AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Casa,dulce casa {Privado}
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Casa,dulce casa {Privado}
Las madrugadas de Lyuba habían tenido una buena excusa, ahora el sudor de su frente y sus manos trabajadoras pudieron tener un billete de tren hacía Rumania. Se le encogía el corazón solo en pensar que iba a volver a sus tierras, después de tres años sin saber nada de su familia, al menos lo que quedaba de ella. Se preguntaba si podía con todo aquello, si era lo correcto. Sentada, sobre uno de los bancos de espera en la estación , miraba aquel billete que tanto significaba para ella. Se humedeció los labios , sintiéndolos secos a causa del calor que hacia aquel día. ¿Qué iban a decir sus abuelos, primos cuando ella regresara a las tierras que tanto añoraba?. Oh, maldito destino . Maldecía su existencia cada día que pasaba sobre la tierra. A veces se preguntaba si tenía algun motivo para seguir luchando contra todo aquello, era una humana no podía con todo!. Cada día era un infierno mas y cada noche parecía arder en aquel infierno del día , solo por sus recuerdos..sus encuentros con gente extraña. Tenía una vida miserable y seguiría con aquella vida, hasta que un día o simplemente una noche, su corazón dejaría de latir y sus labios dejarían de brindar aquella sonrisa dulce . Su azulada mirada dejó de observar el billete para observar al causante de un ruido infernal. Era su tren. Se levantó con rapidez hasta llegar a la gran cola que había. Todo había transcurrido normal , las horas iban a ser infernales para la gitana aunque si se quedaba dormida dejaría de caer en el precipicio de su pasado y sus pecados.
El tren se paró y Lyuba despejó los parpados para observar por la ventana lo que ocurría. Estaban en la estación de Rumania. Se levantó , sin ninguna bolsa o equipaje . Tan solo la esperanza que acogía su corazón. Al bajar del tren, observó a las personas. Los familiares que esperaban a los demás . Por un momento Lyuba creyó que iba a llorar , sus ojos estaban nublados a causa de las lagrimas que deseaban acariciar su mejilla con rebeldía. No , no iba a permitir aquello, era una mujer fuerte y con sus 19 años se consideraba ella misma una mujer que ya no tenía edad para llorar. Emprendió la marcha, hacía las tierras de Targoviste. Sus piernas se detuvieron al estar cerca del campamento gitano. Dio unos pasos hacia atrás , dispuesta a volver . Rumania ya no era su casa, Paris, la ciudad maldita era la que la acogió con sus brazos mortales. Pero, como si fuese la voluntad del Creador, un niño de siete años la vio , con un rostro angelical fue a su encuentro . Lyuba lo reconoció, cuando ella había sido secuestrada, aquel niño apenas tenía tres o cuatro años. Se quedó quieta, sin decir nada, con sus labios entreabiertos y sus ojos desprendiendo el brillo de las lagrimas -¿ Doriti ceva,domnisoara? (Desea algo señorita? ) – preguntó en rumano a la gitana , mirandola con curiosidad. Lyuba solo articulo un nombre ,con un hilo de voz – Madalin.. – el niño pareció no entender aquello y la observó detenidamente – Ma cunosteti? (me conoce?) – preguntó clavando su mirad agrisacea en la de Lyuba – Sunt eu, Lyuba (Soy yo..Lyuba) – dijo al fin llevando una de su mano a su cabeza, sentia que en aquel momento iba a explotar.
Madalin abrió la boca y no dudó en abrazar a la gitana con fuerza. Lyuba lo abrazó con fuerza, besando su cabeza y dejando que las lagrimas , al fin, pudieran acariciar su frágil rostro –Bine ai venit acasa (Bienvenida a casa) – susurro el niño dejando de abrazarla y tomándola de la mano para llevarla al campamento. Todo seguía igual , la gente, los niños , todos parecían conocerla. Se había enterado que sus abuelos habían muerto y que sus primos estaban en otra ciudad. Tuvieron que abandonar Rumania a causa de los vampiros, que intentaban limpiar a la familia Yumara. Lyuba, alrededor del fuego, danzaba y reía , sintiéndose al fin feliz junto con los rumanos, sus rumanos, su familia. Todo acabó y Lyuba decidió dar un paseo alrededores del bosque, estaba armada, era lo único que había llevado todo el viaje. A pesar de que estaba cansada, sus pies la conducían al bosque cercano, adentrándose con cuidado y respirando el aroma de este. Suspiró sintiendo la frescura de la noche bailando con su cabello negro .
El tren se paró y Lyuba despejó los parpados para observar por la ventana lo que ocurría. Estaban en la estación de Rumania. Se levantó , sin ninguna bolsa o equipaje . Tan solo la esperanza que acogía su corazón. Al bajar del tren, observó a las personas. Los familiares que esperaban a los demás . Por un momento Lyuba creyó que iba a llorar , sus ojos estaban nublados a causa de las lagrimas que deseaban acariciar su mejilla con rebeldía. No , no iba a permitir aquello, era una mujer fuerte y con sus 19 años se consideraba ella misma una mujer que ya no tenía edad para llorar. Emprendió la marcha, hacía las tierras de Targoviste. Sus piernas se detuvieron al estar cerca del campamento gitano. Dio unos pasos hacia atrás , dispuesta a volver . Rumania ya no era su casa, Paris, la ciudad maldita era la que la acogió con sus brazos mortales. Pero, como si fuese la voluntad del Creador, un niño de siete años la vio , con un rostro angelical fue a su encuentro . Lyuba lo reconoció, cuando ella había sido secuestrada, aquel niño apenas tenía tres o cuatro años. Se quedó quieta, sin decir nada, con sus labios entreabiertos y sus ojos desprendiendo el brillo de las lagrimas -¿ Doriti ceva,domnisoara? (Desea algo señorita? ) – preguntó en rumano a la gitana , mirandola con curiosidad. Lyuba solo articulo un nombre ,con un hilo de voz – Madalin.. – el niño pareció no entender aquello y la observó detenidamente – Ma cunosteti? (me conoce?) – preguntó clavando su mirad agrisacea en la de Lyuba – Sunt eu, Lyuba (Soy yo..Lyuba) – dijo al fin llevando una de su mano a su cabeza, sentia que en aquel momento iba a explotar.
Madalin abrió la boca y no dudó en abrazar a la gitana con fuerza. Lyuba lo abrazó con fuerza, besando su cabeza y dejando que las lagrimas , al fin, pudieran acariciar su frágil rostro –Bine ai venit acasa (Bienvenida a casa) – susurro el niño dejando de abrazarla y tomándola de la mano para llevarla al campamento. Todo seguía igual , la gente, los niños , todos parecían conocerla. Se había enterado que sus abuelos habían muerto y que sus primos estaban en otra ciudad. Tuvieron que abandonar Rumania a causa de los vampiros, que intentaban limpiar a la familia Yumara. Lyuba, alrededor del fuego, danzaba y reía , sintiéndose al fin feliz junto con los rumanos, sus rumanos, su familia. Todo acabó y Lyuba decidió dar un paseo alrededores del bosque, estaba armada, era lo único que había llevado todo el viaje. A pesar de que estaba cansada, sus pies la conducían al bosque cercano, adentrándose con cuidado y respirando el aroma de este. Suspiró sintiendo la frescura de la noche bailando con su cabello negro .
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Re: Casa,dulce casa {Privado}
OFF: Perdona por tardar tanto, es que he estado liadillo.
Parecía que una eternidad había pasado desde que había abandonado París para iniciar una nueva aventura.
Habían sido sueños aterradores, pesadillas, donde una y otra vez su conciencia era apelada a un asunto pendiente que en su pasado quedo en el olvido voluntario. Ya que Emhyr poseía un pasado que había desterrado en algún lugar recóndito de su memoria; una vida pasada, una vida donde él era alguien dentro de su sociedad, de su verdadero país, donde algún día podría ser alguien poderoso con más voz de lo que podía ser pensada. Una vida lustrosa tras pasar el calvario en la escuela de los jenízaros, y solo debía de servir a su país llevando aquel titulo que su padre le ofrecía y dedicándose a aquello que tan bien se le había dado: el guerreo.
Esa vida nunca llegaría a hacerse realidad, la traición fue la causa, y no solo que los sueños de un futuro no se cumpliesen sino también, la responsable de que él cambiase radicalmente su vida, que dejara todo atrás y se obligase a ver aquello que nunca más recuperaría como un sueño de una vida lejana, que tal vez no existió, a pesar de que aun tuviese una hermana con vida atrapada en un matrimonio acordado y no deseado, a pesar de todo, decidió ser egoísta y sobrevivir, para él su hermana había muerto en algún lejano de Constantinopla junto con sus padres y aquella hermana mucho más mayor que había muerto un año antes por otros motivos ajenos a la traición.
Ahora se situaba en aquel viaje complejo, volviendo al pasado, regresando para reparar el daño que no sabía si había causado, porque quería comprobar si era necesario que su hermana pequeña fuese rescatada de aquel matrimonio, y al parecer así había sido.
