Nadie sabe para quién trabaja [Geráldine Fontaine]

Los chacales abundan en tierra de nadie, la sabana siempre es obscura, ojo de lince debes tener para sobrevivir entro de ella, no deberías dejar espacio para los titubeos, las dudas, si pierdes unos cuantos segundos estas fuera, ¿no es necesario que mencione el significado de estar fuera, verdad? El entendimiento humano es simplista, alimentarse, crecer, sobrevivir, aprender y luego luchar por reproducirse y mantener a salvo su descendencia, algo que en teoría no está mal, es mas, está muy bueno, eso solo significa que para los vampiros el camino siempre estará lleno de mágico e infinito alimento, lo resaltante de estos humanos es que uno de millones a veces merece la pena, a veces no es justo que simplemente sus huesos se calcinen, lo tonto de su propio ser era que ellos mismos deseaban que eso ocurriera, sin duda otra fuente para la cual sacar conclusiones, los humanos no aspiraban a más que ser alguien en vida y si es que lo conseguían, si no solo aceptaban su fatalidad.


Su sorpresa fue grande cuando una noche un hecho imprevisto toco su existencia y su puerta.
Los portones de su mansión eran golpeados muy tarde por la noche, se levantó de su cama y salió de la habitación, cada golpe le aturdía en la tranquilidad, era realmente molesto, podía sentir los latidos del ser frente a su morada, un humano, un humano perturbaba su tranquilidad, sin duda pagaría por ello, pateó el portón abriéndolo y las mismas puertas empujaron al humano fuera de la propiedad, dejándolo en el piso terroso del cementerio - ¿Quién osa interrumpir mi tranquilidad? – bufó con los colmillos fuera, sin dudarlo clavó estos en el cuello del humano sin darle tiempo alguno de escapar o dejar que levante del suelo, tomó el cuerpo inerte del desgraciado y lo aproximo hacia una tumba profanada por él mismo hace unas horas, siempre las dejaba por diferentes hechos fortuitos que se daban cerca a esos lugares, le soltó unos centímetros en el aire hasta caer dentro de la tierra, el sujeto llevaba ropa de sirviente o algo por el estilo, en cuanto tomó la pala para esconder el cadáver sus ojos divisaron algo en el suelo.

Tomó la carta, estaba manchada de sangre y con algo de tierra, su fina visión descifró palabras escritas en tinta, en idioma francés.

Para Raphael el Arcángel
Esta noche, a las 2:00AM
A las afueras de la ciudad

Adjunto a la carta un pequeño mapa se encontraba, todo señalaba a que debía llegar al lugar que allí marcaba para encontrarse con quien le llamaba, pudo divisar un escudo, pero la sangre impedía diferenciar de que lugar provenía, sin duda alguna era alguien solicitando sus servicios y por lo fino del envió era alguien de la realeza francesa.

Las horas pasaron, se le había citado cinco horas antes de todas formas, llegó al lugar del encuentro tras haber sepultado de forma correcta el cadáver del mensajero que para su mala fortuna llego a interrumpir la pasividad del vampiro. Ingreso en la casona vieja y abandonada, un lugar bastante reconfortante la verdad, lleno de polvo por cierto, discreto en extremo pero poco apropiado para que un adinerado noble visitara, eso sin duda era diferente y atraía al Arcángel.

Se sentó sobre el sofá central por así decirlo, ya que se encontraba frente a la puerta, aún estaba treinta minutos más temprano de lo esperado, dejó los codos en las posaderas del sofá y los puños juntos, apretados los dedos entre si bajo el mentón sosteniéndolo, la mirada fija en la puerta que apenas y abría esperando a su próximo cliente.