Bienvenida a la confianza ciega de tus nuevos padres [Sinhue y Mara Kennie Popescu]

por **Benvolio D'Argouges** Jue Abr 12, 2012 9:39 pm

ORDEN:
BENVOLIO - MARA - SINHUE

Alcanzaba ya la medianoche para darme a concebir el halito del retiro transitando cada rincón de mi pálida piel. Si, así era yo. Meterme en razón de que la soledad ya no formaba más de mi lado una amiga eterna, fue ya sustituida por aquella que humedecía siempre por la compañía de unas caricias o una sonrisa. Ya de muchas personas conseguí saber de buena tinta más en hondura, más algunas me disgustaron, otras me satisficieron.

Franqueó ya un tiempo para especular en que si este acometido sería algo incauto, pero a su vez de algún modo provechoso para el aumento con la persona quien cautivo y era merecedor de mis atenciones y mis prioridades, mas esperaba que en esta noche negra, esas prioridades aumentasen. Y ya que poco me costaba en esperar en aquel infestado lugar de inocencia en la que cualquiera de ellos podría ser algún demonio disfrazado, todo podría ser a ciertas leyendas que nunca son ciertas.
Dime algo lindísima lote.
Dímelo que yo te escucho.
Yo te enviare un ángel para
Que esa inocencia no decayera en tentación
y suciedad impura de tu alma.

Solo con tus lloros yo se que
la pureza esta fuerte en tu interior,
más si es que no lloras el jubilo de
tu inocencia la perdiste a temprana edad.

Bien, pues ya mis pies anduvieron cual corcel endichado de su destino para alcanzar su meta. Esperaba, pues reiteradamente quede con el alma gitana y libre de las altas destemplanzas de Egipto, la cual me incumbía por momentos hasta el punto de pensar en aumentar o formar un vínculo más fuerte con algún bienaventurado que fuese la apariencia de la misma inocencia. Aquí en la obscuridad.

Yo sobre un tejado de lecho desecho por la lluvia.
Tú mismo te desquitarías de tu mala suerte por estar
junto a mí por siempre.

Él ya se acercaba a las puertas de la residencia donde nosotros les veríamos a ellos o a ellas sucumbir ante la sorpresa de sus pequeños corazones embadurnados de cierto líquido carmesí con cierto sabor adictivo. Bien, era un olor y unas ansias que ahora no cernían a los temarios que nos preocupaban tomar por la noche. El interés de la próxima reunión en verdad que alguien de aspecto menor que nosotros, pudiera confiar plenamente, no sé por qué es lo que paso, pero parece guardar bien su secreto, desconfiando de cada niño, desconfiando cada noche de cada niño que se le acercaba, de cada noche que me escondía para poder observarla y algún que otro día compartir con cierta niña una sonrisa aunque fuera débil.

No me preocupaba pues podría manejarse sola. Tan solo me recordaba a mis recuerdos infantiles. Yo era igual. Hijo de una maldita furcia, siendo envuelto por sabanas llenas de olores extendidos por ritos sexuales llegando el momento de mi abandono. A un orfanato. A una familia que para mi suerte, fue benigna. Es pronto, y mi media luna, aun no ha llegado y de un salto en sigilo, yo me deslice hasta tocar adoquin francés.

Bien la niña estaba en el patio interior.

Iría a verla.

Pero no.

Aun...no.

por **Mara Kennie D'Argouges** Lun Abr 16, 2012 2:59 pm

La reina de los corazones
hizo un par de tortas
en un día de verano
la sota de los corazones
robó las tortas
y se los llevó…

Dulce canción infantil, que salía de su pequeña garganta mientras paseaba por el jardín de aquel orfanato, caminaba como un alma sin vida, sujetando a un pequeño conejito que le había regalado aquel hombre que había conocido el día que sus padres le indicaron correr para poder salvar su vida. Como era un vampiro no podía salir de día, pero en sus aposentos; aquel sótano en lo más profundo del orfanato. podía oír las risas de los niños al jugar, aunque en aquel estado de profundo sueño no estaba segura de lo que oia, tal vez era un juego de su inconsciente. Aquella canción no sabía donde la había aprendido, tal vez en uno de sus sueños había encontrado una vocecita que le enseñaba la melodía y letra, solo sabía que se había despertado con el deseo de pasear toda la noche si era posible tarareando esa canción.