La carroza que a ambos le había transportado por aquellos parajes rumanos de vuelto a París les tenía preparada una parada, la Luna llena deseaba acercarse presente en aquella noche y Emhyr sabía que su viaje no podría proseguir a lo ser de que hiciesen noche en alguna posada o algo similar.
Con las comodidades que le había brindado el monarca rumano, el cual le había ayudado a realizar aquel tipo de rescate a su país, sabía que su hermana estaría en un lugar lustroso y que pasaría la noche bien cuidada mientras él se ausentaba entre los frondosos paramos.
Teñido con el color de la sangre, el Sol había desaparecido en el horizonte. Emhyr había caminado en la oscuridad que se iba creando, buscando un árbol lo suficientemente lejos para alejarlo de la civilización, sus pertenecías sería depositadas en él para cuando llegase un nuevo amanecer.
Hallado el lugar, comenzó a deshacerse de sus ropas, en su interior algo comenzaba a removerse en nervio desatado, su corazón latía con fuerza, pero aun era el momento, el dolor llegaría después.
Parecía que una eternidad había pasado desde que había abandonado París para iniciar una nueva aventura.
Habían sido sueños aterradores, pesadillas, donde una y otra vez su conciencia era apelada a un asunto pendiente que en su pasado quedo en el olvido voluntario. Ya que Emhyr poseía un pasado que había desterrado en algún lugar recóndito de su memoria; una vida pasada, una vida donde él era alguien dentro de su sociedad, de su verdadero país, donde algún día podría ser alguien poderoso con más voz de lo que podía ser pensada. Una vida lustrosa tras pasar el calvario en la escuela de los jenízaros, y solo debía de servir a su país llevando aquel titulo que su padre le ofrecía y dedicándose a aquello que tan bien se le había dado: el guerreo.
Esa vida nunca llegaría a hacerse realidad, la traición fue la causa, y no solo que los sueños de un futuro no se cumpliesen sino también, la responsable de que él cambiase radicalmente su vida, que dejara todo atrás y se obligase a ver aquello que nunca más recuperaría como un sueño de una vida lejana, que tal vez no existió, a pesar de que aun tuviese una hermana con vida atrapada en un matrimonio acordado y no deseado, a pesar de todo, decidió ser egoísta y sobrevivir, para él su hermana había muerto en algún lejano de Constantinopla junto con sus padres y aquella hermana mucho más mayor que había muerto un año antes por otros motivos ajenos a la traición.
Ahora se situaba en aquel viaje complejo, volviendo al pasado, regresando para reparar el daño que no sabía si había causado, porque quería comprobar si era necesario que su hermana pequeña fuese rescatada de aquel matrimonio, y al parecer así había sido.
La carroza que a ambos le había transportado por aquellos parajes rumanos de vuelto a París les tenía preparada una parada, la Luna llena deseaba acercarse presente en aquella noche y Emhyr sabía que su viaje no podría proseguir a lo ser de que hiciesen noche en alguna posada o algo similar.
Con las comodidades que le había brindado el monarca rumano, el cual le había ayudado a realizar aquel tipo de rescate a su país, sabía que su hermana estaría en un lugar lustroso y que pasaría la noche bien cuidada mientras él se ausentaba entre los frondosos paramos.
Teñido con el color de la sangre, el Sol había desaparecido en el horizonte. Emhyr había caminado en la oscuridad que se iba creando, buscando un árbol lo suficientemente lejos para alejarlo de la civilización, sus pertenecías sería depositadas en él para cuando llegase un nuevo amanecer.
Hallado el lugar, comenzó a deshacerse de sus ropas, en su interior algo comenzaba a removerse en nervio desatado, su corazón latía con fuerza, pero aun era el momento, el dolor llegaría después.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Casa,dulce casa {Privado}
Todos aquellos lugares parecía devolver a la gitana la sonrisa que antes había sido arrancada de su rostro . Se sentía tan bien en su país natal, se sentía en casa. Reconocía que París era el nuevo hogar pero nunca se comparaba con el dicho " Hogar ,dulce hogar" . Las ramas caídas crujían cuando los pies de la gitana las pisaba . Producían un sonido extraño pero a Lyuba le gustaba. El aroma de los árboles, el aroma de la noche y su encantos. En su rostro era inevitable observar aquella sonrisa de lado . Relucía, si, relucía tal cual las estrellas en el firmamento. Lyuba buscaba un lugar donde los árboles no pudieran estorbar la vista de las estrellas. Un lugar apartado. Lo encontró pronto y no dudó en sentarse en un tronco caído , posiblemente por una tormenta . Ya no conocía el bosque como antes. Eso la entristecía y la hacía arrepentirse de su partida. Pero se vio obligada a huir!. Echó la cabeza hacía atrás , observando aquellos puntos brillantes sobre el color negro del cielo. Su sonrisa se alargó con tranquilidad otorgando un aspecto mucho mas tierno e infantil a nuestra gitana. Recordó vagamente aquella conversación con el vampiro Daniil .
Aquel tema de los padres, que ellos siempre estaban velando por nosotros y los ignorábamos - Imi este asa dor de voi.. ( Me hacéis tanta falta..) - susurró la gitana observando con mas atención dos puntos de estrellas juntas y grandes - Imi pare rau pentru tot..niciodata nu o sa pot sa va razbun.. ( Lo siento, siento todo esto. Nunca podré vengaros ) - cada vez que las palabras rumanas se escapaban de los labios de la gitana , la sonrisa desaparecía de a poco - Nu am pe nimeni si imi este greu fara voi...daca ati stii..( No tengo a nadie que me ayude y...es difícil..si supieran ...) - no podía seguir hablando porque parecía que en cualquier momento explotaría en un mar de lágrimas. ¿ Acaso ellos sabían si Isari seguía vivo?. No podía vengarse con todos los vampiros, en Francia habían demasiados y en Rumania muchos mas. Si Isari seguía vivo , Lyuba lo tendría que buscar, lo mataría y se vengaría por todo lo que el había hecho y por todo lo que su familia había causado tras esos años. Se mordió el labio inferior con fuerza , prohibiéndose penar en aquel ser repugnante. Evitaba pensar en vampiros, no en aquel momento. Mañana por la mañana iría a la ciudad para enterarse de las extrañas muertes. Ningún criminal era inteligente o cuidadoso, todos cometían un error aunque era mínimo.
Sintió como la brisa fresca del verano acariciaba sus facciones y bailaba con su cabello. Parecía una mano invisible y como la gitana tenía tanta fe en Dios y en los milagros, creyó por unos momentos que se trataba de sus padres , que la apoyaban desde allí arriba. Aquel pensamiento positivo le devolvió la sonrisa larga de antes pero unos ruidos hicieron que la gitana se sobresaltara. Se escuchaban pasos, unos pasos rápidos . Lyuba se incorporó , mirando hacía la zona que parecía venir el ruido. Un paso, dos pasos..tres pasos y aquella cosa salió de los arbustos.Bendito Dios!. Solo era un conejo de color marrón . La gitana colocó una de sus manos en la parte izquierda , buscando su corazón e intentando calmar el curso rápido que este parecía haber adoptado - Me has asustado pequeño.. - dijo en voz alta un poco mas tranquilo - Creo que es mejor regresar.. - volvió a decirse dando media vuelta y volviendo por el camino de antes . Al menos eso era lo que ella estaba creyendo porque en aquel momento brindaba la etiqueta de "perdida" . Lyuba no era una persona tonta y se dio cuenta de que aquellos arbustos eran demasiados gruesos. Esos arbustos solo existían cuando se adentraba al bosque, eso era algo común en todos los bosques. Frunció sus cejas intentando buscar con la vista alguna salida. Miró el cielo y se había percatado de que la luna brillaba y presumía de su hermosura mas que nunca. Se alarmó. Luna llena . Maldición - No puede ser. Esto no me esta ocurriendo a mi.. - repetía una y otra vez las mismas palabras a medida que caminaba . La esperanza de encontrar la salida acogía su vacío corazón, aunque su conciencia se burlaba de ella e intentaba indicar la pura verdad.
Off:no te preocupes ^_^ perdona la tardanza X_X
Aquel tema de los padres, que ellos siempre estaban velando por nosotros y los ignorábamos - Imi este asa dor de voi.. ( Me hacéis tanta falta..) - susurró la gitana observando con mas atención dos puntos de estrellas juntas y grandes - Imi pare rau pentru tot..niciodata nu o sa pot sa va razbun.. ( Lo siento, siento todo esto. Nunca podré vengaros ) - cada vez que las palabras rumanas se escapaban de los labios de la gitana , la sonrisa desaparecía de a poco - Nu am pe nimeni si imi este greu fara voi...daca ati stii..( No tengo a nadie que me ayude y...es difícil..si supieran ...) - no podía seguir hablando porque parecía que en cualquier momento explotaría en un mar de lágrimas. ¿ Acaso ellos sabían si Isari seguía vivo?. No podía vengarse con todos los vampiros, en Francia habían demasiados y en Rumania muchos mas. Si Isari seguía vivo , Lyuba lo tendría que buscar, lo mataría y se vengaría por todo lo que el había hecho y por todo lo que su familia había causado tras esos años. Se mordió el labio inferior con fuerza , prohibiéndose penar en aquel ser repugnante. Evitaba pensar en vampiros, no en aquel momento. Mañana por la mañana iría a la ciudad para enterarse de las extrañas muertes. Ningún criminal era inteligente o cuidadoso, todos cometían un error aunque era mínimo.
