Te vi en un café y desde ese momento no he dejado de pensar en ti [Privado]

por **Bartek Van Dyck** Dom Mar 18, 2012 11:29 am

El clima estaba completamente cerrado, con sus nubes oscuras y con amenazar en llover, aunque para Angst no le importa eso, el iba a salir de todos modos, de todos modos no le iba a pasar nada, no se podía enfermar de una gripe nada, era un muerto de todos modos. Cuando pensó eso apretó mas manos y golpeando la pared, con rabia, el no pretendía ser esto, el no…el no quería ser esto-Maldita sea, porque no soy un humano, ¿Por qué? Solo por un calentura soy esto….maldita sea y mil veces mi creadora…-Un gruñido, se quedo parado enfrente de la ventana, comenzando abrochar su camisa, observo el cielo la noche desde hace horas a reinar a parís. Estaba recién bañado porque hace dos horas atrás había tenido un duro entrenamiento “especial” por ser un Vampiro, su entrenador fue un Vampiro, pero no uno corriente si no uno de mas años, mas fuerte mas….poderoso, que lo lastimo tanto que hizo que escupiera sangre, cayera varias veces al suelo y tener muchos cortes en su cuerpo profundos, graves si fuera un humano, pero poco a poco se estaba cerrando, pero las mas “grave” era la que tenía en su mejilla derecha, todavía la tenía abierta. Pero eso a el no importaba….todos creen que Angst no le interesa nada ya, no sabía lo que pasaba ha estado muy raro estos día, no se comporta como siempre, que es altanero, arrogante, mujeriego…se sentía ¿Dolido?...nadie lo sabe ni su hermano Lust.

Por fin se termina de abrochar la camisa, dejando los dos primero botones sueltos, abre su pantalón fajándose, cuando termina se abrocha nuevamente poniéndose el cinturón, pero su mirada sigue fija en la ventana, cuando termina con su cinturón sigue con sus mangas abrochándose el borde, para después ponerse su chaleco café, por fin puedo despegar su mirada de la ventana, caminando hasta llegar a su cama y colocándose encima de la cama, extiende su brazo izquierdo y cogiendo una de las botas, poniéndosela, con la otra hace lo mismo, mira que está arreglado y sale de su habitación, cerrando la puerta tras su espalda.

-¿Cómo paso todo esto? ¿Cómo? Mi vida era….”perfecta” según….pero lo que más oído de esto es ser esta asquerosidad de mierda….-Gruñe ante los dicho, apretando sus puños, pasando por todo el “largo” pasillo, mirando de reojo los cuadernos ruticas que su hermano gemelo había puesto, “Es para que se mire mas decente” los palabras estúpidas de su hermano, arqueo la ceja estaba un poco irritado esta noche no era para menos, hoy se cumplía otro años de ser esto…de ser un Vampiro mediocre que solamente sirve para matar a gente que no puede defenderse…el mismo se da lástima, es lo único que puede hacer….o eso cree el. Llega hasta las escaleras, sosteniéndose del barandal, mirándolas eran muchas pero para el eran pocas…empieza a bajar, pisar escalón con escalón.

Mediante bajaba las escaleras, miraba la planta baja, hasta que pisa el ultimo escalón para después pisar el piso de la mansión, observo que nadie estaba levantando… ¿Pero quien en su sano juicio estaría despierta a esta altas de la noche? Solamente los que trabajaban de noche, las cortesanas que tenían que trabajas de días y de noche o las personas locas como el…porque las personas “normales” se quedan en su casa descansando o viendo el fuego consumirse, pero en esta casa todos estaban dormido o eso el creía-Perfecto-Susurra el Vampiro, camina con paso decidido hacia la puerta de la mansión, cuando iba a tomar la perilla de la puerta escucha una voz femenina-Joven Angst ¿Va a salir esta noche?-El Vampiro frunció el ceño-¿Qué no ve vieja?-Se pregunta en su mente, haciendo que el hombre se de vuelta y mirando a una señora de avanzada edad-Si….-Respondió sin ánimos, pero no tenía que ser grosero con ella, si no…..si no Lust se iba a enojar y ahorita no tenía ganas de discutir con su torpe hermano. Suspiro un poco encarando una de sus cejas-Saldré, dile a mi hermano que no se preocupe por mi si no me ve en mi habitación…si me llegar agarrar el sol pues me quedare en un hotel o yo que sé, solo que no vendré a casa…claro su no me encuentro aquí cuando salga el sol-Fue las únicas palabras que le dijo a la Nana de Lust, abriendo por fin la puerta y saliendo por ahí…antes de cerrar la puerta alcanzo a escuchar un “Cuídese joven Angst” el asintió con la cabeza cerrando por completo la puerta.

