Bajo la luna y sus sombras. [Libre]

Y la piel seguía resbalando bajo el cuchillo, trazando heridas irreparables que aquel pobre muchacho nunca vería. Aunque sinceramente, si yo hubiera estado en su lugar, tampoco querría verlas, quizás fuera mejor así.
Mientras aquel líquido rojo resbalaba entre mis dedos, mi mirada quedaba perdida por un momento. Un recuerdo me vino a la mente.
Padre, el bosque...

El olor a tierra mojada llegaba a mis pulmones y los recorría, mientras las hojas eran escachadas por cada uno de mis pasos.Él,como de costumbre, había salido a cazar pues era una de sus aficiones y madre, había insistido en que me quedara. Siempre quería ir, cierto. También siempre obedecía, pero esta vez el deseo incontrolable de pisotear las normas me envolvió.
Padre no sabía que le seguía la pista, madre no sabía que había salido, pensaba que seguía contando las manchas de la madera de mi armario ( pasatiempo que hacía los días que estaba aburrida). Respiré. Tras horas siguiéndole y escondida entre los árboles pude oírlo, el primer disparo. En la lejanía no supe apreciar bien lo que era, pero una vez me acerque sin ser vista pude ver que era un ciervo. Los había visto en mis expediciones al bosque pero nunca tan de cerca y menos con el cerebro atravesado por una bala. Padre siempre aspirando a lo más alto, sin escapatoria.
Su compañero rió a su lado, antes de darle dos palmadas en la espalda y felicitarlo. Buena puntería, sí. Entusiasmada yo también por el logro de mi padre, sonreí,y un ruido acompaño al movimiento de mis labios. Una ramita bajo mi pie. Padre giro la vista hacia los árboles y por lo visto, me vio. Frunció el ceño "Aube, sal. Ya te he visto ¿no dijo tu madre que te quedaras en casa?". Y lo dijo, pero no le hice caso. Asentí. Salí de mi escondite para ir a su lado, con la cabeza gacha. Y lo vi. Vi la sangre desparramándose por el suelo, abandonando el cuerpo de aquel animal. Creo que padre intentó taparme los ojos para ahorrarme tal imagen, pero yo no lo deje. Me agache en silencio, sin mancharme el vestido (siempre he tenido mucho cuidado con mis ropas y lo mire. No sé si fue en ese momento en el que perdí la cordura, aunque yo no creo que la haya perdido.. solo sé.. solo sé... sangre. Me volvió loca. Me dieron ganas de abrir aquel cuerpo sin vida y comerme cada tira de piel, órganos, cualquier cosa que tuviera dentro. Mi mano avanzó hacia el ojo y se introdujo en el.. ¿Lo último que recuerdo? A mi padre llamándome. "¡AUBE NO HAGAS...!"

Pero lo hice. Bajo la luz de la luna el olor de aquel corazón descomponiéndose hizo que cerrara los ojos. Mis labios rozaron este último, llenándose de sangre, al tiempo que mi propio corazón aumentaba su velocidad de la emoción por lo que iba a hacer. Una vez más. Sonreí. En ese momento fue cuando oí aquella voz. Juro que no me di cuenta, el momento me había absorbido y no había sido consciente de la presencia de aquella.. ¿Chica?. Mi mirada fría se clavo en ella, antes de ladear la cabeza. La capucha aún proyectaba una sombra sobre mis rasgos por lo que mi rostro no se veía demasiado bien aún. Un mechón de pelo se interpuso a mi visión, pero lo aparte con la mano libre.


- No se si se podrían considerar como tal. -Respondí, sin quitarle ojo. ¿Quién era aquella chica? ¿Y por qué me molestaba? Mantendría la compostura, sí, eso haría. Por el momento.- ¿Bruja? No creo que deba insultar a una dama y menos acusarla de algo semejante sin tener idea.