Sintió como la brisa fresca del verano acariciaba sus facciones y bailaba con su cabello. Parecía una mano invisible y como la gitana tenía tanta fe en Dios y en los milagros, creyó por unos momentos que se trataba de sus padres , que la apoyaban desde allí arriba. Aquel pensamiento positivo le devolvió la sonrisa larga de antes pero unos ruidos hicieron que la gitana se sobresaltara. Se escuchaban pasos, unos pasos rápidos . Lyuba se incorporó , mirando hacía la zona que parecía venir el ruido. Un paso, dos pasos..tres pasos y aquella cosa salió de los arbustos.Bendito Dios!. Solo era un conejo de color marrón . La gitana colocó una de sus manos en la parte izquierda , buscando su corazón e intentando calmar el curso rápido que este parecía haber adoptado - Me has asustado pequeño.. - dijo en voz alta un poco mas tranquilo - Creo que es mejor regresar.. - volvió a decirse dando media vuelta y volviendo por el camino de antes . Al menos eso era lo que ella estaba creyendo porque en aquel momento brindaba la etiqueta de "perdida" . Lyuba no era una persona tonta y se dio cuenta de que aquellos arbustos eran demasiados gruesos. Esos arbustos solo existían cuando se adentraba al bosque, eso era algo común en todos los bosques. Frunció sus cejas intentando buscar con la vista alguna salida. Miró el cielo y se había percatado de que la luna brillaba y presumía de su hermosura mas que nunca. Se alarmó. Luna llena . Maldición - No puede ser. Esto no me esta ocurriendo a mi.. - repetía una y otra vez las mismas palabras a medida que caminaba . La esperanza de encontrar la salida acogía su vacío corazón, aunque su conciencia se burlaba de ella e intentaba indicar la pura verdad.
Off:no te preocupes ^_^ perdona la tardanza X_X
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Re: Casa,dulce casa {Privado}
OFF: Yo si que te tengo que pedir disculpas, que estoy tan reventado de la cabeza que ni me di cuenta que me había contestado -.-
La necesidad de echar a correr de abandonar todo a su paso, dejando atrás todo rastro de humanidad era notable mientras sus músculos agilizaban su paso y sus pulmones con agonía tomaban el aire demasiado frío pero que no impactaba contra su piel desnuda.
El turco muy lejos del hogar sentía como la oscuridad no era nada ya para sus ojos cuya pupilas se dilataron dándole luz en aquella noche, dorándose con su brillo destacarle entre las sombras.
El lobo aullaba en su interior victorioso de que aquella noche estuviese dedicada para él, que pudiese ver las puertas del alma abiertas para que él recibiera un cuerpo y así poder sentir la tibia luz de la luna llena, en un encuentro con aquella amante de plata en el cielo.
La transición había iniciado y a pesar de que los árboles de alrededor se movía velozmente y quedaban atrás a causa de su carrera, el dolor incesante le hizo detenerse y caer de rodillas derrumbado por la agonía. De nuevo los gritos desgarraron su garganta y su conciencia quedo sumida en la oscuridad más profunda de su mente, anulada por el instinto animal.
Huesos que crujían y desplazaban musculo quebrándose ruidosamente y colocándose en el lugar más correcto, la piel le ardía y se desprendía dejándose ver el nuevo pelaje espeso y castaño del lobo; sus rasgos faciales dejaron atrás la humanidad y cualquier señal híbrida entre hombre y bestia. Su aspecto ahora era el de un lobo completamente, un lobo que podía pasar desapercibido entre corrientes pero su tamaño era más grande de lo normal y sus rasgos no le hacía parecer un lobo de aquella tierras frías, ya que Emhyr en su transformación continuaba teniendo ciertos rasgos exóticos de oriente. Más delgado y flexible, un capa de pelaje fino y áspero, no abundante, castaño oscuro casi negro, orejas y hocico más alargado que el de un lobo de aquellas montañas.
Sería ahora confundido por un animal cualquiera, pero tal vez en un futuro las cosas cambiarán y los rasgos entre las dos almas se entremezclan, dando señal al control.
Tras aquel leve desmayo que duró varios minutos, el animal despertó cobrando la conciencia y notando el olor cercano de un posible victima para aquella noche. No era un animalillo cualquiera de aquel bosque, sino un bocado que hacía que salivase por ser más apetecible que cualquier otro. Una humana, sola y perdida, suya en aquella noche, para satisfacerlo en todo los sentidos.
El rastro no daba a la perdida, sus ojos brillaban amenazantes en la espesura, estaba demasiado cerca de ella para ser notado. Acechante en todo momento, pronunciando leves gruñidos que entre la arruga de su hocicos y los colmillos casi al descubiertos, se escapaban.
La necesidad de echar a correr de abandonar todo a su paso, dejando atrás todo rastro de humanidad era notable mientras sus músculos agilizaban su paso y sus pulmones con agonía tomaban el aire demasiado frío pero que no impactaba contra su piel desnuda.
El turco muy lejos del hogar sentía como la oscuridad no era nada ya para sus ojos cuya pupilas se dilataron dándole luz en aquella noche, dorándose con su brillo destacarle entre las sombras.
El lobo aullaba en su interior victorioso de que aquella noche estuviese dedicada para él, que pudiese ver las puertas del alma abiertas para que él recibiera un cuerpo y así poder sentir la tibia luz de la luna llena, en un encuentro con aquella amante de plata en el cielo.
La transición había iniciado y a pesar de que los árboles de alrededor se movía velozmente y quedaban atrás a causa de su carrera, el dolor incesante le hizo detenerse y caer de rodillas derrumbado por la agonía. De nuevo los gritos desgarraron su garganta y su conciencia quedo sumida en la oscuridad más profunda de su mente, anulada por el instinto animal.
Huesos que crujían y desplazaban musculo quebrándose ruidosamente y colocándose en el lugar más correcto, la piel le ardía y se desprendía dejándose ver el nuevo pelaje espeso y castaño del lobo; sus rasgos faciales dejaron atrás la humanidad y cualquier señal híbrida entre hombre y bestia. Su aspecto ahora era el de un lobo completamente, un lobo que podía pasar desapercibido entre corrientes pero su tamaño era más grande de lo normal y sus rasgos no le hacía parecer un lobo de aquella tierras frías, ya que Emhyr en su transformación continuaba teniendo ciertos rasgos exóticos de oriente. Más delgado y flexible, un capa de pelaje fino y áspero, no abundante, castaño oscuro casi negro, orejas y hocico más alargado que el de un lobo de aquellas montañas.
Sería ahora confundido por un animal cualquiera, pero tal vez en un futuro las cosas cambiarán y los rasgos entre las dos almas se entremezclan, dando señal al control.
Tras aquel leve desmayo que duró varios minutos, el animal despertó cobrando la conciencia y notando el olor cercano de un posible victima para aquella noche. No era un animalillo cualquiera de aquel bosque, sino un bocado que hacía que salivase por ser más apetecible que cualquier otro. Una humana, sola y perdida, suya en aquella noche, para satisfacerlo en todo los sentidos.
El rastro no daba a la perdida, sus ojos brillaban amenazantes en la espesura, estaba demasiado cerca de ella para ser notado. Acechante en todo momento, pronunciando leves gruñidos que entre la arruga de su hocicos y los colmillos casi al descubiertos, se escapaban.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Casa,dulce casa {Privado}
La morena detuvó sus pies cuando unos rayos de la Luna alumbraron su figura en una zona despejada. Su corazón latía con una rápidez anormal y su respiración se estaba acelerando. A causa de sus pensamientos , de los secretos de la Luna Llena, su pecho subía y bajaba temeroso de ser desgarrado por aquellos animales legendarios, enemigos de los vampiros. El pánico cerró todas las puertas de su mente, de su cuerpo y de sus labios. ¿Gritar?. ¿Cuantas veces no había gritado y nadie la había escuchado ?. Se heló por completo, sintió frío y como todo a su alrededor daba vueltas , vueltas y mas vueltas. No se movía, parecía una estatua abandonada en medio del bosque de Rumanía. Comprendió que aquella sensación, la había sentido años atrás, aquella sensación llamada miedo. Aquellos segundos de pánico hizo creer a la gitana que en cualqueir momento su cuerpo se desplomaría al suelo y abandonaría el mundo por unos minutos,horas o días. ¿Acaso seguía siendo aquella gitana con agallas o simplemente el regreso a su país la había echo mucho mas débil?. No podía pensar en nada salvo en los rayos de la luna, que por mas hermosos y brillantes,ellos eran los causantes de las muertes de millones de personas en todo el mundo.