Empezó a caminar por las frías, oscuras y solitarias calles de parís, pensando en lo de hace un rato-Porque siempre me trata como un crio, no se ha dado cuenta que no soy Lust, que necesita cuidados, soy un hombre no un pedazo de inútil como el-Pensó Angst, caminando todavía, observando que las pocas personas que se encontraba caminando por esas calles se la quedaba mirando, Angst solamente bajo la cabeza frunciendo su ceño-¿Qué les pasa?....porque esas miradas-Arquea su ceja y se aleja rápidamente de aquel lugar…Llega a un callejón, pero mira de reojo una mujer….venía de lejos se escondió en el callejón…esperara a que ella llegue y….miro como pasaba la mujer…pero se quedo estático al verla…era…una mujer…hermosa…no puedo hacer nada…solo permanecer en ese lugar como una estatua, no pudo atacarla ¿Por qué?....frunce el ceño y se aleja de ella tomando el otro camino, pero mirándola de reojo, volvió a retomar su caminata, sin saber a dónde ir…Paso un par de minutos hasta que el Vampiro observo un puesto abierta-Tan tarde y esto está abierto…valla..¿Entro? no pierdo nada por entrar no se me va a salir un brazo por eso-Puso su palma de la mano en la puerta y la empujo un poco haciéndola abrir, observando que había unas cuantas personas hasta que podía contar con los dedos, cerró la puerta tras su espalda cuando ingreso del lugar, las miradas no se hicieron esperar, se sentía como una estrella del teatro, aprecio una pequeña sonrisa en su rostro por esos pensamientos-Es una verdadera suerte de hallar un lugar asi…sobre todo abierto-Dijo en su mente, caminando por el pequeño camina que daba hasta la barra…mientras caminaba observo el lugar tenia diversas pinturas, artesanías…hasta objetos mas antiguos, llego y se sentó en una de las sillas largas y de madera muy finas. Mirando el menú…café…café…mas café…donas…pan dulce…café…-Creo que es una cafetería esto-Susurra y cierra el pequeño libro y mira a la camarera era hermosa para los ojos de Angst-Buenas noches, quería pedir un café y una dona para acompañar mi café-Sonríe, para después gañirle el ojo, observando que la camarera se sonroja por el acto del hombre, viendo cómo se va por el pedido.

Mientras el esperaba su pedido, se dio la vuelta en la silla, recargando su espalda en el borde de la barra de igual manera sus manos la hicieron, apretando un poco el borde, mientras se ponía a ver más allá del negocio, miraba de reojo a las personas que estaban ahí…una vestimenta elegante, mientras la otra no…asi seguía las como dices personas que se encontraban en el lugar. En el momento que Angst vio la puerta esta se abrió, y haciendo que entrara una mujer…los ojos de Angst se abrieron un poco más al reconocer aquel aroma…era la mujer del callejón…era la misma su olfato no podía engañarle…era ella, una sonrisa apareció en el rostro de el, sus ojos subían y bajan por el cuerpo de ella-si es ella, como no serlo mi olfato nunca me engaña-Pensó, rápidamente se levanto de aquella silla y se encamino hacia ella, sin importar nada, las personas del lugar desapareció para él, solo su mirada estaba enfocada en el rostro de ella, cuando se acerco a ella, tomo su mano y le dio un casto beso en la mano-Bella dama…perdón por ser tan….atrevido, pero no pude contenerme y venir a verla…a saber su bello nombre…-sin soltar su mano sonríe-

