A song in blue Chords....[Ciel y Daniel]

Daniel miro extrañado la botella, de parte de la casa? Posiblemente era una pregunta que no debería de hacer en aquellos momentos, como llego, el pensamiento dirigido a la agraciada botella se desvaneció, su mirada volvió a la hermosa joven frente a el, ahí sentada y a solo unos pocos centímetros de distancia el podía sentir como la misma magnitud de sus nacionalidades los separaba, era como si viviesen en mundos completamente distintos. El la observaba y la congoja y la tristeza que asomaban en sus facciones le retorcía en el pecho y golpeaba su alma, sus ojos aun secos, no sintió el impulso de llorar, no era aquel tipo de tristeza la que lo embargo, sin embargo, deseaba poder acercarse, en esos momentos deseo que no fuesen desconocidos, de no serlo posiblemente el podría haberla invitado a su casa, sentado en su estudio y acunarla en sus brazos hasta que todo rastro de malestar desapareciera.

Interiormente pensó en su pequeña niña, en la manera en que se aferraban a él cuando algo iba mal, la forma en que sus bracitos se apretaban en torno a su cuello y buscaban consuelo y seguridad mientras hipeaba en llanto, el odiaba esas lagrimas y sabia perfectamente que la tristeza ajena de la mujer frente a el no le era menos mas indiferente. Si tan solo pudiese abrazarla, si tan siquiera pudiese tocarla- tómese su tiempo- le dijo con una sonrisa leve, extendiendo una mano y envolviendo la ajena entre ella, esperando que no tomase su gesto como un atrevido movimiento- estaré aquí esperando- el esperaría, si ella quería hablar de aquello que la lastimaba el esperaría, escucharía y la dejaría sacar su dolor. Posiblemente no era el lugar mas cómodo para hacerlo pero esperaba poder hacerlo lo mas llevadero posible.

La música en el lugar siguió tocando, las parejas, las familias siguieron en sus asuntos, era cierto que para Daniel parecía como si el mundo entero se hubiese detenido y solo se centrara en la persona que le acompañaba, lo cierto era, que el mundo seguía…lastima que su mundo, comenzara a cambiar para ser simplemente dos mujeres en su vida.

Se movía inquieta, se removía discretamente en su asiento, tomaba agua y sus manos se habían humedecido, podía sentirlo en la suya cuando se tocaban, sus ojos bailaban de un lado a oro y cortaba las frases de vez en vez, sin duda era algo difícil lo que estaba diciendo, de que se trataba? quería saberlo y al mismo tiempo sentía culpa por su curiosidad, sentir el deseo de escucharla a pesar de ver lo difícil que lo estaba pasando lo hacia sentir mal especialmente cuando se supone era un caballero.

Su trabajo consistía en poder hacer relaciones y en cierto modo "leer" a la gente, debía poder conocer a las personas con solo mirarlas, leer sus mentiras, sus debilidades o sus presunciones, saber cuando eran palabras ciertas o cuando solo alardeaban, la chica frente a ella, parecía verdaderamente contrariada, extendió su mano y apretó la ajena en las suyas, busco los ojos ajenos, y asintió viéndola.

- descuide, tómese su tiempo, si finalmente no quiere hablar lo entiendo, tenemos mucho tiempo para conocernos, tenemos mucho tiempo para que me diga cosas poco a poco si es su deseo hacerlo. A veces decir las cosas en voz alta nos permite asimilarlo y superarlo, aunque aun duela, compartir palabras con alguien puede dividir no solo el conocimiento, el dolor también.

Su mente era un gran defecto en algunas ocasiones, como estaban las cosas estaba imaginando mil horrores y no sabia si lo que raven le diría seria mejor o incluso peor, apretó los dedos que sostenía en us manos y los dientes hicieron lo mismo, aguantando, esperando- es mi placer escucharla Raven- hablo sin soltar su mano, trajeron su comida y aunque la acepto no Provo bocado toda su atención la tenia la chica.

