El sufrimiento de dos personas es tan grane que una puede llegar a odiar y vengarse…y ¿La otra? [Privado]

por **Anz Durchlass** Dom Abr 08, 2012 10:17 am

“El peor enemigo de un hombre no es el mismo si no el odio de una mujer, es peor que la muerte”

La vida de un hombre solo no es nada fácil, perdí a mi madre, una enfermedad, nadie supo lo que realmente tenia, según era un simple resfriado, que con reposo se iba aliviar, pero, pero se empezó a complicar mas y mas hasta el punto de que ya no podía salir de la cama, donde su pequeño y frágil cuerpo cae, donde la muerte me la estaba arrebatando de las manos hasta que lo logro. Tengo una esposa, pero…ella no se encuentra conmigo, desde hace años se alejo de mi sin decir ninguna sola palabra, ella siempre estaba alejada de mi de todos modos, cuando se entrego a él, cuando se entrego a mi esa noche, pensé que las cosas entre nosotros iba a mejorar, íbamos hacer un matrimonio como cualquiera que se ama, que la esposa lo apoya en todo, que…pero no fui asi, al contrario fue peor, fue un sufrimiento para ambos, ella siempre pensaba que me metía con las cortesanas, eso para mí fue lo peor, cada vez que me la quería acercar ella se alejaba como si fuera yo un apestado.

Hacia todo lo posible para llevar este matrimonio, yo estaba enamorado de ella, la amaba tanto que daría mi vida por ella, pero…ella…ella me dejo, se fue sin decir más… ¿El porque? Porque por despecho hice una estupidez, una verdadera estupidez sin pensar el resultado, era para hacerla sufrir, metí a una cama a una cortesana desnuda, mi cuerpo tampoco tenía rosa, me había puesto encima de ella, cuando entro Rose la bese sin pensar del dolor de ella, pensado que me había acostado con ella, solo para hacerla sufrir, pero nunca pensé que esa misma noche se había ido de mi lado y yo…solo, en pocos meses mi madre murió y me quede solo, completamente solo. Solo quería hacerle saber que sin ella iba hacer esto, no había tenido relaciones con ella, pero…pero ella pensó que si ese era mi objetivo pero al verla con sus ojos Salí salirse, con lagrimas me hizo pensar en mucho…solo por venganza fue a pasar todo eso y desde ese día y desde hoy no la he visto, a esa mujer la ame…la amo todavía, esperando que un día volviera y me perdonara pero eso se sería un milagro que volviera y sobre todo me perdonara.

Avente rápidamente la copa que tenía en mi mano derecha, observando como se estampaba en la pared de mi despacho, que se rompía en mil trozos, el líquido café que tenia se derramaba por el piso, mientras yo me encontraba en medio de mi despacho sin saber qué hacer, sin saber a dónde ir, desde ese momento no he pisado el burdel no sabía del porque, tenía miedo de pisarlo, de que aparecía Rose y me encontrara asi, yo a esa mujer la amo con todas mis fuerzas pero ella me dejo, ella se fue, sin explicarle, sin decirle que todo había sido una pésima broma, una venganza sin sentido, pero si vuelve…que lo dudo, haría todo lo posible para recupérala, era ella la que amaba, Rose era la mujer que deseo tener conmigo-Pero tú la alejaste de ti Anz, tú mismo fuiste el causante de esto-Voltee y mire a mi amigo, que estaba sentando enfrente del piano-Tu mismo la alejaste de ti, por esa estupidez que hiciste, claramente te dije que, que ibas hacer perdiendo, pero como siempre…-Se detuvo, abriendo la pequeña caja del piano-Como siempre, no me hiciste caso y mírate, estas solo…-Empezó a tocar una pequeña melodía pero paro, observándome-¿Qué?-Pregunte, por la mirada que me daba-Se que tuve la culpa…Saldré-El vivía conmigo su esposa lo había echado porque si le hizo infiel, como estaba solo…yo le dije que se viniera a vivir conmigo-Al rato vengo-cuando iba a dar un paso hacia la puerta me detuvo-No salga Anz…me entere de que estaban buscando alguien…no se a quien pero, no salgas te puede pasar algo-Susurra en mi oído volteando a verlo-De acuerdo, no saldré-Le dije, soltándome de su agarre y saliendo del despacho.

