Corre!!!!!!!! [Privado]

Su respiración era entre cortada, sus piernas no daban mas de tanto correr. Sus rodillas estaban lastimadas de tantas veces que se había tropezado. Pero aun así, su pequeña carga preciada, no se había perdido. Algunas trinchas de pan habían caído, pero aun así, la carne que había comprado la conservaba bien, mas importante las mondas que quedaban de su sueldo de la semana aun estaban en la pequeña bolsa atada a sus pantalones, no era un fan de huir, normalmente enfrentaba los problemas pero sabia como le iría en una pelea grupal y tenia hermanos por los cuales preocuparse. No podía permitirse ni perder lo que tenia ni mucho menos lastimarse lo suficiente como para no poder trabajar, el no podía darse el lujo de unas obligadas vacaciones.

Sintió como los vagos que bien conocía venían detrás de él. Por un momento trato de escaparse por las ramas de los árboles, pero los idiotas, eran muy rápidos y listos. Humanos criados como perros, con la especialidad de cazar a los menos afortunados pues ni siquiera tenían el valor de robar a las presas grandes.

Vio que se entraba a una zona transitada, donde todo estaba lleno de gente, el sonido de las voces y los pasos de un laso a otro inundaban el ambiente, sintió un ligero alivio, como si hubiese entrado en zona segura. Pero todo eso termino en segundos.

-LADRON!!! – alguien grito. Al girarse fue su gran error, algo lo había apresado por el brazo, provocando que su cuerpo se tambaleara arriesgando con caer al suelo, pese a todo no era un debilucho y se mantuvo en pie.

-no soy ningún ladrón- exclamo por inercia y al gritarlo noto que todo se había quedado en un aparente silencio, las miradas curiosas estaban sobre ellos, su acosador le sonrió.

-sabes como se castiga el hurto? Dame lo que me haz quitado y hare como si nada de esto hubiese pasado- marco frunció el ceño, sabia que no debía ceder pero una vista rápida le dijo que los tres sujetos tras el imbécil que le amenazaba aun a pesar de ser casi una cabeza mas bajo le dijo que tenia que ser cauteloso. Miro a su alrededor y supo que nadie le ayudaría…no le agradaba la idea de ser golpeado pero sabia que podía con esos sujetos, una vida a la construcción aun asi fuese una vida corta no le dejaba indefenso, era mejor correr el riesgo de lastimarse seriamente a no tener que darles de comer a sus hermanos.

-por que no trabajas y consigues lo tuyo propio?- pregunto y cuando parecía que las cosas se pondrían feas para el el sonido de una voz grave y al mismo tiempo suave le alivio.

-que sucede aquí muchachos?- era el sacerdote de su iglesia… - marco maria esta esperándote desde hace rato, por que tardas tanto?-el dejaba a la niña a veces en la iglesia cuando no habia nadie que se quedara con ella en casa.

-me detuve a comprar algo de comer padre- comento y noto que el sujeto que le sostenia poco a poco iba retirándose, incluso aquellos, parecían tener algo de miedo o bien respeto por la túnica negra, espero a que todo se calmara cuando los sonidos típicos de la calle volvieron a la normalidad se giro al sacerdote dando un pequeño asentimiento con la cabeza- gracias padre.

-debes tener cuidado marco, esos muchachos han perdido el camino y no parecen nada contentos contigo, eres un buen muchacho, esos son siempre los mas atacados- marco rio un poco.

-entonces intentare portarme un poco mal de vez en cuando padre-oh si el hombre supiera de sus deseos mas ocultos no pensaría en el precisamente como un buen muchacho- a donde se dirigía?

-No te pases de listo muchacho, tengo que ir a la parroquia, no le digas a nadie que eh mentido pero nicky se llevo a María hace dos horas a su casa, alcánzalos allá- nicky era el menos de sus hermanos varones, pero aun asi, con sus 14 años, mayor que la pequeña María de 6.