Ella parecía dudar, las palabras parecían doler y deseo haberla llevado a comer a su casa, poder sostenerla, aunque ciertamente no sabia si ella lo dejaría tocarla de esa forma, acercarse tanto. La música de fondo se perdía con las risas y el murmullo de las voces de fondo, como si ellos no encajasen como si la amargura no fueran con el lugar. Abrio los labios para darle un par de palabras pero no alcanzo a hacerlo, lo único que supo por unos instantes es que la mano que había estado sosteniendo ya no estaba entre las suyas, su mirada paseo de ella al mesero en segundos y el conocimiento se asentó en el haciendo que se precipitase hacia la joven, apartando bruscamente al mesero que intentaba acercarse y disculparse- estas bien?- tomo una servilleta limpiándole el rostro, la preocupación marcada en sus facciones- no estaba muy caliente?- sin darse cuenta que de ser lastimada Raven no abría podido preocuparse por su vestido.

Tomo el mentón de la joven entre sus dedos y limpio su rostro con su mano libre, con el cuidado de un artesano, con la delicadeza de quien sabe toca una joya valiosa, ver la imagen completa le revolvió el estomago y sintió la bilis subirle harta amargar el sabor en su boca, completamente iracundo se giro al camarero y aunque su ira no disminuyo se se detuvo al ver al joven casi con lagrimas en los ojos, ese incidente seguramente le causaría el empleo…Tomando aire intento calmarse y se giro nuevamente a raven- vámonos de aquí necesitas limpiarte o podrías enfermar- murmuro dulcemente, acariciando su rostro con suavidad- nos retiramos- anuncio al mesero en un tono mas serio mientras sin esperar respuesta jalaba a la joven fuera del lugar.

Estaba fuera del restaurante cuando se percato de las miradas sobre ellos, frunciendo el ceño vio a raven y quitándose la chaqueta la puso sobre sus hombros- lamento que esto halla sucedido- se disculpo suavemente, el ruido del coche les anuncio que podían marcharse y Daniel le ayudo rápidamente a subir- mi casa no queda muy lejos, permítame llevarle ahí y ofrecerle un baño caliente, no quisiera que pase mucho tiempo con esto encima- acomodando los húmedos cabellos.

Asintió junto a la muchacha y cuando esta lo aparto pudo ver la razón, como sospechaba habían corrido al joven, con un error como el que habia cometido era algo lógico, frunció el ceño sintiendo un arrebato de ira protectora…pero casi inmediatamente como de costumbre un dulce rostro apareció en su mente y solo dejo salir algo de aire de los pulmones relajando su enfado. El desde luego no abria reaccionado de aquella manera hacia dos años y medio, antes de vivir con aquella mujer y por supuesto mucho antes de que ciel llegase a su vida. Sus costumbres eran difíciles aun de apartar, sabia que su padre habia reaccionado de forma muy diferente a la que lo estaba haciendo el, pero… su padre no habia pasado un año sin memoria atendido por una extraña ni habia vivido de la forma en la que el lo habia heho… tenia una percepción diferente de las cosas de las que la tenía el resto de su nación, por eso se habia podido permitir aceptar a ciel en su vida y no se arrepentía ni un solo instante de ello.

-no me preocupa mancharme- .e sonrio tranquilizadoramente, después de todo ciel a menudo manchaba sus ropas, era una niña, se habia vuelto tolerante después de los primeros diez trajes… aunque quizás solo se habia resignado. La niñera decía que ella crecería y poco a poco podría irce controlando, lo malo es que la pequeña aun no llegaba a la edad en la que corria por todo lados y se ensuciaba, asi que aun tendría que renunciar a mucha mas ropa. Desgraciadamente su trabajo no le permitía las ropas sencillas en ocasiones seguidas, asi que tendría que acostumbrarse tambien al coste de los finos ropajes. Viendo al joven salir acabado, echado de su empleo casi sintió pena por el, esperaba que encontrase un trabajo en el que pudiese desempeñarse correctamente- vamos- le sonrio a raven y el carruaje les llevo a la casa que la embajada habia brindado a Daniel, era una vieja mansión en el centro de la ciudad, perfectamente modernizada y restaurada, aun asi con el toque clásico de su creación- venga, hare que le preparen un baño caliente y le consigan ropas que ponerse, no debe estar nada comoda con todo eso encima.

Daniel le ayudo a bajar del carruaje y noto que se sentía bien de aquella manera, le gustaba cuidar de raven, aquel era un sentimiento al que podía acostumbrarse… pero debería? El no era un hombre soltero y sin ataduras, tenia un trabajo que podía en cualquier momento regresarlo a hacia y una pequeña a la que no podía exponer a imágenes femeninas pasajeras en su vida.

