Bienvenida a tu casa [Privado]

por **Donovan Ozuna** Lun Abr 01, 2013 11:30 pm

Al estar recostado en la cama no me di de la hora, no que se hizo noche. Un suspiro salio de mis labios, añorandola, la cama se sentía vacía sin ella, la casa, hasta yo, a veces odiaba que mi mujer se fuera de viaje, sí, ella es una artista de la música, tiene giras, tras giras, pero me deja solo, completamente solo en la casa. La extraño, mucho, aunque sea un vampiro necesito a mi mujer a mi lado, abrazándome, amándome, en fin, la necesito. No se cuando vendrá, no se me ha mandando una carta diciéndome la fecha, estoy un poco preocupado ¿Y si le paso algo? No ella se sabe cuidar bien, pero. Un gruñido sale de mis labios sentándome en la cama, que ahora me quedaba grande, sin ella. -Espero que estés bien mi amor...-Logré decir para levantarme de la cama, estaba en pijama desde que se fue, este viaje no me he sentido con la capacidad de salir, soy joven...mi apariencia es de ser un joven pero tengo más años, pero solo necesito que ella este conmigo para sentirme completo, sin ella, no soy nadie. Me recargue en la ventana solo esperándola-Llega...-susurré cerrando mis ojos, deseando verte, deseándote.

por **Kathryna K. Van Der Linde** Lun Abr 01, 2013 11:46 pm

Esa gira había sido sumamente cansada, no sabía como es que Kathryna se había podido contener tanto después de estar lejos de casa y mal alimentarse, pero al finalizar el concierto, había salido tan rápido que nadie la había visto, había ido a beber algo para poder reponer fuerzas, no podría llegar a casa si estaba mal.

Apareció en el hotel donde se hospedaba y todos le interrogaron pero a ninguno respondió, ella sólo quería volver a los brazos de su esposo, ya tenía mucho tiempo sin saber de él y le carcomía la duda de saber si se encontraba bien, pero ya no esperaría mucho tiempo más.

Llegada la noche apareció en un carruaje que la dejó en frente de su casa, dijeron que el piano llegaría unos días después pero que estaría listo para el próximo concierto, ella asintió y simplemente se dirigió a la casa, todo parecía igual, no le había dado tiempo de decirle a Donovan cuando volvería, sólo esperaba que estuviera en casa, subió las escaleras de forma lenta hasta que abrió la puerta de la recámara y observó a su marido, llevaba la pijama ¿Cuánto tenía que no salía de ahí?

-Espero que sea a mí a quien espera señor Ozuna- dijo que con una sonrisa mientras se acercaba a su marido dejando su maleta en el piso y aventándose a sus brazos cual niña pequeña -No sabes cuánto te extrañé- comentó apretándolo con fuerza y cerrando los ojos, a veces ya no quería dar conciertos, pero no podía dejarlo así como así.

por **Donovan Ozuna** Mar Abr 02, 2013 12:10 am

Permanecí con mis ojos cerrados, de repente escuche como el sonido de un carruaje se detenía enfrente de mi casa, fue hasta donde se encontraba la vela, sabia perfectamente quien era, no era tonto y más por ese aroma tan familiar que esa persona tenia. Sople la vela, apagandola, volví al marco de la ventana y recargue mi hombre cruce mis brazos y solo la luz de la luna me iluminaba, me daba un toque, raro, no sabía como describirla pero era raro, mi mujer siempre me lo decía. Escuche claramente como la puerta del carruaje se abrió, sonando unos tacones, mis sonrisa de alargo más por fin el momento había llegado, por fin, ella, la señora de la casa había vuelto a su destino a donde pertenece, me voltee dándole la espalda a la ventana, recargue por completo mi espalda, ladee mi rostro, esperando verla pasar por la puerta de nuestro recamara.