Parpadeó , tras aquel tiempo eterno de pánico. Parpadeó de nuevo y luego se mordió el labio inferior con fuerza, reuniendo todas sus fuerzas al menos para correr y escapar de aquel bosque maldito. Aun su corazón latía con rapidez pero su mente trabajaba como antes hasta que un aullido (obviamente de un licantropo) le pohibió recobrar sus fuerzas. Su poder, control de aura tan solo indicaba que estaba en peligro y que aquel lobo estaba mas cerca de lo que pensaba. Un movimiento brusco iba a costarle la vida a nuestra gitana asi que debía pensar en alguna estrategia logica antes de mover un solo dedo.Se dió la vuelta con tranquilidad y suavidad buscando entre los arbustos aquello que tan mala espina le daba. El matiz de sus ojos hicieron juego con unos ojos endemoniados, amarrillentos que pareció acortarle el oxigeno a Lyuba. Sus labios se entreabrieron deseando pedir ayuda.¿Desde cuando ella pedía ayuda?. Nunca lo hacía y si estaba dispuesta a pedirlo..¿quién la salvaría?¿el conejo de antes?.
Cada vez , Lyuba pensaba en los rumbos de la vida. Cualquier camino elegido por ella solo la llevaba a la muerte y esta parecía esperarla con los brazos abiertos. Con lentitud, apenas levantando el pie derecho, lo movió de tal manera que permitía a Lyuba alejarse de su atacante . Pasos que se alejaban de la fragancia de la muerte , aun temiendola y sin fuerzas. En cuanto estuvo algo lejos de aquello emprendió una carrera tan rapida como sus pies le permitió a la gitana. No miraba hacia atrás y su rostro estaba mas pálido que de costumbre. Sentía cansancio pero ignoraba cualquier descuido y desconcierto ,pues su vida estaba en peligro como tantas veces lo había estado. Su melena negra se ondeaba con cualquier camino escogido, el barro manchaba su falda larga y sus manos presentaban algunos rasguños de las ramas y los obstaculos en su camino. Buscaba con sus ojos la salida pero parecía que entraba cada vez mas al fondo del Bosque. Seguía corriendo y corriendo de la muerte hasta que sus ojos divisaron un precipio o un relieve demasiado deforme. Obligó a sus pies detenerse justo cerca del borde del precipicio. Se giró con brusquedad para observar a su espalda , recibiendo a la muerte y aceptando su destino . “ Y aquí llega mi final...” pensó respirando con dificultad .
Parpadeó , tras aquel tiempo eterno de pánico. Parpadeó de nuevo y luego se mordió el labio inferior con fuerza, reuniendo todas sus fuerzas al menos para correr y escapar de aquel bosque maldito. Aun su corazón latía con rapidez pero su mente trabajaba como antes hasta que un aullido (obviamente de un licantropo) le pohibió recobrar sus fuerzas. Su poder, control de aura tan solo indicaba que estaba en peligro y que aquel lobo estaba mas cerca de lo que pensaba. Un movimiento brusco iba a costarle la vida a nuestra gitana asi que debía pensar en alguna estrategia logica antes de mover un solo dedo.Se dió la vuelta con tranquilidad y suavidad buscando entre los arbustos aquello que tan mala espina le daba. El matiz de sus ojos hicieron juego con unos ojos endemoniados, amarrillentos que pareció acortarle el oxigeno a Lyuba. Sus labios se entreabrieron deseando pedir ayuda.¿Desde cuando ella pedía ayuda?. Nunca lo hacía y si estaba dispuesta a pedirlo..¿quién la salvaría?¿el conejo de antes?.
Cada vez , Lyuba pensaba en los rumbos de la vida. Cualquier camino elegido por ella solo la llevaba a la muerte y esta parecía esperarla con los brazos abiertos. Con lentitud, apenas levantando el pie derecho, lo movió de tal manera que permitía a Lyuba alejarse de su atacante . Pasos que se alejaban de la fragancia de la muerte , aun temiendola y sin fuerzas. En cuanto estuvo algo lejos de aquello emprendió una carrera tan rapida como sus pies le permitió a la gitana. No miraba hacia atrás y su rostro estaba mas pálido que de costumbre. Sentía cansancio pero ignoraba cualquier descuido y desconcierto ,pues su vida estaba en peligro como tantas veces lo había estado. Su melena negra se ondeaba con cualquier camino escogido, el barro manchaba su falda larga y sus manos presentaban algunos rasguños de las ramas y los obstaculos en su camino. Buscaba con sus ojos la salida pero parecía que entraba cada vez mas al fondo del Bosque. Seguía corriendo y corriendo de la muerte hasta que sus ojos divisaron un precipio o un relieve demasiado deforme. Obligó a sus pies detenerse justo cerca del borde del precipicio. Se giró con brusquedad para observar a su espalda , recibiendo a la muerte y aceptando su destino . “ Y aquí llega mi final...” pensó respirando con dificultad .
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Re: Casa,dulce casa {Privado}
Sus ojos dorados se abrieron de par en par, y un salto casi instantáneo hizo que el enorme lobo que ahora sustituía a Emhyr se pusiera de pie, y se tambalease en cuanto sus cuatro patas apoyasen todo el peso de su gran cuerpo.
Dando señal del frescor del bosque, el vaho era exhalado por su hocico, el cual de vez en cuando se arrugaba emitiendo otro feroz gruñido, no agresivo, sino más bien confuso.
Si su físico como humano descubría el hecho de que éste fuese extranjero, su aspecto cánido no quedaba atrás respecto a ésto. Un lobo normal en occidente sería más robusto con más cantidad de pelo, pero éste no, más flexible que robusto, un hocico alargado y orejas grandes, como los cánidos del desierto y un pelaje menos espeso, más áspero. Y a pesar de que sus rasgos orientales no le dejaban ni en su forma lobuna, sus ojos muy humanos continuaba reflejando el exotismo de su dueño.
Su rostro se dirigió hasta el lugar donde la chica paseaba dejando aquel dulce olor; las orejas gachas del animal se levantaron con atención analizandola en todo momento. Emhyr parecía haber escuchado un ruido lejano, ya que sus ojos se dirigieron a la penumbra y su hocico antes arrugado olisqueaba a su alrededor.
En la noche y junto a la nieve que comenzaba a caer, la carrera comenzó, y el enorme lobo de cabellos castaños rojizos desapareció entre los árboles. Su atención había desaparecido repentina de la muchacha.
En un lado de su mente, Emhyr estaba en aquel cuerpo de animal, en algún lugar de su conciencia, su parte humana no se resistía ante aquel que le había poseído. La sensación de libertad, de dejarse llevar hacía que la razón se nublase por completo, el Emhyr que antes pensaba demasiado, el observador y meditativo, no estaba allí, ahora mismo estaba aquel instintivo, aquel movido por la necesidad y la ferocidad... Ya ahora mismo por el estómago vacío.
Un mamífero indefenso, un simple venado, era lo que había atraído al enorme lobo con alma humana al fondo de aquel bosque, todo fue demasiado rápido, ni acecho a su víctima ya que éste estaba seguro de su victoria, y en un abrir y cerrar de ojos su estómago estaba en parte saciado y sus canino y pelaje manchado de su sangre pero...
¡De nuevo ese olor! Un olor más sabroso, más atrayente que el de aquel pequeño mamífero, y que estupidamente había dejado atrás anteriormente...
Sus picudas orejas se levantaron con atención, su lengua colgaba jadeante y su mirada excitada se dirigió hacia el olor. Árboles que dejaba atrás, ramas que arañaban su espeso pelaje, la nieve que se levantaba bajo sus patas, humedeciéndolas. ¡Ahí ésta! El olor...
Acechante entre la espesura, con las orejas gachas, no se lo pensó ni dos veces cuando de nuevo fue a atacar a su inicial víctima... Esta vez humana.
Ella parecía haberse percatado de su persencia ya que había iniciado su huída despeserada, el corría a un ritmo pausado fundiedose en la oscuridad, esperando como cualquier lobo a que ella se cansase y se rindiese por si misma, tenía por seguro que él era más fuerte y resistente que ella, así que pronto caería.
¡Exacto como él había pensando! La verdad no había sido por cansancio, pero el lugar en el con el que se toparon le proporcionó un encierro perfecto para que ella no pudiese escapar, tenía dos opciones: o caer su cuerpo por el precipicio o caer bajo las fauces del lobo. Igualmente ambas opciones la llevarían a una muerte segura... O no...
Su hocico de nuevo re arrugo así emitiendo leve gruñidos amenazadores provinientes del fondo de su garganta, su orejas gachas al igual que su cabeza, daba señal de preparación para el ataque.
En un abrir y cerrar de ojos, no hubo tiemp opara decisión. La sangre salpicó el suelo embarrado. Mancho sus colmillos y hocico mezclandose con la sangre de la anterior víctima.
Ella cayó al suelo a causa del peso del propio lobo, la mordida quedo latente en su clavícula de un modo doloroso, el escarlata no paraba de emanar a borbotones.
Un intercambio de miradas entre el lobo y su victima... Tal vez... ¿quién sabe? La lengua jadeante que se relamía ante tal sabor y de repente... Un dolor que atravesaba toda su columna vertebral, el crujir de los huesos y los sollozos del animal lastimero.