Daniel escucho las palabras de la doncella, una persona’ debía ser algún asunto de la embajada, pero dado que ese era su día, no tenia prisa en atenderle, no tenia amigos por ahí… claro, además de “ella” una de las mujeres mas importantes de su vida, pensar en la posibilidad de que la mujer hubiese ido a verlo le saco una sonrisa, pero esta se borro instantáneamente al escuchar la queja de raven.

-un momento!- les detuvo antes de que se marcharan por completo, su tono de voz se había levantado y sonaba duro- esta señorita es mi invitada y espero, que la trate como si fuese una reina, si no puede hacerlo, dígamelo y buscare alguien que pueda- no grito pero su voz se escucho fuerte y dura, era un embajador, su nacionalidad saltaba a la vista y aun a pesar de su posición aun en ocasiones, le enviaban sirvientes que sentían cierto desprecio por su ascendencia. Tenia buenos empleados, pero algunos otros… digamos que había tenido que prescindir de los servicios de algunos. Al menos su niña no tenia ese problema, en momentos como aquel agradecía que dado el ambiente en el que tenia que estar, fuse diferente a el.

Daniel tenia un carácter fuerte y daba gracias a los dioses por esto, tener que despedir personas no le agradaba pero en ocasiones era un alivio, en el caso de el trabajo las cosas se complicaban un poco, algunos nobles no eran precisamente lo mas educados pero hasta el momento les había mantenido a raya, algo fácil cuando tenían aquellas ideas extrañas sobre samuráis y esas cosas, como si todo lo asiático pudiese volverse una maquina de matar con una navaja en mano… una completa tontería, aunque en su caso… ciertamente podría acabar con la vida de alguno de aquellos hombres pomposos sin problemas, las artes marciales habían sido siempre una constante en su vida.

-Daniel tu gritando? Parece que haz aprendido a levantar la voz no es cierto?- y Daniel giro la mirada a la mujer aunque mayor que el aun bella, sonrió al verla.

-“mamma” asi que si eras tu!- sonrió ampliamente, hacia unos ya casi tres años había tenido un accidente cerca del Tíbet y había perdido la memoria por casi un año, durante ese tiempo Luciana, alias “mamma” se había encargado de cuidarle y mostrarle un mundo completamente diferente al que le habían enseñado, le había llevado a Francia con ella. Después de volver a su nación fue por ese año que había decidido tomar el puesto de embajador.

-escuche que eres padre así que quise venir a ver como es que eso sucedió, pero antes de eso… que te parece si soy yo quien ayuda a tu invitada?- acercándose a la joven y sonriéndole, aparto poco amigablemente a las empleadas y llamo a la que había estado hablando con Daniel- ven aquí niña, ayúdame a ubicarme, después hablaremos Daniel- este asintió mucho mas tranquilo, ahora solo tenia que hacer que le llevaran lo necesario…

-oh descuida querida yo me eh visto peor- hablo desestimando la situación con una de sus manos y la guio escaleras arriba o mejor dicho la secundo pues realmente iba siguiendo a las empleadas, sonrió ante el comentario de la chica y se quedo observándola, parecía que Daniel tenia fijación por relacionarse con mujeres sencillas, suponía que ella no tenia idea de como podía ella llegar a verse, o como se había visto antes de conocer al “niño de oro”.

Volvió a su quehacer y sonrió al escuchar su voz apenada- oh por dios querida a todo se acostumbra uno, especialmente a los lujos, no tienes idea de lo fácil que es dejarse consentir – sonrió y soltó una risita ante su ultimo comentario- descuida seguramente no abra nadie por aquí, ahora, señoritas dejémosla sola, creo que a la señorita le gusta la compañía.

La mujer se aseguro de que la dejaran sola y bajo las escaleras donde Daniel, le vio revisando entre vestidos, concentrado y soltó una risita- de donde haz sacado eso?- pregunto mientras se acercaba a el y besaba su mejilla.

-lo eh mandado a traer de la boutique que esta a media cuadra de aquí, esperaba que pudieses elegir las ropas mas- se aclaro la garganta- intimas- la mujer vio a reir y asintió

- y el vestido… haz escogido uno ya?- Daniel sonrió y levanto uno de ellos.