El aroma de mi mujer estaba comenzando a impregnarse en la casa nuevamente, semanas sin estar en la casa el aroma se había ido, pero ahora que ella llego, escuche los pasos, parecía apresurada ¿Tantas ganas tiene de verme? Porque yo si, quiero tenerla en mis brazos, quiero que se derrita, aunque ese seré yo. Suspiré un poco, mire que la puerta se abrió, escuche como el equipaje caía al suelo y unos brazos envolverme mi cuerpo, yo, hice lo mismo, la rodee, la estreche en mi cuerpo, escuche lo que me decía, por fin, por fin me sentía completo con ella a mi lado. Bese su nuca, tome su rostro entre mis manos, delicado, porque pensaba que se iba a romper-Claro que si, Señora Ozuna, siempre la esperaré a usted ¿A quien más podría esperar?-Pregunte tras otra pregunta, la mire hermosa como siempre-La extrañado tanto que la noción del tiempo se detuvo cuando te fuiste...-Confesé porque para mi era así, acerque mis labios-Dios, cuanto te extrañe...-Susurre besándola, devorando aquellos labios por un momento, luego, me separé y la volvo abrazar, como la niña que es, mi niña.

por **Kathryna K. Van Der Linde** Mar Abr 02, 2013 12:25 am

Estaba ahí como siempre, esperándola, viéndose tan hombre, tan... Misterioso, tan galante, era todo para ella aunque pocas veces lo dijera, había sido más que un maestro, un tío o un esposo, él había roto las barreras del tiempo con ella y no había brazos más seguros que los que él poseía, ni siquiera más amorosos, todo aquello era perfecto, sólo porque Donovan estaba ahí, él hacía posible la perfección.

Su aroma inundó los pulmones de la vampiresa casi de inmediato cuando se quedó entre sus brazos, sintió sus labios en su nuca y sonrió mientras veía aquellos ojos claros que la habían enamorado día con día, todos los días era enamorarse de nueva cuenta -Y yo a ti, amor, te he extrañado como no pensé que lo haría...- murmuró mientras sus labios se fundían con los de él en un apasionado beso. Cuando sus brazos la envolvieron ella suspiró de nuevo mientras reposaba la cabeza en su hombro, aquella delicadeza tan propia de él -¿Qué hiciste en mi ausencia además de dormir?- preguntó con una sonrisa en los labios mientras estos besaban delicadamente su cuello, su fría piel había sido tan necesaria para la mujer que no sabía que hacía él para hacerla extrañarlo tanto.

-No me volveré a ir- dijo sin moverse demasiado, sabía que aquello no sería verdad, pero quería un día poder cumplirlo, en verdad ya no necesitaba el dinero de las giras, pero le encantaba tanto la música que el deseo de seguir en aquél ambiente era siempre mucho más fuerte que cualquier otra cosa -Ya no me dejes ir de nuevo, amárrame a ti- comentó sonriendo mientras una de sus manos se dedicaba a delinear su mejilla como si de un cristal se tratara.

por **Donovan Ozuna** Mar Abr 02, 2013 7:15 pm

Kathryna Van Der Linde, mi esposa, la razón de me existir, la luz de mi oscuridad, la que lleva las rienda de mi vida, la que es dueña de todo mi ser, ella, simplemente ella es la única en mi vida. Aunque mi mejor amigo quiere que tenga un amante, no podría tenerla, por esta maravillosa mujer que tengo entre mis brazos, la amo tanto que no podía engañarla por ningún momento ¿Como haría eso? ¡No! sería un completo imbécil si llegara acostarme con una mujer que se me abre de piernas tan fácilmente. Y me ha pasado sin fin de veces cuando ella se va de gira pero desde que la hice mi prometida no he tocado a ninguna mujer por respeto a esta mujer que amo con todo mi ser.

Conozco a mi esposa como la palma de mi mano, claro, la mire nacer, la mire crecer, convertirse en toda una mujer y ahora es mi esposa, era su Tío, convirtiéndome en su mejor amigos, después en su prometido y por ultimo su esposo, la convertí. Como podía dejar morir a la mujer que amo si tengo el don de hacerlo, fui egoísta al no darle los hijos que ella siempre soñó, pero esta conmigo, podemos adoptar algunos, pero ella es mía, soy posesivo con ella, claro, no mentiré antes conocerla, tuve una esposa, a la que ame mucho pero al ser humana y dejar que siguiera su curso de vida murió, al ver a mi mujer morir supe que no iba a soportar ver otra vez a una mujer que ame y eso lo que me paso con Kathryna, pero no deje que muriera, la hice vampira como yo, no importa si fui egoísta pero ahora ella sera mi esposa eternamente.