La Reina se molesto y grito:
¡QUE LE CORTEN LA CABEZA!
Y el rey la apoyo:
ABAJO LA CABEZA…

¡oh… que maravilla era la imaginación! Por unos momentos se había quedado paralizada mientras de su boquita salían las últimas palabras, ladeo su rostro, y en su frágil cara angelical apareció una tenebrosa sonrisa. En su mente estaba cortando cabezas, si todas las cabezas de todos los que estaban en ese lugar, niños, enfermeras, hasta aquel director que había visto de reojo cuando salía de su carruaje. Todos merecían morir, si…. Muertos serian abono para la tierra, la tierra se volvería más fértil y las hermosas flores florecerían, aunque nunca pudiera ver su máximo esplendor, porque apenas sobrevivía de día.

-no… no…- murmuro de forma tan baja que creyó que había sido su mente en la que había resonado-Soy… Yo soy… una princesa, debo ser refinada y obediente… hasta que mis padres vuelvan- se llevo sus manitas hasta su cabecita para negar suavemente. QUE LE CORTEN LA CABEZA…. Aquella frase había explotado en su mente, el conejito había caído al suelo polvoriento y sus manitas se aferraban a su cuello con un rostro de terror-No… yo no he robado nada…- murmuro alejándose unos pasos de dos siluetas que aparecían, negaba haciendo que sus cabellos se movieran de forma agitada. Pero apenas era su imaginación, un fragmento perdido del día que tuvo que correr para protegerse, pero aun así su terror la hizo chillar y angustiada se sentó en la grama para tratar de hacerse una bolita y gimotear ante las sobras que aparecían.

La princesa de tus ojos
Había sembrado felicidad
En una noche de invierno
Pero vino el humano de cruz
Robo su felicidad
Y se la llevo….

por **Sinhue** Mar Mayo 01, 2012 9:33 am

-Se miraba y remiraba en el espejo que tenían en la casa de benvolio, bueno era la casa de ambos pero aun Sinhue se mostraba excesivamente tímido en esos aspectos, el siempre habia vivido en el bosque con su carpa la cual trasladaba a todos sitios que era necesario le gustaba lo de montar y desmontar suficientemente como para mantenerle ocupado un buen tiempo, se miró los cabellos bien recogidos en un moño apretado asi como algo húmedos por haberse secado no demasiado bien los cabellos, tenia el rostro tenso tanto de felicidad como de nerviosismo, paseó la mano por su mentón- arg apareces donde menos te llaman -Se había afeitado hará unos días pero volvía a presentir esa esencia del vello facial que acariciaba su rostro, pero no hizo más que suspirar benvolio se había adelantado y él desgraciadamente empezaba a preguntarse si llegaba tarde.

No tenía todo el tiempo del mundo habia optado por mirarse en el espejo cien veces mientras se cambiaba de traje, benvolio le había prestado algo de ropa pero desgraciadamente algunas camisas le apretaban por la espalda, se debía especialmente a los músculos que estaban tensándose por los nervios, suspiró varias veces pero al final no era una buena idea porque al parecer eso le estaba poniendo aún peor, alzó el mentón y se arregló la corbata- estás mejor sin ella -se cuestionó él mismo, una mirada mas al reloj le dejó horrorizado- ¡¡ LLEGO TARDE !! -gritó empezando a correr, cogió antes una chaqueta y algo que había preparado él una muñeca de madera, no era muy bonita claramente pero tenia dos ojos pintados por él, la boca, algunos trajes que le habian hecho unas gitanas pequeños para la muñeca, pelo hecho de hilo, esperaba que le gustase.

Se quitó los zapatos por unos momentos y hechó a correr, nada le detuvo ni siquiera los carruajes que amenazaban con atropellarle o algunos hombres que creían que había hecho algo malo, evadió alguna que otra mirada de la policia, pudiera estar trajeado pero ver a un hombre corriendo con una chaqueta, una muñeca y unos zapatos no era algo que se veía todos los días- Apartense -Gritó una vez más, finalmente llegó colocando las manos en las rodillas, las gotas de sudor apenas rozaban su rostro estaba acostumbrado al ejercicio físico especialmente a correr, era un gitano o corría o le culpaban de algo que no había hecho.