El licántropo cayó hacia un lado desmayado. La cabellera caía de su piel que cambiaba a la desnuda humanidad de la que provenía.
Emhyr comenzaba a regresar a su humanidad, la luna no había querido ser su amante toda la noche. Aquello era señal de que él comenzaba a controlarse a diferencia que al principio.
El mundo era oscuro y frío mientras la mente volvía a desvelarse ante el mundo con conciencia.
Y Emhyr sin saber que acaba de dejar su "marca de lobo" en aquella chica moribunda y dispuesta a cambiar.
Dando señal del frescor del bosque, el vaho era exhalado por su hocico, el cual de vez en cuando se arrugaba emitiendo otro feroz gruñido, no agresivo, sino más bien confuso.
Si su físico como humano descubría el hecho de que éste fuese extranjero, su aspecto cánido no quedaba atrás respecto a ésto. Un lobo normal en occidente sería más robusto con más cantidad de pelo, pero éste no, más flexible que robusto, un hocico alargado y orejas grandes, como los cánidos del desierto y un pelaje menos espeso, más áspero. Y a pesar de que sus rasgos orientales no le dejaban ni en su forma lobuna, sus ojos muy humanos continuaba reflejando el exotismo de su dueño.
Su rostro se dirigió hasta el lugar donde la chica paseaba dejando aquel dulce olor; las orejas gachas del animal se levantaron con atención analizandola en todo momento. Emhyr parecía haber escuchado un ruido lejano, ya que sus ojos se dirigieron a la penumbra y su hocico antes arrugado olisqueaba a su alrededor.
En la noche y junto a la nieve que comenzaba a caer, la carrera comenzó, y el enorme lobo de cabellos castaños rojizos desapareció entre los árboles. Su atención había desaparecido repentina de la muchacha.
En un lado de su mente, Emhyr estaba en aquel cuerpo de animal, en algún lugar de su conciencia, su parte humana no se resistía ante aquel que le había poseído. La sensación de libertad, de dejarse llevar hacía que la razón se nublase por completo, el Emhyr que antes pensaba demasiado, el observador y meditativo, no estaba allí, ahora mismo estaba aquel instintivo, aquel movido por la necesidad y la ferocidad... Ya ahora mismo por el estómago vacío.
Un mamífero indefenso, un simple venado, era lo que había atraído al enorme lobo con alma humana al fondo de aquel bosque, todo fue demasiado rápido, ni acecho a su víctima ya que éste estaba seguro de su victoria, y en un abrir y cerrar de ojos su estómago estaba en parte saciado y sus canino y pelaje manchado de su sangre pero...
¡De nuevo ese olor! Un olor más sabroso, más atrayente que el de aquel pequeño mamífero, y que estupidamente había dejado atrás anteriormente...
Sus picudas orejas se levantaron con atención, su lengua colgaba jadeante y su mirada excitada se dirigió hacia el olor. Árboles que dejaba atrás, ramas que arañaban su espeso pelaje, la nieve que se levantaba bajo sus patas, humedeciéndolas. ¡Ahí ésta! El olor...
Acechante entre la espesura, con las orejas gachas, no se lo pensó ni dos veces cuando de nuevo fue a atacar a su inicial víctima... Esta vez humana.
Ella parecía haberse percatado de su persencia ya que había iniciado su huída despeserada, el corría a un ritmo pausado fundiedose en la oscuridad, esperando como cualquier lobo a que ella se cansase y se rindiese por si misma, tenía por seguro que él era más fuerte y resistente que ella, así que pronto caería.
¡Exacto como él había pensando! La verdad no había sido por cansancio, pero el lugar en el con el que se toparon le proporcionó un encierro perfecto para que ella no pudiese escapar, tenía dos opciones: o caer su cuerpo por el precipicio o caer bajo las fauces del lobo. Igualmente ambas opciones la llevarían a una muerte segura... O no...
Su hocico de nuevo re arrugo así emitiendo leve gruñidos amenazadores provinientes del fondo de su garganta, su orejas gachas al igual que su cabeza, daba señal de preparación para el ataque.
En un abrir y cerrar de ojos, no hubo tiemp opara decisión. La sangre salpicó el suelo embarrado. Mancho sus colmillos y hocico mezclandose con la sangre de la anterior víctima.
Ella cayó al suelo a causa del peso del propio lobo, la mordida quedo latente en su clavícula de un modo doloroso, el escarlata no paraba de emanar a borbotones.
Un intercambio de miradas entre el lobo y su victima... Tal vez... ¿quién sabe? La lengua jadeante que se relamía ante tal sabor y de repente... Un dolor que atravesaba toda su columna vertebral, el crujir de los huesos y los sollozos del animal lastimero.
El licántropo cayó hacia un lado desmayado. La cabellera caía de su piel que cambiaba a la desnuda humanidad de la que provenía.
Emhyr comenzaba a regresar a su humanidad, la luna no había querido ser su amante toda la noche. Aquello era señal de que él comenzaba a controlarse a diferencia que al principio.
El mundo era oscuro y frío mientras la mente volvía a desvelarse ante el mundo con conciencia.
Y Emhyr sin saber que acaba de dejar su "marca de lobo" en aquella chica moribunda y dispuesta a cambiar.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Casa,dulce casa {Privado}
Desesperación. Cansancio y miedo. Resignada a la muerte y perdida en su cuna, Lyuba esperaba a su atacante. No tenía escapatoria y tampoco armas, solo la fe de que no iba a ser tan dolorosa. Intentaba reprimirse aquellos sollozos y llantos de una persona débil, pero le era imposible , sus sentimientos y sensaciones hacían brotar lagrimas de cristal, brillantes y saladas. Sus ojos en aquel momento eran como dos joyas marinas alumbradas por la luz del sol, mucho mas llamativas y significantes de lo que una joya podía llegar a ser. Aun con la respiración agitada y con la visión nublada a causa de las lagrimas, giró su cuello haciendo ondear el cabello largo y negro. Abismo. Una imagen infinita. Si iba a tirarse, dejarse caer al vacío, no sabría con exactitud cuanto tiempo iba a tardar en chocar contra el suelo . Apretó los ojos ,temerosa. Sí, Lyuba tenía miedo como nunca antes había sentido. Su vida no era nada , no tenía precio. Era un juguete prestado en manos de los “niños”- demonios de la noche, personas, humanas que se alimentaban de su alma hasta dejarla totalmente vacía por dentro. Tragó saliva volviendo a girar su rostro, esta vez, delante suyo tenía a un hombre lobo, furioso y hambriento. Arrugaba su hocico anunciando su estado y sus deseos en devorar a la gitana. Ella, respiró hondo sintiendo las mejillas heladas. El viento intentaba limpiar sus lagrimas pero empeoraba la situación, helaba su nariz con las rafagas de viento y lo hacía enrojecer como una verdadera payasa. Los pomelos eran como dos manzanas rojas y deliciosas, acariciadas por la lluvia de verano.
Escuchó gruñir al animal y su estomago pareció encogerse del todo , deseando dar un paso hacía atrás y caer hacía abajo. La vida de Lyuba había sido una muy dura, sus cartas habían sido maldecidas y todas las personas cercanas a ella igual. Pocas veces había sido vista con una sonrisa sincera en los labios, con los ojos brillando ante las palabras de una persona. No, ella era tal cual una estatua que iba a ser moldeada para la frialdad especifica de un ser sin corazón. Pero era tan frágil, tan hermosa y a la misma vez inocente! No podía morir en aquel momento, no en una noche con Luna Llena ! .Eso no era muerte, esa iba a ser una maldición , un pecado que no estaba dispuesta a recorrer. Una última vez sus pulmones fueron inundados de oxigeno cuando el animal se abalanzó sobre ella con velocidad. El cuerpo de Lyuba se desplomó a causa del peso de ambos . ¿Podríamos describir el dolor que ella sintió?. Sí, era mil veces peor que ser torturada por un vampiro. Sentía y parecía ver la imagen viva de sus dientes hundidos en su carne, masticarla y humedecerse el hocico con su sangre. Pero antes, las miradas de ambas se cruzaron. Los ojos del atacante eran de odio,furia, hambre, lujuria y maldad mientras que los de Lyuba eran puros, temerosos y llenos de lagrimas. Ella perdió el conocimiento , la sangre bañaba su vestido blanco y manchaba sus manos . Era un cadáver , otro mas que se sumaba a la lista de las misteriosas muertes de Rumanía.
