La casa equivocada

Comenzaba a pensar que de tanto acabar con vampiros ya algo se le habia pegado de ellos puesto que últimamente dormía todo el día y se mantenía activo solamente cuando el sol se ocultaba tras las montañas y todo se quedaba en la oscuridad. Tenía sentido si pensabas que la mayoría de las criaturas que cazaba escogían la noche para salir, pero su piel pálida y las arrugas bajo sus ojos le decían que quizá no fuera lo mejor para el...aunque a quien le importaba?.

Recién habia acabado de llegar a Paris y tras lograr establecerse en una posada económica habia recibido un encargo. No podía decir que le agradaba por completo pues aunque tendría una jugosa paga en cuanto acabara con el cambiaformas que estaba buscando, no le agradaba que sin darse a conocer entre la gente aun ya supieran que estaba en Paris. Esa era la desventaja de ser conocido como cazador, si los humanos lo sabían las vestían por supuesto que también.

-que jodidos tengo que usar, una máscara?-

Murmuro con su acento irlandés a flor de piel mientras avanzaba por las calles empedradas con Loki caminando a su lado mientras miraba a su amo con curiosidad preguntándose que sería lo que lo tenía tan molesto, en fin, el se dedicaba simplemente a seguir un rastro que los habia llevado hasta donde estaban ahora, la zona residencial de la clase alta, enormes caserones con patios obscenamente grandes, sus propios establos y algunos hasta con dormitorios para los criados, suspiro rascándose la nariz mientras miraba de reojo a su amigo.

-alguna idea de dónde?-

El perro lo miro y bajo el hocico nuevamente tratando de obtener el rastro pero en esa zona se confundía tanto que era imposible de ubicar con seguridad, se sentó y esta fue señal suficiente para Sieg de que su perro ya habia perdido toda posibilidad de llevarlo a donde debería estar la criatura. Miro a su alrededor, dos casas una frente a la otra y en cualquiera de las dos estaba la misma posibilidad de encontrar a la criatura, a lo que simplemente saco una moneda de su bolsillo y tras hacer un volado decidió que entraría a investigar a la de la derecha.

-tú te quedas aquí-

Le ordeno a Loki mientras avanzaba hacia la barda que cubría la casa, sujetándose de los faroles decorativos de hierro forjado con lámparas de aceite dentro se ayudo para saltar la barda sin ningún esfuerzo y terminar dentro del patio de la mansión con el revólver en mano. Se enderezo y tras arreglarse la vieja gabardina negra comenzó a avanzar hacia el interior de la mansión, en espera de que encontrar alguna señal del cambia formas, habia dejado a Loki detrás, que era el que los reconocía con el aroma, pero tenía su amuleto entre los dedos de la mano libre, si se calentaba sabia estaba cerca de uno...

Los caminos seguían siendo tan confusos como siempre camino por la vereda, los árboles sin duda estaban un poco más grandes, la maleza ya alcanzaba la mitad de mis pantorrillas mientras luchaba por dar paso firme pues los zapatos tan poco propios dejaban mucho que desear. La decisión de tomar algunos objetos para vestirme en la casa que ahora ya no sentía como hogar, ya ni siquiera estaba muy segura de poder llamarle de ese modo, estaba en plena conciencia de haber pasado mi infancia allí y parte de mi adolescencia pero a partir de allí las huídas eran recurrentes con los actos de mi padre con los asesinatos resucitados una vez por semana por sus actos alimenticios.

En el corazón ya no me quedaba sentimiento suficiente para guardarle rencor o amarle, me sentía una esponja absorbiendo toda clase de emociones dejándome con las heridas abiertas pero lo suficientemente "absorbente" para poder defenderme; acercándome cada vez más podía ir recordando las miradas envolviéndome de ambos padres mirándome jugar con los niños que nos rodeaban sólo en los jardínes pues en la parte interna estaba prohibido pasar, la casa siempre estaba a obscurar por bien propio de padre que a palabras de mamá se la pasaba enfermo -Vaya enfermedad que resultó tener- murmuré internamente dándome cuenta de algo curioso: la vocecilla interna que solía estar al filo criticando, insultando o haciendo lo que mejor le pareciese arruinándome los momentos de soledad poseída y ahora extrañamente comenzaba a extrañarla.

