Ya no podemos esperar mas [Privado]

por **Eerin Schiffer** Sáb Feb 25, 2012 2:15 pm

La fría noche aun seguía, no se podría decir con exactitud cuando se acabaría aquella ola de frio que había en esos momentos, aunque claro, su temperatura estaba muy bien, con aquel viejo abrigo que lo protegía del frio, levanto la mirada algo cansado, no de ese momento, al contrario, aquel momento, aquella misión lo llenaba de vitalidad y energía, como se había cansado de las peleas entre licántropos que siempre presenciaba y cuando creo por accidente a Jacques, se dio cuenta que las cosas iban mal, no se podía vivir en un mundo en donde el peligro estuviera abarrotado, en donde los de su misma especie eran enemigos (además de los que ya tenían). Era una satisfacción poder encontrar un lugar en donde todos estarían en armonía, si no hubiera sido por El nuevo Sanat Kumara la verdad no sabía lo que hubiera hecho con aquella responsabilidad que era Jacques, por el era que había aceptado aquel trabajo como Minoico, para poder crear un lugar tranquilo en donde el joven podría disfrutar su niñez que lamentándolo mucho no sería como los otros jóvenes humanos. Eerin aun luchaba con la rebeldía del chico, no sabía cómo podría soportar tanto, aunque tal vez era porque no tenía temperamento y no era paciente con las necesidades del chico, pero, el solo quería el bienestar de aquel mocoso, era una de las primeras y creía que casi únicas que por el se preocuparía.

Se había acordado las palabras del Sanat Kumara cuando le entrego la carta “llevas el futuro de nuestra ciudad” una ciudad en donde todos sus deseos y sueños se veían reflejados como su reflejo en un claro, era real, su deseo, podría ser real, pero debía primero mantenerla a salvo, debía primero ayudar a que fuera totalmente segura antes de revelar aquel gran secreto a sus personas amadas.

Había llegado con Argos, al cual le había entregado la primera carta que le habían confinado, ahora que el había aceptado la responsabilidad se encontraban en el barco de Makoto para ver si tenían suerte y lo encontraban. Miro a su acompañante que parecía serio y reservado, sentía gran respeto por el por mantenerse firme tantos años, el no lo podría hacer. Trato de sacudir su cabeza para alejar aquellos pensamientos, mientras entraba primero a aquel gran barco en donde parecía que Makoto residenciaba en esos momentos

-Parece que hay alguien aquí- índico esperando en popa a su compañero mientras su ojos se movían entre lo que podía captar en ese momento.

por **Alecto César** Vie Mar 02, 2012 6:36 pm

- No se que os ha delatado que vive alguien aquí. Si el hecho de que haya farolillos aun encedidos en popa, el olor a fritanga de la cocina o el hedor a alcohol viejo que se huele desde dentro - respondí con pésima insinuación. Pretendía ser ante todo irónico, no por molestia, era mi manera natural de defenderme ante la situación.

Hasta el momento lo controlaba, pero soberanamente me había picado en el alma saber entre otras, que la voluntad de los Asghartianos estaba flaqueando. Ligeramente estaba siendo un mar de pulgas revueltas y lo quisiera o no, aquel pobre Lycans seria el sujeto de mi humor ácido. Aunque también me valía aclarárselo, dado que no le quería en contra, ni que pensara de mi, que era un burdo patán.

- La verdad, Eerin si vuestros hombres sacan las mismas deducciones que vos, perdona la chanza y gruñe con mis agravios, pero mi humor va a decaer de nuevo, coño, y soy un poco... insoportable, y no me libro ni por la edad. En mala hora escribieron algunas lineas en vuestra dichosa carta - eche un vistazo sobre popa, como el, sin vermelas conmigo todas. No me gustaban los barcos, ni siquiera parados. Y con las nieblas que se arremolinaban en torno a este, por las horas dadas, menos aun.