-este- hablo levantando uno de un azul del color del cielo despejado.

-azul…- Daniel asintió- tu color favorito- y Daniel soltó una risita culpable.

-puedes llevárselo?- la mujer solo sonrió tomando el vestido y yendo por el resto de la ropa y varios pares de zapatos antes de volver a subir con la ayuda de un par de jóvenes mas. Preguntaría a la señorita si necesitaba ayuda para vestirse e intentaría no estar muy encima de ella, parecía algo tímida respecto a que le vieran sin ropa.

Daniel por su parte se encargo de regresar todo lo que no se había escogido y pedir que le enviaran la cuenta. A menudo pedía ropa para Ciel pero esta era la primera vez que pedia ropa para dama… además ni siquiera habia sabido que talla pedir, habia enviado a una joven que tenia la misma complexión que Raven, asi que esperaba que todo le quedase bien.

Recordó que no habían podido comer en el restaurante, siempre podían comer ahí verdad? Llamo a una de sus sirvientes y le indico que preparara la comida, también indico que clase de comida deseaba, al parecer la chica gustaba de la comida oriental y a el con frecuencias le importaban ingredientes de su propia tierra. No era una persona especialmente remilgosa con la comida, pero en ocasiones no podía seguir mucho tiempo sin la comida con la que había crecido toda su vida. La necesitaba tanto que llegaba a enfermar.

Se sentó en un sillón en su estudio y sonrío, el llevaba ya un tiempo fuera de su nación, sus costumbres habían cambiado un poco, mas de lo que ya habían cambiado en aquel año en que no había sabido nada de sus orígenes. Sus costumbres se iban perdiendo aunque a veces aun hablaba en su propia lengua, producto de eso ciel con frecuencia mesclaba el francés con el coreano, era curioso viniendo de una pequeña niña blanca… lo que le recordaba… estaría bien que fuese a ver a el pequeño monstruo, la chiquilla podía estar durmiendo pero no seria la primera vez que no terminaba su siesta de la tarde antes de hacer alguna travesura. Con una sonrisa en los labios, de las que solo pensar en su hija evocaba se levanto caminando en dirección de la habitación de la pequeña… paso frente la habitación donde suponía estaba raven y viendo la puerta abierta hecho un vistazo, n ego al ver la imagen, la pequeña traviesa se había escapado de nuevo.

-Ese pequeño torbellino ha aprendido a escabullirse entre los barrotes de su cuna y corretear por los pasillos, tendré que enviar a adaptar una nueva fila de barrotes a su cunero- hablo sonriendo y tomando a su pequeña en brazos- permíteme, si no termina su siesta estará de mal humor toda la tarde- hablo con cariño tomando a la niña y poniéndola contra su hombro- parece que le haz agradado- prestando completa atención a raven pro primera vez- vaya…. E siente muy bien la ropa… te vez preciosa, perdón, se ve preciosa- sonriendo.

El rostro de Daniel se quedo completamente confundido ante el comentario de la mujer, su comentario le dolió pero intento que no se notara, el era político, las relaciones con los demás eran su especialidad, pero no estaba en el trabajo y no creía haber tratado a raven hasta ahora con falta de respeto ni mucho menos.

Se obligo a calmarse, el sabia que cuando se alteraba ciel lo sentía, con cuidado arrullo a su niña y la llevo a su habitación- ven pequeña vamos a dormir- sonrió recostando a la niña para que terminara su siesta de la tarde, seguramente el barullo le había despertado, sonrió al verla tranquila y completamente ajena de lo que sucedía en su cuna. Enderezándose volvió donde estaba la chica y la vio hablando con Luciana- Por favor “mamma” podrías dejarnos a solas un momento?- vio la intención de Luciana de protestar, después de todo era natamente una defesora de los débiles-Por favor -repitió de manera firme y espero a que se quedasen solos en la habitación- me puede explicar- hablo lo mas calmado que puso, pero su rostro ya no era tan amable como antes- que ha sido eso? Le dije claramente que llevaba a la niña a dormir, es mi hija y la conozco si no quisiera que usted la tocara ni siquiera me acercaría a usted, la niña necesitaba dormir. Punto, si no puede creerlo entonces no se que hacemos hablando, Ciel es lo mas importante que tengo en esta vida, tendría derecho a desear que no la toque nadie, pero no lo he hecho, no creo haberla en ningún momento ofendido ni mucho menos así que explíqueme, que fue esa escena frente a “mamma” y frente a mi hija??- el había entendido que raven tenia problemas, a el le interesaba la chica, le gustaba en realidad y era una bendición que también le gustase a ciel, pero había una razón por la que no había tenido ningún tipo de relación en los últimos años y esa era el bienestar de ciel, si la chica no podía evitar hacer escenas frente a su hija el tendría que renunciar a la única mujer que realmente le había hecho pensar en intentar algo. Por mucho que le interesara y deseara ayudarla…ciel estaba primero.