Mientras caminaba todavía pude ver el gran portón forjado con la inscripción familiar inscrita de "Abolengo" haciéndome sentir un tanto de naúseas pues sí, siempre eran patadas al estómago en cada reunión fuera sólo yendo con mi madre buscando a que familia le agrdrí para buscar marido. Algunas mariposs comenzaron revolotear alrededor mientras movía una de las enredaderas para entrar por el túnel hallado en la parte trasera conduciendo hasta la cocina de la mansión que mirando lo pequeño una sonrisa se dibujó sobre mi rostro, tuve que hincarme y gatear para póder moverme sin mucha complicación. ¿Los vecinos sabrían que esa casa llevaba abandonada tanto tiempo?, ¿Sería que mi padre siguiese pagando el mantenimiento para que todo luciera normal? eso era imposible definitivamente, la muerte de mi progenitora había cambiado todo, realmente todo.

Algunas mariposas comenzaron a revolotear alrededor mientras atravesaba el camnito hacia la cocina, suspiré con una inmensa ansiedad por llegar, mis rodillas comenzaron a moverse más rápido, las manos comenzaron a seguir el ritmo sin problema alguno, en cuánto vi la puerta desgastada la empujé fuertemente estornudado por el polvo, sí, todo lucía como antes nada más que algo descuidado, los muebles habían sido cubiertos con sábanas blancas, el ambiente seguía tan espeso como siempre pues no entraba ni un maldito rayo de luz nunca. Caminé hasta el vestíbulo impregnándome de ese aroma tan especial que los vampiros dejan tras de sí dejándome volar la imaginación en qué hubiese pasado si hubiésemos sido una familia de humanos comunes y corrientes; sí era absurdo, la palabra normalidad nunca había estado precisamente dentro de mi vocabulario.

Corrí como pequeña sabiendo que no había nadie, disfruté de la esencia de la madera, descubriendo un poco por primera vez las ventanas logré encontrar el alfíl para abrir las cortinas, un inmenso rayo de luz despertó penetrando hasta la sala de estar inundándola de una luz maravillosa, sonreí a gran carcajada por pisar ese lugar nuevamente, corrí sin fijarme por las escaleras hasta mi habitación para ir por mis cosas, recogerlas, llevármelas y tener eso que me pertenecía, a fin de cuentas todo eso era mío también, tumbé de un sólo paso lo que se interponía cuando llegué piso arriba. Abrí la puerta de golpe quedándome helada por lo que veía ante mis ojos, todo estaba impecable, no había ni gota de polvo sobre la cama, el armario se hallaba perfectamente bien acomodado, mi ropa se hallaba como recién comprada, del mismo modo estaban mis zapatos, abrí los ojos como platos pues esto quería decir que mi padre había esperado que volviese dejando todo listo para mí. Miré el buró a lado del colchón notando el retrato de los tres, él me cargaba sobre su regazo con mi madre abrazándole por el cuello, suspiré al respecto pues sí, había sido una familia completamente disfuncional pero había sido mi familia.

Me senté pensando en tomar un delicioso baño de burbujas, tomarme el tiempo necesario para consentirme y dejar que los recuerdos siguiesen a flor de piel dejando que mi corazón se llenara de emociones para volver a ser por un sólo momento Zaskya Cassabel sin parecer pordiosera que en eso me había convertido bajo todo contexto, comencé por desatarme el cabello acumulando una cantidad de particulas polvorientas al por mayor, lucía opaco, demasiado largo, era todo un desastre; me distraje por un aroma llegando hasta mí, era peculiar pues no se trataba de algún animal muerto, vivo, alguna criatura rara así que supuse era el olor a encerrado. el ruido tan colosal de la puerta se hizo sonar, pasos se hicieron presentes -Genial, ahora tengo visitas- musité en voz baja saliendo de la habitación para saber de quién se trataba porque definitivamente no era mi padre, era tan humano como yo al menos eso parecía. En cuánto bajé las escaleras vi una sombra pasarse hacia el vestíbulo, como iba descalza no hacía tanto ruido ¿Sería un indigente también?, ¿Qué querría en una casa como ésta?, ¿Estaría buscando hospedaje?, ¿Sería alguna clase de criminal?, no lo sabía pero la intria se estaba apropiando, cuando decidí firmemente bajar y afrontarlo tiré con una mano el florero hecho a mano por una china en nombre de recompensa para mi familia haciendo por supuesto un escándalo de tamaño soberano.

-Oh, oh- musité en voz bajita huyendo hasta el cuarto oculto de limpieza que se hallaba a lado de las escaleras preguntándome quién sería él...