Había muerto en sus tierras, tal cual sus padres. Llegada a su hora, el espíritu de Lyuba debía de abandonar el cuerpo para siempre pero..no lo estaba haciendo,no deseaba hacer eso. Sabía que no había llegado aun su hora, que tenía otros planes diferentes y que aun tenía cosas que hacer sobre aquella tierra maldita. Demasiado joven para morir de una manera tan brutal. Los labios carnosos, secos y morados a causa del frío y de los múltiples dolores, estaban separados permitiendo llenar los pulmones con aire, poco a poco. Respiraba, pero respiraba con mucha dificultad y en cualquier momento podía abandonar aquella lucha . ¿Para que luchar si su camino iba a ser el mismo camino oscuro sin ninguna farola, vela o una pequeña luz para iluminarlo?. Los ojos estaba cerrados, su cuerpo yacía en el suelo personalizando un cuadro de las operas mas macabras . No,ese no era su final, iba a renacer debido al animal de antes, debido al humano que estaba un poco alejado de ella, mostrando su desnudez en la luna que desaparecía con rápidez.
Escuchó gruñir al animal y su estomago pareció encogerse del todo , deseando dar un paso hacía atrás y caer hacía abajo. La vida de Lyuba había sido una muy dura, sus cartas habían sido maldecidas y todas las personas cercanas a ella igual. Pocas veces había sido vista con una sonrisa sincera en los labios, con los ojos brillando ante las palabras de una persona. No, ella era tal cual una estatua que iba a ser moldeada para la frialdad especifica de un ser sin corazón. Pero era tan frágil, tan hermosa y a la misma vez inocente! No podía morir en aquel momento, no en una noche con Luna Llena ! .Eso no era muerte, esa iba a ser una maldición , un pecado que no estaba dispuesta a recorrer. Una última vez sus pulmones fueron inundados de oxigeno cuando el animal se abalanzó sobre ella con velocidad. El cuerpo de Lyuba se desplomó a causa del peso de ambos . ¿Podríamos describir el dolor que ella sintió?. Sí, era mil veces peor que ser torturada por un vampiro. Sentía y parecía ver la imagen viva de sus dientes hundidos en su carne, masticarla y humedecerse el hocico con su sangre. Pero antes, las miradas de ambas se cruzaron. Los ojos del atacante eran de odio,furia, hambre, lujuria y maldad mientras que los de Lyuba eran puros, temerosos y llenos de lagrimas. Ella perdió el conocimiento , la sangre bañaba su vestido blanco y manchaba sus manos . Era un cadáver , otro mas que se sumaba a la lista de las misteriosas muertes de Rumanía.
Había muerto en sus tierras, tal cual sus padres. Llegada a su hora, el espíritu de Lyuba debía de abandonar el cuerpo para siempre pero..no lo estaba haciendo,no deseaba hacer eso. Sabía que no había llegado aun su hora, que tenía otros planes diferentes y que aun tenía cosas que hacer sobre aquella tierra maldita. Demasiado joven para morir de una manera tan brutal. Los labios carnosos, secos y morados a causa del frío y de los múltiples dolores, estaban separados permitiendo llenar los pulmones con aire, poco a poco. Respiraba, pero respiraba con mucha dificultad y en cualquier momento podía abandonar aquella lucha . ¿Para que luchar si su camino iba a ser el mismo camino oscuro sin ninguna farola, vela o una pequeña luz para iluminarlo?. Los ojos estaba cerrados, su cuerpo yacía en el suelo personalizando un cuadro de las operas mas macabras . No,ese no era su final, iba a renacer debido al animal de antes, debido al humano que estaba un poco alejado de ella, mostrando su desnudez en la luna que desaparecía con rápidez.
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Re: Casa,dulce casa {Privado}
Hacía frío.
Los ramajes se movían como garras en la noche, entrechocando ruidosamente.
La oscuridad era incierta, ya que aquella Luna llena era el astro rey que dominaba a la nocturna.
Los huesos entumecidos, la mente... Confusa.
Había gritado miles de veces en la noche, su conciencia se mezclaba con la de la bestia; en un extremo y en otro, estas ahí pero luego aquí... En su interior un caos infinito oculto tras la aparente inconsciencia en la que se sumaba. Había querido gritar y aullar con todas sus fuerzas, agotando el aire de sus pulmones desde su mente. El corazón que con fuerza golpeaba su pecho, a punto de resquebrajar sus costillas por tan solo huir.
Un deseo irrefrenable porque el dolor finalizase. Así eran las primeros plenilunios, al menos la calma ya llegaba en pocos minutos, antes la agonía duraba horas. Su cabeza había funcionado a demasiado velocidad, como un motor cargado de una derrochadora energía, la cual presionaba de tal modo, que sentía como su cerebro estaba a punto de estallar.
Hasta que la luz tibia de la luna se apagó...
¿Cuánto había pasado? ¿Horas? Quien sabía, ya que el viento había decidido calmar su silbar, y su cuerpo sentía una capa de frialdad que desapareció en cuando sus músculos reaccionaron ante el movimiento. Desnudo Emhyr despertó sintiendo sus músculos doloridos a causa del cambio. Al menos la mente despejada, ya había pasado todo. ¿Todo?
¿Qué era ese olor a sangre? Pronto lo descubriría, empapada en su propia sangre, lenta era su agonía próxima a la muerte, su respiración era dificultosa y su estado casi catatónico.
El turco descubrió lo grave de aquella heridas, era extraño que no hubiese muerte en el acto. De repente la boca le supo a sangre y lo comprendió enseguida... Estaba infectada y él era el responsable.
Un quejido, y el gesto de lamento, ¿cómo había podido llegar a ello? ¡Maldita sea! Blasfemó. ¿Y ahora qué hago?
En la nocturna sus pasos descalzos podía detectarse por el crujido de la hojarasca, responsable por aquel accidente, por aquel acto, la tomaría en brazos dispuesto a llevarla a la casa donde residía, recordando lo que había hecho su Hacedora por él y midiendo cuando surgirían los primeros síntomas.
Fue extraño y todo sucedió deprisa: nadie pregunto en cuanto entro desnudo a la casa y cargando con una chica medio muerta, al parecer algunos sospechaban sobre su “maldición” y le temía, solo esperaban cobrar el dinero prometido y alejarse de aquel hombre enseguida; sin rechistar obedecieron sus ordenes como autómatas, una cama limpia, que la sirvienta asease a la chica y en todo momento controlasen la fiebre y delirios que iba a comenzar a darle, tal y como le había ocurrido a él, todo ello mientras el se aseaba, tomaba ropas limpias y buscaba aquellas hierbas que usaba para remediar su dolor.
Mientras todo aquello ocurría Emhyr no dejaba de pensar en su hermana pequeña, la cual dormía unas habitaciones próximas, al menos le había advertido que en el tren no la acompañaría al menos al principio. Los hombres que había contratado en su viaje por aquellas tierras tenía órdenes que al parecer no dudaban en desobedecer.
Todo paso rápido, y el amanecer tiñó de rosado el cielo, la habitación quedo vacía y Emhyr que tenía un estado lamentable no pudo quedarse dormido junto al lecho de la su “víctima”.
Los ramajes se movían como garras en la noche, entrechocando ruidosamente.
La oscuridad era incierta, ya que aquella Luna llena era el astro rey que dominaba a la nocturna.
Los huesos entumecidos, la mente... Confusa.
Había gritado miles de veces en la noche, su conciencia se mezclaba con la de la bestia; en un extremo y en otro, estas ahí pero luego aquí... En su interior un caos infinito oculto tras la aparente inconsciencia en la que se sumaba. Había querido gritar y aullar con todas sus fuerzas, agotando el aire de sus pulmones desde su mente. El corazón que con fuerza golpeaba su pecho, a punto de resquebrajar sus costillas por tan solo huir.
Un deseo irrefrenable porque el dolor finalizase. Así eran las primeros plenilunios, al menos la calma ya llegaba en pocos minutos, antes la agonía duraba horas. Su cabeza había funcionado a demasiado velocidad, como un motor cargado de una derrochadora energía, la cual presionaba de tal modo, que sentía como su cerebro estaba a punto de estallar.
Hasta que la luz tibia de la luna se apagó...
¿Cuánto había pasado? ¿Horas? Quien sabía, ya que el viento había decidido calmar su silbar, y su cuerpo sentía una capa de frialdad que desapareció en cuando sus músculos reaccionaron ante el movimiento. Desnudo Emhyr despertó sintiendo sus músculos doloridos a causa del cambio. Al menos la mente despejada, ya había pasado todo. ¿Todo?
¿Qué era ese olor a sangre? Pronto lo descubriría, empapada en su propia sangre, lenta era su agonía próxima a la muerte, su respiración era dificultosa y su estado casi catatónico.
El turco descubrió lo grave de aquella heridas, era extraño que no hubiese muerte en el acto. De repente la boca le supo a sangre y lo comprendió enseguida... Estaba infectada y él era el responsable.
Un quejido, y el gesto de lamento, ¿cómo había podido llegar a ello? ¡Maldita sea! Blasfemó. ¿Y ahora qué hago?
En la nocturna sus pasos descalzos podía detectarse por el crujido de la hojarasca, responsable por aquel accidente, por aquel acto, la tomaría en brazos dispuesto a llevarla a la casa donde residía, recordando lo que había hecho su Hacedora por él y midiendo cuando surgirían los primeros síntomas.
