Seasons in the abyss (+18)

Tenia la columna vertebral hecha migas, nervios seccionados y las costillas rotas. Respiraba con dificultad mientras mi cuerpo ajeno a la conciencia que se hallaba ahogada en un profundo adormecimiento, se regeneraba lenta y dolorosamente de la golpiza recibida. Atada con cuerdas cadenas y maromas imposibilitada para defenderme o escapar, fui arrastrada dentro de un saco hasta un carro; pude esucharle galopar sobre tierra, luego roca, grava y arena de las calles. El carro se detuvo... escuché a mi captor bajar pasando a la parte de atrás. Senti sus pasos acercarse removiéndome intentando cerrarme sobre mi misma.

Los golpes cayeron uno a uno, empujados por una fuerza en aumento constante. Las patadas sobre las piernas, el pie undiendose en mis nalgas, en el pecho, aplastando mi cabeza hasta aturdirme, hasta arrancarme gritos ahogados por la mordaza empapada en sangre.

El reverendo me toma de los cabellos por sobre la tela y arrastra el bulto por el suelo de nuevo, llevándome dentro de una casa, escaleras, parecen cientos de dolorosas escaleras... abajo... me arrastra lentamente mas y mas abajo. Se oye el cerrar de puertas, el atar de cadenas una tras otra. ¿A donde me lleva?

- Silencio - en implacable silencio me lleva hasta lo profundo, donde es mas intenso el olor a humedad. Lejos de todo. Donde nadie pueda escucharme gritar... Desespero escuchando, tratando de aguzar el oído para descubrir sus intenciones. ¡Se aleja! Mas pronto vuelve.

Un helado filo de navaja atravieza el saco y me abriò de arriba a bajo la columa vertebral. Lo senti perfectamente. Después sentì como si me golpeara con un martillo. Después me dió vuelta, sacándome de entre la tela y rociandome con alcohol. Había un olor a sangre caliente. Mis manos, aunque atadas aun alcanzaron a tornarse garras y aferrar un brazo suyo. ¡Lo desgarré!, Me paso por delante un brazo y respondió la agresión con mas golpes. En aquel momento estaba a punto de desmayarme de nuevo. En realidad no era tanto por el dolor, como por el olor a sangre, ¡No lo sportaba! Me puso boca arriba.

- pero, ¿que hace? - y dejé de verle las manos, ya no había manos... estaban dentro de mi vientre y yo no sentía nada.

Me tomo mucho recordalo todo. Lo que había pasado con nosotros. Yo Vestal, Virgen entonces y tu sabes que me lastimaste, y sin embargo sigo respirando, de modo que me figuro que sigo con vida; aunque los signos parezcan decirme otra cosa. Tuve mis manos atadas, mi cabeza agachada y mis ojos entrecerrados y el cuerpo bien abierto.

Hacer a los otros lo que me hicieron a mi, ¿hacer a otros lo que te hicieron? Estoy naufragando en sensaciones extrañas. Tal vez solo necesito dormir un poco. Mi corderita, dulce martir. Te vez tan preciosa ahora.

- ¡Acércate! Acércate para que pueda olerte.

Necesito que sientas esto, no puedo arder así por mas tiempo antes de liberarme en ti. Oh! Por un delicioso momento estoy completo. - Do unto you now, what has been done to me, Do unto you now, what has been done?

Mas sigues regresando de la muerte, regenerandote cada vez, y yo te siento mas viva, aunque a ratos pareciera lo contrario. Te arrastro mas cerca, por que quiero percibirte bien, olerte. Necesito que me sientas dentro. - Pues yo soy tu testigo y carne y sangre pueden son pacto fiable.

A través de este sagrado medio es que encontraré la paz.

Con tus manos atadas, la cabeza gacha, los ojos bien cerrados... te ves tan preciosa ahora. Me mostraste algo, pensé que podría terminar, pense que podría lavar las manchas, remover las costras y romper el circulo si yo me deslizaba justo debajo te tu piel. ¡Tan dulce fue tu sometimiento! ¡Nos convertimos en uno solo! Yo me volví mi propio terror y tu mi corderita; mi martir. Encontré algun tipo de paz temporal en toda esta mierda, sangre y semen en mis manos.


He... completado... el circulo. Mi corderita amada, este holocausto terminará pronto.
Te ves tan linda... te ves tan linda, asi.

¡Tan hermosa!...