- ¿Bajamos o le hacemos subir? Se me ocurren algunas frasecitas para sacar al lobo de su agujero - reí entre dientes - Aunque no digo que sean precisamente las mas consideradas, dado el momento -

por **Antonio Velázquez** Lun Mar 05, 2012 2:34 pm

La mala educación es un gran es extraña de ver por aquí. La mayoría de las personas se presentan quitándose el sombrero o las señoritas mostrando sus manos para ser besadas. Rara vez obedezco esas absurdas costumbres. Desde mi punto de vista, no debe de ser tratado alguien con la insinuación de que “te cae bien” sólo por su dinero o por que la chica tiene un par de pechos que parecen querer escapar de su escote.

La ausencia de los saludos hipócritas puedo esquivarlos, incluso soportar los comentarios irónicos y ridículos del brujo, su aroma a hierbas y líquidos es casi inconfundible. Sin duda no parece muy feliz de estar aquí, aun el otro, el lycan, es más refinado, tienen el gran descaro de llegar aquí entrar en mi barco como si nada, a buscarme.

Creí que estaba mejor escondido, que los cazadores no me encontrarías, ni siquiera los condenados.
Bajo del mástil de un salto, antes de llegar mi velocidad baja suavemente y la madera apenas se deja crujir por mi peso. Mis pantalones negros apenas se mueven por mi caída, al igual que mi camisa azul remangada. Pongo mi espada en mi hombro, aun con su funda y les sonrio.

-Esta bien que parece abandonado, pero hay que recordar que se debe de pedir permiso para abordar un barco ajeno. No quieren que les corten la cabeza ¿Verdad?

Los miro rápidamente, asegurándome que si son lo que suponía

-Bueno, realmente no creo que fuera fácil, no son humanos al fin al cabo. Aunque-digo al voltear a ver al brujo-creíste que estaría abajo, estaba arriba. Un error humano, eso es bueno, la humanidad jamás debe de ser olvidada.

Bajo mi espada y la coloco en mi cinturón.

-¿Qué los trae aquí?

por **Eerin Schiffer** Vie Mar 23, 2012 1:42 pm

No era que se sintiera incomodo, pero en el aire había algo que simplemente no le gustaba, no sabía si lo podría explicar muy bien, pero como una sensación que le recorría la medula espinal con ansiedad, era como una advertencia de que algo iba a suceder, eso lo dejaba ansioso, la persona que lo detallara podrían distinguir el suave respiro que hacía para tratar de atrás aquella sensación desagradable o tal vez no sería desagradable si supiera si después de aquí lo que sucedería sería bueno o malo.

Una voz le hizo entrar en razón –Hum?- ladeo un poco su rostro. Parecía que le costaba responder a aquella simple pregunta, después de unos pocos segundos (que a él le parecieron largos) asintió mostrándose algo despistado-puede hacerlo… es mejor comenzar por ahí…- iba a dar un paso hacia adelante, pero algo lo detuvo, su oído sintió una vibración que lo hizo detenerse de inmediato.

Había alguien hay. Pudo oír el leve crujir de la madera sobre el peso de aquella creatura-No será necesario- advirtió a su compañero que se encontraba ya andando-creo que las frases pueden esperar- giro su cuerpo levantando la mirada hasta encontrarse con aquella presencia. En ese momento se veía como un hombre casi fantasmagórico, levitando hasta grácilmente posarse entre las maderas, Eerin había tensado sus músculos, hasta los músculos de su brazo se veían contraídos, pero mientras el hombre hablaba su espalda levemente curveada se enderezaba, levantando el rostro hasta encontrarse con los de él.