Cansado, recuperando el aliento colocó la mano en un árbol respirando asfixiado, después de unos minutos se colocó los zapatos tomando la chaqueta colocándosela y aflojando un poco la corbata empezó a caminar, el orfanato...cuando lo vio su corazón latía con demasiada fuerza, benvolio era el amor de su vida, estarían dentro de poco viendo a su pequeña, la familia que ellos cuidarían hasta la misma vida, sobre todo él que era un mortal sin más, ladeó el rostro ¿ben no había llegado? llegaba unos minutos tardes...colocó la mano en su pecho con una sonrisa idiota- uf... -apegó su costado a una de las paredes cerrando los ojos- creía que no llegaba -apartó un mechón rubio rebelde, mirando hacia la nada mientras recuperaba su aliento-

por **Benvolio D'Argouges** Lun Mayo 07, 2012 9:30 am

Se sorprendería de lo que encontraría a continuación. Entre las sombras estaba escondido, para después caminar hacia delante, más y más hacia delante. Su aroma era palpable a la poca distancia a la que me encontraba. Podía escuchar el latir de su corazón que yo ahora no tenia, pero que por intuición sabía que habría estado corriendo a gran velocidad. A pesar de que era muy inocente, se que intentaba dar lo mejor de sí mismo. Adoraba su gran motivación y esfuerzo, pero me preocupaba algunas veces en los estados en los que llegaba a casa entrada la noche o apenas me decía que no porque andaba cansado.

Aun veía como jadeaba de haber corrido una larga distancia, ya andaba cerca de su cuerpo, mis manos fueron rodeándole el cuerpo por detrás para ir pegándole a mi pecho, sintiéndole cerca para después acercar mis labios a su oreja, para besársela y después ir a besarle su cuello con lentitud.

-Bonna Nuit...mon amour.....-No pensaba que llegáramos a este punto. Me sentía animado estando a su lado, me hacía mucho más humano el estar a su lado. Bien podría hincar mis dientes en él, pero de algún modo, aquella ansia de querer alimentarme de sangre humana, él parecía producir un calmante frente aquella ansia de beber y asesinar gente por puro placer y saciarme la sed.

Bien, gracias a él, solamente dejaría de beber sangre, al menos humana. Ahora teníamos un importante negocio entre manos. Una niña, a la cual había encontrado en mis partidas de caza cuando aquel a quien aun abrazaba dormía debido al cansancio, yo lleve al orfanato, explicándole al director lo que pasaba o al que se encargaba del orfanato y del cuidado de los pequeños la situación de la pobre niña.

Bien yo sabía que era como yo. Era una suerte que ahora no pasaría las noches en vela, a solas. Ahora tendría al menos una pequeña con la que hablar de vez en cuando. Besé la cabeza de Sinhue para después meter una mano bajo su camisa, me encantaba verle como se estremecía bajo mi tacto. Sonreí y lentamente me fui separando de él, para cogerle de la mano y al estando a su lado mientras le sonreía empedernido-...La...-Comenzaba a hablar y ya estaba sin voz, tosí un poco para tirar de él y besarle en los labios, a aquel a quien sujetaba la mano.

-...Alguien nos debe estar esperando...-En realidad es como si estuviera en el pasado, con Marie yendo a ver a nuestro hijo. Solamente que ahora estaba en el presente, que estaba y agradecía a Dios porque me haya dado otra oportunidad y poder quizás encontrar a alguien mucho mejor. Al menos a Sinhue le podía ver cuando quisiera.

Yo pensé, que no había nadie dentro del orfanato. Tan solo pensé en que a lo mejor estarían durmiendo todos, pero una mujer alta, de cabellos grisáceos, rostro pálido y mirada celeste, no recibió con una tierna sonrisa. Espera, odiaba esas sonrisas, y más la de la mujer que parecía la de un cuento de terror que invitaban a los niños a la muerte. ¿Seguro que sería normal aquella mujer?