Le miraba dormir, cayò en la inconsciencia en medio del dolor y ahora su naturaleza de criatura sobrenatural regenera de nuevo las heridas, sanándose mientras ella se encuentra sumida en profundo sueño. H se entretiene recorriendo con suavidad el cuerpo que antes golpeara; ninguna marca queda ya de los cortes que dejaron sus garras sobre la piel desnuda. A pesar de que han pasado horas aun se estremece, invadido por sensaciones que su naturaleza original no conoce ni entiende, pero que ahora sabe suyas, como un hallazgo que no se esperaba.

Su cuerpo ha tomado la forma del hombre-león, por alguna razón que él ignora su alma le hizo entrar en ese cuerpo para poseer a Nina. En vano buscaba en su mente alguna razón, pero no encontró recuerdos que relacionaran al Rey con la Loba de algún modo diferente a como había sido con los otros Stargazers.

Haría sufrír a Nina y a Hans por haber querido controlarle, por someterle de diversas maneras cuando se hallaba en tinieblas, cuando fue vulnerable y se encontraba divivido. Pero ahora que finalmente es uno; absorbió sin querer - e inclusive sin saber - parte de los sentimientos de los hermanos de quienes se alimentó.

Con una bofetada despierta a la bella durmiente, quien primero se sobresalta y luego se retuerce violentamente cuando la bruma del sueño se disipa y recuerda donde se encuentra. Sus ojos rebosantes de lágrimas comienzan a dar cause al adivinar la silueta de su captor. El ultimo de los Stargazer contempla a la Lycan con ternura inusitada, mas con cierto asco de si mismo intenta alejar ese sentimiento rodeándolo con interrogantes.

- Despierta de una vez.

(* le da otra bofetada para que se espabile)

- Mírame y dí: ¿Que representa este rostro para ti?

Un golpe seco, una bofetada para despertarme. Como odio que haga eso...

Me arrastra de nuevo por los cabellos para acomodar mejor mi cuerpo. Mi oído percibe ruidos lejanos, trato de concentrarme, de no perder del todo la mente, aunque la locura comienza a rayar en mi cerebro después de todo este tiempo aquí abajo. Caigo sobre un lecho de cobijas, mis ojos se adecuan ya a la penumbra permitiéndome reconocer algunos bordes, el oido atento escucha como mi captor se despoja de su ropa.

Escucha rumores lejanos de carros, ruedas y cascos moviéndose por calles. Un sótano bajo la ciudad, pero por la profundidad aún su fino oído no conseguía darse una pista de donde se encontraba. Además poco podía concentrarse en los sonidos externos cuando el dolor le aturdía por algun movimiento suave, por mínimo que fuese le provocaba un dolor sordo. El cuerpo a pesar de su renegeración milagrosa no quedaba exento del fantasma de la agonía... Las entrañas desde lo mas profundo de su memoria corporal se estremecen con el recuerdo de las garras que hace poco les desgarraban y que ahora duermen bajo enormes manos humanas, aplastando, amasando como si de barro fuese y no de carne, enterrando los dedos con lujuria por los orificios y recorriendo una y otra vez con obseción. Manos como dos grandes bocas y oh! Boca como una húmeda mano.

Me succiona, dolorosamente, ardorosamente la piel toda, desde la punta de los pies pasando por las pantorrillas que se detiene en morder y succionar. Me arrastra con sus gestos a un mar de sensaciones que me excitan, haciendo que mis poros lloren su irreprimible emoción. Aquel espacio oscuro y reducido se ha llenado ya los intensos olores de nuestros cuerpos entregados al deshonroso ritual a que soy sometida. Mis gemidos le hacen enloquecer, enfebrece de amor el que antes me molía a golpes, quiere devorarme con otra clase de apetito. Pero no es el Reverendo, o H... como-se-llame... no.

El que ahora toma poseción de este cuerpo es el REY...

- Krimson! - Le miraba mirarme con deseo, enloquecido desde siempre por mis formas, por mi cuerpo. Un animal, eso es lo que el era. Un enorme cuerpo entregado a primitiva pasión. Ya no el extraño y delgado hombre-reptil cuyo disfraz portaba cuando Hans lo trajo por primera vez a París.

La mordaza me evitó decirle que era él, que lo había reconocido, pero lo cierto es que también Krimson estaba muerto. La criatura que surgió de ellos es algo completamente diferente. Serán las mentes de sus hermanos que por medio de sus recuerdos le perturban y le hacen cambiar su carácter de manerá ¡TAN DRÁSTICA! solo puedo agradecer que el rencor por fin allá amainado. ¿Por cuanto tiempo más?