El lugar sin duda alguna parecía la guarida de un vampiro o al menos de algún otra criatura, ya que sin duda alguna una casa que estaba abandonada pero bien cuidada seria muy atrayente para cualquier criatura o persona que deseara mantener un bajo perfil y un lugar tibio para dormir cuando cayera la noche...o el día, según cada quien. Al entrar al enorme jardín miro a su alrededor, la hierba crecida ofrecía un hermoso hogar para ratas y mapaches, pero vamos, el comía mapaches cuando estaba viajando por los bosques! no le tenía miedo a animalillos como esos que sabia huían cuando escuchaban a algún humano acercarse.

Avanzo con facilidad por entre la hierba gracias a sus botas y para cuando llego hasta la puerta trasera de la casa por la que seguramente cuando era habitada entraba la servidumbre, noto que estaba abierta. Eso no era normal en lo absoluto menos que l entrar noto como todos los muebles estaban dentro, cubiertos cuidadosamente con mantas, la casa estaba siendo cuidada y no tenía mucho sentido que dejaran la puerta abierta para que cualquiera entrara o en su caso, sacara lo que se encontraba en la casa, frunció el ceño y toco su amuleto, sin embargo este se encontraba frio, diciéndole que no habia rastro de alguna criatura sobrenatural dentro, aunque para él, la casa olía a vampiro.

Se pregunto si quizá el vampiro habia salido de la casa y ahora mismo se encontraba cometiendo atroces asesinatos para alimentarse, quizá podría estarle esperando para que cuando regresara se encontrara con una sorpresa, este pensamiento le hizo sonreír hasta que claro, miro el suelo. En el suelo frente a él se encontraban las pequeñas pisadas de alguien, al parecer humanas pero en su negocio nunca se sabe. Se agacho y quedando de cuclillas pudo ver con atención que podían tratarse de las pisadas de una mujer o algún adolecente, eran pequeñas y apostaba más a las de una mujer por su forma delicada. Eran recientes puesto que todo el piso estaba cubierto de polvo menos esa área y evaluando su alrededor, eran las únicas que se veían, sumándole a eso que eran pocas y al parecer de una sola ocasión eso lo dejaba con las manos vacías, habia alguien en esa casa pero acababa de llegar o simplemente ya se habia ido...no, acababa de llegar, solamente habia huellas de ida.

Se puso de pie y metió las manos a los bolsillos, su amuleto seguía frio así que quien fuera que estuviera ahí era un humano común y corriente. Comenzó a caminar hacia la cocina cuando, de pronto, detrás de si, escucho el estruendo del cristal o porcelana o cualquier otra porquería de esas que abundaban en casas finas como esas, romperse. Miro detrás de él pero al parecer habia fantasmas en la casa, aja...claro.

-sal antes de que me proponga buscarte y créeme, si te encuentro no te ira nada bien-

La amenaza iba en serio, aunque sabía que se trataba de un humano el no solía ser amable con casi nadie. Avanzo lentamente hasta done se encontraba el adorno hecho añicos en el suelo, lo observo antes de alzar la mirada y buscar alguna puerta o alguna esquina o pasillo por el cual aquella extraña se hubiera escondido, sin embargo opto por la solución mas sencilla. Las huellas en el polvo. Bajo la mirada y observo las huellas apresuradas y algo deformes por la rapidez del paso que llevaban hasta una puerta oculta bajo la escalera.

Los humanos a veces podían ser más peligrosos que las mismas bestias así que simplemente alzo la mano y dio un par de golpecitos en la puerta, tocando para obtener la atención de quien estaba dentro.

-anda, sal ya y no agotes mi paciencia-

Esto definitivamente no era lo que esperaba, seguramente la criatura más bien se encontraba en la mansión de enfrente y el ahí jugando a las escondidillas.

Estaba viéndome como niña pequeña en juegos absurdos por esconderme en mi propia casa, a fin de cuentas el intruso era el que debía marcharse ¿NO?, ¿Qué había venido a buscar hasta mi casa?, ¿Venía a buscar a mi padre?. Miles de preguntas comenzaban a almacenarse como panal de abejas pues sí, lo admitía, seguía teniendo ese temor impresionante de ser cazada por algún vampiro que me utilizara como banquete o postre, de cualquier modo sabía a diestra y siniesta el manejo ambiental de la noche con los seres "Obscuros".