-Bienvenue ce soir. Ils ont été ponctuel .... bien .... j'aime ça.....-La mujer había empezado con su jerga de bienvenida mientras Sinhue y yo la mirabamos con cierta tranquilidad. Miré hacia atrás, hacia un lado y por los huecos de las columnas que habían en el porche, vi a la misma niña que había salvado, a la misma niña que había visto desde los tejados. Niña afortunada. Portate bien, no vaya a ser que Papi no te deje ver la noche nunca más.

* Bienvenidos esta noche. Han venido puntuales....eso me agrada....bastante.

por **Mara Kennie D'Argouges** Sáb Mayo 26, 2012 9:58 am

De sus ojos salían lágrimas de color carmín, estaba llorando mientras se mantenía arrodillada en aquella fría tierra, gimoteaba mientras susurraba los nombres de sus padres vampiros, aquella mujer que la había convertido hace mucho tiempo y que ahora la había abandonado o tal vez no, pero ella lo sentía de esa manera, Mara había sido abandonada. ¿Qué hubiera sido de ella si no se hubiera encontrado aquella noche con aquel hombre de su misma especie? Había muerto, eso sería tan claro como el agua, aun así, tenía entendido que era de la misma organización que los que a sus padres amenazaron. Aquel hombre estaba loco. ¿Qué deseaba con Mara?. La pequeña miro al conejo que también estaba tirado a un lado, le quedo mirando por unos segundos hasta que con sus manos temblorosas lo recogió con suma ansiedad, se apresuro y lo apretó contra su pecho mientras su rostro estaba vallado de sangre y su nariz toda húmeda.

Las respiraciones de los niños la llevaron en un extraño trance, eso hizo que su mente se distrajera hacia otro lugar, giro su rostro hacia una de las instalaciones, no estaba muy lejos de ella, se levanto de la tierra limpiándose el vestido, el cual se había dañado gracias al polvo que presentaba como dos grandes círculos que en donde estaban sus rodillas, el conejo estaba un poco sucio por la cabeza, para ella tenía más importancia poder limpiar la al peluche que cambiarse de ropa, aunque estaba consciente de que hoy irán por ella poco le interesaba en donde podría estar. Dio unos salticos hacia adelante, pero de detuvo para limpiar su rostro con la falda de su vestido, dejando otra gran mancha, pero esta vez era de sangre que se extendía en su vestido, se sonó también la nariz para soltar la falda dejándola arrugada y sucia.

Las voces se habían callado, ahora solamente había sonidos suaves de respiraciones proveniente de las habitaciones, tenía la impresión (impresión porque aun o se acostumbraba) de que podía oír los latidos de los pequeños haciendo una canción de cuna para ella, solamente para ella, claro porque no había nadie más, otra ola de tristeza la arraso, volvieron los gimoteos y las lagrimas mientras caminaba, sujetaba fuertemente el peluche mientras silenciosamente lloraba, comenzaba a irse a donde las habitaciones de los niños, aquellos le llamaban, le clamaba que fuera.

-La reina de corazones- comenzó a cantar otra vez, un poco alto pero para ella sola-Que le corten la cabeza…- susurro dando salticos hacia el otro lado, alejándose de sus nuevos padres, alejándose de su nueva familia o eso pareció. –corazones…- susurro notando algún corazón adulto al otro lado del lugar, ladeo su cabeza girando para hacer lo mismo que la otra vez, limpiarse las lagrimas antes de alzar la vista, ya su vestido estaba hecho un trapo lleno de sangre impregnada y varias manchas de barro y tierra.

Algo la observaba.
Frunció el ceño, conocía muy bien aquella presencia, casi susurra su nombre, pero prefirió fijar sus ojos en el mientras encontraba una tercera persona, una persona con ellas, una mujer que se veía apetitosa, se relamió los labios sintiendo como colmillitos salían con solo pensar sobre la sangre. ¿Sería bueno aproximarse? Se preguntaba mientras el miedo l invadía hacia que sus piernas temblaran, se aferro a su peluche escondiendo parte de la cara entre sus largas orejas –¿Sera buena idea acercarme?- le pregunto al conejo mientras veía a las personas reunidas en aquel lugar. Estaba completamente andrajosa, su hermosa melena era la única que parecía limpia, por el resto, tenía un trapo como vestido, sus mejillas estaban todas sucia por tanto llorar, sus ojos hinchados, pero aquello no importaba, recordaba que Benlovio había comentado que vendría a llevarla a casa con alguien muy especial para él. ¿Sería aquel hombre que estaba a su lado?