Si pudiera hablar le explicaría... que Krimson y yo teníamos un lazo mas allá de las palabras; pero el cambiaformas no esperaba respuestas a sus preguntas. - Tal vez por eso no me ha matado todavía... tal vez la memoria, los recuerdos de sus hermanos no lo dejan - pienso para darme ilusiones, esperanzas vanas de sobrevivir a otra noche. - Tal vez esta confundido. Si queda algun residuo de amor en él, tal vez no lo hayamos perdido del todo...


Pero por ahora nada puedo hacer mas que rendirme, cerrar los ojos y rendirme dulcemente a él.

El reverendo continuó torturando a la loba durante largo rato, era en verdad una gran ventaja que Gaia hubiese dotado a Nina con la capacidad de sanar tan rápidadmente sus heridas, regenerando su cuerpo milagrosamente rápido, pues eso le permitía sacar un mayor provecho del tiempo para alargar de maneras inconcebibles el sufriento de su victima. Suplicios que imaginaba y algunos mas que le venían a la mente desde los recuerdos de sus hermanos, con saña los practicaba sobre el cuerpo extenuado de la loba.

Cuando lo creyó prudente, fue hasta ella y liberó su boca de la mordaza. - "¿Dónde esta el libro Negro?" - le preguntó secamente, pero tras escupir algo de sangre la loba solo lanzó una afrenta como respuesta:

- ¿Acaso es este un lecho de rosas? -

Era terca sin duda y orgullosa. No solo no iba a entregar el preciado texto de su padre sino que se atrevía a insinuar que disfrutaba del castigo. El reverendo tomó la forma de la joven Amadis; debía ser este y no otro el rostro que viera la loba antes de morir, el rostro de quien ahora iba a enterrale viva en aquel oscuro sótano de París.

¡Pretende enterrarme en este lugar! Ya debe adivinar este reptil que tengo la habilidad de leer su pensamiento, aun asi me ha revelado su plan. Debe ser consciente también que esta noche es luna llena. Hasta este punto ha alargado mi suplicio, y ahora se aleja dejándome sumergida en esta oscuridad.

- Scheiße summiert sich am unteren. -

(* Se acumula el odio, en lo profundo)

Debe calcular que llegado el plenilunio estas amarras no podrán detenerme. Lo escuché pulular por las cuatro esquinas del primer piso. - Las llaves de este lugar debió obtenerlas de Mat. Hans y yo sospechábamos que tenía una propiedad en la ciudad, herencia de su padre, pero el nunca rebeló su ubicación, ni pensó en ella estando en presencia nuestra.- Creo que el cuervo sabía y por consiguiente H ahora sabe de nuestros poderes. ¿Será por eso que ahora piensa volar los pilares del edificio? Intenta hacerlo colapsar sobre este calabozo para enterrarme bajo escombros, justo antes de la luna llena.

Se ha largado ya por un rato. Se siente aturdido por el poder de su hermano. El hombre-Oso le ha causado una gran impresión. Quisiera hablar con mi hermano, pero si intentase contactarlo, el podría experimentar las sensaciones mías. Es algo que he querido evitar desde que empezó toda esta locura.
Pero he aquí que se vuelve. Huele a pólvora; lo cual me confirma las funestas sospechas. ¿A que ha regresado entonces?

Con atención escucho como descienden sus pasos, intento girarme desde la posición en la que me encuentro para mirar a la puerta, mas no consigo ver mas que una sombra, proyectada por la luz exterior.

Nadie se sorprende cuando ven entrar y salir a uno de los Corax en el viejo edificio del centro. Poca gente vive ya en este lugar, apenas un par de apartamentos ocupados por vagabundos que vinieron a rentar las habitaciones al portero aun bajo costo, pero sin contrato de por medio - Personaje afable, el portero a quien nadie ha visto desde que regresó el Sr. Matthew Corax al edifico - Ni siquiera ha subido a su apartamento a revisar sus efectos personales, sino que se ha concentrado en el Sótano.

Nadie se había preocupado por las incurciones del joven Mattew; nadie tendría porque sospechar nada pues ignoraban que ese no era ya uno de los Corax, sino otro ser personificándolo. Asi pasó inadvertido todos esos días en que mantuvo prisionera a Nina e igualmente inadvertidas pasaron las cargas explosivas que hábilmente sustrajo a unos mineros y con las que pretende volar la resquebrajada cosntrucción.