Me encamine, Salí de la casa, yéndome al jardín, camine hasta que me encontré en el jardín era grande, tenía mucho espacio, tenía una fuente que la puse para que mi madre se sentara ahí, pero ella había muerto. Me acerque a la fuente observando como el agua cae como si fuera una cascada. Me quede ahí observando simplemente.

por **Rose Thorvald** Lun Jun 25, 2012 7:18 am

Aunque el odio la corroía desde hacía cuatro años al haber descubierto a su marido con una cortesana, aún lo tenía en sus pensamientos. Lo maldecía una y otra vez cada vez que se daba cuenta que lo tenía en su cabeza y se odiaba y lo odiaba más al hacerlo. ¿Cómo? ¿Por qué? Maldito desgraciado. Se había casado con él, lo había amado con toda su alma, pero la vergüenza y la timidez hizo que Anz buscara amor... o calor carnal con otra mujer en vez de esperar un tiempo más y que Rose perdiera aquellos sentimientos que le hacían echarse hacia atrás incluso cuando Anz quería darle más besos de la cuenta.

A veces había sentido, mientras pensaba en él, que lo perdonaba y volvía con él, ser feliz, tenerlo a su lado. Vivir con la persona que le había pintado las mañanas de un cielo azul con un gran sol en el cielo ¿Pero cómo iba a volver con él si había estado con otras mujeres? Entonces era cuando todo volvía al cauce de la realidad y volvía a la vida, a la jodida vida. Ni nunca la había querido, ni nunca tuvo intenciones reales de estar con ella en ningún momento. Que maldito sea, que la vida le depare lo que se merece por herencia, que mal le parta un rayo y que mal fin tenga su persona... No iba a permitirse el olvidarse y perdonarle lo que le hizo pasar ¿Cómo se atrevía ese imbécil? Se prohibió pensar en él de aquella forma. ¡No! ¡Ni hablar del peluquín lo perdonaría! No hay camino que le lleve hacia su perdón.

Había decidido, ir de nuevo a su casa, volver a su "hogar" volver al horror de los recuerdos. Donde todo empezó y acabó. Viajó desde su tierra, Dinamarca hasta París, su ex-hogar. El viaje fue largo aunque no pesado al ser de diferente raza, una vampiresa. Fue de hostal en hostal, cada vez que amanecía y volvía a montar en carruaje para seguir el camino y acabarlo de una vez. ¿Cómo podía sentirse acaso un poco nerviosa cuanto más se acercaba a él? Era totalmente estúpida pero no se iba a dejar llevar por los ilógicos sentimientos que la sobrecogían al pensar en hacerle algún mal y otras veces algo le incitaba a hacerle aún más daño y sufrimiento, sabía que era lo que ello provocaba, su interior, su nueva yo, su lado vil, asesina, fría y fuerte... su lado vampiro rugía por hacerse con el control y tomarla por completo para obtener sangre en todo momento.

Recordaba perfectamente, el lugar por donde debía ir, los caminos, aún los recordaba con total claridad, como la palma de su mano. Rápidamente y sin problemas llegó al lugar que quería, su hogar... o eso fue una vez. Y allí se encontraba, delante de su casa, sin saber si entrar al final o no, estaba totalmente indecisa. Entrar dentro podría significar encontrarse directamente con Anz y sabíamente sabía que podría accionar realmente mal. Suspiró y su mano se elevó, se extendió hacia el pomo de la puerta empujandola para dejarle paso hacia el jardín delantero de la casa. Se mantuvo fuera, observando que nada había cambiado en el jardín delantero, ni una flor, ni un árbol... Se le vino a la cabeza que nunca se había ido, que había vuelto al final a su casa luego de haberlo sabido todo.

Bufó ante sus imaginaciónes débiles e infantiles, su ceño se frunció ante su impotencia de no poder haberle hecho sufrir antes, pero ahora aprendería que cuando uno se casaba se le debía a la pareja, honor, dignidad, respeto, lealtad, fidelidad, confidencialidad y sobre toda las cosas amarla y no dañarla nunca... Le iba a enseñar como es un hombre de verdad, uno que respeta el casamiento ante Dios, si es que seguía existiendo que lo dudaba al haberse convertido en tal se endemoniado.Dio unos pasos para introducirse dentro del jardín, dentro de la residencia, dentro de lo que había odiado y repudiado con un odio inmenso y que una pequeña parte de ella había echado de menos con todo su ser. No dejaría salir a esa débil parte de ella, no dejaría que pasara eso, antes dejaría salir a su nuevo ser para beberse a Anz antes de que pudiera remediar palabra, antes de que pudiera insultarle o pedirle perdón... antes de que ella misma pudiera cambiar de opinión por sus palabras.

