Deberias pensar las cosas antes de molestarme [Privado]

por **Shaitan Demoriel** Lun Abr 16, 2012 12:28 am

Repetid conmigo "No mentiré ante mi gran señor demoriel" - sentado sobre uno de los cadáveres que pronto descubrirían, Shaitan sonrió macabro mientras el rostro desfigurado de aquel que un día fué su sirviente estaba aprendiendo que el infierno no se hacía de esperar cuando la traición se olía, hasta los perros hubieran sido más discretos que la avaricia de aquel cuyos sesos estaban siendo ornamento de la piedra, olor a pestilencia que no era sino un perfume para él asi que antes de que la gente viniera y las putas atravesaran esa calle lo respiró incluso pecó de goloso cuando mancho sus dedos en la sangrey los labio como un manjar que posiblemente ya no disfrutaría hasta unas horas más tarde- ¿Como? me parece no haber oido nada

-Respondió con un tono de voz tranquilo y sosegado hasta que se levantó y se colocó las ropas alisándolas con demasiada e incluso excesiva parsimonia. Podían señalarle todos los dedos que quisieran porque con una moneda de francos podía meter en la entrepierna de la policia una historia tan real como falsa asi que poco le importaba. Se acomodó la corbata y siguió con su camino, estaba vestido para una fiesta con pantalones negros y una camisa blanca abrochada hasta el cuello, escondía el mísmo con todo detalle dejando escondido lo que le daba la vida que era el cuello y la sangre de los ingenuos- en fin hasta la proxima caballero -Se colocó su sombrero y volvió al mercado.

A esas horas donde la decencia pierde su encanto los mercados vendian ante todo juguetes eróticos. vestidos robados, joyas falsas era un mercado ambicioso aqueste de los ladrones. Llamó a un muchacho entregándole un sobre y un franco- necesitaré un nuevo jardinero el mio se ha fugado y creo que no volverá -dijo fingiendo disgusto, el muchacho sin vacilar ante la promesa de ser el nuevo mensajero corrió a publicar la noticia mientras él a lo lejos gozaba con el grito de una mujer, presumiblemente una cortesana que habia descubierto su pequeño juguete roto-

por **Kristal Woodrich** Dom Mayo 13, 2012 10:27 am

Otra vez… una vez más pasa lo mismo… durmió la mayor parte de la tarde en su habitación del hotel donde se estaba hospedando. Se estaba cansando de que siempre le pase lo mismo, pero es lo que ocurre cuando fuiste criada por vampiros, los horarios normales para un humano se transforman en horarios vampiros, y ahora que ya no hay vampiros con los que pueda estar, le cuesta regresar a la normalidad. Miró por la ventana de su habitación la oscuridad del cielo nocturno, solo alumbrado débilmente por aquellas pequeñas estrellas y las calles se alumbran por los faroles que encendieron apenas el último rayo del sol desaparecía en el horizonte.

Se quedó observando por la ventana como la vida nocturna comenzaba y decidió unirse a ella. Lentamente agarró unas toallas y se metió a su baño para sacarse su camisón y darse una ducha. Sale del baño con una toalla envolviendo su cabello y otra alrededor de su cuerpo. Se dirige a su closet y saca un vestido, uno simple pero bonito, color celeste y blanco con un corsé simple y mangas hasta el codo. Una vez vestida busca su cepillo y se peina su larga cabellera roja, no se hace ningún peinado extravagante ni lujoso, solo se lo dejó suelto. Nunca le gustó hacerse peinados como lo hacen las demás damas de la sociedad.

Una vez lista agarra su abrigo blanco y una bufanda y sale del hotel hacia las calles. Hacía bastante frío, era una típica noche de invierno, pero al parecer el frío no acobardaba a las personas, las calles estaban bastante concurridas. Se tapó bien con el abrigo y siguió caminando tranquilamente ignorando a los hombres que ya han tomado varias copas y caminaban en zigzag por las calles. Al pasar por una de las calles un grito la sorprende y le hace caminar hasta el origen. Un grupo de personas empezaban a amontonarse alrededor de la mujer que había gritado y del cadáver de un hombre que estaba tirado en el suelo. Sigue de largo decidiendo no detenerse a observar el estado de aquel hombre cuya alma ya ha abandonado su cuerpo.

Aún cuando ya se había alejado podía todavía oler aquel olor a putrefacción y muerte que había en ese lugar. Cerró los ojos unos segundos y se tapó la nariz con la bufanda, al hacerlo choca con un hombre de traje y sombrero.

-Disculpe…-

Susurra abriendo los ojos y deteniendose.

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