La voz era masculina comenzando a hablar en tono amenazante por lo que pude percibir no iba en buenos términos, más bien daba la impresión de estar buscando un "algo" o un "alguien", ¿Pero qué era?, ¿Sería bueno que le preguntase?, ¿Sería correcto salir con algo para defenderme?, seguí meditando internamente cuando volví a escuchar el tono ésta vez un poco más grave, enarqué una ceja al respecto; ¿Quién se creía él para hablarme así?, cualquier tipo de criatura que fuera no merecía un tono tan arrogante ni mandatario, menos proviniendo del seo opuesto; perdón olvidaba que bajo ese régimen se alimentaba nuestra sociedad. El machismo sobre saliendo de los poros sociales porque "ellos" siempre manejaban la razón y dónde la opinión de las mujeres terminaba cuando tenían que amamantar a los hijos; supuse que en algún punto eso cambiaría en la historia, mientras sucedía tenía que acomodarme a lo sucedido en éstas circunstancias.

Tomé aire empujando la puertecilla de madera trabándose causando unos rechinidos infernales causándome una ligera sonrisa pues mi afán de ocultarme había salido asqueroso ya notanod las huellas de mis zapatos alrededor de la casa por andar danzoneando y recorriéndola como hacía años no pasaba, suspiré de mala gana buscando con la mirada al chico de gabardina obscura para esperar una explicación, tal vez si llevaba algún tipo de arma ni siquiera a eso tendría derecho, me miraría, no tendía piedad quizá dándome un tiro con la mayor facilidad posible después de robar o hacer lo que le viniera en gana. ¿Me resignaría así nada más?, ¿No optaría por una lucha? -Zaskya, vamos no seáis ridícula, una pelea entre un varón y tú palo de escoba no llegaráis a ningún lado- murmuró impaciente la voz interior con ganas de amolar el momento sin embargo, tenía razón pues a pesar de creerme valiente estaba lejos de tener posibilidades para llevar ventaja en algo perdido.

Me limité a carraspear cuando por fin estuve a metros de su persona, sin hacer grandes movimientos desplazé mis pequeñas pisadas un poco más cerca.

-¿Así que si no salía, Me arrepentiría?- le pregunté en tono semicurioso con la voz bastante suave sin parecer alterada, estaba esperando el momento para que volteara y saber con qué clase de argumento salía, tal vez me estaba adelantando, tal vez podría ser algún mendigo, tal vez, sólo tal vez podría estar buscando hospedaje ¿Pero con ese comportamiento?, era imposible -No os engañés a vos misma Cassabel, saber que ninguna persona es de fiar mucho menos cuando no sabéis si son del todo humanos- sentenció arcáica mi cabeza haciéndome dudar sobre hablar más de la cuenta.

-¿Pretendíais matarme así de fácil?- torcí los labios un poco sin acercarme un sólo paso para evitar malos entendidos o "invasión de espacio personal", que a fin de cuentas él era quién estaba de intruso.

Escucho el rechinido de la puerta y miro a la chica salir de dentro de aquel diminuto armario como si caminara directo a su sentencia de muerte, solamente hacía falta las trompetas sonando detrás de ella para que la escena fuera creíble pero no dijo nada, simplemente la observo con algo de curiosidad puesto que haría ahí sola una chica como esa en una casa que hacía años se veía desocupada y precisamente hoy ambos se cruzaban en ella. Su amuleto estaba frio, no era una bestia, y entonces cual podría ser la razón de su estadía ahí?.

-pero saliste, así que olvídate de eso-

Murmuro mirando a la chica a los ojos, parecía estar lidiando con una persona que le trataba como un demente, podía ver que estaba cuidando su tono, sus palabras, sus pisadas incluso! que creía? que en cualquier momento se le iba a lanzar a la yugular y la devoraría como animal salvaje?... bueno, con la actitud que habia tenido antes no estaba demás tenia que admitir, pero aun así le molestaba un poco. Frunció el ceño y soltando un suspiro se dijo que era mejor relajar un poco las cosas, después de todo el jamás le haría daño a una mujer, menos a una tan joven y que nada habia tenido que ver en su cacería frustrada pues estaba obvio que ahí no habia ninguna criatura sobrenatural. La pregunta de la chica le hizo poner mas atención en ella y tras negar con suavidad simplemente cruzo los brazos sobre su pecho con más fuerza de la usual.

-no, solo te obligaría a salir por las buenas, las malas, o las muy malas-

No era una amenaza, si no hubiera salido la hubiera sacado aunque fuera del cabello, pero ahora que estaba afuera y la veía bien, ella no era ninguna amenaza, nada por lo cual debiera cuidarse o algo. Puso las manos en sus caderas y luego se dio la vuelta avanzando hacia el salón principal de la casa, el que daba a la entrada.

-que haces en esta casa sola? no sabes que puede ser realmente peligroso?-

Murmuro mientras se giraba a verla ya en el salón principal, con la misma cara de molestia pero algo menos a la ofensiva.