Escuchó unos latidos de corazón y la fuente que le gustaba ver y escuchar caer el agua, giró su rostro para poder ver de nuevo aquella fuente tan hermosa, en la que había compartido algún tiempo con la madre de Anz de vez en cuando y en la que entablaban una buena conversación o los viejos tiempos de la Señora... Sí, eso eran, buenos tiempos... Pero la vista de Rose observó también a aquel hombre, ese hombre que había amado y que en lo más recondito y escondido aún seguía amando, estaba mirando la fuente igual que ella. Su ceño se frunció, el solo verlo le comenzaba a hervir la sangre ¿Por qué le mintió? ¡¿Por qué...?! ¡¿Cómo fue capaz?!- Anz- lo llamó para que dejara de mirar la fuente, le mirara a los ojos y así poder descubrir por fin que es lo que le haría a ese desgraciado infeliz.

por **Anz Durchlass** Mar Jul 31, 2012 8:00 pm

Cerré mis ojos, las imágenes de aquella noche se hicieron presentes como si hubiera pasado hace poco.

-Ya te le dicho lo que tiene hacer, Vamos Señorita, tendrá buena pagar, se lo aseguro-Hable, todo estaba preparado para lo que estaba planeando, mi esposa va a sufrir todo sus desprecios, no quería hacer esto, sabía que iba a sufrir pero, pero es más grande mi venganza que el amor que siento por ella-Señor, no sé si pueda hacerlo-Me dijo la muchacha que contrate ¿Cómo que no puede? Si es una cortesana. La tome del burdel, la contrate para que me hiciera ese trabajo, no íbamos a consumir este plan que yo mismo trace, tras días…tras día que ella me despreciaba, éramos de clase media, vivíamos cómodamente, me case con ella, jure que la respetaría, la amaría por el resto de mi vida, asi lo estaba cumpliendo pero desde que ella se entrego a mi aquella noche nada fue igual, ella se comportaba mas recta, no me abrazaba cuando yo lo hacía, cuando quería una caricias de ella tampoco se que no me amaba pero era su obligación de mujer obedecer a su marido, era su obligación complacerme como mujer pero nunca lo hacía, me arte-Si podrás…-Respondí cuando Salí de mis pensamientos, seguía arreglando la cama, la cama con quien compartía con Rose Thorvald, asi se llamaba mi esposa, ahora era Rose Durchlass, aunque nunca quise que usara mi apellido, pero para algunas fiesta asi era llamado Señora Durchlass.

-Desnúdate, después te metes a la cama por favor…-Esas fueron mis órdenes ella tenía que obedecer le iba a pagar muy bien, demasiado para mi gusto pero asi era el precio de ella y era mi oportunidad pero sigo pensando que esto no es un buen plan y si todo sale mal, su Rose descubre que no ha pasado anda….No, no creo, es demasiado “Tonta” o eso me hace creer, esperando que con eso Rose me haga caso y se comporte como la mujer que es-De…de acuerdo Señor…-Escuche lo que me decía, supongo que ella es nueva por eso esta tan nerviosa…espero que se comporte cuando Rose nos vea y no eche a perder esto. Me senté en la cama, empezando a quitarme las botas, dejándolas tiradas por un rincón. Me empezaba a desabrochar la camisa cuando escuche la voz de la muchacha diciéndome que ya estaba completamente desnuda no voltee a verla-Metete a la cama, tapate yo cuando llegue mi esposa te digo que te prepares-Ella me dio un simple “Si” y me quite la camisa dejándola tirar con las demás ropa que ella misma había tirado cuando salió del baño, no me quite el pantalón. Me levante y me puso enfrente de la ventana iba a esperar a que llegara, había ido a la biblioteca, dijo que iba por unos libros para leer.