-No venimos a pelear- aseguro el licántropo sonriendo levemente-Venimos a buscarlo por ordenes del Sanat Kumara- su rostro se había vuelto un poco serio y frio. Tenia tanto respeto por aquel hombre que sentía que cuando se había referencia a él, debía hacerlo con sumo respeto.

miro a su compañero, con una amabilidad rara de el le indico que le mostrara la carta con el sello al hombre presente, no quería malentendidos a tan distancia de su cometido final.

por **Alecto César** Jue Mar 29, 2012 2:25 pm

Me tengo que recordar a mi mismo porque estoy aquí. ¡Ah, si!. Por que me lo han pedido educadamente en una carta desde Agartha, pues de otra manera me marchaba de aquí. ¿Realmente era necesario mi buen olfato? No, se que no. Tambien se me busco por mi sabiduría. Más creo a mi juicio que hay otro gato encerrado en esta carta, que no alcance a leer. Maldita sea la edad, que me hace ciego a la política y sus intrigas. ¡Si saben que la odio!

Cada vez me apetece menos esta aventura. Otro lycans. ¿Que habré echo yo para merecer esto? Y este para colmo de males me confunde con brujo y me amenaza con cortarme la cabeza. Espero que mi mirada de indiferencia le baste, mientras mi compañero le dedica unas palabras. Que el dore la píldora, mientras yo escupo al agua, desde el otro lado de la borda, así al menos me quito parte de este sabor salado y pegajoso de la boca.

La verdad, es un alivio, si hubiera tenido que empezar yo, si que hubiera habido esa pelea que intentamos esquivar. Así que me dedico a caminar por cubierta mientras ellos se dedican atenciones, lastima que no dura demasiado y mi presencia es requerida casi de inmediato. Con lo bonito que habría sido que nos invitara a bajar, al abrigo de un lugar mas cálido, lejos de esta humedad, de este hedor a pescado que tiene la tartana que por barco le pertenece. A mi memoria viene ahora la cafetería de hace pocas horas... Ah, pero me requieren de nuevo, con una mirada... suspiro y me acerco.

- Si. La carta - se la tiendo a la altura del pecho. Esta algo arrugada, pero el sello es legible incluso en la escasa luz del barco - Y para sacarle de errores, monsieur, de brujo solo tendría las bromas, por lo demás tengo tan buenos colmillos como los suyos, pero me libra de su maldición la suerte de mi raza -

Si bueno, quizás podría haberme salido un poco menos ácido al decirlo, pero que le voy a hacer, la humedad esta matando mis huesos - Y como dice mi compadre, aquí presente, no venimos a pelear, sino a reclutar - apostillo, con una sonrisa inclinada hacia sus ojos.

Mas que desafio, espero que vea que a regañadientes vamos a tener que llevarnos bien. Me conozco dos lores que querrían mi pelaje por este modo de proceder, ¡pero eh!, al menos a estas alturas ya me se el truco de "dar la patita"

Esperemos que no tenga que llegar a eso. Me separo un paso y solo la pose pasiva de mi rostro indica que aun podemos reírnos de esto y tan amigos.

Spoiler:

por **Francoise Devoire** Lun Abr 09, 2012 10:12 pm

* Antes de leer, instalar:
http://www.letramania.com/operaciones/descarga.php?IDFuente=2791&URLFuente=Amaze

{Salón Privado de Sanat Kumara, Agharta }
Seis meses atrás

Cuando las noticias desde Europa empezaron a hacerse cada vez más frecuentes el Líder en Tiempos de Guerra debió presentir el peligro, pero no lo hizo, se cegó ante la frustración de no encontrar su esposa. Un luto que hubiese sido la perdición de la idílica ciudad subterránea si no fuese por la lealtad del consejo de hiperboréanos, los que sin ser llamados, sin ser si quiera instruidos comenzaron una serie de misiones individuales. La más importante para Valerius como hombre, era la que se emprendiese para encontrar a Sirat, su consorte, pero para el Líder en Tiempos de Guerra, el Sanat Kumara, es la protección de Agharta aquélla que debe primar, aún cuando todo está entrelazado.