Tres opciones: la buena, la mala o la muy mala había mencionado el grandulón hombre que tenía frente a mí (sí, tengo complejo de chaparra) y vaya que su expresión distaba mucho de ser amable, tierna, como podría considerarse en alguien masomenos normal, que lo normal en mi vida era un poco caótico realmente, no tenía ni idea hace mucho de lo que eso significaba, es más en mi vida nada había sido de esa índole, un papá vampiro, una mamá que lo había aceptado, conocía su naturaleza y sí, aunque no lo crean había aceptádolo, creía que mi madre era alguna clase de masoquista pero lo creía más de mi padre pues ¿Soportar a una humana?, ¿Soportar la idea de vivir con ella amándola?, sonaba de cuento, pero era cierto de pies a cabeza esa historia no precisamente algo con hadas envuelto para tener final feliz, sin embargo, si existían vampiros, licántropos, humanos cambiantes,ya no consideraba un mito que también existiesen esa clase de ciraturas, al menos no en mi mundo.

Esa casa ¿Peligrosa?, ¿Era una broma verdad?, alcé los ojos arrugando la frente fingiendo sorpresa, me esperaba muchos comentarios pero no uno de esa clase, ¿Habría notado algo raro? eso era más que evidente por supuesto -No seáis idiota, aquí todo carece de ser prudente- murmuró en voz baja mi conciencia, tenía que admitirlo el panorama era deprimente fuera del mantenimiento, las cortinas negras hacían todo más escabroso algo así como una tumba grandota dónde los muertos hubiesen podido hacer buena cantidad de bailes para sacudir los huesos literalmente hablando. Lo que decía podía tener algo de razón, quizá sería un peligro si cualquier otro (como él) hubiera entrado por sus calzones en la noche el jefe de esa casa estando muerto podía proporcionar buenos sustos mientras no se le antojara la cena claro estaba.Tenía algo así como dos opciones: despepitar toda la historia de la casa haciéndole de guía turístico o quedarme como idiota fingiendo no conocer nada de nada -Zaskya, soís la dueña y señora de éste sitio ¿Cómo lo pensáis en negar?, de verdad la estupidez de repente os brota de la nada- mumuró la voz con ganas insaciables de salir lo peor de mí,hice caso omiso pensando en qué decirle al muchacho éste que llevaba en la mano algo que no soltaba tomándolo con seguridad, me callé la bocota para no seguir interrogándolo.

-¿Porqué podría ser peligrosa?, se nota que hace tiempo nadie viene a darle una mirada, nada más por el mantenimiento- miró el piso lleno de pisadas, había pasado de estar impecable a parecer camino de la fama mas hecho por mis huellas deformes, hice una mueca con los labios todavía mirando la tensión sobre el rostro de él, decidí acallarme sobre lo que sabía estando en mi casa, era mejor mantenerme al margen sin llegar a una conclusión apresurada, aliviané los hombros junto con el rostro de psicópata que había dibujado instantes antes volviendo a ser yo gesticulando un poco más que de los nervios hasta me había engarrotado, abrí la boca masticando algo invisible luciendo más ridícula de lo que ya me veía, comencé a darle sopliditos a la mesa central enorme del comedor dónde mamá y yo solíamos pasar horas abrazadas, yo jugaba con su cabello después de comer mientras padre nos cantaba con el piano, ella le miraba embelesada mientras me mecía en su regazo, mientras el vampiro con la piel nívea le enviaba un beso con la mano que soltaba las teclas; sacudí la cabeza recordando mi presente que pintaba tan distinto sin duda alguna.

-Mi nombre es Zaskya, un placer en conoceros- me presenté haciendo media sonrisa de luna acaudalando mi atención sobre el recuerdo del retrato en la sala, deseé con todo el corazón que estuviese cubierto para que no me reconociera el sujeto, inflé las mejillas para luchar con mis arranques preguntones, respiré hondo buscando las palabras correctas.

-Luce muy sombría y... sin vida, sólo he venido por un poco de alimento sin embargo no he encontrado ni pan, sólo ví el túnel en la parte trasera decidiéndome a entrar por no ver servidumbre sin embargo, una como yo no debería venir a pisar estos suelos ni éste tipo de casas- argumenté ladeando la mirada queriéndo creérmelo yo para sonar algo convencida ante mis propias mentiras, pero distaba de conocerlo para admitir la verdad sobre aquella residencia junto con todo lo que implicaban siglos de vida allí atrapada...