-eso hare, gracias padre- asintió y vio marcharse al hombre, caminando hasta las escaleras de una enorme construcción, ni siquiera noto si era una casa o un establecimiento, simplemente se sentó en los escalones de piedra dejando que todo se calmara… no quería regresar alterado a casa, los niños no se lo merecían…. Simplemente decidio relajarce un poco, una mano en sus cabellos, deseando que las cosas fueran mejores para los niños

Sintiéndose un poco mas relajado levanto la mirada observando lo que pasaba frente a él, suspiro viendo que todo parecía tranquilo, miro levanto la mirada viendo tras el y noto que se había sentado en la puerta de un hotel. Dio gracias internamente por que nadie hubiese hecho una escena por eso y se levanto sacudiéndose el polvo de la ropa, un poco de haberse sentado ahí, otro poco de las veces que había tropezado mientras corría hacia ahí. Apunto de regresar por donde había venido una figura conocida llamo su atención, sonrió casi inmediatamente ante la visión de aquel que había tenido la suerte de conocer, el joven nombre era si mal no recordaba de origen ruso, con un aura tranquila un carácter afable y la mas deslumbrante sonrisa que él hubiese visto antes, sabia perfectamente que no era normal apreciar la belleza de otro hombre pero apostaba que no era el único que lo pensaba.

Mantuvo se en su lugar, con los pies clavados al piso esperando poder verlo pasar antes de seguir adelante, no quería acercarse, el no tenia el nivel como para saludar descuidadamente a alguien que seguramente tendría en su nombre mas apellidos de los que el pudiese contar, sin embargo llamo su atención la desmejorada apariencia del centro de su atención, frunció el ceño al pensar en que algo malo pudiese pasarle, sin quitar la vista de el su molestia fue creciendo, él no se veía bien, al contrario parecía que le costaba mas y mas mantenerse sobre el caballo mientras avanzaba. Dio un paso al frente inquieto entre ir a asegurarse de que estuviese bien y quedarse en su sitio, poco le duro la duda pues el ver el cuerpo del muchacho cayendo sin mas al suelo le hizo moverse antes de que su cerebro pudiese objetar. Llego rápidamente a su lado y sus ojos se abrieron como platos nada mas levantarlo un poco.

-santa mierda esta ardiendo- dijo para si mismo mientras una gran cantidad de gente les rodeaba, curiosos mas que preocupados por lo que sucedía, él estaba seguro de que aquellas personas apreciarían que el Valentín se hubiese lastimado, así ellos tendrían algo de que hablar, movido por la preocupación sus manos revisaron el cuerpo intentando encontrar alguna herida, supuso que el cuerpo de el nombre se había deslizado suavemente del caballo, con la poca resistencia que el cuerpo por costumbre debía haber dado al caer, pues no había rastros de sangre, eso no quería decir que no se hubiese dado un buen golpe.

Levanto la vista viendo a todos lados el corazón le martilleaba fuerte en el pecho y sin saber bien que hacer lo levanto en brazos, debía conservar la calma, cuantas veces no había tenido que cuidar a sus hermanos después de alguna de sus travesuras? Valentín no parecía haber recibido un golpe grave, pero sin embargo estaba ardiendo en fiebre. Decidido, aseguro la comida que cargaba consigo a el cabello de Valentín y levantando con cuidado a Valentín en brazos se las ingenio para llevar al caballo consigo, camino, casi camino lo que le quedaba de camino hasta su casa, era una casa de solo dos habitaciones, él le había dividido la pequeña habitación que funcionaba como recamara en dos partes con una manta, la mitad para la pequeña María y la otra mitad para el par de adolecentes, la otra habitación funcionaba de dormitorio para marco, cocina, sala y a veces también de tendedero de ropa, las paredes desgastadas y los muebles sencillos y viejos, pero todo limpio. Dejo a Valentín en su “cama” personal y corrió a empapar un trapo con agua fría para intentar bajarle la fiebre, el caballo se había quedado amarrado afuera.

-quien es el?- pregunto una voz pasita y suave, marco se giro inmediatamente a ver a sus dos hermanos menores mirarle con atención, Nicky de 14 y maría de 6, parecía que bruno aun no llegaba.

-un amigo dulce corazón-Le contesto a la pequeña intentando sonar lo mas calmado posible- nicky por favor ve a la iglesia y trae al medico, maría, ven ayúdame pequeña- hablo mientras la niña se acercaba y marco le indicaba que sostuviese la compresa fría contra la frente del bonito extraño, nicky salió a buscar al medico y marco fue por la comida que había dejado en el caballo, cuando regreso, maría estaba haciendo un estupendo trabajo mojando las compresas y exprimiéndolas antes de ponerlas nuevamente en la frente del otro cada vez que estas se calentaban- gracias princesa-le hablo mientras se acercaba de nuevo y seguía el con el trabajo, tanto como deseaba preparar algo de comer para el joven cuando despertara no quería alejarse de el de momento, no hasta que el medico le dijese que era lo que tenia.