Pero a pesar de estar todo listo, y de haber cumplido su plan hasta aqui al reverendo le ha faltado fuerza para encender la mecha. Sabe que debe hacerlo antes de que el brillo de la luna le devuelva el poder a Nina para escapar, pero en dentro de su ser siente cierta urgencia por disfrutar de su presa una ultima vez antes de despedirse del todo. Quisiera poder tenerla ahí por siempre, o almenos por unos cuantos años, pero al cabo del tiempo estos u otros hijos de Adam comenzarían a murmurar o quizás movidos por la codicia intentansen penetrar en aquel cuarto tapiado en el apartamento del Portero que conducía al Sótano.

Con un deleite fuera de toda proporción desciende una vez mas por las escaleras y encuentra a Nina justo como la habia dejado la ultima vez. De su cuerpo, desde dentro de su cuerpo dos sombras se separan, tomando forma en replicas iguales de si mismo. Tres extenciones son necesarias, una para detener el cuerpo e impedirle todo movimiento. Otra que empuñe el martillo y disponga los pies, los dedos de los pies en posición. La última extención será para tomar su rostro, su bello rostro y contemplarlo mientras caen los golpes, reventando uno por uno los pequeños deditos.

El reverendo le arranca la mordaza y le clava la mirada en las pupilas vidriosas. Ella adivina ya lo que sigue al sentir como unas manos toman su pie derecho.

- Hans no me entregó el Libro. Muy por el contrario, tu maldito hermano intentó matarme!

(* Para saber mas sobre este enfrentamiento da click aqui)

esta es tu ultima oportinidad, Bruja. Me dirás donde ocultan el Libro Negro! -

- Yo no...

(* WHAM! )

El martillo cae con un golpe de trueno. El libro negro y sus secretos en este momento sólo son un pretexto para inflingirte dolor. ¡Bienvenida al infierno! Todo tu esqueleto se estremece al aplastar solo un hueso, y ese fuego invisible recorre cada fibra de tu piel. Tu grito es profundo y aterrador, pero en este agujero donde nos encontramos nadie te escucha gritar. Y aun si alguien escuchase entre estos seres fríos no habría uno con el valor de arriesgar la seguridad de sus casitas burguesas para bajar hasta aqui. Eres invisible. Nada!

"No, there ain't no heroes here".

Gran pena me provoca tener que dejarte, por eso con una regia palmada hundo dos dedos entre los labios húmedos calientes y enrojecidos aún por la violencia de los pasados ataques. Debo enterrarte aqui, antes que la luna llena te de fuerza para liberarte, pero siempre en mi mente recordaré esta temporada en que te tuve, y muy especialmente este momento.

Cuando dejas de gimotear por el dedo aplastado, que desde dentro por ventura de los dones de Gaia se regenera vuelvo a reformular mi pregunta.


- El libro negro, Nina. Piensa bien... Se que Hans no lo tiene.... ¿Dónde esta?


La voz suena tranquila, calmada, pero el corazón late con fuerza. Un segundo... no hay respuesta; dos segundos... la mano ahora toma el otro pie. El martillo se levanta en el aire preparando el golpe. Te escucho gritar como si tu llanto pudiera detener la caída. Me haces sentir cerca de Dios.

Te montas en el juego perverso, me pides que te penetre y mi carne me pide entrar en ti. En tu ardiente centro que me atrae como un magneto hacia su abismo.

- Muérdeme - dices como leyendo de mis fauces el deseo. Desafiante me miras y me pides mas dolor. Cuelgas de mi lujuria como un manjar al cual rodeo hambriento con mi sed, por su néctar.

El calambre recorre desde las ingles, y sube por el miembro endureciéndolo dolorosamente en tu interior. Me sientes dentro y contraes tus nalgas, me atrapas, como si succionaras mi cuerpo. Te tomo de los cabellos para recordarte quien es el que lleva el ritmo pero tu mirada sigue encendida, con cada embestida me posees y me devoras.

Hundo las garras sobre ti, bebo el aliento de tus gemidos exhaustos mientras tomo tu cabeza, la cual puedo abarcar muy bien con los dedos extendidos. Así balanceo tu cuerpo empalado en el mío, te rodeo toda, oprimiéndote entre los brazos. Pero tus lágrimas son el pozo que jamás se seca. Entonces deseo tenerte aquí, en este abismo para siempre.