Es cierto que Agharta se ha mantenido alejada de las guerras y de los conflictos de los mundanos, limitándose a ser sólo un silente testigo de los vejámenes que es capaz de cometer un hombre ignorante, una sociedad sometida… Pero en tiempos como éste en que la ciudad corre riesgo y que una amenaza tan fuerte atenta contra los ideales de igualdad que su consorte profesase, Valerius no puede más que inmiscuirse en honor a ella. Por lo mismo hace ya algunos meses, tras extensas reuniones, el estratega tomó la primera medida y encomendó una preciada misión al Minoico Licántropo Eerin Schiffer tras una reunión que se concretó en la madrugada, donde le confió, lo que para ambos Líderes siempre fue la más ardua tarea: el reclutamiento.

- Confío en tí. Llevas el futuro de nuestra ciudad en estos sobres - fueron las palabras de despedida cuando le entregó dos misivas destinadas a dos hombres de suma importancia para los tiempos venideros.

Stimato Signore Makoto Inoue:

Sí, conozco a mis leales seguidores, sé que los modales no han sido su fuerte, pero no es por ello que he enviado a las personas que portan esta misiva. Usted mi estimado, tiene demasiado en común con ellos, en especial aquella aberración que siente por aquellos que cazan a los que somos diferentes, aquellos que lo han orillado a esconderse.

Sé que no le agrada huir, pero yo le propongo una alianza, una lucha en conjunto para mantener en pie una ciudad donde no tendrá que esconderse, pues a los mal llamados sobrenaturales se nos respeta. Una idílica ciudad que ha sobrevivido milenios en secreto luchando contra personalidades como Alejandro II Borgia, nuestro enemigo en común.

Hoy peligra, hoy sus facultades son necesarias. A cambio le ofrezco el conocimiento y la protección para usted y a quienes estén bajo su manto, en retribución de la sabiduría de milenios de humanidad.

Francoise Devoire
Sanat Kumara

Pd. Cualquiera que sea su respuesta, sé que cuento con su discreción.

por **Antonio Velázquez** Mar Abr 10, 2012 5:56 pm

Al tomar la carta, puedo oler ese aroma familiar, ese que hace años se había olvidado en los rincones más inhóspitos de mi memoria, esa que he forzado la visión para olvidar. De algo se, es que la vida no puede ser vida sin guerra, porque la paz es inexistente, siempre habrá un conflicto que haga que los corazones de los hombres y las bestias tiemblen.

-Me disculpo, cambia formas, mis sentidos suelen engañarme cuando me confió demasiado de sólo algunos de ellos- le digo con algo menso de frialdad que la suya propia.

La carta parece latir en mi mano, desesperada por que la abra, mi compañero de raza me hace asegurarme, con su propio aroma, que se de que lugar viene. No es necesario que lea su remitente, escuche de él cuando estuve en la ciudad, hace tantos años que a duras penas puedo contener mi arrepentimiento de esos tiempos de paz, en donde perdí tiempo en la caza de los enemigos que no pienso dejar de asesinar.

Al terminar de leerla, veo a mis compañeros, al menos así creo que podría llamarlos.

-La ciudad de la paz, entra en guerra. No creí que podría pensar en algo así, en todos mis años, que no han sido muchos, por eso me extraña. Soy Makoto Inoue, como ya se han de haber dado cuenta, al que le envían esta carta y al que su jefe, tan elegantemente pide ayuda.

El vampiro me está pidiendo que sea un líder, al menos eso creo. No he sido un líder en años. No desde que guie ejércitos en tierras lejanas, no desde que deje mi pueblo que ya no existe. Lo que si se, es que si el hombre está buscando por mi, es porque el puesto se volvió vacante, el viejo licano que estaba en ese lugar…¿Habrá sido asesinado? No suelo olvidar nombres, pero lo cierto es que no fue alguien relevante en mi vida, un hombre de guerra en tiempos de paz, no es algo que sea digno de ver, es como encerrar un lobo en una jaula de plata con espinas.

