Las personas pueden ser un poco predecibles[Privado]

por **Darwyn Moriarty** Dom Nov 25, 2012 1:18 pm

La cuna, casi en sombra. El niño duerme.
Dos hadas laboriosas lo acompañan,
hilando de los sueños los sutiles
copos en ruecas de marfil y plata.

Algunos decían que parecían aquellos ángeles de la muerte que llegaban para quitarles la vida a las personas, despojarlas, que elegían a sus víctimas porque le había llegado la hora, que de la muerte nadie se salvaba ¿Qué cosa era verdad? ¿Qué mentira? Tantas cosas falsas rondaban por las cabezas de las personas, pero en otras rondaba la verdad, sabían exactamente que eran aquellos seres que se alimentaban de la sangre de los humanos y de algunos animales.

Vampiros. Ese era el nombre técnico que muchas personas le habían dado a través de los años, su origen era incierto, en ocasiones ellos mismos no sabían de donde exactamente habían provenido su raza, lo único que sabían era que gracias a l mordida y la trasfusión de sangre de otro vampiro podrían llegar a sobrevivir a la muerte, sus almas quedaban en su cuerpo y estos Vivian, pero su cuerpo se volvía sensible a la luz, eran seres nocturnos que los primeros años tendían una gran sed que solamente podrían satisfacer con la sangre, mas nada podría hacerlo.

Pero ellos no estaban solos, había diferentes enemigos, uno de estos eran los cazadores, que buscaban eliminarlos porque para ellos eran seres que no debían existir ¿Quién estaba en la razón? Darwyn como persona que era había conocido los dos lados, el había sido cazador en su vida humana, casi nunca lo demostraba, pero sus habilidades sobrepasaban las expectativas de muchos –aunque en comparación de sus hermanos, era un maldito bueno para nada- su forma de ser y físico no daban mucho de qué decir, solamente deberían verlo en acción para que pudieran ver sus habilidades.

Esa noche estaba deambulando como un buen niño lugares normales, que en su rutina eran normales, pero había algo extraño en todo, notablemente no le agradaba el ambiente de todo aquel espectáculo que los humanos llegaban a formar, aunque en realidad en lo formaba parte, estaba en otra sintonía. En su humor se reflejaba su indiferencia ante las cosas, poco a poco comenzó a buscar un lugar tranquilo, apartado de las personas, ya eran un aproximado a las diez de la noche, pocas personas llegaban a ese lugar a estas horas, así que dejo salir un leve suspiro aliviado de que ya estuviera mucho mejor al sentir la soledad apoderándose de su entorno, aquello era lo mejor de todo.

-tks…- dejo salir un leve chasquido al sentir una leve presencia acercarse a su entorno… -No estoy solo- dijo entre un leve berrinche al mismo momento que se giraba ante la oscuridad inminente y dominante que había en ese lugar, buscando que sus ojos vampíricos encontraran una silueta –esta noche me he sentido muy incomodo- comento frunciendo el ceño -¿será por tu culpa?- ladeo su rostro levemente mientras esperaba alguna respuesta factible.

por Invitado Miér Ene 16, 2013 5:13 pm

El mundo necesita un equilibrio, eso era lo que su padre le decía acerca de aquellas criaturas sobrenaturales, si hay un vampiro, debe de haber un cazador para enfrentarlo, si hay un licántropo, debe de haber un rival para él, incluso que ambas razas fueran enemigos por naturaleza, había algo que los unía, que si ellos atacaban, la raza más débil se veía perjudicada, eso era lo que los hacía a su vez blanco de los cazadores e inquisidores.

Los inquisidores eran personas religiosas que veían en ellos algo en contra de los mandatos del señor, mientras que los cazadores como Kaida, la mayoría había elegido ese camino, por sed de venganza y ese era su caso, iba a vengar la muerte de la casi familia de su padre, asesinada brutalmente en las manos de una licantropa y tan extraño o tan cruel era el destino que era la única mujer de la cual estaba interesada la cazadora.

Había decidido que en vez de estarse comiendo la cabeza con ideas estúpidas que solo causaban una sensación de molestia e incluso traición hacia su padre, debía salir del lugar antes de que tuviera que explotar, y así fue, se cargo de su casaca cubierta y repleta de armas, bolsas entre bolsas donde el cazador siempre tenía algo con lo cual protegerse, un as, bajo la manga .

Salió sin dirección alguna, solo dejando que sus botines se movieran sobre las calles empedradas de París, la noche iba entrando, no era muy tarde, las diez de la noche, pero aun así veía los negocios cerrarse y los que abrían no eran tampoco muy agradables, dudo si debía entrar a beber algo en una taberna, pero tampoco es que estuviera muy gustosa de hacerlo.

Entonces como era de esperarse una presencia apareció, se sintió estúpida por no percatarse de ella, pudo haber sido su fin, la sonrisa de Kaida se notaba amenazadora, sus ojos azules se entrecerraban mirando al vampiro rubio que se paraba frente de ella y le hablaba, ¿pelea? ¿Eso quería? ella se lo daría.

- ¿Qué quieres niño bonito?, será mejor que te apartes de mi camino, o no respondo – la mano de la cazadora se había metido a una de sus bolsas en el pantalón, empuñando una daga, el siguiente paso lo decidiría él, tiran las blancas.

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