palabras en otro idioma . Mantenía los ojos apretados y de vez en cuando una fugaz sonrisa demoníaca se dibujaba en su rostro.
Despertó de pronto sintiendo como su cuerpo entero se estremecía y su pecho bajaba y subía a un ritmo incontrolable. Bañada en perlas de sudor ,intentaba ubicarse en la realidad.No tardó mucho y se dio cuenta que seguía en su habitación,en la casa de su marido "falso".Porque ellos no eran un matrimonio normal y no le extrañaba a la morena ,pues nadie podía aguantar su comportamiento.
Giró el rostro y vio la cuna de Sylvio,durmiendo placidamente y de vez en cuando hacía ruiditos con sus labios. Sonrió levemente y se levantó de la cama para abrigarle. Sintió a su madre y movió los brazos con energía .Tal vez soñaba como correteaba detras de un conejo con el intento de poder estrujar su cuerpecito pequeño - Shhh- intentó tranquilizar a su pequeño,besando su frente con cariño.Un cariño que solo él iba a recibir y que toda la dulzura de ella estaría fundido en Sylvio.

Con cuidado se alejó ,pensativa. ¿Que pasaba con ella y las pesadillas con Isari?.Esta vez había tenido un sueño...placentero con el vampiro que le había jodido la adolescencia .Cerró los ojos por un momento y luego musitó "demonios". Si,demonio. En eso se convertía poco a poco y su camino solo llevaba a la oscuridad.Necesitaba tomar un poco de aire fresco y no el de la casa . Comenzó a vestirse poco a poco sin prisa alguna . Mientras lo hacía ,se observó en el espejo.Por primera vez su cuerpo vestía un vestido de clase alta ,que se ajustaba a la perfección en sus curvas.Una desconocida .Su reflejo era uno desconocido y se reprimió internamente aquel mal estar . Dirigió sus pies hacía la puerta pero se paró con brusquedad al percatarse de que debía dejar a su hijo a cargo de la mujer mas vieja y mas bondadosa de sus criadas.
Tras unos minutos salió de la casa con paso rápido,sin ir en ninguna carroza.El viento le hizo bien pues volvió a ser la misma que antes.El típico personajes negativo de una obra de teatro.

El cabello negro ondeaba al son de los movimientos del viento,aquel que se presentaba cuando el cuerpo estaba mas helado que la niebla de París. Estaba tan absuelta en sus pensamientos que no se dio cuenta que los ruidos de la taberna la condujo hacía adentro.Quiso darse la vuelta pero eso la hacía una cobarde y decidió avanzar entre las miradas. Tantos olores le provocaban asco pues no los conocía y no controlaba sus instintos como debía hacerlo. Con la elegancia y sensualidad propia de una dama , se encaminó hacía la barra decidida a poner fin al sueño erótico de aquellas horas - Un whisky - pronunció decidida y con la cabeza alta. Distraida totalmente no se percató de la presencia de un conocido suyo ,Lucien. Pero no tardó en observar a su derecha y darse cuenta que estaba observandola con cierta sorpresa - No preguntes,necesito olvidar un asunto - su comentario fue la respuesta de una pregunta que no había sido formulada por el lobo.

Suspiró e intentó tranquilizarse y con ello vaciar el contenido del vaso. Cerró con fuerza los ojos y tragó el licor con una sonrisa juguetona - Perdona mi poca cortesía,debí saludarte- murmuró ella acercándose a el,besando su mejilla a modo de saludo ..

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