Suspiro al mirarlos a ambos, doblo la carta y la meto en la bolsa de mi camisa. Pongo mi espada en mi cinturón y los miro, analizándolos. Estos hombres no son de paz, no como la ciudad al menos, eso me hace pensar que algo ha cambiado, que el Papa ha hecho cosas tan horrendas que los ha hecho salir a la luz y lo suficientemente lunático para pedir ayuda a un lobo que huyo de su dicha paz. Una paz que no quería volver a tocar.

-Escuche que el Papa tiene un ejército enrome, que miles de humanos armados con toda clase de armas, no solo físicas, se abalanzan sobre las sombras que deberían de temer. Suena muy divertido.

Camino hacia el camarote principal a sólo unos pasos de nuestro lugar. Al abrir la puerta, parece que la luz hace escapar la niebla de la costa, las lámparas iluminan de amarillo las paredes rojizas, las joyas y arreglos del lugar se extiendes como tesoros más valiosos de los que son y el aroma horrendo de mar se esfuma para ser suplantado por perfumes y alimentos frescos.

-Creo que no es un mejor continuar con nuestra interesante platica aquí adentro, ya que estamos algo entrados en confianza.

Les invito a pasar con una reverencia serena, algo que no suelo hacer, pero si ellos son lo mas cercano a aleados, no puedo ser mal educado.

por **Eerin Schiffer** Sáb Abr 14, 2012 4:17 pm

El hombre había leído la carta, bueno, eso ya era un paso importante, después noto que le miraba, tal vez sabia que el había sido el que había salido de Ahgarta para el reclutamiento de aquellos dos. La actitud de sus dos nuevos compañeros eran algo (para no decir toda) fuerte, pero si se mantenían tranquilos no creía que pudieran ocasionar ningún problema; en eso se incluía el. Suspiro largamente mientras el hombre se presentaba, si es, ya sabían que él era Makoto, si no le hubieran dado la carta, pero solamente sonrió sutilmente

-Has oído bien- intervino para dar un paso más allá cuando este también se movía. Vio como habrían el camarote, el color de la pared le llego a sus ojos con gran impacto, tuvo que cerrarlos lentamente para acostumbrarse a su tono y también al color amarillento que tenia aquella luz que iluminaba el cuarto, dio unos pasos mas adentrándose a la habitación, su sentido del olfato noto aquel olor a mar, ¡ahg! Definitivamente era un lobo de tierra, movió su nariz, esperando que se acostumbrara, se quedo unos segundos recorriendo con la mirada aquellos tesoros guardados en ese lugar.

En general, cuando se sintió mucho más tranquilo o acostumbrado al lugar se sentó en una silla aterciopelada que combinaba con el lugar, miro a los dos acompañantes que comenzaban a fijarse en el con una mirada como preguntando “¿qué haremos?” Eerin sonrió sutilmente para luego apoyar su mentón en el puño de su mano que se sostenía del sofá-Bueno… creo que debería decirles lo que esta sucediendo- hablo con una sonrisilla –Nuestro enemigo…- susurro –Esta siempre vigilando a nuestro grupo y no sé que haya intensificado su casería o es que los viejos se han vuelto más tontos, pero resulta que ya varios han muerto en sus manos- suspiro como cansado de sus palabras.

¿Qué mas tendrían que decir? La inquisición estaba pisándoles los talones a Agharta y si esta no estabilizaba a su pilares que habían sido heridas, pronto colapsaría-por esa razón necesitamos a un nuevo Hiperboréano que guie a los licántropos a una guerra que tal vez ya fue prevista hace miles de años- dijo mirándole a los ojos con un rostro serio –personalmente estaré en vuestra disposición- se levanto mirando a los dos sobrenaturales que tenía como compañía.

Dio media vuelta para poder ver por la pequeña rendija que estaba en la pared-Deberíamos hacer algo, en la información que manejo, ya otro Hiperboréano ha sido secuestrado… están comenzando un fuerte ataque-

por **Antonio Velázquez** Miér Abr 18, 2012 1:51 pm

Puedo ver su rostro de incomodidad en el barco, seguramente el olor les afecta a ambos en sus olfatos, no está de más, no es como si yo fuera inmune, pero aprendí a ignorarlo. Tendrán que hacer lo mismo si quieren tener un conversación pacifica, a nadie le gusta tener una crítica dura sobre el lugar donde vive, en especial el cambiaformas.