por **Amy Von Bennewitz** Jue Mar 22, 2012 12:49 pm

Las horas habían pasado volando, y yo ahí me encontraba en el burdel-joyería atendiendo y satisfaciendo a más de un cliente, con Gaspar habíamos formado un buen lazo de amistad era en las pocas personas que confiaba del todo, me había demostrado y abierto los ojos de mil maneras, hasta había entendido el problema que tenia con mi esposo, se dio el tiempo de conocerlo y de ver cómo era él, y como era yo, claramente noto las diferencias cuando me presente ante él, abrí los ojos y me encontraba frente al tocador de una de las habitaciones que Gaspar había mandado hacer para mí, no para trabajar si no para que sea mi espacio de escapar de todo, de la joyería, del burdel, de mi casa, del mundo, no supe en que minuto llegue ahí y mirando mi reflejo acaricie mi rostro, hacia días que no recibía ningún golpe y se veía tan bello sin ninguna marca, todo gracias a un viaje de trabajo de Alexei, hacia Rumania asuntos familiares que a Dios gracia no me competían y no era necesaria mi presencia. Me quite las horquillas una a una que afirmaban mi cabellera y esta callo a ambos lados de mis hombros, con un cepillo que parecía haber sido sacado de la misma realeza de Francia cepille con cuidado, sonreí un par de veces al espejo al ver mi reflejo que parecía en calma, con una toallas de algodón quite todo el maquillaje que cubría mi rostro y luego de tener todo limpio me quite aquel vestido que acentuaba mis pocas curvas, no quería ser la cortesana, al menos a esas horas solo quería ser Amy, uno de los clientes más adinerados me había pedido a mí, solo a mí para acompañarlo en una cena, pocas veces recibía ese tipo de invitaciones, Gaspar se aseguro que no fueran trucos y el mismo recibió un pago anticipado, pero al final era elección mía, una nota decía la dirección del café donde tenía que ir y ahí buscar a Dimitri De Barbarac. Sobre mi cuerpo puse un hermoso vestido echo a la medida de color turquesa con destellos en azul fuerte, que destacaban el corsé se ajustaba a mi busto dejando que el escote fuera normal, pose sobre mi cuello un camafeo y pinte mis labios de un rojo fuerte, volví a ver al espejo y me veía radiante por ultimo rocié un poco de un perfume que uno de mis clientes fieles me había regalado.

Tome la nota y la guarde en un pequeño bolsito que me haría compañía, salí de aquel lugar y busque en la barra del burdel a Gaspar, le deje dicho a donde iría y por fin ya estuve fuera de aquel lugar que había fundado con un nombre desconocido para que solo fuera el burdel de mayor envergadura en Paris. Mis pasos siguieron adelante mis hombros estaban cubiertos de una capa negra la capucha de esa cubría mi cabellera como si de una alma en pea avance por las calles que a esas horas estaban desoladas, o al menos así parecía, los ruidos nocturnos eran tantos y misteriosos como las estrellas del firmamento. Vi a uno que otro borracho salir de las tabernas que adoraban las calles con personas con un estado de alcohol sorprendente, pase por varios callejones, invitaciones para una noche espectacular se hicieron presentes, pero no, alguien me esperaba y ya había pagado por un servicio que aun no le era dado.

Uno de mis clientes especiales me había enseñado la ciudad y sus rincones, era algo así como mi protector, un alma que ha vivido por siglos, un ser sobrenatural y de una belleza fascinante que hacía que todos mis dolores desaparecieran, el me había confiado un secreto uno de los tantos que se oían por las calles de Paris, la existencia de vampiros, el era uno – Amy… - escuche en medio de un callejón oscuro y toda mi piel se erizo por completo – Gabriel tu y ese gusto de atormentar mi caminar –se hizo presente la figura de mi protector que como el lobo que inspecciona a su presa me rodeo, disfruto de lo que vio y hasta me beso, esos besos que tan fríos llegaban a mis labios como la nieve abraza el fuego - ¿Sola a estas horas? Tenía que seguir tu rastro… no quiero que tu belleza desaparezca – beso mi frente llenándome de halagos que me hicieron sonrojar, le bese los labios unos instantes para luego seguir mi camino, le explique que me esperaban y el prometió la noche que seguía a esta ir a visitarme al burdel, ahora caminaba más tranquila sabiendo que él seguía mis pasos, y una cuadra mas vi el cartel del café, quizás era el único que trabajaba de noche, por algo era, vampiros, pensé y decidida me adentre al lugar en busca de Dimitri De Barbarac, un hombre joven que siempre vestía de negro con un corbatín rojo carmín.

No sé si di uno o dos pasos en aquel lugar, pero al cabo de un segundo fui abordada por un hombre, que comenzó hablar, no era Dimitri y aquello me puso demasiado nerviosa, mas aun con sus palabras le mire de re ojo sintiendo mis mejillas completamente enrojecidas – Disculpe – si voz salió tan suave como pudo ser – Me están esperando – si, no podía dejar plantado a un cliente, menos a uno especial como Dimitri. – Amy, Amy Von Bennewitz – pronuncie mi nombre, el nombre que me habían autoimpuesto y quite mi mano de las ajenas y busque entre la mesas a quien me esperaba- Permiso – comencé avanzar en busca del conde De Barbarac, pero no estaba me acerque a uno de los jóvenes que trabajan ahí y pregunte a lo que con una amplia sonrisa me entrego un sobre, acto seguido me fui a una mesa alejada de la entrada y tomando asiento acomodando mi vestido tome el sobre y lo abrí…

Mi dulce Amy:

Si la noche fuera eterna mis sentimientos por usted también lo serian… Su piel es como el pétalo de una rosa blanca suave y tersa, su aroma embriaga mis sentidos cuando puedo deleitarse de usted, sus labios dos gotas de un rojo carmín que provocan en mi una locura que me enloquece y me lleva al éxtasis con tan solo oír mi nombre salir por aquellos labios… sus ojos las perlas tristes que posan un rostro de porcelana… podría quedarme toda mi eternidad alagando una belleza tan diferente como usted, pero hoy no puedo.