por **Sinhue** Vie Jun 08, 2012 8:02 am

-no se sorprendió en cuando aquellas manos acariciaron su cuerpo, de hecho causó una ahogada risa procedente de los labios del gitano cuando consiguió recuperar el aliento ¿habia llegado muy tarde? cerró los ojos sin preguntarlo sumiendose en las caricias que le estaba regalando benvolio. Le hacía sentir siempre consentido como un niño que esta siendo halagado por la persona que él quería- ¿que? -ladeó el rostro cuando habló, asintiendo- buenas noches mi vida -respondió riendo mientras le acariciaba con ternura, el frances de Sinhue era torpe e incluso olvidadizo pero día a día buscaba mejorar más no solo su entendimiento sino su pronunciación.

Estaba nervioso, al fin serían como una familia aunque siempre lo habían sido, solo que en vez de dos esta vez serían tres...una niña con ellos, una niña a la que cuidar, a la que adorar, proteger como haría un padre normal. Siempre había tenido esos sentimientos paternos dentro de él y sabia bien que benvolio tambien. Le miró a los ojos embelesado por su amor mientras tomaba la mejilla de Benvolio respondiendo a los mimos, a las caricias con un beso. Suspiró casi jadeante ¿tenía idea de lo que causaba? todo el ser de sinhue esa personita pacífica que apenas se daba cuenta de nada se revolucionaba como un tren que iba rápido, a su máxima velocidad, las venas que antes fluían pasivamente parecían ser más rápidas, certeras en sus decisiones. La piel que antes no tenía brillo ahora parecía con más vida.- ¿estás bien? -cuestionó preocupado cuando le escuchó toser, respondiendo después al beso mientras tenía aquella muñeca en sus manos-

Si -casi no tenía voz, tragando un poco de saliva- no se si le gustará -en voz baja miró a la muñeca moviendola con lentitud. A lo mejor no le gustaba, a lo mejor la tiraba y le escupía porque no sabía sus gustos ¿y que gustos iba a saber si no la conocía? "calmate sinhue, calmate" repetía como un tantra mientras elevaba el rostro. Tomó con seguridad la mano de Benvolio mientras respiraba su aroma como una terapía de relajación dejándose guiar, en esos momentos todo en su cuerpo temblaba pero no lo aparentaba en el exterior aunque claro benvolio se enteraría fácilmente lo que pasaba por su cabeza. Aquella mujer les sonrió de una forma extraña, sinhue se refugió en la idea de que no todos los padres irían por la noche a recoger a su hija ¿estará enojada porque estamos a estas horas? se escapó un bostezo de sus labios, sumado por el cansancio lo que agradeció porque sino, estaría hecho un manojo de nervios-

¿Pasa algo? -miró a benvolio besando sus labios con suavidad. Aunque se tensó de pronto cuando los ojos de la mujer, aquella mujer que solo hablaba en francés le miraba inquisidoramente- bonito...-intentó hablar en francés- bonito...-la mujer después sonrió negando con la cabeza resaltando una risa cariñosa por parte del gitano tomando con mas ternura la mano de benvolio. No importaba, esa noche supiera o no francés sería una noche especial- ¿y como es? -preguntó sinhue a benvolio mientras intentaba mirar hacia donde él estaba mirando, las pupilas se dilataban , sinhue por suerte o por desgracia podía ver bastante bien por la noche-

por **Benvolio D'Argouges** Vie Jun 29, 2012 11:52 am

Dos personas hablandome por ambos lados, pero yo me quedaba fijamente mirando a la niña que se escondia entre las sombras-..¿Quién es la princesa que se esconde entre tanta oscuridad? -Me agache un poco, estando cerca de Sinhue y de la mujer que parecia intentar comunicarse con sinhue, yo atendia a la niña que parecia aterrada mas que curiosa- Una princesa debe brillar siempre en la luz y no en la oscuridad...-Miré de reojo a SInhue, probablemente ya estaria mirando a la niña que estaba viendo. Era una niña con el cabello mas o menos castaño, limpio al contraste que sus ropas sucias de la hierba o algun bache de barro.