-Así que su vampiro guía, ahora quiere guerra. Si mal no recuerdo, su ciudad estaba bajo ideales pacíficos, sin violencia y paz. Donde seres como nosotros podrían vivir en armonía, sin ser molestados. Parece que Borgia ha hecho mas que sólo dirigir a un montón de inquisidores inútiles, a los cuales les he cortado la cabeza, gustosamente.

Francoise, al cual no recuerdo haber tenido el gusto de conocer, sólo escuchar de el, fundó su ciudad con ideales puros y que sobrevivirían, según algunos, muchos siglos. El problema es que los humanos, con medida de que crece su miedo, pierden el control de sus mentes y atacan como bestias sin cerebro, justo como dicen que somos nosotros. Tarde o temprano encontrarían la ciudad y planearían su aniquilación.

-Los ayudare, nadie de nosotros debe sufrir en manos de seres como ese maldito anciano que se cree santo. Ya he matado suficientes de ellos como para saber cómo piensan. Cazadores, inquisidores, condenados, tecnólogos, al final todos son títeres de una ideología errónea. Yo no elegí mi condición, francamente no se ustedes, pero defenderé mi nueva forma de vivir.

Parece que tendré que tener un combate más cercano con el pontífice, no podría esperar mas. Ahora las criaturas como yo me necesitan y debo de ser un líder, por primera vez en mucho tiempo, debo de guiar a los demás, a todos los lycans que tienen sus esperanzas en la paz. Para eso tendrá que haber guerra.

-Bien, puedes decirle a su jefe que estoy dentro, pero antes ¿Qué le paso al anterior Hiperboréano? Creo haberlo conocido, antes de partir de la ciudad.

por **Alecto César** Mar Abr 24, 2012 2:08 pm

Callado, me mantengo callado y les dejo entenderse. Lo mejor que puedo hacer por mi, por la causa y Agharta ahora mismo es dejar el cinismo de lado y escuchar. Hace mucho que partí de la ciudad enterrada y no he hecho por poner los oídos en su mundo.

Paz, eso es lo que buscaba, pues a mi avanzada edad, ¿que mas se puede pedir?

- Afffg - Bostezo y me disculpo, con un gesto de la mano. No es por sueño, ni por pereza, es hambre y nervio. Siempre me produce apetito el tiempo que precede a las batallas, como si en mi estomago despertara una pequeña bestia que me alerta constriñendo mis tripas- Maldita sea el hambre que me nubla el seso. No recuerdo de quien decís, yo me marche de la Agharta hace demasiado tiempo, buscando una ciudad acogedora donde pasar mis últimos días...

... Días que están claros, no serán como lo habría esperado. Da igual la ciudad escogida, si al haber religiones fanáticas, estas hacen de su fe su espada, contra el miedo que no buscan esclarecer. No somos los monstruos de todas sus pesadillas. Somos seres especiales, muchos pacíficos a pesar de cargar... - y miro en este hito de dialogo a mis compañeros - con maldiciones, que conllevan pese al dolor, la reminiscencia de purgar pecados pasados. La verdad, lycan, cambiformas, vampiro o brujo, todos no somos mas que personas deseando vivir libres, del yugo de quienes nos temen, errando de malditos.... -

Suspiro profundamente y me detengo. Supongo que de alguna manera he dejado claro mis pensamientos. Hastio de guerras, pero no tiramos la primera piedra. No empezamos esta guerra, pero habremos de acabarla. Hago por levantarme y sonrió a Inoue

- Gustas de indicarme donde tienes algo de comer, mientras mi amigo Schiffer, intenta recordar quien era ese Hiperboréano - le paso la suerte de acordarse, de algo que este viejo no contempla.