Me disculpo dejarla plantada, asuntos políticos me han sacado de Paris en un abrir y cerrar de ojos, Amy, cuando regrese iré por usted tenemos un encuentro pendiente…

Con todo el cariño que un hombre sin alma puede tener…

Dimitri…

P.D. Todas pueden ser iguales… pero usted es la verdadera joya del PIACERE DELLA VITA

Luego de leer aquella carta sentí vergüenza por las palabras, ¿Cómo alguien podía tratarme con tanta dulzura? Sonreí y puse mi cabeza en el lugar… soy una cortesana… eso se lo dicen a todas… pero Dimitri desde que lo había conocido siempre acudía a mi… quizás sus palabras eran de verdad… suspire y recordé que estaba en la cafetería, que había rechazado a un hombre y que ahora estaba sola, pedí un café latte, aprovecharía ese tiempo para mí.

por **Bartek Van Dyck** Dom Mayo 27, 2012 8:09 pm

Mis ojos seguían en el rostro de aquella dama, de aquella mujer que desde que había entrando me impresiono, no sabia del porque, nadie pero nadie me había llamado la atención de ese modo, tampoco quería saberlo, ni pelear conmigo mismo en este preciso momento, con ella enfrente mío, no me iba a repetir de ir hasta donde se encontraba y que sobre todo le temo de la mano, no era de mi disculparme con una dama por saber su nombre y agarrar de ese modo su mano sin que ella me digiera algo, no señor, cuando alguien me gustaba iba directamente al grano yo no necesito jugar como otros hombres que se hacen los idiotas delante de las damas son una basura, ese es mi punto de vista y nadie podrá sacarme asi…lo malo esque mi hermano Lust es igual que ellos, igual por eso hay días que lo odio y lo quiero matar con mis propias manos pero un día estará muerto igual que yo, pero para que pensar eso si aquí enfrente mío tengo a una mujer hermosa, con su mano todavía sujetando, esa mano que estaba tibia comprada con la mía que parecía un hielo. Los minutos pasaba tan lentos en este preciso momento, por primera vez estaba impacientado para que ella abriera esos hermosos labios y de ellos saliera su nombre que de seguro bello como ella. Me estaba comportando un poco raro ¿O ya son ideas mías? La verdad ahorita no quiero saber nada, solo quiero saber su nombre-Bella mujer, dime ya tu nombre, que deseo con toda mi alma saberlo-Hable adentro de mi mente, con una sonrisa de idiota lo se…me ando comportando como esos humanos que cuando miraba alguien se idiotizaba por la mujer así me esta pasando ¡Rayos! ¿Porque las cosas que odio lo hago?...otra pregunta mas y otra pregunta que en este noche no iba hacer respondida. Sigo esperando y esperando lo que para mi parecía horas y horas para ella de seguro eran minutos…de repente mire que sus labios se movían por fin…dijo su nombre, un hermoso nombre hasta su apellido me había dado Amy Von Bennewitz, ese nombre mas bello que había escuchado, nunca me había interesando tanto por saber el nombre de una mujer simplemente la besaba si le gustaba directo a mi cama ni me molestaba saber su nombre ni su edad, pero no se que paso en este momento, en esta noche magnifica que por primera vez de verdad me interesaba una mujer mas haya que llevármela a la cama.

Observe como ella misma apartaba su mano de la mía, no dije nada, tampoco replique como un niño pequeño que no lo dejaba tener su juguete, solo me comporte como un “caballero” ante ella, di un paso hacia atrás, hasta apárteme de ella un poco-Déjeme decirle que su nombre es hermoso sobre todo para una mujer como usted que esta hermosa-mis palabras salieron sin pensarlo, solo mis ojos miraban aquel rostro que no lo podía dejar de ver. Me hice a un lado para que ella pudiera pasar-Adelante, este camino esta despejado para usted-Susurre, observando como se iba, como se iba de mi lado, se estaba acercando donde yo estaba sentando, no importo tampoco, me quede parado por un par de minutos mas. Esperando que no estropeara mas el camino pero no había tanta gente en este café, cruce mis brazos respirando un poco aunque no necesitara respirar mas creo que hasta lo hago mecánicamente para que las otras personas no vieran que soy un cadáver con carne, que camina etc…pero yo se que estoy muerto, pero…dejare de pensar esas cosas, esta noche seré o mejor dicho me creeré “Humano”. Mire que pedía algo, no iba hacer nada, no iba a moverme de este lugar, solo la observaría y así lo hice

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