No paso mucho antes que el agitado medico entrase a la pequeña casa viendo al paciente que tan urgentemente requería de su ayuda, para alivio de marco el hombre indico una gripe severa, pero no había daños de la caída, marco prefería eso, el sabia como tratar con la fiebre y eso pero no sabría que hacer en caso de que la caída hubiese hecho algún daño. Ese día decidió que podía gastar un poco mas de dinero en verduras y preparo algo de sopa de verduras, los niños se sirvieron por si mismos comiendo, el prefirió quedarse junto a Valentín, caminándole las compresas no queriendo separarse de el… al menos hasta que despertara, después Valentín podría marcharse, alguien seguramente vendría por el y el iría a descansar a su hermosa y enorme mansión a ser atendido por mis sirvientes con mas medicinas que merecía y que el en su vida podría pagar. De momento, tendría que ser por el método antiguo, clásico y sencillo, compresas frías y comida caliente.

-Valentín…- hablo despacio- abre los ojos… comienzas a asustarme de verdad…- hablo despacio, sus hermanos lo habían dejado solo e incluso habían lavado los platos donde habían comido, el sabia que de haber podido ayudar mas lo habrían hecho, pero ahí, no había mas que ellos pudiesen hacer.

Sus ojos se levantaron ante el sonido de la voz cansada, rápidamente se incorporo acercándose hasta Valentín, queriendo tocarlo, ayudarle a levantarse un poco pero sin saber que hacer exactamente, lo escucho hablar y finalmente le sonrió, gracias al cielo que había despertado, tenia miedo de que no lo hiciera, ahora estaba seguro de que solo estaba enfermo y el golpe en la cabeza no había causado algún daño permanente.

-descansa, no es a lo que estas acostumbrado- sonrió refiriéndose a su casa- pero estarás mejor si descansas, no supe a quien llamar o a donde llevarte asi que te traje aquí, colapsaste en mitad de la calle, no debiste salir en el estado en el que estabas- acaricio cariñosamente el pelo del joven, como lo hacia con sus hermanos cuando enfermaban- debes cuidarte un poco mas y descuida, tu caballo ah sido un buen chico, no ah dado problemas. Ya que has despertado te traeré algo de comer, no es gourmet pero tendrás que conformarte, te hará bien- hablo levantándose y sirviendo un poco de la sopa de verduras que aun estaba caliente en la olla- venga, déjame ayudarte a incorporarte y come. Quieres que llame a alguien? Enviare a bruno a buscar a quien gustes- le hablo despacio, como si no quisiera que siquiera su voz perturbara al joven y es que en el estado en el que estaba temía que su voz resonara en la cabeza ajena como fuegos artificiales- pero mientras tanto no quiero que te muevas, no es lo mas cómodo pero es mejor a que salgas enfermo en caballo y colapses por ahí de nuevo.

Había hablado sin pensar, se refería a Valentín con confianza y es que era un ser extremadamente protector, con tres hermanos a quienes cuidar se había vuelto un joven del tipo cuidador, el estado en el que estaba Valentín en esos precisos instantes no ayudaba en lo mas mínimo, sentía la necesidad de cuidarlo, de mantenerlo seguro aun a pesar de lo torpes que sabia eran sus ideas, después de todo Valentín tenia mucho mas medios que el y desde luego si alguien tuviese que cuidar a alguien apostaba que Valentín haría un condenado mejor trabajo que el suyo. El apenas y podía traerles comida a sus hermanos, alguien como Valentín, con un nombre noble y poder… no había siquiera punto de comparación… - perdona si sueno muy mandón, solo me tienes algo preocupado- se disculpo mientras acercaba una cucharada de comida a los labios del otro, dándose cuenta de su gesto soltó una risita nerviosa- perdona, la costumbre- tendiéndole el plato- anda come- esperando que el joven conde no rechazara la humilde comida, no había mentido, una simple sopa no podía compararse con lo que el seguramente comía normalmente, pero le ayudaría a recuperarse.