Quiso dejarla ir, algo en esos momentos le molestaba, parecía que su irritación iba en aumento con cada cosa que sucedía y cuando la chica simplemente decidió largarse dejándolo votado la irritación aumento pero se dijo que esa no era su personalidad, el jamás se irritaba, el era un hombre sumamente calmado y con temple muy a pesar de su fuerte carácter, por ello tenia el puesto que tenia. La chica habia soltado aquello a medio de la conversación, sintió como si desease chantajearle con su dolor y el sentimiento le revolvió el estomago.

Dio apenas un par de pasos hacia la baranda y le hablo viendo como bajaba las escaleras- entonces se marcha? Me deja con la palabra en la boca? Cree que me importa un infierno el vestido?- no pudo evitar que sus palabras sonaran un poco bruscas. Tomo aire conto internamente hasta diez, posiblemente la cuenta mas corta de la historia- vuelva aquí, hablemos- propuso desde donde estaba, la chica era encantadora y hermosa, despertaba su interés como ni ninguna pero no podia estar con alguien que escapaba, no podia estar con alguien que explotaba a cada vuelta de cambio… el podría haberlo considerado antes, seguramente se abria lanzado de cabeza en una relación en la que pudiese ofrecer todo lo que tenia, intentando curar las heridas de la joven… pero no ahora, el no podia arriesgar a ciel a un habiente como aquel, no podia ponerla en medio de discusiones y hacerla encariñarse con una mujer que iba a salir corriendo a la primera de cambio.

Si el deseaba a raven o a cualquier mujer debía comenzar a intentarlo, debía hacerle ver a raven que podían discutir, pero solo si podia ser si no se marchaba, que podían llegar a entenderse… siempre y cuando no hicieran sus escenas en frente de la niña…importaba poco su deseo, ciel estaba primero.

Se llevo una mano a las cienes recordándose nuevamente cual era su trabajo y que las relaciones sociales eran lo suyo, el era un hombre inteligente, sensato y calmado, podía tener aquello bajo control- esta bien… también me disculpo por desencajarme y…- entonces fue cuando oyó el revuelo y también noto que las criadas parecían inquietas, se asomo por la baranda y su jefa de mucamas le hizo una seña desde abajo indicándole exactamente quien estaba ahí, el a su vez respondió casi de inmediato negando con las manos y señalando que estaría en una de las habitaciones. Regreso sobre sus pasos tomando a raven del brazo- disculpe pero acompáñeme por favor- solo esperaba que la persona que estaba allá abajo se marchara pornto.

Daniel metió a a raven al estudio y suspiro- lo siento mi padre esta de visita en parís y no con buenas razones- aunque sabia que eran buenas para su padre, el hombre quería que regresara un tiempo a corea para casarce con alguna e sus perfectas mujeres escogidas, no quería arriesgarse a que su perfecto hijo mezclase sangre con alguna libertina parisina, suficiente tenían con que el hombre hubiese cometido la “locura” de tomar bajo su tutela a una niña de occidente. El ni siquiera conocía a ciel pero no la aceptaba y estaba seguro que en su vida lo haría, por suerte su padre no se la podía pasar en parís y el pretendía mantenerse ahí. Solo esperaba que el hombre tomara su última negativa y volviese a casa entendiendo que no pensaba cambiar de opinión.

Cerrando la puerta del estudio se giro a ver a la chica notando que la habia llevado ahí sin mayor explicación- el pretende que siga sus ordenes sin chistar y como no quiero pelear simplemente lo evitare por ahora- hablo dándole una pequeña explicación a raven- siéntese, lamento esconderla conmigo ahora.