por **Eerin Schiffer** Lun Mayo 14, 2012 10:31 am

¿Podría pedir disculpas? No se trataba de ser delicados, solamente que aquella conversación le traía una cólera antigua y aun viva por las cenizas y el recuerdo palpable de aquella noticia. Miro a sus compañeros, a Makoto se le veía la curiosidad en sus ojos, tal vez no fuera una necesidad palpitante, pero su cerebro le decía que debía saberlo o por lo menos preguntar por pura cortesía. Hay estaba, el licántropo cruzado de brazos, el que debía dar las malas noticias. No estaba consiente del gran trabajo y de la importancia de este, solo tenia en mente las cosas que le habían ordenado en aquella hermosa ciudad de en sueño.

-En fin… los inquisitores encontraron su ubicación, consiguiendo al antiguo Hiperboréano – dijo entre un bufido. No porque le molestara contarlo, si no por el hecho de que aquel hombre hubiera muerto en manos de la iglesia y que la estabilidad de Ahgarta se hubiera vista afectada, pero tampoco podría echarlo toda la culpa a aquel pequeño golpe. Muchas cosas comenzaban a suceder que amenazaban la estabilidad de la ciudad ya mencionada-Parece que la inquisición comienza a dar golpes… imagínense una estructura con sus bases; en este caso seria los Hiperboreanos de cada raza – hizo una pausa quedándose un poco pensativo, parecía que su mente vagaba entre sus recuerdos o buscaba las palabras –se puede ver fácilmente el plan de nuestros enemigos-

Una base destruida tal vez no traería inestabilidad, ya que las otras bases resistirían, pero si buscaban atacar a otra base y la destruían, seria cuestión de lógica que se la estructura estaría afectada de manera significativa, por esa razón era importante Makoto para poder tener una situación estable ya que otra “base” estaba siendo perjudicada. Al recordar eso se sintió un poco inquieto, esa era otra noticia que tenia que decir.

-Varios de los lideres están muy alertas a cualquier cosa extraña que suceda a su alrededor, aun asi…- se mordió los labios acercándose mas a la mesa para sujetar algo que llevar a la boca como hacia Argos. Trago para después mirar a Makoto-Otro Hiperboreano a sido secuestrado y en estos momentos tal vez pueda estar siendo torturado por el mismo Papa – sentencio mientras terminaba de mordisquear una manzana que había llegado a sus manos.

por **Antonio Velázquez** Miér Mayo 16, 2012 11:31 am

Argos no es descortés, es mas directo. Quiere las cosas en el momento, sin escapatorias y sandeces. Al menos así lo veía Makoto. Cuando lo escucho, no pudo evitar mostrar una sonrisa de satisfacción. Trabajar con personas como el, sin duda, lo llevarían a una interesante aventura, de sinceridad fría y concentración en las múltiples soluciones.

Sería una sociedad interesante, pensó el licántropo.
Sin decir mucho, Makoto se acerco a una canasta pequeña, la que abrió para dejar ver manzanas rojizas, brillantes.

-Con gusto pueden comer lo que gusten de ellas, son mis invitados después de todo. Lamento no tener carne, pero el pescado me tiene un poco fastidiado, además, las mejores tiendas del puerto están lejos de aquí, por estos lados solo hay bodegas y lugares oscuros, buenos para esconderte, malos para alimentarte de algo que no sea algún viejo borracho tirado en plena calle

Se quedo escuchando el relato de Eerin, haciendo expresiones entre cada sorpresa. Si la inquisición acaba con los Hiperboreanos, el sabía que todo estaría acabado, el vampiro que gobierna Agharta no podría encontrar a mas hombres a tiempo.

-Mientras el Papa controla un ejercito indomable, nosotros somos, hasta el momento, una masa desorganizada para la guerra.

Se quedo pensando un momento, cuando dijo “nosotros” se incluye en esto, por lo que tendría que ir ahora. Ofrecería su fuerza y sus servicios para acabar con aquellos que quieren desaparecerlos.