Salí de mis pensamientos, una sonrisa triste apareció en mi rostro, todavía me acuerdo cuando la conocí, ella era una mujer tímida, que cada vez que me acercaba ella se sonrojaba, me gustaba que se sonrojara por mí, me sentía importante, hasta alagado diría yo-Rose…tanto tiempo…y todavía te sigo amando…-Susurre acercándome a la fuente y estirando mi mano tocando el agua, sintiendo que mi mano se moja-Por un estupidez te perdí, te fuiste y no he sabido nada de ti…-Suspiro un poco, mirando ahora el cielo, las estrellas más brillantes, la luna en su mayor resplandor, me llamaba mucha la atención así. Nunca me iba a perdonar lo que hice por una estupidez, solo para que sintiera celos la perdí, la perdí por ser un completo imbécil-Pero espero que desde donde estés seas feliz, seas completamente feliz, que hayas encontrado alguien que te valore no como yo, que te hice trisas sin pensarlo te lastime, solo pensaba en mi dolor y no en ti-Deje caer mi mano, sintiendo todavía lo mojado, sin dejar de mirar el cielo.

El tiempo pasaba, Rose no llegaba, el sol se estaba ocultando, la muchacha estaba a punto de dormirse y yo…tenía los ojos pegado a la ventana sin parpadear, parecía que ni respiraba-Un poco mas mujer, un poco mas ya no debe de tardar, el sol se está ocultando mi esposa sabe perfectamente que no me gusta que ande de noche por la calle-Empecé hablar para que no se durmiera, cuando iba a decir algo mire el carruaje que se acercaba a la casa, una sonrisa apareció en mi rostro-Prepárate ya viene…-No me moví solo esperaba a que Rose entrara, cuando mis deseos se cumplieron rápidamente me quite el pantalón y me metí a la cama de la mujer-No haremos nada, te lo prometí, solo disimular que estamos teniendo relaciones-Me ubique sobre ella, mis manos a cada lado de su cuerpo evitando que su cuerpo este muy pegado al mío, cuando escuche los pasos me acerque a su rostro apunto de besarla ese momento la puerta se abrió y rápidamente voltee la cara para mirar quien había entrado notando el rostro desencajado, me dio tanta tristeza verla así que me Salí de la cama y corrí hasta ella pero lo único que recibí fue una bofetada por su parte y que se fuera…-Rose….-Fue su nombre salió para decirle a la muchacha que se fuera de mi casa que mañana iría a pagarle todo sus favores, ella obedeció y yo seguía parado en la puerta desnudo sin importar que me viera-Perdóname…-

Desde ese momento mi vida había cambiado completamente, Rose me dejo ese mismo día, llevándose toda su ropa, mi madre había muerto y yo…yo no era el mismo desde que las dos mujeres que mas quería se habían ido de mi vida, me convertí en un nombre que no era yo, iba a fiesta, me emborrachaba hasta quedar todo ebrio diciendo incoherencias y media. Iba aquel burdel para tener una noche de sexo en fin mi vida es un asco-Rose donde estés perdóname, ahora tu recuerdo es más grande ahora se cumple otro año que no estás conmigo…-Apreté mis manos sentándome en el césped y recostándome un rato cerré mi ojos solo disfrutando del viento que movía mi cabellera y un poco mi ropa una sonrisa tonta aprecio en mi rostro , pero desvaneció cuando escuche una voz muy pero muy reconocida para mi, rápidamente abrí mis ojos y los eleve mirando aquel rostro….aquel rostro que desde hace mucho pero mucho tiempo no miraba. Mis movimientos fueron rápido me levante de un salto pegándome a la fuente con mis respiración agitada, no, esto debe ser un sueño, un sueño como siempre, Rose….Rose mi esposa estaba aquí enfrente mío-Tu…-Indique con mi dedo aunque fuera malo indicar a las personas pero esto me sorprende, es como su viera un fantasma-Rose….tu…..estas…de…vuelta-Mi cabeza estaba dando vueltas hasta el punto de no ver nada….

Me había desmayada de la impresión…

por **Rose Thorvald** Jue Ago 16, 2012 7:46 am

Estaba claro que no tendría ninguna piedad por Anz, por ese maldito hombre con el que se había casado y que ahora era su marido. No mostraría ni una pizca de amor ni respeto por él, no se lo merecía, no merecía ni un perdón por su parte y no lo permitiría que lo que sentía en el fondo, en una parte muy recóndita de su corazón, temía que su amor por él tomara cartas en el asunto sobre lo que le haría sufrir a partir de que lo viera luego de tantos años, no iba a permitir que nada ni nadie le estropeara ahora su propia venganza. Lo había estado planeando hacía un tiempo, hacía más o menos un año. Luego de haberse estabilizado, había recordado el odio que tenía hacía mi marido, hacia aquel cabrón que se había acostado con una guarra cortesana, la cual no había olvidado su rostro en ningún momento, por ella… por ella había roto su matrimonio y su propio corazón, su amor.