Con esfuerzo y amor?!! Parpadeo un par de veces y solo sonrió nerviosamente, dios no dejase que el hombre notara sus poco comunes preferencias, el coqueteaba con chicas y era amable con ellas, también las encontraba lindas pero no le atraían… el sentía una enferma atracción por aquellos del mismo sexo y no era algo que quisiese gritar a los cuatro vientos. Ya tenia las cosas bastante difíciles como para agregarle a ello el desprecio de la gente que le rodeaba… sobre todo no le gustaría ver el desprecio en el rostro de sus hermanos… o en el rostro del conde…

-intentare relajarme si intenta descansar- hablo arropándolo, recogiendo el plato se encargo de dejar todo limpio, estaba un poco cansado pero no había obra hasta dentro de dos días asi que no necesitaba preocuparse, dormiría un poco después e iría a ayudar a Erico con la limpieza de alguno de sus restaurantes para ganar algo de dinero extra. Su amigo le había ofrecido trabajo en mas de una ocacion pero el no estaba hecho para aquella clase de distinguidos lugares, muy a pesar de sus preferencias sexuales a el aunque no se le daban mal los que haceres de la casa eso no impedía que fuese un hombre de trabajos prácticos, no le importaba ensuciarse y el trabajo pesado le hacia sentir útil y seguro de si mismo, como si la autosuficiencia física compensara la deficiencia monetaria.

Cuidando el sueño de su joven invitado se perdió en el suyo propio, despertó con las manos de su hermano en su hombro- despierta marco- susurraba y el obedeció, saliendo poco a poco de la penumbra en la que lo tenia el sueño.

-que sucedió? – los sucesos de la tarde le llegaron poco a poco y viendo a su costado comprobó que valentin efectivamente estaba en su casa, enfermo y necesitando cuidados- encontraste a alguien que viese por el ?- pregunto frotándose los ojos y estirándose, recuperando la movilidad de su cuerpo.

- lo siento hermano no había nadie- se encogió de hombros, la voz de Valentín recién despierto no se hizo esperar, acaso ese hombro no era consiente del cuidado por si mismo? Ignorando las palabras del conde se dirigió a su hermano.

-ve a descansar bruno, puedes arropar a maría también? Iré en un segundo a darle las buenas noches- bruno asintió y se marcho a la otra habitación, solo entonces marco suspiro y se volvió hacia Valentín.

- no vas a marcharte en ese estado- dijo con firmeza – anda aquellos que se enferman no tienen derecho a opinar- haciéndolo recostarse y cubriéndolo con las mantas- ire a darle las buenas noches a mi hermana y regresare a darte algo caliente- se levanto y encontró a maría ya recostada en su cama cubierta con mantas, sonrió solo verla- todo bien dulce corazón?

- pregunto acercándose, la niña asintió suavemente.

-es tu amigo? El no se ve como tus otros amigos- marco asintió dándole un beso en la frente.

-supongo que es un amigo especial- no sabia bien a que se refería su pequeña pero suponía que la clase de Valentin podía verse a leguas de distancia- ahora duerme- y dándole la bendición regreso a la otra habitación, nicky y bruno siquiera hicieron comentario alguno, se habían quedado profundamente dormidos, maria no tardaría en estarlo también.
Se acercó al fogón y avivo el fuego, poniendo algo de agua con hojas de limón- te hare una infusión que te ayude con esa tos- hablo sentándose nuevamente en un banco junto a Valentín- te sientes un poco mejor después de dormir?- inconscientemente llevando una de sus manos a la frente ajena.

Marco se sentó junto a la cama- puedo hacerte compañía- le hablo, pero no sabia exactamente que podría decirle, obvio era que eran muy diferentes y aunque el tenia una deuda moral con el noble después de la ayuda que le había dado, eso no los hacia ni amigos ni cercanos. El había actuado autoritario ante espero es por que el chico estaba enfermo, con la experiencia que tenia le era difícil olvidar las costumbres, las acciones ante un necio Valentín le habían salido instantáneas, como un reflejo natural de su carácter.