-Agharta no se ha metido con nadie, de eso lo sé. Por eso escapa de ahí, necesitaba conflicto. Ahora que lo hay, con gusto entrare en esto. Este barco servirá de transporte a donde necesitemos ir, necesitare repararlo, hace mucho que no sale mas allá de este puerto.

Miró a ambos por un momento, como esperando sentir algo mas que palabras esta vez. Si bien sabe que el mundo podría cambiar con esta decisión. No espera que el Papa deje que salga a la luz del día tal conflicto, pues los humanos deben de seguir pensando que su vida es perfecta. ¿Por cuánto tiempo mas lo pensaran? El tan llamado santidad, no puede evitar que las personas abran los ojos y lleguen a la conclusión de que la muerte les esta tocando la puerta.

-¿Cuando empezamos?

Dijo confiado. Sabiando que tendría que usar ese nombre que los españoles le dieron al hacerlo esclavo: Antonio

por **Eerin Schiffer** Jue Jun 28, 2012 10:17 pm

Los planes que se comenzaban a formar eran bueno, le emocionaba poder ayudar en algo tan importante, pero debían hacer algo antes de poder ponerse en marcha. Se acerco a Makoto mientras seguía el hablando de planes de restaurar el barco y poder salir-Debemos primero hacer una parada en Ahgarta y informarle de nuestros planes al líder en tiempos de guerras- dijo en tono serio. Odiaba ejercer cualquier acto sin antes consultar a alguien superior.

-Después de todos no podemos seguir sin que él nos dé una señal de aceptación- concluyo. Sabía lo que iba a decir el líder, estaría de acuerdo en todos los planes que podrían tener aquel grupo, por alguna razón los habían llamado, pero no se podía tener un grupo de Hiperboréanos sin un líder brujo, debían buscarlo para poder tener a todos juntos y que en definitiva todo volviera a la normalidad.

¿Cuándo terminaría aquella guerra? Eerin estaba cansado de ver como cada uno de sus compañeros caía en guerra, gracias a Ahgarta había encontrado paz y la defendería con su vida si era necesario, aun así comenzaba a mostrar los primeros signos de agotamiento por tanta guerra que sus jóvenes ojos estaban viendo, lo único que deseaba era paz, pero para ella debían luchar contra cualquier enemigo que se les pusiera en frente.

-Estoy seguro que tendremos el apoyo completo de todos- declaro con una sonrisa mientras ofrecía su mano para que la estrechara -saldremos bien de esta…-

por **Antonio Velázquez** Vie Jun 29, 2012 10:34 am

No se sentía confiado o cómodo, la realidad es que sabía lo que se aproximaba. Tenía una idea de qué demonios se enfrentaría, incluso sabía el nombre de algunos de ellos, pero tenia un plan.

-Estoy seguro que si

Le dijo mientras estrechaba su mano de regreso. Dos licántropos unidos es algo normal, piensan en manada y comúnmente se llevan bien en grupos grandes o pequeños, es el instinto mismo de la supervivencia. Sobrevivirás mejor estando acompañado que andando sólo, eso todos lo sabían.

-Hace años deje esa ciudad de fantasía, no creas que tengo algo contra la ideología, simplemente no me gustaba tanta armonía, algunos nos acostumbramos al caos en nuestras vidas. Cuando la deje presentí que volvería, por eso este barco estará listo para zarpar en unos días.

Camino hacia la ventanilla y miro hacia el mar. Sabiendo que al otro lado está la oscuridad y soledad de los demonios del mar. El camino estará tranquilo, será paz, pero en el Vaticano los esperaban, con toda la ira del supuesto señor de los cielos.

No pudo evitar pensar, que se encontraría con Nereza y su violín, el cual estaba hechizado para que rompiera cualquier barrera.

Off: Creo que ya debemos ir cerrando, para cocnentrarnos en flanqueando.

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