Fue extraño y todo sucedió deprisa: nadie pregunto en cuanto entro desnudo a la casa y cargando con una chica medio muerta, al parecer algunos sospechaban sobre su “maldición” y le temía, solo esperaban cobrar el dinero prometido y alejarse de aquel hombre enseguida; sin rechistar obedecieron sus ordenes como autómatas, una cama limpia, que la sirvienta asease a la chica y en todo momento controlasen la fiebre y delirios que iba a comenzar a darle, tal y como le había ocurrido a él, todo ello mientras el se aseaba, tomaba ropas limpias y buscaba aquellas hierbas que usaba para remediar su dolor.
Mientras todo aquello ocurría Emhyr no dejaba de pensar en su hermana pequeña, la cual dormía unas habitaciones próximas, al menos le había advertido que en el tren no la acompañaría al menos al principio. Los hombres que había contratado en su viaje por aquellas tierras tenía órdenes que al parecer no dudaban en desobedecer.
Todo paso rápido, y el amanecer tiñó de rosado el cielo, la habitación quedo vacía y Emhyr que tenía un estado lamentable no pudo quedarse dormido junto al lecho de la su “víctima”.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Casa,dulce casa {Privado}
El frío helaba cada vez mas los huesos de la gitana. Bañada en su propia sangre , helada completamente y casi muerta seguía luchando por su vida . Miserable vida, pero era suya y nadie podía arrebatársela de aquella manera brutal y rápida. Aun con los ojos cerrados, podía ver con claridad todo el curso de su vida, unas imágenes que pasaban rápido ante sus ojos y nisiquiera podía parar aquellos dolores infernales del pasado. Es éste el consuelo, el placer y la razón de nuestras divagaciones mortuorias: ¡Tan lejos está la muerte, y tan imprevisto lo que debemos vivir aún!¿Aún...? No han pasado dos segundos: la noche está exactamente a la misma altura; las sombras no han avanzado un milímetro. Muerta. Podía considerarse muerta en su cómoda postura. Una mano cerca de la cabeza mientras que la otra mano yacía plácidamente sobre el vientre, empapando su palma con la sangre carmesí .
De sus labios entreabiertos se escuchó un pequeño quejido cuando abandonó el suelo. Responsable era el dichoso hombre por marcarla con aquella maldición. Pocos segundos su mente intentaba luchar para no perder también la conciencia pero abandonó rápido así como sus padres la abandonaron. Perdió el conocimiento y la noción del tiempo.
Todo transcurrió rápido. Lyuba fue llevada a la casa del hombre donde recibió los cuidados necesarios. ¡Cómo si eso iba a bastar para que la gitana le perdonase por lo que había echo!. Aun inconsciente, ella fue dejada en una cama limpia donde sus sabanas eran limpias , frescas y demasiado finas. Pero ella no sentía, no oía, no olía y no se daba cuenta del alboroto de su presencia en aquella casa. Una criada limpiaba su herida , curándola e intentando vendarla mientras que otra estaba horrorizada de aquella gravedad que el estado de la morena presentaba.
Las horas pasaban y la morena no mostraba ninguna señal , nisiquiera su pecho ,que normalmente , bajaba y subía incontroladamente. No. Nada de eso . Al final de un camino, la luz dejaba de brillar y ella seguía caminando y caminando hasta que algo o alguien, no sabía con exactitud, la traslado de aquella imagen para situarla en el momento de la escena del crimen.
Movía la cabeza de un lado a otro sollozando, suplicando, lloriqueando y quejándose por sus dolores , por su vida . Varias gotas de sudar resbalan de su frente, su piel subía a temperaturas inhumanas y apretaba sus dientes con fuerza. Ahogaba gritos, se movía sobre la cama y pedía auxilio a las sombras de la muerte. Las mujeres no sabían que mas hacer, estaban desesperadas y sus plegarias a Dios eran cada vez mas frecuentes. Todo aquello sucedió hasta que los rayos del sol despertaron por completo a Lyuba. Su cuerpo estaba mas tranquilo, pero parecía arder en infinitas llamas. Despegando los parpados, la gitana observó el lugar. Las mujeres ya no estaban con ella, la abandonarón en la madrugada para ir a por trapos limpios. Perfecto. Debía escapar. No recordaba nada, no reconocía a nadie y menos a ella. Levantó su cabeza de la almohada blanca y no pudo reprimir hacer una mueca de dolor.
Buscó con sus ojos y sus manos la zona de dolor e hizo un esfuerzo por recordar lo sucedido. Todas las imágenes aparecieron con brusquedad . No podía creer , no deseaba creer . Había renacido , se sentía una extraña, desconocía quién era y solo las imágenes del lobo feroz estaban presentes. Bajó de la cama y buscó con los ojos ropa , lo único que encontró fue un albornoz de color negro . Familia adinerada. De eso no cabía duda, los diseños de la habitación indicaban que no les faltaba nada a los desconocidos. Dirigió sus piés a la puerta y se aseguró de que nadie se encontraba por los pasillos.
Rápido, con dolores y aguantando todo, se dirigió hacía la gran puerta . No podía abrirla y hacía un ruido infernal – Vamos... - exigió entre dientes. Una de las criadas la vio e intentó acercarse pero el pánico la obligó quedarse donde estaba – Señorita! Gracias a Dios! No puede irse, no esta curada del todo. Por favor..no se vaya – Lyuba se dio la vuelta. Estaba furiosa , cabreada y de mal humor – Abre la puerta – ordenó ella furiosa, con mal carácter y apoyando una mano en la puerta ,prohibiendo un desplomo – No puedo hacer eso... - es excusó la anciana dando dos pasos hacía Lyuba – Usted esta debilitada, coma algo...vamos, señorita – Lyuba cayó de rodillas pero no se desmayó – Estoy bien, maldita sea!. Quiero salir de esta puta casa en este … - hizo una pausa ; un fuerte dolor de cabeza y una sensación insoportable que recorrió su espalda provocando un escalofrío – mismo instante – finalizó observando a la mujer con frialdad a través de varios mechones negros.
De sus labios entreabiertos se escuchó un pequeño quejido cuando abandonó el suelo. Responsable era el dichoso hombre por marcarla con aquella maldición. Pocos segundos su mente intentaba luchar para no perder también la conciencia pero abandonó rápido así como sus padres la abandonaron. Perdió el conocimiento y la noción del tiempo.
Todo transcurrió rápido. Lyuba fue llevada a la casa del hombre donde recibió los cuidados necesarios. ¡Cómo si eso iba a bastar para que la gitana le perdonase por lo que había echo!. Aun inconsciente, ella fue dejada en una cama limpia donde sus sabanas eran limpias , frescas y demasiado finas. Pero ella no sentía, no oía, no olía y no se daba cuenta del alboroto de su presencia en aquella casa. Una criada limpiaba su herida , curándola e intentando vendarla mientras que otra estaba horrorizada de aquella gravedad que el estado de la morena presentaba.
Las horas pasaban y la morena no mostraba ninguna señal , nisiquiera su pecho ,que normalmente , bajaba y subía incontroladamente. No. Nada de eso . Al final de un camino, la luz dejaba de brillar y ella seguía caminando y caminando hasta que algo o alguien, no sabía con exactitud, la traslado de aquella imagen para situarla en el momento de la escena del crimen.
Movía la cabeza de un lado a otro sollozando, suplicando, lloriqueando y quejándose por sus dolores , por su vida . Varias gotas de sudar resbalan de su frente, su piel subía a temperaturas inhumanas y apretaba sus dientes con fuerza. Ahogaba gritos, se movía sobre la cama y pedía auxilio a las sombras de la muerte. Las mujeres no sabían que mas hacer, estaban desesperadas y sus plegarias a Dios eran cada vez mas frecuentes. Todo aquello sucedió hasta que los rayos del sol despertaron por completo a Lyuba. Su cuerpo estaba mas tranquilo, pero parecía arder en infinitas llamas. Despegando los parpados, la gitana observó el lugar. Las mujeres ya no estaban con ella, la abandonarón en la madrugada para ir a por trapos limpios. Perfecto. Debía escapar. No recordaba nada, no reconocía a nadie y menos a ella. Levantó su cabeza de la almohada blanca y no pudo reprimir hacer una mueca de dolor.
Buscó con sus ojos y sus manos la zona de dolor e hizo un esfuerzo por recordar lo sucedido. Todas las imágenes aparecieron con brusquedad . No podía creer , no deseaba creer . Había renacido , se sentía una extraña, desconocía quién era y solo las imágenes del lobo feroz estaban presentes. Bajó de la cama y buscó con los ojos ropa , lo único que encontró fue un albornoz de color negro . Familia adinerada. De eso no cabía duda, los diseños de la habitación indicaban que no les faltaba nada a los desconocidos. Dirigió sus piés a la puerta y se aseguró de que nadie se encontraba por los pasillos.