Suspiro y vio al enfermo- lamento si me eh comportado algo pesad conde- hablo intentando rectificar un poco su actitud, no importaba si sus intenciones eran buenas o malas, nada justificaba la forma en que le había hablado a alguien que había sido bendito por dios y llamado noble- me disculpo, no pensé al actuar, solo fue la costumbre… de tratar con mis hermanos, mi hermano no encontró a nadie en su casa, pero puedo ir a buscar nuevamente si desea que lo haga- mejor tener las cosas en paz, el sabia que Valentín tenia un buen corazón, pero era mejor no tentar a la suerte.

Sus hermanos ya estaban durmiendo así que podía hablar con confianza, el sabia lo que podía hacer a sus hermanos que le vieran pidiendo disculpas a alguien que estaba ayudando, no quería darles esa clase de golpe, el era lo único que ellos tenían ahora, eran muchachos fuertes y entendían de la realidad, pero no forzaría.

Le escucho, las palabras de valentin le sacaron una sonrisa de los labios, pero muy a su pesar, sonrio y se se o lentamente en la botaca frente al joven que parecía habia recuperado bastante de su fuerza.

-me alegra escuchar que tuviese buena compañía…- sonrío, se quedo en silencio unos segundos, comenzaba a entender cual era la postura de Valentín con respecto a las clases sociales y niveles socio económicos- pero… debes- cerro los ojos por el desliz y soltó una risita nerviosa- debe, debe entender que a pesar de que la posición no determina el valor real de las personas, la nobleza existe y es reconocida no solo ante la ley, si no también ante dios, a usted le cuido gente buena, gente que estaba por debajo de su nivel pero posiblemente mas valiosa que muchos que lo comparten… pero nunca dejaron de estar por debajo, la sociedad no vera con buenos ojos que alguien en mi posición le tratase con familiaridad. Puede que le moleste, pero si desea lo mejor para mi tiene que aceptar cierto…trato preferencial. Usted no sabe lo que la ley podría hacerme solo por tutearle, yo le agradezco su trato, pero ahora sabe como es mi vida, no puedo hacer nada por mis hermanos en prisión.

Recargo los brazos en las rodillas y sus músculos se tensionaron producto del trabajo en la construcción- aunque estemos en privado no es bueno que me acostumbre a tratarle de forma diferente… tampoco que mis hermanos lo vean y crea que es…correcto- termino de hablar, en verdad esperaba que Valentín entendiera, era raro encontrar nobles como el, de los que había podido conocer solo había variante en su nivel de arrogancia y egocentrismo, no había conocido hasta ahora alguno que le agradara- por otro lado…como se encuentra? Por como reniega parece bastante recuperado.

Soltó el aliento al ver la caída de animo de Valentín, se sentía casi culpable por lo que le había dicho, pero no podía retractarse pero no podía había dicho la verdad y lo que pensaba y era un privilegio que normalmente solo tenia con sus amigos.

-no lo creo, pero entiendo como funciona la sociedad, tampoco estoy de acuerdo con ello pero no se pueden cambiar las cosas a golpes, para grandes cambios pequeños pasos- hablo atreviéndose a extender su mano hasta el cabello de Valentín- no se a que te refieres o a quienes crees que eres igual, pero no he visto nunca un noble que involucrara como tu lo haces, tampoco alguien que se coma lo que yo te di o que reniegue de si mismo, puedo ver que hay algo que te pesa pero todos cometemos errores, desgraciadamente no todos se arrepiente, hay quienes incluso se vanaglorian. Tu no eres así- decidió que era mejor dejarlo estar, no quería cansarlo con tanto argumento. Tampoco es que el fuese un letrado, todos sabían que el tenia músculos en el cerebro, no era el mas brillante pero se esforzaba y hacia lo mejor que podía para cada cosa que llevaba acabo en su vida. Con mención honorifica para sus hermanos. Si sabia incluso leer era por que sus amigos le habían enseñado “discretamente” con indirectas que el tomaba agradeciendo que trataran con su frágil e inflado orgullo.

Arropo un poco al muchacho siguiendo la rutina que marcaba con sus hermanos y se acomodo en donde estaba, el asiento no era de primera calidad pero al menos para el no era tan incomodo, parecía un tronco grande cortado por los lados y el centro para tener la apariencia de una silla- duerma conde, por la mañana todo se vera mejor- o al menos eso esperaba, eso es lo que siempre esperaba, que por la mañana las cosas mejoraran y algunas veces tenia razón.