El encararlo a los ojos luego de años sin verlo ni en pintura le golpeó con dureza, por un momento quiso correr hacia él y abrazarlo, perdonarle su gran pecado. Luego recordó que había sido su culpa de que ella se fuera de su casa, de que fuera lo que ahora era, de que todo se rompiera, de que huyera lejos sin poder volver a mirar a la cara hasta ahora. Una sonrisa divertida pero con un toque malvado se posó en sus labios y no se fue al ver como reaccionaba el humano, su marido, la persona que había amado, ante ella. Se estaba hiperventilando así que supo que en poco se desmayaría y así fue, como ella dijo. Dijo unas palabras que era de esperar a toda persona que no se esperaba volver a ver a otra persona.

Había caído en el césped tras decir aquellas cinco palabras entrecortadas por su fuerte respiración. Suspiró defraudada por su acción- Encima de ser un maldito, ahora eres un débil que se desmaya al ver a su ex-mujer luego de unos años- me dirigí hacia él y agachándome para cogerle un pie, comencé a tirar de él sin problemas, como si de lo que tirara fuera de una simple y fina cuerda- Iremos a nuestra alcoba querido…- sonreí con peligrosidad al pensar en lo que le haría sufrir a partir de ya como a ella le hizo sufrir, sabiendo que volvería en muy poco, sabiendo que antes del anochecer volvería porque no le quería hacer molestar ni preocuparse por ella y lo hizo, lo hizo por despecho, estaba seguro que lo planeó para que lo viera con otra, todo porque a ella le había dolido la primera vez que lo hizo con él y le había cogido miedo a volver a hacerlo. No sabía nada del tema así que solo me contenía, ni le tocaba ni le abrazaba, casi ni le besaba, algunas veces en la mejilla pero esas veces era cuanto más cerca de la oreja mejor pues se alejaba de sus labios. No quería encenderlo ni darle a entender algo de lo que ella huía en todo momento, incluso huía de él por ello.

Arrastró el cuerpo de Anz por el jardín hay la puerta de atrás que era la mas cercana, subió los cuatro escalones que había para entrar en lo que fue su hogar, escalones que… la cabeza de Anz golpeó y le dio exactamente igual, luego le quedarían los escalones para subir a la segunda planta de la casa. Olió a otro hombre en la casa tocando un piano, lo dejó por el momento, pues tenía que subir el cuerpo de Anz y llevarlo la habitación principal de la casa. Una vez llegó, lo puso encima de la cama y ató sus extremidades a cada extremo de la cama. No necesitaba nada para hacerlo sufrir, solo sus manos y sus colmillos pero antes tenía que saber quién era aquel hombre que tocaba el piano.

Bajó las escaleras y abrió la puerta de la sala donde estaba el despacho de Anz y su piano, observó al hombre que tocaba el piano, era un amigo de Anz- Hola querido…- lo conocía y no sabía porqué se encontraba en su casa, lo único que sabía era que tendría comida esa noche antes de hacerle sangrar a su marido. Le sonrió y él se quedó con la misma cara que Anz le miró, se acercó a él con fieros pasos aunque controlados, él en algún momento entendió lo que haría e hizo una mueca mezclada con miedo y curiosidad- ¿Qué tal si jugamos usted y yo antes de que mi marido despierte de su pequeña siesta?- reí en un susurro con un toque sicótico, malvado… Lo tomó sin importar si él quería o no, tomó de él cuanto quiso con mucho más odio y despecho con el que le hizo sufrir Anz, aunque sabía que él no podría bajar pero si estaba despierto algo podría escuchar, no le importaba, todo lo contrario… eso buscaba en cierta manera. Se alimentó del humano y luego le hizo un interrogatorio de porqué se encontraba allí, sonrió pensando que todos los hombres eran exactamente iguales. Iguales de inútiles y asquerosos… Le ordenó que fuera a pedir perdón a su mujer e hiciera todo lo necesario para volver con ella y se marchara de su casa pues él no sería bienvenido allí.

Una vez terminó de echar al cerdo del amigo de Anz que eran de la misma condición, subió de nuevo hacia la habitación que una vez también fue suya. En parte quería que estuviera despierto y hubiera escuchado lo que hizo con su amigo, estaba tan deseosa de que hubiera sido así… quería que le escuchara gemir junto a su amiguito del alma que era igual que él, un inútil que quería a las mujeres solo para tomarlas físicamente y nada más.

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