Seguia mirandola a los ojos, me puse de pie y con la mirada tajante pero suave, me fui acercando conforme la voluntad de mis ansias de ser padre, me acercaba a la pequeña-...Te dije que volveria a por tí ¿verdad? -mil promesas que un hombre podria cumplir, otros incumplir, pero por mi honor y por el que corre por mis venas dado a mi antecesor, yo nunca rompo una promesa. Ahora la luna parecia estar iluminando un poco a a la niña- ¿Quien es ese orejudo?-Señale refiriendome al peluche andrajoso que tenía entre los brazos.

Me quede mirandola tranquilamente sin inmutarme lo mas minimo. Ahora podria ser que me tuviera miedo, no tenía porque tenerlo aquella niña, yo no la iba a hacer daño, no la ibamos a hacer daño. Con una mano a escondidas y bajo mi rodilla, hacia movimientos para que los pillara Sinhue, diciendole que se acercara, esperando claro esta con la naturalidad posible. No podria asustar a la niña-Tiene una muñeca que la ha hecho para ti...¿te gusta?-Segui mirando a la niña. En sus ojos los cuales no pude ver el otro día que estaba cubierto por las lagrimas carmesi, yo me la encontré antes de que el sol la encontrase primero.

Miré hacia la mujer, despues mire hacia la niña y a Sinhue. Todos estaban en silencio ¿Que pasaba? Miré a la niña, la sonreía lentamente mostrando aquello que teníamos en común-¿Cuando has comido...?-Seguramente no habría tomado su dosis, estaba demasiado pálida de lo normal pues tambien en su mirada y en aquel lamido a esos pequeños labios, me advirtió de que la niña tendría algo de hambre-...Ven...-La decía que se acercara, no tenía por que temer, solamente un rey daria de comer a su princesa, a alguien que podría ser de nuestra familia dentro de muy poco.

por **Mara Kennie D'Argouges** Miér Jul 25, 2012 10:17 am

La habían visto, ya no estaba reguardado por el anonimato, ahora aquel hombre que la había rescatado del sol venia hacia ella con una sonrisa, Mara retrocedió a sus pasos, no debía culparla, se sentía aturdida, confundida y hasta enojada. ¿Dónde estaban sus padres? Deseaba verlos, oírlos, que le besaran. Necesitaba amor, eso era lo que pedía sus ojos claros a gritos, amor, amor, amor. Sujeto al peluche buscando protegerlo entre sus besos manchados de barro y polvo –es… el conejo de Alicia…- susurro mientras acariciaba el conejo mirándolo con ternura. Le llamaba Oz, en ocasiones era la única forma de tranquilizarse, acariciando al conejo y pensando que él podría protegerla de todo mal.

-U..na muñeca?- tartamudeo ladeando su rostro. Esas eran las cosas que mami hacia para ella, traía muñecas y peluches de felpa para que Mara las disfrutara. Una sonrisa se asomo por sus pálidos labios, comenzaba a verse deseosa y animada de ver aquello que habían traído para ella. No se imaginaba que no solo una muñeca había traído, también algo que anhelaba, una familia, cariño y ternura. Ya no volvería a estar sola, pero su miedo y aun no negación de que sus antiguos padres, sus creadores y remisores no estaría nunca mas no podía superarlo, aun en su mente estaba el rostro de Naela, su amada madre en la oscuridad.

Retrocedió tímidamente al llamado de Benlovio, pero algo le dijo que debía ir, parecía que le darían comida, tenia sed, comenzaba a ser pesado para ella, sujeto fuertemente a Oz y camino hasta llegar a donde estaba aquella vieja y el joven que tenía una muñeca, ladeo su rostro, mirándolo de arriba hacia abajo para luego sonreír… -ahh… Bonjour…- susurro con aquel acento rumano –Me llamo…-
se cohibió por unos segundos, escondió su rostro entre las orejas de su conejito para luego esconderse detrás de Benlonvio. Miro a la vieja para luego mirarlo a él con cierta confianza -¿puedo alimentarme de ella?- pregunto señalándola mientras le miraba con cierta inocencia que comenzaba a perderse mientras sus colmillitos salían, anunciando su sed.

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