¿Pero que estoy diciendo? Esta misma noche debes morir... no puedo seguir teniendote aqui. ¡Es muy peligroso! Mas de nuevo el vértigo asalta todo el cuerpo y el placer es una onda me arrebata completo sin que pueda pensar nada más. El orgasmo me arranca bramidos salvajes mientras tu sonries maliciosamente al verme en este estado..

- Quédate adentro - dices, con voz sumisa, con tan suaves formas me comandas. Apoderándote de mi voluntad. Luego te mueves otra vez, retorciéndote y provocándome de nuevo a penetrarte.

- Fuerte, cógeme mas fuerte...- ordenas y yo obedesco ya sin voluntad, entregado al goce de tu cuerpo. - Slave...-

(* Al son de la cítara septicorde de mi antepasado Terpandro canto los versos que Nina me inspira cuando mis ojos se miran en los suyos; mientras mi ariete hiere dulcemente su exultante rosa abierta).

La cabellera flotante le ensombrece la espalda desnuda y el íntimo aroma que exhala su cuerpo turgente se amalgama con el mío en un perfume único. Los senos le huelen a manzanas maduras; sus axilas tienenel aroma de la brisa en los cañaverales y su sexo negro, mullido ¡ah! - ¡trasciende a gloria! - No sabrá a que huele la gloria quien no haya hundido nunca su sien calenturienta de deseo en el profundo regazo de esta Alemana.

Me pierdo ahora, afanoso por respirar la escencia de la recóndita flor que guarda Nina entre sus piernas y me arrodillo ante ella. Epoch dice que no hay cura, que no hay retorno de este infierno del Amor. Nina me acoge suavemente, enlazando sus muslos en mi espalda con el mismo cuidado mimoso con que he visto a las madres humanas tomar a sus pequeñuelos entre brazos. A las caricias de mi boca encendida cada vez más furiosa, ella corresponde con largos y pausados contoneos, con suaves frotaciones de sus talones rosados contra mis flancos o sobre mi pelvis hundida de deseo.

Luego a medida queme incrusto más y más en su rincocillo glorioso, asaeteándolo también con lengua incansable mientras mis manos, ávidas de su posesión, desgarran a zarpazos sus carnes, Nina perdida la serenidad, pero amorosa siempre, me golpea las nalgas con sus piernas, atenazandome desesperadamente, clava sus manos en mi espalda, se retuerze debajo de modo increible y me muerde el pecho succionando mi sangre en interminables besos de martirio.

Un estertor convulsivo la conmueve; me cine con todo su ser, estrujandome despiadadamente y de pronto, como si le faltase la vida, afloja las piernas y cae desmayada. No fue mi sangrante miembro aun dolosamente erecto, sino flexible, la lengua reptiliana la que le ha vencido, por fin.

Pero yo que viendo morir a Nina de gozo, he sufrido tambien el deleite aniquilador de la venida, estoy ahora junto a ella, tan deliciosamente derrotado como mi dulce victima.

La compasión esta quebrantada ahora, mi voluntad erocionada. El deseo tan roto que me hace sentir asco. De rodillas,ardiendo por dentro. Mi orina y mis gemidos son el combustible que incendia mi cabeza, no puedo hacer más que percibir como se quema mi alma.
Estoy rota, miro hacia arriba veo a mi enemigo. - ¡He tragado los venenos con que me alimentas! - sobreviví. Abandonada en este agujero llena de culpa, de odio, debil. Me hace sentir tanto asco. Muerta por dentro. Cometes un error, un grave error al no haberme matado aún. Nunca des la espalda... shit adds up, shit adds up, shit adds up, shit adds up at the bottom

Si te dejo, tu harás que me destuya a mi misma. Para poder sobrevivirte, debo primero sobrevivirme a mi misma. No puedo hundirme ya más y jamás podré perdonarte. No hay otra elección. La luna pronto me restaurará. Apenas me sean devueltas mis potestades, habrás de confrontarme. Te combatiré, te borraré. Ya he recorrido grandes distancias para expandir mi umbral del dolor. Usaré miserrores en tu contra. No hay elección. Me he despojado de la vengüenza, me he despojado de mi nombre. No soy nadie ahora, soy nada.

Pero mi alma ha de ser de hierro, pues mi miedo esta al descubierto. Estoy desnuda y sin miedo.
Mi miedo está expuesto... la tarde cae. La luna me ha de devolver el poder. No se por que no me mataste mientras pudiste, pero ya siento el cambio.