Al escuchar su dulce voz me tranquilizo por completo-Que bueno que no fui el único que extraño-Susurré, como un canto en sus labios, pero sin volverla a besar, mirándola fijamente, solamente, perdiéndome en sus ojos, en esos hermosos ojos que ella tiene. Sin dejar de abrazarla la lleve a nuestra cama donde la deposite lentamente, con cuidado hasta recostarla junto conmigo, sabía que tenia que cambiarse pero, luego, más al rato cuando la disfrute yo-Bueno, aparte de quedarme en casa, vino ya sabes...-No quería decir su nombre, sabía que le molestaba que viniera a la casa, por ser un libertino-Hizo una fiesta...-Confesé, le tenia que decir todo-Trajo a bailarinas del cabaret, pero te juro que no paso nada conmigo, los eche antes de que fuera más haya, así que después me quede leyendo un libro, después pinte un jardín que más tarde te lo enseñaré-La mire sonriendo.

No le creo cuando dice que no se volverá a ir, su gira hace que se aleje de mi lado, pero me lo he pensando bien, iré cuando ella tenga gira, iré con ella siempre no pretendo estar nuevamente en esta casa-Te amarraré a mi, para que no te alejes de mi...-Susurre, me puse sobre ella, le abrí las piernas para ponerme sobre ella-Ahora Señora Ozuna, es hora de recuperar el tiempo perdido...-Susurré, moviendo mi cadera sobre la suya, subiendo el vestido y besándola lentamente en sus labios, lamiéndolos lentamente hasta introducir mi lengua en su boca. La anhelaba como mujer sobre todo.

por **Kathryna K. Van Der Linde** Miér Abr 03, 2013 7:51 pm

Estar de nuevo con él sentir lo que hacían sus brazos, su cuerpo, sus besos, todo hacía que kathryna se sintiera por fin completa, era una especie de complemento que había encontrado hace ya bastantes años, no podía mentir, ni tampoco lo haría, la absoluta verdad es que ese hombre había estado su vida entera con ella y pretendía que así fuera por siempre. Suspiró mientras se quedaba contemplando los ojos celestes de su marido, aquellos mismos que le daban tanta paz, los mismos que siempre la reprendían con tan sólo una mirada, acarició con la yema de sus dedos la mejilla fría del vampiro, pero que a ella le parecía tan cálida, tan llena de vida que no había manera de que existiera otra persona mejor que la que ahora la sostenía.

Se dejó llevar a la cama, ella también quería sentir el cuerpo de su marido, quería que la hiciera de nuevo suya, que le recordara que no había un hombre mejor que él para ella, que no pertenecía a absolutamente nadie que no fuera Donovan Ozuna, eso era perfecto hasta que mencionó a aquél ser que tanto odiaba la mujer, se tensaron sus dientes y rechinaron en un suave quejido -¿Y con cuántas te acostaste?- murmuró completamente enojada, ya no estaba la cándida y cariñosa que había estado hace un momento, ahora la ira se veía en sus ojos pero sobre todo los celos que podía llegar a sentir de que él estuviera con alguien más, no porque pensara que alguien se lo pudiera quitar, sino porque él se había atrevido a estar con alguien.

-Leíste...- murmura mientras siente como se coloca entre sus piernas y su cuerpo casi reacciona de manera inmediata aferrando su cadera con posesión -Amárrame... Hazme lo que quieras- murmuró mientras sus labios se funden con los ajenos y las manos acarician su espalda mientras la propia se arquea sintiendo los movimientos de su pelvis -Eres mío, siempre serás mío...- murmura soltando un leve gemido que queda ahogado en la boca ajena, sus dedos suben por su espalda hasta su nuca enredándose en su cabello haciendo un beso profundo como si sus lenguas lucharan una y otra pero sólo querían demostrarse cuanto se amaban, ella misma levantó la cadera hacia él haciendo los roces más profundos.

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