Rápido, con dolores y aguantando todo, se dirigió hacía la gran puerta . No podía abrirla y hacía un ruido infernal – Vamos... - exigió entre dientes. Una de las criadas la vio e intentó acercarse pero el pánico la obligó quedarse donde estaba – Señorita! Gracias a Dios! No puede irse, no esta curada del todo. Por favor..no se vaya – Lyuba se dio la vuelta. Estaba furiosa , cabreada y de mal humor – Abre la puerta – ordenó ella furiosa, con mal carácter y apoyando una mano en la puerta ,prohibiendo un desplomo – No puedo hacer eso... - es excusó la anciana dando dos pasos hacía Lyuba – Usted esta debilitada, coma algo...vamos, señorita – Lyuba cayó de rodillas pero no se desmayó – Estoy bien, maldita sea!. Quiero salir de esta puta casa en este … - hizo una pausa ; un fuerte dolor de cabeza y una sensación insoportable que recorrió su espalda provocando un escalofrío – mismo instante – finalizó observando a la mujer con frialdad a través de varios mechones negros.
Lyuba A. Yumara- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 06/03/2011
Edad : 30
Localización : Inside your heart.I'm certain that this will be the end of your life
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Re: Casa,dulce casa {Privado}
No fue sino el jaleo que en unos pocos minutos se formó en la enorme habitación, lo que hizo que el turco despertará de su ligero sueño.
Si, había estado toda la noche intentado remediar su error hasta que había quedado dormido sobre aquel sillón, esperando que no le hubiese transmitido la maldición del “hombre lobo”, ya que él exactamente no sabía como se transmitía, recordaba poco de la noche en la que Adrianne le había convertido en licántropo. Un mordisco, ¿tan solo? ¿O le había hecho falta más? Lo ignoraba. Aunque pareciese extraño, era más docto en vampiros que en los de su propia especie, le quedaba mucho por descubrir y por ahora solo las palabras de su hacedora y su propia experiencia le había servido para crear una imagen de lo que era.
Desde su asiento contemplo la escena en silencio. La joven esta furiosa, aquello era buena señal, ya que eso significaba que sobreviviría a las heridas, que ninguna debilidad iba a poder contra su vida.
De repente cayó de rodillas y ésto hizo entrar en dudas sobre su suposición, que la preocupación se hiciese con él. La verdad no deseaba cargar con otra muerte.
Con paso ligero camino junto a ambas mujeres, en el idioma de aquella tierra echo a la anciana con una actitud un tanto seca, la anciana rechisto, pero solo basto una mirada para que se silenciaba y marchase de aquel lugar. Todos los sirvientes de aquella casa desde que al había pisado le temían, sabían que el “extranjero” tenía algún tipo de mal en su interior, y más les valía no despertarlo.
-¿Cómo te encuentras? -Emhyr se arrodillo junto a ella, le habló con suavidad. Sus manos hicieron ademán por ponerlas sobre sus hombros, pero retrocedieron de golpe. -Ese olor...
Sus ojos castaños la examinaron de arriba a abajo, frunció el ceño en una expresión indescifrable.
“Su sangre... “
Aunque eran vestigios de su memoria lobo, aun recordaba el olor de aquella humana, el miedo que emitía por sus poros mientras él la perseguía bajo la fuerza de sus cuatro patas, el respirar ahogado de la víctima que se cansaba pero luchaba por sobrevivir, el ferrero sabor abrumador que le había atrapado al gustar su paladar. Sin conocerla, sin saber nada de ella, ya le había gustado, o más bien a la bestia de su interior que a pesar de estar hambriento de ella, no había sido el tipo de hambre relacionado con el alimento, era un sentimiento más oscuro, más cercano a la lujuria... Por ello no había acabado con su vida.
De repente a Emhyr le había parecido escuchar en su propia mente aquella risa satisfecha y endemoniada del lobo de su interior. Aun no se acostumbraba a eso, él era un licántropo inestable, con la mente aun dividida por dos almas que luchaba por la dominación. Su Hacedora se lo había nombrado aquello, era cuestión de años el que consiguiese esa unión, en que su consciencia fuese una y hubiese un control del instinto animal, un instinto que si era de admitir, al le gustaba en las noche de luna llena que dominara toda su consciencia. Era como si desde siempre hubiese tenido ese instinto animal incontrolable que solo necesitaba del toque del maldito para hacerlo despertar.
-Mirame... -Sin mucho reparo, tomó su barbilla con fuerza, obligándote a alzar el rostro para que le mirase directamente a los ojos, una cortina de mechones de ébano se deslizaron en las mejillas de la joven. Emhyr se mordió el dorso de aquella mano libre, un gesto de dolor y pronto le mostró a aquella chica el hilo de sangre de su propia mano, la herida no tardó en regenerarse por si sola, pero aquel gesto fue suficiente para ver lo que deseaba. Al igual que a él, los ojos de la chica cambiaron de color. Si, en ellos pudo ver el propio reflejo de los suyos propio, como si ambos hubiesen heredado el mismo color de ojos de una misma madre, allí estaban dorados como los del lobo y sus pupilas extrañamente dilatadas, demasiado. -Esta infectada. -Terminó por decir, soltándole le rostro, luego dispuso ambas manos en los hombros de ella para levantarla. -Aunque te parezca raro, lo que te diga... Dime solamente lo que sientes, lo que percibes. Es por tú bien, por favor.
OFF: Sorry por tardar, >.< mucho lio en mi vida
Si, había estado toda la noche intentado remediar su error hasta que había quedado dormido sobre aquel sillón, esperando que no le hubiese transmitido la maldición del “hombre lobo”, ya que él exactamente no sabía como se transmitía, recordaba poco de la noche en la que Adrianne le había convertido en licántropo. Un mordisco, ¿tan solo? ¿O le había hecho falta más? Lo ignoraba. Aunque pareciese extraño, era más docto en vampiros que en los de su propia especie, le quedaba mucho por descubrir y por ahora solo las palabras de su hacedora y su propia experiencia le había servido para crear una imagen de lo que era.
Desde su asiento contemplo la escena en silencio. La joven esta furiosa, aquello era buena señal, ya que eso significaba que sobreviviría a las heridas, que ninguna debilidad iba a poder contra su vida.
De repente cayó de rodillas y ésto hizo entrar en dudas sobre su suposición, que la preocupación se hiciese con él. La verdad no deseaba cargar con otra muerte.
Con paso ligero camino junto a ambas mujeres, en el idioma de aquella tierra echo a la anciana con una actitud un tanto seca, la anciana rechisto, pero solo basto una mirada para que se silenciaba y marchase de aquel lugar. Todos los sirvientes de aquella casa desde que al había pisado le temían, sabían que el “extranjero” tenía algún tipo de mal en su interior, y más les valía no despertarlo.
-¿Cómo te encuentras? -Emhyr se arrodillo junto a ella, le habló con suavidad. Sus manos hicieron ademán por ponerlas sobre sus hombros, pero retrocedieron de golpe. -Ese olor...
Sus ojos castaños la examinaron de arriba a abajo, frunció el ceño en una expresión indescifrable.
“Su sangre... “
Aunque eran vestigios de su memoria lobo, aun recordaba el olor de aquella humana, el miedo que emitía por sus poros mientras él la perseguía bajo la fuerza de sus cuatro patas, el respirar ahogado de la víctima que se cansaba pero luchaba por sobrevivir, el ferrero sabor abrumador que le había atrapado al gustar su paladar. Sin conocerla, sin saber nada de ella, ya le había gustado, o más bien a la bestia de su interior que a pesar de estar hambriento de ella, no había sido el tipo de hambre relacionado con el alimento, era un sentimiento más oscuro, más cercano a la lujuria... Por ello no había acabado con su vida.
De repente a Emhyr le había parecido escuchar en su propia mente aquella risa satisfecha y endemoniada del lobo de su interior. Aun no se acostumbraba a eso, él era un licántropo inestable, con la mente aun dividida por dos almas que luchaba por la dominación. Su Hacedora se lo había nombrado aquello, era cuestión de años el que consiguiese esa unión, en que su consciencia fuese una y hubiese un control del instinto animal, un instinto que si era de admitir, al le gustaba en las noche de luna llena que dominara toda su consciencia. Era como si desde siempre hubiese tenido ese instinto animal incontrolable que solo necesitaba del toque del maldito para hacerlo despertar.
-Mirame... -Sin mucho reparo, tomó su barbilla con fuerza, obligándote a alzar el rostro para que le mirase directamente a los ojos, una cortina de mechones de ébano se deslizaron en las mejillas de la joven. Emhyr se mordió el dorso de aquella mano libre, un gesto de dolor y pronto le mostró a aquella chica el hilo de sangre de su propia mano, la herida no tardó en regenerarse por si sola, pero aquel gesto fue suficiente para ver lo que deseaba. Al igual que a él, los ojos de la chica cambiaron de color. Si, en ellos pudo ver el propio reflejo de los suyos propio, como si ambos hubiesen heredado el mismo color de ojos de una misma madre, allí estaban dorados como los del lobo y sus pupilas extrañamente dilatadas, demasiado. -Esta infectada. -Terminó por decir, soltándole le rostro, luego dispuso ambas manos en los hombros de ella para levantarla. -Aunque te parezca raro, lo que te diga... Dime solamente lo que sientes, lo que percibes. Es por tú bien, por favor.
OFF: Sorry por tardar, >.< mucho lio en mi vida
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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