- I feel the change... for the hair that stands on the back of my neck. Wildness is the preservation of the wolf, so seek the wolf in thyself!

(* H sale y cierra la puerta tras de si. Luego se vuelve atrás arrastrado aun por sus sensaciones y contempla por ultima vez la puerta del sótano)

Hasta aqui te he traido mi dulce victima, mas siento ya como la cercanía de la noche despierta el poder en ti. Debo abandonarte al fin, ante tu suerte. He aquí he miro por ultima vez la puerta que te encierra, antes de sepultar la mazmorra en que te tuve durante incontables horas que se extenderán en mi recuerdo através de las largas noches.

Las cargas en los cimientos deberán colapsar todo el edificio sobre el sótano. Toneladas de piedra y varillas serían tu tumba, sin embargo la noche rasguña el telón del horizonte abriéndolo a una luna que pronto habrá de elevarse victoriosa y plena. Ella te dará el poder de transformarte. ¿Lograrás salir? No conozco el limite de tu fuerza, bruja, pero sin duda será puesta a prueba esta noche...

- Ningún camino encuentro entre el amor y lo perdurable; no puedo llegar más allá del cuerpo contigo. Cuando tengamos que bajar para siempre, no habrá más que decir: sólo una puerta cerrada.

(* El cambiaformas gira una manivela, una chispa brilla en la penumbra el mecanismo de la muerte activa la dinamita colocada en los castillos de la vieja edificación)

El sonido del estallido es atronador. Bang!-bang!-bang! Ahora debo huir... irme lejos... creo que alguien me ha visto... Mi cuerpo se vuelve ligero, mas pequeño, agil y rápido.

(* Mientras el edificio se parte y se hunde en la tierra estrepitosamente, el reverendo se transforma en ave y emprende ágil vuelo hasta el manto de la noche.)

La mañana helada nos atenazaba la piel, corríamos tan fuerte como nos era posible revisando nombres y números de calle. Un reporte llegó refiriendo el derrumbe de un edificio viejo. Tenía que ser este el lugar! Oh! Nina!, ¿que cuentas entregaríamos a Ivan, tu iracible por ti si te pierdes en nuestra demarcación? Encuentro el lugar antes que nadie... es una ruina. Miró los registros para corroborar... una punzada me dice que Nina estuvo ahí... el número coníncide, el impulso es desesperado me arrojo sobre las piedras y comienzo a remover los escombros con las manos... Se que mis hermanos vendrán pronto, puedo olerlos cerca...

De hecho hay uno demasiado cerca... comienzo a pensar que ya estaba aqui desde hacia tiempo. ¿Donde se oculta que mi fino olfato no puede arañar su olor y mi oído no percibe aun sus latidos?

Debo respirar, invocar a la madre Gaia, ayuda a enfocar las habilidades sobrehumanas. Mi oído es mi mas fina arma, cuando cierro los ojos, cuando abro el alma. Ya puedo sentirle... ¡Sobre mi cabeza! Ya lo veo, uno de los que caminan con la Tribu Hagen me observa desde una azotea.

- Baja y ayúdame hermano! ¡Este es el lugar! ¡¿Es que te vas a quedar ahí parado?!

No puedo esperar a que baje, asi que regresan las manos valiéndose de fuerza sobrenatural para arrancar piedra por piedra esperando que no sea ya demasiado tarde...

- Nina, nina... Tankartina... etto traktor imotor.


Por sobre la atalaya, percibo los perfumes... miro llegar a las cuadrillas de rescate, los veo en vano arrastrar las piedras de los escombros, remover las ruinas de lo que fue un día el edificio Corax.

Les doy la espalda mientras enciendo un cigarrillo, luego bajo velozmente las escaleras, cerciorándome siempre que no haya humanos viéndome usar los Dones de Gaia. Apenas doy un par de caladas profundas pero la velocidad ayuda a que el cigarro se cosuma a prisa. El humo que he ingerido basta para llenarme los pulmones y hacerme sentir como si caminara sobre el aire - sin peso - al salir vuelvo a olfatear el aire. ¿Acaso los otros lobos no lo perciben? Será que sus sentidos no estan atentos; más cuando por fin los tengo cerca, con severidad los reprendo:

- Nina no esta ahí... ¿Por que buscan entre las ruinas a quien entre nosotros camina?